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Retroalimentación de pares, una gran estrategia para potenciar la escritura

Camila Londoño

Los talleres de escritura, asegura la profesora de lenguaje Katherine James, son procesos activos intelectuales y de comportamiento, que requieren que los estudiantes lean, formulen comentarios y hagan sugerencias en pequeños grupos de discusión. Son espacios enriquecedores y no sólo porque es una oportunidad para recibir retroalimentación de los pares y mejorar una pieza, sino porque esa misma retroalimentación permite a los estudiantes desarrollarse como escritores más allá de un trabajo específico.

La retroalimentación entre estudiantes les permite ver ejemplos concretos de lo que funciona y lo que no funciona en tipos de escritura que son similares. Además es una forma de fortalecer el lenguaje y motivarlos a pensar sobre lo que opinan su compañeros y no solo los profesores. En ese sentido les ayuda a desarrollar una especie de “voz editorial” que luego pueden llevar a su propio trabajo. Pero una buena retroalimentación de pares toma tiempo y práctica, dice James, y es necesario aplicar estrategias de discusión y de andamiaje para lograrlo. Para eso, ella sugiere algunos tips:

Las listas de verificación

Con estudiantes de 7 a 8 años, James utiliza listas de verificación que coinciden con ciertas habilidades que se quieren trabajar a lo largo de una unidad. Por ejemplo, uno de los puntos de la lista puede ser pedirle a los estudiantes que busquen frases de cierre. La idea es que trabajen en parejas para analizar un texto realizado, pero utilizando la lista de verificación.

Yo quiero, yo deseo, yo me pregunto

Una buena herramienta para que los estudiantes piensen cómo dar retroalimentación de una forma constructiva. Al leer el trabajo escrito de otro y retroalimentar, los alumnos deben discutir una cosa que les guste, una cosa que hubieran deseado encontrar en el trabajo de la otra persona y una cosa que los haga preguntarse algo, por ejemplo, cómo el personaje principal hubiera reaccionado frente a determinado evento. Este método permite a los estudiantes enfocarse en el contenido y la organización, más que en la gramática a la hora de hacer comentarios. ¿Por qué hacer esto? Porque es fácil notar errores de ortografía o gramática, pero no es tan simple dar una retroalimentación significativa basada en la creatividad y las habilidades de pensamiento.

Retroalimentación por categorías

A los estudiantes más grandes, de 10 a 11 años, James les ha pedido al inicio de los talleres de escritura, que hagan una lista de posibles cosas que pueden mirar a la hora de retroalimentar. Esta lista debe incluir descripciones, organización de ideas, puntuación y estructura de oraciones. Las listas se dividen en tres categorías: contenido, organización y mecánica. Como grupo, se discute qué categoría es más importante para que el foco de la edición se centre en eso. Esto es útil porque los estudiantes se vuelven más conscientes sobre el tipo de retroalimentación que están dando, y les ayuda a hacer lluvias de ideas de edición mucho más acertadas y precisas.

Si y no

Pida a los estudiantes que hagan una lista de lo que deben hacer y lo que no deben hacer. Empiecen con la lista del “no”. Por ejemplo: “no le digas a tu compañero que su escritura es mala” o “qué malo es tu párrafo introductorio”. Después de la lista de cosas que no se deben hacer, haz que los estudiantes formulen una lista de buenas oraciones para retroalimentar, por ejemplo: “estoy interesado en aprender más acerca de tu personaje. ¿Podrías dar más detalles?”

Ser específico

Recuérdale a tus estudiantes que sean específicos y constructivos. Por ejemplo, en lugar de decir: “me gustó tu historia”, sería bueno decir cosas como: “realmente me gustó la comparación que hiciste entre el sonido de la lluvia con el sonido de unas flechas”. Esto les ayuda a visualizar e ir más allá de los detalles generales.

