The PISA “shock” in the Basque Country: Contingent factors or structural change?

Lucas Gortazar

En este artículo exploro las razones por las cuales el País Vasco experimentó un gran revés en los resultados de la prueba PISA de 2015.

El sistema educativo vasco había tenido un desempeño alto en el pasado, tanto en evaluaciones nacionales como internacionales, así como en términos de acceso en la educación superior (comparable a la de los sistemas educativos del norte de Europa). Por lo tanto, entender esta caída es una cuestión clave desde un punto de vista de las políticas educativas, más aún cuando ese mismo año los resultados de PISA estuvieron acompañados por disminuciones en las evaluaciones diagnóstico implementadas por las autoridades vascas.

En particular, exploro las razones del declive analizando los factores socioeconómicos (dado el impacto de la Gran Recesión en la región), junto con los factores clave del sistema educativo vasco. Presto especial atención a factores que pueden estar relacionados con la naturaleza misma del sistema, como su modelo lingüístico, la coexistencia de servicios educativos públicos y privados o las altas tasas de repetición experimentadas por la región en comparación con la OCDE y la UE. Utilizo técnicas de descomposición derivadas de la literatura de la economía laboral para comprender los cambios promedio en el rendimiento entre 2015 con respecto a ediciones anteriores (2009 y 2012), así como los cambios en la distribución de resultados.

Los resultados solo permiten identificar parte de este declive por factores observables, donde el porcentaje explicado varía según el año de referencia y el dominio de la prueba. Hay tres factores principales que son responsables de esta caída explicada. En primer lugar, el aumento en las tasas de repetición en 2015 (tanto entre repetidores de un curso como repetidores de dos cursos) está asociado a una disminución en el rendimiento, y no es sorprendente dado la evidencia disponible sobre la repetición y su impacto negativo sobre el aprendizaje (Hattie, 2008). En segundo lugar, el lenguaje de prueba es importante para el rendimiento: el País Vasco es una comunidad bilingüe, donde el castellano es el idioma de uso en el hogar para la mayoría de los estudiantes, pero el euskera es el idioma principal de instrucción en la mayoría de los centros educativos. En relación con 2012, en 2015 una mayor proporción de estudiantes realizó la prueba PISA en un idioma diferente al idioma en el hogar. En particular, el cambio en 2015 tuvo que ver con que más estudiantes que hablan castellano en el hogar que están matriculados en el modelo de inmersión de euskera (Modelo D) y que en 2015 tomaron la prueba en euskera: esto lleva a que los estudiantes sean ligeramente penalizados en términos del aprendizaje medido por la prueba. Finalmente, un tercer factor está relacionado con la percepción del director del centro sobre el comportamiento del alumno en la escuela: entre 2009 y 2015 esta percepción se ha deteriorado, lo cuál que está relacionado con parte del declive observado. Finalmente, la crisis económica no está asociada a la caída de los resultados de PISA, como cabría esperar dado el deterioro de las condiciones económicas y sociales en muchos hogares.

Este artículo aporta evidencia clave sobre una pregunta importante de política educativa para el sistema educativo vasco. Lo hace siguiendo la literatura sobre métodos de descomposición de los resultados educativos para comparar las diferencias de aprendizaje entre y dentro de los países. La multiplicidad de factores detrás de los resultados y el hecho de que gran parte de la disminución permanece sin explicación requiere que los resultados sean tomados con cautela. Más aún cuando PISA es una prueba de tipo low-stakes, en la que el esfuerzo del alumno varía considerablemente y no está necesariamente relacionado con factores del sistema educativo, sino más bien con factores culturales (Zamarro et al. (2016)).

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Fuente: https://iseak.eu/documentos/the-pisa-shock-in-the-basque-country-contingent-factors-or-structural-change/

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Una huelga de ocho días traslada a las aulas el conflicto que vive la escuela concertada vasca

Europa/ España/ 15.01.2019/ Fuente: elpais.com.

Ocho días de huelga convocados a partir de este miércoles en los centros concertados religiosos del País Vasco tienen en jaque a 120.000 alumnos de 215 colegios, la mayoría religiosos, y a sus familias. Las aulas volverán a sufrir las consecuencias de un conflicto laboral que protagonizan la patronal educativa y la representación sindical de los 9.000 docentes que siguen con los salarios congelados desde hace 10 años. El Gobierno vasco, que financia con fondos públicos a la escuela concertada, se ha mantenido al margen de esta crisis al considerar que el desacuerdo es de índole exclusivamente laboral.

