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Estados Unidos, el país rico con más riesgo de muerte de bebés en primer año

Estados Unidos/Enero de 2018/Fuente: La Estrella de Panamá

El riesgo de que un niño nacido en los Estados Unidos muriera en su primer año durante la primera década del siglo XXI fue un 76 % mayor que en otros 19 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Cuando la comparación se hizo con el grupo de edad de uno a 19 años, el índice de riesgo de muerte para los estadounidenses fue un 57 % mayor que el del resto, señala un estudio elaborado por investigadores del Hospital Johns Hopkins y publicado hoy en la revista Health Affairs.

Los investigadores compararon datos estadísticos de mortalidad de niños y adolescentes en Estados Unidos entre 2001 y 2010 con los de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza, Turquía y Reino Unido, los otros estados fundadores de la OCDE.

La conclusión fue que de los veinte países, Estados Unidos es el que tiene los peores índices.

«Altos índices de pobreza persistentes, resultados educativos pobres y una relativamente débil red de seguridad social han hecho de los Estados Unidos el más peligroso país de las naciones adineradas para el nacimiento de un bebé», indica el estudio.

En una declaración remitida a Efe el investigador Ashish Thakrar, uno de los autores del informe, subrayó que «desde los años 80 las estadísticas de mortalidad infantil en los EE.UU. han sido más altas que en las otras naciones» del mundo desarrollado.

El informe pone en evidencia que mientras los recién nacidos estadounidenses están bajo la atención del sistema de salud pública, es decir en los primeros días de vida, no hay diferencias con otros países del mundo desarrollado en cuanto al riesgo de muerte.

Sin embargo, la diferencia comienza a aparecer pasados estos primeros días y durante el primer año de vida de los bebés, cuando quedan al cuidado de sus padres o tutores.

Para la investigadora Alice Chen, de la Universidad del Sur de California, la desventaja de mortalidad post neonatal obedece a «los pobres desarrollos de los nacimientos entre personas con estatus económico más bajo».

Al respecto el estudio indica que el riesgo de muerte en los primeros días es mucho menor, pues «los recién nacidos reciben una atención médica de alta calidad», pero esta situación varía sustancialmente en personas de bajos recursos cuando salen del hospital y tienen que cuidar al bebé en su propio entorno.

El problema también se acrecienta entre la población adolescente al comparar los indicadores de los 20 países fundadores de la OCDE.

Thakrar resaltó que entre 2001 y 2010, los chicos estadounidenses entre 15 y 19 años presentaron un riesgo «82 veces más alto de morir a causa de homicidio con un arma» que los de los otros países de la organización.

Otra de las causas señaladas por el estudio para el alto índice de muertes de adolescentes fueron los accidentes automovilísticos.

Aunque la investigación destaca que «un reporte de seguridad vial y accidentes encontró que en EE.UU. las muertes de carretera se redujeron un 23 % de 2000 a 2011», en los otros 19 países de la OCDE los descensos fueron de un 26 % a un 64 %.

Los investigadores sugirieron que las «políticas de prevención se deben enfocar en los bebés (hasta cuando comienzan a caminar) y en los adolescentes entre 15 y los 19 años de edad».

Fuente: http://laestrella.com.pa/vida-de-hoy/ciencia/estados-unidos-pais-rico-riesgo-muerte-bebes-primer/24042193

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África se enfrenta al NOM: vota a favor de que los padres eduquen a sus hijos conforme a sus creencias

África / 26 de noviembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Hispanidad

Europa e Iberoamérica, los más ‘proges’: “Los niños deberían decidir libre y autónomamente” sobre asuntos relacionados con la salud sexual y reproductiva.

Lo explica muy bien la web C-Fam. El pasado martes, la sede de la ONU fue testigo de una votación muy importante que, como suele ocurrir en estos casos, pasó prácticamente desapercibida a la opinión pública. Pero el asunto era crucial: el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. No se líen, se trata de prohibir la educación cristiana en el seno familiar, uno de los objetivos del Nuevo Orden Mundial.

La votación era importante y tuvo que ser el delegado de Egipto, en nombre de todos los países africanos menos Sudáfrica, el que pusiera las cosa en su sitio: “Nuestra cultura africana respeta los derechos de los padres” y “Egipto rechaza los intentos de ciertos países de imponer su sistema educativo a otros”.

