Colombia: Historias de cinco mujeres que luchan contra el Covid-19 en Cali

Redacción: El País

Las guerras han sido a lo largo de la historia la muestra del lado más oscuro de la humanidad; quienes exponen sus vidas son unos pocos y otros tantos dirigen elaborando las estrategias para atacar. Al final algunos se levantan y otros no vuelven a ver la luz del día.

La guerra que se libra hoy no es contra un enemigo de carne y hueso y los valientes no son soldados, o eso es lo que parece; el primero no tiene cara pero es tan mortal como el disparo que sale de un fusil, los segundos son profesionales que han consagrado su vida al servicio. Ahora la lucha es contra un virus y los que intentan vencer con pocas armas son quienes integran el cuerpo de salud.

Para Lina, María del Socorro, Nathaly, Adriana y Nancy, los guantes, batas, mascarillas y gafas, son su escudo contra un ser que se observa por microscopio, pero que ha tenido la capacidad de aterrar al mundo, los pensamientos se cubren de los ‘Yo puedo’. Ha sido toda una experiencia para estas 5 mujeres, que son ahora capitanas de una guerra que esperan ganar batalla por batalla.

A pesar de sus diferentes edades, (oscilan entre 23 y los 47) sus rutinas logran coincidir en varios aspectos. Antes de que salga el sol empiezan su jornada; llegan a su trabajo en pirata, bus, o ambos, y con algo más de suerte, en carro particular. Los días empiezan con el desayuno apresurado, recibir turno y actualizarse de las novedades. “Hay que procurar comer antes de entrar porque sí el turno se complica, a duras penas hay espacios para ir al baño”, comenta Socorro.

La preocupación al transitar por los pasillos de las instituciones de salud, es inevitable. Lina, practicante de internado flexible, dice que es inevitable no sentir miedo al pasar cerca de la unidad de cuidado intensivo de los pacientes positivos de Covid-19, de ir en su subir al ascensor, o de ir a urgencias.

“En mi caso vivo con mi familia, es complejo trabajar en una institución en la que debo estar en contacto con enfermos y sí he sentido un poco de rechazo, basados en el miedo de contagiarse. Al inicio era difícil llegar a casa y no abrazar a nadie, quitarse zapatos, ropa, bañarse y luego de un rato compartir con mis papás, en el caso de mi abuela ella está completamente aislada y por ejemplo, no veo casi a mis hermanos y sobrinos”, cuenta.

Para Nathaly, practicante de internado flexible, resulta complejo renunciar a las demostraciones de afecto que recargan, luego de una jornada ardua. Dice que no se cubre para hacerle frente al enemigo y salvarse, lo hace para defender a otros.

¡La vida!, eso es lo que ni más ni menos comprometen los profesionales de la salud, dentro de los primeros párrafos del juramento hipocrático: “En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores. Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis preocupaciones.” Sus pacientes se convierten en lo primero y último que pasa por el pensamiento de estas profesionales; saben que se enfrentan a una guerra en la que las posibilidades de perderla son altas, pues no solo la debilidad de sus trajes las acompañan, también la de toda una red hospitalaria que no da a basto.

Para Lina, practicante de internado flexible, la realidad da un fuerte golpe, cuando es la vida misma la que está en riesgo, y no hay recursos suficientes para protegerla: “El sistema de salud no está preparado para esta contingencia, si antes de que el Covid apareciera los hospitales ya estaban colapsados y luchando contra un sistema que no tiene cobertura para todos y para los que la tiene es pobre, jamás estaríamos preparados para enfrentar una pandemia, no hay suficientes pruebas rápidas, camas UCI en todas las instituciones, elementos de bioseguridad, dinero para invertir en toda la educación que se necesita para capacitar el personal.” ¿Cómo ganar esta guerra sin la armadura necesaria? Esa es la pregunta que les ronda la mente.