Los paros lectivos entre los días 16 y 25 de abril se suman a otros cuatro días sin clase en noviembre pasado, y otros dos durante el curso anterior. «La situación es muy grave. Entendemos las reivindicaciones de los profesores, tienen todo el derecho a hacer huelga, pero los que van a pagar este follón son los estudiantes. Los tienen como rehenes, cuando no tienen ninguna culpa», afirma Miriam González, presidenta de la Federación Católica de Padres de Alumnos de Bizkaia (Fecapp).

Todos los sindicatos que representan a los trabajadores (el mayoritario ELA, Steilas, CC OO, LAB y UGT) vienen exigiendo a las patronales Kristau Eskola y Aice-Izei una mejora de sus condiciones de trabajo: avanzar en la recuperación del poder adquisitivo perdido, que cifran en un 12,6% desde 2009, rebajar las cargas de trabajo del personal docente y administrativo, además de equiparar las diferencias salariales que se dan entre el profesorado que imparte la ESO. También reclaman un acuerdo para recolocar al personal afectado por el previsible cierre de aulas a causa del descenso de la natalidad, así como mejorar las condiciones de «colectivos especialmente precarizados», como los profesores de educación infantil y los especializados en apoyo educativo.

Las demandas sindicales para los profesores no han sido atendidas por los centros. La patronal se escuda, a su vez, en que también atraviesa dificultades económicas por la financiación que tiene concertada con el Gobierno. Mikel Ormazabal, director general de Kristau Eskola, afirma que la red concertada de iniciativa social «también ha sufrido pérdida de poder adquisitivo durante estos años a causa de los recortes en Educación». Aunque precisa que «a esta situación crítica se ha llegado por la falta de voluntad negociadora de los sindicato». «Hemos aceptado muchos de sus planteamientos, pero ellos se mantienen en posiciones maximalistas que, si se aceptan, pondrían en peligro la viabilidad económico-financiera de muchos centros», asegura a este diario.

Los profesores de la concertada vasca mantienen los mismos sueldos que en 2009. Los maestros de educación infantil y primaria cobran un salario bruto base de 2.223 euros al mes. En secundaria, los docentes que imparten el primer ciclo (primero y segundo de la ESO) perciben 2.359 euros, mientras que en segundo ciclo, con la misma titulación y trabajo, ganan 2.584 euros mensuales. Esta cantidad es la misma para los profesores de bachillerato y FP. Los salarios en la red pública son algo superiores en todos los casos: 2.424 euros al mes hasta primaria y 2.805 euros en secundaria, bachillerato y FP, siempre según los datos aportados por los sindicatos.

Frente a las reivindicaciones sindicales, sostiene Miren Zubizarreta, de ELA, la patronal ha respondido con «una oferta insuficiente, muy alejada de las necesidades» del colectivo docente. «No nos dejan otra alternativa que seguir con las movilizaciones y las huelgas previstas», señala. En los paros celebrados en noviembre lograron un seguimiento del 65%, según el recuento de las centrales, un 32% en cifras de la patronal.

Los colegios religiosos, que representan cerca del 30% del sistema educativo vasco, no han atendido las exigencias de los profesores porque «se ataca la línea de flotación de los centros», afirma Ormazabal. El Gobierno vasco destinó en 2018 un total de 623,3 millones de euros para la red concertada, que también incluye a las ikastolas, y asignó 1.193,5 millones para la pública. El Ejecutivo autonómico aporta este curso 9.000 euros por alumno de la red pública y 5.000 euros de la concertada.

El Departamento de Educación asegura que el reparto de recursos públicos está regulado por la ley y no existe margen de maniobra para ampliar estas cifras. En este conflicto no ha tomado posición porque supondría «una intromisión sin justificación», en palabras del portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, y se ha limitado a pedir a las partes enfrentadas que hagan «un esfuerzo para sacar el conflicto de las aulas», indicó la consejera del ramo, Cristina Uriarte. La Administración se abre ahora, a una iniciativa del PP vasco, a aprobar «una actualización al alza» de los conciertos educativos que financian la red concertada.

Servicios mínimos

La convocatoria de huelga solo afecta a una parte de la red privada concertada, puesto que en el ámbito de las ikastolas, donde la central mayoritaria es LAB —afín a la izquierda abertzale—, ya se selló en diciembre pasado un acuerdo con unas «condiciones parecidas» a las que ahora se ofrecen a los centros religiosos. «La pelota está en el tejado de los sindicatos. ¿Por qué el acuerdo es posible con LAB en las ikastolas y no se consigue en nuestros centros con ELA?», se pregunta el representante de Kristau Eskola.

