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La nueva revolución

Por: Francisco Javier López Martín

Lo llamaban normalidad, pero consistía en olvidar a las personas, escapar de uno mismo, convertirnos en un producto más en venta, generador de beneficios privados, el mercadeo y usura como sistema económico que ha ido devorando hasta nuestras mejores intenciones.

Asediado por las noticias de los brotes y rebrotes, el desconfinamiento provisional, los escenarios de excesos, nuevos enfermos, contagiados, ingresados y, desgraciadamente, nuevos muertos, se me ha ido de la cabeza el compromiso de escribir este artículo para Nueva Revolución los cuartos martes de cada mes. Una prueba más de la inexistencia de la nueva normalidad.

Parece ser que había una normalidad, una que nadie había establecido como tal, pero que formaba parte de un imaginario global que se había ido construyendo pasito a pasito, pero de forma persistente. Había una normalidad de consumo brutal que agotaba cada vez antes lo que el planeta es capaz de regenerar, una sobreproducción brutal, una generación no digerible de residuos y contaminación y estaba ligada al cambio climático. Esa normalidad que producía globalmente y vendía por todo el planeta, aprovechando la precariedad de los empleos, produciendo vidas precarias.

Había una normalidad de ricos en aumento y muchos más pobres, dicen que algo menos pobres, pero cada vez más desiguales. Una normalidad de discriminación contra la mujer, pero también contra todo cuanto es distinto, diverso, plural. La normalidad de las residencias de mayores, o su abandono en sus domicilios.

Lo llamaban normalidad, pero consistía en olvidar a las personas, escapar de uno mismo, convertirnos en un producto más en venta, generador de beneficios privados, el mercadeo y usura como sistema económico que ha ido devorando hasta nuestras mejores intenciones. Convertir en mercado los recursos públicos, eso que algunos llaman privatización y otros colaboración público-privada.

Y llegó una pandemia, con nombre y número de serie, COVID-19, un virus más listo que los anteriores, que eran incluso más dañinos, pero menos listos, un fruto más evolucionado de una inteligencia natural capaz de buscar nuevas estrategias de supervivencia de la vida distintas a las nuestras, pero tremendamente eficaces, no en vano esos virus llevan aquí miles de millones de años antes que nosotros.

Y con la pandemia se acabó la normalidad que habíamos conocido, la del centro comercial para todo, la de las vacaciones con viaje al otro lado del mundo por cuatro perras, la del trabajo presencial de cada día, el estudio en clase de cada día, las miserias de las vidas día tras día. Y nos hemos visto encerrados en casa un día sí y otro también, escuchando las terribles noticias de muertes, especialmente de personas mayores, especialmente en residencias.

Llegó la pandemia y pensé por un momento que el drama, el dolor, ese tiempo excepcionalmente largo de encierro, iba a conducirnos a una transformación profunda, a una revolución, una nueva revolución, distinta, no de clase contra clase tan siquiera, sino de aquellas que cambian de forma radical las formas de relación de la especie humana consigo misma, con las demás especies (incluidos los virus), con el conjunto del planeta.

Pero parece que no, no ahora, por lo menos no en España, no por el momento, nadie quería una nueva revolución, sino una nueva normalidad, es decir, la antigua normalidad con algo de gel hidroalcohólico y unas cuantas mascarillas de diseño.

Tardamos en decretar el confinamiento, bajo penas de multa y hasta de cárcel, pero, pasado el tiempo, el juego político condujo a que nadie quisiera pagar el precio en votos del mantenimiento del estado de alarma, aunque pudiera haberse mantenido, como han hecho otros países, permitiendo suavizar medidas, o retomar restricciones en espacios geográficos acotados, en algunas actividades económicas, o entre determinados sectores de la población, con la participación de las Comunidades Autónomas.

Dejémoslo ahí, la oposición no quiso avalar más al gobierno, las Comunidades cada una a lo suyo y los sectores empresariales reclamando la vuelta al negocio, al trabajo, algunos hablaban de hacer compatible el combate contra la pandemia, con la necesaria actividad económica, ya hemos perdido bastante riqueza nacional, hay que volver al trabajo, hay que volver a la escuela, sobre todo para que los padres trabajen.

