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Entrevista a Silvia Federici: La muerte de mujeres en las maquilas recuerda a la fase del periodo de acumulación originaria

Entrevista a Silvia Federici
“La muerte de mujeres en las maquilas recuerda a la fase del periodo de acumulación originaria”
Mª Cruz Tornay

El análisis feminista de la etapa de la transición del feudalismo al capitalismo y del trabajo reproductivo no asalariado como sostén del sistema capitalista han convertido a Silvia Federici, escritora, activista y profesora de la Universidad de Hofstra de Nueva York, en un referente para comprender la interconexión entre la crisis sistémica del capital y el incremento de las diferentes formas de violencias hacia las mujeres. Su paso por Ecuador para participar en diferentes encuentros con la academia y movimientos feministas durante el pasado mes de mayo, permitió una conversación en la que de manera crítica analiza la actualización directa e indirecta de la caza de brujas y las consecuencias de las políticas extractivistas sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres en América Latina.La crisis del sistema ha tenido un grave impacto para las mujeres en diversos aspectos, pero también de manera diferenciada según territorios. ¿Cuáles son las consecuencias que se pueden identificar a nivel global tanto en el ámbito del trabajo como en el reproductivo?

La crisis capitalista ha significado cosas muy diferentes para las mujeres, según los lugares del mundo, pero igualmente existen elementos comunes. Las mujeres hoy se enfrentan de una forma muy diferente, pero contundente, con una crisis muy fuerte de la reproducción a todos los niveles como consecuencia del fracaso del estado de bienestar, el fracaso del salario masculino, el de la política del pleno empleo, que ha obligado a muchas mujeres a salir de la casa, tomar un segundo trabajo que se ha añadido al trabajo doméstico no pagado, así que ahora la jornada laboral de las mujeres es una jornada sin fin. Las mujeres hoy deben trabajar fuera y dentro de la casa para recuperar todos los cortes de los servicios sociales que el estado ya no realiza. En Estados Unidos, las mujeres se encuentran en una crisis existencial, personal y colectiva, muy fuerte, y se han convertido en las mayores consumidoras de antidepresivos. El número de suicidios de mujeres se ha elevado y se calcula que la esperanza de vida de una mujer proletaria sin recursos es cinco años menor que la de su madre. A nivel más internacional, las mujeres de las áreas rurales de América Latina y de África se encuentran con un ataque muy grave al territorio, lo que implica un impacto específico hacia ellas. Se trata de una agresión a las formas de cultivo de subsistencia, que para muchas mujeres son una manera de tener autonomía del mercado y sustentar a su familia en un contexto social donde la comunidades han sido desmonetarizadas como consecuencia del ajuste estructural, con el desempleo, y muchas veces con el despojo de la tierra que poseían.

Y en este contexto, también se da un ataque hacia el cuerpo de las mujeres y su autonomía…

Sí, también existe un nuevo ataque directamente contra el cuerpo de la mujer, contra su capacidad reproductiva, contra su capacidad de controlar la procreación, un ataque que es diferente según los lugares. En otros casos, las mujeres se enfrentan, por ejemplo, a la esterilización. Durante los años noventa hubo una campaña de esterilización brutal es muchas partes de África, de India, de Indonesia. En estos países se realizan los safaris de la esterilización, donde se juntaban mujeres dándole a cambio pequeñas cosas, como arroz, para convencerlas de que debían ligar o cortar las trompas. Había miedo a que estas mujeres fueran a procrear una generación de jóvenes más combativa. Yo creo que estos programas de esterilización están conectados como una respuesta a las luchas de las nuevas generaciones de los territorios colonizados, generaciones que se proponían, como proyecto político, recuperar la riqueza robada.

En otros lugares, se prohíbe el aborto, como en Ecuador, que no solamente significa prohibir a la mujer el control sobre su cuerpo, es parte de toda una política para controlar el trabajo de las mujeres, para poner una vez más su sumisión a los hombres de la casa y a su sexualidad, y su capacidad reproductiva al control de los hombres y del estado. Esto es un proceso que se puede documentar a nivel internacional. En Estados Unidos, muchos estados han aprobado leyes que intentan controlar la vida y el comportamiento de las mujeres cuando están embarazadas. Se establecen penalizaciones por comportamientos que no son aceptados, así, en muchos hospitales donde van las mujeres que no tienen recursos, se realiza un test de sangre después del parto, y en caso de identificar alguna anormalidad, se les envían a prisión acusadas de sabotear la vida del futuro nacido. Mujeres embarazas que han sufrido accidentes de coche han sido arrestadas por irresponsables.

Se trata de un nuevo ataque como el que se produjo en el periodo de la acumulación originaria, y que pasa por el trabajo, por el acceso de las mujeres a la tierra y a su cuerpo. Es una súper explotación. Ahora las mujeres deben trabajar fuera del hogar, dentro del hogar y trabajar también en industrias que son formas de esclavización, como la maquila, las mujeres han sido la carne de cañón de la desestructuración industrial del mundo con la maquilización del trabajo. Las mujeres jóvenes han sido destinadas a consumir su cuerpo, consumir su vida, en estas nuevas plantaciones industriales, donde se dan formas de trabajo verdaderamente esclavizantes.