En medio de este enfrentamiento, el malestar crece entre las asociaciones de padres y madres. En algún caso, están barajando como «medida de presión» llevar a sus hijos a la escuela durante las jornadas de huelga, con la finalidad de «trasladar el problema de las casas a los colegios», explica Sonia Aldabe, del colegio Corazonistas de Rentería (Gipuzkoa): «Nosotros, las familias y los alumnos, no somos parte en este conflicto. Si llevamos a nuestros hijos al colegio, queremos obligar a los profesores a dar clase, porque no pueden estar ocho días en casa viendo la televisión», añade. Si salen adelante los ocho días de paro, los estudiantes de bachillerato perderían este curso 14 jornadas lectivas, casi el 10% del curso académico (152 días).

El Departamento de Trabajo del Gobierno vasco ha decidido esta tarde aumentar de forma notable los servicios mínimos durante la huelga y obliga a que haya presencia de profesores en las aulas por etapas educativas y la mitad del personal habitual en las de educación especial. Si en anteriores convocatorias decretó la necesidad de que acudieran dos personas por colegio, una de dirección y otra de personal administrativo, en esta ocasión establece que haya un profesor para educación infantil y otro para educación primaria, y un docente para el conjunto de ESO, bachiller y formación profesional. La medida ha sido calificada de «desproporcionada y abusiva», pues cuadruplica los servicios mínimos fijados hasta ahora.

Fuente de la noticia: https://elpais.com/sociedad/2019/01/15/actualidad/1547568482_078188.html

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Educación, bases para el acuerdo

Por José Manuel Bujanda

EL proceso para definir el Sistema Educativo abierto por el Departamento de Educación del Gobierno Vasco en septiembre del año pasado con el objetivo de alcanzar un Acuerdo por la Educación en Euskadi dio hace unos seis meses, concretamente el pasado 5 de febrero, un salto realmente importante y cualitativo. Ese día la consejera de Educación, Cristina Uriarte, presentó ante una treintena de agentes educativos el documento denominado Bases para el Acuerdo elaborado durante los últimos meses. En dicho documento se recogían aquellos aspectos que generaron consenso entre los integrantes. Este recorrido responde al calendario de acciones establecido en septiembre del año pasado cara a una futura Ley de Educación para el conjunto del Sistema Educativo Vasco.

Con este espíritu se conformaron en su día cinco grupos en función de los contenidos a tratar mediante un proceso participativo por personas conocedoras y cualificadas en cada una de las temáticas tratadas en profundidad;a saber, de una manera muy resumida y sucinta:

Convivencia: eje vertebrador de una escuela cohesionada que proponga modelos de intervención integrados y flexibles que garanticen oportunidades educativas de calibre para un alumnado diverso y centros educativos con singularidades propios. Considero importante señalar el objetivo de crear mecanismos de garantía en el acceso del alumnado con el fin de lograr una escolarización más inclusiva y equilibrada favorecedora de una mayor convivencia, cohesión social y la corresponsabilidad, fundamental, de las familias y agentes educativos para favorecer la convivencia.

Lenguas: el texto subraya que la formación del profesorado es imprescindibles para profundizar en prácticas innovadoras de enseñanza de las lenguas y constata que la responsabilidad compartida de la sociedad es una de las bases para consolidar el plurilingüismo. Se trata de conformar un marco propio plurilingüe con el euskera como eje central.

Evaluación: el documento plantea la conveniencia de crear un marco propio de evaluación para la mejora continua de nuestro sistema educativo y de fomentar una mayor autonomía en los centros para el mejor desarrollo de los proyectos educativos.

Modernización de la Educación y Autonomía de los centros: se insiste en la necesidad de contribuir a la consolidación de un profesorado empoderado y prestigiado que pueda responder a un alumnado con nuevas necesidades.

Es preciso reformular el modelo vasco de educación para adaptarlo al nuevo contexto y con el fin de preparar a la sociedad vasca para hacer frente a los retos que en un futuro inmediato de plantearán

A partir de este momento todos los agentes educativos, profesores, direcciones, familias, sindicatos y patronales educativas han dispuesto de un plazo para realizar las aportaciones y reflexiones que considerasen pertinentes. Recibidas dichas aportaciones el Departamento de Educación procedió a su vez a remitir el documento resultante al Consejo Escolar de Euskadi que a su vez recorrió un proceso propio e interno con el objetivo de trasladar de vuelta al Departamento de Educación las consideraciones adoptadas al respecto.

