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¿Estudias o trabajas? Consejos para ser más productivo durante la cuarentena

Por: Nacho Meneses

El cambio en la rutina diaria puede causar problemas de concentración y disminuir el rendimiento laboral o académico, o hacer que se acabe trabajando de más

Antes del 15 de marzo de 2020, solo el 4,3 % de los españoles trabajaba a distancia, casi un punto por debajo de la media europea (5,2 %). Al día siguiente, eran millones. La cuarentena impuesta dentro del paquete de medidas para luchar frente a la pandemia del coronavirus hizo que ciudadanos y empresas de países repartidos por todo el mundo tuvieran que transformar radicalmente sus rutinas laborales o académicas. Superado ya el primer mes, y con el horizonte de otro periodo igualmente prolongado por delante, cabe preguntarse si la adaptación ha sido todo lo efectiva que debía ser. ¿Rendimos menos, igual o, por el contrario, más que cuando asistíamos físicamente a clase o a la oficina?

El desafío era (y es) complejo, porque no se trata únicamente de estudiar o trabajar desde una ubicación diferente. Un domicilio no tiene por qué estar preparado para el trabajo o el estudio intensivo, existen numerosas distracciones y, en muchos casos, obliga además a conciliar a unos niveles antes desconocidos, debido al cierre indefinido de los centros educativos. Un cambio que además puede acabar por afectar no solo a la concentración y rendimiento, sino a otros aspectos fundamentales como la vida personal o la propia salud de las personas.

Pasar de tener una jornada completamente definida (levantarse, coger el transporte público para ir a estudiar o trabajar según unos horarios, o al gimnasio en días concretos), a tener otra más flexible o incluso sin horas o fechas marcadas puede tener consecuencias. “Al encontrarnos en un espacio no laboral, podemos fácilmente relajarnos, y que nuestros procesos cognitivos no estén tan activos como cabe de esperar cuando recibimos los estímulos de ambientes relacionados con tareas de concentración y rendimiento. ¿Estudias igual en casa que en la biblioteca? ¿Trabajas igual solo que viendo a todos tus compañeros trabajar?”, se pregunta Nuria Cros, experta en terapias de tercera generación del gabinete de Psicología Ypsihablamos. “Al trabajar desde casa, aumentan los potenciales distractores. La tele, el ordenador, una visita a la nevera… Cualquier cosa nos vale, ¿verdad? Y el más peligroso es el teléfono móvil”.

Uno de los factores que más puede influir en nuestro rendimiento es, sin duda alguna, la gestión emocional que hagamos de la crisis. Aunque, para Cros, el mayor impacto psicológico y cognitivo del confinamiento no suele aparecer ahora, sino al inicio, “cuando recibimos un estresor y un cambio radical en nuestras vidas y necesitamos tiempo para adaptarnos”. A medida que van pasando las semanas, uno va aprendiendo estrategias, por muy duras que sean las circunstancias (por ejemplo, por la pérdida de familiares y amigos).

El problema aparece cuando nuestros recursos no son ni adecuados ni suficientes (negación, pesimismo excesivo, abuso de sustancias, mala higiene del sueño, trastornos de la alimentación, mala gestión de los problemas conyugales…). “Este déficit en las herramientas de gestión (o en la percepción subjetiva de tenerlas) puede derivar en trastornos del espectro de la ansiedad, depresión, estrés prolongado que nos lleve al agotamiento, problemas de sueño, apatía y todo un largo etcétera de problemas psicológicos”, añade.

Rutinas para mejorar el rendimiento

Si se quiere ser eficiente y productivo, el primer aspecto a tener en cuenta es el de la organización. Aunque vayamos a quedarnos en casa, conviene que nos duchemos y nos vistamos como si fuéramos a ir a la oficina o la universidad (y cambiarnos de ropa al acabar). Una rutina sencilla que, además, puede ayudarnos a separar la jornada laboral del tiempo de ocio, y evitar que acabemos trabajando más de la cuenta. Lo siguiente es “crear una agenda para el día con los objetivos y las tareas a realizar, para maximizar tu tiempo y tener una idea de cuánto tiempo invertirás en cada cosa”, explica Shelley Osborne, vicepresidenta de Aprendizaje en Udemy. Colócalas por orden de prioridad, y no te olvides de desconectar el móvil o ponerlo en modo avión, a fin de no distraerte con las redes sociales.

