Luego de la tensa jornada del martes, este miércoles estudiantes secundarios volvieron a salir a las calles de Santiago a manifestarse

Luego de la tensa jornada del martes, este miércoles estudiantes secundarios volvieron a salir a las calles de Santiago a manifestarse, registrándose disturbios y choques con carabineros.

Los estudiantes protestan para exigir «educación digna» y un nuevo proceso constituyente, luego de la victoria del «rechazo» en el plebiscito del pasado domingo sobre la nueva Constitución. Asimismo, demandan la liberación de los presos durante el estallido social de 2019.

En la jornada de este miércoles, se registraron incidentes en las afueras de establecimientos emblemáticos de Santiago, como el Liceo de Aplicación y el Instituto Nacional, ambos cercanos al Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo chileno.

 

De acuerdo con Carabineros, algunos manifestantes levantaron «barricadas incendiarias» y lanzaron «objetos incendiarios» en la vía pública, pero fueron dispersados por los uniformados.

La policía también informó que algunos de los manifestantes lanzaron «objetos contundentes» a personal de Control de Orden Público (COP) y a civiles, desde el techo del Liceo de Aplicación, que está ubicado en la calle Ricardo Cumming con Alameda.

Cerca de ese centro educativo, individuos intentaron quemar un autobús del sistema RED (antiguo Transantiago).

La estación de metro de Santa Anna fue cerrada durante la jornada debido a que decenas de manifestantes se sentaron en los andenes como forma de protesta.

 

Detenciones

Carabineros informó, de momento, sobre una sola detención. Se trató de «un sujeto que lanzaba objetos incendiaros» en calle Arturo Prat.

Sin embargo, la Comisión de Observadores de Derechos Humanos de la Casa Memoria José Domingo Cañas publicó que hay «nuevas detenciones de estudiantes secundarios», sin precisar el número.

El martes, cientos de estudiantes también protestaron en el centro de Santiago, en las inmediaciones del Palacio de La Moneda.

Los momentos de tensión se vivieron, antes, durante y después del cambio de Gabinete que realizó el presidente Gabriel Boric.

Fuente: http://www.5septiembre.cu/nuevos-choques-entre-carabineros-y-estudiantes-en-chile/

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El plebiscito en Colombia: una oportunidad perdida

Por: Atilio Borón

El resultado del plebiscito colombiano reveló la profundidad de la polarización que, desde el fondo de su historia, caracteriza a la sociedad colombiana. También, la grave crisis de su arcaico sistema político incapaz de suscitar la participación ciudadana que ante un plebiscito fundacional -¡nada menos que para poner fin a una guerra de más de medio siglo!- que apenas si logró que una de cada tres personas habilitadas para votar acudiera a las urnas, una tasa de participación inferior a la ya de por si habitualmente baja que caracteriza a la política colombiana. La del día de ayer fue la mayor abstención en los últimos veintidós años y su resultado fue tan ajustado que hizo que la victoria del NO, como hubiera ocurrido ante un eventual triunfo del SI, sea más un dato estadístico que un rotundo hecho político. Los partidarios del SI habían dicho que lo que se necesitaba para consolidar la paz era una amplia victoria, que no bastaba simplemente con superar en votos a los partidarios del NO. Lo mismo cabe decir de sus oponentes. Pero nadie logró ese objetivo, porque la diferencia de un 0.5 % a favor del NO podría sociológicamente ser considerada como un error estadístico y que un nuevo recuento de votos podría eventualmente llegar a revertir.

