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Credibilidad polémica

Por: Dinorah García Romero 

Cuán lejos estamos de saber analizar y construir desde las diferencias y, aún más, de comprender que el debate de las ideas no nos otorga licencia para denostar.

Diferentes actores de los ámbitos educativo y social de la República Dominicana han participado, en las últimas dos semanas, de un debate activo en torno a la Normativa 09/15, orientada a regular la elaboración y desarrollo de los Programas de Formación Docente en la República Dominicana, emitida el 11 de diciembre de 2015 por el Consejo Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, CONESCyT.

Aprovechando el debate generado por la decisión del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología de evaluar dicha normativa, se escuchan voces que, con tono elevado y poco delicado, califican a las Instituciones de Educación Superior, IES, de estar movilizadas por el negocio y preocupadas por intereses particulares, al margen de las necesidades del sistema educativo dominicano. Escuchar estas expresiones, en medio de un debate, indica cuán lejos estamos de saber analizar y construir desde las diferencias y, aún más, de comprender que el debate de las ideas no nos otorga licencia para denostar a personas ni tampoco a instituciones.

Se constata, en personas y sectores, dificultades para mantener el nivel de la discusión sin caer en calificativos que erosionan la credibilidad de las instituciones de educación superior.  Estas instituciones, a su vez, han de analizar por qué se les percibe así, cuáles son los indicadores que justifican tales apelativos. De igual manera, las IES han de revisar su relación con los medios de comunicación, para aportarle mayor calidad y compartirles referentes relacionados con el compromiso académico, ético y social que las empeña en la sociedad. La realización de este tipo de ejercicio es saludable para la democracia y para el desarrollo que necesita el país. Asimismo, es una evidencia más de que las IES no tienen trama oculta en el debate que se ha abierto. Además, así las IES aportarán, con mayor amplitud, espacios que permitan la confirmación de la cultura de la transparencia en su comportamiento.

La credibilidad de las IES ha de ser una prioridad en los tiempos actuales. En la medida en que este rasgo esté fuerte, la relación y comunicación con la sociedad será más diáfana y emprendedora. Del mismo modo, la sociedad adquiere un conocimiento más nítido del funcionamiento de las IES; y disminuyen los epítetos que buscan el desprestigio de las universidades.

Las IES de la República Dominicana pueden aprovechar esta ocasión para cualificar su transparencia interna y externa. La credibilidad de las IES aporta significativamente a los procesos formativos y de aprendizajes de los estudiantes, potencia el sentido de pertenencia de los docentes y se convierte en orgullo para los sectores con los que se relaciona y para toda la sociedad. Se ha de trabajar con mayor ahínco la cultura de la verdad. Trabajar este tipo de cultura hoy es una tarea difícil, pero no es imposible.  En un contexto en el que se utiliza la mentira para socavar los cimientos de instituciones y personas, esta tarea se vuelve impostergable. La credibilidad compromete a las personas y a las instituciones a vivir en verdad y de cara a la verdad. Esta postura es difícil, porque distintas variables del entorno bloquean la verdad; otros, le temen a la verdad. La acción prioritaria no es defenderse de los apelativos que drenan la confianza en las instituciones de Educación Superior. Hay que superar la credibilidad polémica. La prioridad es profundizar en la práctica cotidiana de las IES, la autenticidad y la identificación afectiva y efectiva con su misión específica. Se espera una respuesta que haga avanzar al país y al sistema de educación superior dominicano. Un aspecto central, credibilidad en el discurso y en la práctica.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/credibilidad-polemica-8935442.html

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La Felicidad: un asunto de la universidad

Por: Héctor Rodríguez Cruz

Aproximadamente más de 200 universidades del mundo vienen realizando cursos y postgrados sobre la “felicidad”, que se enseña como se hace con matemáticas, literatura y otras asignaturas.

Hoy día los cursos sobre “Felicidad” comienzan a ser de los más solicitados en prestigiosas universidades del mundo. Las universidades e instituciones de educación superior dominicanas, más temprano que tarde, deberán sumarse a esta tendencia mundial, de lo contrario quedarán a la zaga de las buenas universidades del siglo XXI.

