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El COVID-19 puede haber dejado una generación de niños sin vacunar en África y América Latina

Un artículo publicado en The Lancet calculó que cientos de niños en Africa y América Latina no serían vacunados por la pandemia. Hoy los datos confirman sus sospechas.

En un estudio publicado en octubre de 2020, el investigador Kaja Abbas y sus colegas afirmaban que la inmunización infantil de rutina está “en riesgo de suspensión” y “debe mantenerse en África tanto como sea posible durante la pandemia de COVID-19”.

Han pasado más de 6 meses desde que el documento se publicó por primera vez como documento de trabajo, aproximándose al período de riesgo de COVID-19 de 6 meses modelado por los autores. Ahora sabemos que los programas de inmunización en África (y más allá) se vieron gravemente interrumpidos.

De acuerdo con la revista The Lancet, los dos escenarios de los autores muestran cuán incierto es nuestro entendimiento de los efectos indirectos de la pandemia en la salud de los servicios de inmunización. Se estimó que las muertes debidas a la interrupción de la inmunización rutinaria se encontraban entre 25.584 en el escenario de bajo impacto y 701.828 en el escenario de alto impacto. Esa es una diferencia de 27 veces, impulsada exclusivamente por si se realizan actividades de recuperación.

Los países con registros electrónicos de inmunización pueden proporcionar información sobre cuántos niños que no se vacunaron durante el encierro son finalmente vacunados, como Colombia. Pero países como Liberia o República Democrática del Congo no.

Los vacunadores en algunos países utilizaron las listas de incumplidores del registro electrónico de inmunizaciones para rastrear y vacunar a los niños. Sin embargo, aunque el programa está rastreando y vacunando con éxito a algunos de los niños perdidos, los datos de Pakistán por ejemplo muestran un grupo de niños perdidos en constante expansión desde el período de cierre. La mayoría de los países africanos no cuentan con registros electrónicos de inmunización, por lo que se desconoce el número de niños que no fueron vacunados debido a la pandemia y que mueren prematuramente.

De acuerdo con la OMS, solo el 55% de los 105 países habían asignado fondos gubernamentales adicionales para garantizar servicios de salud esencial. Esta respuesta fue más común en los países de ingresos altos y medianos altos (70% en ambos grupos) que en los países de ingresos bajos y medianos bajos (41% y 42% respectivamente).

Limitar el acceso a servicios seleccionados o en áreas seleccionadas del país era más común que la suspensión total de servicios. Más de la mitad de los países tenían políticas que afectaban parcial o totalmente a los servicios ambulatorios (61%), la atención comunitaria (54%), los servicios hospitalarios (53%) y las clínicas móviles (47%). Los servicios de atención de emergencia prehospitalaria y los servicios de las unidades de emergencia se vieron afectados en una minoría de países (12% y 8% respectivamente).

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/salud/covid-19-puede-haber-dejado-una-generacion-de-ninos-sin-vacunar/

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Las potencias mundiales acaparan las vacunas en detrimento de los países periféricos

Las potencias mundiales acaparan las vacunas en detrimento de los países periféricos

Estas últimas semanas, varias empresas farmacéuticas occidentales han anunciado que han desarrollado vacunas contra la covid-19. Es el caso, en particular, de la asociación de empresas Pfizer-BioNTech, de la farmacéutica estadounidense Moderna y de AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford. Los Estados imperialistas de uno y otro hemisferio se han apresurado a cursar pedidos y comprar a toda prisa el mayor número posible de dosis, en algunos casos incluso antes de la certificación de las vacunas por los organismos competentes. Esta auténtica rapiña imperialista de las vacunas está aniquilando de hecho las posibilidades de los países de la periferia capitalista de procurarse dosis para hacer frente a la pandemia.

Una actitud de predadores irracionales

Así, según el New York Times, “mientras que numerosos países pobres podrían estar en condiciones de vacunar como máximo al 20 % de su población en 2021, algunos de los países más ricos del mundo han reservado suficientes dosis para vacunar varias veces a sus propias poblaciones […]. Si les suministran todas las dosis que declaran haber pedido, la Unión Europea podría vacunar a sus habitantes dos veces, el Reino Unido y Estados Unidos cuatro veces y Canadá seis veces.” El mismo diario calcula que el número total de dosis que podría llegar a comprar EE UU a las diferentes empresas farmacéuticas asciende a 1.500 millones de unidades. Por su parte, las autoridades europeas afirman que han comprado más dosis de la vacuna “que las que hacen falta para todo el mundo en Europa”.

