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Reaprendizajes

Por: Pedro Flores

Así como el mundo ansía la llegada de una vacuna contra el virus que causó el cierre de nuestras escuelas y universidades, algunos también deseamos la construcción de mejores capacidades directivas y gubernamentales para abrirlas.

Por eso es importante hacer un repaso de los lineamientos para el regreso a clases en la “nueva normalidad” anunciados ayer por el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán.

¿Cuándo regresaremos a clases presenciales? Todo depende del color de alerta sanitaria (“semáforo”) que como sociedad hayamos podido alcanzar, pero como referencia, el 10 de agosto daría inicio el ciclo escolar 2020-2021.

Para regresar relativamente seguros, se trabajará, según el titular de la SEP, en nueve “intervenciones” que en realidad son más: activación de los comités participativos de salud, sanitización de las escuelas, establecimiento de filtros en tres planos (hogar, escuela y aula), higiene permanente, señalizaciones de tránsito para todos los agentes escolares, dotación de condiciones básicas de operación (agua, jabón, gel) en “todas” las escuelas, protección del personal docente en “grupo de riesgo”, uso de cubrebocas, recreos escalonados, suspensión de ceremonias y reuniones, apoyo emocional para docentes y estudiantes, maximización de espacios abiertos, y detección de algún enfermo que implicaría volver a cerrar la escuela.

Con estos elementos ya podemos imaginar la nueva fisonomía del ambiente escolar que vamos a crear. Específicamente, a mi me preocuparían al menos dos aspectos. Primero, ¿cuántos profesores “en riesgo” no podrán regresar a sus escuelas y cómo se suplirá su labor? Este es un tema de naturaleza estrictamente laboral y sindical que impactará directamente sobre el aprendizaje de la niñez mexicana. Segundo, cómo vamos a prepararnos para trabajar de manera intermitente ante rebrotes reales o falsas alarmas de contagio. La capacidad de los directores y supervisores del nivel básico de educación aquí será clave, así como la comunicación entre ellos, los docentes y las jefas y jefes de familia. Un nuevo reto de gestión escolar para la continuidad del aprendizaje se avecina y una versión renovada de autonomía escolar podría nacer, ¿cómo reaccionará la SEP a ella? Habrá una oportunidad para reaprender.

Desde antes, pero más notoriamente desde que la realidad cambió notablemente a raíz del Covid 19, varios analistas han hecho notar cierta debilidad del titular de la SEP para responder a los complejos problemas públicos que envuelven a la educación. Coincido con esta observación y la reitero no para señalar personalmente a Esteban Moctezuma, sino porque esto origina vaguedad, errores y finalmente, una falta de capacidad de gobernación del sistema educativo nacional. No se trata de imponerse como en el pasado, sino de construir y ejercer la autoridad educativa que la Ley le confiere. Es una cuestión de legitimidad y eficiencia bajo un marco (aún) democrático.

Si bien el secretario acertó cuando anunció la eliminación de los “exámenes de asignación” para secundaria, pienso que debió haber sido más enfático y decir que todos los niños y jóvenes de educación básica van a acreditar sus cursos, que pasarán sin restricciones de grado independientemente de la calificación que obtengan. En cambio, dijo: “En cuanto a la valoración del ciclo escolar 19-20, dado que el calendario escolar había avanzado un mínimo de 73 por ciento en todo el país, la calificación base a los alumnos será responsabilidad de las maestras y los maestros que son quienes los conocen bien y algunos criterios serán el promedio de sus calificaciones en los dos primeros trimestres y las carpetas de experiencias de los alumnos, ya sea que las presenten de manera física u oral, pero estas sólo se utilizarán para ayudarlos en su calificación, nunca para perjudicarlos”. ¿Pensará alguien perjudicar la trayectoria académica de algún estudiante ante la pandemia?

Una “calificación” escolar no representa valor ante una situación tan sui generis y de emergencia que todas las niñas, niños, jóvenes, madres y padres de familia hemos tenido que forzosamente vivir. La realidad cambió, ¿las viejas reglas escolares no? Además, los maestros y maestras pueden conocer bien a sus estudiantes, pero varios de ellos también se vieron envueltos en una presión e incertidumbre que ocasionó diversos problemas y errores. Uno de estos fue sobrecargar a los estudiantes de contenidos y tareas como una reacción apresurada ante la virtualización escolar. Faltó entonces dirección de la autoridad educativa para tener claro qué era importante aprender o “desaprender”. ¿Cuándo llegue la vacuna contra el Covid 19 habremos sanado de burocratitis?

Desarrollar y mantener el interés del educando por su aprendizaje – no por su calificación – es un propósito que bien puede servir a futuro como referente dado el escenario de incertidumbre, intermitencia escolar y necesidad de un cambio educativo real.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reaprendizajes/

Imagen: https://pixabay.com/

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El debate ahora, ¿Cuándo regresar a las escuelas? ¿hasta cuándo alargar el encierro y el aislamiento?

Por: Miguel Ángel Pérez

 

Las últimas semanas han estado marcadas en torno al debate del coronavirus, el debate que aparece ahora en los medios y en las posturas que han hecho públicas distintas dependencias educativas (sobre todo de educación superior), han sido a partir de plantearse las siguientes preguntas ¿cuándo se regresa a las escuelas? ¿hasta cuándo alargar las medidas de aislamiento y sana distraiga y de quédense en su casa?

El trabajo educativo se ha visto afectado drásticamente por las distintas medidas que se han tomado, el hecho de que de repente se deje de asistir a la escuela para responder a las tareas desde casa, ha generado una nueva cotidianidad la cual está basada en conectarse con los aparatos, comunicarse a través de internet y resolver tareas para luego enviarlas. Las actividades realizadas no se traducen en aprendizajes en automático, ni tampoco los buenos alumnos son aquellos que son hábiles con los procesadores, este nuevo estilo de atención escolar ha generado nuevas paradojas educativas, las cuales no se pueden resolver sino contamos con una serie de narrativas que nos ayuden a modo de mediación a acercarnos a los nuevos objetos de estudio.

Con respecto a los debates acerca del regreso o no a las escuelas ha habido mucho manoseo, no sólo los organismos empresariales intentar meter su cuchara sino incluso los supuestos comités científicos de algunas universidades (como es el caso de la U de G), han tenido un posicionamiento más cargado a lo político que a lo técnico y científico. En toda decisión (independientemente de sus contenidos) se juegan una serie de intereses sobre todo de carácter político y económico.  En todo ello lo que se teme ahora es con el anuncio de que la gente puede salir de su casa e ir a la calle se puede dar una desbandada cuyo escenario de masificación se torne en una nueva amenaza.

De nuevo la postra que se ha asumido en este y en otros espacios es que el regreso deberá ser gradual, de tal manera que el contexto del encuentro entre docentes con sus alumnos deberá se controlado, a partir de ir dosificando dicho evento.