James asegura que hay una curiosidad natural en los estudiantes cuando saben que van a conocer los trabajos de los demás y cuando van a compartir sus propios trabajos. Dedican más tiempo a la escritura y se comprometen con las discusiones en clase. Ella recomienda entonces empezar estas sesiones de retroalimentación recordando a los estudiantes que están en un espacio seguro para celebrar los logros y centrarse en las mejoras. Con tiempo y motivación, incluso a los estudiantes más escépticos les encantará participar de la actividad.

Fuente del articulo: https://www.eligeeducar.cl/retroalimentacion-pares-una-gran-estrategia-potenciar-la-escritura

Fuente de la imagen:https://www.eligeeducar.cl/wp-content/uploads/2017/09/620-03-768×364.pn

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El trabajo invisible (y no remunerado) de los maestros mexicanos: planeación, evaluación y otras actividades

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Pluma Invitada (Profe Roger) / Fuente: Educación Futura

“Tengo que gastar tiempo después de la escuela, noches y mañanas preparando las clases del siguiente día. No tengo tiempo para mi familia y una vida social está fuera de mi alcance. Mi trabajo se ha convertido en mi vida”. Esas son las impresiones, vertidas por un maestro canadiense de primaria  en el estudio It’s About Time!! A report on the impact of workload on teachers and students (Dibbon, 2004), realizado a 695 profesores de escuelas primarias y secundarias de la provincia de Terranova y Labrador, Canadá. Tal investigación revela que es considerable el trabajo que un maestro realiza lejos de sus estudiantes y que aproximadamente la mitad de los docentes de nuevo ingreso estaban considerando dejar su puesto actual por razones relacionadas a una carga de trabajo pesada y un ambiente de enseñanza estresante  (Dibbon, 2004, p. 3). Asimismo, el estudio reveló que los profesores de aquel lugar destinan en promedio 15 horas y media semanales en trabajo fuera de la jornada escolar.

No contemplar en el horario laboral docente actividades como la planeación, la revisión de trabajos, la evaluación y otras, puede tener efectos nocivos tanto para los profesores como los alumnos. Al respecto, Dibbon (2004), señala los siguientes riesgos: clases no planeadas o deficientemente planeadas, presencia de enfoques de enseñanza tradicional en detrimento de otras formas de enseñanza más pertinentes, falta de retroalimentación adecuada de los procesos de los estudiantes, insatisfacción laboral de los profesores y afectaciones a la interacción con los alumnos producto del estrés, entre otras. Asimismo, los testimonios del estudio señalado manifiestan que la falta de tiempo para este tipo de actividades contribuye al aislamiento de los mismos profesores (cada uno busca los espacios y tiempos para realizarlas), negatividad para atender actividades extracurriculares e incluso problemas de salud, pues el tiempo de descanso se ve invadido por esta labor (Dibbon, 2004, p. 15).

El caso de maestros de algunos países latinoamericanos es muy similar al de los profesores canadienses. Según el estudio Maestros de Escuelas Básicas en América Latina: hacia una radiografía de la profesión (Vaillant y Rossel, 2006), realizado en siete países (Argentina, Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay), “en la mayoría de los casos analizados la dedicación horaria está casi enteramente consagrada al trabajo en el aula y, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, no incluye el trabajo de planificación, coordinación o evaluación, que en general recae sobre los docentes en sus horas de ocio” (p. 18).

Las horas de trabajo fuera del aula, llamadas también horas no lectivas son fundamentales “ya que en ellas se planifica y prepara adecuadamente el material educativo, las estrategias para motivar y monitorear el aprendizaje, la retroalimentación a los estudiantes, además de formas para diagnosticar y abordar las necesidades de aprendizaje de todos los alumnos” (Cabezas, et al, 2016). Según Hargreaves (1992), los efectos del incremento en la carga horaria para este tipo de actividades van más allá de lo que sucede en el aula: se ven reflejados en la reducción de los niveles de estrés de los profesores y ayuda a establecer un equilibrio adecuado entre las vidas laborales y personales de los docentes. Lo anterior se traduce en una mejora del temperamento en el salón de clases, mejorando la interacción con sus estudiantes.