Elegir bien el lugar donde estudiar o trabajar resulta fundamental. Debe estar apartado del resto de personas en el hogar, para concentrarnos sin apenas distracciones, y también de las zonas “en las que habitualmente se hace la vida en el hogar, como el salón o el dormitorio, y en especial la cama, ya que luego te costará más dormir y podría repercutir en tu salud”, argumenta Osborne. Cerciórate antes de empezar de que tienes a tu alcance todo lo que vas a necesitar, y no infravalores la importancia de una postura correcta.

Si trabajas y tienes varias reuniones, intenta agruparlas para que no sean fuente de interrupciones y puedas disfrutar de cierta continuidad en tus tareas. Y, por último, “trata de ampliar los canales de comunicación por los que puedes estar disponible, tanto con las personas a las que debes reportar, como con aquellos con los que trabajas mano a mano. La comunicación debe ser fluida en todas las direcciones, y mejor con las cámaras de los portátiles o los móviles activadas”, apunta.

Gestiona bien los descansos

Suena contradictorio, pero no lo es: para rendir más en el trabajo o en los estudios, hay que descansar con frecuencia. Pasarse ocho horas seguidas en ello puede ser contraproducente. “Es mejor ir parando cada dos horas y tomarse un pequeño descanso para meditar o hacer alguna actividad agradable como leer, escuchar música, tomarte un café o incluso ir a por el pan…”, recuerda Raquel Moyá, psicóloga y compañera de Cros. “Y no te olvides de cuidar los motores de tu cuerpo: dormir bien, comer sano y hacer ejercicio. Seguro que puedes sacar 10 minutos al día para moverte, aunque sea dentro de casa. No hay excusa”.

Cuando acabe el día, piensa en lo que has hecho y de qué puedes sentirte orgulloso u orgullosa; esto aumentará tu motivación para el día siguiente. Y si te apetece algún capricho, es el momento para dártelo. “Reserva eso que te gusta tanto para el final: un bombón, una ducha caliente, abrir esa botella de vino, ponerte música tranquila y relajada, leer la novela que te tiene enganchada, o ver ese capítulo de la serie que te gusta. ¡Los premios, al final!”, aconseja Moyá.

Eso sí, pasarnos de horas de descanso tampoco es bueno. Si trabajar mucho puede generar ansiedad, descansar demasiado puede llevarnos a la procrastinación. Y no confundamos descanso con no hacer nada: quedarse tumbado e inactivo durante muchos días, facilita entrar en un círculo vicioso de apatía y anergia, embajadores y precursores de la depresión. Descansar también puede ser hacer una actividad.

La higiene de sueño, fundamental

La falta de horarios fijos para ir a dormir y levantarse afecta gravemente a la higiene del sueño y, por consiguiente, a la calidad del estudio o del trabajo. “A menudo los pacientes nos comentan que duermen un día 13 horas, otro día cinco, y otros se pasan con la siesta. Todo esto repercute de manera negativa en el cuerpo, tanto a nivel físico como mental”, sostiene Cros. Dormir bien significa cargar las pilas de todos los procesos cognitivos. Nos ayuda a rendir mejor tanto física como mentalmente, y mejora nuestro estado de ánimo.