Las mujeres son expulsadas de la tierra, marginalizadas, se penaliza el cultivo de subsistencia y el cuerpo también. Por eso, muchas mujeres en América Latina hablan de cuerpo y territorio, por la continuidad que hay en él.

¿Cómo relaciona la crisis del sistema y la explotación de los territorios con la violencia hacia las mujeres y la caza de brujas?

Una imagen muy fuerte de lo que está ocurriendo a nivel internacional es el gran aumento de la violencia contra las mujeres, un incremento del número de atentados y de abusos de forma cuantitativa, pero también cualitativa, por la intensidad de la brutalidad: hoy las mujeres se matan, se desmiembran, se queman vivas, se entierran… En esta caza de brujas de África, las entierran vivas, las desmiembran con machetes. Y son formas de violencia que también se documentan en países como España y e Italia. Este fenómeno tiene muchas caras: la violencia que se usa para aterrorizar poblaciones, para vaciar territorios que son destinados a la comercialización, destinados a la empresa minera, es otro tipo de violencia, es la violencia de la que habla Rita Segato, y que tiene como finalidad dar un mensaje a la población sobre la falta de compasión y de consideración, de manera que se les obliga a abandonar el territorio. Se destruyen a las mujeres para destruir a la comunidad, para obligarlas a salir. Esta es una violencia conectada al trabajo, como el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, muchas de ellas trabajadoras de la maquila, que ha servido para paralizar su forma de organización, es un fenómeno también de la frontera y a estas formas de súper explotación, que al principio habían provocado protestas de las trabajadoras de la maquila, que se habían sofocado, paralizado, contra esta gran violencia. Y también está la violencia de los narcotraficantes, de paramilitares… Está la violencia de los hombres, de la familia, porque los hombres descargan sobre las mujeres las frustraciones que llegan de su pérdida de poder social, y hombres que intentan recuperar a través del cuerpo de las mujeres lo que han perdido perdiendo el salario. Yo decía que en el periodo de acumulación originaria el capitalismo dio las mujeres a los hombres como compensación por la tierra que habían perdido. Hoy, el cuerpo de las mujeres es sustituto del salario y el empleo que han perdido. Hay hombres que venden a su pareja para el trabajo sexual, que es otro tipo de violencia, pero todas ellas están conectadas porque tienen sus raíces en la desestructuración del trabajo impulsado por el neoliberalismo, por la relación capitalista. Me interesa subrayar también la interacción entre violencia familiar, más no privada, porque es tolerada y mandatada por el estado, y la violencia pública e institucional. Y me interesa subrayar también la continuidad entre la violencia física del desmembramiento, de la quemadura, y de la política social, porque el empobrecimiento, la expropiación, el corte de los servicios sociales, deben ser considerados formas de violencia. Es importante no reducir la violencia a solamente la violencia directamente física, que es una medida central para imponer todo esto, pero que es parte integrante de otras violencias, que es integrada, configurada, en toda la organización capitalista del trabajo y de las relaciones sociales.

En diferentes países de África y Asia se han documentado asesinatos y torturas hacia mujeres acusadas de ser brujas. ¿Cómo se presenta en esta época la caza de brujas y con qué objetivos se ha producido esta actualización?

La caza de brujas que se conoce ahora empieza a actualizarse en los años ochenta, mano a mano con los programas de ajuste estructural y las políticas extractivistas que actúan de manera conjunta con el apoyo e intervención masiva en muchas partes del mundo, con un ejército de misioneros pentecostales financiados por las matrices más conservadoras de los partidos de derecha de los Estados Unidos, coincidiendo con la desestructuralización de la economía del tercer mundo, pero también de los países del primer mundo.

Estos misioneros llegaron pretendiendo hacer milagros, con propaganda e introduciendo la presencia de un diablo que conspira y que se esconde detrás de todos los males. Estos grupos tienen estrictos manuales de cómo reconocer a una bruja. En la televisión se difunden programas que enseñan a identificarlas, mientras que en los mercados populares también hablan de la brujería. Esto ha sido muy importante porque hay un conjunto de fenómenos de empobrecimiento, de migración, de desfragmentación y desmantelamiento del tejido social, como consecuencia de la intervención extranjera, principalmente de compañías mineras y petroleras que en muchos lugares conspiran con los jefes locales y con la organización pentecostal. Mujeres que viven solas, que se sustentan cultivando un trozo de tierra, empiezan a ser acusadas de brujas y de ser responsables de todo lo malo que ocurre en la comunidad, como la muerte de un niño, de un animal o de un accidente de coche. Ahora, familiares de mujeres que tienen tierra, sobre todo jóvenes que quieren apropiarse de esa tierra, se convierten en mercenarios de esos otros personajes.