Así, el Consejo Escolar de Euskadi analizó el documento y tras su aprobación por mayoría trasladó al departamento de Educación sus propuestas de mejora. Incluidas dichas propuestas de mejora, el Departamento de Educación presentó para su aprobación ante el Consejo de Gobierno la versión definitiva del documento Bases para el Acuerdo. Dicho documento aprobado por el Consejo de Gobierno ha sido remitido ya a su posterior estación, al Parlamento Vasco.

Será la sede parlamentaria, en representación de la ciudadanía vasca, quien en último término mostrará su opinión sobre un texto de origen plural y diverso en cuanto a su creación, y matizado y enriquecido en el Consejo Escolar, órgano, a su vez, representativo del conjunto de la Comunidad Escolar.

El documento identifica tanto el nuevo contexto en el que se ha de mover la educación como los innumerables retos a los que se enfrenta la adaptación del modelo hasta ahora vigente. La transformación del modelo de sistema educativo vasco se convierte así en una necesidad objetiva de carácter estructural y existencial. Tanto el derecho universal de la ciudadanía a recibir una educación de calidad como la asunción de unos valores (democracia, pluralismo político, libertad, consenso, derechos fundamentales, ética, derechos y obligaciones) y que han de ser desarrollados a través de políticas educativas eficaces nos permitirá una sociedad más justa, solidaria y democrática. Ello identifica a la educación como un servicio público fundamental con la correspondiente obligación institucional de hacerlo efectivo.

Es de destacar que este sincero intento por alcanzar entorno a la educación se caracteriza por ser un proceso participativo amplio tal como se elaboraron los Decretos Curriculares. Se trata de un proceso para definir el Sistema Educativo que queremos para posteriormente abordar el cómo. Hay que recordar que la actual Ley en vigor desde 1993 gozó de un importante respaldo, pero en la Euskadi de 2018, 25 años más tarde, muchas cosas han cambiado, también en el ámbito educativo: nuevas tecnologías, impulso a las lenguas, nuevas metodologías, el binomio enseñanza-aprendizaje etc. Los cambios que se han producido desde entonces en la sociedad y, en particular, en el sistema educativo han sido vertiginosos. Es preciso pues repensar y reformular el modelo vasco de educación para adaptarlo al nuevo contexto, al nuevo paradigma, y con el fin de preparar a la sociedad vasca para hacer frente a los retos que en un futuro inmediato se plantearán, también en el ámbito educativo.

Así lo manifestó en su día la consejera Uriarte: “Los cambios que se están dando en la educación y en nuestra sociedad exigen una reflexión y adecuación por parte de las diferentes visiones que conformamos la comunidad educativa vasca. La necesidad de un nuevo Acuerdo para la educación que responda a un propósito común. El diálogo, la reflexión compartida y el acuerdo son las bases sobre los que hemos construido nuestro Sistema Educativo y sobre el que tenemos que pivotar el cambio. Estamos ante un reto colectivo, un reto de País”. Ese es el objetivo, el logro de un suelo común que defina los pilares de la educación y que pueden ser compartidos por toda la comunidad educativa. Y ello en base a las competencias de las que gozamos por el Estatuto en su artículo 16..

Hago mía una reflexión del catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad del País Vasco y abogado Juanjo Álvarez que como profesor comparto totalmente: “No debemos olvidar tampoco factores de enorme complejidad que rodean su actividad docente y relacional como es el relativo a un alumnado cada vez más exigente;esta conexión entre profesorado y alumnado es complicado de gobernar y ordenar porque demasiadas veces los estudiantes son solo conscientes de sus derechos y no de sus deberes lo que conduce a un debilitamiento de la auctoritas, de la percepción del profesorado como autoridad”. Sí, es un reto colectivo como País, está en juego el futuro de las próximas generaciones, el de nuestra sociedad a futuro.

Estamos ante un nuevo curso escolar, está en ciernes un nuevo curso esta vez político, el Parlamento Vasco abre sus puertas, se presenta, pues, una magnífica oportunidad en la que altura de miras y la responsabilidad compartida en el diálogo serán la clave de bóveda para que Bases para un Acuerdo por la Educación llegue a buen puerto. Sea.

Fuente del artículo: http://www.deia.eus/2018/09/05/opinion/tribuna-abierta/educacion-bases-para-el-acuerdo

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