El amor entra primero por la nariz, afirman científicos

Por: Erick Juárez Pineda

 

Experimentar que el corazón se acelera, las pupilas se dilatan, sentir mariposas en el estómago y la falta de apetito, son síntomas característicos del proceso de enamoramiento. Pero un aspecto que no se toma en cuenta es el exceso de sudoración, señal de que se está bajo el poder del olfato.

Por siglos se ha tratado de reprimir el olor corporal, pues el sudor es socialmente mal visto y no se toma en cuenta que el aroma expulsado por el cuerpo es en muchas ocasiones la forma más utilizada tanto en humanos como en animales para identificar a la pareja en el plano sentimental, así como en el sexual.
Alonso Fernández Guasti, adscrito al Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), habló de cómo una persona enamorada ve el mundo de otra manera, debido a que el amor altera al sistema simpático, el cual tiene como principal función la de preparar al organismo para responder con velocidad a la estimulación externa; es decir, una reacción de parte del sistema nervioso.

Entre los mitos que se originan entorno a este sentimiento, tal como ocurrió con el corazón, la vista puede ser uno más en relación con el amor, pues comúnmente a este sentido se le atribuye el “flechazo de Cupido”.

Pero el lazo amoroso que surge entre dos personas tiene una explicación bioquímica y tal como lo explican investigaciones científicas, el olfato es señalado como el sentido más poderoso en cuanto a contacto sexual.

Alonso Fernández detalló que, si bien la vista es fundamental para sentirse atraído por una persona, el olfato resulta esencial en la aparición del amor.

El proceso bioquímico mediante el cual se establece el vínculo entre la pareja consiste en que el olfato detecta moléculas esparcidas en el aire, donde sensores nerviosos en el epitelio olfativo llevan la información al cerebro y éste con su memoria, reconoce el olor de la persona amada.

Debido al aroma del sudor y la memoria olfativa, es posible reconocer fácilmente a quién pertenece; es pertinente aclarar que en el periodo de la pubertad es cuando se expide un olor particular, activando un eje específico y mostrando la información sobre como el individuo ya se encuentra en una etapa sexualmente reproductiva.

“Como si se tratara de huellas digitales, cada persona posee un aroma que la caracteriza, cuya función es atraer al otro; sin embargo, es disfrazado y hasta cierto punto modificado por perfumes y desodorantes “, detalló el investigador del Cinvestav.

Entonces lo sucedido en realidad, es que los perfumes se mezclan con las sustancias segregadas por nuestro propio cuerpo, generando una identidad particular y eso es lo que asociamos con la persona amada, no es en sí la esencia pura, sino una mezcla que se identifica como el olor atractivo.

Se ha planteado el uso de perfumes con feromonas para facilitar el proceso de atracción; sin embargo, su utilidad sólo está relacionada con la mercadotecnia, pues hasta este momento se desconoce el olor de este tipo de feromonas, debido a que no existen estudios orientados a este ámbito.

Las feromonas son sustancias químicas secretadas por los seres vivos, con el fin de provocar comportamientos específicos en otros individuos de la misma especie, en los animales sirven para comunicarse entre sí; y en la proximidad hombre-mujer están vinculadas a la atracción sexual. Estas son detectadas por la mucosa olfatoria, de ahí que, su óptima percepción dependa de la salud nasal.

Pero en caso de existir alguna obstrucción nasal o enfermedad respiratoria, aún no se sabe si esto afecte el proceso de enamoramiento, pues no hay estudios en humanos que así lo demuestren; sin embargo, en animales con lesiones en el bulbo olfatorio, se ha detectado la imposibilidad del desarrollo sexual.

Fuente e imagen:  http://www.educacionfutura.org/el-amor-entra-primero-por-la-nariz-afirman-cientificos/

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Venezuela: IVIC dictó curso sobre desarrollo y envejecimiento del sistema nervioso

América del Sur/Venezuela/Prensa Mincyt/IVIC

Los estudios llevados a cabo por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) aportan luces acerca de las enfermedades asociadas al sistema nervioso central de los seres humanos.

Recientemente, el Laboratorio de Patología Celular y Molecular del Centro de Medicina Experimental del IVIC ofreció el curso de posgrado “Plasticidad, Autofagia, Senescencia Celular y Apoptosis en el Sistema Nervioso Central. Un enfoque integral”, avalado por el Centro de Estudios Avanzados (CEA).

Durante la actividad, el investigador del IVIC y coordinador del curso, Carlos Ayala, destacó que gracias al trabajo conjunto que se viene realizando con expertos de diversos países, como Brasil, Argentina, Chile, México, Colombia, Panamá, Uruguay y Bolivia, se ha logrado avanzar en ese campo.

De acuerdo con Ayala, el curso de capacitación contó con el auspicio del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) a través de su red de Neurociencia para Latinoamérica (NeuroSur). Este grupo de trabajo está conformado por diversos grupos de investigación de los países formadores de la red que contribuyen con el avance en esta área.

El encuentro fue netamente teórico. conto con la participación de ponentes internacionales, Susana Castro Obregón, investigadora especialista en autofagia y senescencia en el desarrollo y el envejecimiento del sistema nervioso del Laboratorio de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Verónica Piatti, especialista en Neurobiología del Comportamiento y circuitos neuronales de la Fundación Instituto Leloir del Instituto de Investigaciones Bioquímica de Buenos Aires (Argentina).

Además de investigadores nacionales, como Marines Longart, Laboratorio de Neurobiología Celular, Unidad de Neurociencia del Instituto de Estudio Avanzados (IDEA) y Gustavo Benaim, Jefe del Laboratorio de Señalización Celular y Bioquímica de Parásitos del IDEA y del Instituto de Biología Experimental de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela;

Asimismo, ponentes que forman parte del grupo de investigadores del IVIC, Mercedes Fernández Mestre del Laboratorio de Inmunogenética de la Unidad de Terapia Celular. La convocatoria para este curso teórico tuvo la participación de 36 estudiantes del CEA.

Enfermedades neurodegenerativas

Para Castro Obregón, la experiencia en el IVIC -que se prolongó por dos días fue muy enriquecedora. “Me ha permitido exponer las características del proceso de autofagia como un mecanismo adaptativo involucrado en el control de la concentración de proteínas anormales que pueden provocar el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer o Parkinson. Al mismo tiempo la modulación de la función celular en el desarrollo y el envejecimiento del cerebro”, explicó.

Por su parte, Piatti, explicó sobre los procesos eléctricos en áreas del cerebro, es decir la Plasticidad Neuronal, que permiten la formación de un mapa cuando un individuo se desplaza en un espacio experimental.

Al mismo tiempo, Mercedes Fernández, investigadora del Laboratorio de Fisiopatología del Centro de Medicina Experimental del IVIC, indicó que su línea de trabajo está enfocada en comprender la expresión genética y su variación en los procesos neurodegenerativos. “Cuando la célula envejece y deja de dividirse de manera permanente, entra en un estado metabólico en el que segrega sustancias que pueden causar inflamación y promover el envejecimiento de las células activas vecinas”, acotó.

Estas son células que dejan de dividirse y ocurre cuando se envejece. Se está utilizando, el contrarrestar las mismas, como un mecanismo de terapia para controlar o retrasar el surgimiento de patologías con problemas cognitivos”, acotó Fernández.

Fuente: nota enviada por Prensa IVIC a la redacción de OVE

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