¿Luto para la Educación?

Por: Elisabeth de Puig 

Nos vestimos de amarillo para abogar a favor de una educación a la altura de los tiempos modernos y de la inserción en un mundo global con un sistema escolar público inclusivo adaptado a las particularidades y dificultades reales de los niños y niñas de República Dominicana.

La campaña del 4% fue un ejemplo hermoso de lo que puede lograr una sociedad cohesionada alrededor de un tema unificador como lo fue el derecho inalienable a una educación de calidad.

Ahora bien, con el beneplácito que otorga la voluntad popular y el control de los fondos públicos, cada gobernante, en un sistema político sin muchos contrapesos, tiene su “librito” para orientar las reformas y medidas en el sentido que conviene a sus propios intereses.

Las pruebas PISA, a las que aceptan someterse los estados, pueden tener defectos y virtudes, pero su finalidad es de poder definir y aportar correctivos a los males detectados. PISA no mide cuánto saben los alumnos sobre el contenido curricular ni sobre conocimientos generales, sino que procurar determinar cuánto comprenden, resuelven y comunican los jóvenes de 15 años, sobre situaciones “del mundo real”.

Al ser la educación considerada como una palanca para el crecimiento, todos los países que participan en las pruebas están muy atentos a las actuaciones de sus alumnos y buscan las recetas posibles para aportar correctivos para mejorar los resultados.

Estas pruebas, aplicadas a la República Dominicana, confirman una vez más la percepción de que hemos empezado a construir la casa por el techo, con el florecimiento de nuevas estructuras físicas por todo el territorio nacional y la implementación de la tanda extendida, utilizada más bien como una medida orientada a paliar la pobreza, de corte populista, que como parte de un plan estratégico. 

No se puede negar que brindar un almuerzo a los niños, niñas y adolescentes, mantenerlos hasta las cuatro en los planteles escolares, dotarlos de uniformes y de libros, han sido medidas populares y de mitigación de la pobreza como lo ha sido también la dignificación de los salarios de los maestros.

Como en tantos otros aspectos de nuestra vida ciudadana, la voluntad mayoritaria y las aspiraciones diversas de los sectores que se integraron a la lucha a favor del 4% han sido desvirtuadas por el gobierno, en un intento de capitalizar a su favor, a corto plazo, las nuevas partidas presupuestarias. 

Es interesante precisar que PISA no evalúa a jóvenes de 15 años que están fuera de la escuela ni a aquellos que están muy rezagados en sus estudios. Eso significa que la proporción de jóvenes que no poseen las competencias básicas examinadas pueden ser, en nuestro país, aún mayores de lo reportado.

La gran pregunta es qué hacer frente a los resultados de este tipo de medición, cuando el tipo de enseñanza que ofrecemos en la mayor parte de nuestras escuelas se hace en base a una memorización forzada que corresponde a un currículo superado, el único que saben manejar la gran mayoría de maestros formados a la vieja usanza y que arrastran deficiencias que transmiten a los alumnos.

El análisis de las pruebas PISA demuestra que los países que se encuentran a la delantera son aquellos que logran asociar la equidad social y el bienestar de los estudiantes para lograr buenos resultados. En el caso de Francia, se observa una clara relación entre el estatus socio económico y el buen desempeño. Este es uno de los países miembros de la OCDE que presentan una mayor desigualdad en los resultados de las pruebas entre alumnos de medios socio económicos favorecidos y desfavorecidos, con una diferencia de 107 puntos en comprensión lectora. Frente a esta realidad, podemos preguntarnos, y en República Dominicana, ¿cuál es la amplitud de la brecha tomando en cuenta las graves desigualdades sociales que nos caracterizan?

Otro punto que llama poderosamente la atención, y que es quizás el más doloroso, es el análisis realizado por el BID y CIMA para América Latina en su Nota 18. Estas entidades destacan que si se toma como punto de partida el promedio de desempeño de la OCDE se constatan resultados muy variados en la región, con una disparidad de hasta tres años de escolaridad entre los países. La diferencia entre Chile y República Dominicana asciende a 111 puntos, equivalente a tres años de escolaridad.

Costa Rica, México, Brasil, Colombia Argentina y Perú, muestran un rezago de dos años de escolaridad respecto al promedio de los países de la OCDE. El retraso promedio de la República Dominicana con relación a estos países equivale a cuatro años menos de escolaridad.

Hemos gastado el equivalente a 20,000 millones de dólares en nuestro sistema educacional durante siete años; es decir, el 4% del PIB cada año, para que un alumno o alumna de sexto año de primaria tenga las competencias que tiene un niño o una niña de segundo grado de una escuela pública promedio de un país promedio miembro de la OCDE. 

No nos merecemos quedar en en último lugar en matemáticas de un total de 79 países evaluados por PISA. Pero no podemos culpar solamente a los maestros; nos debemos interrogar sobre las vacilaciones de nuestro sistema en modernizarse y de la sociedad en exigir centros escolares inclusivos, laicos, formadores de ciudadania,  con nuevos currículos y nuevos enfoques, con maestros evaluados, preparados, valorizados y que no respondan a criterios clientelistas.