Siendo que en tiempos de redes sociales hay una sobre exposición sobre el tema de la felicidad (por ejemplo en Instagram hay más de 6,5 millones de publicaciones con el HT #Felicidad), en el escenario de la educación superior, este concepto está asociado no sólo al éxito académico de los estudiantes, sino también a su permanencia.

La “Felicidad” es asunto de la universidad. Uno de los pioneros de la enseñanza de la felicidad en Harvard es el profesor Tal Ben-Shahar. Dicho curso se llama “Mayor felicidad” y atrae a unos 1400 alumnos por semestre y el 20% de los graduados de Harvard toman este curso electivo. Para Tal Ben-Shahar debe enseñarse “felicidad” así como se enseña matemáticas, literatura y otras asignaturas.

También en la Universidad de Yale estudiantes  de todos los años y carreras toman el curso «Psicología y la buena vida«, que enseña sobre la felicidad. Al igual que en Harvard, este curso se convirtió en el más popular en la historia de la Universidad de Yale. La  Universidad de Yale no sólo se preocupa por formar profesionales capaces, sino también personas felices.

Otras universidades como Stanford, George Mason, McGuill y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, entre otras, se han sumado a esta tendencia. En Inglaterra se enseña felicidad en el  Wellington College mediante  “la cátedra para el bienestar y la felicidad”. El London School of Economics la enseña Paul Dolan, autor del libro “Diseña tu felicidad”, en el que explica que la fórmula para ser feliz es lograr un equilibrio entre el goce y el propósito.

En Copenhague, Dinamarca, se realizan cursos de felicidad a través del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague, Dinamarca y se enfoca en encontrar por qué se es más feliz en unas ciudades o países más que en otros. En la Universidad de Adelaide en Australia, se enseña felicidad y se considera que ciertamente la felicidad y el bienestar se pueden aprender, son medibles y enseñables.

América Latina no es ajena a esta tendencia. En Chile la Universidad Católica de Chile y la Universidad “Adolfo Ibáñez” ofrecen Diplomados en Educación para la Felicidad. Los programas están dirigidos a profesores y agentes formadores en el sistema escolar y no formal y tienen como propósito que los participantes se transformen en agentes de cambio que generen ambientes educativos acogedores, resilientes y solidarios.

En Colombia este tipo de espacios se iniciaron en el 2013.  En el Centro de Estudios Superiores de Administración (CESA) se ofrece el curso “The Happy Business” También en la Universidad Sergio Arboleda con el nombre “Make it Happy”. En la Universidad del Rosario con el nombre “Educando para la felicidad”.  La Universidad de La Sabana y la Universidad EAFIT también ofrecen varios cursos relacionados con la felicidad.

En Argentina, la universidad de Palermo ofrece un postgrado con 12 módulos. Conformado por tres cursos: Bienestar Psicológico y Emociones Positivas; Rasgos Positivos, Fortalezas y Flow; Comunidades y Organizaciones Positivas.  En Uruguay, la Universidad de Montevideo  ofrece un curso de 30 horas presenciales.

En España, en el 2018, a través de la Universidad de Alcalá, irrumpió el método de educación “So-Ka”, que significa en japonés “creación de valor”. En dicho sistema educativo se da formación desde la Educación Infantil hasta la universitaria, en la Escuela Infantil de Sapporo, el campus de Kansai en Osaka y Kyoto (Educación Primaria y Secundaria) y dos universidades en Tokio y en Aliso Viejo, en California. Además de estos centros, existen actualmente escuelas infantiles en Singapur, Malasia, Hong Kong, Brasil y Corea del Sur que utilizan este método.

En la Educación Soka se destaca la  importancia del desarrollo de los profesores, con la idea de que si los estos no crecen, los alumnos tampoco lo harán. Un buen ejemplo de su filosofía de trabajo es su idea de que los profesores están “demasiado ocupados”. En japonés esto se expresa con dos ideogramas que significan “corazón” y “olvidar”. Los profesores que no tienen tiempo para sus estudiantes son los maestros que han olvidado su corazón.