En muchos lugares, la ausencia de asistencia médica ha sido sustituida por la figura del curandero. El curandero moderno es una figura que se presenta como alguien capaz de reconocer a las brujas. A veces, los jefes locales traen curanderos, o a personajes que se dicen capaces de reconocer a las brujas, mujeres que terminan siendo golpeadas, torturadas, despojadas de sus propiedades, y asesinadas. En Tanzania, en 2014, casi mil mujeres han sido asesinadas o brutalmente abusadas, acusadas de ser brujas, y es algo que también ocurre en otras partes de África, y en otras zonas como India. En África, hay hombres ancianos acusados de ser brujos, con el claro objetivo de confiscar su pensión. Los jóvenes acusaban a personas mayores de ser brujos, en el momento justo en el que estas personas regresaban de la ciudad con dinero, con el objetivo de confiscar su ganancia. Vemos de esta manera la conexión y complicidad entre estos fenómenos y las políticas de despojo, la relación entre el contexto del despojo, del empobrecimiento y de la fragmentación de la solidaridad social. Y a esto se añade una comunalidad de intereses entre los grandes actores, los gobiernos, con los planes de desarrollo, con su complicidad con las compañías mineras, petroleras, que están interesadas en desplazar aldeas y comunidades enteras, o a realizar formas muy contaminantes de extracción. Y, en esta situación, una juventud sobre todo masculina local que no tiene futuro, que no ve capacidad de algún empleo o estudio, y que no sabe cómo salir del empobrecimiento, es fácilmente reclutada por los jefes locales y por la compañía minera para formar parte de su ejército privado. Es decir, terminan siendo utilizados para enfrentarse a las comunidades, sobre todo a las mujeres. Esperando apropiarse de un trozo de tierra y de los pocos recursos que puede haber, son los que acusan directamente a las mujeres de ser brujas.

En África y en India se produce una caza de brujas bajo acusación directa, pero en otras regiones del mundo, como América Latina, ha identificado una criminalización de las prácticas y saberes tradicionales.

Las diferentes versiones de la caza de bruja están conectadas. Está la caza de brujas que pasa por la acusación directa en la que te dicen: “tú eres bruja”; pero también existe una caza indirecta en la que se lleva a cabo la criminalización de las prácticas y saberes que no gustan al estado porque dan autonomía a las mujeres y no puede ejercer su control. Junto a la criminalización de estos espacios de autonomía se da un conflicto intergeneracional, que es un conflicto de valores. Los jóvenes, también las mujeres, vinculan la felicidad con el desarrollo del consumo, en el marco del sistema capitalista monetario, y ven con desprecio y con rechazo a sus mayores, sobre todo a las mujeres, porque tienen valores que consideran atrasados, como amar a la naturaleza y negarse a vender la tierra.

En mi investigación, he encontrado testimonios de hombres mayores que afirman tener miedo de que un hijo los mate para vender su tierra y con el dinero comprar un taxi. Literalmente, es el pensamiento del Banco Mundial, que ha adoptado la teoría del economista peruano Hernando de Soto, quien afirma que la tierra no es verdaderamente fértil y que, si hoy hay pobreza en el mundo, se debe a que millones de personas usan la tierra para sustentarse. Según este pensamiento, la tierra es fértil solo cuando se usa de manera colateral, cuando se intercambia con el banco por un préstamo monetario con el que se va a impulsar un negocio. Y este es el pensamiento de los jóvenes, ven que el futuro está en el dinero, no está en los árboles, ni en la tierra, ni en los animales.

Este desprecio y desvalorización es parte de un proceso histórico de desvalorización de las mujeres, de la tierra, del proceso de reproducción y de desvalorización de la vida, cuando la vida solo sirve como medida de la ganancia individual por la acumulación de la riqueza individual.

Las políticas extractivistas y la explotación de los territorios se justifican en algunos países de América Latina como un “mal necesario” que permite obtener financiamiento dirigido al desarrollo social. ¿Qué han supuesto estas políticas de manera específica para las mujeres?

Es mentira que estas acciones extractivistas sobre el territorio permitan un desarrollo social, y es una visión que he elaborado a partir de muchos encuentros con mujeres en América Latina sobre lo que está sucediendo. En algunos países se ofrecen a cambio del despojo bolsas familiares, que no pueden compensar de ninguna manera la gran catástrofe, el desplazamiento y la contaminación de la tierra en la vida de los pueblos, en general, y de las mujeres, en particular. La contaminación de la tierra, implica la pérdida de la vida, la cultura y los saberes, no se deja nada a las siguientes generaciones, de manera que es un ataque a la vida misma. Esas pequeñas bolsas familiares que se dan en algunos países nunca fueron pensadas para el bienestar de las mujeres, si no para dar la impresión de que se ofrecía algo a cambio y, sobre todo, para desmovilizar la protesta que surgía del despojo. Se pretende eliminar la forma más horrenda de empobrecimiento, pero estas bolsas familiares nunca fueron dirigidas a cambiar el modo de producción, a crear una sociedad más justa. Y me parece, hablando con muchas mujeres de Bolivia, pero también de Sudáfrica, que las políticas de las bolsas familiares es un estándar de estos gobiernos que se dicen progresistas. Además, los requisitos exigidos para recibir las bolsas son complicados y aquellas mujeres de zonas rurales que no están familiarizadas con las instituciones pierden estas bolsas que no cambian las condiciones de vida ni tampoco el sistema de producción. Más bien, piensan que es una forma de control gubernamental por integrarlas en la economía monetaria y controlar a unas mujeres que estaban fuera del sistema. Además, con la caída de los ingresos como consecuencia de la bajada del precio del petróleo, es probable que esta medida vaya a desaparecer.

