¿Puede una buena crianza formar un campeón olímpico?

Rita Funaro

Sale disparada por la colchoneta como un velocista, da un salto y vuela por el aire de espaldas dando dos volteretas con medio giro y cae a ciegas y de pie con absoluta perfección, con los brazos extendidos y una sonrisa incontenible. Es una hazaña acrobática de tal grado de dificultad, elegancia y soltura por parte de Simone Biles, con sus 19 años de edad y apenas cuatro pies y ocho pulgadas de estatura, que la maniobra se ha dado en llamar “la Biles”. Y junto con otras evoluciones aparentemente imposibles en el potro, el riel de equilibro y las barras asimétricas, ha dejado bien sentado su renombre como la mejor gimnasta de todos los tiempos, con tres Campeonatos Mundiales seguidos y cuatro medallas de oro en las Olimpíadas de Río de Janeiro.

Muchos artículos y los comentarios de la propia Biles le atribuyen ese éxito no solo a un talento atlético único, sino también a padres que le supieron transmitir su amor, su apoyo y la confianza en sí misma desde la primera infancia. Pero la cosa no fue así desde el principio. Biles tuvo unos primeros años de poca estabilidad y turbulencia, y de no haber sido por una intervención oportuna, bien pudo haber tenido una vida de sueños rotos y potencial desperdiciado.

Biles es la prueba viviente de que una buena crianza efectivamente es importante; un hallazgo respaldado por las investigaciones que contiene el estudio abanderado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Los primeros años: El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. El libro distingue entre casa y hogar, y entre la planta física de una escuela y un centro de aprendizaje, con la idea de que las características físicas de la estructura son secundarias a la labor de alimentar, apoyar y orientar de padres, maestros y demás personas. Los niños necesitan una atmósfera en la que los adultos puedan conversar con ellos y les lean, estimulando así el desarrollo de su capacidad cognitiva y de uso del lenguaje. Los padres deben mostrarse alentadores y receptivos para ayudar a sus hijos a alcanzar su potencial, a la vez que les brindan un entorno físicamente seguro y protegido. Estas cualidades, medidas según una escala conocida como la Observación en el Hogar para la Cuantificación del Medio Ambiente (Home Observation for Measurement of the Environment – HOME), están vinculadas con mejores resultados de desarrollo en niños.

El BID no es la única organización en resaltar el papel que cumplen los padres en el desarrollo de jóvenes felices, saludables y productivos en general, y de campeones olímpicos en especial. En la antesala de las Olimpíadas de Río, Procter & Gamble se asoció con atletas y sus madres en 21 países para lanzar su campaña Gracias mamá, con el video Strong. El mensaje es que a la hora de sacar la fuerza necesaria para competir en el escenario atlético más importante del mundo, muchos atletas recurren a la fortaleza que sus madres les inculcaron.

Muchas de las condiciones que se bosquejan en el estudio del BID y que se presentan en el video de P&G parecen no haber estado presentes durante los primeros años de Biles. Si bien la familia Biles se ha mantenido relativamente discreta en sus comentarios a la prensa, lo que se sabe es que Biles nació en Texas, de una madre adicta a las drogas y un padre que abandonó a la familia al poco tiempo. La colocaron en un hogar sustituto a los dos años de edad y pasó de un hogar sustituto a otro hasta que cumplió los seis, cuando su abuelo y la segunda esposa de éste la adoptaron a ella y a una hermanita suya. La adopción lo cambió todo. Sus nuevos padres vivían en un suburbio acomodado de Houston. Su nueva madre era una enfermera jubilada nacida en Belice, mientras que su nuevo padre tenía un buen empleo con la Administración Federal de Aviación. Juntos, según un artículo del New York Times, le brindaron un hogar formativo y cálido, con la disciplina y las metas que le permitieron desarrollarse. La cereza en el pastel fue el país adoptivo al que sus padres llevaron a Simone, quien ha pasado un tiempo considerable en Belice. Y el sentimiento es recíproco. Los paisanos adoptivos de Simone le han devuelto con creces la preferencia por Belice y se enorgullecen de su éxito en Río. De hecho, el gobierno beliceño le ha extendido una invitación a todo el equipo estadounidense de mujeres gimnastas.

Claro que la mayoría de los niños provenientes de familias desatendidas no tienen la misma suerte que le permitió a Biles sustraerse a un medio inclemente para pasar a otro con tanto que ofrecer. Como mínimo, es un caso poco usual. Sin embargo, hay mucho que los gobiernos pueden hacer para ayudar a los jovencitos a prosperar y alcanzar su potencial del mismo modo que lo ha hecho Biles.