Pero ¿qué podemos hacer para procurar una buena calidad de sueño? Desde el estudio de Psicología Ypsihablamos, Cros y Moyá sugieren una rutina completa y sencilla de poner en práctica:

  1. Levántate y acuéstate siempre a la misma hora (incluido el fin de semana). Intenta que no haya diferencias de más de una hora. Regula el ciclo de sueño-vigilia repitiendo un patrón horario.
  2. Utiliza la cama solo para dormir. En el dormitorio, evita comer, estudiar, trabajar, ver series o mirar el móvil. La cama está para dormir, y nuestro cerebro necesita que esa asociación sea más fuerte que nunca cuando estamos inquietos por algo, como este confinamiento.
  3. Mantén un ambiente adecuado: luz tenue, con un colchón y una almohada cómodos, aislando la habitación o a nosotros mismos del sonido. Haz de tu dormitorio un templo del sueño lleno de señales que induzcan este proceso.
  4. Evita la siesta (y, en casos excepcionales, que no dure más de 20 o 30 minutos). El que sea demasiado larga hará que nos cueste más conciliar el sueño por la noche. Parece de cajón, pero si estás descansado, ¿cómo vas a dormir después?
  5. Haz actividad física durante el día. Mantenerse activo hará que lleguemos a la cama más cansados y que nos cueste menos conciliar el sueño.
  6. Evita comidas copiosas y/o los estimulantes. Si tomamos algún estimulante, procura que sea siempre antes de las cinco o seis de la tarde (la duración del efecto de la cafeína es de unas seis horas).
  7. Nada de luces brillantes dos horas antes de irnos a dormir: la melatonina, que es la hormona que regula el sueño, funciona con las señales de luz. Si estás mirando la pantalla del móvil cuando tu cerebro quiere apagarse, estás reactivando el proceso de vigilia.
  8. Sigue rutinas relajantes antes de acostarte: lavarse los dientes, ducharse, ponerse el pijama, darse un masaje con crema hidratante, beber una infusión caliente o poner música suave. También puede aplicarse durante los despertares nocturnos.

RELAJARSE PARA SER EFICIENTES

Una vez terminada la jornada (laboral o de estudio), desconecta e intenta desarrollar el resto de tu día al margen de esas obligaciones; separar tu vida personal y de ocio de la profesional es de vital importancia para tener tu propio espacio. La Guía para el trabajo a distancia de Fremap incide, entre otras cosas (como la importancia de una alimentación cuidada y saludable), en la importancia de una correcta relajación para el bienestar emocional (y la productividad), y propone unos sencillos ejercicios de relajación y de respiración que pueden mejorar la concentración y disminuir el nivel de tensión; unas prácticas que podemos también hacer durante alguno de los descansos de la jornada. A su vez, recuerda que «si al finalizar el trabajo, continúas usando pantallas de visualización, acumulas fatiga visual y mental. Por ello dedica un periodo para cambiar a otras actividades que no te supongan eso».

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/04/15/actualidad/1586938863_280833.html

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Marieta Lorenzatti: “Rendimiento no es sinónimo de calidad”

Por Revista Saberes

El debate sobre si es posible la incorporación y retención de quienes se encuentran fuera de la escuela, y al mismo tiempo garantizar una buena formación; las dificultades para articular discursos y prácticas comunes entre los distintos niveles del sistema y la Universidad; así como la autocrítica sobre el papel que juegan los pedagogos en las instituciones educativas, son los tópicos centrales de esta entrevista a Marieta Lorenzatti.

 
“Calidad e inclusión van de la mano cuando se revisan los modos del trabajo docente”, afirma la Subsecretaria Académica de Grado de la Universidad Nacional de Córdoba y ex directora de la Escuela de Ciencias de la Educación de la UNC, cuando se la consulta sobre si aquellos son términos encontrados o pueden coexistir.

Acerca del debate surgido con las nuevas leyes de educación nacional y provincial, en las que se establece la obligatoriedad de la secundaria, María del Carmen –Marieta, como la conocen todos– Lorenzatti señala que las normativas marcan “un cambio en la manera de mirar el sistema educativo y de manera particular este nivel”.

En este marco, la Doctora en Ciencias de la Educación apuesta por un mayor acercamiento entre la Casa de Trejo y los responsables de las políticas educativas, a fin de consensuar las decisiones vinculadas a las intervenciones pedagógicas.

¿Qué piensa sobre la discusión acerca de la calidad e inclusión educativas abierta por las nuevas leyes de educación?