En México, el panorama para los profesores también es complicado en cuanto a carga de trabajo fuera del horario escolar. Según la investigación Condiciones de trabajo y salud docente. Estudios de caso en Argentina, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay (UNESCO, 2005), el 70% de los maestros mexicanos encuestados considera que la carga de trabajo fuera del horario laboral es alta o muy alta. Inexplicablemente, a pesar de que se advierte un grave problema de sobrecarga laboral, “al parecer la carga excesiva de trabajo se asume como parte de la cultura docente” (UNESCO, 2005, p. 151). Los docentes mexicanos de primaria, de acuerdo al documento Segundo Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS 2013) (INEE, 2014), destinan semanalmente un promedio de seis horas a la planificación de clases, cuatro a la calificación o corrección del trabajo del estudiante y casi tres horas al trabajo administrativo general, entre otras actividades.

Resulta contradictorio que en nuestro país no sólo no se remuneren las actividades realizadas por los docentes fuera del horario escolar, sino que, además, sean consideradas como parte de la evaluación a profesores derivada de la Ley General del Servicio Profesional Docente: es decir, un maestro no recibe pago por planear y evaluar, pero puede ser despedido por deficiencias en estas dos actividades. Por otra parte, en el documento de reciente publicación Aprendizajes clave para la educación Integral. Plan y programas de estudio para la educación básica (SEP, 2017) se reconoce que “los procesos de planeación y evaluación son aspectos centrales de la pedagogía porque cumplen una función vital en la concreción y el logro de las intenciones educativas” (p. 120). Inexplicablemente, dentro del documento señalado, no se advierten espacios o tiempos para la realización de estas dos actividades fundamentales.  

Es evidente entonces la necesidad de incorporar a la carga horaria de los docentes mexicanos (y, por tanto, a su remuneración económica), acciones tan trascendentes como la planeación, la evaluación o el diseño de material didáctico, por citar algunas, que tradicionalmente se realizan fuera del horario escolar; como ya se ha señalado, los efectos positivos no sólo tienen que ver con la satisfacción profesional de los docentes, sino además  es bastante probable que esto redunde favorablemente en la calidad del servicio ofrecido en las escuelas. Si como repetidamente se menciona en los discursos oficiales, la prioridad es la elevación de la calidad educativa, sería una medida congruente y acertada el pagar a los profesores por la realización de actividades igual de importantes que las que realiza cuando está frente a sus estudiantes. Así como sucede en países como Chile y Brasil, es urgente que en México se regulen las proporciones entre las horas lectivas y no lectivas, de modo que el profesor tenga las condiciones para responder a las expectativas que el mismo sistema pone sobre él.

*Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS.

BACKHOFF, Eduardo y PÉREZ-MORÁN, J. (coords.). Segundo Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el aprendizaje (TALIS 2013). Resultados de México. México: INEE, 2015.

CABEZAS, Verónica, et al. Uso del tiempo no lectivo. Desafíos para políticas públicas y comunidades educativas. Chile: Centro de Políticas Públicas, 2016.

DIBBON, David. It’s about time!! Report on the Impact of Workload on Teachers an Students.Terranova: Memorial University of Fewfoundland, 2004.

HARGREAVES, Andy. Time and teachers’ work: An analysis of the intensification thesis. Teachers College Record, 1992.

PÉREZ, Julia. La regulación de la jornada docente en perspectiva comparada: los casos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Buenos Aires: FLACSO, 2016.

SEP. Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación obligatoria. México: SEP, 2017.

UNESCO. Condiciones de trabajo y salud docente. Estudios de caso en Argentina, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay. Santiago de Chile: UNESCO, 2005.

VAILLANT, Denise y ROSSEL, Cecilia. Maestros de escuelas básicas en América Latina: hacia una radiografía de la profesión. Montevideo: Preal, 2006.