Además del poder financiero de estas potencias imperialistas, el principal argumento político que plantean para justificar esta prioridad de los poderosos es que estos Estados han invertido miles de millones de euros y dólares en apoyo a las investigaciones de las farmacéuticas privadas. Por su parte, países como India y Sudáfrica, a la cabeza de un grupo de países de renta baja o mediana, han solicitado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una suspensión de los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, sobre los productos asociados a la lucha contra la pandemia, informa The Lancet. No obstante, la industria farmacéutica y numerosos países de renta alta, “entre ellos el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Noruega y la UE, lo han rechazado categóricamente, afirmando que el sistema de propiedad intelectual es necesario para estimular nuevas invenciones de vacunas, pruebas de diagnóstico y tratamientos, que podrían estancarse en su ausencia.”

De este modo, en una situación que impone una urgencia al conjunto de la humanidad, estos gobernantes y multinacionales farmacéuticas consideran que únicamente el cebo de la ganancia y el afán de lucro pueden estimular la investigación y la innovación. Una lógica que revela la clase de mundo que defienden, pero que mucha gente combate, inclusive en el sector de la investigación y la innovación tecnológica. Sobre todo, al mostrarse incapaces de renunciar a la carrera por el beneficio en una situación de emergencia sanitaria mundial, los capitalistas obstaculizan la lucha contra la pandemia, demostrando una vez más el carácter absurdo del sistema que defienden.

El problema de la producción: el bluf de la industria farmacéutica

En efecto, la lógica del beneficio y de la propiedad privada está agravando un problema que podría afectar también a los países imperialistas: los límites de capacidad de producción de las empresas. El hecho de no compartir las patentes con los Estados periféricos y semicoloniales reduce la capacidad de producción de dosis de las vacunas, incluidas las demandadas por los países ricos. Así, el artículo del New York Times que ya hemos citado comenta a este respecto:

Ciertas empresas ya han revisado sus proyecciones en función de los problemas de producción. Pfizer declaró primero que produciría 100 millones de dosis de aquí al final del año, para reducir posteriormente esta cifra a la mitad. Novavax ha tenido que aplazar los ensayos clínicos en parte porque no podía producir un número suficiente de dosis. En otros casos, los fabricantes de vacunas o sus socios tal vez han prometido más dosis que las que pueden producir: se anunciaron 3.210 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, pero los contratos de fabricación suscritos solo suman 2.860 millones, según Airfinity. Johnson & Johnson prometió 1.300 millones, pero solo ha garantizado la producción de 1.100 millones.

Esto significa que es muy probable que en 2021 no se puedan cumplimentar en su totalidad los pedidos cursados, mientras que, en lo que respecta a los países de la periferia capitalista, ciertas fuentes calculan que muchos de ellos tendrán que esperar hasta 2024 para conseguir vacunar e inmunizar al conjunto de su población. Otros expertos consideran que para entonces mucha gente podrá haberse contagiado y haber adquirido una forma de inmunidad natural, reduciendo la demanda de vacunas. Aunque esta posibilidad fuera real, se trata de un cálculo cínico, en el que se espera que la gente pobre se inmunice naturalmente, eso sí, arriesgando su vida, mientras que la ciudadanía de los países desarrollados esté protegida a base de vacunas cuyo desarrollo y producción han sido posibles en buena parte gracias al expolio de los países semicoloniales por parte de las potencias imperialistas.

Imperialismo y subdesarrollo

Claro que los recursos financieros no explican todo. Hay otros factores, que por mucho que estén vinculados con la cuestión económica, determinan esta desigualdad entre países. En efecto, las vacunas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna tienen una eficacia de más del 90 %, pero estas vacunas tienen que conservarse a temperaturas muy bajas: –70 ºC. Esto implica que los países que adquieren dosis de estas vacunas han de disponer de la infraestructura necesaria para mantenerlas a estas temperaturas, pero normalmente solo los laboratorios de investigación disponen de esta clase de congeladores. Ni los hospitales, ni las farmacias los tienen, ni siquiera en los países capitalistas desarrollados.

En este sentido, Alex Berezow, especialista en ciencias, tecnología y sanidad pública, afirma que “los desafíos logísticos que supone la cadena de frío imposibilitan prácticamente que una vacuna llegue a las regiones cuyas infraestructuras son mediocres y el suministro eléctrico poco fiable”. Dicho de otro modo, para muchos países de África, Asia y América Latina, y otras regiones del planeta (incluidas ciertas zonas de los países imperialistas), el almacenamiento de las dosis de vacunas resulta casi imposible, y por tanto también la vacunación de la población.

Desde este punto de vista, la vacuna desarrollada por AstraZeneca presenta una ventaja, ya que puede almacenarse en congeladores como los que suelen emplearse en los hospitales y farmacias, a temperaturas no tan bajas. Sin embargo, la eficacia de esta vacuna es de apenas el 62 %. Por consiguiente, es más que probable que, en el caso de que se resuelva el problema de la producción, será este tipo de vacuna menos eficaz la que llegue primero a los países periféricos y semicoloniales.