-La responsabilidad estatal es precisamente garantizar la inclusión de todos los estudiantes; favorecer su permanencia; posibilitar sus aprendizajes y propiciar el egreso. Esto implica reconocer que son varias las dimensiones que complejizan la relación con la calidad: desde las políticas ministeriales –aquellas que impulsan procesos de formación docente, de construcción de los lineamientos curriculares, de organización escolar y las que se dirigen al ámbito administrativo–; hasta las tradiciones institucionales y, de manera muy particular, las  prácticas docentes. Calidad e inclusión van de la mano cuando se revisan los modos del trabajo docente; esto es la posibilidad de construir propuestas colectivas –no individuales– discutidas entre los actores sociales involucrados en una determinada institución. Esto significa poner en valor el sentido de los procesos de enseñanza y aprendizaje en la escuela.

–Si hablamos de calidad como apropiación de conocimientos, las familias y la sociedad en general reclaman porque los chicos no saben o no aprenden aquello que se considera importante…

-Eso es cierto, pero habría que dar vuelta la afirmación porque de esa manera la responsabilidad está centrada en los chicos, como si fuera una cuestión personal. Y no es así porque las propuestas desarrolladas por los docentes surgen de las decisiones que toman en relación con el grupo de estudiantes, sus niveles educativos, sus conocimientos anteriores y de los diseños curriculares. En todo caso, las familias y la sociedad podrían preguntarse ¿de qué manera colaboramos para favorecer la inclusión y la calidad educativas?, ¿cómo nos acercamos a las escuelas y ayudamos a darle contenido a la calidad? A su vez, esos reclamos asocian el concepto, al de rendimiento de los alumnos. Y cuando miramos los aprendizajes también deberíamos observar qué pasa con la enseñanza, enseñanza que tiene lugar en ciertas condiciones objetivas/materiales y que es desarrollada por un educador que ha sido formado en una determinada institución. Entonces, también tendríamos que mirar a los Institutos de Formación Docente (IFD), que a su vez pasaron por un proceso de transformación educativa en estos últimos años.

–¿El planteo es que es necesario mirar de una manera mas amplia a todos los actores del sistema y no sólo a los alumnos?

-Considerar la calidad como sinónimo del rendimiento de los estudiantes es una visión muy reducida del concepto: hay que incorporar a otros actores. Un profesional importante en el sistema educativo es el supervisor. En la medida en que puede acompañar la implementación de las políticas educativas, se constituye en la bisagra entre estas decisiones y lo que realmente sucede en las escuelas. Otro actor fundamental es el docente y sus procesos de capacitación. En la actualidad, si bien las propuestas de formación incorporan seminarios y talleres que remiten al estudio y/o análisis de situaciones que antes no ingresaban en los diseños curriculares (como la educación de jóvenes y adultos, la modalidad rural o la especial, entre otras), no son suficientes para repensar propuestas de intervención pedagógica. Es necesario construir espacios interinstitucionales que permitan entender las problemáticas que los niños y jóvenes traen a las escuelas.

Con inversión sólo no alcanza

Para Marieta Lorenzatti, la preparación y capacitación docente son un pilar fundamental no sólo al hablar de la calidad educativa sino también del derecho y la obligación de los jóvenes para finalizar los estudios: “No es casual el momento político en que se habla de la obligatoriedad del secundario. La Ley de Educación Nacional viene asociada a transformaciones, a la creación del Instituto Nacional de Formación Docente… Estamos mirando la educación desde otro lugar, muy distinto a aquel desde el que se la miraba en los ’90: hoy es un bien público, social, y no una mercancía”.

