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El privilegio de vivir

Por: Carolina Vásquez Araya
Rodeados de maldad y violencia, quisiéramos refugiarnos en el limbo del no saber.

Más de una vez me han criticado por exhibir y denunciar la violencia en mis redes sociales y más de una vez he visto cómo el afán de no saber, modera y neutraliza el impulso natural de las personas sumergiéndolas en una aceptación muda de lo inaceptable, en un silencio ominoso capaz de sepultar su instinto de supervivencia como si el horror del crimen impune fuera una maldición inevitable, impuesta por alguna fuerza superior.

La exhibición de la realidad no es el juego irresponsable de periodistas y comunicadores sensacionalistas. Cuando ponemos la violencia frente a la sociedad –esa que nos acecha a cualquier hora del día sin haber mediado provocación alguna- es para poner el tema en el tapete, esculcarlo y desmenuzar sus diversas manifestaciones con el fin de despertar la conciencia ciudadana y sacudir esa manera tan particular de evadir el bulto a la que todos nos hemos adaptado.

La necesidad de aislarnos del entorno para encontrar un pequeño espacio de felicidad y realización personal no nos excusa de nuestra responsabilidad ciudadana ante la catástrofe humanitaria en la cual estamos inmersos, ni nos libera del papel de guardianes de un entorno en constante degradación. Las precarias condiciones de vida de la inmensa mayoría de seres humanos, los menos privilegiados, no responden a un proceso natural condicionado por su capacidad reproductiva como algunos pretenden justificar, sino a estrategias muy bien elaboradas para hacer de esas grandes masas un recurso de mano de obra barata incapacitada para rebelarse y exigir derechos.

En nuestro planeta nada ha sido casual ni producto de procesos naturales. Pequeños círculos de poder político y financiero han provocado las peores catástrofes ambientales de manera intencional con el único fin de aumentar su riqueza, llevando a regiones enteras a un estado irreversible de degradación, matando toda posibilidad de renovación en enormes territorios explotados hasta el límite con el propósito de extraer sus tesoros.

La maquinaria financiera mundial se ha blindado de tal modo que sus instituciones se han vuelto intocables y manejan el poder de llevar a la quiebra o empeñar los recursos de las naciones más débiles con un simple acuerdo, una sanción, una deuda impaga. Esa estructura perversa se consolida en el tiempo quitándole la sangre y las oportunidades a los sectores más desprotegidos a nivel global, propiciando conflictos bélicos sobre pretextos inexistentes o basados en más explotación, más riqueza para sus arcas, más proliferación de armas en manos de dictadores amparados por el gran capital.

Si tuviéramos la voluntad de abrir los ojos y ver, se produciría un cambio de perspectiva desde el ámbito personal con el potencial de sacar de su modorra a una ciudadanía capaz de promover una transformación de la polaridad y un retorno al camino de la democracia. Estamos rodeados de secretos de Estado, del ocultamiento de asuntos de interés público y de mentiras oficiales; pero no hay un contrapeso ciudadano capaz de romper esa distorsionada forma de ejercer el poder. Esto sucede porque no queremos saber para tener la libertad de disfrutar una realidad propia, íntima y ferozmente resguardada. No importa si afuera de ese ámbito personal se viola, se asesina y se acaba con los sueños de otros menos afortunados.

El privilegio de vivir no es gratuito, estamos encadenados a un sistema y ese sistema está integrado por otros como nosotros, con sueños similares y similares formas de concretarlos. Esa es una razón poderosa para unir esfuerzos y visión de futuro; para derribar los muros que nos separan.

*Fuente:  www.rebelion.org

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Vicente Serrano: “Facebook ha convertido nuestra afectividad en mercancía”

04 Junio 2017/Fuente:elviejotopo/Autor:  Anna Galdon

Vicente Serrano es licenciado en Derecho, doctor en Filosofía y diplomado en Derecho Constitucional y Ciencia Política. Actualmente es profesor en el Universidad Austral de Chile y acaba de publicar Fraudebook. Lo que la red social hace con nuestras vidas (Plaza y Valdés, 2016), una reflexión sobre cómo Facebook ha borrado “la última frontera que ofrecía resistencia al capitalismo, la de la afectividad”, y como nos da una apariencia de libertad cuando es en realidad “una herramienta de dominación”. Hablamos con él durante su visita a nuestro país.

En su libro sostiene que Facebook ha hecho que atravesemos la última frontera que quedaba por cruzar, la de la afectividad. ¿Cómo ha ocurrido algo así?