La nueva normalidad que nos lleva de cabeza a los rebrotes, a los nuevos brotes. La oportunidad perdida para afrontar un proceso revolucionario, la nueva revolución inédita de reconstruir el modelo económico, sobre bases nuevas, sostenibles, respetuosas con el medio ambiente, con las personas y sus empleos, con la protección de la vida humana y la del resto de especies que nos acompañan en la única nave en la que podemos viajar por el universo.

Socialismo o barbarie gritaban algunos escritores e intelectuales franceses en los años cincuenta y sesenta, tomando prestada la expresión de Rosa Luxemburgo, que la había tomado, a su vez, de Engels, o más bien del olvidado Kautsky, redactor junto a Bernstein del Programa de Erfurt, el programa del SPD alemán que duraría hasta finales de la I Guerra Mundial,

-Debemos avanzar hacia el socialismo o caer de nuevo en la barbarie.

La barbarie triunfó, hasta Lenin escribió un libro titulado La revolución proletaria y el renegado Kautsky y el mundo se volvió loco durante todo el siglo pasado, la pandemia podría ser nuestra oportunidad para una revolución humana, económica, natural, socialista, que convirtiera el planeta en esa Tierra de acogida a la que hemos dado la espalda con desastrosas consecuencias, no tanto para el planeta, sino para nosotros mismos. A fin de cuentas el planeta seguirá adelante, con otras formas de vida tal vez, cuando nosotros hayamos creado las condiciones para nuestra propia desaparición.

La alternativa, ahora, así las cosas, no se encuentra entre el socialismo o la barbarie, sino entre la nueva revolución en la especie humana y su relación con el resto del planeta, o el colapso, la extinción y nuestra desaparición. Nosotros elegimos.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/la-nueva-revolucion/

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Libro(PDF): «Género, sexualidad e izquierdas latinoamericanas. El reclamo de derechos durante la marea rosa»

Reseña: CLACSO

Esta compilación ofrece un marco conceptual de fundamentos sólidos para analizar los derechos en materia de género y sexualidad durante la marea rosa latinoamericana, plantea interrogantes difíciles sobre las relaciones entre ideología y gobierno, y destaca el modo en que se convierte a las feministas y personas LGBT y queer en chivos expiatorios de las vastas luchas nacionalistas, antineoliberales y antiimperialistas. Del Prólogo de Amy Lind

Hoy, cuando la marea rosa está en clara retirada y un auténtico tsunami de derecha sacude gran parte de la región, sin embargo, es más fundamental que nunca evaluar los aciertos y desaciertos que ocurrieron durante los gobiernos de izquierda para imaginar las estrategias que podrían ayudar a feministas, personas queer y otras fuerzas progresistas a maniobrar el brusco cambio de dirección en curso en todas las Américas. Del epílogo de Sonia E. Álvarez

Autor (a): Elisabeth Jay Friedman. Felicitas Rossi. Constanza Tabbush. [Coordinadoras]

Niki Johnson. Ana Laura Rodriguez Gustá. Diego Sempol. Constanza Tabbush. María Constanza Díaz. Catalina Trebisacce. Victoria Keller. Gwynn Thomas. Marlise Matos. Shawnna Mullenax. Rachel Elfenbein. Edurne Larracoechea Bohigas. Sonia E. Álvarez. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-592-1

Descarga: Género, sexualidad e izquierdas latinoamericanas. El reclamo de derechos durante la marea rosa

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2152&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1399

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Cuba decreta luto oficial por muerte de Eusebio Leal y el mundo expresa condolencias

Centro América/ Cuba/ 03.08.2020/ Fuente: www.elpais.cr.

El Gobierno de Cuba decretó luto oficial durante este sábado, por la muerte del historiador Eusebio Leal, y la bandera nacional ondeará a media asta en las instituciones públicas y oficiales hasta la media noche, mientras siguen llegando mensajes de condolencia desde varias partes del mundo.

Medios locales de prensa han divulgado aquí mensajes enviados desde Panamá, Colombia, España, Perú, Costa Rica, Argentina, Venezuela, Francia, Chile, Nicaragua, Italia, y desde la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), entre otros países, instituciones y personalidades internacionales, lamentando la muerte del intelectual cubano.

