Entrevista con Agustín Velloso: «Nicaragua ha sufrido, como otros países, la guerra por los recursos que dirige hoy el imperio»

 

El Dr. Agustín Velloso Santisteban visitó a Nicaragua durante casi dos semanas durante este mes de octubre para participar en el 4to Congreso Nacional de la Educación Superior Nicaragüense. Compartió por e-mail sus impresiones y reflexiones de la visita.

Estuviste en Nicaragua durante casi dos semanas, en Managua, Jinotepe y Estelí ¿qué fue tu impresión en general de la situación social y economica en el país?

He viajado en tres ocasiones por cortos periodos de entre dos y tres semanas a Nicaragua en 2016, 2017 y en 2019. Por ello he de ser prudente en mi respuesta ya que en ese tiempo, la mayor parte del cual he empleado en trabajar con colegas y estudiantes en la universidad, es difícil hacerse una idea.

No he apreciado ningún cambio a peor a simple vista, al contrario, algunas mejoras, por ejemplo un nuevo parque en Estelí, y obviamente el trabajo de reconstrucción de los daños causados a las instalaciones universitarias. Mi impresión es que la actividad general, económica y social, sigue siendo intensa y lo más importante es que la tendencia, tanto en el ánimo como en la productividad, es a mejor. Por lo que he sabido, deduzco que el daño a la economía ha sido menor de lo que se pretendió debido al gran peso de la economía empresarial pequeña.

Por otro lado, en conversaciones informales con gente muy variada en distintas localidades, he visto tranquilidad y confianza en el ambiente, no exentas de preocupación, aún está reciente el daño y el peligro vividos. Como suele decirse, ‘la procesión va por dentro’, pero se vive con normalidad y tranquilidad el día a día. Es lo lógico y es de esperar que el optimismo, la solidaridad y la buena voluntad se impongan paso a paso.

Te pregunto porque en Europa se maneja una versión de la realidad muy diferente a lo que se vive en Nicaragua ¿cuáles fueron los contrastes más notables que encontraste entre la versión que se proyecta del país en Europa y tu experiencia aquí?

A la primera pregunta, a riesgo de ser simplista, respondo que a la población (europea) en general le importa poco o nada lo que ocurra más allá de su barrio, no digamos en el extranjero. Desde la ola de asaltos del imperialismo a Yugoslavia, Afganistán, Oriente Medio, etc., se produce un efecto contrario a la justicia pero también al sentido común: la gente mira para otro lado con el estúpido consuelo de que a ellos no les afecta (creen ilusamente, pues se creen seres de calidad superior) y con la inconsciencia de que esa despreocupación nos hace aún más inhumanos y encima (que es lo de menos pues sería consecuencia de su comportamiento) nos pone a todos en peligro.

Como eso lo sabe el poder político y el económico, éstos apenas tienen dificultad en convencer a las masas con las mentiras más sangrantes por evidentes que sean, porque el ser humano prefiere no saber las horribles sevicias que esos poderosos infligen a multitudes. Creo que en realidad aspiran solamente a convencer a los pocos que dudan y los que albergan algún resto de humanidad. Soy pesimista, el hombre sigue siendo un lobo aún más fiero para el hombre.

La respuesta a la segunda pregunta es claramente política: el mensaje del agresor, tanto de los gobernantes como de los medios pervertidos, es justificar su crimen por parte de aquellos y darles cobertura por parte de éstos. El golpista aparece como víctima y ésta como agresora, violenta y antidemocrática. Es un esperpento que me cuesta creer que la gente se lo trague como verdad sin ni siquiera poner en duda.

Todo me llama la atención: jóvenes de un país con escasos recursos que viajan a Estados Unidos y obtienen visa, alojamiento y además aparecen hablando al mundo entero desde la CNN rodeado de políticos estadounidenses en un país que no da visas, que no da nada a los emigrantes latinoamericanos y que ha atacado con crueldad –fue condenado por ello por la Corte Internacional de Justicia- durante años al país desde el que viaja el joven ¿cómo se entiende esto?