Hace tiempo que estoy interesado en la aproximación que vincula a Spinoza con la noción de biopolítica que desarrolla Foucault y el papel que en todo ello tiene la cuestión de los afectos. Planteando estos escritos salió el tema central Fraudebook, una reflexión que aparece de forma incidental. Yo venía trabajando con la idea de cómo se organiza la vida afectiva utilizando algunas de las herramientas foucaultianas, y me di cuenta de que la red social contenía los rasgos del dispositivo de que hablaba Foucault. Obviamente él no se refería a Facebook porque no lo conoció, pero reflexionando observé que la dimensión afectiva era un factor más que clave para esa red social. Y lo era especialmente por dos factores, por dos dimensiones en torno a los que uno organiza su vida afectiva: la amistad y la biografía. Dos conceptos que aparecen hoy proyectados y organizados de forma muy banal y muy simple a través del dispositivo, lo que hace que éste se convierta, en toda regla, en un dispositivo afectivo. Pero además, cuando lees el contrato que te lleva a firmar Facebook te das cuenta de que uno de los reclamos (y esta es para mí otra dimensión fraudulenta) es que te dicen que es gratis y que lo será siempre. Pero ese contrato que firmas tiene una contraparte: ceder una información. Y no es cualquier información, no es una mera herramienta de comunicación: cedes los acontecimientos a través de los cuales tú construyes tu biografía, tu vida.

¿Qué es lo más arriesgado de ese ‘términos y condiciones’ que nadie lee?

Hay una enorme producción de riqueza dentro de Facebook. Nunca debemos olvidar que hablamos de una empresa basada en la propiedad privada. De hecho, tú cedes la propiedad de toda la información. Esa producción está constituida por un trabajador que no establece una relación salarial, no estamos recibiendo un servicio. Y ese es el fraude, porque ese servicio es en realidad una actividad productiva. Tiene el aspecto de una herramienta que nos da una enorme libertad de comunicación, que nos permite atravesar las barreras espacio-temporales tradicionales, pero la libertad esconde una relación que tiene otras características. La mercancía que se produce allí la estamos depositando constantemente nosotros, a cambio de recibir esa ampliación de nuestras libertades comunicativas. Amistades y biografías falseadas. Todos vemos que una amistad real no es una amistad de Facebook y que la biografía que nosotros construimos allí es una caricatura de lo que es una biografía real.

Facebook ya tiene unos años, y a estas alturas ya sabemos que “si el producto es gratis, es que el producto eres tú mismo”. ¿Por qué seguimos aceptando esos términos abusivos?

Creo que hay varias dimensiones en esto. La primera es que la red nos da una enorme capacidad y libertad de comunicación. Facebook tiene doce años, y al principio no existía esa conciencia, (tampoco se sabían las conexiones gubernamentales con la agencia de inteligencia norteamericana o que se utilizaban los datos para realizar investigaciones sobre contagio emocional). Todo eso ha ido saliendo a la luz, pero al principio se trataba de una herramienta aparentemente inocua que nos daba una enorme libertad. Y esa apariencia de libertad, ese espejismo, es peligroso. Cuando estaba trabajando en el libro, en algunas conferencias en Chile, los jóvenes me decían que se trataba de una herramienta de comunicación muy útil y que los movimientos estudiantiles chilenos, el 15M en España, o las primaveras árabes no habrían sido lo mismo sin las redes. Esa dimensión de libertad está ahí, y es cierto que, cuando uno ha empezado a utilizarla, es muy difícil prescindir de ella. Aunque cada vez hay más gente que es más prudente. El ejemplo que más sale a la luz es ese que dice que las empresas ya no miran tu currículum cuando vas a buscar un trabajo, miran tu muro. A veces has colgado cosas que son parte de la vida íntima que quizás no te favorecen laboralmente. En ese sentido Facebook tiene una fecha de caducidad, otra cosa es qué vendrá después.

Y luego, Facebook nos permite aparecer constantemente en pantallas y convertir en hechos relevantes nuestras etapas vitales. Es un caramelo que genera un espejismo de libertad. Y evidentemente hay algo de libertad en ello, pero el gran problema es que la libertad tiene muchos sentidos, y el más profundo (y allí está la raíz spinoziana y foucaultiana de la reflexión) es la posibilidad de organizar nuestra vida afectiva, porque es la más íntima y la fuente de todas las otras libertades. Y resulta que ahora depositamos esa libertad en un dispositivo que te la va a organizar. Porque en definitiva, Facebook organiza por igual la vida de sus mil seiscientos millones de usuarios a través de un dispositivo muy banal y simplista que reduce nuestra vida a una dimensión acumulativa. Yo lo comparo con una fábrica vinculándolo a la idea de estar produciendo desde la afectividad. Hasta ahora el capitalismo no había generalizado tanto la mercantilización de lo afectivo, ya hemos atravesado esa frontera.

Facebook nos da una apariencia de libertad, y ese espejismo es peligroso.

¿Qué papel juegan las empresas situadas en ese entorno aprovechando el dispositivo para fines publicitarios?

Hay una enorme ansiedad para buscar los likes, las adhesiones. Y esto es precisamente lo que lo convierte en una herramienta publicitaria. Las empresas ya se publicitan diciendo “tenemos tantos millones de likes y visitas”. Facebook es esa fusión de lo publicitario con lo afectivo, provocando la simplificación de lo afectivo. A mi parecer, lo que constituye un peligro para la libertad es que la red social termina siendo una herramienta de dominación.