Entre los mensajes destacan el enviado por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien expresó sus condolencias a los familiares de Leal.

«Ha fallecido Eusebio Leal. Gran historiador de La Habana, dedicó la mayor parte de su vida a recuperar el patrimonio de la capital. Su inmensa obra permanecerá siempre en las calles, la cultura y la historia de Cuba. Mis condolencias y mi cariño para su familia y seres queridos», escribió Sánchez en su cuenta de Twitter.

Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que «jamás se podrá hablar de la historia cubana moderna, sin rendirle homenaje a su invaluable legado. Mi abrazo y sinceras condolencias al pueblo cubano que hoy llora su vuelo a la eternidad».

Desde Nicaragua llegó a La Habana un mensaje firmado por el presidente Daniel Ortega, que cataloga a Eusebio Leal como un «querido hermano compañero, amigo de Nicaragua y de nuestra Revolución».

También se expresó el canciller de México, Marcelo Ebrard, quien lamento el fallecimiento de Leal y a quien calificó como «gran amigo de México».

«Su enorme labor para la rehabilitación del centro histórico de La Habana ha sido reconocido mundialmente. Condolencias a sus familiares, amigos y al pueblo cubano con todo afecto», apuntó Ebrard en su cuenta de Twitter.

Por su parte, el ministro de Cultura de Panamá, Carlos Aguilar, calificó al fallecido historiador cubano como «maestro de maestros» por su «vitalicia lucha por poner a las personas en el centro del patrimonio en esta época, donde prima la deshumanización y la mercantilización, fue un ejemplo para toda nuestra región y el mundo».

Más al sur, el ministro de Cultura peruano, Alejandro Neyra, afirmó este sábado que Leal fue un «gran amigo del Perú y profundo conocedor de mi país durante décadas de trabajo e intercambio cultural».

Se recibieron además mensajes de condolencia firmados por Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, y de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Mensajes de organizaciones políticas y sociales

Desde Colombia, el Partido Comunista Colombiano y el Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba hicieron públicas sus condolencias por el fallecimiento del historiador de La Habana.

También lo hicieron el Comité Costarricense de Solidaridad con Cuba, el Club Argentino de Periodistas Amigos de Cuba, las organizaciones francesas Cuba Si France, Cuba Linda, el Círculo Bolivariano de París y ALBA-Francia, y la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, entre otras.

Eusebio Leal Spengler falleció el 31 de julio, a los 77 años, después de una larga y fructífera carrera como Historiador de la capital de la isla, donde asumió las obras de reconstrucción y restauración de la ciudad, que llevó a que la Unesco declarara a La Habana como Patrimonio de la Humanidad. (Sputnik)

Fuente de la noticia: https://www.elpais.cr/2020/08/01/cuba-decreta-luto-oficial-por-muerte-de-eusebio-leal-y-el-mundo-expresa-condolencias/

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Re-conocernos

Por: Nueva Revolución/Puertos33

 

“Uno ya no es uno mismo en ocasiones así y es doloroso no ser uno mismo, aún más doloroso saber que cuando uno lo es” Samuel Beckett

Nos resulta imposible concebirnos sin sujeto alguno: la ausencia de identidad, oír el “yo” que nos habla. El “yo”, como nos diría el pensador danés es una relación consigo mismo. El “yo” es la voz que se nos aparece. El mismo pensador señalaría de su época que bajo las directrices estéticas se esconde una melancolía común a todos. Es decir, a mayor melancolía en la sociedad mayor es la superficialidad de sus ciudadanos. Es imposible desligarse de dicha oscuridad que al menos, todos sentimos una vez en la vida. Mayor esclavo es a nuestros días quien cree no sentirla, quien se atreve a afirmar en público un “estoy bien” —Hasta C. Tangana representante del circo diario ha sabido interpretarlo—.