Es importante que alumnos y alumnas regresen a los espacios escolares incluso para hacer aseo y limpieza de los mismos con la intención de poder desinfectar todas las áreas de uso común. Pero también para tomar los útiles u objetos escolares que hayan quedado resguardados en los salones y lo importante es el tener un contacto directo cara a cara profesor – alumnos con la intención de clarificar todo lo que indica el compromiso del entorno virtual, actualizar datos y cifras de equipos por familia y acceso a la conectividad, tiempo que se dedica a hacer trabajos y asistidos por quiénes.

La SEP no cuenta con datos duros al respecto, ni tampoco ninguna instancia civil u organismo dedicado a hacer investigación. Hoy requerimos datos a partir de conocer bajo qué condiciones reales estamos educando en la virtualidad, para esto necesitamos, aunque no rigurosamente reencontrarnos, vernos de frente cara a cara.

El debate no se va a agotar pronto aún estamos en medio de la tormenta y este debate no se debe resolver de manera unilateral en las esferas de gobierno. Es necesario que tanto la agenda como las decisiones se abran lo más ampliamente posible a los distintos actores de la sociedad.

La primera semana de junio todos los responsables de las autoridades educativas estatales de la llamada CONAEDU se reunirán para decidir en torno a estas medidas, es muy probable que suceda lo mismo que ha sucedido en los últimos meses se toman  acuerdos para todos, pero luego algunos estados (entre ellos Jalisco), debido a incompatibilidades políticas con el gobierno central toma sus propias decisiones violentando el consenso nacional.

Muy pronto sabremos acerca de las nuevas medidas de atención escolar, la lección sigue abierta debemos aprender de manera global de esta contingencia, porque como decía un colega debemos de aprender a vivir así, ya no regresaremos a la normalidad, esta es la nueva normalidad a la que debemos acostumbrarnos a vivir.

Fuente:  http://www.educacionfutura.org/el-debate-ahora-cuando-regresar-a-las-escuelas-hasta-cuando-alargar-el-encierro-y-el-aislamiento/

Imagen: pixabay.com

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Educar en casa: más allá de la SEP

Por: Carlos Ornelas. 

Por mi trabajo de investigación encuentro información que circula poco, pero que importa conocer. Aunque a ritmo pausado, nos acostumbramos a ver que, además de la Secretaría de Educación Pública y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, intervienen otros actores en la política educativa. A partir del Acuerdo para la modernización de la educación básica de 1992 se rompió esa visión polar.

Los gobiernos de los estados comenzaron a representar papeles más activos. Organizaciones de la sociedad civil que hacían trabajo en educación en pequeña escala brincaron a la palestra, exigieron la “tercera silla” en las deliberaciones sobre educación. Mexicanos Primero y la efímera Coalición Ciudadana por la Educación demandaron transparencia y fin a la venta y herencia de plazas docentes.

Las empresas de consultoría también participan. Unas son meros negocios, pero no es el caso de las firmas serias. Ofrecen servicios en apoyo de escuelas, gobiernos e instituciones.

Con el ánimo de documentar para eventuales trabajos futuros, pregunté a dos consultores sobre sus tareas. Tengo lazos de amistad con ellos, así que no descarto cierto sesgo, pero no hay conflicto de interés, mi designio es construir conocimiento.

Antonio Argüelles, de Siete Mares Consultores, respondió —con creces y por escrito— a mi interrogatorio. Sintetizo lo que me parece significativo.

Siete Mares presume dos logros: intervenciones que contribuyen a abatir el rezago educativo y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. No trata de sustituir la escuela, sino que, por medio de apoyos didácticos, uso de medios digitales e intervenciones trabaja para reforzar matemáticas y comunicación, involucrar a las familias en la educación de sus vástagos; también auxilia a niños de 5º y 6º grados que presentan rezagos y desarrolló un programa dinámico de alfabetización motriz.

¿Y en la cuarentena?, pregunté. El resumen:

1. Apoyamos la iniciativa conjunta de tres estados, Coahuila, Sonora y Sinaloa, para generar una página de internet. En ella compartimos recursos para padres y cuidadores, videos para promover la activación física de la familia en casa y ejercicios de reforzamiento en lenguaje, comunicación y matemáticas, para alumnos de 6º de primaria, 3º de secundaria y 3º de media, pues consideramos que requieren reforzar su conocimiento de cara al ingreso al siguiente nivel. La página tiene un uso intenso y nos parece cardinal que los elementos más solicitados sean los recursos para padres.

2. En el marco de este esfuerzo, implementamos una encuesta para conocer el estado socioemocional de las niñas, niños y adolescentes en la contingencia. ¿Cómo se sienten, qué temores tienen, qué expectativas? Más de dos mil han participado en esta encuesta.

3. En Sonora, Coahuila y Sinaloa hemos desarrollado una estrategia emergente para reforzar aprendizajes fundamentales desde casa en 6º de primaria y 3º de secundaria. La estrategia contempla capacitación a alrededor de 10 mil docentes en talleres virtuales (una gran experiencia), materiales digitales diseñados para alumnos y para la mancuerna padre-docente, junto con una estrategia de evaluación y seguimiento. Promover que las cosas sí sucedan. También en esta estrategia hemos diseñado páginas en Facebook con contenidos y ejercicios que no requieren uso de datos adicionales por parte de padres. Ello, para ampliar su alcance donde no hay conectividad o el uso de datos es restringido.

Remata su informe: “A pesar de ello, estamos convencidos de que lo más relevante es prepararnos para el próximo ciclo escolar, en cuatro ejes: higiene, reforzamiento, trabajo socioemocional y prevención del abandono”.

En el mundo de la investigación educativa mexicana, las consultoras de educación no gozan de prestigio; al contrario, son vapuleadas, algunas con razones de sobra. No obstante, necesitamos conocer más a fondo sus tareas y separar a las que ofrecen buenos servicios de las que sólo lucran.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/educar-en-casa-mas-alla-de-la-sep/1381606

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Sobre la Ley Educativa en Puebla

Por: Manuel Gil Antón

 

Hay inquietud entre diversos sectores sociales en torno a la manera en que se armonizó la Ley Estatal de Educación, con la Ley General de Educación, reglamentaria de la Reforma al Artículo 3º. de la Constitución.

Se ha concentrado la atención en 10 puntos, que destaca Portal, Periodismo Irreverente (https://www.periodicocentral.mx/2020/politica/item/10272-estos-son-los-10-puntos-mas-importantes-de-la-nueva-ley-de-educacion-de-puebla ) y que en este escrito se emplean, tal como los publicó este portal, con el fin de en cada caso, ofrecer una opinión que difiere de la que considera que esta ley atenta contra las libertades y es, casi, una expropiación de los bienes (muebles e inmuebles) de las escuelas particulares, entre otros temores.

Sin ser, ni pretender ser, un experto en leyes o asuntos legales, creo que puedo ofrecer una lectura distinta a la que ha causado inquietud en la población de esa entidad. De este modo, contribuir a una mirada más serena y menos alarmista como es la que, a mi juicio, ha dominado). Hay, incluso, una petición en la plataforma en la que al momento en que redacto estas cuartillas han sobrepasado las 26 mil firmas.