Adriana, bacterióloga de profesión y quien trabaja en uno de los laboratorios que en la ciudad procesan las pruebas de coronavirus, coincide: “Al Estado le falta mucho en la regulación de los profesionales en salud y también con las ARL porque ellos deben disponer los elementos de protección y le están delegando la responsabilidad a los trabajadores, y eso no tiene por qué salir del bolsillo de ellos porque tú estás expuesto por tu relación laboral no por tu vida personal.”

Lejos de casa

El alivio de estas mujeres en la primera línea de batalla, tras un día atareado de cargas y dificultades era llegar a casa, pero ahora hay un miedo inherente, no solo de contagiarse sino de afectar a los que te quieren.

Nancy, encargada de atención al usuario de uno de los centros médicos en Palmira, ciudad que en el Valle del Cauca alberga la segunda mayor cantidad de casos, cuenta: “Es un cambio psicológico y emocional porque es enfrentar una nueva realidad de vida y de cómo hacer las cosas; enfrentarnos a desapegos emocionales, porque muchos de los trabajadores de la salud no estamos con nuestros hijos y eso nos hace mucha falta, en mi caso puntual ya llevo 4 semanas sin verlos.”

Otra historia es la de María del Socorro, tecnóloga en Imágenes Diagnosticas, quien de sus 47 años, lleva 20 dedicada a su profesión. Cuenta que hace varias semanas no ve a su mamá, que es con quien vive, y a la que considera su mejor amiga. Y que desde siempre su profesión la ha hecho enfrentarse a travesías; ella como muchos otros del personal de la salud, viven lejos de su lugar de trabajo, casi toda su vida ha sido residente de Cali, pero por la situación debió tomar decisiones drásticas.

“Me vine a vivir sola a Palmira y ser mujer independiente en un país como el nuestro es un riesgo, amo esta ciudad porque aquí está mi trabajo pero este no es mi hogar. Una cama, unos cuantos muebles y un televisor no hacen una casa. Mi casa la ha hecho mi gente. Me falta mi familia, y por ellos es que hago esto… Pero yo soy una enamorada de mi trabajo y a pesar de estar ejerciendo mi profesión en medio de una pandemia, a mi la pasión no me la quita ningún virus.”

Pasión por el servicio

Las estadísticas son preocupantes, los casos aumentan y el Valle del Cauca tiene un alto porcentaje de los más de 21.000 contagiados del país. Y los esfuerzos gubernamentales a veces parecen insuficientes contra un virus que ya se propuso cambiarlo todo. Sin embargo, sin importar las noticias, el clima, o el estado emocional por el que el personal médico esté pasando, su vocación de servicio y su innegable pasión por lo que hacen, no les permite renunciar a la difícil tarea diaria de salvar vidas.

“Yo siempre he sido una enamorada de mi trabajo, y me siento supremamente orgullosa de mí y de las mujeres y hombres que hacen parte de mi equipo, porque sé que lo estamos haciendo bien”, expresa María del Socorro, al agregar que esa es la certeza que la mantiene de pie, saber que le sirve a otros.

Tiempo de crisis y de reflexión

Hay una sensación colectiva de esperanza, a la cual es necesaria añadirle una dosis de realidad. Adriana, desde su experiencia trabajando directamente con las pruebas de los pacientes, comenta: “El virus se queda, es algo que no se va a acabar en unos meses y es necesario un cambio en el comportamiento, es una transformación a nivel mundial de todos los aspectos sociales, económicos y culturales”.

En ese llamado de atención la acompaña Lina: “Es una oportunidad de tomar conciencia acerca de la vulnerabilidad del ser humano y de aprender de esta situación”.

Al final, estas cinco mujeres, a pesar de trabajar en diferentes áreas del sector salud, están viviendo la misma historia, compartiendo rutinas, luchando contra el mismo enemigo y alimentándose del mismo cariño por su profesión, por su gente.

Ellas no son más que la muestra de que este virus hace ver lo similares que son los seres humanos en los aspectos más fundamentales de la vida, y desde su labor diaria luchan como guerreras de una batalla, a la que hay que abalanzarse desde todos los frentes, con estrategias tácticas, la correcta investidura y equipos capacitados, pero sobre todo, como guerreras valerosas, con la certeza en el corazón de esperar un mañana mejor.