En América Latina, los gobiernos pueden comenzar por invertir más en sus ciudadanos más jóvenes. Por cada dólar que se invierte en niños de menos de cinco años de edad, se invierten tres en los niños entre seis y 11 años. Pero la manera en que se invierte ese dinero es incluso más importante que la cantidad invertida. Los programas de educación para padres, que comprenden visitas al hogar y otras intervenciones por parte de trabajadores sociales y consejeros de familia, han demostrado su eficacia para hacer que cada dólar cuente. Estos programas no solo enseñan a las madres a mejorar la alimentación de pecho y la nutrición. Han ayudado a los padres a mejorar la capacidad mental, las aptitudes sociales y el potencial de empleo de sus hijos. Por ejemplo, en un famoso programa de Jamaica, trabajadores de salud visitaron los hogares de niños desnutridos entre los nueve y los 24 meses de edad, en los vecindarios más pobres de Kingston, durante una hora cada semana a lo largo de dos años. Durante las visitas, como se desprende de un blogreciente, los trabajadores enseñaron a los padres a usar juguetes caseros y libros con ilustraciones para enseñarles a sus hijos palabras y conceptos básicos como los colores y los números. Hacia el final del programa, los niños no solo obtuvieron puntuaciones considerablemente más altas en desarrollo cognitivo que el grupo de control. Veinte años más tarde, los participantes en el programa mostraron un coeficiente intelectual, niveles educativos e ingresos más altos, así como una mayor salud mental, que el grupo de control.

Los gobiernos nunca podrán crear estrellas como Simone Biles. No se puede producir talento innato. Tampoco pueden tomar el lugar del amor y la dedicación de los padres. Pero sí pueden brindar recursos para cubrir las necesidades básicas, ayudar a la gente a aprender a ser mejores padres y, si los programas están bien diseñados, a hacerlo mediante inversiones que produzcan verdaderos resultados. Todo comienza por un buen hogar donde se forjen personalidades, intelectos e incluso aptitudes atléticas sobresalientes. La clave para tener una sociedad creativa y productiva está, como mínimo, en asegurar que la mayoría de la gente crezca en una.

Sale disparada por la colchoneta como un velocista, da un salto y vuela por el aire de espaldas dando dos volteretas con medio giro y cae a ciegas y de pie con absoluta perfección, con los brazos extendidos y una sonrisa incontenible. Es una hazaña acrobática de tal grado de dificultad, elegancia y soltura por parte de Simone Biles, con sus 19 años de edad y apenas cuatro pies y ocho pulgadas de estatura, que la maniobra se ha dado en llamar “la Biles”. Y junto con otras evoluciones aparentemente imposibles en el potro, el riel de equilibro y las barras asimétricas, ha dejado bien sentado su renombre como la mejor gimnasta de todos los tiempos, con tres Campeonatos Mundiales seguidos y cuatro medallas de oro en las Olimpíadas de Río de Janeiro.

Muchos artículos y los comentarios de la propia Biles le atribuyen ese éxito no solo a un talento atlético único, sino también a padres que le supieron transmitir su amor, su apoyo y la confianza en sí misma desde la primera infancia. Pero la cosa no fue así desde el principio. Biles tuvo unos primeros años de poca estabilidad y turbulencia, y de no haber sido por una intervención oportuna, bien pudo haber tenido una vida de sueños rotos y potencial desperdiciado.

Biles es la prueba viviente de que una buena crianza efectivamente es importante; un hallazgo respaldado por las investigaciones que contiene el estudio abanderado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Los primeros años: El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. El libro distingue entre casa y hogar, y entre la planta física de una escuela y un centro de aprendizaje, con la idea de que las características físicas de la estructura son secundarias a la labor de alimentar, apoyar y orientar de padres, maestros y demás personas. Los niños necesitan una atmósfera en la que los adultos puedan conversar con ellos y les lean, estimulando así el desarrollo de su capacidad cognitiva y de uso del lenguaje. Los padres deben mostrarse alentadores y receptivos para ayudar a sus hijos a alcanzar su potencial, a la vez que les brindan un entorno físicamente seguro y protegido. Estas cualidades, medidas según una escala conocida como la Observación en el Hogar para la Cuantificación del Medio Ambiente (Home Observation for Measurement of the Environment – HOME), están vinculadas con mejores resultados de desarrollo en niños.