La búsqueda de likes nos lleva a positivarlo todo, no hay negatividad en lo que colgamos en Facebook. ¿Qué sociedad estamos creando?

Estamos creando un modelo de acumulación. En el libro cito al gran filósofo Hobbes, quien dice que la felicidad es la “acumulación de un deseo que nos lleva a buscar otro”. Ese modelo de organización del deseo no es otro que el del sistema capitalista. Ha habido un gran debate en el seno de Facebook sobre si incluir el “no me gusta”, y finalmente se ha decidido no admitirlo. Tiene todo el sentido: si es una herramienta de publicidad, nadie va a querer construirse una identidad si puede haber una dimensión negativa. Lo que sí han hecho, y eso es muy sintomático, es que han admitido otras expresiones (incluso algunas negativas, como es la tristeza y la ira) pero que a su vez pasan necesariamente por mantener pulsado el “me gusta”.

En el libro hace referencia a Marx a través del concepto de la fábrica. ¿Hay conciencia de clase entre los usuarios?

No. Lo que sí diría es que hay creyentes, personas que no quieren ver las dimensiones negativas de la red social. Lo que Facebook te da con una mano (la capacidad comunicativa), te lo quita con la otra, y no de una forma evidente. Eso es lo más peligroso.

Quien busca trabajo lo expone todo en Facebook, por ejemplo. ¿Creemos que, si no subimos al tren, lo perdemos?

La noción de clase forma parte de un tipo de capitalismo que, a mi parecer, Facebook desborda. La tecnología digital, lo que algunos economistas consideran la sociedad del coste marginal cero, y que supuestamente tiene que ver con un futuro en el que el capitalismo desaparece, no es así desde mi punto de vista. Hay una mutación del capitalismo con una nueva mercancía, que es la afectividad. Y Facebook es la máxima expresión de eso. ¿Conciencia de clase? Falta una relación de trabajo asalariado en el sentido clásico, o una creación de valor, pero sí es cierto que se da una nueva apariencia de libertad, una libertad de comunicación que aparentemente tiene un coste cero pero que finalmente tiene un coste muy real: prestar tu vida afectiva para que quede articulada de un modo muy determinado. Un hecho que acaba modificando a los propios sujetos, pero no, el concepto marxiano no sería aplicable a una realidad como Facebook, que es muy transversal (da igual la ideología, la religión, la edad…).

Pero las élites están en Facebook de un modo muy distinto.

Las élites y las empresas. Por eso hablaba de esa fusión entre lo mercantil con lo afectivo. Las empresas, las élites y los políticos utilizan Facebook como herramienta de comunicación, no vuelcan allí su vida afectiva.

¿Qué ha hecho posible esta “máquina capitalista casi perfecta”, tal y como la nombra usted en el libro?

El cruce. Si hacemos caso al relato que cuenta el origen de Facebook en la película La red social Facebook nace como respuesta a una frustración afectiva existente. Es un dispositivo donde uno es capaz de trasladar la vida afectiva eliminando muchos de sus inconvenientes, y esa dimensión combinada con el que sea una herramienta de comunicación es lo que hace que la publicidad, la vida económica y el pensamiento capitalista entren en la última dimensión que quedaba por colonizar: la afectividad. Esa fusión es lo que crea la enorme riqueza, porque la afectividad es el corazón de nuestras vidas.

Usted hace una comparación entre la biografía de Facebook y los álbumes de fotos antiguos. ¿Qué los diferencia?

Uno percibe que el uso más habitual es el de colgar las fotografías más relevantes para mostrarlas, como cuando venían personas a nuestra casa para ver esos álbumes familiares. Eran personas de nuestro círculo relativamente íntimo, pero ahora lo hacemos en tiempo real, en una red básicamente pública y con interacción entre millones de usuarios. Antes, cuando construíamos nuestro álbum, incluíamos hojas que recogíamos en el campo durante los viajes, tickets de los restaurantes… cada uno era distinto. Ahora hay un dispositivo uniforme que jerarquiza y estructura tu vida. Todo parece inocuo, aunque para mí no tiene nada de inocente que el “muro” se haya transformado en esa noción de “biografía”. En ese sentido, sí que distingo entre los usuarios que siguen exponiendo su vida allí y los que lo utilizan como una herramienta publicitaria.

¿Qué individuos estamos creando?

Individuos banales, simples, narcisistas, acumuladores. Pendientes constantemente de recibir la aprobación del otro y cuya biografía se resume en hechos que no son en realidad tan relevantes. Son empresarios de sí mismos y están buscando permanentemente la adhesión, cosa que es el espíritu mismo de una empresa.

Lo que le da éxito a Facebook es precisamente ese formato tan capitalista, y su simplicidad es lo que permite que se multiplique. Estamos generando información y no hablamos de una nueva conciencia de clase, pero sí hablamos de una nueva clase de productores. Los jóvenes no son críticos con Facebook, tengo estudiantes que son realmente forofos del tema, personas que vinculan toda su relación social a través de la red volcando toda su afectividad en este aparato.