Evidentemente, esta situación está lejos de ser una fatalidad, fruto de la suerte de unos países y la desgracia de otros. En realidad, el subdesarrollo de la gran mayoría de países del mundo es el resultado del funcionamiento del propio capitalismo, en que un puñado de potencias se reparten las riquezas producidas en el conjunto del planeta. Su desarrollo depende del subdesarrollo de otros países. Es el imperialismo el que impide el desarrollo de las infraestructuras mínimas que permitan a la población gozar de unas condiciones de vida mínimamente dignas.

Todos contra todos

Pero nos equivocaríamos si pensáramos que existe una especie de entendimiento armonioso entre las diferentes potencias imperialistas contra los países de la periferia capitalista. En realidad, como vimos en las primeras semanas de la pandemia y a lo largo de todos estos meses, las potencias capitalistas compiten encarnizadamente entre ellas, incluso para procurarse productos elementales para hacer frente a la pandemia, como mascarillas, gel antiséptico o respiradores.

Ahora, con la vacuna, un producto mucho más complejo y sofisticado, esta lucha encarnizada prosigue, si cabe con más brutalidad. En efecto, puesto que todo parece indicar que las empresas farmacéuticas no podrán cumplir sus promesas de suministro para el año 2021, es más que probable que las potencias imperialistas se libren a una competencia feroz para hacerse con las dosis de vacunas. No está descartados que asistamos a escenas de piratería moderna, a formas de saqueo a gran escala. Porque más allá del aspecto sanitario, la inmunización de la población constituye una gran baza económica: el país que reciba más dosis de vacunas podrá tratar de relanzar su economía antes y de este modo obtener una ventaja con respecto a los capitalistas de los demás países.

El ejemplo de las vacunas muestra una vez más el carácter devastador y reaccionario del capitalismo. Es esta lógica, guiada por el beneficio, la que alimenta la desconfianza de gran parte de la población con respecto a las vacunas y sirve de caldo de cultivo para las teorías conspiranoicas más absurdas. El hecho es que, de momento, la única solución a esta pandemia parece ser la vacuna. Y en esta situación, los capitalistas actúan como de costumbre: tratando de beneficiarse. Si la clase obrera puede extraer aunque solo sea una lección de toda esta pandemia, es que habría que nacionalizar la industria farmacéutica y la investigación científica, bajo el control de sus trabajadoras y trabajadores, financiadas por elevados impuestos sobre las grandes fortunas. Es así como la lucha contra pandemias como la covid-19, que no será la última, podrá guiarse únicamente por la urgencia sanitaria y no por imperativos económicos.

16/12/2020

http://www.revolutionpermanente.fr/Covid-19-Les-puissances-mondiales-s-accaparent-les-vaccins-au-detriment-des-pays-peripheriques

Traducción: viento sur

Fuente de la Información: https://vientosur.info/las-potencias-mundiales-acaparan-las-vacunas-en-detrimento-de-los-paises-perifericos/

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Coronavirus y la vuelta a clases en Italia: los maestros “frágiles”, un nuevo problema

Este martes, volvieron al aula los chicos con previas. El lunes 14 será el regreso pleno. Pero no habrá docentes suficientes.

Este martes comienza un mes difícil en Italia. En particular
se vive un tanto caóticamente el comienzo del año escolar que debe reiniciarse se forma completa el lunes 14, con el regreso a las aulas de ocho millones de alumnos primarios y secundarios (más los universitarios) tras seis meses de pandemia y cuarentena.

Las fechas no son precisas porque varias de regiones han decidido abrir las escuelas el miércoles 23, después que se hayan consumado en el fin de semana anterior las elecciones políticas para elegir las autoridades regionales y 50 millones de italianos decidan un referéndum para disminuir el número de senadores y diputados.

Movilizar millones de bambini, adolescentes, estudiantes universitarios, junto con otros dos millones de maestros profesores y empleados, en un país que ha sufrido una pandemia trágica con más de 35 mil muertos (y la cuenta sigue), mezclando todo con las enconadas controversias políticas, ha sido una decisión francamente equivocada que le puede costar caro al gobierno del primer ministro Giuseppe Conte.

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Muchos problemas no han sido resueltos y agregan buenas cuotas de incertidumbre al tema que más conmueve a millones de familias. No está claro aún si los alumnos de más de seis años pueden quitarse la mascarilla cuando se sientan en su banco o no. La ministra Lucia Azzolina dijo que sí, el comité técnico científico prefiere que se dejen puestos los barbijos, salvo cuando deben intervenir.

Estudiantes secundarios en el primer día de clases en una escuela en Milán. Foto: EFE

Estudiantes secundarios en el primer día de clases en una escuela en Milán. Foto: EFE

El tema no es banal porque el más importante científico-gurú, el microbiólogo Andrea Crescenti, de la Universidad de Padua, respondió a un pregunta quemante. ¿Cuántos alumnos pueden estar contagiados y no lo saben?