La Universidad de Granada  a través de la Escuela Internacional de Posgrado ofrece el Diplomado en Educación Positiva, Bienestar Docente y Felicidad en las Aulas. Otro ejemplo es el de la Cátedra sobre las Condiciones Sociales para la Felicidad Humana que ofrece la Universidad Erasmo de Róterdam en Holanda.

La Felicidad es un asunto de las universidades. Aproximadamente más de 200 universidades del mundo vienen realizando cursos y postgrados sobre la “felicidad”.

Esperemos que  las universidades dominicanas asuman el deber de enseñar “felicidad” en  sus comunidades académicas y en la sociedad en general. ¡Que las que se atrevan lo digan y que lo lleven a la práctica!

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-felicidad-un-asunto-de-la-universidad-8935495.html

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República Dominicana: Asistencia en las escuelas ha sido mínima en Yamasá

América Central/República Dominicana/16-04-2021/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Sugelys Manzueta, presidente de la sección de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en Yamasá, expresó que la presencia de los estudiantes a sido muy mínima, en escuelas que hay 500 van entre 10 y 30 estudiantes.

MONTE PLATA, República Dominicana.- Sugelys Manzueta, presidente de la sección de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en Yamasá, expresó que a pesar que las clases se iniciaron de manera gradual el pasado seis de abril la asistencia de los estudiantes ha sido mínima.

«La presencia de los estudiantes a sido muy mínima, en escuelas que hay 500 van entre 10 y 30 estudiantes», indicó Manzueta.

Agregó que también los padres no han querido enviar sus hijos a la escuela porque ven que no existen las condiciones.

Sin embargo, dijo que los maestros están cumpliendo con su responsabilidad laboral.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/asistencia-en-las-escuelas-ha-sido-minima-en-yamasa-8933831.html

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Compromisos ineludibles e innegociables

Por: Dinorah García Romero 

El foco de interés y de atención es calidad más que nunca en educación, formación docente y vida universitaria.

La semana que acaba de pasar ha estado movilizada por diversos hechos ocurridos en el contexto nacional. El que da origen a este artículo se vincula con la Normativa 09/15 para regular la elaboración y desarrollo de los Programas de Formación Docente en la República Dominicana, emitida por el CONESCyT el 11 de noviembre de 2015. El Ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología ha planteado la posibilidad de una revisión de esta normativa. Asociaciones de Universidades del país avalan la revisión propuesta por el Ministro de Educación Superior. Algunas de las razones para avalar la revisión, que aparecen en la prensa, concitan la atención de distintos sectores sociales y educativos. Además, generan preocupación, al tocar la calidad de dos pilares nucleares, la educación y   la formación docente. Pero la situación que se suscita resulta sumamente importante. Se perciben dos aspectos distintivos: uno que evidencia la relevancia que la sociedad dominicana le confiere a la calidad de la educación y a la calidad de la formación de los docentes. Queda claro que no le da igual cualquier tipo de educación. El otro aspecto queda evidenciado con la postura proactiva e interpelante de distintos actores educativos y sociales. Estos ciudadanos y medios de comunicación muestran que se ha fortalecido el desarrollo del pensamiento crítico en el país. La puesta en acción de esta capacidad favorece la búsqueda de soluciones a los problemas con visión y perspectivas plurales y con mayor integralidad.

El Plan Decenal de Educación, 1992; el Plan Decenal 2008-2018, el Movimiento Social Coalición Educación Digna, 2010-2012; la Ley 1-12 Estrategia Nacional de Desarrollo 2030; el Pacto Nacional para la Reforma Educativa en la República Dominicana, 2014-2030 y la Normativa 09/15 evidencian una constante: énfasis en la necesidad de calidad de la educación, calidad de la formación y del desempeño de los docentes. Estos documentos hacen visible un trabajo arduo de la sociedad para cualificar el sistema educativo dominicano en sus ámbitos preuniversitario y de la educación superior. Estos referentes no son perfectos, pero aportan significativamente. Son revisables, pues estamos en el 2021; pero no para retroceder y mucho menos para institucionalizar la cultura de lo fácil. Es necesario superar las rupturas que provocan desgastes y nuevas fragilidades en el sistema educativo del país.