¿Cómo potenciar el pensamiento crítico, también en ese ámbito?

Es muy difícil. El primer paso sería reflexionar públicamente y recuperar el sentido de la tradición critica. Las relaciones con la tecnología siempre han sido conflictivas y hay que tener en cuenta que Facebook solo tiene doce años. Nos ha dado una enorme sensación de expansión y libertad (como todo lo digital) pero tiene muchas caras y dimensiones. La reflexión crítica es imprescindible, pero hasta que cada usuario no se percate de que, en su propia vida cotidiana, está siendo sometido a una enorme ansiedad, a una especia de imperativo de la comunicación por la comunicación, que ya no distingue entre lo que es relevante y lo que no, que ya no distingue entre lo que es una verdadera relación afectiva y lo que no, hasta que no sea consciente de que en el fondo las adhesiones y los me gusta no significan nada en su vida, que está acumulando sin sentido y se está convirtiendo en una persona narcisista… Hasta que no experimente todo eso será muy difícil transmitírselo. Sí que podemos empezar a tomar conciencia, aunque no he visto críticas en ese sentido. Hay multitud de contenidos en la red sobre las posibilidades de control de Facebook a través de organismos gubernamentales, o sobre la manipulación que se puede hacer a través de los datos que aportamos, pero no he visto una reflexión en torno a lo que yo considero el dato más relevante del libro: que nosotros ya no estamos controlados, sino que somos nosotros mismos ejerciendo nuestra propia libertad, construyendo una vida a través de un dispositivo. Eso es lo que yo denuncio o trato de sacar a la luz de forma crítica.

Todo parece inocuo, aunque para mí no tiene nada de inocente que el “muro” se haya transformado en esa noción de “biografía”.

¿Habrá más críticas en ese sentido crítico?

Seguro. Doce años son pocos y, como decía Hegel, “la lechuza de Minerva emprende siempre el vuelo al anochecer”. Hay que esperar a que ocurran los acontecimientos para poder reflexionar. La relación del pensamiento crítico y la filosofía con las máquinas es muy antigua y está presente a lo largo del siglo XX y ahora ha aparecido un dispositivo que nos ha pillado a todos por sorpresa y va muy deprisa. Habrá mutaciones de las propias redes sociales, la misma red no es utilizada por los más jóvenes, que utilizan Snapchat… todo se irá modificando. Lo que está claro es que se ha instalado la afectividad en el corazón de la productividad, y esa era la última frontera que quedaba por atravesar para generalizar el régimen de producción de mercancías. Y creo que en eso ya no habrá retroceso, aunque cambien los dispositivos.

Fuente de la entrevista: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/vicente-serrano-facebook-ha-convertido-nuestra-afectividad-en-mercancia/

Fuente de la imagen: http://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2016/05/300_Pawel-Kuczynski_10262011_829208553774392_7275384135181625419_n.jp

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Escuelas: la fiebre del blog y las redes sociales

Por: Anna Torralbo

Me paseo por varios blogs de escuelas y corroboro mi hipótesis (no demasiado arriesgada) de que están llenos de fotos y vídeos. Páginas y páginas de entradas: actividades en las clases, excursiones, fiestas… cientos de momentos capturados en imágenes. A continuación, me hago la siguiente pregunta: ¿Cuánto tiempo supondrá hacer y colgar todo este archivo visual?

Toma una escuela como modelo y reviso cuantas fotografías se han hecho: en un mes y medio se han colgado 1.662 fotos (previamente seleccionadas, por lo que en realidad se han tomado muchas más). Sin ser demasiado exhaustiva (obviamente hago el recuento por aproximación), estimo que cada una de estas imágenes pueden suponer tres minutos en completar el ciclo: desde que se hace la foto hasta que es publicada en un post, con su respectivo texto.

Sigo haciendo cuentas: 1.662 fotos a tres minutos cada una nos da un total de 83 horas. ¡83 horas invertidas en dar visibilidad a actividades que se realizan en la escuela! Sigo haciendo cuentas, todavía no puedo dar crédito a estas cifras, por lo que me decanto por verlo desde otra perspectiva: divido 83 horas entre las seis semanas durante las cuales se han tomado las fotos. Me salen 14 horas por semana. La cosa no mejora. Continuo; divido las 14 horas entre las personas que se encargan de colgar y gestionar dichas imágenes (normalmente miembros de una comisión). Hago una aproximación, y considero que puedan ser 5 (evidentemente no tengo en cuenta las personas que han hecho las fotos). El resultado final es de 2,8 horas a la semana por persona. Y, ¡esperen!, no he tenido en cuenta todas las otras redes sociales a la que las escuelas están vinculadas: Twitter, Facebook, Instagram…

Teniendo en cuenta que no todas las escuelas hacen el mismo uso de las redes o de los blogs, pero considerando también que esta práctica está cada vez más extendida e instaurada, me arriesgo a afirmar que se invierte una cantidad ingente de horas en visibilizar lo que ocurre dentro de ella. Tiempo dedicado a una actividad que, en realidad, no tiene un fin pedagógico. Porque, también hay que decirlo, es cierto que con todas estas imágenes se podría hacer mucho trabajo: expresiones orales, expresiones escritas, talleres de fotografía, reportajes o artículos, cómics de lo que ocurre en la escuela… Pero eso rara vez ocurre. El fin último y primario de todo este archivo visual es… ¿Cuál es? ¿Se ha preguntado la comunidad educativa cuál es el fin de toda esta participación en las redes sociales?