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¿Necesitan feedback los profesores?

Javier Touron

Naturalmente esta pregunta es retórica o, si se quiere, de respuesta pagada: ¡pues claro que necesitan feedback! Hace un tiempo escribía sobre este mismo asunto en una entrada que puedes leer AQUÍ. En ella señalaba que los profesores son la clave del sistema educativo, cuestión poco original, por otra parte. Pero ahora que tanto se habla, hablamos de tecnología digital, de aplicaciones móviles o no, de aprendizaje a distancia, de enfoques pedagógicos centrados en el alumno como el flipped learning, etc., conviene volver a recordar que todo lo mencionado tiene carácter de medio. Es como un gran cajón lleno de útiles: gubias, garlopas, escuadras, martillos, trenchas, cepillos, etc. ¡Nada de esto hará que yo sea buen carpintero, ni ebanista, ni que sea diseñador de artesonados o muebles!

Hacen falta otros elementos para ser buen profesor, además de esos otros intangibles que ya señalé en otros momentos, como éste o éste otro. Sí, es preciso no olvidar que las herramientas pueden usarse con eficacia o no, con destreza para transformar o con torpeza para sustituir.

Recientemente se presentó el informe sobre el impacto de la tecnología en la escuela. Andreas Schleicher decía: «Los países deben invertir con mayor eficacia y asegurarse de que los maestros vayan a la vanguardia en cuanto al diseño y aplicación de este cambio tecnológico. Usar el smartphone para cortar y pegar no sirve de nada. Si queremos alumnos más inteligentes que sus smartphones, hay que reflexionar seriamente sobre las pedagogías que estamos utilizando para educarlos».

«La tecnología puede ampliar los efectos de una buena docencia, pero una buena tecnología no puede reemplazar a un mala docencia».

Todo esto viene al hecho que quiero destacar en esta entrada: los profesores necesitan ayuda, feedback sobre su trabajo, orientaciones para mejorar en su quehacer diario. Necesitan estudiar, lo primero, sobre sus materias, pero también sobre cómo ayudar a sus alumnos a aprenderlas. Aquí está, a mi modesto entender, la clave.

Hace unos meses se presentó el estudio TALIS en Madrid en un excelente congreso que se pudo seguir en streaming y que puedes ver en este enlace (¡maravillas de la tecnología!). En el mismo participamos con un estudio, cuya presentación incluyo más abajo sobre el efecto del feedback en las prácticas docentes de los profesores.

Un estudio llevado a cabo sobre la base de datos de TALIS 2013 sobre una muestra de más de 3300 profesores. Fuimos invitados por el INEE a realizar uno de los estudios secundarios que conforman un interesante volumen que se puede descargar aquí.

Es un estudio cuyos aspectos técnicos no tiene objeto explicar ahora, pero sí algunas de sus conclusiones.

Lo primero que llama la atención, como podéis ver en la presentación de abajo, es que muchos profesores españoles nunca han recibido feedback por ningún medio (ver primera tabla de resultados), situación que se agrava en los centros públicos. ¿Cómo podemos explicar a alguien de fuera del sistema educativo que estamos embarcados en una actividad en la que muchos de sus implicados nunca reciben orientación sobre su trabajo, ni sobre lo bueno ni sobre lo mejorable? Por ejemplo, casi el 60% de los profesores afirman que nunca han recibido feedback a partir de la observación directa en el aula. ¿Nos imaginamos qué ocurriría si los pilotos comerciales nunca recibieran un inspector a bordo para comprobar la precisión y fiabilidad con las que llevan a cabo su tarea? El profesor cierra la puerta tras de sí y lo que allí ocurra es cosa suya… y de sus alumnos. ¡Increíble!

Pero vamos al meollo de la cuestión: ¿influye realmente que reciban alguna orientación o feedback en su trabajo? Esta es la pregunta que queríamos responder.