Sin brechas

Estas cinco mujeres, como tantas otras en el país y el mundo, que hoy son abanderadas dentro de su sector, no solo por su género sino por su capacidad de respuesta, su profesionalismo y su indudable pasión, son la viva evidencia de que esta pandemia se derrota actuando.

Aunque siguen siendo minoría, frente a sus colegas hombres, la brecha entre los unos y los otros se cierra en este ámbito, el espacio de la salud no da cabida a una diferenciación de géneros, Socorro comenta: “En el campo y en la vida todos somos colegas, iguales, nos damos apoyo mutuo, porque nos necesitamos hombres y mujeres… esa es una discusión que no se debería ni tener, yo soy excelente en mi trabajo porque me he capacitado y ser mujer no debería influir mi capacidad para ejecutarlo… si algo me permite ser más humana, sensible y presta a trabajar por y para los demás”.

Las secretarías de Salud de Cali y el Valle en este momento están lideradas por mujeres: Miyerlandi Torres y María Cristina Lesmes.

Fuente: https://www.elpais.com.co/cali/historias-de-cinco-mujeres-que-luchan-contra-el-covid-19-en.html

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En la mira de la reacción

Por: Pedro Miguel

Esta vez la adversidad no ha abierto oportunidades de negocio a los especuladores, embaucadores y logreros de siempre: el sector salud se atiene a lineamientos científicos y a una estrategia planificada y no cede a las presiones para adquirir cualquier producto o servicio dudoso ni para otorgar contratos fraudulentos al amparo de la emergencia. Eso es un motivo adicional de enojo para la mafia desplazada del poder, pero no el central. La reacción mediática, política y empresarial espera que en México la epidemia de Covid-19 sea lo más desastrosa posible. Razona así: a más cantidad de muertos, a mayor desbordamiento del sistema hospitalario, a más cuantiosos daños a la economía, mayor será el descontento en contra del gobierno de la Cuarta Transformación y mayores, por tanto, las posibilidades de la corrupción derrotada de volver a hacerse con el poder presidencial y, a corto plazo, de propinar en 2021 una derrota electoral a los partidarios del Presidente.

Opinadores de credibilidad en extinción, líderes empresariales, ex funcionarios del régimen anterior, gobernadores y alcaldes opositores y antiguos operadores de la corrupción hospitalaria, médica y farmacéutica, comparecen a toda hora en medios convencionales y en redes sociales con la pretensión de dirigir las acciones del gobierno federal en lo sanitario y en lo económico y con exigencias que van de lo improcedente a lo sórdido, como la dirigida al subsecretario Hugo López-Gatell para que dé a conocer una estimación oficial del número de defunciones que provocará la epidemia. El grupo de especialistas, al que el presidente Andrés Manuel López Obrador confió el manejo de la crisis, no toma una sola decisión que no sea impugnada de inmediato por abogados o politólogos, ni hay razón que le sea concedida por eminencias súbitas que hasta hace dos semanas eran periodistas o diputados.

Y de todo echan mano en el acoso a los expertos gubernamentales: desde descubrirles errores inexistentes, hasta dar por hecho que son mentirosos; desde asegurar o insinuar que han estado haciendo pasar muertes por Covid-19 como resultado de neumonías atípicas, hasta fabricar una supuesta contraposición entre ellos y el Presidente; desde afirmar que no están al tanto, hasta frivolizarlos o inventarles proyecciones políticas a todas luces fantasiosas.

Desde que se tuvo noticia del brote epidémico en Wuhan, la 4T inició sus preparativos para hacerle frente y diseñó una estrategia que no era la de negar la situación sanitaria, como lo hizo Trump, pero tampoco la de aplicar medidas coercitivas tempranas o tardías, como otros gobiernos; se decidió un plan de acción gradual, cuyo desarrollo iba a depender del de la propia epidemia, en el que la comunicación y la información a la sociedad ha desempeñado un papel central: se requiere que los mismos que diseñaron y que están a cargo de la ejecución de la estrategia hablen a la sociedad con autoridad y conocimiento.