El BID no es la única organización en resaltar el papel que cumplen los padres en el desarrollo de jóvenes felices, saludables y productivos en general, y de campeones olímpicos en especial. En la antesala de las Olimpíadas de Río, Procter & Gamble se asoció con atletas y sus madres en 21 países para lanzar su campaña Gracias mamá, con el video Strong. El mensaje es que a la hora de sacar la fuerza necesaria para competir en el escenario atlético más importante del mundo, muchos atletas recurren a la fortaleza que sus madres les inculcaron.

Muchas de las condiciones que se bosquejan en el estudio del BID y que se presentan en el video de P&G parecen no haber estado presentes durante los primeros años de Biles. Si bien la familia Biles se ha mantenido relativamente discreta en sus comentarios a la prensa, lo que se sabe es que Biles nació en Texas, de una madre adicta a las drogas y un padre que abandonó a la familia al poco tiempo. La colocaron en un hogar sustituto a los dos años de edad y pasó de un hogar sustituto a otro hasta que cumplió los seis, cuando su abuelo y la segunda esposa de éste la adoptaron a ella y a una hermanita suya. La adopción lo cambió todo. Sus nuevos padres vivían en un suburbio acomodado de Houston. Su nueva madre era una enfermera jubilada nacida en Belice, mientras que su nuevo padre tenía un buen empleo con la Administración Federal de Aviación. Juntos, según un artículo del New York Times, le brindaron un hogar formativo y cálido, con la disciplina y las metas que le permitieron desarrollarse. La cereza en el pastel fue el país adoptivo al que sus padres llevaron a Simone, quien ha pasado un tiempo considerable en Belice. Y el sentimiento es recíproco. Los paisanos adoptivos de Simone le han devuelto con creces la preferencia por Belice y se enorgullecen de su éxito en Río. De hecho, el gobierno beliceño le ha extendido una invitación a todo el equipo estadounidense de mujeres gimnastas.

Claro que la mayoría de los niños provenientes de familias desatendidas no tienen la misma suerte que le permitió a Biles sustraerse a un medio inclemente para pasar a otro con tanto que ofrecer. Como mínimo, es un caso poco usual. Sin embargo, hay mucho que los gobiernos pueden hacer para ayudar a los jovencitos a prosperar y alcanzar su potencial del mismo modo que lo ha hecho Biles.

En América Latina, los gobiernos pueden comenzar por invertir más en sus ciudadanos más jóvenes. Por cada dólar que se invierte en niños de menos de cinco años de edad, se invierten tres en los niños entre seis y 11 años. Pero la manera en que se invierte ese dinero es incluso más importante que la cantidad invertida. Los programas de educación para padres, que comprenden visitas al hogar y otras intervenciones por parte de trabajadores sociales y consejeros de familia, han demostrado su eficacia para hacer que cada dólar cuente. Estos programas no solo enseñan a las madres a mejorar la alimentación de pecho y la nutrición. Han ayudado a los padres a mejorar la capacidad mental, las aptitudes sociales y el potencial de empleo de sus hijos. Por ejemplo, en un famoso programa de Jamaica, trabajadores de salud visitaron los hogares de niños desnutridos entre los nueve y los 24 meses de edad, en los vecindarios más pobres de Kingston, durante una hora cada semana a lo largo de dos años. Durante las visitas, como se desprende de un blog reciente, los trabajadores enseñaron a los padres a usar juguetes caseros y libros con ilustraciones para enseñarles a sus hijos palabras y conceptos básicos como los colores y los números. Hacia el final del programa, los niños no solo obtuvieron puntuaciones considerablemente más altas en desarrollo cognitivo que el grupo de control. Veinte años más tarde, los participantes en el programa mostraron un coeficiente intelectual, niveles educativos e ingresos más altos, así como una mayor salud mental, que el grupo de control.

Los gobiernos nunca podrán crear estrellas como Simone Biles. No se puede producir talento innato. Tampoco pueden tomar el lugar del amor y la dedicación de los padres. Pero sí pueden brindar recursos para cubrir las necesidades básicas, ayudar a la gente a aprender a ser mejores padres y, si los programas están bien diseñados, a hacerlo mediante inversiones que produzcan verdaderos resultados. Todo comienza por un buen hogar donde se forjen personalidades, intelectos e incluso aptitudes atléticas sobresalientes. La clave para tener una sociedad creativa y productiva está, como mínimo, en asegurar que la mayoría de la gente crezca en una.