Le doy vueltas al asunto y me pregunto por qué la escuela pública tiene que promocionarse de este modo, competir entre ellas por la calidad de lo que se muestra (no de lo que se hace, en realidad). También me pregunto si todo esto tiene que ver con las familias. ¿Realmente necesitan “ver” todo lo que ocurre? ¿Acaso no pueden sus propios hijos contárselo? Mientras la madre, padre, abuelo, etc. mira las fotos ¿qué hace el hijo o hija? ¿juega a otra cosa, espera a que acaben? Sea lo que sea, creo que es una pena que estemos desaprovechando la posibilidad de conversar e imaginar a través de las palabras que llegan del otro, y que nos hacen ver, a través de este (y no de una imagen), lo que han vivido.

Porque, aunque el alumno/a haya contado lo que ha hecho o lo que ha pasado, muchas veces se recurre a la imagen para corroborarlo. Como si las palabras ya no nos bastaran, como si solo la imagen pudiera dar crédito, validase lo ocurrido. Y aquí se pierde mucho, porque ya no hay que hacer un esfuerzo por relatar, ni por entender, ni imaginar. La narrativa requiere demasiado tiempo, un clic bastará: una imagen vale más que mil palabras. Y qué triste tener que decir esto, pues es en el uso de la palabra donde la opinión y la experiencia de quien lo ha vivido puede aflorar, de otro modo, nos lo perdemos.

Por otro lado, la imagen funciona como condicionante, porque no podemos obviar que nunca se colgarán aquellas en las que el alumno se aburría o lloraba: “He visto que habéis celebrado el día de la paz en la escuela. Sí, pero ha sido un rollo porque… Pero, ¿qué dices? Si habéis hecho cosas muy chulas, que lo he visto yo…”. Sin darnos cuenta ahogamos la voz del otro amparándonos en las imágenes, imágenes que, en realidad, tienen algo de hipócritas, porque ellas siempre nos relatarán que todos estaban muy felices.

Pero como profesora hay otros aspectos que me preocupan. Y es que pienso en las veces que nos lamentamos de que no tenemos tiempo de hacer nuestras tareas: adaptaciones curriculares, programar, coordinarnos, reflexionar sobre lo que hacemos, hablar con la alumna X, llamar a la familia Y, al psicólogo… ¿Cómo podemos dedicar tanto tiempo a una tarea tan irrelevante como hacer y colgar fotos y en cambio no tenemos horas para hacer lo que sí realmente importa? Es cierto que la escuela está siendo sacudida por una ola de cambios (llámesele innovación, reestructuración, adaptación, modernización…) que, como todo, están ocurriendo muy rápido. Pero estos cambios no siempre son sustanciales, muchos de ellos, incluso, no están siendo cuestionados, sino que se adoptan como una moda. En este caso, la moda de la transparencia y la visibilidad o, lo que es lo mismo: la de demostrar públicamente e incansablemente cuán buenos somos; sin importarnos que, para ello, tengamos que calcar lo que ya existe, porque, no lo voy a negar, las fotos de las webs escolares parecen todas las mismas.

El tiempo de trabajo personal o dedicado al centro en las escuelas escasea, y el poco del que disponemos debería estar aprovechado al máximo, dedicado a aquellas cosas que realmente nos hacen avanzar hacia una educación real, con sentido y contenido. Si nos dejamos llevar por tendencias, más que por intereses educativos, estamos perdidos.

Señores y señoras, nos vienen años de muchos cambios, y, hoy, más que nunca, debemos mantenernos críticos, porque de distracciones hay, y habrá, muchas.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/31/escuelas-la-fiebre-del-blog-y-las-redes-sociales/

Fuente imagen: https://www.hostinet.com/wp-content/uploads/2013/05/banner-blog-redes.jpg

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Argentina: “Defender la educación pública es militar por la educación pública”

Argentina/29 de Mayo de 2017/

El intendente Jorge Capitanich acompañó al exministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, durante la charla “Donde está la educación, está la Patria”, que se llevó adelante este miércoles por la tarde en la Escuela Pública Itinerante, instalada en la Plaza 25 de Mayo.

Además de agradecer al ex funcionario nacional por su participación, el jefe comunal expresó estar absolutamente de acuerdo con esta iniciativa, considerando que CTERA fue protagonista activo en el año 1988 con la marcha blanca que reclamaba findos para la educación argentina y recibió un altísimo nivel de consenso en la sociedad. “Hay que compartir estas reivindicaciones que son esenciales para la política Argentina, así como también es interesante poder compartir en las redes sociales información sobre el funcionamiento de esta carpa docente”, aseveró.