Es prematuro brindar una explicación acabada de lo ocurrido. Habría que contar con información más pormenorizada que por el momento no está disponible. Pero no deja de ser sorprendente que el anhelo de la paz, que era algo que cualquiera que haya visitado Colombia podía percibir a flor de piel en la gran mayoría de su población, no se haya traducido en votos para ratificar esa voluntad pacifista y refundacional de un país sumido en un interminable baño de sangre. En lugar de ello la ciudadanía reaccionó con irresponsable indiferencia ante la convocatoria para respaldar los acuerdos trabajosamente conseguidos en La Habana. ¿Por qué? Algunas hipótesis deberían apuntar, en primer lugar, a la baja credibilidad que tienen en Colombia las instituciones políticas, corroídas desde largo tiempo por la tradición oligárquica, la penetración del narcotráfico y el papel del paramilitarismo. Este déficit de credibilidad se expresa en una retracción del electorado, tanto más importante cuanto más alejadas se encontraran de las zonas calientes del conflicto armado las regiones en las cuales el NO triunfó con holgura. En cambio, aquellos departamentos que fueron teatro de operaciones de los enfrentamientos se manifestaron mayoritariamente a favor del SI. Para decirlo en otros términos: allí donde los horrores de la guerra eran experimentados sin mediaciones y en carne propia –principalmente las regiones agrarias y campesinas- la opción por el SI triunfó de manera aplastante. Tal es el caso del Cauca, con el 68 % votando por el SI; el Chocó, con 80 % por el SI; Putumayo, 66 % por el SI; Vaupes, 78 % por el SI. En cambio, en los distritos urbanos en donde la guerra era apenas una noticia que divulgaban los medios, satanizando de manera implacable a la insurgencia, quienes acudieron a las urnas lo hicieron para manifestar su rechazo a los acuerdos de paz.

Lo anterior remite a una segunda consideración: la debilidad del esfuerzo educativo hecho por el gobierno colombiano para explicar los acuerdos y sus positivas consecuencias para el futuro del país. Esta falencia había sido señalada por diversos observadores y protagonistas de la vida política de ese país, pero su llamado de atención al presidente Juan M. Santos fue desoído. El confiado optimismo que primaba en los círculos gubernamentales (y también en algunos sectores cercanos a las FARC-EP) unido a la imprudebte confianza puesta en los pronósticos de las encuestas -que, una vez más, fracasaron escandalosamente- hizo que se subestimara la gravitación de los enemigos de la paz y la eficacia de la campaña basada en el visceral rechazo a los acuerdos promovida por el uribismo. El papel desempeñado por la derecha vinculada al paramilitarismo y los medios de comunicación, mismos que reprodujeron sin cesar las acusaciones de “traición” dirigidas al presidente Santos, galvanizaron un núcleo duro opuesto a la ratificación de los acuerdos que pese a ser minoritario en el conjunto de la población logró prevalecer porque sus adherentes acudieron masivamente a las urnas, mientras que sólo una parte de los que sí la querían se atrevieron a desafiar las inclemencias del tiempo y fueron a votar. Persuasiva resultó ser pues la “campaña de terror” orquestada por la derecha, que en sus ominosas caricaturas presentaba al comandante Timoshenko ya investido con la banda presidencial y presto a imponer la dictadura de los “terroristas” sobre una población indefensa y sumida en la ignorancia, misma que encontró en el voto por el NO el antídoto necesario para conjurar tan pavorosa amenaza.

En suma: es imposible abstraerse de la sensación de frustración que provoca este resultado. Como se dijo una y mil veces, la paz en Colombia es la paz en América Latina. Tremenda responsabilidad le cabe a las FARC-EP ante este deplorable resultado electoral. La sensatez demostrada por la guerrilla en las arduas negociaciones de La Habana deberá ahora pasar por una nueva prueba de fuego. Y es de esperar que la tentación de retomar la lucha armada ante el desaire electoral sea neutralizada por una actitud reflexiva y responsable que, desgraciadamente, no tuvo la ciudadanía colombiana. Las declaraciones del comandante Timoshenko ratificando que ahora las armas de la insurgencia son las palabras permiten albergar una semilla de esperanza. Lo mismo las manifestaciones de la dirigencia del ELN y la alocución del presidente Santos poco después de conocidos los resultados del plebiscito. Ojalá que así sea y que esta guerra de más de medio siglo, que a lo largo de estos años tuvo un costo equivalente a casi la mitad del PBI actual de Colombia; que despojó de sus tierras y desplazó de sus hogares a casi siete millones de campesinos; que produjo 265.000 muertes oficialmente registradas; que victimizó por la vía indirecta a dos millones y medio de menores de edad; que esa pesadilla, en suma, que ha enlutado a la entrañable Colombia pueda hundirse definitivamente en el pasado para abrir esas grandes alamedas evocadas por el heroico presidente Salvador Allende por donde habrán de pasar los hombres y las mujeres de Colombia para construir una sociedad mejor . Ayer se perdió una inmejorable oportunidad para avanzar por el camino de la paz. Habrá otras, sin duda alguna.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217461

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Colombia: ganó el «no» en el plebiscito por los acuerdos de paz con las FARC

Colombia/03 de Octubre de 2016/BBC

En un resultado sorpresivo, los votantes colombianos rechazaron este domingo el acuerdo alcanzado por el gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sumiendo en la incertidumbre el proceso de paz con los insurgentes.