Están, por supuesto, en todo su derecho de firmar lo que les plazca, y también es preciso señalar que lo que en adelante escribiré tiene en mente la menor intención de defender al gobierno que encabeza el Sr. Barbosa, ni al Congreso del Estado. No es mi trabajo hacerlo.

Lo que busco es brindar a las personas que con buena fe sienten amenazada a la educación poblana, hasta el punto de señalar que esta ley busca establecer la educación socialista en la entidad, una visión diferente a la que se ha tornado dominante y que, a mi juicio, no tiene asidero legal.

Con esta intención, y en este contexto, solicito a Educación Futura la publicación de estos comentarios. Seguiré los 10 puntos que el portal aludido señala como los más preocupantes.

  1. Las Universidades públicas colaborarán en procesos de fiscalización

En su artículo 121, la Ley de Educación de Puebla establece que las instituciones de educación superior públicas colaborarán para los procesos de fiscalización que se les practiquen. El Poder Ejecutivo Estatal propondrá en el proyecto de presupuesto de egresos de la entidad, la asignación de recursos de cada uno de los niveles de educación a su cargo para cubrir los requerimientos financieros, humanos, materiales y de infraestructura.

“Las instituciones públicas de educación superior colaborarán, de conformidad con la ley en la materia, con las instancias fiscalizadoras para verificar la aplicación de los recursos que se le destinen derivados de este artículo”.

En el caso de que tales recursos se utilicen para fines distintos, se estará a lo previsto en la legislación aplicable sobre las responsabilidades administrativas, civiles y penales que procedan.

OPINIÓN MGA: Se enmarca en el tema de las Universidades públicas y la rendición de cuentas. Este asunto es para evitar que las universidades autónomas, o de cualquier tipo, aleguen a la autonomía, la libertad de cátedra e investigación o cualquier modalidad, como una muralla para dar cuenta de sus gastos y contrataciones a la sociedad, vía el congreso.

Me parece bien lo estipulado. Este tema orientado a no confundir autonomía con autarquía o impunidad, se ha discutido mucho. Se les va revisar lo que hacen con dinero público, y deben colaborar con ello. Me parece adecuado  y ya está establecido en la Ley Federal.

  1. Bienes Muebles e Inmuebles de particulares serán parte del Sistema 

En su artículo 105, la Ley establece que los bienes muebles e inmuebles de las escuelas particulares pasarán a ser parte del Sistema Educativo Estatal, en el que también están las escuelas públicas de la entidad.

“Los muebles e inmuebles destinados a la educación impartida por las autoridades educativas estatal y municipales y por los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios en el Estado de Puebla, así como los servicios e instalaciones necesarios para proporcionar educación, forman parte del Sistema Educativo Estatal”

Los muebles e inmuebles deberán cumplir con los requisitos de calidad, seguridad, funcionalidad, oportunidad, equidad, sustentabilidad, resiliencia, pertinencia, integralidad, accesibilidad, inclusividad e higiene.

OPINIÓN MGA: Se señala que los bienes muebles e inmuebles de particulares serán parte del sistema educativo estatal: este punto puede entenderse, con buena fe, o esgrimirse, de forma interesad, cual grave alarma, como que el gobierno será propietario de los edificios y demás cosas de las particulares. No me parece el caso de ninguna manera, pues eso sería una especie de expropiación e iría contra la Constitución en varios artículos, entre ellos el propio 3º.

Lo que quiere decir es que, cuando el estado de Puebla diga el monto de escuelas, salones, computadoras, maestras y maestros y demás elementos educativos con que cuenta la entidad, se pondrán en la cuenta del Sistema Educativo de Puebla (no del público, sino del conjunto) los de los particulares que brinden educación con la debida autorización. Digamos que, como se hace en la CDMX o en el país, los planteles de la Ibero, y los estudiantes de ella, forman parte de la matrícula nacional y la de la Ciudad, pero para fines de la capacidad de atención, es decir, de cuántas instituciones, lugares para estudiar, profesores y todo eso que tiene la entidad y el país.

Se puede poner otro ejemplo, aunque ahora nos entristezca: las camas del hospital ABC, o del del Sanatorio Español, cuentan como camas con las que se cuenta para atender a personas con COVID-19: el estado no las tiene en propiedad, sino que el país, la ciudad o un estado pueden decir la cantidad de esos servicios disponibles, incluyendo en esa sumatoria a lo que tienen los particulares: nunca pierden el derecho de propiedad, nada más se toman en cuenta (en la cuenta): que no tenga miedo a que perderán propiedades o equipo: no es el caso en esta Ley.

  1. Directivos de particulares deben rendir informes

En el artículo 117 del decreto se establece que la Secretaría de Educación local y las autoridades federales tendrán la responsabilidad de promover la transparencia en las escuelas públicas y particulares en las que se imparta educación obligatoria, vigilando que se rinda ante toda la comunidad, después de cada ciclo escolar, un informe de sus actividades y rendición de cuentas, a cargo del director del plantel.

Artículo 117 fracción XX:

“Promover la transparencia en las escuelas públicas y particulares en las que se imparta educación obligatoria, vigilando que se rinda ante toda la comunidad, después de cada ciclo escolar, un informe de sus actividades y rendición de cuentas, a cargo del director del plantel”.

OPINIÓN MGA: Este asunto consiste en que la ley mandata a las autoridades de las escuelas particulares para que, cada ciclo escolar, informen a SUS comunidades de padres de familia, es decir, a sus clientes, al respecto de lo que se hizo en la escuela en el ciclo que acaba de terminar. No veo problema, dado que lo mismo se establece para las escuelas públicas, en cuyo caso no es frente a sus clientes, sino sus usuarios del bien público del que se encargan.

  1. Escuelas con colores neutros y regulación de nombres

En su artículo 112, el gobierno estatal propone que los planteles particulares deberán tener colores neutros, además de que no tendrán los nombres de cualquier funcionario público en el desempeño de su encargo, cónyuges o hasta el segundo grado de parentesco.

En comisiones, los diputados expresaron que esa medida es para evitar la promoción de servidores públicos, por lo que la SEP estatal será la que regule los nombres y los colores de los planteles.

“Los planteles educativos de cualquier nivel que formen parte del Sistema Educativo Estatal no deberán consignar los nombres de los funcionarios públicos y representantes populares durante el desempeño de su encargo, el de sus cónyuges o parientes hasta el segundo grado, ni el de los representantes sindicales del magisterio en funciones o por haber ocupado cargos de representación gremial”.

OPINIÓN MGA:  Que las escuelas públicas y particulares deban contar con colores neutros y regulación de nombres, es para evitar que una escuela se llame Miguel Barbosa y esté pintada del color de Morena, o se llame como un senador panista, y se pinte de azul y blanco o tricolor si se trata de otro partido. Es para impedir el uso político de los planteles. Nada de qué preocuparse, salvo que se pretenda hacer propaganda con los colores de las fachadas o nombres de los planteles

  1. SEP Estatal podrá investigar incrementos en las cuotas de particulares

La Secretaría de Educación también podrá iniciar investigaciones en las instituciones privadas por denuncias de los alumnos o tutores por excesos en los cobros de cuotas, de acuerdo con el artículo 146 de la ley.

