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Del sida al ómicron, el apartheid farmacéutico nos lastima a todos

Sería más fácil vacunar al mundo que tratar de impedir que las variantes de COVID-19 crucen fronteras.

El 1 de diciembre se conmemoró el Día Mundial del Sida. En esta fecha, hace cuarenta años, se registraron los síntomas por primera vez y desde entonces más de 36 millones de personas han muerto en todo el mundo a causa de enfermedades relacionadas con el sida. La tasa de mortalidad se va desacelerando a medida que la distribución de tratamientos farmacológicos eficaces se expande. Sin embargo, la desigualdad que durante mucho tiempo alimentó la epidemia del sida aún existe y trae consecuencias funestas, particularmente para los pueblos del sur de África. La persistencia y los impactos enormemente desiguales de esta epidemia aún vigente sirven como advertencia frente a la incipiente circulación de la nueva variante ómicron del virus de la COVID-19 por el mundo.

Actualmente se sabe poco acerca de esta variante del SARS-CoV-2 identificada recientemente, particularmente con respecto a si se propaga con mayor facilidad o si puede ocasionar síntomas de COVID-19 más graves. Pero lo que sí se conoce se debe en gran medida a la rápida identificación de la variante por parte de científicos de Botsuana y Sudáfrica. En conversación con Democracy Now! Fatima Hassan, fundadora de la organización Health Justice Initiative, elogió a estos científicos: “Creo que se debe valorar el modo en que trabajaron, sin generar un manto de secretismo en torno a esta variante en particular”.

Sin embargo, en lugar de ser reconocidas, las naciones del sur de África están siendo aisladas. Estados Unidos implementó rápidamente una prohibición de viajes que restringe el ingreso de personas de ocho países del sur de África. Brasil, Canadá, la Unión Europea, Irán y el Reino Unido siguieron su ejemplo.

“Se impuso una prohibición de viajes desigual para muchos países del sur de África”, señaló Fatima Hassan. “En realidad, es bastante racista”.

En respuesta a las prohibiciones, el presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa expresó: “La aparición de la variante ómicron debería ser un llamado de atención para que el mundo deje de permitir la desigualdad en el acceso a las vacunas. Hasta que no estemos todos vacunados, todos seguiremos estando en riesgo. En lugar de prohibir los viajes, los países ricos del mundo deben apoyar las iniciativas planteadas por los países en vías de desarrollo para obtener y fabricar la cantidad necesaria de dosis para vacunar a su población sin demora”.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, calificó las prohibiciones de viajar como un “apartheid de viajes”, que solo sirve para exacerbar la creciente división mundial ocasionada por el apartheid de las vacunas. En un artículo de opinión publicado recientemente, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, calificó el acaparamiento de dosis de vacunas por parte de países ricos, cuyas poblaciones están altamente vacunadas e incluso tienen dosis de refuerzo, como una “locura epidemiológica y moralmente repugnante”.

Sería más fácil vacunar al mundo que intentar vanamente impedir que las variantes de COVID-19 crucen fronteras. Ómicron es un ejemplo de ello; como detalló el periódico The New York Times esta semana, la variante ya estaba presente en Holanda antes de que se anunciara su existencia en África. Pasajeros de aviones procedentes de Sudáfrica llevaron la variante a Europa, donde las variopintas restricciones de viajes, que se contradicen de un país a otro, y los protocolos de cuarentena inadecuados hicieron que funcionarios holandeses obligaran a muchos viajeros potencialmente positivos de ómicron a partir hacia sus destinos finales, lo que aceleró la propagación de la nueva variante.

Las empresas farmacéuticas que se están beneficiando económicamente de la pandemia están ralentizando la vacunación en los países de ingresos medios y pobres. Con las patentes de las vacunas, empresas como Pfizer, BioNTech y Moderna están utilizando los derechos de propiedad intelectual para evitar compartir sus fórmulas secretas de vacunas.

El profesor de periodismo Steven Thrasher ve un paralelo entre el modo en que las grandes farmacéuticas están actuando ahora con la COVID-19 y el modo en que los países del Sur Global, y principalmente del sur de África, han sido y continúan siendo afectados por el sida.

“Hoy en día no hay ninguna razón para que alguien pueda morir de sida. Es un virus que avanza lento y, por lo tanto, desde el momento en que sabemos que alguien se ha contagiado, podemos brindarle todo el apoyo que necesita. Tenemos la capacidad científica para ello. Tenemos los medicamentos para ello. [Si esto no sucede] es simplemente por una cuestión de proteger el capitalismo y las ganancias de las empresas farmacéuticas”, afirmó el profesor Thrasher en conversación con Democracy Now! Y agregó: “Ahora, nuevamente, estamos viendo dinámicas muy similares con la COVID-19. Tenemos las vacunas y tenemos medicamentos que son muy efectivos, y una vez más su distribución en el Sur Global está siendo restringida para proteger las ganancias de las empresas farmacéuticas”.

Hace más de un año, Sudáfrica e India propusieron que la Organización Mundial del Comercio emitiera una exención temporal al acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual, conocido en inglés como TRIPS, con el fin de acelerar la vacunación contra la COVID-19 a nivel mundial. En mayo pasado, el presidente Joe Biden fue aplaudido por apoyar tal exención. La semana pasada, Amnistía Internacional, junto con miembros del Congreso de Estados Unidos y muchas organizaciones sindicales, de salud y de la sociedad civil entregaron una petición a la Casa Blanca, firmada por más de tres millones de personas, donde señalan que “seis meses después, en ausencia del liderazgo de Estados Unidos para lograr un acuerdo de exención, la Unión Europea, en nombre de Alemania, junto con Suiza y el Reino Unido han bloqueado el progreso de las negociaciones”.