Precisamente, usted observa una relación entre la expropiación de la tierra y la nueva organización de la producción industrial, con la maquila como único medio de subsistencia para las mujeres que han sufrido el despojo.

La desestructuración de la producción industrial a nivel global fue la respuesta a la enorme lucha de las décadas de los años sesenta y setenta contra la gran concentración industrial. El desmantelamiento de empresas, como Fiat, ha dejado ciudades fantasmas, como Detroit, que ha perdido más de la mitad de su población, después de que se convirtiera en un centro de lucha obrera. Es muy interesante ver cómo desde finales de la década de los años ochenta se ha reconstruido la organización del trabajo a nivel mundial, han cerrado y desmantelado la gran concentración industrial y la reorganizaron la producción industrial a nivel internacional con la maquila, que es alimentada por la expropiación de la tierra. En América Latina, la expropiación de la tierra es la raíz de la maquila, ya que las mujeres jóvenes no pueden sustentarse con una actividad del campo que dejó de existir, y ante la falta de oportunidades se ven obligadas a trabajar en la maquila. Son trabajadoras cuyos padres perdieron la tierra o se han endeudado con la política de Monsanto para comprar las semillas. El despojo de la tierra, el endeudamiento de los campesinos, que ha provocado tantos suicidios, ha sido la base y el fundamento sobre el cual se ha construido la maquila, que ha sido el reemplazo de las grandes concentraciones industriales. La maquila es una institución militar, no solamente económica, y en ella se puede poner cualquier condición de trabajo: no se permite la organización ni la sindicalización, no existen horarios ni protección de los derechos. La maquila es un ataque contra la salud de las mujeres y un ataque contra los derechos humanos en general. Hay que recordar cuántas mujeres han muerto por no poder salir de un incendio, a causa del cierre de puertas de la fábrica, es algo que recuerda a la fase del periodo de acumulación originaria. En Foxconn, la empresa que fabrica los productos para Apple, trabajan sesenta mil mujeres con unas condiciones de trabajo tan brutales, que han adoptado el suicidio desde los techos de la fábrica como estrategia de lucha, y ahora hasta les hacen firmar un compromiso de que no van a suicidarse en el trabajo.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218923&titular=%93la-muerte-de-mujeres-en-las-maquilas-recuerda-a-la-fase-del-periodo-de-acumulaci%F3n-

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Chile: Educación sexual para la tolerancia

Publicado originalmente desde: Radio Universidad de Chile

Los derechos sexuales y reproductivos se asientan sobre los cimientos del sistema internacional de protección de derechos humanos, los que han sido fijados en diversos instrumentos, como los pactos internacionales de primera y segunda generación, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Carta de las Naciones Unidas. ¿Cuáles son dichos principios fundamentales? Nos referimos a la no discriminación, por sexo, etnia, condición física, creencias políticas o religiosas. Nos referimos, del mismo modo, al ejercicio de la libertad de expresión y de credo, en la medida que cada individuo tiene el derecho a vivir su sexualidad libremente, mientras ello no signifique incurrir en algún tipo de transgresión a los derechos fundamentales de otro. Nos referimos también al estrecho vínculo entre derechos sexuales y reproductivos y acceso a salud y a educación.

El concepto de salud sexual y reproductiva, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), implica un estado de bienestar físico y mental respecto de la sexualidad y la reproducción. Para ello, es fundamental que toda persona pueda tener experiencias sexuales placenteras y seguras; libres de discriminación, violencia o cualquier tipo de coacción. Ello involucra el acceso a servicios de salud y educación sexual y reproductiva.

Los derechos sexuales y reproductivos abarcan una amplia gama de temas: la libertad de escoger pareja, la planificación libre de la procreación, conocer el funcionamiento del aparato reproductor, la prevención de enfermedades de transmisión sexual, el acceso a la información necesaria para vivir una sexualidad responsable, la elección de métodos de control de fertilidad seguros y asequibles, el acceso a servicios de salud apropiados para las parejas, la violencia contra la mujer y el respeto de la diversidad sexual, entre otros.

Si bien los derechos sexuales conciernen a ambos sexos, independiente del género u orientación sexual, las mujeres se encuentran en una situación de vulneración mayor, producto de la discriminación y violencia a las que han sido sometidas, en distintos grados y ámbitos, hasta el día de hoy. A este respecto, “el 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que entró en vigor como tratado internacional el 3 de septiembre de 1981”. Expresión brutal de esta realidad es la mutilación genital femenina, práctica concentrada en África, Medio Oriente y Asia.

En Chile, el discurso social dominante sobre educación sexual todavía se encuentra íntimamente ligado a valores que emanan de los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, que, si bien se ha manifestado más progresista en otros ámbitos, en este es de un conservadurismo obstinado. Una visión, cabría destacar, que se impone, pero que no necesariamente representa el pensamiento de la mayoría de los ciudadanos. Desde esta perspectiva, la educación sexual se encuentra limitada por la mojigatería; por un modelo cultural aún vigente, que idealiza un concepto de familia tradicional que poco se asemeja a nuestra realidad. Común es escuchar el alegato de que son los padres los que deben educar en materia de sexualidad y reproducción a sus hijos, y no los colegios y/o el Estado. Sin embargo, sabemos que en términos prácticos la comunicación familiar sobre temas sexuales es escasa y suele estar condicionada por variables normativas.