El compromiso con la calidad de la educación y de la formación de los docentes es ineludible e innegociable. Esto es lo que importa; los colores partidarios de los que intervinieron, no interesan. Importa, además, la continuidad de todo aquello que permita avanzar, cualificar las estructuras y acentuar el rigor científico en la educación y en la formación de educadores. Ya no es aceptable dar marcha atrás. Las universidades del país no tienen en plan hacer retroceder lo que se ha logrado hasta la fecha. Si alguna lo ha pensado, está fuera de la historia. Ella misma ha de cavar su tumba y organizarse para desaparecer en soledad. La educación dominicana está urgida de cambios estructurales. No hay fuerza humana, política, religiosa o económica, que pueda eliminar o bloquear los pasos -pequeños y escasos- que se han dado hasta este momento. Las instituciones de educación superior están llamadas a ser pioneras en innovación y en calidad integral de la educación y del desarrollo social de la nación. Este es el espíritu que mueve a la mayoría de estas instituciones. Es necesario fortalecer el diálogo entre la Academia y la sociedad; crear lazos fundados en una confianza básica que fortalezca a ambas instancias. La educación dominicana no resiste fracturas entre la Academia y la sociedad. El foco de interés y de atención es calidad más que nunca en educación, formación docente y vida universitaria. Y todo este empeño ha de estar orientado a lograr un país más educado, más civilizado y justo.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/compromisos-ineludibles-e-innegociables-8932899.html

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República Dominicana: EDUCA plantea necesidad relanzar compromisos pacto Educativo

América Central/República Dominicana/09-04-2021/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Samuel Conde, presidente de la entidad, afirma que el Pacto Educativo está plenamente vigente y debe ser cumplido.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) abogó por la reafirmación y relanzamiento de los compromisos asumidos en dicho contrato social educativo, fundamentado en la necesidad imperiosa de que la educación, a propósito de arribar el Pacto Nacional para la Reforma Educativa a su séptimo aniversario de rubricado.

De acuerdo a la nota de trabajo elaborada por el equipo técnico de EDUCA, su presidente, Samuel Conde, indicó que los primeros siete años de vigencia del Pacto, en términos estructurales han sido de vacas gordas para la educación dominicana, partiendo del cumplimiento de la Ley y la asignación del 4 % del PIB desde 2013, con la construcción de más de 42,500 aulas, incremento del salario docente y expansión en las coberturas de los niveles inicial, primaria y secundaria, así como en lo que refiere a la revalorización de la educación técnica y tecnológica, en tanto en lo que respecta a los aprendizajes, estos mismos años se asemejan más a los siete de vacas flacas.

Subrayó que a dicha realidad, deben sumársele los efectos aún no cuantificados de las consecuencias de la pandemia provocada por la COVID-19,  que no solo agudizarán los niveles de aprendizaje sino que también profundizarán las desigualdades sociales en la distribución de los mismos.

A juicio todas las mediciones disponibles, sean nacionales o internacionales, demuestran que durante el tiempo de vigencia del Pacto no se han procesado mejoras significativas.

En las pruebas diagnósticas que aplica el Ministerio de Educación (MINERD) para todos los estudiantes de los terceros grados de la educación primaria pública y privada se demostró que solamente el 12.2 % es capaz de leer con fluidez y comprender lo que lee, mismas pruebas que aplicadas ahora al conjunto de los estudiantes de los sextos grados de la educación que asisten a centros públicos o privados, arrojaron que tan solo el 4.1 % alcanza niveles satisfactorios en matemática (MINERD, 2018), apuntó.

A la vez de resaltar «y las pruebas PISA, que para 2018 ya debieron recoger efectos de la inversión extraordinaria y del enfoque de la educación dominicana según los preceptos del Pacto, no sólo no mejoró respecto a 2015, sino que incluso presentó algunas reducciones significativas en lengua y matemática, dejando al país una vez más en la retaguardia global de las naciones que se miden en esta prueba (OECD, 2015, 2018)».