La gente está por encima del lucro. Ese debe ser el mantra que nos guíe ahora que estamos entrando en el tercer año de la pandemia de COVID-19. Si no se toman medidas urgentes, así como hoy aún seguimos luchando contra el sida, bien podríamos terminar lidiando con la COVID durante cuarenta años más.


© 2021 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2021/12/3/del_sida_al_omicron_el_apartheid

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ONU: El aliado del sida. El machismo tiende a aumentar el número de enfermos con el VIH

El machismo tiende a aumentar el número de enfermos con el VIH

La discriminación de género aumenta el riesgo de las mujeres ante el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, advirtieron expertos de la Organización de la ONU.

«Las mujeres están alcanzando y superando rápidamente la cantidad de hombres infectados» por el VIH, según Wariara Mbugua, del Grupo de Tema de Género del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP).
Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), destacó que las mujeres y las jóvenes son las más afectadas por la pandemia.

«Un elemento clave en la expansión de la pandemia de VIH/sida es el hecho de que las mujeres y las niñas no están en condiciones de exigir con éxito su protección (de la enfermedad) ante el poder masculino», dijo Bellamy.

Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), dijo que la violencia contra las mujeres está muy vinculada a la pandemia.

La violencia pone de manifiesto el riesgo que representan el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual cuando interfiere con la capacidad de la mujer para exigir el uso de condón en las relaciones sexuales.

En muchas sociedades, incluso plantear el tema del condón resulta complicado ya que estos suelen asociarse a la promiscuidad, la infidelidad y la prostitución.

Según cifras del FNUAP, la desigualdad de género con respecto a la tasa de infección es más pronunciada en los grupos más jóvenes, sobre todo entre los menores de 20 años.

Entre uno y dos tercios de las víctimas conocidas de ataques sexuales son menores de 15 años, según cifras de la Universidad Johns Hopkins. Estas mismas jóvenes y mujeres también son quienes cuidan de los seres amados que padecen el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Mbugua dijo que la pobreza y las crisis económicas representan una carga más para las mujeres y niñas que cumplen funciones vitales en sus familias y comunidades afectadas por la pandemia.

«El sida sigue siendo un tabú… en algunos países», dijo el embajador Richard Holbrooke, de Estados Unidos, en una reunión conjunta que el Consejo Económico y Social y el Consejo de Seguridad celebraron el lunes.

El silencio y la ignorancia con respecto del VIH/sida seguirán acelerando la propagación de la enfermedad a menos que se adopten estrategias para profundizar los programas de educación sobre la misma.

Yai Constance, de Costa de Marfil, habló de cómo progresó su país en elevar la conciencia del gobierno sobre los temas relacionados con la mujer.

Sida en números

En Costa Rica, de 1983 a 1999 se registraron 1.736 enfermos de sida, estas fueron sus vías de transmisión:

Homosexual 801

Heterosexual 384

Bisexual 287

Sin información 151

Hemofilia 45

Perinatal 29

Transfusión 20

Droga intravenosa 19

Fuente: Departamento de Control del Sida, Ministerio de Salud.

Fuente de publicación; https://www.nacion.com/archivo/el-aliado-del-sida/U3GNRVUNDVH3HPQGBR7QRYLTVQ/story/

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Escaso acceso a métodos anticonceptivos en Venezuela vulnera los derechos sexuales

Promover una educación sexual, más allá de conocer el aparato reproductor femenino y masculino, es parte de la deuda del Estado. La escasez y altos precios de métodos anticonceptivos inciden en el alto índice de embarazos adolescentes, así como infecciones de transmisión sexual.

Un estudio de la Asociación Civil Convite, en alianza con otras ONG, indica que en Venezuela existe 52 % de escasez de métodos anticonceptivos orales, con mayor afectación en Puerto Ordaz, San Carlos y el Área Metropolitana de Caracas. En cuanto al preservativo masculino, la escasez es de 22 %.

La abogada y defensora de derechos humanos, Eumelis Moya, destacó que la educación sexual va mucho más allá de conocer sobre el aparato reproductivo femenino y masculino. Y los derechos sexuales implican políticas públicas por parte del Estado, que garanticen el acceso a métodos de anticoncepción y educación sobre infecciones de transmisión sexual.

El problema de los métodos anticonceptivos no es solo de escasez. Un blíster de pastillas anticonceptivas cuesta entre 10 y 20 dólares, precios que no pueden cubrir mujeres de bajos o medianos recursos.

El estudio de Convite señaló que los casos más alarmantes de escasez se registraron en disponibilidad de: parches (90 %), aros vaginales (92 %), dispositivos intrauterinos (91 %) y anticonceptivos inyectables (90 %).

30 % de las mujeres consultadas hasta noviembre de 2020 manifestaron que no usan ningún método anticonceptivo. 21 % usa preservativos, 15,21 % opta por las pastillas, y 25 % de las que usa algún método dijo estar esterilizada.

Por otra parte, 23,47 % de las encuestadas dijo no tener ningún tipo de información sobre infecciones de transmisión sexual y cómo protegerse. 16,53 % tiene información, pero no se protege.