En contra de los derechos de los padres votaron Europa -España incluida-, Canadá, Japón, Israel… El delegado de Noruega fue el más claro a la hora de explicar su postura: “Los niños deberían decidir libre y autónomamente” sobre asuntos relacionados con la salud sexual y reproductiva.

En otras palabras, el NOM quiere manipular a los niños y necesita ‘eliminar’ a padres de la ecuación. Menos mal que aún nos queda África. Por cierto, EEUU también votó a favor del derecho de los padres. Y la Santa Sede, por supuesto.

Fuente de la Noticia:

África se enfrenta al NOM: vota a favor de que los padres eduquen a sus hijos conforme a sus creencias

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Reino Unido: Scientists call for more graphic sex education as British teens become more ‘adventurous’ in bed

Reino Unido/Noviembre de 2017/Fuente: Mirror

Resumen: Los adolescentes conocedores de Internet de hoy en día son más aventureros sexualmente que aquellos hace 20 años, según una encuesta británica sobre las actitudes sexuales cambiantes.

Los Millenials británicos directos no están teniendo relaciones sexuales antes que sus contrapartes en la década de 1990, pero están experimentando con diferentes tipos de sexo.

Today’s internet savvy teenagers are more sexually adventurous than those 20 years ago, a British survey of changing sexual attitudes found.

Straight British Millennials are not having sex earlier than their counterparts in the 1990s but are experimenting with different kinds of sex.

But the proportion of sexually active 16 to 24 year olds who said they have had vaginal, oral and anal sex during the last year has risen, from approximately one in ten women and men in 1990 to 1991, to one in four men and one in five women in 2010 to 2012.

And some of the largest increases in the prevalence of oral and anal sex over the past decade were observed among those aged 16 to 18.

Yet the median age of 14 for the first heterosexual experience such as kissing and the median age of 16 at first intercourse whether oral, vaginal or anal has not changed much in recent decades.

The readily availability of internet porn , greater promiscuity, and bisexual experiences among girls could be part of the reason why these types of sex have risen.

The findings mean sex education may need to be updated to ensure safe sex and teenagers are not coerced into doing things they may not want to, scientists said.

The study explores the changes in young people’s sexual practices using nationally-representative data from the National Surveys of Sexual Attitudes and Lifestyles (Natsal), the largest scientific studies of sexual health and lifestyles in Britain.

These three studies, Natsal 1, 2 and 3, have been carried out every 10 years since 1990, and have involved interviews with more than 45,000 people to date.

Lead author Research Associate Dr Ruth Lewis conducted the work while at the London School of Hygiene & Tropical Medicine but is now based at the MRC/CSO Social and Public Health Sciences Unit, University of Glasgow.

«At a time when much sex and relationships education is being updated, keeping pace with current trends in sexual practices is crucial so that curricula are tailored to the realities of young people’s experiences,» she said.

«By shedding light on when some young people are having sex and what kinds of sex they are having, our study highlights the need for accurate sex and relationships education that provides opportunities to discuss consent and safety in relation to a range of sexual practices.

 Senior author Professor Kaye Wellings at the London School of Hygiene & Tropical Medicine, added: «The changes in practices we see here are consistent with the widening of other aspects of young people’s sexual experience, and are perhaps not surprising given the rapidly changing social context and the ever-increasing number of influences on sexual behaviour.

«It is important to keep up to date with trends in sexual lifestyles to help young people safeguard their health and increase their well being.»

The study which also involved researchers from University College London and NatCen Social Research was published in the Journal of Adolescent Health .

Fuente: http://www.mirror.co.uk/science/scientists-call-more-graphic-sex-11551920

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In Cambodia, push to end maternal deaths in remote areas

Camboya/Noviembre de 2017/Autor: Matthew Taylor/Fuente: UNFPA

Resumen:  En la remota aldea agrícola de Sakreang, en el noreste de Camboya, Romam Pcheuk visita a las mujeres embarazadas en sus hogares. «Vigilo a las chicas pálidas y a las que se quedan embarazadas muy jóvenes», explicó. «Es mi trabajo advertirles de las señales de peligro». La Sra. Pcheuk una vez ayudó a las mujeres a dar a luz de la manera tradicional: en el hogar, a menudo usando prácticas peligrosas. «Empujé sus vientres con más fuerza cuando el bebé no salía», recordó. «Si hubo problemas, se volvió peligroso. No teníamos ningún equipo o medicamento a mano «. Pero hace cinco años, se unió a una iniciativa liderada por el gobierno, con el apoyo del UNFPA, que tenía como objetivo educar a las mujeres en comunidades remotas sobre embarazos y partos seguros. Crucialmente, ella aprendió a alentar a todas las mujeres embarazadas a que visiten a proveedores de servicios de salud profesionales.