Con el 99% de las mesas de votación y el 37% de la votación escrutada en el plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo con las FARC, las autoridades indican que 49,7% de los votantes hasta ahora contabilizados optaron por el Sí, mientras que el 50,2% lo hicieron por el no.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo este domingo que «soy el primero en reconocer el resultado».

Aseguró que el cese el fuego bilateral con las FARC seguirá vigente y que el mismo lunes convocará a todas las fuerzas políticas, en especial a las de oposición, para escucharlas y seguir buscando una salida dialogada al conflicto con las FARC.

Desde Cuba, donde estaba esperando los resultados del referendo, el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko»), dijo este domingo que los insurgentes seguirán buscando una solución negociada a las hostilidades.

«Las FARC mantienen su voluntad de paz», aseguró.

Los resultados del referendo contrastan con encuestas que en semanas anteriores habían augurado una cómoda ventaja para el Sí.

Un proceso de paz en el limbo

Con la derrota en el plebiscito convocado por el gobierno, se abre un gran margen de incertidumbre sobre la suerte del proceso de paz.

Guerrilleros de las FARC

«La victoria del No ha generado desconcierto, fundamentalmente porque no está claro en las explicaciones de los defensores de esa posición cómo podrían renegociarse los acuerdos y porque el presidente Juan Manuel Santos insistió hasta último momento en que no hay un plan B», indicó desde Bogotá el corresponsal de BBC Mundo, Natalio Cosoy.

En declaraciones a BBC Mundo este domingo, el abogado de las FARC en el proceso de negociación, el español Enrique Santiago, sostuvo que «se está trabajando por la paz, vamos a encontrar una solución entre todos».

El gobierno de Santos emprendió negociaciones formales con las FARC a partir de 2012.

Santos y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko») firmaron en la ciudad colombiana de Cartagena el pasado 26 de septiembre un acuerdo de paz con el que esperaban poner fin a un conflicto armado que comenzó en 1964.

Este acuerdo contemplaba la transformación de las FARC en un partido político.

Las críticas

Varios dirigentes de oposición en Colombia, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, habían criticado aspectos del acuerdo con las FARC.

Juan Manuel Santos

Entre los aspectos que más controversia desataron estaba lo que los opositores al acuerdo describían como inadecuados castigos para los crímenes cometidos por los jefes rebeldes durante el conflicto.

El gobierno había insistido en que el acuerdo contemplaba mecanismos efectivos de administración de justicia para los responsables de abusos durante el conflicto colombiano, que se ha extendido por más de cinco décadas.

Para tener validez, el acuerdo con las FARC debía someterse a votación popular, y obtener el respaldo de la mayoría de los votantes y de al menos el 13% del total de colombianos habilitados para votar, número cercano a los 4,5 millones de personas.

Algunos voceros de las FARC habían anunciado que no estarían dispuestos a una renegociación del tratado de paz en caso de ser éste rechazado en la elección.

«La pregunta más grande posiblemente la tendrán ahora las FARC, especialmente los guerrilleros rasos: «¿Qué pasa ahora con nosotros?», según reporta desde Bogotá nuestro corresponsal.

Alternativas

Distintos dirigentes colombianos han empezado a sugerir alternativas para retomar los diálogos.

Alvaro Uribe

Victor G. Ricardo, quien encabezó las negociaciones del gobierno con las FARC durante el anterior y fallido proceso de paz conducido por el entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002), le dijo a BBC Mundo que se requería un acuerdo nacional.

«Yo creo que ahora el presidente debe hacer una convocatoria nacional. Debe llamar a las personas que lideraron el no a explicarles el acuerdo, a integrarlas al acuerdo. El no al plebiscito no es un no a la paz ni se puede considerar así. Hay que hacer una sumatoria que permita que la terminación del conflicto goce de un mayor respaldo. Las FARC seguramente va a decir que ellos negociaron con el presidente y aspiran a que el acuerdo se cumpla; o sea que el presidente deberá resolver los obstáculos. Se van a tener que auscultar las posibilidades de renegociar», dijo Victor G. Ricardo a BBC Mundo.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37537187

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