Fuente del articulo: http://blogs.iadb.org/Ideasquecuentan/2016/08/23/puede-una-buena-crianza-forjar-un-campeon-olimpico/

Fuente de la imagen: http://blogs.iadb.org/wp-content/blogs.dir/74/files/2016/08/biles.jpg

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Rwanda: School-Going Age Children Must Enjoy Their Right to Education

THE NEW TIMES / May 03, 2016

Resumen: Durante sus recorridos en el interior del país la semana pasada, el presidente Paul Kagame hizo una advertencia de sanción a los padres que han descuidado su responsabilidad de asegurar que los niños vayan a la escuela. El Presidente señaló que ningún niño en Ruanda debería estar en las calles desde que el gobierno proporciona educación gratuita. En 2003, la educación primaria gratuita se introdujo como parte de la política del gobierno para garantizar la educación inclusiva, mejorar la matrícula y asistencia escolar de los niños de familias pobres.

During his upcountry outreach tours last week, President Paul Kagame warned parents who have neglected their responsibility of ensuring that children go to school.

The President noted that no child in Rwanda should be on the streets since government provides free education.

In 2003, free primary education was introduced as part of government’s policy to ensure inclusive education, improve school enrolment and attendance of children from poor families.

This is because it is children from poor families who stay away from school to do domestic work while others are forced into child labour, in most cases with the knowledge of the parents. The introduction of free primary education was to ensure that no child of school going age stays home or misses school for any reason.

To ensure that a child who completes primary continues with uninterrupted learning, in 2006, the government also introduced the nine-year basic free education which meant that a Rwandan child can access free primary and secondary school education.

As a result of this policy, Rwanda went on to register the highest primary school enrolment rates in Africa with the primary net enrolment rate increasing to 97 per cent by 2012 while the completion rate at primary level was 73 per cent by 2012- a dramatic increase from 53 per cent in 2008.

However, unless all stake holders work together, these gains will be undone by the reported increase in cases of school dropouts. It’s the primary responsibility for a parent to educate a child, and if government shoulders this responsibility through provision of free education, there is no excuse for any parent not to keep children at school.

The concerned authorities should make it a crime for a parent not to send a child to school under the 9-year-basic education programme. This should be supplemented with regular sensitisation of communities on the importance of ensuring that every child is given the opportunity to attend school.

Fuente de la noticia: http://www.newtimes.co.rw/section/article/2016-05-03/199517/

Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/10/OLPC_classroom_teaching.JPG

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“Nunca fui a enseñar sin haber preparado mi clase”, dice maestra paraguaya

30 Abr 2016 / Dolly Galeano / La Nación Paraguay

Cuando se habla de los primeros maestros en la región de Alto Paraná, la doctora Guillermina Núñez Viuda de Báez 1966, es una de las más mencionadas por haber sido la fundadora del Centro Regional de Educación “Dr. Gaspar Rodríguez de Francia” (CRECE), cargo que ejerció por 20 años.

“Yo llegué a Ciudad del Este en el año 1966, en aquel entonces se llamaba Pdte. Stroessner y no existía aún el Centro Regional que luego fundamos con la ayuda de otros profesores. Esta institución es como una casa, una ciudad, los años que pasé allí fueron buenos”, empieza diciendo la profesora en nota concedida a La Nación.

Fue ayer, poco antes de ser homenajeada durante un almuerzo especial que compartió con docentes de su antigua institución educativa, el CRECE de Ciudad del Este, a propósito de recordarse hoy el día de los maestros y maestras.

A punto de cumplir de 79 años de vida, la educadora aconseja que “los maestros deben ser exigentes pero ayudados por los padres” aunque dice darse cuenta “que en este momento, los padres ya no tienen ese poder que antes teníamos sobre nuestros hijos”.

Enfatiza que la educación debe ser, más que nunca, participativa de todos los sectores pero con una fuerte orientación y disciplina por parte de los maestros.

Aclara que empezó a ejercer la docencia en su natal Encarnación, ingresando al aula del cuarto grado, que es calificada por ella como el grado más difícil para alumnos y docentes.

“El cuarto grado era el grado más difícil porque allí comienzas a enseñar en matemáticas, la división en decimales y eso es lo más difícil para los alumnos, incluso para los mismos maestros. Yo tenía que prepararme para ir a enseñar, nunca he improvisado clases, hasta el último día en que fui a enseñar a la Facultad de Filosofía para luego jubilarme”, dice la docente, quien remarcó sobre la necesidad de que los profesores preparen cada día de clases que van a desarrollar.