In the remote farming village of Sakreang, in Cambodia’s far north-east, Romam Pcheuk visits pregnant women in their homes.

“I keep my eye on the girls who are pale, and those that get pregnant very young,” she explained. “It’s my job to warn them of danger signs.”

Ms. Pcheuk once helped women give birth the traditional way – at home, often using dangerous practices.

“I pushed their bellies down harder when the baby wouldn’t come out,” she remembered. “If there were problems, it got dangerous. We didn’t have any equipment or medicine on hand.”

But five years ago, she joined a government-led initiative, supported by UNFPA, that aimed to educate women in far-flung communities about safe pregnancy and childbirth. Crucially, she learned to encourage all pregnant women to visit professional health care providers.

Midwife Sou Sreymech checks over a pregnant woman at the Oyadav district health centre in Rattanakiri, Cambodia. © UNFPA/ Matthew Taylor

Today, she is a community health volunteer, looking out for hundreds of pregnant women in Sakreang and nearby villages in Rattanakiri Province. She monitors their progress and gives them referrals to health facilities.

She also holds education sessions. “It was hard getting women to come to my sessions at first, but gradually people joined in,” she said.

“Today, no one here gives birth at home anymore. Everyone goes to the facility.”

Huge gains, lingering challenges

Cambodia has made huge gains in bringing down maternal mortality.

“In 1990, Cambodia’s maternal death rate was right up at around 1,200 women dying per every 100,000 live births,” said Catherine Breen Kamkong, UNFPA’s Deputy Representative in Cambodia. By 2015, it was about 161 per 1,000 live births.

According to the latest data, nearly 90 per cent of all births in Cambodia now take place under the care of a skilled birth attendant.

But in remote provinces like Rattanakiri, progress is only just starting to show.

“We’ve had zero maternal deaths in our district so far this year,” said Dr. Lek Chanthy at the Borkeo district hospital, which covers a population of around 70,000 in Rattanakiri. “But language barriers, traditional practices and a lack of education are still serious challenges.”

There are nearly 195,000 people in the province, over half from indigenous groups. Many stick closely to traditional lifestyles: farm work, early unions and home births.

“Some people marry at just 14, so when they get pregnant their bodies are not ready,” explained Dr. Lek Chanthy, vice-chief of the district hospital. “Young mothers face higher risks of things like excessive bleeding and disability later in life, and with no skilled birth attendants helping with childbirth, they may not make it through serious complications.”

Romam Phel, 17, is poised to become one of these young mothers. She was married at 16, and is now seven months pregnant.

“I think my time came, and we just fell in love,” she said about her early marriage. “I wanted to have children straight away after our wedding.”

Ms. Pcheuk is encouraging her to give birth in a health facility.

The last mile

Since the 1990s, UNFPA has supported the government in building a workforce of professional midwives and boosting access to sexual and reproductive health services.

Today, UNFPA, the government and partners are focusing on remote and underserved regions, increasing the number of midwives trained to deal with complicated births and doctors who can perform emergency Caesarean sections.

“Risks remain high for geographically remote communities and for marginalized groups like ethnic minorities, adolescents and migrants,” explained Ms. Breen Kamkong. “This is why we are focusing our actions on nine key provinces facing health and other inequities.”

Education is also essential. With UNFPA support, the Ministry of Education is developing comprehensive sexuality education curricula, which will be rolled out to all students between 10 and 18 years old.

“We need to go the last mile in bringing down maternal deaths,” said Ms. Breen Kamkong.

“That means putting the rights and needs of remote communities and marginalized groups right up front – so everyone can benefit from Cambodia’s phenomenal gains in bringing down maternal mortality, and can access vital sexual and reproductive health services and information.”