–Además los niveles de inversión son muy importantes, para garantizar la inclusión y calidad educativas…

-Desde la Ley Federal, en 1993, que fue la que extendió la obligación de la educación al 3° año de la secundaria, hasta la promulgación de la Ley de Educación Nacional, en 2006, fue la década en la que más se invirtió en educación. Por ejemplo, el Plan Social Educativo, apoyaba con presupuesto a proyectos innovadores, proveyó de bibliotecas a todas las escuelas y a los IFD. Y sin embargo, la disponibilidad de bienes materiales no garantiza la calidad educativa. El estado, además de recursos, debe brindar acompañamiento a los docentes, asesoramiento sostenido, sistemático y contextualizado a través de los equipos ministeriales. La calidad educativa es una construcción colectiva, cuya meta es cualitativa y no sólo cuantitativa que sirva para los rankings internacionales de rendimiento escolar. Por eso es imprescindible desarrollar políticas de articulación interinstitucional orientadas hacia la formación inicial y continua, la investigación y la producción de conocimiento.

–¿No cree que existe una especie de rivalidad entre escuela y Universidad, en la que los docentes sienten que los universitarios hacen investigación educativa para sí mismos, y señalan con el dedo lo que está mal?

-No hablaría de rivalidad. Creo que los universitarios tenemos una gran deuda con la sociedad. Deberíamos articular esfuerzos para estudiar y reflexionar sobre la realidad educativa, en este caso, y poder construir propuestas que, desde cada lugar institucional, ayuden a superar las problemáticas detectadas. Es necesario pensar nuevas formas de trabajo conjunto y de difusión y circulación de los conocimientos producidos en el ámbito de la Universidad para que estos resultados sean conocidos y convertidos en objeto de enseñanza en los distintos niveles educativos.

–¿Y respecto a la mirada crítica, que todo el tiempo señala el error?

-Es cierto que muchas veces los pedagogos, por una deformación profesional, “señalamos con el dedo lo que esta mal”. En este sentido, me sorprenden las dificultades que tienen algunos estudiantes de la carrera de Ciencias de la Educación cuando hacen observaciones en las instituciones educativas de no poder ver lo que sucede en el aula. Siempre les señalo esto porque no se trata de estudiar para llegar a las instituciones y decir “lo que hay que hacer”, sino de poder entender los procesos que se dan en una escuela, en la clase o en otros espacios educativos para ver qué hacemos juntos frente a esa realidad. Es cierto que en distintas ocasiones son los mismos docentes los que demandan que se les indique, que se les diga qué tienen que hacer. Pero dar respuestas universales, absolutas centradas en dogmas teóricos no posibilita pensar y construir lo necesario para esa institución, para esas prácticas de enseñanza y obtura todo tipo de diálogo y construcción colectiva.

En este sentido, Marieta Lorenzatti, recuerda a quien fuera su mentora, la ex decana de la Facultad de Filosofía y que hoy da nombre al área de educación del centro de investigaciones de esa unidad académica, María Saleme de Burnichón, quien en los ’90, en pleno proceso de descentralización educativa y cambios curriculares, planteaba que la del pedagogo es una profesión peligrosa. “Si uno no advierte que se trata de un trabajo colectivo junto al docente y el estudiante, podemos caer en la trampa de pensar que la transformación sólo se da a partir del cambio de contenidos, de planes de estudio y, desde hace unos años, de la incorporación las tecnologías a la enseñanza”, argumenta.

Ello puede ayudar a explicar el resquemor que suele haber “por parte de los distintos actores educativos (desde las autoridades, los supervisores, directivos y docentes) sobre el trabajo de los universitarios en las instituciones educativas”. “Aunque más allá de las expectativas, intereses y necesidades diversas en el marco de lógicas institucionales diferentes, existe una misma preocupación sobre la calidad de los procesos socioeducativos”, dice para finalizar.

Fuente: https://revistasaberes.com.ar/2012/08/rendimiento-no-es-sinonimo-de-calidad/

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España: Asociación negativa entre el tiempo frente a las pantallas y el rendimiento académico

Europa/España/08-12-2019/Autor(a): SINC/Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC 

Científicos españoles han confirmado cómo las actividades basadas en la pantalla, concretamente el tiempo viendo la televisión o jugando a videojuegos, se relaciona de forma negativa con el rendimiento académico en niños y adolescentes. El estudio analiza 5.599 artículos científicos.