Recordó que el Pacto Nacional para la Reforma Educativa surgió como mandato de la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, que si bien tuvo como principal propósito renovar el contrato social de la sociedad dominicana en torno a la educación, «se estructuró con la finalidad de encontrar soluciones consensuadas , para superar los nudos y obstáculos que, a la fecha, han sido la causa principal de que los instrumentos legales, planes e iniciativas no hayan logrado plenamente sus objetivos»

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/educa-plantea-necesidad-relanzar-compromisos-pacto-educativo-8931075.html

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Indignación

Por: Elisabeth De Puig 

Nos anima un conservadurismo ciego; sin embargo, promovemos la vulgaridad y la incultura. Negamos a las mujeres el derecho a su cuerpo, resistimos a la educación sexual en las escuelas y nos doblegamos frente al poder de las iglesias.

Todos y todas, al igual que el presidente de la República, estamos indignados por la muerte de la joven pareja cristiana de manos de la Policía. Indignados, pero no sorprendidos. La que nos mueve hoy es la misma vieja indignación que sentimos desde hace decenios frente a la violencia endémica de nuestro país y a la interminable lista de atropellos y desacatos de las autoridades encargadas de velar por nuestra seguridad.

Frente a estas situaciones, que son eslabones de una larga cadena de desafueros, cada presidente ha tenido su librito. El presidente Balaguer removía la mata como si la esencia misma de su gobierno fuera ajena a las arbitrariedades de la época. 

A partir de 2005, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) desarrolló el Plan Nacional de Seguridad Democrática con su gran apuesta Barrio Seguro. Para la ocasión se trajo una moderna y carísima flotilla de motores Harley Davidson para patrullar en sectores de vías angostas.

La incoherente respuesta no funcionó. La vigilancia barrial siguió con motores tradicionales conocidos como “saltamontes”. De acuerdo a las estadísticas, durante el periodo 2004 a 2012 la tasa de violencia fue más alta que en los demás años.

En 2013 el presidente Danilo Medina puso en marcha el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, con el componente de prevención Vivir Tranquilo, y en 2018 se creó la Comisión Nacional de Seguridad Interior con la tarea de crear la estrategia nacional de seguridad ciudadana, que no se implementó. 

En el pasado proceso electoral la seguridad ciudadana fue una de las grandes promesas de campaña. Se insistió en el mejoramiento de las condiciones salariales de los agentes y en el entrenamiento del cuerpo policial. 

Hace poco se anunció la primera fase de la Estrategia Integral de Seguridad Ciudadana. Según lo dado a conocer el plan se concentrará en la política criminal, la seguridad ciudadana y la seguridad nacional.

Como medidas de impacto se informó que se comprarían armas detentadas ilegalmente por particulares, se obligaría a los motoristas a llevar chalecos numerados, se reforzaría la lucha contra la violencia intrafamiliar y se crearía  una “nueva cultura policial”. 

Me da la impresión que el ciudadano de a pie no le ha prestado mucha atención al nuevo plan. Siento que, después de tantas decepciones, se extiende el escepticismo: la gente se siente chiva con cualquier nuevo anuncio o intento de modernización de la Policía. Lo que el pueblo conoce y vive es la ratería, la violencia intrafamiliar, la violencia de la calle, la violencia de la Policía y la violencia de la pobreza.  

Los planes de seguridad ciudadana ambiciosos, integrales, multisectoriales van y vienen, tienen aspectos que funcionan mejor que otros. Incluso se ha tratado de aplicar planes que han funcionado bien en otros países y que, sin embargo, aquí han chocado contra la pared de nuestra realidad y la larga cadena de corrupción y atropellos policiales.

Ni la modernización del modo de vida de amplios sectores de la población, ni el desarrollo turístico, ni los cambios de gobierno han podido poner un freno a una violencia estructural soterrada y endémica, consustancial a la sociedad dominicana de la cual nuestra policía es solamente un reflejo.

La institución policial está hecha a la imagen y semejanza de nuestra sociedad, una sociedad cada vez más fraccionada entre los de arriba y los de abajo.

Es una institución piramidal: los altos mandos se hacen rápidamente millonarios, les siguen los del medio que entran en un sistema de peajes estimulados por los de arriba, que reciben su tajada, y por los mismos ciudadanos que mojan para poder seguir con las actividades delictivas con las que compensan salarios paupérrimos, o simplemente para que los dejen tranquilos.