Artículo 146 párrafo 3

“Derivado de las acciones de vigilancia, si las autoridades respectivas identifican que los particulares han aumentado los costos en la prestación de los servicios educativos sin apego a las disposiciones aplicables en la materia, darán aviso a las autoridades competentes para los efectos a los que haya lugar”.

OPINIÓN MGA: Esta es un a atribución de la Ley General, y opera en los estados. La ley aclara que la SEP entra en caso de denuncias, pero para avisar a la autoridad competente  (NO ES LA SEP) con el fin que se revise el apego a las disposiciones aplicables en la materia. Ignoro si será la Procuraduría Federal o su respectiva entidad local de Defensa del Consumidor. Si una escuela eleva sus cuotas 100%, y la autoridad educativa se entera y considera que eso no está establecido, o si hay quejas, la autoridad competente (Insisto NO SEP) interviene siempre y cuando haya denuncias o señalamientos, y éstas tienen que ser fundadas, argumentadas.

  1. Prohibición de venta de comida chatarra

En su artículo 86, la administración estatal establece la prohibición de la distribución y comercialización de alimentos chatarra y bebidas energizantes dentro y en las inmediaciones de todos los planteles educativos, sean públicos o privados.

“Dentro de las escuelas queda prohibida la distribución y comercialización de los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos, así como las bebidas energizantes.

Las autoridades educativas estatal y municipales promoverán ante las autoridades correspondientes, la prohibición de la venta de alimentos con bajo valor nutritivo y alto contenido calórico en las inmediaciones de los planteles escolares”.

OPINIÓN MGA: Eso se aplica a públicas y privadas, y ¡¡¡en buena hora!!! No más cometarios.

  1. Particulares, impedidos para condicionar educación por uniforme y materiales

Con la nueva iniciativa de decreto estatal de educación, las escuelas particulares ya no podrán condicionar el servicio de educación a la adquisición del uniforme y de los materiales didácticos que solicite la escuela.

El artículo 147 de la ley establece la multa para los particulares que nieguen el acceso a la educación por no portar el uniforme o llevar los materiales que se les pidan serán multados con sanciones económicas de entre 8 mil 688 a los 86 mil 880 pesos.

OPINIÓN MGA: En cierto sentido, se entiende que el uniforme no es obligatorio, pero sobre todo que no se condicione el servicio a la compra del uniforme, así como de los materiales, a un proveedor exclusivo que asigna o contrata la propia escuela. Si una mamá o un papá quiere comprar o hacer el uniforme, y no comprarlo en la escuela, tiene derecho; si decide adquirir los materiales de la lista al inicio del curso, o durante el transcurso, en las tiendas que quiera, tiene derecho: es un artículo orientado a no condicionar el servicio a adquirir estos elementos obligatoriamente  donde la escuela mande: es libertad de comercio, en el sentido de compra libre, y no generar pequeños pero lucrativos negocios, que los ha habido y muy deplorables.

Lo del uniforme obligatorio cada entidad lo decide. En la CDMX es optativo en todas las escuelas, públicas y privadas, pero en general los padres se ponen de acuerdo sin problema: el uniforme tiene sentido para que no hay distinción de clase o estratos sociales entre los y las chavas.

  1. Multas de 440 mil pesos a quienes retengan documentos por adeudos

Entre las sanciones que se adicionaron a la Ley de Educación se encuentra la infracción por retener documentos personales y académicos a quienes tengan adeudos.

En el mismo artículo 147 la sanción en contra de las escuelas particulares podrá variar entre los 86 mil 880 a los 440 mil 310 pesos.

OPINIÓN MGA: En este caso, el bien a proteger es la o el alumno para que en caso de haber terminado un ciclo y aprobarlo, tenga la constancia o el certificado correspondiente, pues los adeudos pueden implicar la suspensión del servicio, pero NUNCA la entrega de certificados previos.

Si no se pagan tres meses,  supongamos, sin causa que pueda ser considerada como una excepción (como la muerte del o la coordinadora del hogar como principal providente) y de acuerdo a lo que decida la escuela; si no se paga, insisto, sin duda, dado que hay un contrato entre padres y escuela, se puede suspender el servicio, pero no condicionar los documentos o constancias de cursos previos: esto es, que los documentos escolares no sean moneda de cambio para la realización del pago, que no sean una especie de extorsión, pues se ha comprobado que el perjudicado es el o la niña. En su caso, el diferendo se tiene que dirimir en la Procuraduría del Consumidor, o la instancia de juicios administrativos correspondiente.

  1. Clausurarán escuelas que operen sin permisos

En los casos donde una institución imparta educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás, para la formación de docentes para la educación básica y no cuente con la autorización correspondiente, se procederá con la clausura del plantel.

OPINIÓN MGA: LA clausura de escuelas que operen sin permiso, va totalmente de acuerdo con lo que manda la constitución, en tanto se ofrezca que el certificado tendrá valor oficial. Vale tanto para autorización a particulares en la escuela básica, lo cual es un trámite establecido en el Artículo 3º., como para el Reconocimiento de Validez Oficial de los Estudios en educación superior. No hay cambios a lo establecido en Constitución o Ley General. Ahora bien, si una persona quiere abrir una escuela de futbol, por ejemplo, obviamente es un negocio o una acción no lucrativa, pero no habilita para ser, oficialmente, reconocido como Licenciado en Lateral Derecho con perfil Zurdo.

  1. Habrá Programa Educativo Estatal elaborado por SEP

La nueva Ley educativa del estado establece, en su artículo 115, que la Secretaría de Educación de Puebla será la encargada de elaborar un Programa Educativo Estatal de carácter plurianual para garantizar el acceso a la educación con equidad y excelencia para todos.

“El Programa Educativo Estatal de Puebla, tendrá un carácter plurianual y contendrá de manera integral aspectos sobre la infraestructura y el equipamiento de la infraestructura educativa, el avance de los planes y programas educativos, la formación y prácticas docentes, la carga administrativa, la asistencia de los educandos, el aprovechamiento académico, el desempeño de las autoridades educativas y los contextos socioculturales, entre otros”.OPINIÓN MGA: Es facultad de los estados, a través de la autoridad educativa de la entidad, general el programa educativo de el territorio que gobiernan y los servicios que administran. No puede ser contradictorio con el general, El Programa Educativo Nacional previsto en la Constitución también, que la SEP indica para el país. No hay problema, y lo ideal es que fuese luego de una amplia consulta, pero eso es una buena política, no un mandato.

Leer Más: https://www.periodicocentral.mx/2020/politica/item/10272-estos-son-los-10-puntos-mas-importantes-de-la-nueva-ley-de-educacion-de-puebla#ixzz6NUZ5KYBz

Con estas opiniones, se procura ubicar la consideración de la Ley en sus términos, que, a mi entender, no requieren interpretación muy especializada. A la letra dicen lo que dicen, y creo que es conveniente considerarlos con menos apremio y juicios previos.