Y como resulta inocultablemente superfluo y bobo criticar a AMLO por delegar el manejo epidémico en el grupo de crisis, o al secretario Jorge Alcocer por mantener un bajo perfil declarativo, la línea de ataque de la reacción ha tenido el propósito claro de destruir la credibilidad del equipo de especialistas y la de su vocero principal, el subsecretario López-Gatell, para dejar al gobierno sin el principal instrumento de acción ante la expansión viral; de esa forma calculan agravar los efectos de la pandemia en la salud, la economía y el tejido social, de tal manera que pueda responsabilizarse al titular del Ejecutivo federal de un desastre mayúsculo y romper el respaldo que mantiene, 15 meses después de haber iniciado el gobierno, de la mayoría de la población.

No lo conseguirán. El equipo de crisis que encabeza el secretario Alcocer está compuesto por científicos, académicos y funcionarios de primer nivel. José Luis Alomía Zegarra, Víctor Hugo Borja Aburto, Ricardo Cortés Alcalá, Ana Lucía de la Garza, Freddy Rafael Domínguez Sosa, Guadalupe Espitia Hernández, Víctor Gómez Bocanegra, Mauricio Hernández Ávila, Oliva López Arellano, Ruy López Ridaura, Luis Felipe Madrigal Mendoza, Gustavo Reyes Terán, Lorena Rodríguez Bores y Alethse De la Torre Rosas son hombres y mujeres, civiles y militares, comprometidos con el país, muy bien preparados para hacer frente a la epidemia y aptos para coordinar el trabajo del sector salud, en el cual abundan los buenos cuadros.

De López-Gatell, que coordina los trabajos y que funge como vocero principal del grupo, debe decirse que, además de científico destacadísimo, académico reconocido y funcionario con amplia experiencia, es un ser humano sensible y progresista que en sus tiempos de estudiante participó en el movimiento del CEU de 1986-1987 y en el Congreso Universitario de 1990. Y a contrapelo de lo que desearían los insidiosos y calumniadores, su lealtad al Presidente y su rigor como hombre de ciencia están en plena armonía.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/03/opinion/019a2pol

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/concept-national-healthcare-system-mexico-216365389?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fsalud%2520m%25c3%25a9xico%2F

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El sector sanitario sería el quinto país más contaminante del mundo

Redacción: Tendencias 21

Las anestesias y los inhaladores son los más perjudiciales para el medio ambiente

El sector de la salud contamina tanto que podría ser el quinto país más emisor de gases de efecto invernadero del mundo: el uso de combustibles fósiles, las anestesias y los inhaladores disparan la huella ecológica sanitaria. Urge una sanidad sostenible.

El sector de la salud mundial podría ser el quinto país más emisor de gases de efecto invernadero, según un informe que establece la primera estimación de la huella climática global de la atención médica.

El informe establece que las emisiones que genera el cuidado de la salud en todo el mundo equivalen al 4.4 por ciento de las emisiones netas globales, así como a los gases de efecto invernadero anuales producidos por 514 centrales eléctricas de carbón.

El  estudio estima asimismo que el sector sanitario de la Unión Europea es el tercer emisor más importante: representa el 12% de la huella climática sanitaria mundial. Más de la mitad de las emisiones mundiales de la asistencia sanitaria provienen de los tres principales emisores: UE, Estados Unidos y China.

También señala que, aunque la quema de combustibles fósiles es responsable de más de la mitad de la huella ecológica del sector sanitario, el informe dice que hay otras causas, incluidos los gases utilizados para garantizar que los pacientes sometidos a cirugía no sientan dolor.

Explica al respecto que los anestésicos más corrientes en los hospitales incluyen óxido nitroso, a veces conocido como gas hilarante, y tres  gases fluorados : sevoflurano, isoflurano y desflurano. La mayoría de estos gases  ascienden a la atmósfera después de su uso y se suman a otros que están acelerando el calentamiento global.