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, Venezuela tiene la tasa más alta de embarazos en adolescentes en toda la región de América. Uno de cada cuatro bebés nace de madres adolescentes. De hecho, hasta 2018 cuando se obtuvo información oficial, el municipio Caroní en el estado Bolívar lideró el índice de embarazo precoz en el país.

Escaso acceso a métodos anticonceptivos en Venezuela vulnera los derechos sexuales
Puerto Ordaz es una de las ciudades afectadas por la escasez de métodos anticonceptivos. Fuente: Convite
Corresponsabilidad social

Para Moya, «el problema con los derechos sexuales de las personas es mucho más complejo e implica un tema de responsabilidad, tanto de las personas como del Estado. Hay un tema de corresponsabilidad social que empieza y parte de la educación. La única manera de que los derechos sexuales puedan ser exigidos es que las personas conozcan que hay derechos sexuales y cuáles son».

Aclaró que los derechos sexuales van mucho más allá del tema de las relaciones.

Ciertamente, el Estado ha gestado algunas políticas, como las jornadas de esterilización, colocación del dispositivo intrauterino o inyección. Sin embargo, me detendría a preguntar si la persona conoce cuáles son las diferencias, los beneficios y las consecuencias de utilizar un método y otro. Eso es educación en materia sexual, y es derecho sexual», puntualizó.

Escaso acceso a métodos anticonceptivos en Venezuela vulnera los derechos sexuales
Venezuela tienen uno de los mayores índices de embarazos precoz. Fuente: Convite
Prevención de enfermedades

Moya considera también que el tema de la educación sexual debe ir más allá de los dogmas, porque cada corriente tendrá una visión distinta según sus creencias. Asimismo, uno de los escollos a superar es que repose en la mujer la responsabilidad de prevenir un embarazo.

«Cuando tú reposas en ella esa responsabilidad, lo circunscribes a eso y nos obviamos la parte de que el condón no es solamente para prevenir embarazos, es para prevenir enfermedades. Puedo estar tomando pastillas anticonceptivas y no salgo embarazada, pero me puedo contagiar de VIH, de papiloma. Y es que la gente no sabe, hay una distorsión, y los hombres se ofenden cuando la mujer adquiere el VPH porque es clínica manifiesta en las mujeres mas no en el hombre, pero el portador es el hombre».

Hay tanto hombres como mujeres que desconocen que los síntomas de infecciones como el virus de papiloma humano pueden ser una manifestación final. En cambio, estando asintomática puede contagiar a otra persona. Lo mismo ocurre con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el sida.

«Los derechos sexuales de las personas no deberían verse como una cosa de métodos y prevención. El Estado tiene que gestar desde las escuelas, las familias, un tema de formación en educación sexual. No es solo el aparato reproductor, es generar material informativo, entendible y comprensible para todos los niveles, desde el que más ha estudiado como el que menos ha estudiado», reiteró Moya.

A su vez, considera importante gestar un tema cultural y endosar al hombre un poco más de responsabilidad en la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual.

Ausencia de jornadas anticonceptivas

La legalización del aborto en Argentina encendió aún más el debate de quienes están a favor y en contra de la interrupción de un embarazo. Sin embargo, las discusiones poco se centran en exigir al Estado garantías de acceso a los métodos anticonceptivos, así como una educación sexual de calidad.

En Ciudad Guayana, por ejemplo, la última vez que se promovieron jornadas de métodos anticonceptivos de esterilización fue en 2019. Ese año se hicieron dos fases, una en julio y otra en septiembre.

Se basó en la aplicación de anticonceptivos inyectables, para mujeres que presentaran prueba de embarazo negativa o estuvieran en su período de menstruación. Este método solo brinda protección de uno a tres meses, según la marca del inyectable.

Sobre un plan de esterilización, el último en Ciudad Guayana fue en agosto de 2018, como parte del programa Mujer, Vida y Futuro.

Fuente: https://cronica.uno/escaso-acceso-a-metodos-anticonceptivos-en-venezuela-vulnera-los-derechos-sexuales/

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Las epidemias han sido una constante en la historia

Las epidemias han sido una constante en la historia

El ADN de unos restos humanos del Neolítico indica que ya sufrieron la peste bubónica hace 5.000 años

La pandemia de la Covid-19 nos ha sorprendido y ha puesto de manifiesto las debilidades del progreso científico y material de la humanidad. Pero la expansión de un virus por todo el planeta no es nada nuevo ni nada que no pudiera preverse. Algunos epidemiólogos lo habían advertido. Y los historiadores han estudiado episodios similares desde tiempos remotos e incluso mucho más letales.

Las enfermedades como una constancia histórica queda perfectamente reflejada en la pequeña exposición instalada dentro de la permanente del Museu d’Història de Cat alunya (MHC). Comisariada por el historiador Lluís Marí i Sala, la exposición explica, a través de 16 plafones colocados en las salas de distintos periodos históricos, el impacto de las grandes enfermedades infecciosas, con especial atención a Catalunya. Y cada jueves hasta diciembre se organizan visitas guiadas para grupos de diez personas.