Allí donde hay una obsesión por lo sano subyace la mayor de las enfermedades. Como si de “médicos” nos tratásemos tendríamos detectar el conflicto con el “yo” que nos gobierna. Todo conflicto que lejos de reconstituirnos en una comunidad cada vez más diluida —somos fruto de una orfandad sociológica—, nos pone contra las cuerdas. Esa voz de la que habla Bojack puede hablarnos porque no está en nosotros, se relaciona con nosotros; mejor dicho, es la relación misma.

Es curioso que para remarcar los defectos actuales —Sólo hace falta releer a Han— tengamos que volver a viejas voces olvidadas. Si toda verdad viene de los márgenes, puede aparecer en cualquier espacio. Según se diluye la sociedad entre los supuestos “yo” de sus miembros, más evidente queda la ausencia de los mismos. En tanto mayor es la exigencia de lo identitario, más constatamos que dichas identidades solo existen de manera discursiva. Ninguna minoría social puede rebelarse desde dichas identidades. Atreverse a decir (Yo soy) es reconocer el desconocimiento total de lo común. No soy desde lo subjetivo, soy en lo comunitario. Mi voz me habla en tanto es hablada.

No se trata de obviar las diferencias, se trata de reconocerse entre las conexiones. Todo vínculo es un acto de revolución en un camino que aboga por la desaparición de los mismos. El amor, en tanto nos descubre esa ausencia de lo propio, es subversivo en sí mismo. No hay vínculo porque no hay “yo” al que ligarse. El poliamor se muestra más como un compartir de soledades que como una exaltación de los vínculos. No podemos unirnos en tanto no hay nada a lo que unirse. Cuando nos encontramos con esta triste verdad, la “depresión” nos habla. La tragedia de nuestra época es reconocer los límites de la realidad. Es imposible concebir la revolución mundial de cualquier partido en tanto no hay nadie a quien revolucionar.

Desconstruirse es reconocerse frente al otro, junto al otro. De alguna manera vivir es ser consciente de que se vive. Para poder acabar con esa melancolía difusa que nos acompaña en nuestro día a día como posibilidad, no basta con no estarlo, habría que asumir que siempre podemos estarlo. Nuestra misión no es erradicar la conciencia de la responsabilidad de vivir, es asumir la responsabilidad misma. Todo lo importante vuelve, sino no lo era nos dice nuestro coetáneo gallego Ignacio Castro. Relacionarse con esa infinitud del instante, encontrar las herramientas, para que las tres instancias del tiempo se mezclen y aprendamos a bailar entre ellas.

Si nuestro día a día era una entrega del “yo” a diferentes fines: trabajo, pareja, sueños… la pausa del Covid-19 nos ha mostrado que el “yo” primero tiene que relacionarse con uno mismo. Que la trinidad cristiana tiene presencia en la trinidad humana de mente, cuerpo y conciencia. Toda superación que de la que nos habla Nietzsche parte de ese reencuentro entre las relaciones propias. Negamos bajo la “toxicidad” moderna las carencias de cada uno de nosotros. Nos entregamos sin sustancia alguna. Entregamos la idea del “yo” no el “yo”. Hasta que no reconozcamos en nuestro tiempo que querer ser, no es ser. Que querer estar, no es estar —nadie está sano— es improbable cualquier cambio mundial. La revolución primero nos tendría que conducir al “prójimo” que nos diría la biblia.

Si algunos pensadores vuelven a ciertas filosofías de lo subjetivo, no es que huyan de esa realidad que nos aprieta. Es que las posibles soluciones a la misma se encuentran en los viejos secretos escondidos bajo la cientificidad de lo moderno. En tanto la ciencia ha crecido mayor es la cárcel global. Por ello que todo aprendizaje necesita de un desaprender previo. No es casual que bombardeemos todo atisbo de cualquier tribu que nos aparezca; desde la economía sumergida hasta los rituales. En esto el mundo Kurdo tendría mucho que enseñarnos. Occidente tendría que re-conocer lo sensitivo que tanto tiempo lleva callado. Un ejemplo de este cinismo europeo es la felicidad danesa que esconde una de las mayores tasas de suicidio.

Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/re-conocernos/

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¿Qué es realmente la rebeldía?