 

Para Capitanich, durante los 12 años de gobierno kirchnerista se obtuvieron logros sorprendentes en materia de educación, con un cambio extraordinario en materia de inclusión social y educativa. “Los pilares nuestros fueron una educación inclusiva, gratuita, solidaria, obligatoria, con equidad y llevando adelante un proceso de transformación educativa”, expresó el intendente.

 

Para concluir, agregó que “defender la educación pública es militar por la educación pública y se logra ampliando los derechos, defendiendo las ideas y los derechos, fijando una posición pública y por eso agradezco esta posición coherente que defendió un proyecto nacional, popular y democrático con diversidad de interpretación ideológica doctrinaria”.

 

Por su parte, el exministro Sileoni, manifestó que el tema central de la educación se transformó en una discusión de ideas de un gobierno que tiene gestos de armonía pero genera odios. “En poco más de un año pasamos de La Patria  es el otro de Cristina, a un Presidente que dice yo te cuido”, agregó.

Para Siloeni, que la Argentina tiene un Gobierno anti escuela pública y anti maestros, considerando que esta actitud provoca que se esté en contra a los derechos de igualdad que tienen los argentinos. “Es muy fuerte que un Presidente diga que hay algunos que caen en la educación pública, ya que hay 14 millones de alumnos en el país y 11 millones recurren a la educación pública”, expresó.

Además, el exministro de educación nacional explicó que la única alternativa para cambiar la realidad de la educación argentina es discutir ideas, citando una frase que dice: “que solo en la acción hay esperanza”. “Nosotros tenemos una conductora y vamos a seguirla para sacar a esta derecha que no tiene corazón, siempre con los límites de la democracia para que vuelva la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación”, finalizó.

El ciclo de charlas y debates “Todas las Voces”, Fue organizado por la Secretaría de Cultura, Turismo y Deporte del Municipio, y ya ha tenido invitados como la comunicadora Gabriela Cerruti, el periodista Víctor Hugo Morales, el sociólogo Horacio González, el ex ministro de trabajo de la Nación, Carlos Tomada; y al secretario general de SUTERH, Víctor Santa María;  entre otros.

Resistencia es la segunda ciudad que recibe a la Escuela Pública Itinerante, que es una iniciativa de CTERA para recorrer el país con actividades pedagógicas, educativas y culturales para todo el pueblo como forma de visibilización  de la importancia y el valor de la tarea docente.

Participaron también de esta charla, el secretario de Cultura Sebastián Benítez Molas; los subsecretarios Danilo Gualtieri (Mantenimiento), Mariela Quirós (Cultura), Bernardo Voloj (Turismo); así como María Inés Pilatti Vergara, los diputados provinciales Héctor Vega, Claudia Panzardi y Elda Pértile; la diputada nacional Lucila Masín, Angélica Kess, el secretario general de la CTA Hugo Yasky, Gabriela Deltín, Alejo Demichelis, así como dirigentes de Utre Ctera Chaco y de la CTA.

Fuente: http://www.chacodiapordia.com/interes-general/noticia/123420/%E2%80%9Cdefender-la-educacion-publica-es-militar-por-la-educacion-publica%E2%80%9D

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Estados Unidos: Juego ‘Space monkey’ ocasiona la muerte de un estudiante en Nueva Jersey

Estados Unidos/29 de Mayo de 2017/Panamerica

Otro peligroso desafío empieza a causar alarma entre los padres de familia. El juego del desmayo también conocido como ‘Mono espacial’  ya empieza a cobrar una de sus primeras víctimas.  En Nueva Jersey, un estudiante perdió la vida a raíz de este reto.

Este desafío consiste en que los participantes dejen de respirar por varios minutos para poder entrar en un estado eufórico, sin darse cuenta que sus vidas corren peligro.

En tanto, las autoridades del lugar donde ocurrió la tragedia, consideran  que las personas más propensas a acceder a este juego y adquirir este tipo de comportamientos son los alumnos de 9 a 16 años de edad. Cabe recordar que este luego es similar al de ‘La Ballena Azul’, que se caracterizaba por inducir a los usuarios de distintos países a la muerte a través de las redes sociales.

Fuente: https://panamericana.pe/24horas/internacionales/227295-unidos-juego-space-monkey-ocasiona-muerte-estudiante-nueva-jersey

 

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Facebook niega utilizar información de usuarios vulnerables en Australia

Australia/Mayo de 2017/Autor: Julio Sanchez Onofre/Fuente: El Economista

El diario The Australian dio a conocer un documento confidencial producido por la sede de Facebook en Australia, en el que consta una investigación realizada por la empresa con miras a ofrecer información de sus usuarios —sin el conocimiento y consentimiento de los mismos— a potenciales anunciantes. En el informe de 23 páginas consta que la empresa realizó un estudio entre los usuarios más jóvenes de la red social, en el que programó sus algoritmos para que identificaran cuando se encontraban psicológicamente vulnerables.