Los estudios elegidos contaban con una muestra de 480.479 participantes de 4 a 18 años en 23 países. / Pixabay

Investigadores del grupo LIFE (Physical Activity, Fitness and Health) de la Universitat Jaume I (UJI), junto con investigadores del Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha, han concluido que existe una asociación negativa entre las actividades basadas en la pantalla, concretamente el tiempo viendo la televisión o jugando a videojuegos, y el rendimiento académico en niños y adolescentes.

El estudio, que analiza 5.599 artículos científicos, sugiere que este efecto negativo del tiempo pasado ante la pantalla sobre el rendimiento académico parece mayor en el caso de la etapa de la adolescencia que en el período de la niñez.

Para los autores, cada actividad basada en la pantalla debe analizarse individualmente por su diferente asociación con el rendimiento académico

No obstante, no es la cantidad de tiempo total la que se asocia con el rendimiento académico, sino el tipo de actividades que se realizan ante ella y que refuerzan la necesidad de investigar de forma individual qué clase de actividades de pantalla se realizan.

Publicada en JAMA Pediatrics, la investigación recalca que cada actividad basada en la pantalla debe analizarse individualmente por su diferente asociación con el rendimiento académico, en particular la visualización de la televisión y los videojuegos, que parecen ser las actividades que influyen de forma más negativa en los resultados en la escuela o instituto.

Llamamiento a docentes y sanitarios

El trabajo analiza la asociación del tiempo o la frecuencia de uso del ordenador, internet, móvil, televisión, videojuegos, así como el tiempo total de pantalla, con indicadores de rendimiento académico globales en las áreas de lenguaje y matemáticas.

Los autores hacen un llamamiento a los profesionales de la educación y de la salud pública para que consideren la supervisión y la reducción de estas actividades como estrategias para mejorar el rendimiento académico en niños y adolescentes. “Es fundamental tener en cuenta el contenido y el propósito del uso de los dispositivos con pantalla porque ambos podrían influir fuertemente en la asociación analizada”, explica Mireia Adelantado-Renau, investigadora de la UJI.

El equipo ha incluido en la revisión sistemática 58 estudios transversales, de los cuales 30 se han incluido en el metaanálisis, después de haber identificado casi 6.000 estudios publicados entre 1958 y 2018. Los estudios elegidos involucraban a 480.479 participantes de 4 a 18 años de 23 países. El trabajo se ha llevado a cabo siguiendo el modelo PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses).

Referencia bibliográfica:

Mireia Adelantado-Renau, Diego Moliner-Urdiales, María Reyes Beltrán-Valls, Iván Cavero-Redondo, Celia Álvarez-Bueno y Vicente Martínez-Vizcaíno. JAMA Pediatr. 2019; 173 (11): 1058-1067. doi:10.1001/jamapediatrics.2019.3176

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Asociacion-negativa-entre-el-tiempo-frente-a-las-pantallas-y-el-rendimiento-academico

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Sitio del día: Una herramienta de educación para profesores y maestros

Redacción: Merca 2.0

A través de esta herramienta, los profesionales de la educación pueden desarrollar recursos que ayuden a los estudiantes a tener un mejor rendimiento.

La educación es un tema complejo. En los últimos años, han llegado nuevas tendencias de preparación académica que están enfocadas a preparar a las futuras generaciones para poder enfrentar los retos del futuro. Asimismo, en países como México, se han empezado a detectar retos significativos sobre la forma en la que se prioriza la forma de enseñar. Pero las batallas más importantes las lidian los profesionales de la enseñanza, día a día, en el salón de clases.

Si bien están preparados para enseñar a otras personas, profesores, maestros y otros expertos de la educación no siempre tienen a su disposición las mejores herramientas. Para que alguien más pueda memorizar conceptos y desarrollar un proceso de análisis competitivo, lo mejor es tener todo el apoyo posible. Aunque físicamente no todas las aulas tienen el mejor equipo a su disposición, con la llegada del internet se ha democratizado el acceso a un sinfín de utilidades.