Por: Carlos Gustavo Motta

El destino de todo discurso que tenga como agente el S1 es el autoritarismo. Esta idea de Lacan se verifica también en las consecuencias de posiciones de rebeldía «juvenil», cuando esta se orienta por tal significante. Sirve para ilustrarlo el clásico de George Orwell «Rebelión en la granja».

¿James Dean?: alguien perdido, tratando de encontrarse.
Marlon Brando a propósito del film Rebelde sin causa

No siempre un interrogante produce necesariamente una respuesta.

Preguntarse acerca de la rebeldía y su realidad nos ubica en la circunstancia de saber si resulta eficaz el argumento siguiente: La rebeldía no es una virtud ni tampoco un malestar.

Existe una historia de la rebeldía que contempla variables enunciadas de manera menos ambivalentes. Por ejemplo,  la religiosa: representada ejemplarmente por Jesús; la política: democracia versus otras lecturas de las realidades gubernamentales;  la social: discriminación y tolerancia.; la psíquica: la posición del otro frente a su estructura anímica: neurosis/psicosis/perversión.

Modelos todos que se construyen bajo consignas conocidas:
1.- Reaccionar frente a lo que se considera injusto.
2.- Intentar establecer un nuevo orden, sobre todo el propio.
3.- Rechazar una negociación porque se considera una pérdida de tiempo.
4.- Negar los procesos dialécticos prevaleciendo el autoritarismo bajo un resultado social llamado efecto de masa.

George Orwell construyó una ficción  que nos recuerda, en su clásico Rebelión en la granja, a un grupo de animales habitantes de una hacienda, que terminan expulsando a sus amos (seres humanos) y establecen un  gobierno para ellos apropiado que  conduce, más tarde y casi inevitablemente,  a la instalación de una tiranía.

Los animales  llevan a cabo una revolución  con un desenlace de siete principios escritos en una pared para ser leídos por todos, a la manera de los Diez Mandamientos escritos en tablas de piedra y que el Dios Yahvé entregó a Moisés:
Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo
Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tiene alas, es un amigo
Ningún animal usará ropa
Ningún animal dormirá en una cama
Ningún animal beberá alcohol
Ningún animal matará a otro animal
Todos los animales son iguales

Luego de la rebelión instalada y exitosa, la granja prospera.

Con el paso del tiempo, los animales comienzan a abusar del poder y manipular las consignas escritas en su favor, incluso a burlarlas. Poco a poco finalizan adoptando los defectos del hombre que habían criticado.

La única ley  inmutable que permanece a partir de ese momento es:
Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.

La susceptibilidad hacia las cosas vuelve a instalarse, y el principio de las excepciones a establecerse.

El «gatopardismo» se adueña de las mentes: hacer como que las cosas cambien para que continúe todo del mismo modo.

Argumento que se verifica en el seminario dictado por  Jacques Lacan, El reverso del psicoanálisis.  La clase del 3 de diciembre de 1969, refleja las verónicas discursivas de los estudiantes universitarios que protestan. El ole-ole, bum-bum, tachín-tachán, son los ruidos onomatopéyicos que constituyen el movimiento de opinión, y marcan, con esos sonidos perturbadores, la incompletud, la insatisfacción, en fin, lo que un rebelde puede confundir: que nada es todo.

Lacan señala que la aspiración rebelde o revolucionaria es algo que no tiene otra salida que desembocar en discurso del amo.

No puedo dejar de citar entonces, el final de la metáfora orwelliana: «Doce voces gritaban enfurecidas, y todas eran iguales. Ahora no había duda de la transformación en las caras de los cerdos. Las criaturas asombradas pasearon su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y, nuevamente, del cerdo al hombre, pero ya era imposible distinguir quién era uno y quien era otro».

La rebeldía es una virtud cuando señala un acontecimiento y no se detiene en él ni se lo apropia. Fuego interno, explosión constante. Quizá sea producto simpático, cautivante y seductor para una época temprana de la vida, parafraseando a  William Shakeaspeare con relación a la juventud, «se revela contra sí misma, aún cuando nadie se acerque a hostigarla». Rebeldía, entonces, como dato de la juventud. Quien «mantenga» ese rasgo «continuará» siendo joven. En este último caso, la rebeldía detiene el tiempo, pero como variable subjetiva, puesto que para los otros resulta un rasgo intratable.