Abajo, encontramos los recién reclutados, muchas veces con un escaso nivel de instrucción, entrados en las filas de la institución sin filtros reales, muchos de ellos víctimas de la violencia intrafamiliar, provenientes de familias disfuncionales sin modelos de referencia positivo, pero de repente dotados de un arma y a quienes se les pide mano dura en contra del crimen. 

En todo conglomerado humano hay un sistema de dominación social y política que tiende a reproducirse y se expresa en todos los aspectos de la vida social. Quizás valga la imagen del sancocho para ilustrar la República Dominicana de hoy que se compone de una mezcla de elementos variados imbricados unos con otros.

Estamos montados en el tren de la modernidad y de la virtualidad, hablándole un lenguaje del siglo XXI a una población que maneja un escaso vocabulario. Hablamos de empleos de calidad con una lógica económica basada en los bajos salarios. 

Nos anima un conservadurismo ciego; sin embargo, promovemos la vulgaridad y la incultura. Negamos a las mujeres el derecho a su cuerpo, resistimos a la educacion sexual en las escuelas y nos doblegamos frente al poder de las iglesias. No podemos, en la era de la comunicación, predicar la modernidad por un lado y actuar con formas propias del paleolítico por el otro.

Debemos preguntarnos si no es nuestra organización social la que genera las formas de delito que nos indignan. Las diversas redes de tráfico son hoy en día fuentes de enriquecimiento para muchos, hay sectores de poder que las protegen y en ellas participan oficiales y agentes que están supuestos a combatir el delito.

El presidente pidió perdón públicamente y el ministro de Interior y Policía fue personalmente a darles el pésame a los familiares de las víctimas de Villa Altagracia. Estos gestos, como las sanciones, tienen mucho valor. Pero lo fundamental es ir a las raíces del patrón de abusos de la autoridad pública. 

De la misma manera que hay que hacer hincapié en la selección y el entrenamiento de los oficiales y agentes del orden público y en la dignificación de su trabajo, hay que dedicar cuantiosos recursos en la prevención de la violencia social y en la salud psicoemocional de nuestra gente. Entre ella, las fuerzas del orden que salen de las mismas entrañas del pueblo deben estar en la primera fila y más en tiempo de pandemia que exacerba los conflictos.  

Para esto último hay que actuar en la sociedad como conjunto. No podremos cambiar la Policía si no cambiamos la sociedad al mismo tiempo, superando sus injusticias más lacerantes, su corrupción y sus abusos más significativos.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/indignacion-3-8931032.html

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La Cuarta Revolución Industrial: el gran reto de las universidades dominicanas

Por: Héctor Rodríguez Cruz

Ojalá que muy pronto podamos contar la historia de “conversión” a Universidad 4.0 de todas las universidades e IES del país.

Estamos frente a la Cuarta Revolución Industrial, una era que está borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y biológicas, y transformando las relaciones productivas, económicas y comerciales, hasta modificar radicalmente nuestra forma de vivir, de trabajar, de estudiar  y de relacionarnos. ¡Afrontar los retos del futuro exige ver el mundo desde nuevas perspectivas!

En este escenario, el mayor reto de las más de 40 universidades e instituciones de educación superior del país consiste en ajustar/actualizar/convertir su visión y sus competencias institucionales de cara a la Cuarta Revolución Industrial (Revolución 4.0) como cambio disruptivo que trae desafíos para todos los sectores de la industria, del gobierno, de la educación y miembros de la sociedad.

El concepto de la Cuarta Revolución Industrial fue acuñado por  Klaus Schwab  en el contexto del Foro Económico Mundial del 2016, un acontecimiento que reúne anualmente en Davos, Suiza, un millar de personas capaces de influir en esas transformaciones como jefes de gobierno, empresarios, académicos,  científicos, líderes y emprendedores.

Schwab desarrolla su idea de la Cuarta Revolución Industrial en un libro con el mismo nombre y expresa así la dimensión de la misma: “Pensemos en la impresionante confluencia de avances tecnológicos que abarca amplios campos, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el internet de las cosas (IoT), los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica”.