Fuente: http://www.unfpa.org/es/news/cambodia-push-end-maternal-deaths-remote-areas

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Your voice is your weapon”: Taking on sexual harassment in Egypt

Egipto/Noviembre de 2017/Fuente: UNFPA

Resumen:  «Tu miedo te está controlando», dijo el instructor Amany Abdel-Aal a una habitación llena de mujeres en una clase de autodefensa de Wen-Do, realizada en un centro juvenil alegremente pintado en las afueras de El Cairo.

Los estudiantes, la mayoría de ellos refugiados sirios, asintieron con la cabeza.

«A veces quiero hacer algo pero no puedo», admitió una mujer.

Sus miedos están bien fundados. La mayoría de los estudiantes de la Sra. Abdel-Aal han sufrido acoso sexual. Y ellos no están solos.

El acoso sexual tiene lugar en todas las sociedades de la tierra y sus costos son inconmensurables. Degrada y aterroriza a las mujeres, las mantiene alejadas de la escuela y del trabajo, lo que las obliga a medir el valor de las oportunidades frente al riesgo para su seguridad.

“Your fear is controlling you,” instructor Amany Abdel-Aal told a roomful of women at a Wen-Do self-defence class, held in a cheerfully painted youth centre on the outskirts of Cairo.

The students – most of them Syrian refugees – nodded in agreement.

“Sometimes I want to do something but I can’t,” one woman admitted.

Their fears are well founded. Most of Ms. Abdel-Aal’s students have experienced sexual harassment. And they are not alone.

Sexual harassment takes place in every society on earth – and its costs are immeasurable. It degrades and terrorizes women, keeping them from school and jobs, forcing them to measure the value of opportunities against the risk to their safety.

The Wen-Do students – women and girls of all ages – learn about more than self-defence. They also discuss their experiences with harassment and learn to stand up for their rights. © UNFPA/Rebecca Zerzan

But a global movement is sweeping the world, encouraging women to stand up against these abuses.

Millions of people are airing their own experiences on social media, using the hashtags #MeToo, وانا_كمان#, #BalanceTonPorc, #YoTambién and others. They describe catcalls, lewd gestures, suggestions and assaults. They are demanding change.

Ms. Abdel-Aal’s students are demanding change, too.

Large majorities face harassment in Egypt

Sexual harassment is a major problem in Egypt. Studies show that large majorities of women have been subjected to it, often on the street or public transportation. And the problem is deeply rooted. In one survey , 64 per cent of men admitted to engaging in sexual harassment.

Ms. Abdel-Aal’s class is part of broader efforts to empower vulnerable Egyptian and Syrian women.

The Wen-Do lessons are conducted by the local organization Etijah, with support from UNFPA and funding from Norway and the European Civil Protection and Humanitarian Aid Operations department (ECHO).

Held in locations identified as “safe spaces” – places where women and girls can speak freely and seek assistance, such as counselling or violence prevention services – the classes are part martial arts lesson, part support group.

Many Wen-Do students are refugees who have learned to make fabrics, ceramics and other handicrafts. But to make a living with these skills, they must be able to brave the streets and buses. © UNFPA/Rebecca Zerzan

“We don’t only play with physical techniques. Fifty per cent is psychological,” said Ms. Abdel-Aal, a psychologist by training.

At one recent class, the students gathered in a circle, their children playing underfoot, and shared their experiences.

One woman said she had blocked a harasser on Facebook.

Another said she experienced hostility in her daily life: “There are some people we cannot get rid of, but we cannot defend ourselves – bad people.”

Ms. Abdel-Aal encouraged them to be strong: “You can limit their control over your lives.”

Reaching vulnerable women and girls

The class introduces women to human rights concepts – including the right to live free of violence and abuse.

Such ideas may be new to these students.

Surveys show that 90 per cent of Egyptian men and 70 per cent of Egyptian women believe women should tolerate violence to keep their families together.

The students learn how to strike an attacker. Other lessons include walking with confidence through a busy street and shouting down harassers. «You shouldn’t be afraid or hesitate. It is your right,” Ms. Abdel-Aal said. © UNFPA/Rebecca Zerzan

And Syrian refugee women may be at even greater risk.

A majority of refugee households in Egypt are considered “severely economically vulnerable.” UNFPA and the Ministry of Youth and Sports offer sewing, cooking and ceramics classes for refugee women, and will soon provide entrepreneurship courses to empower them economically and socially.