La reciente polémica generada por la entrega en establecimientos educacionales del libro 100 preguntas sobre sexualidad nos invita a preguntarnos, independiente de lo cuestionables o mejorables que puedan ser las respuestas proporcionadas por el libro, por qué habría que oponerse a la educación sexual fuera del hogar; en las escuelas y consultorios, ojalá en los medios masivos de comunicación, que tienden a entregar mensajes erróneos, objetualizando, por ejemplo, a la mujer.

La legislación chilena respecto de los derechos sexuales, pese a sus avances, es incompleta y a menudo nos envía señales equívocas, contradictorias. Aún el aborto se encuentra penado por la ley en cualquier circunstancia, aunque el Estado ha instruido no solicitar la confesión de mujeres que hayan abortado y requieran de atención médica (confidencialidad y aborto). La legislación chilena reafirma el derecho de toda persona a recibir “educación, información y orientación en materia de regulación de la fertilidad, en forma clara, comprensible, completa y, en su caso, confidencial. Del mismo modo, “los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado deberán incluir dentro del ciclo de Enseñanza Media un programa de educación sexual, el cual, según sus principios y valores, incluya contenidos que propendan a una sexualidad responsable e informe de manera completa sobre los diversos métodos anticonceptivos existentes y autorizados, de acuerdo al proyecto educativo, convicciones y creencias que adopte e imparta cada establecimiento educacional en conjunto con los centros de padres y apoderados” (normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad). Cabe preguntarse, ¿qué sucede cuando el proyecto educacional o la voluntad del centro de padres obstruye el ejercicio de este derecho a la información y educación en estas materias?

Si la sexualidad y la reproducción son temas de salud pública, es imperante que las instituciones gubernamentales se ocupen de educar, de proporcionar un acceso equitativo a la salud y a la información, de promover el respeto de estos derechos. En este sentido, destacamos la labor de ONG’ s y otras organizaciones, como Miles Chile y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología Infantil y Adolescente (SOGIA).

Fuente: http://radio.uchile.cl/2016/10/19/educacion-sexual-para-la-tolerancia/

Imagen: http://noticias.universia.com.pa/net/images/educacion/e/ed/edu/educacion-sexual-.jpg

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Por una educación sexual imprescindible

Por: Haizea Miguela Álvarez, Begoña Zugadi Rodrigo

Mujeres y hombres no partimos de una misma posición a la hora de construir relaciones, especialmente en la sexualidad, donde no se nos reconoce como sujetos y donde se ha naturalizado que no es necesario nuestro consentimiento para acceder a nuestros cuerpos.

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Un grupo de chicas, que no superan los quince, se sonroja y no sabe responder al ser preguntado dónde se encuentra el único órgano de su cuerpo destinado completamente al placer. A cientos de kilómetros, un grupo de chicos comentan por whatsapp que la noche anterior, en unas fiestas, cinco de ellos se follaron a una chica. Nadie pregunta por la chica, el grupo jalea la acción. En otro lugar, una pareja mantiene relaciones sexuales sin preservativo porque él aduce “sentir menos”, “perder el momento” o convertir el sexo en “menos romántico” al usarlo. No muy lejos, otra pareja no utiliza ningún método de protección, ya que sin riesgo de embarazo, las ETS no forman parte del imaginario de ellas.

Cuatro situaciones cotidianas, presentes en nuestras conversaciones y experiencias, que nos permiten abrir huecos para pensar sobre la sexualidad, elaborar propuestas sobre educación sexual y ampliar y hacer efectivos los derechos sexuales.

El clítoris y nuestro placer

Con muy pocos años aprendemos a dibujar penes, pero ¿sabríamos dibujar un clítoris? La mayor parte de las personas no. En clase de biología nunca se nos habló de él y, hasta hace pocos años, la ciencia no sabía describir su anatomía y funciones. De manera que, ¿hasta qué punto puede resultar extraño que haya un gran número de adolescentes que no sepan dónde está o cuál es su forma?

Si en nuestra sociedad se pensara y hablara del clítoris sería porque las mujeres y su placer importan. Sin embargo, el escaso conocimiento sobre este órgano pone de manifiesto la mirada androcéntrica sobre la sexualidad y la negación social del placer de las mujeres.

En el imaginario colectivo el cuerpo femenino evoca sexualidad, pero ésta suele estar vinculada al placer de los otros, al servicio de ellos. Así, la mujer se convierte más en un objeto que en un sujeto con agencia propia en busca de su placer un imaginario que se alimenta desde la publicidad y el arte. Un imaginario que evoluciona, sí, pero siempre dentro de unos patrones establecidos, donde nunca se plantea el placer para sí misma.

La cultura de la violación y otras violencias invisibles

Mujeres y hombres no partimos de una misma posición a la hora de construir relaciones especialmente en la sexualidad, donde no se nos reconoce como sujetos y donde se ha naturalizado que no es necesario nuestro consentimiento para acceder a nuestros cuerpos. En los años 70 se acuñó el concepto cultura de la violación, para explicar cómo una sociedad normaliza y tolera la violación y la violencia sexual.