Totalmente alineada con la Revolución 4.0, llegó  la Universidad 4.0. Nos encontramos, por tanto, frente a la “Revolución de las Competencias», que dará lugar a nuevas profesiones, a la modificación amplia de las existentes y la desaparición de muchas de ellas, así como a la formación de nuevas habilidades y competencias, determinantes en la empleabilidad de las personas.

En el marco de la Cuarta Revolución Industrial y de la Universidad 4.0,  las universidades e instituciones de educación superior deberán poner la mirada  en el  “Core work-related skills”, que presenta un perfil  de la mayoría de ocupaciones, consistente en una gama de combinaciones de 35 habilidades y competencias relevantes, además del conocimiento especializado específico de cada ocupación.

La Universidad 4.0 deberá reinventar la universidad tradicional y contemplar en sus programas otras competencias  que impactan de manera directa en la calidad del ejercicio de la profesión, tales como liderazgo, emprendimiento e innovación, curiosidad, pensamiento crítico, solución de problemas, ética, ciudadanía  y visión global.  Evitando definir los currículos en términos de competencias. Menos aún, si se especifican erróneamente mediante capacidades, ya que “una cosa es ser capaz y otra muy diferente es ser competente”.

La Revolución 4.0 ya entró en muchas universidades. ¡Y habrá de entrar en las universidades dominicanas!  Veamos algunas experiencias latinoamericanas. En Colombia, en el 2019 se dio una alianza entre el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA Antioquia, la Universidad de Antioquia, UdeA, y Amazon, para formar a 2000 estudiantes en programas relacionados con Cuarta Revolución Industrial.

La Universidad CES de Medellín  desarrolla  nuevos programas en modalidad virtual como Ganadería de Precisión, Gestión de Big Data en Salud y Nanotecnologías para la Salud. La universidad EAFIT ofrece la Maestría en Ciencias de los Datos y Analítica. En la Universidad EIA, también de Medellín, ofrece la Especialización en Big Data e Inteligencia de Negocios.

En México, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, que agrupa más de 200 universidades, en su Asamblea General del 2019 presentó el Modelo “ANUIES frente a la Cuarta Revolución Industrial”.

El Instituto Tecnológico de Monterrey a partir del 2019  estableció un currículo para todos los estudiantes, incluyendo los de primer ingreso, que incluye: Urbanismo Sostenible, Ciencia de Datos, Inteligencia de Negocios Vinculada a Big Data y Analytics, Transformación Pública, Innovación Educativa, Sistemas Digitales, y Nanotecnología. Carreras tradicionales como Contaduría o Arquitectura, integrarán materias de analítica de datos y tecnologías digitales.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en los últimos cinco años  ha creado más de 10 licenciaturas nuevas, como Neurociencias, Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento, Física Biomédica, Materiales Sustentables, Negocios Internacionales, Ingeniería Ambiental, Tecnologías para la Información en Ciencias, Economía Industrial y Geociencias. Así como el “Centro de Ciencias de la Complejidad”, conocido como C3 y creado para  tender puentes entre las ciencias exactas, naturales, sociales y humanísticas.

En Chile, el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) realiza esfuerzos para la adecuación de las universidades chilenas a la 4RI. En Centroamérica, el Consejo Superior de Rectores, en el 2019  celebró en Costa Rica el Diálogo Regional  Centroamérica Digital en la Cuarta Revolución Industrial: Ciencia, Tecnología e Innovación al Servicio de la Región.

Aquí, bajo de Modelo “Triple Hélice”, universidades-empresas-gobierno cargan con la responsabilidad de promover y realizar la Cuarta Revolución Industrial en la República Dominicana. Ojalá que muy pronto podamos contar la historia de “conversión” a Universidad 4.0 de todas las universidades e IES del país.

Mientras esto sucede, invitamos a las comunidades académicas d educación superior a leer y debatir el libro “La Cuarta Revolución Industrial” de Klaus Schwab. Y si se animan,  que lo asuman como libro texto en todas las carreras. ¡Eso esperamos”.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-cuarta-revolucion-industrial-el-gran-reto-de-las-universidades-dominicanas-8930680.html

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