But to take advantage of these programmes, they must be able to brave the streets and buses.

“It is your right”

Ms. Abdel-Aal told her students to stand. It was time for exercise.

But before they started punching, she wanted them to practice shouting at an attacker. “What would you say?” Ms. Abdel-Aal asked.

“Behave yourself!” yelled one student.

“You are rude!” another called out.

“You are an animal!” shouted another. The women applauded.

You should not feel ashamed by harassment, the instructor told them. “Your voice is your weapon. You shouldn’t be afraid or hesitate. It is your right.”

The lessons have had a positive impact on her students, Ms. Abdel-Aal later explained. “They become more aware of their boundaries. They take this to their jobs.”

Her students had another way of describing how the class made them feel.

“I have self-confidence,” one woman said, smiling.

Another announced, “I felt I am the queen of the world.”

Fuente: http://www.unfpa.org/es/news/%E2%80%9Cyour-voice-your-weapon%E2%80%9D-taking-sexual-harassment-egypt

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Gender inequality, lack of information fuel teen pregnancies in Timor-Leste

Timor Oriental/Octubre de 2017/Fuente: UNFPA

Resumen:

«Sabía un poco sobre cómo se hace un bebé, pero no demasiado», dijo Natalia, de 19 años, en Alieu, las tierras altas rocosas de Timor-Leste. Su hija de 1 año, Afeena, dormía cerca. «No tenía educación sobre esto en la escuela. No hay lecciones relacionadas con este tema. Nada.»

La vida de Natalia comenzó a deshacerse después de quedar embarazada. Su novio la abandonó.

«Dejé la escuela y nunca fui a ver a un médico ni tuve ninguna consulta», explicó. «Incluso logré esconderlo de mi familia. Cuando comencé el trabajo de parto, le dije a mi padre que tenía dolor de espalda, pero pronto descubrió que iba a tener un bebé «.

Natalia fue llevada a una clínica local. Estaba aterrorizada por su vida; su madre había muerto durante el nacimiento de un hermano menor.

Afortunadamente, Afeena fue entregada de manera segura.

Debido a la desigualdad de género, las niñas y las mujeres tienen muy poca opinión sobre su propia fertilidad. También tienden a tener un acceso deficiente a información y servicios de salud reproductiva.

“I knew a little bit about how a baby is made, but not too much,” said Natalia, 19, in Alieu, the rocky highlands of Timor-Leste. Her 1-year-old daughter, Afeena, was sleeping nearby. “I had no education about this at school. No lessons at all related to this topic. Nothing.”

Natalia’s life began to unravel after she became pregnant. Her boyfriend abandoned her.

“I dropped out of school and never went to see a doctor or had any consultation,” she explained. “I even managed to hide it from my family. When I went into labour, I told my father I had back pain, but he soon discovered I was having a baby.”

Natalia was rushed to a local clinic. She was terrified for her life; her mother had died during the birth of a younger sibling.

Fortunately, Afeena was delivered safely.

Because of gender inequality, girls and women have very little say over their own fertility. They also tend to have poor access to reproductive health information and services. © UNFPA/Ruth Carr

Still, there is plenty to worry about. Natalia will most likely have to raise her daughter alone.

Deck stacked against girls

Early pregnancy is a major concern in Timor-Leste. And almost one quarter of women in the country have a baby by the time they are 20. Early pregnancies are often swiftly followed by marriages; 19 per cent of girls are married by the time they are 18.

Deeply entrenched gender inequalities – including high rates of violence against women and barriers to reproductive health care – play a role in these grim figures.

“We currently have an intimate partner violence rate of around 60 per cent in Timor-Leste,” said Candie Cassabalian, a UNFPA youth specialist.

And because of restrictive social norms, contraception is often accessible only with a husband’s consent. “Married women, no matter their age, have very little control over their own body and their own fertility, so very quickly young women end up with multiple children, limited opportunities and even less choice,” Ms. Cassabalian said.

Contributing to this problem is the limited availability of comprehensive sexuality education.

Natalia is raising her daughter Afeena alone. © UNFPA/Ruth Carr

“Even though some sexuality education curriculum is there in schools, often the teacher is not confident to deliver the information, and it is not something they feel comfortable to talk about,” said Lala Soares, a gender expert with Plan International in Timor-Leste.

“They tell me when they get to this topic, they rip the pages of the textbook out,” she added.