Es malestar cuando intenta imponer un nuevo orden construido por promesas y se constituye en un decir monolítico, hostil, insufrible, intolerante y odioso. Única voz tiránica que sólo gobierna a través de sus caprichos inalterables a lo largo el tiempo. Donde decir más, resuena en la inmensidad de un desierto personal.

Para finalizar, cabe aclarar que cualquier similitud con alguna realidad política globalizada es, como la leyenda que se agrega en casi todas las realizaciones cinematográficas, pura coincidencia.

Fuente e imagen: http://www.revistavirtualia.com/articulos/512/miscelaneas-ii/que-es-realmente-la-rebeldia

 

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Dossier homenaje: Rosa Luxemburgo, llama y espada de la revolución

Por: La Izquierda a Diario.

Gran oradora, polemista y teórica marxista, combatió la mayor parte de su vida. Se enfrentó al imperialismo y puso toda su energía en organizar a la clase trabajadora contra la guerra y la barbarie capitalista, pero al mismo tiempo batalló contra las burocracias reformistas que nacieron en el seno de los sindicatos y los partidos obreros como la socialdemocracia alemana (SPD). Su polémica teórica con Eduard Bernstein a comienzos del siglo XX, compilada en su libro “Reforma o revolución”, fue continuada con obras como “Huelga de masas, partido y sindicatos” o su “Folleto de Junius” denunciando la traición histórica de la socialdemocracia al apoyar la guerra imperialista.

Clara Zetkin escribió sobre su gran amiga, después de su muerte: “En el espíritu de Rosa Luxemburgo el ideal socialista era una pasión avasalladora que todo lo arrollaba; una pasión, a la par, del cerebro y del corazón, que la devoraba y la acuciaba a crear. La única ambición grande y pura de esta mujer sin par, la obra de toda su vida fue la de preparar la revolución que había de dejar el paso franco al socialismo. El poder vivir la revolución y tomar parte en sus batallas, era para ella la suprema dicha…”

Cuando se cumplen 101 años de su asesinato, presentamos un dossier con artículos sobre su vida y obra.

Rosa Luxemburgo, la fuerza de las ideas revolucionarias

Rosa Luxemburgo fue parte de una generación de marxistas, junto con Lenin y Trotsky, que desarrollaron un marxismo estratégico, centrado en el combate por la revolución socialista internacional.

[VIDEO-DEBATE] “Rosa Luxemburg fue la dirigente revolucionaria más destacada de la historia del movimiento socialista”

video completo de la charla debate que se realizó en la Sala del CAUM de Madrid con motivo del centenario del asesinato de la revolucionaria Rosa Luxemburg. Para recuperar su vida y obra, sus grandes batallas contra el revisionismo y el reformismo, contra la guerra imperialista y por la revolución socialista.

Con Montserrat Galcerán, profesora de filosofía (UCM) y concejal de Ahora Madrid, y Josefina Martínez, historiadora y periodista, militante de la CRT y Pan y Rosas.

Martinica: texto inédito de Rosa Luxemburgo

El presente ensayo fue escrito por Rosa Luxemburgo al poco tiempo de una enorme erupción volcánica en el puerto de Saint Pierre, en la isla caribeña de Martinica, en ese momento colonia francesa. El volcán del Mont Pelée (Montaña Pelada), que domina la isla, entró en erupción el 8 mayo de 1902 y empezó a arrojar grandes cantidades de lava. La ciudad de Saint Pierre quedó completamente destruida. Se llevó por delante la vida de más de 30.000 personas.

Tres poemas inéditos de Karl Liebknecht desde la cárcel

Rosa Luxemburgo, los años de juventud

La biografía de Rosa Luxemburgo está atravesada por tantos acontecimientos históricos que podría ocupar el guion de varias películas. A los 15 años comienza su militancia socialista.

Rosa Luxemburgo, la rosa roja del socialismo

Rosa Luxemburg y la Revolución rusa, algunas controversias

La Rosa y el León: los asesinatos de Rosa Luxemburg y León Trotsky

Dos asesinatos políticos a dos grandes personalidades revolucionarias del siglo XX. La Rosa y el León: la obra de un pintor italiano sobre dos vidas que se cruzan.