Un tema de interés para ti durante tu estadía fue el impacto del fallido golpe de estado de 2018 en la educación superior en Nicaragua, ¿cuáles aspectos de ese impacto te impresionaron?

A pesar del daño económico que supone el destrozo de materiales e instalaciones, así como la interrupción violenta del ritmo habitual de la educación, el mayor crimen para mí ha sido la manipulación -y en algunos casos el uso- de las jóvenes generaciones mediante diversas técnicas propias de las guerras de tercera o cuarta generación o como se llamen.

Con otras palabras: ha sido un intento de usar a una parte de la población con el fin de lanzarla como arma terrorista contra el resto de la población.

Lamentablemente quizás hay que conceder que el intento ha sido inteligentemente diseñado hasta un cierto punto: se aprovecha de una población que por su juventud es vulnerable y manipulable por un lado, pero decidida y voluntariosa por otro. Mientras algunos trabajaban para lograr sus objetivos políticos, otros pensaban que estaban contribuyendo a un cambio social, a una mejora de la situación. No hay que olvidar que otros pensaban en una ganancia inmediata, otros daban rienda suelta a sus propios fines.

Participaste en intercambios con docentes y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en sus recintos de Estelí, Managua y Jinotepe y se supone que ellas y ellos tenían experiencias diversas que reflejan diferentes aspectos de la realidad del violento intento de golpe – ¿es cierto esta suposición? ¿puedes comentar al respecto?

Efectivamente, como casi todo en la vida, la realidad es compleja y creo que hay una mezcla de experiencias. Quizás se puede decir que el golpe fue uno, pero cada participante y cada víctima reaccionó, sufrió y lo racionalizó todo según sus vivencias y circunstancias.

Creo que la mayoría de los jóvenes implicados no tenían una intención torcida y que poco a poco se fueron dando cuenta de la trampa en la que se habían metido. Otros, por el contrario, se dieron cuenta desde el comienzo. Lo mismo sucede con sus profesores: hubo algunos que se apuntaron a la agresión, cada uno en la medida que quiso, mientras que los otros la rechazaron. Afortunadamente –especialmente si se compara con el enorme daño en víctimas humanas y daños materiales de otros casos en otros países- creo que a pesar del sufrimiento humano particular y la desestabilización social, la prueba ha sido bien y prontamente superada.

Durante el Congreso de Educación y también en Estelí, hiciste una presentación sobre «La misión de la universidad ante el desorden mundial» – ¿cómo ubicas tu o como caracterizas tu a Nicaragua y los acontecimientos del 2018 en ese contexto?

He de hacer una puntualización. Mi intervención se refería al papel de la universidad de los países imperialistas, es decir Estados Unidos y los grandes de la OTAN, como cómplice en las guerras de agresión contra países presentados por ellos como Estados fallidos, dictaduras, extremistas y el resto de mentiras habituales. Nicaragua ha tenido la mala suerte y la desgracia de ser uno de los ‘elegidos’ por el imperio.

Aparte de esto me atrevo a decir que en las difíciles circunstancias en las que se encuentra la paz mundial actualmente, no sólo es Nicaragua sino cualquier nación la que se encuentra en el punto de mira de los imperialistas. Nicaragua ha sufrido ahora –como otros países- la guerra por los recursos que dirige hoy el imperio como lo hacía en otras zonas del globo en el siglo XX.

Tengo la impresión que sentiste muy contento con tu breve estadía en Nicaragua ¿cuáles han sido los motivos de tu satisfacción con la visita?

En Europa, pero es España lo que más me interesa lógicamente, se produce una y otra vez una situación entre absurda y asquerosa ante la sucesión de guerras, revoluciones de colores, primaveras, etc. Cada golpe de Estados Unidos en un país del mundo, ahora me refiero a América Latina, es secundado por el gobierno español, ¡gobierne quien gobierne! Sea la extrema derecha o la derecha ilustrada (para los confundidos: no hay izquierda, salvo la testimonial).

Absurda porque el presidente del gobierno español tiene la costumbre de presentarse el primero de todos los gobernantes del mundo ante la opinión pública nacional e internacional para apoyar cada uno de esos golpes. Aparte del infame ataque contra Iraq y otros, hace poco reconoció a Guaidó en un tiempo récord, apoyó a Moreno de la misma manera, etc., etc.