La lectura y el significado que ofrezco no es de un especialista en derecho, pero sí de quien, con buena fe, intenta cotejar la Ley poblana, con la Ley General de Educación y la propia Constitución. Ojalá sirva para abrir un cauce mejor al diálogo publico en la materia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/sobre-la-ley-educativa-en-puebla/

Imagen: https://pixabay.com/

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Cursos propedéuticos y diagnósticos sí, remediales, ¿por qué?

 Abelardo Carro Nava

Generalmente, cada inicio de ciclo escolar, semestre o cuatrimestre, los maestros y maestras aplican un diagnóstico en el grupo que, conforme a la organización establecida en la institución educativa en la que se encuentran adscritos, atenderán en lo sucesivo; esta instrumento/herramienta les permite, dependiendo del nivel educativo, conocer varios aspectos del desarrollo humano de sus alumnos, pero también, comprobar lo que el niño/adolescente o joven, conoce con relación a los aprendizajes adquiridos en grados escolares inferiores de aquel que va a cursar; esto, con excepción del preescolar, donde la observación resulta fundamental para conocer la socialización de los niños una vez que han dejado el hogar y se incorporan al sistema escolarizado de enseñanza. En este sentido, no es de extrañarse que la educadora o educador, durante las dos primeras semanas del curso, tenga a la mano libreta, lápiz y goma, para registrar las conductas del infante, para anotar las expresiones que realiza, para identificar sus intereses y necesidades; en fin, para todo aquello que resulte indispensable registrar con el propósito de comenzar la planificación de las actividades y el abordaje de los contenidos.

En primaria, ese diagnóstico que, como bien sabemos es muy diverso y enriquecedor, se complementa o extiende con la aplicación de una serie de cuestionarios, pruebas y exámenes; ¿su propósito? Es que el docente tenga un conocimiento sobre los avances que se lograron con relación a los aprendizajes que, de acuerdo a un plan de estudios, grado escolar y etapa de desarrollo, el estudiante debería poseer. Luego entonces, la ecuación se repite en secundaria, bachillerato y, desde luego, en la universidad. De esta forma, quienes hemos tenido la maravillosa oportunidad de pisar un salón de clases, sabemos de la importancia que reviste tal acción. De ello depende, en buena medida, las adecuaciones curriculares que podrán realizarse antes de comenzar con el abordaje de un plan de estudios.

Ese diagnóstico, entonces, ¿es para conocer a los alumnos? Tal y como lo he planteado así parece, sin embargo, habría que decir que tal ejercicio trae consigo un aspecto que, muy pocas veces, se toma en cuenta, me refiero al análisis de las capacidades que el propio docente realiza y que tienen que ver, directamente, con sus conocimientos habilidades, actitudes y valores. Es decir, pareciera ser que, en la aplicación de un diagnóstico, solamente un actor es evaluado, y no es cierto porque, como ya he dicho, en el momento en que el profesor o profesora diseña ese diagnóstico, lo aplica, evalúa e interpreta, también éste se diagnóstica y, desde luego, le lleva a reflexionar sobre lo que habrá de realizar para que sus objetivos educativos, se cumplan satisfactoriamente cuando concluya el ciclo escolar.

Pensemos en una profesora de una escuela primaria que atiende primer grado; también pensemos, que dicha profesora ha adquirido una experiencia y conocimiento importante porque, durante su trayectoria profesional, ha trabajado, mayormente, con niños de este grado y edad. Luego entonces, la aplicación de un diagnóstico, y sus resultados, serán diferentes en cada uno de los años en los que pudo haber atendido ese grado escolar. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es obvia, todos los niños son diferentes, así como también, los conocimientos que éstos pudieron haber adquirido en los grados escolares inferiores. Tal hecho, ¿propiciaría que la profesora tuviera que pensarse y reflexionarse para “adecuarse” a las “condiciones” que sus alumnos le exigen? Pienso que sí porque esa demanda, ese conocimiento, ese saber, que pudo haber obtenido del diagnóstico, la llevará a realizar una práctica, sino diferente, sí acorde a los que sus alumnos le exigen.

Ahora bien, generalmente en educación superior, se pone en marcha un curso propedéutico con la finalidad de acercar a los estudiantes al aprendizaje que, en los cuatrimestres o semestres sucesivos, abran de adquirir; esto, dependiendo de la carrera profesional seleccionada y, desde luego, del campo científico en la que ésta se encuentra inmersa. Luego entonces, la adquisición de esos saberes que lo acercarán al campo de estudio, se vuelve un aspecto fundamental para que, el alumno, conozca todo aquello que está relacionado con la disciplina que será parte de su quehacer profesional.

En el nivel básico de nuestro sistema educativo, no todas las instituciones educativas realizan dicha acción; esto, probablemente, porque sus dinámicas de trabajo son diferentes y porque, desde mi perspectiva, atienden las indicaciones que la Secretaría de Educación Pública (SEP) emite cotidianamente y que, las autoridades educativas de buena parte de los estados, aplican a rajatabla al inicio del ciclo escolar. Con esto no quiero decir que se desconozca, por el contrario, muchas veces la intención de desarrollar un curso propedéutico se ve rebasada por una exigencia desmesurada de la autoridad escolar o estatal, y porque la burocratización de la enseñanza los ha llevado a cumplir con un sinfín de acciones que, para acabar pronto, nadie lee pero que todo mundo exige. En fin. Como decía, este curso, desde mi perspectiva, brinda ese acercamiento al contexto escolar y a la información que lo llevará a lograr un aprendizaje durante el ciclo escolar.

¿Puede, en estos momentos de contingencia, diseñarse un plan para que, en lugar de cursos remediales se desarrollen cursos propedéuticos donde el diagnóstico sea la punta de lanza para lograr el abordaje de aquellos contenidos cuya relevancia no debe dejarse de lado? Desde luego. Tal plan debería considerar, al menos, cuatro acciones:

1. La aplicación de un diagnóstico, con dos vertientes: a) test para valorar el estado emocional, físico e intelectual de los alumnos; b) cuestionarios, pruebas o exámenes sobre los grados escolares inferiores, mismos que consideren lo que tuvo que aprender el alumno. Claro, aquello que puede denominarse como “básico” para después, fortalecerlo con los demás contenidos.

2. Temas que pueden ser abordados y/o fortalecidos de las distintas asignaturas; esto, dependiendo del nivel educativo y que, del resultado de ese diagnóstico, puedan ser trabajados con los alumnos. Resultaría muy útil trabajar a través del aprendizaje basado en proyectos para que, precisamente, los estudiantes, con los temas que no lograron abordarse (y que pueden articularse), elaboren un proyecto sobre el Covid, sus causas y consecuencias, por ejemplo.

3. Incluir lo relacionado con temas de vital importancia y que se encuentran en áreas que, muchas veces, no tienen la relevancia que deberían tener; me refiero a algunos contenidos de educación física y socioemocional. Acción que, dese luego, traería grandes beneficios porque, como se ha conocido, en nuestro país, hace falta que se profundice en las escuelas, sobre varios temas ligados con la higiene, salud, alimentación, violencia, inseguridad, entre otros.