Los epidemiólogos ya habían advertido del peligro de una pandemia también en el siglo XXI

Hasta el siglo XVIII existía la creencia que las epidemias eran un castigo de los dioses o que eran fruto de las conjunciones de los astros o de determinados fenómenos atmosféricos. Pero la ciencia puso fin a estas supersticiones. “Lo que hemos aprendido de la gripe de 1918 –escribía el microbiólogo José María Eiros Bouza– es que necesitamos una vigilancia pandémica continua, líneas de investigación continuamente activas y una planificación para el momento en que surja un virus pandémico, que surgirá más tarde o más temprano”. Lo publicó el 30 de octubre del 2018, como se expone en el primer plafón de esta exposición del MHC, pero como otras advertencias quedó en el olvido.

Y eso que recientemente se ha sabido que incluso en las sociedades neolíticas, con muchas menos movilidad y más vida al aire libre, ya existió una peste bubónica de terribles efectos. Gracias a un estudio del ADN dental en restos humanos enterrados en Suecia, de una antigüedad de unos 5.000 años, se ha sabido que murieron como consecuencia de la Yersinia pestis . Y probablemente fue el inicio de la decadencia de la cultura neolítica, según explica el historiador Lluís Marí.

El primer texto conocido sobre una epidemia es de Tucídides sobre la ‘plaga de Atenas’

El segundo caso que relata la exposición es la conocida como plaga de Atenas, entre el 430 y el 426 aC, la primera epidemia de la que se conoce un texto escrito debido a Tucídides. No se sabe cual fue el agente patógeno que la provocó pero si que en solo dos años provocó la muerte del 40% de la población de Atenas, muy castigada también por el hambre y las guerras con Esparta. Y la descripción de Tucídides sobre la repentina fiebre, la voz ronca, los estornudos y el mal aliento tiene algo y mucho de actualidad.

Con el imperio romano se producen también no menos de dos graves brotes epidémicos. La llamada Peste Antonina, seguramente a causa de la varicela, habría provocado entre 5 y 10 millones de muertos entre los años 165 y 180 dC. Y posteriormente, ya en el siglo III, la peste de Cebrián, de origen no aclarado, provocó también entre 3 y 5 millones de muertos y significó el inicio de la decadencia del imperio. Tito Livio señaló que fue mayor el impacto económico que el sanitario, porqué no fue una peste tan mortífera, pero la gente se encerró en sus casas, se dejaron de cultivar muchos campos y faltaron alimentos.

La primera gran pandemia de la historia apareció en Constantinopla en el año 542. Conocida como la peste de Justiniano, primero afectó a Bizancio pero luego se extendió por Europa, Asia y África. Provocó entre 25 y 50 millones de muertos en dos siglos, lo que equivalía al 15 o 30% de la población mundial. Y los análisis de ADN han certificado que se trataba de peste bubónica. Fue también el detonante de la caída del imperio bizantino. Y tuvo efectos que perduraron en el tiempo. Sin olvidar que otras enfermedades com el sarampión, la viruela o la lepra eran también plagas endémicas que azotaban a la población de forma constante.

Las mejoras en la agricultura, la aparición del arado normando, las nuevas técnicas de barbecho, dieron lugar a un aumento de la productividad y a un crecimiento demográfico intenso entre los siglos XI y XIII. Y como si se tratase de una trampa fue también la espoleta para la segunda gran pandemia: la peste bubónica que aparece en 1346. Parece que la enfermedad se extiende desde Crimea hasta los puertos del mediterráneo como Venecia, Mesina, Génova y Barcelona, traslada da por las ratas que iban en los barcos, y posteriormente se extiende ya por vías terrestres. No existían los desplazamientos aéreos que en el siglo XXI han sido el foco principal de la extensión. Las bajas temperaturas de esos años redujeron también las cosechas y provocaron hambre entre la población. Quizás por eso los efectos fueron más dramáticos. Murieron unos 48 millones de personas, solo en Europa, el 60% de su población.

En Catalunya, apareció a finales de 1347 y acabó con dos tercios de la población. Los brotes de peste se repitieron durante los siglos XV y XVI con menor intensidad. El último, en 1589, en Barcelona provocó 11.000 muertos. Esta crisis sanitaria coincidió además con un periodo en el que se repitieron varios terremotos, lo que contribuyó a la sensación de inseguridad. En la exposición se reproduce una hoja de pergamino que se encontró enganchada en la tapa de una manuscrito de la Biblioteca de Montserrat que describe como uno de estos seísmos provocó la caída de varios edificios y del rosetón de la iglesia de Santa Maria del Mar de Barcelona, lo que provocó la muerte de 42 personas.

Todas esas circunstancias explican que Catalunya pasase de los 500.000 habitantes del primer tercio del siglo XV a 225.000 a principios del XVI. Sin embargo, esa caída demográfica sería compensada pronto por la llegada de numerosos contingentes de inmigrantes franceses.

El siglo XVII dio paso a grandes descubrimientos científicos pero tampoco frenó la peste. En Sevilla, en 1649, mató a 60.000 personas (el 46% de la población). Un texto del historiador Diego de Ortiz indica que de los 26.000 enfermos que entraron en el Hospital de la Sangre solo salieron con vida unos 3.000. En Londres, en 1665, fallecieron 100.000 personas, y en Viena, en 1679, otras 76.000.

Poco a poco, las mejoras higiénicas y sanitarias, la introducción de productos agrícolas de América y avances médicos como la vacuna contra la viruela (1796) facilitaron un crecimiento demográfico. Y la peste bubónica se extinguió en Europa, siendo el último brote el de 1720 en Marsella.