Violence, motherhood and a child marriage

Lucia*, now 18, faced all of these issues.

As a teenager, she became involved with her teacher, a much older man.

“When my parents found out I had a boyfriend, they were very angry. They told me they wanted to beat me to death,” she said, sharing her story at a girls’ empowerment workshop held by Plan International, a close partner of UNFPA.

Her family beat her so viciously she ended up in the hospital. Still, she and her boyfriend remained together, and Lucia became pregnant.

“I didn’t know you could get pregnant from having sex,” she said.

The families hastily arranged a marriage between Lucia and her teacher.

Such efforts are designed to preserve a family’s honour – but they do little to protect the girls affected. Child marriage actually increases girls’ vulnerability. Pregnancy and marriage also keep young mothers from returning to school.

“The perception is that school is only a place for children and children don’t have sex – or even romantic involvement. So even if the girl is married off quickly, she would not normally be allowed to re-enter school,” explained Ms. Cassabalian.

More must be done

UNFPA is working with the government and partners to better understand the issues surrounding teen pregnancy. UNFPA, together with Plan International and the government’s Secretariat of State for Youth and Sports, recently released a report about these issues, which could help policymakers better address them.

UNFPA also advocates for young people’s right to sexual and reproductive healthand information. For example, UNFPA is helping to assess and develop comprehensive sexuality education curricula and trainings, and is supporting efforts to make health services more youth-friendly.

In one positive move, the government recently approved an education policy that promotes the rights of pregnant teens.

But more must be done.

“As a country, we need to pay attention to the issue of equity, and we need gender equality if we want to have a good future,” Ms. Soares said.

Fuente: http://www.unfpa.org/es/news/gender-inequality-lack-information-fuel-teen-pregnancies-timor-leste

 

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Carne de reproducción

Por: Lidia Falcón

En una película de consumo femenino que ofrece una cadena de televisión los sábados por la tarde se plantea el tema estrella de esta época: la mujer como carne de reproducción.

La protagonista que encarna la mujer demente y asesina que gusta ahora a la industria cinematográfica estadounidense, se lanza a su carrera criminal porque quiere tener hijos. ¿Y cuál es la relación entre su deseo de maternidad y la serie de asesinatos que comete? Su imposibilidad para reproducirse deriva de haber vendido sus óvulos para un banco que los revende a las mujeres con dificultades para engendrar. A raíz de ello y tras una enfermedad nuestra protagonista queda estéril. Pero, con su aguda astucia consigue la dirección y los datos de una de las que fueron madres con sus óvulos, y allí acude a recuperar lo que en términos biológicos evidentemente son sus hijos. Las peripecias que siguen solo sirven para un tebeo machista, pero la fábula es muy ejemplar.

Evidentemente los materiales para la fabricación de un nuevo ser humano son el espermatozoo y el óvulo. En estos momentos en que la ciencia ficción se ha hecho realidad y los delirios de Paracelso se realizan cotidianamente, tenemos a las mujeres, nuevamente, como en las fábulas patriarcales, convertidas en materia reproductora.

Si todo se compra y se vende, si todo tiene precio, hasta los seres humanos que se traficaron como esclavos durante milenios, ¿por qué no aquellos trocitos del cuerpo femenino que sirven para la fabricación de nuevos esclavos? Pues sí, se venden y compran óvulos. Como si fuera pelo. Pero los óvulos no son cabellos que han de cortarse periódicamente. Es preciso someter a la mujer a manipulaciones poco saludables. Y son números clausus. Cuando alguno se estropea no se repone.

Hay ahora un comercio, que aumenta cada día, de compra y venta de esos huevos que contienen el germen de un ser humano. Y mujeres que los venden porque se hacen con algo de dinero. Lo hemos consentido, como tantos otros tráficos, sin protestar. ¡Teníamos tantos sufrimientos por los que rebelarnos! Y dejamos que las manipulaciones, experimentos y negocios con nuestra capacidad de procrear siguieran adelante, mientras todas nuestras energías se gastaban en pedir la legalización del aborto. Cuando la conseguimos nos encontramos con que había un mercado de niños por los que se pagaba dinero si los fabricábamos en nuestra propia barriga, con óvulos prestados o comprados y el feliz esperma del que financiaba el negocio. Y los hijos ya no son consuelo y esperanza de la mujer que lo fabrica en su cuerpo y lo pare con dolor, sino que les son arrebatados como un producto manufacturado más.