Crescenti, que hasta ahora nunca se equivocó, dijo que calculaba que “el 2-3% de los ocho millones podría estarlo”. Una cifra enorme de más o menos doscientos mil que podrían difundir la epidemia entre la estudiantina.

Contagios en escuelas

A alimentar la alarma, dos escuelas fueron cerradas en los últimos tres días tras haber iniciado su año escolar con anticipación. El más grande es el Instituto de Vergano con casi dos mil alumnos que estudian materias técnicas y humanistas.

Una profesora resultó positiva al coronavirus y seis alumnos que habían estado en contacto con ella fueron de inmediato puestos en aislamiento.

El Instituto de Verbano, en el Piamonte, es gigantesco y sigue funcionando en el llamado programa de recuperación de los alumnos que están en retardo con la instrucción.

Estudiantes sentados con bancos separados entre sí. Foto: EFE

Estudiantes sentados con bancos separados entre sí. Foto: EFE

El instituto británico Saint George en Roma debió cerrar las puertas después que cinco estudiantes de los niveles superiores resultaron positivos a los hisopados nasofaríngeos. También once profesores no pasaron el test serológico. El instituto debe ser sanificado y recién esta semana se sabrá qué hacer.

Las regiones de Friuli, Cerdeña, Puglia, Valle de Aosta, Calabria y Abruzzo ya decidieron postergar la apertura al menos una semana. Basilicata y Campania discuten y no son las únicas.

La provincia de habla alemana autónoma del Alto Adige decidió contracorriente el regreso anticipado a las aulas el lunes próximo, porque en el norte italiano hay que evitar el frío extremo del invierno alpino.

Las medidas de seguridad que indican respetar una distancia de al menos un metro entre los alumnos, reducen la capacidad de las aulas y el gobierno adquirió dos millones y medio de bancos para un solo alumno.

El problema es que muchos no estarán listos hasta el mes próximo. Las escuelas han recuperado muchos espacios, incluso utilizando los gimnasios y hasta laboratorios.

Pero no es suficiente y la situación costará eliminar en muchos lados la enseñanza a tiempo completo. Al menos hasta que se logre expandir miles de escuelas a nuevos espacios que están siendo preparados en otros edificios.

Bancos libres en una escuela en Italia. Foto:EFE

Bancos libres en una escuela en Italia. Foto:EFE

El problema del espacio tiene un contorno casi dramático en el transporte público. Los micros están reducidos por las medidas antipandemia al 70% de espacio.

La solución ha sido aumentarlo al 85%, pero el presidente de la Emilia Romania, Stefano Bocccini cree que para evitar el caos serían necesarios 20 mil micros más y 31 mil choferes, números declarados “insostenibles”.

El transporte público es una de las grandes incógnitas en este comienzo dificil del año escolar.

Faltan maestros

El Ministerio de Educación anunció el nombramiento de 80 mil nuevos docentes primarios y secundarios. Pero el gran shock lo han causado inesperadamente los llamados “docentes frágiles”.

El 55% de los maestros y profesores tienen más de 50 años de edad y después de seis meses en cuarentena muchos no se atreven a afrontar el peligro de contraer el coronavirus que puede costarles la vida.

Son miles los que están presentando recursos para ser eximidos del retorno. Presentan certificados de sus enfermedades que en los primeros meses de la pandemia han costado la vida a miles de ancianos. Cáncer, sufrimientos cardíacos, diabetes, problemas respiratorios, patologías del sistema inmunitario y otras enfermedades.

Muchos docentes tienen más de 50 años y enfermedades preexistentes. Foto: EFE

Muchos docentes tienen más de 50 años y enfermedades preexistentes. Foto: EFE

Decidir caso por caso llevará tiempo para reemplazarlos Algunas estimaciones prevén que deberán ser convocados al menos 250 mil suplentes, en un proceso que retrasará el año lectivo.

“Esta es una tempestad casi perfecta”, lamenta la dirigente escolástica del Véneto Carmela Palumbo, una de las regiones donde es más fuerte la presión de los maestros y profesores “frágiles” que podrían no resistir al contagio de Covid-19. “Hemos recibido centenares de cartas de docentes que piden ser exonerados del servicio”.

En Salerno, cerca de Nápoles, en la región se acumulan ya tres mil pedidos. Las autoridades se sienten con las manos atadas: no tienen otro remedio que declarar enfermos y mandar a casa a los maestros y profesores que sean declarados inhábiles por los médicos del Sistema Sanitario Nacional.

El ministro de Salud, Roberto Speranza, cree que “es realista” probar ahora planificar la didáctica a distancia. El experimento ha funcionado bien después que desde el comienzo de la epidemia y durante varios meses decenas de miles de alumnos y profesores dieron y recibieron el aprendizaje a través de Internet.