El siglo XIX, aún siendo más tranquilo, tuvo episodios esporádicos complicados. En 1812 la fiebre amarilla atacó a Barcelona (18.000 muertos en solo seis meses) y algunas poblaciones del Baix Ebre. Y entre 1834 y 1835 fue el cólera el que provocó en España otros 776.000 muertos.

En 1918 llegó la tercera gran pandemia, la mal llamada gripe española(puesto que se sabe que arranca de los soldados norteamericanos desplazados a Europa). Aún hoy es imposible determinar el número de muertos y las cifras oscilan entre los 50 y los 100 millones.

La exposición del MHC de Catalunya recoge una crónica de La Vanguardia del 8 de octubre de 1918 donde cuenta la llegada al puerto de Barcelona de un barco con 900 personas que habían acudido a Francia a la vendimia.
“Todos ellos, a pesar de que llevaban la patente de sanidad limpia –es decir, algo así como los PCR actuales– fueron inspeccionados detenidamente a su llegada por los funcionarios del servicio sanitario”.

El sida sería la cuarta gran pandemia con 30 millones de muertes desde 1981

Ha sido especialmente tras el final de la II Guerra Mundial cuando se ha producido un espectacular crecimiento en el mundo que nos ha llevado hasta los 7.800 millones de habitantes (eran 1.500 en el año 1900). Se han descubierto vacunas contra el sarampión, la poliomelitis o los catarros. También es cierto que aún no hay un remedio eficaz contra el ébola o contra el sida (que desde 1981 ha provocado 30 millones de muertes). Y no se puede olvidar que la gripe causa cada año otras 650.000 muertes.

El comisario de esta muestra Lluís Marí reconoce que en algún momento ha tenido la sensación de que se trataba de un relato excesivamente crudo y dramático. Pero también lamenta que las voces que nos alertaban de esos peligros no fuesen escuchadas. Por eso, la exposición termina con una frase premonitoria de Albert Camus en su novela La peste: “Quizás llegará un día que, para desgracia y aleccionamiento de los hombres, la peste despertará sus ratas y las enviará a morir a una ciudad feliz”.

Fuente de la Información: https://www.lavanguardia.com/cultura/20201025/484281406713/pandemias-covid-museu-historia-catalunya-lluis-mari-gripe-espanola.html

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Las buenas prácticas ante las tres pandemias más mortales del mundo salvan 38 millones de vidas

Reseñas/17 septiembre 2o2o/Autora: Lola Hierro/elpais.com

Juntas matan a más de tres millones de personas cada año, pero los resultados publicados por el Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis revelan el progreso de las últimas décadas. Todo está ahora amenazado por la covid-19

Si se quiere, se puede. Este es el mensaje que lanzan los resultados publicados hoy por el Fondo Mundial (The Global Fund) contra la malaria, la tuberculosis y el sida. Desde el inicio de su actividad en 2002 hasta 2019 se salvaron 38 millones de vidas en la lucha contra estas tres grandes pandemias, que juntas matan anualmente a casi tres millones de personas. Es un mensaje positivo y esperanzador que llega en un momento en el que el impacto de la covid-19 en la sociedad, la economía y, muy específicamente, en los sistemas sanitarios, está haciendo temer que se pierdan décadas de progreso en la lucha contra estas enfermedades, entre otros muchos problemas a los que el mundo se enfrenta.

Esta nueva revisión «muestra todo el camino recorrido y lo que podemos lograr», opina en una conversación telefónica Francoise Vanni, directora de relaciones externas del Fondo Mundial, sobre lo que considera unos datos «extraordinarios» por la cantidad de vidas salvadas. «Muestra lo que se puede hacer cuando se trabaja de manera colectiva, coordinada y conla participación de las comunidades; y por otro lado dice que necesitamos movilizarnos ya si no queremos perder todo ese progreso en una cuestión de meses», advierte.

El Fondo Mundial es la herramienta de las Naciones Unidas para acabar con el sida, la tuberculosis y la malaria como tarde en 2030, en cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en 2015 y adoptados por casi la totalidad de países del mundo. Está formado por organismos públicos, entidades privadas y Estados; entre ellos, España, que hace ahora un año regresó a su seno después de ocho años de ausencia, aportación de cien millones de euros mediante. Este último informe recoge los logros en la lucha contra las tres enfermedades por separado y casos de éxito concretos que ponen de relieve cómo sí es posible acabar con ellas.

VIH en Esuatini: la escuela como arma de protección

Las huérfanas del sida Pumelele Ndlangamandla (10, derecha) y su hermana Nosipho Ndlangamandla (11) caminan a la escuela en Bhanganoma, en la zona rural de Esuatini. Las cuotas escolares para los huérfanos ahora las paga el Estado, financiado por varios donantes, incluido el Fondo Mundial. Su escuela les enseña tanto materias académicas como habilidades prácticas.
Las huérfanas del sida Pumelele Ndlangamandla (10, derecha) y su hermana Nosipho Ndlangamandla (11) caminan a la escuela en Bhanganoma, en la zona rural de Esuatini. Las cuotas escolares para los huérfanos ahora las paga el Estado, financiado por varios donantes, incluido el Fondo Mundial. Su escuela les enseña tanto materias académicas como habilidades prácticas. GIDEON MENDEL PARA THE GLOBAL FUND CORBIS A TRAVÉS DE GETTY IMAGES

El pasado mes de julio la ONU advirtió que se estaban ralentizando los progresos en la lucha contra el sida, pero no es menos cierto que los esfuerzos globales han logrado reducir la mortalidad por este virus y otras enfermedades relacionadas con él en un 61% desde el año 2000. «Hemos aprendido mucho por el camino, y cada vez más vemos que hay que focalizar esfuerzos, sobre todo, en prevención», subraya Vanni.