Una viñeta del Roto con el dibujo de una embarazada, dice: “Las gestaciones siempre han sido altruistas, menos ahora las altruistas que se cobran”.

Ciertamente el trabajo de traer hijos al mundo lo han realizado gratis las mujeres, y no precisamente por amor. Pero, a pesar de la sordidez y de la explotación que ha supuesto para las mujeres durante toda la historia parir y criar hijos, esta tarea se adornaba últimamente con la ideología del instinto y del amor materno. En los tiempos actuales en que en occidente la natalidad es mínima esa relación única entre la madre y el hijo y su cuidado y compañía es consuelo de la mujer que lo ha traído al mundo.

En la siniestra compra de la capacidad reproductora de una mujer, siempre pobre, siempre engañada, siempre víctima de un tráfico infame encontramos una forma de obtener el beneficio capitalista. Dejémonos de relatos falsos del altruismo de la amiga y de la hermana, que para nada constituyen la verdadera causa de la reclamación actual de que se legalice. No pervirtamos el superior concepto de la libertad, con el que se pretende defender que las mujeres se sometan gustosamente a las manipulaciones propias del doctor Frankenstein, porque la presión y el chantaje social a través de los medios de comunicación no se están realizando por parte de formaciones políticas y asociaciones cívicas, para que una buenísima mujer se sacrifique por su amiga, sino para instalar con toda libertad el comercio de vientres femeninos.

Y allí tenemos una de las fuentes de beneficio más nuevas que los traficantes denominan gestación subrogada porque queda más fino que vientres o úteros de alquiler.

Este tema se ha hecho estrella en simposiums, conferencias, entrevistas, programas de televisión, incluso financiado con fondos públicos en jornadas organizadas por el Consejo de la Mujer de los Ayuntamientos, como la semana pasada en Sevilla, cuyas dirigentes, que pertenecen a esas formaciones políticas nuevas de nombres insustanciales, y afines al sector homosexual que pierde el oremus por fabricar un descendiente con su propio esperma, se manifiestan descaradamente partidarias de legalizar tan infame comercio.

Y no solo esos Consejos no tienen autoridad para pronunciarse por una u otra opción, cuando tienen que ser plurales y democráticos y únicamente propiciar el debate, sino que se decantan por defender una propuesta que vulnera la legalidad española. Ciertamente la ausencia de una legislación clara y contundente que prohíba esta clase de explotación femenina y convierta en delito su práctica para quien la demanda, da lugar a las vacilaciones y bandazos de las resoluciones judiciales en nuestro país.

En España el Art. 10 de la Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida señala que será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero. Pero ante la presión que el lobby demandante está ejerciendo sobre los legisladores y jueces el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos dictó  dos sentencias en las que declara que se viola el art. 8 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos el no reconocer la relación de filiación entre los niños nacidos mediante vientre de alquiler y los progenitores que han acudido a este método reproductivo, apelando al interés superior del menor.  Esto ha creado precedente para toda la Unión Europea, por lo que el Ministerio de Justicia ordenó en el mes de julio de 2014 a los Consulados españoles que efectuaran la inscripción de los niños nacidos de gestación por sustitución.

El resultado es que se está procediendo a una práctica que contraviene la ley española, aunque sea en países extranjeros pero que tiene efectos en nuestro territorio nacional, puesto que la inscripción en un consulado es igual a la que se efectúa en el Registro Civil de cualquier ciudad de nuestro país.

Apelando a ese bien superior que es el interés del menor, la industria de compra y venta de niños fabricados a la carta,  aumenta y se afinca y pretende legalizarse en España, apoyada por el partido Ciudadanos y con la complicidad de sectores de otras formaciones políticas y algunas instituciones.

 Si el Movimiento Feminista no utiliza todos sus recursos para oponerse eficazmente, lo que hemos avanzado en las luchas de los años precedentes para lograr el reconocimiento de la dignidad de la mujer, lo perderemos ante la avalancha de la ideología liberal que no sólo atañe a las relaciones económicas sino muy gravemente daña la categoría de ser humano de la mujer, rebajándola a la de una máquina engendradora de hijos.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/10/14/carne-de-reproduccion/

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