La ministra de Instrucción Pública, Lucía Azzolina, escribió una carta a maestros y profesores felicitándolos por el esfuerzo realizado a través de la red y estimulándolos a continuar.

«El que comienza será un duro año escolástico. Pero saldremos adelante. Con los datos en la mano puedo asegurar que en Europa nadie se empeñó tanto como nosotros en la experiencia.»

Fuente: https://www.clarin.com/mundo/coronavirus-vuelta-clases-italia-maestros-fragiles-nuevo-problema_0_HuQd7DYBt.html

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Chile: Estado subsidiario y colapso del sistema sanitario

Por: Sergio Martín Páez.

A julio de 2020, Chile lidera el trágico ranking de muertos por habitantes por causa de la pandemia Covid-2019 en América del Sur. Este resultado está vinculado, sin dudas, con la velocidad con la que se adoptaron las medidas de aislamiento social y las capacidades efectivas de la sociedad de cumplirlas.

Sin embargo, estos no son los únicos elementos; también es necesario considerar las capacidades del sistema de salud, en particular del público, para dar respuesta en una emergencia generalizada. Como han puesto de manifiesto las revueltas populares desde octubre de año pasado, el modelo neoliberal chileno tiene dos caras y cruje por dentro. En esta nota mostraremos algunos números de las dos caras y cómo el Estado subsidiario en salud ha segmentado a la ciudadanía chilena y hoy pone en riesgo la capacidad de respuesta a la pandemia.

Lado A: el modelo chileno “exitoso”

Desde 1990, Chile sufrió solo dos años de recesión y, en términos macroeconómicos, ha sido considerado un “éxito”. Ha mantenido una tasa de crecimiento anual de 3,6 por ciento y 2,8 por ciento per cápita, superando las tres principales economías de la región (Brasil, México y Argentina) y los valores promedio regionales. Estos buenos resultados macroeconómicos serían la base para la expansión del gasto público en salud de la última década (tabla 1), pasando de significar 3,5 por ciento a 4,9 del PBI.

Goyenechea (2019) señala que, desde una mirada externa, el sistema de salud chileno parece ser un modelo a seguir dado que ha conseguido mantener sus macroindicadores sanitarios con buenos resultados, y lo logra con uno de los gastos sanitarios más bajos de la OCDE (por lo que, además, resulta ser eficiente). Sin embargo, como comentaremos más adelante, el investigador también advierte que bajo esos promedios se esconden inequidades y una creciente segmentación de la población, según criterios de riesgo a enfermar y de ingresos.

En términos regionales, el gasto público en salud se encuentra en niveles medios en América del Sur, rondando el 5 por ciento, en la misma línea de otros estados regionales que vociferan a favor del neoliberalismo (como Colombia) y notablemente más que Perú (2,5 por ciento). De esta forma, los números macro no parecerían indicar elementos fuera de la curva.

Lado B: el Estado subsidiario y la “libertad de elegir”

El modelo neoliberal en Chile ha significado la instauración de un Estado subsidiario que promovió la privatización de los servicios sociales y, con ello, el desmantelamiento de la provisión estatal o una reducción considerable en su capacidad instalada en salud, previsión, educación, vivienda y obras públicas.

En términos específicos de salud, la Constitución de 1980 garantiza la posibilidad de acceder a un sistema público o a un régimen privado, sin ninguna mención al carácter colectivo, y la salud pasa ser entendida como responsabilidad individual (Cid & Uthoff, 2018). De esta forma, los chilenos pasaron a cotizar con un porcentaje de sus salarios/ingresos para acceder a servicios de salud y pensiones en forma individual (o familiar). La contrapartida fue la emergencia de holdings de servicios de salud y las AFP, los ganadores del modelo.

Estas directrices han recreado desde los años ’80 un sistema de salud dual que segmenta y segrega sus pacientes de acuerdo a su capacidad de pago y los riesgos de enfermedad. Por un lado, una minoría de mayores ingresos se concentra en las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE-Clínicas) que funcionan como un esquema de seguros y, por otro lado, una mayoría de la población (alrededor del 75 por ciento), de menores ingresos, que son atendidos por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa-Red Pública de Salud). La información disponible sugiere que el sistema público atiende a pacientes con mayores requerimientos de cuidados de salud por ser adultos mayores, a la vez que alrededor del 20 por ciento se encuentra por debajo de la línea de pobreza (Castillo-Laborde et al., 2017).

A su vez, la red pública ha comenzado a funcionar con reglas similares a las del mercado a partir del arancelamiento de las atenciones de salud, externalizando servicios al interior de hospitales, buscando el autofinanciamiento de los hospitales, así como asumiendo modelos de gestión propios del sector privado. De la misma manera, la lógica de los subsidios a la demanda han significado una política constante de mecanismos de traspaso de recursos y pacientes a prestadores privados (Goyenechea, 2019).