El ejemplo de buen hacer del que puede tomar nota el resto del mundo está en Esuatini, antes Suazilandia. Este país diminuto del sur de África, con apenas un millón de habitantes, arrastra una de las tasas de prevalencia de VIH más altas del mundo: un 27% de la población adulta. Y entre mujeres, aún más: un 63%. La buena noticia es que ha sido el primero, junto a Suiza, en alcanzar la meta 95-95-95 de la ONU diez años antes de lo previsto, es decir: el 95% de los afectados por el VIH conoce su estado serológico, el 95% de ellos está en tratamiento y el 95% no presenta carga viral en sangre o esta es indetectable.

La clave del éxito ha sido centrarse en la prevención de uno de los grupos más vulnerables al contagio: las adolescentes y mujeres jóvenes. Ellas, en particular en África subsahariana, tienen una probabilidad de contraer el VIH mucho mayor que sus pares hombres. «El año pasado estimamos que cada día se contagiaban mil mujeres», apunta Vanni. En Esuatini se pensó en cómo reducir la vulnerabilidad de este colectivo, y la respuesta fue desde un enfoque no solo sanitario, sino también educativo. Uno de estos programas se llama Girl Champ y se desarrolló para enseñar a las niñas y adolescentes cómo proteger su salud mediante la creación de espacios seguros y exclusivos para ellas, donde pueden charlar sobre cuestiones de salud vitales, incluida la prevención del VIH. «Hemos visto que, ayudando a las jóvenes a quedarse en la escuela a través de programas educativos y de incentivos económicos, se ha reducido su vulnerabilidad de manera muy exitosa. Lo de Estuatini es un ejemplo muy inspirador, pues se ve cómo a pesar de ser un país con una problemática extremadamente compleja, han podido cambiar la dinámica», celebra Vanni.

Tuberculosis en India: tecnología punta puerta a puerta

Con más de un millón y medio de muertes solo en 2018, la tuberculosis es la enfermedad que más mata, y uno de los principales frentes en la batalla contra esta enfermedad infecciosa es el infradiagnóstico: la inmensa cantidad de gente que vive con ella sin saberlo y que, además de que puedan morirse, también contagian a su alrededor. Pues bien, entre 2014 y 2018 (último año del que se tienen datos) la brecha entre la incidencia que se estima real y los diagnósticos se redujo de un 49% a un 33%, y muy especialmente en algunos de los países donde es más endémica. En esta categoría, India se lleva la palma. «Estamos muy orgullosos del ejemplo de India, porque tienen una carga enorme de tuberculosis en volumen y en proporción hasta el punto de que si no logramos acabar con la enfermedad en este país, no lo lograremos a nivel mundial», avisa Vanni.

Con ayuda de la Organización Mundial de la Salud y del consorcio mundial contra la tuberculosis Stop TB, se puso en marcha un programa para acelerar la detección de aquellos casos no identificados, y el resultado es que en 2018 se encontraron 344.000 más que durante el año anterior. Este logro se ha alcanzado mediante la participación de todos los actores —Gobierno, socios a nivel nacional, sector privado, sociedad civil, OMS, Stop TB…— y también mediante el buen uso de la tecnología y las carreteras porque, como subraya Vanni, «hay que ir hacia los casos, no esperar a que los casos vayan a ti».

Así, una flota de furgonetas bien equipadas recorre las zonas rurales remotas y de difícil acceso de India para realizar pruebas diagnósticas pueblo a pueblo y puerta a puerta a cada vecino. La tecnología molecular empleada es más precisa y produce resultados más rápidos que los métodos tradicionales: se ha podido reducir el tiempo de espera de los resultados de ocho días a unas pocas horas y de esta manera, en cuanto se identifica a un paciente se le puede atender inmediatamente.

Malaria en Myanmar: desplegando la red de redes

En la lucha contra la malaria, el número de muertes en el mundo continúa disminuyendo, pero esta caída de la mortalidad y también la rapidez en la reducción del número de casos se ha ralentizado «notablemente», alerta el Fondo Mundial. De hecho, la OMS advirtió recientemente que las muertes se pueden multiplicar e, incluso, doblar con respecto al año anterior por los efectos de la covid-19.

Naw Htay Htay Myint, trabajadora sanitaria de su comunidad, supervisa y registra a un voluntario para trabajar en la campaña contra la malaria en la aldea de Xwe Lay, estado de Kayin, Myanmar.
Naw Htay Htay Myint, trabajadora sanitaria de su comunidad, supervisa y registra a un voluntario para trabajar en la campaña contra la malaria en la aldea de Xwe Lay, estado de Kayin, Myanmar. QUINN MATTINGLY FONDO MUNDIAL

En la otra cara de esta moneda está Myanmar. Hace una década, un millón de personas cada año se contagiaba por la picadura de algún mosquito del género Anopheles y más de 300.000 morían. Hoy, esa cifra se ha reducido a 108.000 infecciones anuales y 170 muertes. La clave está en el reparto masivo de mosquiteras, otra vez casa por casa, familia por familia. Es una iniciativa que se realiza desde hace años en los países endémicos pero que aquí, en este Estado del sureste asiático, ha tenido especial éxito gracias al despliegue de 17.000 voluntarios sanitarios que fueron capacitados y dotados con herramientas para proteger a sus comunidades. Entre estas, pruebas rápidas de malaria y recursos para poder enviar los casos más graves al hospital. Estos voluntarios fueron capaces de llegar a los lugares de más difícil acceso de todo el país y suministraron a sus vecinos mucha información vital y hasta seis millones de mosquiteras tratadas con insecticidas de larga duración.