4. Finalmente, incluir, en dicho curso, algunos aspectos sobre la escuela (si es que los alumnos se incorporan o transitan a otro nivel, por ejemplo: de preescolar a primaria, de primaria a secundaria, y así sucesivamente), sus antecedentes, la visión y misión que tienen, el personal docente que integra el centro educativo, la organización escolar que en éste se encuentra, los reglamentos (incluye o debería incluir, el protocolo para el regreso a la escuela), entre otros.

Visto de esta forma, resulta favorable que los colectivos docentes pudieran diseñar sus propios cursos propedéuticos; los puntos dados a conocer en estas líneas son, precisamente, una serie de sugerencias que pueden ser adaptables a cualquier contexto y a cualquier escuela. El tiempo para su desarrollo, desde luego, dependerá de los colectivos docentes y de los resultados que el diagnóstico puede arrojarles.

Si pensamos en un curso remedial, tal y como la ha anunciado el Secretario de Educación de nuestro país, significaría que el trabajo educativo que se ha hecho durante esta contingencia sanitaria por el Covid-19 que estamos viviendo en México, estuvo mal hecho, y no es cierto. Como bien sabemos, hay una brecha de desigualdad importante que, la pandemia, hizo más que evidente, lo cual no significa que no hayan aprendido algo los niños, adolescentes y jóvenes. ¿Qué aprendieron?, ¿cómo lo aprendieron?, ¿para qué lo aprendieron? y ¿de qué manera esos aprendizajes pueden relacionarse con la escuela y los contenidos que se abordan en ésta? Son preguntas fundamentales que no parten de la premisa que afirma que es necesario “nivelar a los estudiantes”, sino más bien, de reconocer que los estudiantes aprendieron; por tal motivo, el reto que observo es: ¿cómo acercar ese aprendizaje informal y no formal, con el formal que puede generarse en la escuela?

Fuente: https://profelandia.com/cursos-propedeuticos-y-diagnosticos-si-remediales-por-que/

Imagen: silviarita en Pixabay

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Docentes, Directivos Escolares y Pandemia

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

En esta colaboración abordo el tema de los pesos específicos o los valores relativos que tienen docentes y directivos escolares en los llamados procesos de «calidad» de la Educación Básica Pública (EBP); así como la participación de las familias en las actividades escolares de los estudiantes. Todo esto dicho tanto en contextos de la pandemia-epidemia del coronavirus como en contextos de no emergencia sanitaria.

E. Deming decía que la responsabilidad de la calidad (en la producción de bienes y servicios) no era de los trabajadores u operadores, sino de los directores y gerentes porque eran éstos los que diseñaban los ambientes de trabajo y tomaban decisiones claves que afectaban los resultados. ¿Qué podemos decir de esa tesis en el ámbito de la Educación Básica Pública (EBP)? ¿Es válido hablar de máxima responsabilidad de los directivos y mandos altos de la EBP, y no tanto de los docentes, en cuanto a la «calidad» de la educación?

Cuando le preguntaron a W. Edwards Deming (1900-1993) estadístico estadounidense, profesor universitario, consultor y creador del novedoso concepto de “calidad total”: “¿Dónde se hace la calidad?”, él contestó: “En la sala de reuniones de la junta directiva”. En efecto, para Deming, la nueva filosofía de la calidad debe derribar algunos mitos como el siguiente: “Culpar a los trabajadores (que solamente son responsables del 15 por ciento de los errores), mientras se pasa por alto el sistema diseñado por los gerentes, que son responsables del 85 por ciento de las consecuencias indeseadas.

En esto coincido con varios autores cuando se aborda este tema en el ámbito de “lo educativo” (recientemente se lo escuché a Manuel Gil Antón, en Querétaro), debido a que las condiciones, los ambientes, la formación profesional, los planes y programas académicos, los principios pedagógicos, la cantidad de estudiantes por grupo o por docente; así como otras decisiones que se toman en los sistemas educativos públicos, afectan de manera indirecta y directa a los procesos educativos y pedagógicos de aula; por todo ello, considero que el papel de las y los directivos escolares es tan relevante (o quizá más trascendente) que el papel que juegan los docentes frente a grupo, en términos de los factores generales considerados durante la evaluación de la “calidad” del sistema educativo.

Lamentablemente las políticas públicas educativas en México, históricamente, sólo han volteado a ver (y a veces a mal ver) a la figura del docente, a quien ubican como el responsable principal de los fracasos educativos. Las instituciones formadoras de profesionales de la educación, por ejemplo, han diseñado y desarrollado diversos programas formativos y de profesionalización para docentes, sin embargo, no existen programas robustos y de profesionalización completa, amplia, diversificada, que estén dirigidos hacia las y los directivos escolares. Lo que existen son cursos cortos, diplomados aislados, programitas de coyuntura, sin una conexión ni vinculación con las normas y procedimientos de selección (evaluación) para la promoción de estas figuras claves del sistema educativo. En otras palabras: Si en alguna institución formadora de profesionales de la educación (Normales, Normales Superiores, Centros de Actualización del Magisterio y Unidades de UPN) existen programas académicos para formar profesionalmente a las y los directivos escolares, éstos no son vinculantes con respecto a los procesos de promoción, en términos laborales.

Es triste observar que entre la selección de candidatos del modelo anterior (mecanismos escalafonarios paritarios SEP-SNTE) y los procedimientos del modelo actual (exámenes estandarizados) no hay una diferencia sustantiva, en tanto que el sistema educativo y las instituciones del normalismo, han sido diseñados para que los directivos escolares no sean preparados profesionalmente antes de ocupar el cargo, sino después, a base de experiencia. “La práctica hace al directivo escolar”, dice implícitamente el discurso oficial.

En los hechos y en la retórica oficiales hay una ausencia de las figuras de las y los directivos escolares en los planes de desarrollo educativo. Tal parece que no hay una visión amplia y consistente acerca del papel que juegan estas figuras, como organizadores de comunidades, como líderes académicos o pedagógicos de las colectividades y las diversidades educativas. La apuesta de las políticas públicas educativas, por el contrario, está completamente centrada en la figura de la y el docente. Implícitamente, las tareas de los directivos escolares están orientadas hacia la gestión administrativa y escasamente hacia la gestión educativa o pedagógica.

En la actual coyuntura de la pandemia, los y las directivos escolares han sido llamados a ocupar, por parte de sus superiores, el papel o rol burocrático más lamentable: primero el control, los deberes, el cumplimiento, la formalización estadística, la rigidez de los tiempos y luego las personas.

Hoy la crisis de la pandemia, que ha colocado a la escuela en una situación de franca ruptura, también ha puesto al descubierto la miseria institucional acerca de la mirada que se tiene en torno a la y el directivo escolar: Al cual no se le concibe por el trabajo tan importante que realiza (o debe realizar o desarrollar): el liderazgo educativo y pedagógico.