Una herramienta para facilitar la educación

Entre los recursos con los que cuenta esta herramienta, se cuentan varias dinámicas y juegos para reafirmar el aprendizaje. Entre ellos, pruebas de conocimiento rápidas en varios formatos (respuesta múltiple, verdadero o falso, etcétera), crucigramas y otras dinámicas de educación. Todas estas actividades pueden crearse, personalizarse y compartirse gratuitamente tanto con el grupo como con otros profesores, lo que permite una muy buena flexibilidad y colaboración.

Además, los resultados de los estudiantes en cada una de estas actividades de educación se registra en una base de datos. A través de esta herramienta, los usuarios pueden analizar y sacar conclusiones sobre el progreso de grupos enteros o estudiantes específicos. En este sentido, se trata de una de las mejores utilidades de educación gratuitas que hay en el mercado. Y que además promete una experiencia sin igual para cualquier maestro y profesor.

Fuente: https://www.merca20.com/sitio-del-dia-una-herramienta-de-educacion-para-profesores-y-maestros/
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Las mejores películas para educar en valores

Por: aptus.

El portal ayudaparamaestros.com armó un lisado con las 10 mejores películas que permiten abordar distintos valores con los alumnos. Tomá nota:

1- El médico africano: un brillante médico congoleño logra escapar felizmente de la dictadura y se traslada con su familia a un pueblo francés donde todos sufrirán el choque cultural.

2- El niño que domó el viento: un niño de 13 años se inspira en un libro de ciencias para construir una turbina de viento y salvar de la hambruna a su pueblo en Malawi. Basada en hechos reales.

3- Mala hierba: un estafador con un pasado difícil se hace cargo de un grupo de estudiantes problemáticos que lo cambiarán todo.

4- El buen Sam: una curiosa periodista encuentra el amor mientras investiga la historia de un misterioso personaje que deja bolsas de dinero en casas ajenas por toda Nueva York.

5- El indomable Will Hunting: cuando unos profesores del MIT se dan cuenta de que un preceptor es un genio de las matemáticas, un terapeuta ayudará al joven a afrontar los demonios que le reprimen.

6- Wonder: un chico con una cara distinta nunca ha ido a la escuela porque lo educaron en casa. Ahora ha llegado el momento de salir ahí fuera y hacer amigos en su nueva clase.

7- Juego de honor: Ken Carter, un entrenador de basquetbol polémico, antepone los estudios al deporte y, dado el bajo rendimiento académico del equipo, suspende los próximos partidos.

8- The bad kids: un grupo de profesores de un instituto en el desierto de Mojave defienden un enfoque poco convencional para ayudar a estudiantes con problemas.

9- Billy Elliot: un chico cambia sus clases de boxeo por las de ballet, pasión que quiere llevar hasta el final, pero su padre no lo ve con buenos ojos.

10- El ascenso: un joven parisino de origen senegalés decide escalar el Everest para impresionar a la mujer que ama.

Fuente de la reseña: https://www.aptus.com.ar/las-mejores-peliculas-para-educar-en-valores/

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10 películas de Netflix para educar en valores

Por: Ayudaparamaestros.

 

Recientemente, he visto estas 10 películas en Netflix que nos permiten abordar distintos valores con nuestros alumnos. Para acceder a las películas, haced clic en el título de cada una de ellas. ¡Espero que os gusten! ¿Cuál añadiríais vosotros?
1. El médico africano: un brillante médico congoleño logra escapar felizmente de la dictadura y se traslada con su familia en un pueblecito francés donde todas sufrirán el choque cultural.

 

 

2. El niño que domó el viento: un niño de 13 años se inspira en un libro de ciencias para construir una turbina de viento y salvar de la hambruna a su pueblo en Malawi. Basada en hechos reales.

 

 

3. Mala hierba: un estafador de poca monta con un pasado difícil que opera con su madre adoptiva se hace cargo de un grupo de estudiantes problemáticos que lo cambiarán todo.