Tras la publicación de la nota, Facebook emitió una declaración pública en la que no negó la autenticidad del documento y cuestionó el enfoque del artículo del diario. La compañía argumentó que el análisis tenía la intención de identificar para los vendedores las formas en que los usuarios de la red social se expresan. En el comunicado se afirma que la empresa no ofrece herramientas para dirigir anuncios segmentados a las personas en función de su estado emocional y que se basó en datos anónimos.

Facebook monitoreó la actividad de 6.4 millones de usuarios por un periodo de dos semanas, que cayeron en las categorías de “estudiantes de secundaria, estudiantes de educación terciaria y jóvenes australianos y neozelandeses en la fuerza de trabajo”. Los algoritmos de la red social fueron programados para detectar las manifestaciones de los jóvenes en las que expresaran sentirse estresados, derrotados, abrumados, ansiosos, nerviosos, estúpidos, tontos, inútiles y fracasados. Para realizar esto, Facebook monitoreó mensajes, fotos, interacciones y la actividad de internet en tiempo real para detectar los momentos en que se presentaban las caídas emocionales en los jóvenes.

A decir de Cédric Laurant, director del programa SonTusDatos de la asociación civil Artículo 12, el posicionamiento de la compañía tiene sus matices. El experto de la Asociación dedicada a la defensa, promoción y protección de los derechos a la privacidad y datos personales de los usuarios, explicó a El Economista que Facebook no vende datos personales a anunciantes sino las categorías de usuarios a las que enfocar su mercadeo.

“No menciona que Facebook siempre tiene el conocimiento de qué usuario en particular está categorizado de tal o tal forma (deprimido, con sentimiento de tristeza, problema psicológico vinculado a alimentación como anorexia, bulimia), y que las categorías de usuarios que Facebook vende a los anunciantes permite a estos anunciantes, a su vez, vender a categorías de personas muy específicas”, comentó en un correo electrónico.

Facebook aseguró también que la investigación no siguió los protocolos de la compañía y anunció que realizaría una averiguación al respecto, con miras a mejorar los controles de supervisión, lo que, a juicio de la influyente publicación Wired, implica que la sede central no estaba al tanto de la misma.

En el comunicado, Facebook asegura que el análisis lo realizó “un investigador australiano”. En el documento en poder de The Australian, los ejecutivos australianos de Facebook David Fernández y Andy Sinn aparecen como los autores del estudio. El diario informó también que el estudio fue realizado para un banco australiano.

“La práctica documentada por The Australian refleja la punta del iceberg de lo que seguramente está haciendo Facebook a escondidas o, por lo menos, a nivel experimental para próximamente implementarlo. Es algo que nunca iba a revelar: que venden a anunciantes su capacidad de enfocar su publicidad hacia menores de edad basándose en sus estados de ánimo y emociones”, dijo Laurant.

“Si no fuera el caso, ¿por qué estaría tratando de venderlo a anunciantes? Refiriéndome a la larga historia de repetidas mentiras por parte de Facebook desde que inició sus operaciones hace más de una década, es más que probable que tiene ese objetivo – y no sólo en Australia sino a nivel global, México incluido obviamente”, cuestionó.

Preocupaciones llegan a México

Tras la publicación del artículo en el diario australiano y la respuesta de Facebook, unas 26 organizaciones defensoras de los derechos de la niñez y la protección de datos personales enviaron a Mark Zuckerberg una carta donde pidieron la publicación de la investigación y los materiales relacionados.

“Somos conscientes de que Facebook ha publicado un posicionamiento en el sentido de que esta investigación se desvió de los protocolos de Facebook y que la empresa no se involucra en el tipo de targeteo reportada por The Australian. Sin embargo, la declaración de Facebook no resuelve las preocupaciones sobre el análisis encargado, su propósito y lo que dice sobre las prácticas publicitarias reales de Facebook”, se lee en la carta.

En México, la carta fue firmada por SonTusDatos. Esta organización envió además una carta fechada el 10 de mayo a las oficinas de Facebook México y al Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para que realizara una investigación sobre este tipo de prácticas.

“No recibimos ninguna respuesta sino de dos personas de Facebook en Estados Unidos, que nos prometieron iban a organizar una videoconferencia con nosotros. Escribimos la carta para obtener una respuesta de Facebook México por la cual podían comprometerse a que no estaban haciendo lo reportado en el informe filtrado; también para resaltar que este tipo de tratamiento de datos personales violaba la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (por ello, copiamos a los comisionados del INAI)”, comentó Laurant.

“Hasta ahora, no hemos recibido su respuesta, ni en un sentido ni en otro. Y Facebook Estados Unidos no nos ha contestado tampoco al respecto”, insistió.