La respuesta es que sí, pero no afecta del mismo modo a cualquier tipo de práctica docente. Así, cuando estudiamos las prácticas centradas en el profesor (ver presentación), en las que los verbos son: Dejo, Compruebo, Hago, Presento, Encargo… el efecto entre recibir o no feedback es modesto o nulo. Sin embargo cuando la acción recae en el alumno (Los alumnos: realizan, emplean, trabajan…) entonces las diferencias son bastante importantes a favor de los que reciben el feedback.

Una de nuestras conclusiones, que puedes leer más abajo es la siguiente: «La cantidad y calidad del feedback (observación directa en el aula, encuestas a los alumnos, autoevaluación…) influye en las prácticas docentes, más particularmente en aquellas más innovadoras centradas en el  estudiante como protagonista (aprendizaje por proyectos, TIC, grupos colaborativos)».

Interesante, ¿no te parece?

Como ya dije los profesores son, muchas veces, la clave olvidada del sistema educativo. Es imprescindible atender a su formación y desarrollo si queremos que el sistema educativo mejore, porque como ya señaló el informe Mckinsey en 2007 (p.19), “La calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”.

Fuente del articulo: http://www.javiertouron.es/2015/11/necesitan-feedback-los-profesores.html
Fuente de la imagen:https://3.bp.blogspot.com/-C06CGLGXcgs/VlHedYklVqI/AAAAAAAAFII/-TvwvaqDxmg/s1600/feedbackprofesores_javiertouron.jpg
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La construcción de conocimiento a través de la mediación pedagógica de ambientes virtuales

03 de agosto de 2016 / Por: Jenyree Alvarez / Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/

Ser parte de la creación de ambientes virtuales de aprendizaje requiere de diversas competencias por parte del tutor virtual, como indica Mill (2014), “el tutor virtual que actúa como mediador de la enseñanza-aprendizaje en el entorno virtual de aprendizaje requiere de otras habilidades que son específicas de la educación a distancia . Además, las asignaciones (así como el conocimiento enseñanza) puede variar según propuesta del modelo de curso o la educación a distancia adoptada por la institución en la que opera”

En general, el papel más importante se combina en actividades relacionadas con la participación de los estudiantes y la mediación en la enseñanza, por lo tanto, requiere el conocimiento como:

  1. cumplir con el planificación de estudios propuesto de los cursos que pueden estimular a los estudiantes y guiarlos en los ejercicios;
  2. dominar la disciplina de tutoría;
  3. estar al tanto de los detalles de creación de los objetos de aprendizaje;
  4. conocer el perfil del estudiante que cursa la formación;
  5. tener habilidades en la comunicación y lenguaje escrito para aclarar las dudas;
  6. dominar los recursos tecnológicos a través para que pueda ayudar estudiantes en cuestiones técnicas;
  7. conocer diferentes estrategias pedagógicas y didácticas para utilizarlos en la motivación estudiantes;
  8. comunicarse para realizar correcciones y retroalimentaciones en todo el proceso de formación;
  9. poseer habilidades de socialización para promover la interacción entre los estudiantes con el fin de motivar un aprendizaje colaborativo;

Sin embargo, la mayor parte de los conocimientos anteriormente citados no es parte de la formación inicial de los tutores virtuales. Por lo tanto, Tardif (2012) menciona: “se puede decir que los tutores virtuales se construyen y fortalecen en el conocimiento experimental y la mediación pedagógica de los Ambientes Virtuales de Aprendizaje.

Revista FAEEBA – Educación y contemporaneidad, Salvador, v. 24, no. 44, p. 97-107, jul./dic. A DOCÊNCIA VIRTUAL E SABERES DOCENTES: UM ESTUDO DA TUTORIA NA REDE E-TEC BRASIL1 Luciane Penteado Chaquime y Daniel Mill. Disponible en:http://www.revistas.uneb.br/index.php/faeeba/article/viewFile/1823/1237

Fuente artículo: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/1975

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