 

 


4. El buen Sam: una curiosa periodista encuentra el amor mientras investiga la historia de un misterioso personaje que deja bolsas de dinero en casas ajenas por toda Nueva York.

 

 

5. El indomable Will Hunting: cuando unos profesores del MIT se dan cuenta de que un bedel es un genio de las matemáticas, un terapeuta ayudará al joven a afrontar los demonios que le reprimen.

 

 

6. Wonder: un chico con una cara distinta nunca ha ido a la escuela porque lo educaron en casa. Ahora ha llegado el momento de salir ahí fuera y hacer amigos en su nueva clase.

 

 

7. Juego de honor: Ken Carter, un entrenador de baloncesto polémico, antepone los estudios al deporte y, dado el bajo rendimiento académico del equipo, suspende los próximos partidos.

 

 

8. The bad kids: un grupo de profesores de un instituto en el desierto de Mojave defienden un enfoque poco convencional para ayudar a estudiantes con problemas.

 

 

9. Billy Elliot: un chico cambia sus clases de boxeo por las de ballet, pasión que quiere llevar hasta el final, pero su padre no lo ve con buenos ojos.

 

 

10. El ascenso: un joven parisino de origen senegalés decide escalar el Everest para impresionar a la mujer que ama.

 

Fuente de las reseñas: http://www.ayudaparamaestros.com/2019/07/10-peliculas-de-netflix-para-educar-en.html
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Jugar en la naturaleza: la clave del desarrollo cognitivo en la infancia

Por: Ecoosfera.com

Trepar árboles, correr en arroyos, incluso correr riesgos, son indicadores de buena salud neurológica en la infancia.

Los bosques no sólo son indispensables para mantener las condiciones climáticas y limpiar la contaminación de las grandes ciudades: según un estudio reciente, también podrían mejorar las capacidades cognitivas de los niños y niñas en edad escolar.

Un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona reveló una asociación entre el rendimiento académico y el contacto con la naturaleza en estudiantes de nivel básico.

En el artículo resultado del estudio y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, se asegura que “los ambientes naturales, incluyendo las areas verdes, le dan a los niños oportunidades únicas para aventurarse, correr riesgos, descubrir, ser creativos, dominio y control de sí, fortalecimiento del sentido del yo, inspiran estados emocionales básicos tales como el sentido del asombro, y mejoran la restauración psicológica”.

Los investigadores trabajaron junto a 2,593 niños y niñas de 36 escuelas de Barcelonadurante 1 año, durante el cual realizaron pruebas de memoria, pensamiento abstracto, razonamiento, identificación de patrones y solución de problemas, entre otras variables cognitivas.

La cercanía del bosque también se ha asociado a una disminución de los síntomas de estrés y ansiedad.

A la vez, los investigadores calcularon las áreas verdes alrededor de las casas y escuelas a las que asistían los niños, tomando en cuenta las rutas de traslado, así como los niveles de contaminación del aire a los que se exponían diariamente.

Luego de 1 año de llevar este registro, los investigadores concluyeron que los niños con mayor cercanía a las áreas verdes habían incrementado sus capacidades cognitivas con respecto al año previo, en promedio, y comparados con sus compañeros que no tenían acceso a estas áreas.

Existen varias causas probables para explicar esta relación. Por un lado, el ejercicio físico realizado en la naturaleza se ha asociado con mejorías en la función cognitiva, especialmente en niños; por otro lado, existen indicios que sugieren que los microbios a los que se someten los niños en ambientes naturales podrían promover el desarrollo neuronal.

Otra de las causas de esta relación entre naturaleza y función cognitiva podría ser que las áreas boscosas suelen tener menores niveles de contaminación ambiental. La contaminación, de hecho, está relacionada con el envejecimiento neuronal e incluso con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

Si para la mayoría es difícil vivir en las cercanías del bosque, al menos haríamos bien en adoptar la cercanía del bosque como una escuela de la naturaleza, especialmente si convivimos con niños pequeños.

Fuente del artículo: https://ecoosfera.com/ninos-naturaleza-cerebro-beneficios-cognicion-inteligencia/

 

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