El impacto de la covid-19

«Las buenas prácticas con las tres enfermedades tienen que seguir, pero además hay que atender la crisis de la covid-19», alerta Francoise Vanni. Desde el estallido de la pandemia se han sucedido los llamamientos internacionales alertando de un retroceso en el progreso conseguido. Las restricciones al movimiento, tanto de personas como de transportes, y el cierre de los colegios están impactando directamente en la labor de quienes persiguen acabar con estas dolencias. En abril, durante el pico mundial de confinamientos, 1.600 millones de estudiantes en todo el mundo no podían acudir a sus escuelas porque estaban clausuradas. Y esto afecta directamente a las labores de prevención y sensibilización que con tanto éxito se han llevado a cabo en lugares como Esuatini.

En el caso de la malaria y la tuberculosis, es fundamental que los trabajadores sanitarios comunitarios puedan seguir yendo puerta por puerta con información, pruebas diagnósticas, mosquiteras y medicamentos. Vanni resalta que la protección de estos trabajadores de la salud es indispensable para mantener los programas. «Si no tienen protección adecuada, pues o no van a querer ir o van a enfermar si van; ahí es donde se tiene que actuar inmediatamente», indica la portavoz del Fondo Mundial. «Si el personal sanitario enferma y se muere, se desploma totalmente el sistema, así que estamos insistiendo mucho en que no todo es tecnología al final; es tener a hombres y mujeres que presten estos servicios de prevención de salud».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/13/planeta_futuro/1599983668_229131.html

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El Día de la Cero Discriminación llama a empoderar a mujeres y niñas

ONUNOTICIAS

En muchos países siguen en vigor las leyes que discriminan a las mujeres y a las niñas. Este año, la jornada contra la discriminación está dedicada a llamar a la acción para promover la igualdad de género y empoderar a esos colectivos en toda su diversidad.

En 2020, el Programa de las Naciones Unidas contra el VIH-SIDA (ONUSIDA) aboca el Día de la Cero Discriminación, celebrado cada 1 de marzo, a concienciar y promover la igualdad y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.

ONUSIDA destacó que si bien algunos países registran avances considerables hacia la igualdad de género, las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación en todo el mundo.

Actualmente están vigentes muchas leyes que las excluyen, mientras que la legislación para reconocer sus derechos y protegerlas del daño y el tratamiento desigual está lejos de convertirse en norma.

Factores de discriminación

La discriminación que enfrentan las mujeres y las niñas se basa en numerosos factores, entre los que destacan los ingresos, la etnia, la raza, la discapacidad, la orientación sexual y la identidad de género.

ONUSIDA señaló que las violaciones de los derechos humanos afectan desproporcionadamente a las mujeres y las niñas y afirmó que la desigualdad de género mina la salud y el bienestar de las sociedades en su conjunto y no sólo de las afectadas.

Este año, en el Día de la Cero Discriminación nos planteamos el reto de poner fin a un flagelo afrontado por las mujeres y las niñas en toda su diversidad.

El Programa de la ONU indicó que la desigualdad de género, la violencia, la pobreza y la inseguridad continúan incrementando el riesgo de contraer el VIH entre las mujeres y las niñas, sobre todo entre aquellas pertenecientes a comunidades marginadas y excluidas.

Agregó que un gran porcentaje de países de todas las regiones limitan el acceso de los adolescentes a las pruebas y al tratamiento para el VIH.

“Este tipo de leyes y políticas podría igualmente complicar u obstaculizar el acceso de las adolescentes a la profilaxis previa a la exposición, la cual es una herramienta de prevención muy efectiva”, puntualizó.

Algunos números

Las cifras de ONUSIDA revelan que cada semana 6000 mujeres adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años contraen el VIH, es decir 860 diarias.

Los números también muestran que las adolescentes y jóvenes constituían el 60% de las 510.000 nuevas infecciones del VIH de ese grupo de edad en 2018.

En 2018, unos 18,8 millones de mujeres de 15 años en adelante eran seropositivas, lo que representa el 52% de todas las personas mayores de 15 años portadoras del VIH en el mundo.

Una encuesta de 2019 de ONUSIDA en 142 países dejó ver que en 105 de esas naciones, los adolescentes de menos de 18 años necesitaban un consentimiento parental explícito para realizarse una prueba del VIH.

En 86 países los menores de 18 años también necesitaban el consentimiento para acceder al cuidado y el tratamiento para el VIH.

Medidas necesarias

Para revertir este escenario y avanzar hacia la cero discriminación de las mujeres y las niñas, ONUSIDA pide garantizar la participación igualitaria en la esfera política y a respetar y garantizar los derechos humanos y las leyes que velan por su cumplimiento.

También considera indispensable asegurar la justicia económica y acabar con la violencia de género, así como proporcionar atención sanitaria libre de estigmas y barreras.