Algunos comentarios en el camino

A la pregunta: ¿Es válido hablar de máxima responsabilidad de los directivos y mandos altos de la EBP, y no tanto de los docentes, en cuanto a la «calidad» de la educación? Surgieron algunos comentarios en la red Twitter.

“Es válido porque son a partir de sus directrices las que dictan el rumbo y los objetivos de la educación. Aunque si se los preguntas a ellos, lo negarán.” (@REobservatorio)

“En educación, como en muchas tareas humanas, la responsabilidad es compartida por los involucrados. La conducción de la política tiene un enorme poder de decisión y, por tanto, de responsabilidad. Pero eso no exime a los agentes escolares, ni justifica una mala actuación. Saludos.” (@TeresaBrachoG)

Pregunto: ¿Es válido identificar los pesos específicos o el valor relativo de uno y otros actores de los procesos educativos y didácticos, sobre todo en la escuela pública?

“No creo que se pudiera hacer de manera general. Cada centro escolar, cada entidad federativa, … tiene formas diferentes de aplicar las políticas más generales. Y estas tienen también márgenes de aplicación. ¡¡¡Por eso es vital entender la gestión escolar!!!” (@TeresaBrachoG)

“La vocación y el compromiso de los #docentes ha sido una constante en este contexto de emergencia. Conoce sus testimonios y experiencias en la cuarta edición del semanario #EducaciónEnMovimiento” (@MejoreduMX)

Me pregunto: Y la vocación y el compromiso de las y los directivos escolares, en esta coyuntura sanitaria y ante la Jornada Nacional de Sana Distancia, ¿no es una constante?

Voltear a ver, en serio, a las y los directivos escolares

Para el especialista en calidad y asesor clave en el despegue de la industria japonesa entre 1960 y 1985, “el trabajador no es responsable de los defectos (de los productos o servicios), sino que la mayoría de los defectos se originan en el sistema” (Ver el libro de Rafael Aguayo: El método Deming). Deming afirmó en uno de sus libros, que una de las 7 enfermedades principales de la gerencia, es llevar a cabo la “Evaluación por rendimiento, clasificación de méritos o revisión anual de resultados… (porque) … la evaluación del comportamiento, a través de la calificación por méritos, está centrada en el producto final y no sobre el liderazgo para ayudar a la gente. Se destruye el trabajo en equipo y aumenta la rivalidad”.

Por otra parte, el papel de las familias en el desarrollo académico y la formación integral de las niñas, los niños y los jóvenes, ha sido estudiado en diferentes latitudes. La tendencia general de tales estudios y sus resultados, indica que, la mayor participación de las familias en los procesos de aprendizaje y de contención en la parte emocional hacia las y los estudiantes, crea ambientes que generan resultados favorables en términos de logro académico.

Quizá en estos hallazgos de la investigación educativa, se pueda sustentar que la educación no descansa sólo en los hombros de las y los docentes, sino en un equipo de trabajo más amplio, en una comunidad educativa comprometida y participativa, que generalmente está integrada por docentes, directivos escolares, asesores técnicos y miembros de las familias, que ofrecen sus experiencias para garantizar el pleno derecho a la educación de la niñez y la juventud en un contexto social determinado.

jcmqro3@yahoo.com

@jcma23

Fuente: https://profelandia.com/docentes-directivos-escolares-y-pandemia/

Imagen: Free-Photos en Pixabay

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Carpeta de experiencias vs. carpeta de evidencias, ¿carpetas de aprendizaje?

 Abelardo Carro Nava

Desde el pasado 20 de abril, cobró fuerza la idea de que los alumnos que estudian en algunos de los niveles educativos del país, tengan que elaborar o construir una carpeta de experiencias; esto, con la intención de asegurar que los contenidos derivados de la estrategia “Aprende en Casa” que la Secretaría de Educación Pública (SEP) implementó desde el pasado 20 de marzo, refleje los aprendizajes logrados durante la contingencia sanitaria (Unión, 27/04/2020). Sin embargo, aunque en el discurso se ha dicho que dicha carpeta no es una de evidencias (Profelandia.com, 15/05/2020), la verdad de las cosas es que prevalece una confusión en cuanto a lo que ésta significa y/o puede representar, tanto para los docentes como para los alumnos y padres de familia porque, si bien es cierto que una de experiencias difiere de una de evidencias, la línea que las une y separa es muy delgada y, como hemos conocido, las sugerencias que la SEP emitió sobre este asunto, poca claridad dan al respecto. Ahora bien, si a ello le agregamos que, en las diversas entidades federativas, cada autoridad la concibe como mejor considera conveniente, la situación se complica un poco más.

Y es que, para pocos es desconocido que la SEP y las Secretarías de Educación de los Estados, con el afán de asegurar que los maestros estén trabajando con sus alumnos, se les han ocurrido las ideas más descabelladas, sin considerar, lo que varios investigadores, académicos, profesores y/o padres de familia han dicho o expresado sobre las complicaciones que esto ha traído consigo, para que los estudiantes realmente “aprendan en casa”. De hecho, sobre los problemas que cientos de profesores están teniendo en estos momentos para trabajar con esta estrategia, no los abordaré en estas líneas; tampoco, de las circunstancias y condiciones de vida de miles de mexicanos para que sus hijos logren, por ejemplo, cumplir con las tareas vía internet; de eso ya he expresado mi opinión en anteriores entregas, en este y otros espacios. Lo que me parece importante y preocupante es que, conforme avanza el tiempo, las dependencias gubernamentales encargadas de dirigir la educación que se les brinda, o debe brindar, a los niños y adolescentes en nuestro país, no rectifiquen sus propuestas con el propósito de orientar el trabajo de los involucrados. Me explico (sin tanto tecnisismos, con la intención de que quien llegue a leer este texto, pueda comprenderlo. Pienso, en los padres de familia, por ejemplo, que no tienen un acercamiento o conocimiento profundo sobre los siguientes aspectos).

Para quienes nos encontramos inmersos en el magisterio, tenemos cierta claridad en cuanto a lo que significa una carpeta de experiencias o de evidencias. Tal vez, el rasgo común entre ambas, es que éstas se tratan de una estrategia – ya sea digital, electrónica o física –, que tiene como propósito recabar los productos que se obtienen de ciertas acciones, siendo éstas, la que marcan una diferencia importante pues, como su nombre lo indica, la de experiencias, recoge aquellos dibujos o relatos que surgen de la realización de una actividad o suceso, por ejemplo, sobre las dificultades que puede llegar a tener algún alumno para elaborar una historieta, sobre la lluvia o el calor intenso que se siente en el lugar en el que radica, sobre lo que vive a diario en el campo dado que ayuda a sus padres con la cosecha, etcétera. Para ello, la descripción y narración de hechos o sucesos que se desprenden de esas actividades, son un elemento fundamental en la construcción de esa experiencia. ¿Esto genera un aprendizaje? Por donde quiera que se vea, así es, porque en tal ejercicio, el estudiante pone en juego diferentes habilidades cognitivas/cognoscitivas para hacer su escrito o dibujo.