Guillermina Núñez de Báez explica que en su magisterio pasó por todos los grados de la primaria y ya en Encarnación fue reconocida como la mejor profesora en esos años, hecho que atribuye a su dedicación, disciplina y dignidad en el ejercicio docente que ella considera como “una pasión”.

Finalmente, la educadora recomienda a sus colegas que se mantengan unidos. “Les reclamo, les aconsejo que sigan unidos, muchas cosas no podemos conquistar porque no hay unidad”, expresa.

Fuente: http://www.lanacion.com.py/2016/04/30/nunca-fui-a-ensenar-sin-haber-preparado-mi-clase-dice-maestra/

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“Aumentar la conciencia y la responsabilidad de los roles De los padres en el rendimiento de los estudiantes”

EE.UU Texas/Arnoby Betancourt /28/04/2016/ Fuente El Hispano

He tomado una de las metas de la exitosa Fundación “Parents Step Ahead” para titular esta columna dada la magnitud y la profundidad contenida en ella, y porque allí esta uno de los desafíos más encomiables que tenemos los padres de hijos que se están formando en esta gran nación. De acuerdo a las proyecciones demográficas para el 2025 un cuarto de la población estadounidense será de origen latino. Este indicador advierte del liderazgo que podrían asumir nuestros hijos en los campos educativo, político, deportivo, empresarial, científico, comercial, industrial, etc.

Este enorme cambio demográfico que nos convierte en la minoría más importante, implica no solo novedades para los EE.UU., sino también un cambio para el futuro de los demás países de América en donde yacen las raíces de las familias hispanas estadounidenses, puesto que nuestros hijos tendrán en sus manos la oportunidad de reforzar los lazos de unión con EE.UU. Tan trascendentales cambios, ameritan también un cambio de actitud en nuestro actuar ahora, agregándole a nuestros derechos, nuestros deberes humanos; y para ello, es fundamental asumir el papel de maestros en la primera escuela que es el hogar y tomar con determinación la responsabilidad que tenemos en los Distritos y Juntas Escolares ya que Padres y Maestros son socios para el éxito del estudiante.

Uno de los peligros latentes para la niñez, son las estructuras familiares enfermas en las que pululan los problemas. En la medida que los niños van creciendo vemos niños díscolos, indisciplinados, formados en ausencia de limites, de valores, y esto porque los mismos padres no saben disciplinarse, ni responsabilizarse, y por ende, están brindando una crianza equivocada. Se esta creando una grave distorsión en el alma de los seres en formación, de allí que seres normales, alegres, tranquilos y amorosos se estén convirtiendo en seres ansiosos, tristes, caprichosos, insensibles, desconsiderados e irrespetuosos.

Son esos hijos desagradecidos, atenidos, quienes se convierten en irresponsables, avivatos o mediocres. La consecuencia más lamentable es la distorsión de los valores que los lleva a una incapacidad creciente para distinguir entre el bien y el mal, lo cual prepara el camino para las conductas antisociales. En la medida en que los niños estén creciendo en entornos más conflictivos y de vulnerabilidad, la sociedad del mañana va a estar menos bien. Es bueno recordar qué es en el hogar, la primera escuela, en donde los maestros somos los padres, y que el ejemplo es el método más efectivo.

Allí es donde enseñamos al hijo a saludar, a dar las gracias, a ser limpio, a ser honesto, a ser puntual, a ser correcto, a hablar bien, a no decir groserías, a respetar a los semejantes y a los no tan semejantes, a ser solidario, a comer con la boca cerrada, a no robar, a no mentir, a cuidar la propiedad y la propiedad ajena, a ser organizado. Ahora bien, La Agencia de Educación de Texas ha puesto gran énfasis en la importancia de la participación de los padres y la familia en la educación publica “Derechos y Responsabilidades de la participación de los Padres”, y es así como se ha delegado mucha de la responsabilidad de la educación en la Junta Escolar Local.

La Corte Suprema de EE.UU. ha expresado que la educación quizás sea la función más importante de los gobiernos estatales y locales. Los Distritos Escolares y Las Juntas Escolares Locales constituyen la forma de gobierno representativo y participativo, en donde personas elegidas por sus comunidades toman decisiones sobre programas educativos basándose en las necesidades, valores y expectativas de sus comunidades. Finalmente, lo que nos debe quedar bien claro es que el “Éxito no es un fin, es una consecuencia”.

Fuente: http://elhispanonews.com/news/2016/apr/28/aumentar-la-conciencia-y-la-responsabilidad-de-los/

Imagen: http://elhispanonews.com/news/2016/apr/28/aumentar-la-conciencia-y-la-responsabilidad-de-los/

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