ONUSIDA aboga, además por brindar una educación primaria y secundaria gratuita y de calidad para todos, que no excluya a las niñas ni adolescentes, y luchar por la justicia climática para evitar más crisis migratorias que colocan a las mujeres y las niñas en un alto grado de vulnerabilidad.

https://news.un.org/es/story/2020/03/1470401

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Día Mundial del Sida: “El fin del VIH empezará cuando acabemos con la serofobia”

Por: Tercera Información

La coordinadora estatal del VIH y sida ha publicado un manifiesto, con motivo del día mundial contra el sida, en el que destaca que los prejuicios son una barrera para dar una respuesta efectiva al VIH.

Entre 140.000 y 170.000 personas viven en España infectadas por el VIH, de las que aproximadamente una de cada cinco (18 %) no está diagnosticada. Desde que comenzó la epidemia del sida se han notificado un total de 87.369 casos.

Según el manifiesto publicado por la coordinadora estatal del VIH y sida (CESIDA), el estigma asociado al VIH es una de las causas del diagnóstico tardío y provoca soledad, baja autoestima y depresión. También apuntan que las mujeres con VIH sufren mayor estigma debido a su estado serológico y se diagnostican más tarde que los hombres.

Entre los nuevos diagnósticos en mujeres más de la mitad se dan en mujeres inmigrantes

El miedo a la discriminación es la mayor barrera para conseguir un diagnóstico temprano. El informe epidemiológico publicado ayer por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social muestra que el 47,6% de las personas tuvo un diagnóstico tardío, lo que eleva el riesgo de transmisión del VIH e implica un mayor riesgo para la salud de la persona.

La tasa de diagnóstico tardío en España sigue sin descender, así como tampoco desciende el número de nuevos diagnósticos que alcanzará las casi 4.000 nuevas infecciones, tras el retraso de la notificación”, explica Ramón Espacio, presidente de CESIDA. “Tenemos claro que mejorar las estrategias de cribado es una de las acciones clave, para lo cual hay que contar con los centros comunitarios y organizaciones sociales, que tienen la experiencia y el conocimiento para asesorar sobre salud sexual”.

Otra estrategia que se ha demostrado muy efectiva es el uso de la PrEP (profilaxis pre-exposición), que desde el 1 de noviembre esta autorizado su uso en hospitales, centros de ITS (infecciones de transmisión sexual) y algunos centros comunitarios especializados. “Ahora el reto es trasladar la PrEP a las distintas comunidades autónomas con sus distintas realidades y haciéndola cómoda y accesible para las personas candidatas, para que esta medida tenga un impacto positivo en la salud pública.”, reclama Espacio.

Contigo, sin serofobia

En 2018 se aprobó el “Pacto social para la no discriminación asociada al VIH”, presentado por María Luisa Carcedo, ministra de Sanidad, y Grande-Marlaska, ministro de Interior, y con Julia del Amo, directora del Plan Nacional sobre el Sida. Este documento ha servido de empuje para muchos cambios legislativos, entre otros se ha iniciado un proceso para eliminar la exclusión de las personas con VIH a ciertos puestos de función pública, que se espera que termine en 2020. Además, esta semana el Consejo Interterritorial de Sanidad y Servicios sociales ha acordado iniciar medidas en las CCAA para emitir instrucciones que eviten la discriminación en el acceso a centros residenciales de personas con VIH, al existir residencias, tanto públicas como privadas, que impiden el acceso a personas seropositivas.

“Para terminar con el VIH necesitamos acabar con la SEROFOBIA, que es el prejuicio, miedo, rechazo y discriminación hacia las personas seropositivas”, denuncia el presidente de CESIDA, “Las consecuencias del estigma son graves, por un lado, hay miedo a hacerse la prueba del VIH, las personas desconocen su estado serológico. Por otro, se genera aislamiento social, soledad, baja autoestima, crisis de identidad o depresión en aquellas personas diagnosticadas con el VIH”.

Según CESIDA, la serofobia lastra la respuesta ante el VIH y está interseccionada con otros prejuicios asociados al género, la pobreza, la orientación sexual e identidad de género, el origen racial o étnico, la edad o a la sexualidad. “Este año queremos poner especial énfasis en las minorías más invisibilizadas del VIH y en todas esas personas, especialmente mujeres, quienes están más expuestas, debido a la desigualdad de género, a sufrir doble o triple estigma: por ser mujer y tener VIH o ser transexual o migrante o tener problemas de salud mental”, reclama Espacio. En algunas regiones, las mujeres que son víctimas de la violencia tienen un 50% más de probabilidades de contraer la infección por el VIH, como señala ONUSIDA.

La transmisión del VIH por vía sexual en relaciones heterosexuales constituye el 85% de los nuevos diagnósticos. Además, las mujeres se diagnostican a una edad mayor y en una situación inmunológica peor que los hombres. Entre los nuevos diagnósticos de VIH en las mujeres, más de la mitad son mujeres inmigrantes. “Por ello, reivindicamos una sanidad universal y gratuita que favorezca la atención a las personas migrantes, que aún hoy tienen dificultades en algunas Comunidades Autónomas para el acceso al sistema sanitario público”, concluye CESIDA.

Con información de CEDISA​

 Manifiesto Día Mundial del Sida

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2019/12/01/dia-mundial-del-sida-el-fin-del-vih-empezara-cuando-acabemos-con-la-serofobia

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