El marxismo de Rosa Luxemburg: Reforma o Revolución

Entrevista a Kate Evans: “La vida de Rosa Luxemburgo transmite coraje, fuerza e inspiración”

Fuente de la reseña:http://www.laizquierdadiario.com.ve/Dossier-homenaje-Rosa-Luxemburg-llama-y-espada-de-la-revolucion

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Polémica en El Líbano por revolución

Asia/Líbano/27-12-2019/Autor(a): Armando Reyes Calderín/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Armando Reyes Calderín

 Thawra, thawra, thawra (revolución, revolución, revolución) corean en plazas y carreteras en El Líbano, las protestas iniciadas el pasado 17 de octubre último, génesis de una polémica por el significado y proyección de esa palabra.
También aparece en graffitis en numerosas paredes de Beirut y otras ciudades; figura en temas diarios de conversación, aunque en la prensa los términos más usuales son manifestaciones masivas, protestas o intifada (sublevación, en árabe).

Los profesores de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut, Jamil Mouawad y Carmen Geha, tienen puntos diferentes de vista sobre el tema.

‘Es una revolución porque está redefiniendo las normas de participación fuera de los partidos políticos y las sectas, porque responsabilizan a todos al mismo tiempo, un desglose de todo a lo que estamos acostumbrados’, dijo Geha.

Con anterioridad, en El Líbano se registraron similares expresiones de desobediencia civil, en especial la ocurrida en 2005 y llamada Revolución del Cedro, pero a la larga se decantaron hacia la línea confesional.

El carácter diverso y popular de las protestas actuales carece de precedentes con miles de personas de todos los sectores en las calles para expresar su frustración y enojo ante lo que estiman ineptitud y corrupción de la élite gobernante.

Y para exigir el fin de décadas de un sistema sectario confesional al que achacan todas las penurias de hoy.

Mientras, Mouawad expresó que el movimiento era, al menos por ahora, un levantamiento de protestas sociales con ideas revolucionarias y el potencial de convertirse en una revolución política plena.

Aun así, ambos especialistas acordaron que referirse al movimiento como ‘thawra’ de alguna manera ayuda a definir su carácter.

‘Las implicaciones políticas de llamarlo una revolución son las que mantienen vivas las protestas en las calles, apuntó Geha.

Mouawad coincidió; ‘es opresivo para académicos, periodistas u funcionarios decir que esto no es una revolución. Si alguien está en la calle exigiendo un cambio, no le digas lo que está haciendo, no importa’, acotó.

Sin embargo, enfatizó que ‘la revolución es un proceso que requiere debate, elaboración y acción continuas para que tenga éxito’.

Para tener una idea de cómo podría ser ese desarrollo, citó la obra An Anatomy of Revolution (Anatomía de la Revolución), del intelectual estadounidense Crane Brinton (1898-1968), un estudio publicado en 1938 que examina las principales revoluciones de la historia.

Según Brinton, para que una revolución sea exitosa debe ocurrir primero un colapso financiero y en respuesta, la organización de los descontentos, seguida de la emisión de demandas revolucionarias, el uso de la fuerza por el gobierno en un intento fallido de represión y por último la obtención del poder por los revolucionarios.

En el contexto libanés, Mouawad explicó que el siguiente paso consistirá en que el movimiento tradujera su apoyo en instituciones concretas.

‘Necesitamos nuevas estructuras claras, con nuevos partidos políticos y una nueva visión política’, apuntó.

De momento, continuó, hay una visión esporádica; queremos transparencia y no corrupción, pero no tenemos una visión o ideología clara.

Geha reiteró la importancia de transformar el impulso de las protestas en estructuras formales, y en particular, el que necesitan grupos profesionales y activistas para unir a las personas en alianzas no sectarias.

‘Las estructuras son importantes, señaló, pero la revolución no se trata solo de la movilización, sino también de solidaridad’, aseveró.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=329979&SEO=polemica-en-el-libano-por-revolucion
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