Cinco amigos que cuentan en un grupo de whatsapp cómo se “follaron” a una chica sin que nadie pregunte por ella. Sólo ellos son los sujetos activos de esa acción. No es algo que se realiza con ella, sino hacia ella, una actividad más que ocurre entre juerga y encierro, poniendo de manifiesto el arraigo social de las agresiones sexuales. Lejos queda pensar sobre el consentimiento y mucho más el construir relaciones, ya sean de una noche, un año o diez, donde las personas que participan decidan y expliciten lo que quieren y cómo lo quieren, desde posiciones de igualdad.

Gracias a la presión del movimiento feminista para desnormalizar las violencias machistas se han creado leyes y políticas de igualdad que además han ido transformado el discurso. Así, en principio no es socialmente aceptable obligar a una mujer a tener sexo, aunque queda mucho camino por recorrer; cuesta mucho más, sin embargo, identificar como violencia el hecho de que una pareja insista para que se hagan cosas que desde el inicio no ser querían hacer. Un ejemplo ilustrado por la anécdota que planteábamos al inicio: muchos chicos presionan para no usar el condón.

Cientos de artículos llenan las redes demostrando que éstas no son anécdotas aisladas, que hay argumentos de todo pelaje para justificar por qué a ellos no les gusta utilizar condón o que recopilan consejos para ellas (nosotras) con estrategias para persuadirlas(nos). ¿Por qué es necesario convencer a alguien de algo que es su responsabilidad? Responsabilidad de cuidarse a sí mismo y responsabilidad de cuidar con quienes comparte una relación sexual. ¿Cuándo vamos a identificar que insistir no es seducir? ¿Hasta cuándo hay que esperar para que identifiquemos que chantajear emocionalmente también es violencia? ¿Para cuándo tendremos referentes que enseñen que para que el placer exista las personas tienen que sentirse en la máxima comodidad y confianza para poder expresar sus deseos y sus límites?

¿Educación sexual en el aula?

Acabar con las agresiones sexuales no es una prioridad para el gobierno. Solo hace falta recordar las bochornosas recomendaciones por parte del Ministerio de Interior que culpabilizan a las víctimas y nos aconsejan a las mujeres quedarnos en casa en la noche, no beber y no vestir provocativas. No sólo no es una prioridad, sino que las agresiones no parecen ni ser vistas como un problema cuando en la ley educativa en vigor, LOMCE, se ha eliminado la mínima visión crítica del género que pretendía promover la igualdad y prevenir la violencia.

La sexualidad es central en la vida de las personas y a lo largo de ella. Es imprescindible tener conocimientos, empoderarse y tener herramientas, pero ¿dónde lo aprendemos? Las reivindicaciones históricas del movimiento feminista sobre educación sexual siguen hoy vigentes. La educación sexual ha estado poco presente en las aulas, nunca a lo largo de la vida, no se ha tratado de manera integral y mucho menos ha recogido la diversidad existente. Wert, el Partido Popular y la LOMCE, considerando este asunto una materia controvertida, decidieron excluirla del currículo en lugar de dar respuesta a las retos que la sociedad tiene que afrontar.

A pesar de ser competencia de las Comunidades Autónomas, al final, la educación sexual depende de la voluntad de profesoras y profesores. Las chicas y chicos que tienen profesorado interesado en la materia acceden a una formación que la mayoría del alumnado no ve. En general, esta educación se reduce a visitas de personal médico, asociaciones o empresas (de copresas y tampax o de métodos de protección), que hablan principalmente de la prevención del embarazo joven, las enfermedades de transmisión sexual o ETS, y con un poco de suerte sobre diversidad sexual.

Y aquí de nuevo aparece el condón en el relato, porque sí lleva décadas en las aulas. El resultado: según diferentes estudios el cóndón es el método más utilizado para evitar el embarazo. Sin embargo, se utiliza poco y mal.

Como decíamos antes: hacen falta conocimientos, sí, pero desde una perspectiva feminista, que informen para darnos seguridad y no miedo, que hablen desde la diversidad de personas, de cuerpos y de relaciones posibles buscando el empoderamiento. Necesitamos redistribuir el empoderamiento y el sentido de responsabilidad para que todas y todos podamos expresar nuestros deseos y escuchar y respetar a las otras personas de manera que contribuyamos a erradicar la violencia y a lograr sexualidades plenas y placenteras.

Heterosexuales hasta que se demuestre lo contrario

Los talleres de educación sexual que hemos visto, bien podían llamarse talleres de reproducción: centrados en relaciones heterosexuales refuerzan la idea de que nadie es heterosexual hasta que se demuestre lo contrario, que los cuerpos se pueden dividir en dos sexos, que el sexo es binario, pobre, poco diverso. Estas ideas suponen una pérdida para todo el mundo y mantienen el privilegio de una parte. Privilegio que tiene consecuencias prácticas: invisibilidad, desconocimiento y discriminación. Si bien en las relaciones entre hombres, se tiene un mayor conocimiento de riesgos, como consecuencia del SIDA, y del placer, como consumidores de un mercado construido a doc. Sobre las relaciones sexuales entre mujeres existe un desconocimiento enorme, tanto sobre sus formas de placer como sobre los riesgos que conllevan, o los medios de protección existentes, que están muchos menos extendidos.