El Economista buscó a Facebook México para conocer su posicionamiento sobre la misiva enviada por SonTusDatos, pero la empresa respondió con el mismo posicionamiento emitido por la compañía como reacción al artículo de The Australian. Además se buscó al INAI, a través de su departamento de Comunicación Social, pero hasta la publicación de este artículo no se recibió respuesta

En la comunicación de Facebook enviada a El Economista se hace un hincapié: «Trabajamos para mantener a las personas informadas sobre sus opciones de privacidad desde el momento que crean una cuenta en Facebook. Las personas que utilizan Facebook quieren control sobre el contenido que comparten, entonces construimos nuestros productos para darles exactamente eso. Estamos enfocados en ayudar a las personas a entender cómo utilizar las herramientas que hemos creado para que puedan tomar decisiones informadas y controlar su experiencia en la plataforma.»

Pero el experto en protección de datos personales reviró el posicionamiento de la compañía al asegurar que Facebook no menciona que el control que tiene el usuario se limita a la distribución de sus contenidos a los varios círculos de sus posibles destinatarios: amigos, amigos de amigos, todos los usuarios de Facebook o el público en general (vía la indexación de contenidos en motores de búsqueda).

“Facebook no menciona que no permite a sus usuarios controlar cómo Facebook los categoriza (en múltiples categorías socio-económicas, religiosas, filosóficas, políticas o hasta psicológicas) y cómo vende esas categorizaciones a los anunciantes en México”, dijo.

No es la primera ocasión en que la empresa propiedad de Mark Zuckerberg lleva a cabo prácticas de ingeniería social, técnica que consiste en obtener información confidencial a través de la manipulación de los usuarios en sistemas de información.

Hace cinco años, Facebook realizó un experimento masivo de manipulación de emociones en casi 700,000 usuarios sin su consentimiento. La compañía realizó ajustes en el algoritmo de difusión de noticias para controlar lo que aparecía en los timelines de los usuarios seleccionados. El objetivo era era determinar si se podía dar un «contagio emocional» entre individuos sin necesidad de que interactuaran en persona. Facebook, en cooperación con científicos de las universidades Cornell y California, querían saber si el número de mensajes positivos o negativos que leían los usuarios les influían a la hora de colgar mensajes en su muro. El experimento constató que los usuarios colgaban mensajes positivos o negativos en función de los contenidos a los que habían sido «expuestos».

Cédric Laurant consideró que estos casos y el aviso de privacidad de Facebook viola la ley mexicana de protección de datos: “No provee la información requerida a sus usuarios sobre todas las finalidades para las cuales trata sus datos personales y sobre cómo los ‘venden’ a anunciantes para que puedan consentir en pleno conocimiento al tratamiento de sus datos personales. Esto se vio demostrado múltiples veces, por ejemplo en el año 2014 cuando reveló que había manipulado a casi 700,000 de sus usuarios para evaluar sus reacciones emotivas a noticias en su ‘news feed’”

Fuente: http://eleconomista.com.mx/tecnociencia/2017/05/28/facebook-niega-utilizar-informacion-usuarios-vulnerables-australia

 

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Según Zygmunt Bauman, el éxito de Mark Zuckerberg fue darse cuenta de que nuestra peor pesadilla es ser abandonados

28  Mayo 2017/Fuente: culturainquieta/Autor: Estimulante

El demoledor éxito de Facebook podría parecer, encierto sentido, desmesurado e inexplicable. Si se le considera en términos simples, la presencia de Facebook en nuestra cotidianidad es superflua.

Quien lo dude, que piense: ¿cuánto de lo que se obtiene durante el tiempo que usamos Facebook es prescindible en nuestra vida? La fotografía de un amigo que está de vacaciones, el desayuno de un compañero de oficina, los memes que todo mundo comparte… ¿Qué porcentaje de toda esa información es necesaria en nuestra vida?

Lo paradójico es que aun siendo conscientes de que Facebook es prescindible, en cierta manera no podemos privarnos de su uso. ¿Por qué?

Una posible respuesta a esa pregunta fue propuesta por Zygmunt Bauman, el eminente sociólogo de origen polaco fallecido a inicios del 2017 y que, al final de su trayectoria, prestó atención al fenómeno de las redes sociales.

En esta entrevista que concedió a Jordi Évole en Salvados, Bauman define con brevedad y lucidez el hueco que Facebook vino a llenar en nuestra vida cotidiana, de donde está anclado con suficiente firmeza.

El argumento de Bauman es contundente:

[Zuckerberg] descubrió o intuyó, no sé cómo pasó, no soy su biógrafo, de algún modo llegó a la conclusión de que la mayoría de nosotros en el mundo contemporáneo tenemos miedo a ser abandonados, a quedarnos solos, a perder el contacto con la vida que nos rodea…

El sociólogo señala una posible razón del éxito de Facebook –pero en especial de por qué, como si se tratase de una adicción, no podemos dejarlo.

Para ver la entrevista: https://youtu.be/_EnGbibIGx4

Fuente de la noticia: http://culturainquieta.com/es/inspiring/item/12069-segun-zygmunt-bauman-el-exito-de-mark-zuckerberg-fue-darse-cuenta-de-que-nuestra-peor-pesadilla-es-ser-abandonados.html

Fuente  de la imagen: http://hyperbole.es/wp-content/uploads/2017/01/zygmunt-bauman.jpg

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