Por lo que se refiere a la carpeta de evidencias, como su nombre también lo indica, tiene como finalidad evidenciar/demostrar la realización de una actividad previamente definida por algo o por alguien, por ejemplo, resolver varios problemas matemáticos dados a conocer al niño o adolescentes a través de un libro de texto u hoja de ejercicios, contestar una serie de preguntas a través de un cuestionario, entre otras. ¿Esto genera un aprendizaje? También; solo que éste se logra a partir de varios factores que inciden en su adquisición tales como: la comprensión de los problemas matemáticos o de las preguntas del cuestionario, el razonamiento de esos problemas o de las preguntas planteadas, o bien, de la memorización/mecanización en la resolución de dichos problemas y/o preguntas. Obviamente que, al ser una tarea o actividad, tal y como lo argumentaba en el artículo que titulé: “La tarea, la madre de todas las batallas” (Carro, 5/05/2020), tiene que cumplirse y, por consiguiente, evidenciarse/demostrarse. Y en esa evidencia/demostración, juega un papel importante el mediador, en este caso, el padre de familia o el maestro que, como ya he sostenido, en el primer caso, no siempre tiene un conocimiento sobre las actividades encomendadas o bien, no puede brindar la orientación requerida porque, entre el educando y el profesor, no ha existido una posibilidad de comunicarse a la distancia.

En cualesquiera de los casos, la evaluación es inevitable. Y es aquí el punto fino de la discusión porque, si en resumidas cuentas pretendemos que se verifique el logro de un aprendizaje. Necesariamente tendría que afirmar que, en la construcción de ambas carpetas, se logran aprendizajes que, como bien sabemos, son adquiridos por los seres humanos de manera diferenciada. Por ello, considero, que no hay un procedimiento único para la adquisición de ese aprendizaje, pero sí se logra éste en términos de lo que tiene, o debería aprender, cierto alumno, dada su edad, capacidad cognitiva y del entorno/contexto que le rodea.

Llegado a este momento del texto seguramente usted se preguntará: ¿en dónde radica la confusión entonces? Ésta se haya en las finalidades de la evaluación de esas carpetas: la formativa y la sumativa. Esto, porque como bien se conoce, la primera tiende a valorar procesos; mientras que la segunda, la sumativa, tiende a valorar productos y, también, procesos, pero su prioridad es, indiscutiblemente, los productos. En todo caso, si pensamos en que una carpeta de experiencias recoge productos, lo interesante de esos productos no son éstos, sino el proceso que llevo a la consecución de los mismos. Por su parte, si pensamos en que una carpeta de evidencias recoge productos, lo interesante de esos productos son éstos y, en menor medida, el proceso que se siguió para el logro de esos productos. En resumidas palabras, si aceptamos tales consideraciones como válidas en la construcción de las carpetas en comento, tendríamos que aceptar que la carpeta de experiencias es formativa, porque su mirada está en el proceso y, por su parte, la de evidencias, califica, porque su prioridad son los productos – en términos de cantidad o, como la “nueva” escuela mexicana le ha nombrado, de “excelencia” –. En fin.

Como bien sabemos, cientos de niños no cuentan con los medios para seguir las trasmisiones en televisión, para ingresar a una plataforma o bien, para enviar las tareas que el profesor o profesora puede estar asignando vía correo electrónico o whatsapp, dados los contenidos que se tendrían que abordar en estos momentos; en consecuencia, tal parece que, a la SEP, se le olvidó un principio básico que se debe y tiene que considerarse en la construcción de una carpeta: que el alumno ELIGE qué productos puede integrar a ésta porque, tal decisión, es parte de esa formación y no de una calificación propiamente dicha. De nada sirve anexar mil productos a esta carpeta si, en su elaboración, solamente se “copió y pegó” información de alguna página de internet. Se trata pues, de incorporar aquellos productos que reflejen la decisión de elección de un proceso sobre un hecho o actividad que el estudiante haya vivido, ese día, en compañía de su padre o madre, solo por citar un ejemplo.

Imaginemos que en estos días en los que la cuarentena se ha extendido, en algún lugar de la República Mexicana, llovió intensamente en la comunidad donde radica “x” o “y” alumno. Este suceso, para él, puede ser significativo porque en su corta vida no había visto llover de esa manera, por qué no darle la oportunidad para que escriba cómo vivió este hecho, qué experiencia le dejó el suceso, cómo puede prevenirse la familia ante acontecimiento como éste, etcétera. ¿Necesariamente tiene que cumplir con la tarea que estipula un contenido sin que éste tenga una relación con lo que él haya vivido en esos días? Porque, desde mi perspectiva, esa historia, ese texto, esa serie de reflexiones, serían más valiosas y enriquecedoras, en todos los sentidos. Ya habría tiempo para trabajar en la relación entre esos hechos y los contenidos.

Por estas razones, de sobra estaría decir que lo intangible (aquello que no se ve en la adquisición de un aprendizaje) es, o deber ser, prioritario para que los procesos formativos de los estudiantes no se interrumpan y continúen. Desde luego, que lo tangible (aquello que sí se ve u observa), es necesario e importante, no lo niego; no obstante, tendríamos que pensar en las grandes brechas de desigualdad que existen en México y que, de alguna manera, imposibilitan trabajar mediante la tan llamada estrategia “Aprenda en Casa”. Consecuentemente, debemos reconocer que hay cientos de estudiantes que no la están siguiendo. La pregunta en todo caso sería: ¿no podría planearse una estrategia diferenciada, regionalizada y contextualizada, a partir de criterios y conocimientos claros en cuanto a lo que significa el aprendizaje a distancia? Reconozco que muchos de los maestros tienen conocimiento sobre ello, es decir, sobre la forma en que pueden o no trabajar con sus alumnos en un sentido formativo pero, desafortunadamente, la SEP y las Secretarías de los Estados, no lo tienen o, simplemente, tratan de evidenciar/demostrar que sus dependencias están trabajando. ¿Por qué no revisamos los procesos que la SEP está proponiendo?, ¿por qué no ser autocríticos al respecto?

Creo entonces, que algunas preguntas que podría o podrían responder algunas autoridades educativas, tienen que ver con el qué, por qué y para qué de una carpeta de… ¿aprendizajes?

Referencias:

Redacción Unión (27/04/2020). Carpeta de experiencias, ¿cómo integrarla y qué debe contener? Unión.

https://www.unionguanajuato.mx/articulo/2020/04/27/educacion/carpeta-de-experiencias-como-integrarla-y-que-debe-contener

Redacción Profelandia.com (15/05/2020). Dice Esteban Moctezuma que la carpeta es de experiencias, no de evidencias.

https://profelandia.com/dice-esteban-moctezuma-que-la-carpeta-es-de-experiencias-no-de-evidencias/

Carro, A. (5/05/2020). La tarea, la madre de todas las batallas. Educación Futura.

http://www.educacionfutura.org/la-tarea-la-madre-de-todas-las-batallas/

Fuente: https://profelandia.com/carpeta-de-experiencias-vs-carpeta-de-evidencias-carpetas-de-aprendizaje/

Imagen: https://pixabay.com/

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