Ampliando las respuestas feministas

Llevamos varias décadas exigiendo una educación sexual feminista, diversa e integral. Es fundamental exigir información de calidad sobre la salud y la sexualidad tanto de las mujeres como de las personas trans y superar la mirada androcéntrica del conocimiento. Se han elaborado propuestas para fomentar la igualdad, pero necesitamos proyectos que pongan en relación el conocimiento sobre nuestros cuerpos con herramientas como el empoderamiento y donde se aborde tanto la prevención de la violencia como la diversidad sexual. Y lo más urgente, necesitamos que estos proyectos sean accesibles para todas y todos.

Es fundamental posicionar los derechos sexuales y reproductivos dentro de la agenda social, entendiéndolos de manera amplia para que formen parte de los contenidos que aprendemos para ser y vivir en sociedad. Es imprescindible una educación sexual que nos permita conocernos a nosotras mismas, crear relaciones saludables con quienes así lo queramos y decidir qué proyectos vitales queremos emprender. Este sentido, consideramos esencial despenalizar el aborto y garantizar su acceso de manera libre en la red pública de sanidad a todas las mujeres.

Fuente: http://kaosenlared.net/por-una-educacion-sexual-imprescindible/

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CEPAL: Situación de las niñas y las adolescentes será abordada en la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer en Montevideo

América del Sur/Uruguay/Octubre de 2016/Fuente: CEPAL

Un férreo compromiso de parte de los Estados con la generación y análisis de información desagregada por sexo y grupos de edad, así como con la construcción de una agenda de políticas públicas para enfrentar las desigualdades de género que se gestan y reproducen desde la infancia, pidió hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco del Día Internacional de la Niña, cuyo lema este año es “Progreso de la niñas = progreso de los Objetivos: Datos sobre la situación mundial de las niñas”.

“La urgencia de identificar, visibilizar y abordar la situación específica de las niñas y las adolescentes se hace patente con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que no solo dedica el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5 a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas, sino que incluye de forma transversal este enfoque en los 17 ODS”, recordó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Este será uno de los temas que animarán los debates de la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que congregará a representes de Gobierno, de la sociedad civil y de organismos internacionales del 25 al 28 de octubre en Montevideo, Uruguay.

Según el nuevo documento de CEPAL y UNICEF Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad, las niñas y las adolescentes entre 0 y 19 años en la región suman 107 millones de personas, 17% de la población total.

De acuerdo con la publicación, las encuestas de uso del tiempo en nueve países de la región muestran que las adolescentes de 15 a 17 años dedican más horas promedio semanales al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los adolescentes. En cinco países, el tiempo dedicado por las adolescentes a este trabajo es igual o mayor a las 20 horas semanales. Esto da cuenta de la temprana segmentación de los roles de género, observa la CEPAL.

Los avances que se evidencian en salud y educación se ven desafiados por las barreras para el ejercicio de la autonomía económica que afectan a niñas y adolescentes en diversos ámbitos y que se expresan en las cifras de maternidad infantil y adolescente, matrimonio infantil, violencia y uso del tiempo, remarca el organismo regional de las Naciones Unidas.

Fuente: http://www.cepal.org/es/noticias/situacion-ninas-adolescentes-sera-abordada-la-xiii-conferencia-regional-la-mujer-montevideo

Imagen: http://www.freepik.es/foto-gratis/poco-ninas-corriendo-en-el-campo_35536.htm

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¿Pena de muerte para las mujeres pobres?

Por: Daniella Inojosa

Por años hemos escuchado hasta la saciedad que el aborto es malo, es pecado, es inhumano; la verdad es que yo aquí ni pienso hablar sobre las bases morales de quienes aun esgrimen ese argumento, mas cerca de sus creencias religiosas que de hechos científicos comprobados. Pongo sobre el tapete la verdad de miles de mujeres que se ven en la necesidad de practicarse un aborto por razones que para ellas son tan válidas que son capaces de poner en peligro su vida para lograrlo.

Nadie podrá refutarme que las mujeres ricas y de clase media tienen a su alcance métodos seguros para interrumpir sus embarazos, aunque su práctica esté penalizada por nuestra Legislación: para ellas solo basta ir al consultorio de algún ginecólogo tolerante hacia el tema o comprar unas pastillas que se trafican a través de diversas vías, para terminar exitosamente con el producto de su angustia. Pero si eres pobre la decisión de abortar se convierte en una posible sentencia de muerte o en un vía crucis en el que tu dignidad, tu salud o tu libertad se pueden ver fuertemente mancilladas.

Brebajes, ganchos, remedios caseros o soluciones variopintas nacidas de la conseja popular pueden producir abortos incompletos, infecciones uterinas o daños físicos al útero como desgarros y desprendimientos, que al final ponen tu vida en riesgo o en las puertas de un hospital. Asustadas, desgarradas por la culpa se enfrentan a un sistema intolerante que les machaca una y otra vez su condición de pobres, y las tacha de “asesinas”, sin detenerse en ningún momento a pensar, ahondar o acompañar, a quien a sabiendas del peligro que corría, decidió poner fin a un embarazo no deseado.