Producto de los subsidios a la demanda, la estructura de ingresos y gastos del sistema ha quedado desfasado a favor del sistema privado (Tabla 2). El Fonasa recibe USD 50,94 por beneficiario y tiene un gasto de USD 51,43, mientras que las ISAPRE recaudan USD 94,79 y gastan USD 69,63 mensuales por beneficiario, lo que configura claramente un fuerte nicho de acumulación en el sector privado sustentado con fondos públicos (Castillo-Laborde et Al, 2017).

Por último, existe un tercer elemento que tradicionalmente se deja fuera de los análisis, que son los sistemas de salud diferenciados, dispuestos de forma exclusiva para las Fuerzas Armadas y de Orden. Este sistema es no contributivo y se financia mediante impuestos generales, lo que implica una suerte de transferencia de ingresos del resto de la sociedad a los cuerpos armados (Boccardo et al., 2020).

En definitiva, el rol subsidiario del Estado ha servido para producir nichos de acumulación para los grupos empresariales que controlan la salud, como el Grupo Said o el grupo Penta, donde la política o los diseños y marcos institucionales han contribuido a fortalecer y acrecentar el negocio privado en la salud en detrimento de la red pública.

El neoliberalismo y el Covid-19

A inicios de julio, los informes indican que la capacidad hospitalaria en Santiago opera prácticamente al tope, mientras que los fallecidos continúan en aumento. La respuesta del Estado subsidiario ha sido decepcionante y peligrosa. Por un lado, no se presentan modificaciones presupuestarias para otorgar fondos adicionales al sistema de salud, al menos, hasta el 30 de abril, cuando el país ya registraba alrededor de 19 mil casos y 227 muertos (Goyenechea, 2020). Por otro lado, los anuncios del Gobierno solo se han enfocado en flexibilizar las condiciones para el acceso al crédito como “protección a la clase media”, alimentando la perversidad de endeudarse para cubrir gastos básicos. Por otro lado, se ha dedicado a proteger a los “ganadores del modelo”, evitando que se cobre el impuesto a los súper ricos y, hasta su fracaso legislativo, militó rabiosamente por el veto a la extracción del 10 por ciento de las cuentas individuales de las AFP.

El espíritu neoliberal de la Constitución ha alimentado la tendencia general a endeudarse para cubrir los servicios básicos de la vida moderna, lo que ha llevado a altos indicadores de endeudamiento familiar. La desigualdad no solo ha sido evidente en las diferencias de ingresos y riqueza, sino también en el papel ausente del Estado para garantizar condiciones de vida dignas y proteger a los chilenos de la pandemia.

Fuente del artículo: https://www.telesurtv.net/opinion/Chile-Estado-subsidiario-y-colapso-del-sistema-sanitario-20200720-0029.html

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Bolivia: Las razones de las protestas en Bolivia contra el Gobierno de facto (y el silencio de los medios)

A pesar de la pandemia, miles de personas marcharon en distintas ciudades para reclamar medidas ante el avance de la pandemia y exigir la confirmación de una fecha para los pospuestos comicios presidenciales.

Este martes miles de personas marcharon en distintas ciudades de Bolivia para reclamar demandas sociales, mostrar su rechazo al Gobierno de facto de Jeanine Áñez y exigir que se confirme la fecha de las próximas elecciones presidenciales para el 6 de septiembre, mientras las actuales autoridades intentan reducir el colapso del sistema sanitario.

Así, pese a las medidas de aislamiento social impartidas desde el Ejecutivo, los detractores salieron a las calles para repudiar a la administración interina, que ocupó la Presidencia en noviembre. En efecto, Áñez asumió el cargo de modo irregular —con el aval del Tribunal Constitucional— luego de que las Fuerzas Armadas pidieran públicamente la renuncia del entonces jefe de Estado, Evo Morales, consumando el golpe de Estado.

Frente a este escenario, muchos cibernautas criticaron que esta importante movilización nacional no haya tenido suficiente presencia en los medios de Bolivia, lo que ha sido denunciado como un «cerco mediático».

A su vez, en otros videos compartidos desde Twitter se puede ver a manifestantes realizando tareas de desinfección mientras avanza la multitud, acompañada por rituales aymaras y música ancestral.

«¡Patria o muerte! ¡Venceremos!», se escucha vociferar en una grabación a una columna de manifestantes marchando en el municipio de El Alto, con banderas de los pueblos originarios.

«Deberíamos discutir con un Gobierno electo»

La jornada de movilizaciones fue convocada por docentes, mineros, agrupaciones indígenas y la Central Obrera Boliviana (COB), que llamó a defender la salud, la educación y la estabilidad laboral.