Impacto mundial

El informe advierte que el impacto ambiental de muchos hospitales por el uso del óxido nitroso y de gases anestésicos fluorados puede ser mayor de lo calculado, y señala que controlar su uso puede ser la medida más importante que pueda adoptarse para reducir la huella ecológica del sector sanitario.

Otro factor importante en la contaminación del sector sanitario son los inhaladores de dosis medida  (MDI), dispositivos que generalmente se usan para el tratamiento del asma y otras afecciones respiratorias, y que usan hidrofluorocarbonos como propulsores.

Los hidrofluorocarbonos (HFC),  empleados también en aires acondicionados y sistemas refrigerantes, tienen un impacto en el efecto invernadero superior al dióxido de carbono.

Sin embargo, una vez más, el informe dice que las emisiones globales totales de MDI probablemente serán mucho mayores que la cifra actual. Dice que existen formas alternativas de usar los MDI, como los inhaladores a base de polvo seco, que proporcionan los mismos medicamentos sin los propulsores de alto potencial de calentamiento global.

Hacia una sanidad sostenible

El  estudio plantea  una transformación del sector de la atención médica para que se alinee con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento climático global a 1,5 grados centígrados por encima de la temperatura anterior a la revolución industrial.

“El sector de la salud necesita hacer la transición hacia energías limpias y renovables y desplegar otras estrategias de prevención primaria para lograr emisiones netas de gases de efecto invernadero cero en 2050. La atención médica debe hacer su parte para evitar un cambio climático catastrófico, que sería devastador para los seres humanos en todo el mundo», explica Josh Karliner, coautor del informe, en un comunicado.

“Las instalaciones del sector de la salud son el corazón operativo de la prestación de servicios, protegen la salud, tratan a los pacientes y salvan vidas. Sin embargo, las instalaciones del sector de la salud también son una fuente de emisiones de carbono, que contribuyen al cambio climático. Los lugares de sanación deben liderar el camino, no contribuir a la carga de la enfermedad «, añade Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.

Hoja de ruta para sostener la sanidad

El informe plantea una hoja de ruta global para la atención de salud climáticamente inteligente, a fin de reducir las emisiones, al tiempo que se cumplen objetivos como la cobertura universal de salud. El informe también describe acciones inmediatas que las partes interesadas de todo el sector de la salud podrían tomar.

La primera: los hospitales y los sistemas de salud deben seguir el ejemplo de miles de hospitales que ya se están orientando hacia una atención sanitaria climáticamente inteligente.

Por ejemplo, casi 200 instituciones que representan los intereses de más de 18.000 hospitales y centros de salud de 31 países, se han unido al Health Care Climate Challenge y se han comprometido a reducir las emisiones en 30 millones de toneladas métricas. Varios hospitales importantes de todos los continentes están orientándose ya hacia las cero emisiones. No es suficiente, pero es un comienzo prometedor, señala Karliner en su blog.

Segunda,  los gobiernos nacionales y locales deberían aprovechar las iniciativas existentes para establecer planes para descarbonizar sus sistemas de salud, fomentar la resiliencia y mejorar los resultados de la atención sanitaria.

Tercera,  las agencias de ayuda bilateral, los bancos multilaterales de desarrollo, otras agencias de financiación de la salud y el tercer sector deberían integrar los principios y estrategias climáticamente inteligentes en su ayuda sanitaria, préstamos y orientación política para los países en desarrollo.

El informe concluye que la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, la cobertura universal de salud y la meta climática global de emisiones netas cero, deben entrelazarse.

Sanidad inteligente

«El sector de la salud debe ser climáticamente inteligente», dice Gary Cohen, fundador de Health Care Without Harm. «Tanto la justicia climática como la equidad en salud dependen de ello», añade.

El informe ha sido elaborado por  Health Care Without Harm  (HCWH), una ONG internacional que busca cambiar la atención médica en todo el mundo para que reduzca su huella ambiental y trabaje por la salud y justicia ambiental a nivel mundial.

Referencia

Fuente: https://www.tendencias21.net/El-sector-sanitario-seria-el-quinto-pais-mas-contaminante-del-mundo_a45450.html

 

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