Siempre, las mujeres han abortado y no van a dejar de hacerlo, sobre todo mientras las hijas y los hijos sigan siendo responsabilidad casi exclusiva de las madres, afectiva y económicamente; pues un 40% de los hombres, solo en nuestro país, evaden su responsabilidad parental para con su prole.

Pero sépanlo: abortar, así sea en las mejores condiciones, nunca es un trago dulce. Es una decisión difícil que ninguna mujer desea tomar, somos incapaces de promocionar el aborto, no quisiéramos que nadie, absolutamente nadie, tuviera que pasar por ese trance, pero a sabiendas de una realidad inevitable pedimos que aquellas mujeres que se ven en la necesidad de interrumpir su embarazo no mueran solo por ser pobres.

Pedimos que se nos permita tomar una de las mas difíciles decisiones de la vida sin que la cárcel sea una posibilidad real en nuestro futuro.

Pedimos que se legalice, que se dé acompañamiento psicológico, que se eduque sin tapujos desde las edades mas tempranas en materia de sexualidad, que se nos permita acceder en conocimiento pleno a métodos anticonceptivos seguros y gratuitos.

Pedimos que el aborto no sea una sentencia de muerte para las mujeres en condiciones vulnerables. Solo pedimos un poco, un poquito de humanidad.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/%c2%bfpena-muerte-para-mujeres-pobres-tematica/

Fuente de la imagen: http://fernandofidelix.blogspot.com/2015/07/proposta-de-redacao-sobre-o-aborto-no.html

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Canadá: Les conservateurs promettent de changer l’éducation sexuelle

América del Norte/Canadá/28 de Agosto de 2016/Fuente: ICI Radio Canada

RESUMEN: El líder del partido conservador progresivo, Patrick Brown, dice que va a deshacerse del programa de educación sexual de los liberales si su partido gana las próximas elecciones provinciales. En una carta publicada esta semana, el líder de la oposición dijo que sus miembros del partido consultarían con los padres para desarrollar un nuevo programa. Se actualizó el año pasado, por primera vez desde 1998. Durante el año escolar 2015, miles de padres se habían expresado a denunciar los cambios. En respuesta, la oficina del Ministerio de Educación, Mitzie Hunter, dijo que Ontario se queda atrás en comparación con otras provincias en lo que respecta a la enseñanza de materias tales como la seguridad en línea, y el consentimiento relaciones saludables. Un portavoz del gobierno argumentó también que la supresión del nuevo plan de estudios pondría a los jóvenes en riesgo.

Le chef du Parti progressiste conservateur, Patrick Brown, dit qu’il se débarassera du programme d’éducation sexuelle des libéraux si son parti remporte les prochaines élections provinciales.

Dans une lettre publiée cette semaine, le chef de l’opposition affirme que les membres de son parti consulteraient les parents afin d’élaborer un nouveau programme.

Il a été mis à jour l’année dernière, pour la première fois depuis 1998. Lors de la rentrée scolaire 2015, plusieurs milliers de parents avaient manifesté pour dénoncer les changements.

En réaction, le bureau de la ministre de l’Éducation, Mitzie Hunter, a indiqué que l’Ontario a du retard comparativement aux autres provinces en ce qui a trait à l’enseignement de certains sujets comme la sécurité en ligne, le consentement et les relations saines.

Une porte-parole du gouvernement a aussi fait valoir que l’abolition du nouveau curriculum mettrait les jeunes à risque.

Fuente: http://ici.radio-canada.ca/regions/ontario/2016/08/27/002-education-sexuelle-patrick-brown-changement.shtml

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Tanzania: Parents urged to be involved in sex education

África/Tanzania/28 Agosto 2016/Fuente:dailynews /Autor: Hilda Mhagama

Resumen:  La promoción de la educación sexual integral en las escuelas es crucial para disminuir las posibilidades de los jóvenes de embarazo o enfermedades de transmisión sexual. A pesar de que algunos maestros en el país se sienten nerviosos o provisional para hacer frente a los sujetos del sexo a sus alumnos, los temas siguen siendo cruciales para que los niños entiendan.

Promoting comprehensive sex education in schools is crucial towards lessening chances of young people from pregnancy or sexually transmitted infections.

Even though some teachers in the country feel nervous or tentative in tackling sex subjects to their students, the topics remain crucial for children to understand them.

Minister for Health, Community Development, Gender, Elderly and Children, Ms Ummy Mwalimu, said while parents and guardians should be the primary sex educators to their children, many parents may need support, resources and expertise from schools and other organisations to better accomplish this.

«It is obvious that teachers may feel overwhelmed about where to start or confused about what to teach and when to teach it, but let children know the value of their bodies and protect them,» she explained.

Fuente de la noticia: http://dailynews.co.tz/index.php/home-news/52874-parents-urged-to-be-involved-in-sex-education

Fuente de la imagen:http://dailynews.co.tz/images/Frequent/UMMYNEW.jpg

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