«Hoy el pueblo está haciendo escuchar su voz de protesta», dijo el secretario ejecutivo del sindicato, Juan Carlos Huarachi, citado por la agencia italiana ANSA. A su vez, este dirigente exigió que se resuelva la crisis sanitaria, pero remarcó: «La gente común debería discutir con un Gobierno democráticamente electo, y no con uno que tomó el poder en circunstancias dudosas».

Por su parte, el Sistema de Radio y Televisión Popular de Bolivia tomó algunas imágenes de La Paz, la capital, uno de los escenarios principales de las manifestaciones del 14 de julio.

Entre los medios locales, el diario La Razón publicó imágenes de una columna de manifestantes avanzando por las calles capitalinas, con reclamos educativos. En concreto, aquellos maestros pidieron la renuncia del ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas. La polémica se desató a raíz de la publicación del Decreto Supremo 4.260, que reglamenta la enseñanza virtual a distancia.

¿Los comicios serán el 6 de septiembre?

Desde hace varios meses Bolivia vive momentos de gran tensión política y social, luego de que Morales se viera obligado a dejar el país para refugiarse en Argentina.

De momento, se estipuló que el 6 de septiembre serían las próximas elecciones presidenciales en la nación sudamericana, pero las agrupaciones políticas cercanas al Movimiento al Socialismo (MAS) temen que el Gobierno las vuelva a postergar. Antes, ya se habían cancelado los comicios del 3 de mayo por los contagios del coronavirus.

«Parece que la pandemia cae como anillo al dedo para los Gobiernos de derecha», opinó Morales en una entrevista reciente con EFE, mientras permanece exiliado.

Además del conflicto político, el Ministerio de Salud boliviano reportó que hasta el martes había 50.867 casos confirmados de covid-19 y 1.898 muertes. En ese marco, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, anunció que el Ejecutivo planea expropiar hospitales y cementerios privados para evitar la saturación ante el avance de la pandemia.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/360005-protestas-bolivia-contra-anez-presencia-medios

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Es criminal

Por: Marisol Vicens Bello

Esta crisis sanitaria mundial, si bien ha golpeado todos los países, habiendo iniciado incluso en los más ricos y en las clases sociales más altas, desnuda crudas realidades, desmonta muchos mitos y penosamente pone en evidencia que, si bien el virus afecta por igual a todos, existen grandes desigualdades para enfrentar sus consecuencias y tener la posibilidad de protegerse de este o curarse.

La República Dominicana es quizás de los países de la región menos preparados para soportar la crisis, entre otras razones por algo denunciado desde hacía años, la baja inversión en salud y la mala calidad de esta, principalmente por la corrupción y la deficiente gestión.

La crisis nos encontró con un sistema sanitario muy deficiente a pesar de que en los últimos años las autoridades han invertido importantes recursos públicos en construcción, remodelación y equipamiento de hospitales, pero con muchas falencias y corrupción, en el cual se ha invertido poco en la buena preparación de los recursos humanos tanto médicos como paramédicos y en garantizar la formación en especialidades importantes en las cuales tenemos grandes carencias.

Aun bajo los efectos de esta pandemia que ha arrodillado al mundo y que debería servir como una gran lección para la humanidad la gente generalmente actúa simplemente como es, el generoso, haciendo el bien, el malvado haciendo el mal, el responsable cumpliendo, el irresponsable violentando y los corruptos aprovechándose del sistema como siempre lo han hecho.

También con un mercado laboral con un altísimo porcentaje de informalidad de alrededor de 57%, un Código de Trabajo desactualizado a pesar de años de discusiones y de existir un anteproyecto de modificación presentado por la comisión tripartita que fuera designada a los fines, el cual entre otras cosas no está al día en las tendencias internacionales del trabajo a distancia que el covid19 nos ha impuesto realizar a algunos, y una escasa conciencia sobre la carga laboral de los empleos formales y baja valoración de estos, por enfocarse únicamente en el monto de los salarios y olvidar la importancia de contar con las protecciones y derechos de que goza un empleado formal.

Con un sistema educativo público que a pesar de la inversión del 4% del PIB en educación ejecutada por la presente administración tiene enormes asimetrías con el privado, las cuales se reflejan en la odiosa dicotomía de que mientras en el público los estudiantes no están recibiendo clases y no se sabe aún que pasará con el año escolar, en buena parte del privado esto no impactará por poder continuar con el programa virtualmente.

Una justicia anclada en el pasado, con reformas pendientes de nuestros códigos napoleónicos del siglo XIX con un pernicioso hiper formalismo y necesidad de actuaciones presenciales y de depósitos de documentos físicamente, que forzosamente en limitados casos finalmente ha implementado la tecnología de audiencias virtuales. Y es que a pesar de la propaganda estábamos muy lejos de una República Digital, y eran muy limitados los procesos en línea.