Fuente: https://acento.com.do/2019/opinion/8761027-luto-para-la-educacion/

Imagen: F1 Digitals en Pixabay

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Entrevista a Gloria Carrión: «Es importante que todos los miembros de la familia se impliquen a la hora de cocinar»

Por: Carlota Fominaya

Para la autora de «Cocina saludable en familia», «los niños deberían comer verduras sean vegetarianos o no».

Gloria Carrión, premio «foodie 2019» y más conocida como La Gloria Vegana en Instagram, acaba de publica su segundo libro «Cocina saludable en familia»en el que nos trae la recetas tradicionales adaptadas para que sean 100% vegetales. Ideas para desayunos, almuerzos, meriendas y cenas para el día a día, pero también para ocasiones más especiales. La autora también incluye trucos para elaborar menús equilibrados y organizar nuestra cocina a través del cada vez más conocidoi método del « batch cooking».

¿Qué supone cocinar en familia?

Es importante que todos los miembros de la familia se impliquen en esta tarea tan básica y fundamental en nuestro día a día. Los adultos ya conocemos los alimentos y la forma de hacerlos, pero los más peques de la casa no. Implicarlos (que no obligarlos) en esta tarea, ayudándonos, por ejemplo, a coger los alimentos de la nevera (a la vez que le enseñamos qué son en su forma bruta), a trocear algunos, a remover alguna preparación, a poner la mesa… es fundamental para que luego coman y disfruten más de ellos en la mesa.

No creo que sea el único motivo que una los lazos familiares, pero ayuda mucho. Es una de las tareas más agradecidas. Lo mejor es la felicidad que se desprende en la mesa cada vez que comemos y, el hecho de que todos estemos agradecidos por la aportación de cada uno.

¿Cómo se puede involucrar a los niños desde el principio, desde el momento de la compra? ¿Cómo se hace esto de forma divertida y atractiva, en un mundo de prisas como este en el que vivimos?

Tengo que reconocer que ir a la compra con un niño de 3 años no es nada fácil, pero nuestro truco para que no sea algo aburrido para él es pedirle que nos ayude a encontrar el producto que buscamos. A Álvaro le encanta meter las cosas en el carro.

No se nos puede olvidar el momento de la limpieza… ¿Cómo podemos conseguir que participen también en esto?

Creo que con enseñarles a recoger sus juguetes cuando han terminado de jugar y llevar su plato vacío de vuelta a la cocina cuando han terminado de comer, y que vean a sus padres hacer lo mismo con sus cosas, es suficiente cuando son tan pequeños. Son niños, tampoco hay que exigirles tanto.

Usted considera que comer juntos es importante, porque los niños actúan por imitación pero… Muchas veces este momento no es tan tranquilo como debiera… ¿Cómo conseguirlo?

Tan importante es sentarse a comer todos juntos, como ofrecer la misma comida (o parecida) para todos. Nosotros somos su modelo a seguir, así que tenemos que darles ejemplo. Seguramente que la cena sea la única comida del día que la mayoría de las familias puedan hacer juntas, así que es importante tomarse esa hora para disfrutar en familia comiendo y hablando de lo que ha pasado durante el día.

¿Es verdad que cocinar con amor se traduce en los resultados?

Totalmente. La pasión que ponemos en la cosas que hacemos siempre se ve reflejada en el resultado, y con la cocina es así. A mí no me salen igual de ricas las comidas en los días de bajón o en los que voy con prisa.

¿Cómo conseguir que los niños coman más verduras, sin echar de menos otros productos o texturas animales?

Los niños deberían comer verduras sean vegetarianos o no. A nosotros nos fue muy bien hacer el método Baby-Led Weaning con Álvaro, que consiste, explicado de forma muy muy básica, en ofrecer siempre los alimentos en su forma bruta (cortados de forma que ellos mismo puedan manipularlos) desde que empiezan con la alimentación complementaria alrededor de los 6 meses. Es una forma de que se familiaricen con las texturas y sabores desde pequeños.

Respecto a las recetas que propone: ¿Hay algún elemento imprescindible que debemos tener para la realización de estas platos?

La mente abierta a descubrir que se puede comer, por ejemplo, un buen guiso de lentejas sin necesidad de usar ningún producto de origen animal.

¿Hay algo que debemos quitar/eliminar de nuestra despensa ya 😉 ? 

Eso es decisión de cada uno. Lo importante, desde mi punto de vista, es que, elijamos el tipo de alimentación que elijamos (vegana, vegetariana, flexitariana, omnívora…), busquemos un equilibrio que nos haga sentir bien física y mentalmente.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/vida-sana/abci-importante-todos-miembros-familia-impliquen-hora-cocinar-202002090149_noticia.html

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