Un sistema de compras y contrataciones públicas con muchas debilidades, con un marco normativo deficiente cuya modificación hace tiempo se espera, que ha provocado que las instituciones que quieren hacer las cosas transparentemente como ha sido el caso del Tribunal Constitucional, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y otras, se vean en la necesidad de buscar en organismos internacionales como el PNUD la vía para escapar de los entuertos y riesgos del sistema, y que muchas empresas reconocidas prefieran no licitar por los intríngulis de unas contrataciones manejadas muchas veces para favorecer a proveedores favoritos que cambian de objeto social como de camisa.

Aun bajo los efectos de esta pandemia que ha arrodillado al mundo y que debería servir como una gran lección para la humanidad la gente generalmente actúa simplemente como es, el generoso, haciendo el bien, el malvado haciendo el mal, el responsable cumpliendo, el irresponsable violentando y los corruptos aprovechándose del sistema como siempre lo han hecho.

Esa malvada corrupción que históricamente tanto daño nos ha causado en momentos como estos adquiere ribetes patéticos y fuerza admitir que simplemente es criminal cualquier intento de aprovecharse de la tragedia, aunque esto no sea nuevo en el país, ni sea único en el mundo, independientemente de la seriedad de algunos buenos funcionarios que lamentablemente ni ayer ni hoy han podido garantizar que se erradique este execrable mal.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8803353-es-criminal/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/dna-genetic-material-helix-proteins-3539309/

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ONU: La vacunación y la educación no pueden ser otras víctimas del coronavirus

Redacción: UN

La agencia de la ONU para la infancia advierte que el desvío de recursos hacia la lucha contra el COVID-19 no puede interrumpir otros servicios esenciales que, como la vacunación, ya que puede conducir a más pérdida de vidas humanas y sufrimiento. También está preocupada por la suspensión de las clases, que afectará especialmente a los más vulnerables.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia destacó este jueves que el avance sin freno de la pandemia de coronavirus alrededor del planeta está desbordando los servicios sanitarios y desplazando la mayoría del personal hacia la respuesta contra la enfermedad, interrumpiendo los servicios de inmunización y atención primaria.

«El distanciamiento físico lleva a los padres a tomar la difícil decisión de aplazar la inmunización rutinaria», destacó la directora ejecutiva UNICEF, Henrietta Fore.

Recordó que con el avance de la pandemia existe la probabilidad de que se interrumpan servicios esenciales como la inmunización, especialmente en África, Asia y Oriente Medio donde son extremadamente necesarios.

«Nos preocupan especialmente países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Somalia, Filipinas, Siria y Sudán del Sur que luchan contra brotes de sarampión, cólera o poliomielitis mientras responden a los casos de COVID-19», resaltó.

Esos brotes no sólo suponen una carga para los servicios de salud, sino que también podrían provocar más pérdidas de vidas y sufrimientos.

«En un momento como el actual, estos países no pueden permitirse el lujo de enfrentarse a nuevos brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación», dijo.

Fore explicó que UNICEF trabaja para garantizar que los países que lo necesiten dispongan de un suministro adecuado de vacunas, y que se mantiene en contacto con los proveedores mundiales para asegurar que no se interrumpa la producción y se gestione de la mejor manera posible su suministro.

Además, indicó que están prestado un mayor apoyo a los Gobiernos para que continúen el suministro de vacunas durante esta pandemia.

«UNICEF recomienda encarecidamente a todos los Gobiernos que comiencen ahora una planificación rigurosa para reforzar las actividades de inmunización una vez esté bajo control la pandemia de COVID -19. Estas actividades deben centrarse en los niños y niñas que no recibirán las dosis de la vacuna durante este período de interrupción, y priorizar a los niños y niñas más pobres y vulnerables», destacó.

Portal del COVID-19 y noticias actualizadas:

El COVID-19 tampoco puede parar la educación

Asimismo, ante el cierre global de escuelas que afecta a más del 80% de los estudiantes de todo el mundo y la consiguiente interrupción de su educación, UNICEF destinará inicialmente 13 millones de dólares en apoyo a los Gobiernos de países de 145 de bajos y medios ingresos, y a una amplia gama de socios en el área de la enseñanza, para elaborar planes que permitan una respuesta rápida en todo el sistema educativo.

La iniciativa permitirá preparar programas de aprendizaje alternativos en caso de cierre de escuelas en esos países y ayudará a las escuelas a mantener seguros, tanto a los niños como a sus comunidades, mediante el suministro de información sobre el lavado de manos y otras prácticas de higiene.

Los fondos también contribuirán a apoyar la salud mental de los niños, y a prevenir el estigma y la discriminación alentando a los estudiantes a evitar los estereotipos cuando hablen del virus.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/03/1471842

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