Asquerosa porque dice que lo hace en nombre de los derechos humanos, la democracia y otra sarta de mentiras de las que se avergonzaría cualquiera con una micra de humanidad. Para más INRI luego presenta a España como la madre patria, la hacedora del encuentro de culturas y otra sarta de sandeces.

Cómo no me iba a sentir contento si podía comprobar con mis propios ojos las sospechas que tenía en Madrid sobre las mentiras vertidas día tras día en la prensa, en las declaraciones de los políticos en el gobierno y en la oposición, de los ‘expertos’ y académicos…

¿Hay otro comentario sobre algún tema que no hemos tocado?

Aunque no estoy seguro porque, como he dicho, no he estado suficiente tiempo en Nicaragua, temo una cosa y creo otra.

La primera es que temo que un nuevo golpe pueda estar planificándose. Suena alarmista tras los meses transcurridos desde abril de 2018, pero precisamente me ha llamado la atención las reflexiones que he escuchado en algunas de mis conversaciones con colegas y otros nicaragüenses durante mi estancia: hay algunos signos de ello.

La segunda es que creo que sería bueno que los jóvenes implicados, especialmente las víctimas, pero también los participantes y los testigos en los sucesos, fuesen invitados a organizar en las aulas de sus facultades y otros espacios estudiantiles –voluntariamente y contando con la participación de profesores o no, según sus deseos- unas sesiones, conversatorios, incluso trabajo de grupos, como lo estimen oportuno, sobre lo ocurrido. El objetivo es doble:

Primero que el que quiera pueda sacar de su alma el dolor, el recuerdo, la reflexión… algo que podría ser sanador moral e intelectualmente.

Segundo que estén mejor preparados para que en el futuro no vuelva a suceder lo ocurrido en abril de 2018.

Fuente de la entrevista: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261928

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Una distancia dolorosa

Marcela Isaías

Educación. Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias y también las decisiones de quienes gobiernan.

Nunca me voy a olvidar de esa tarde de noviembre del 2000 cuando concurrí a una escuela primaria de la zona oeste de Rosario invitada por un grupo de docentes que trabajaban noticias y libros en sus clases. Una escuela vulnerable que hacía tiempo acusaba un nivel de abandono significativo por parte del Estado. En ese contexto una de las maestras de cuarto grado había producido cuentos y una revista escolar con muy buena participación de los chicos. Lo que transmitía con mucho entusiasmo no era muy diferente a otras experiencias similares con nenes y nenas de 9 años. A la diferencia la advertí cuando ingresé al aula, a ese salón de cuarto grado.

Nunca me voy a olvidar de esos nenes y nenas de 9, 10, 11 y hasta 12 años, en cuerpitos de seis años. Nunca me voy a olvidar de sus caras lánguidas y mirada dispersa vaya a saber en cuántos abandonos y ausencias. En ese cuarto grado estaban resumidos años previos de neoliberalismo, eran hijos e hijas de los noventa. Una postal que con mayor o menor intensidad se repetía en otras escuelas de la provincia y de una Argentina dolorosa.

Por ese entonces se había hecho conocida la frase «Ya no hay escuelas con comedores sino comedores con escuela». Era una denuncia bien clara para decir que los chicos asistían más que nada por la copa de leche y el comedor escolar, más que para aprender. Para muchos pequeños esos momentos eran los más esperados, aún más que el recreo o una hora libre.

El panorama económico y laboral de la Argentina era igual de desolador. Por ese entonces un pedagogo comentaba que el dicho popular «Ya vas a ver cuando venga tu padre…», al que muchas madres apelaban, cariñosa y metafóricamente, para llamarles la atención a los hijos que no querían hacer la tarea o traían malas notas, no funcionaba más, sencillamente porque los padres ya no tenían trabajo del cual volver.

Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación en mayo de 2003 el primer acto de gobierno fue viajar a Entre Ríos y solucionar un largo conflicto docente que desde hacía tiempo mantenía sin clases a la vecina provincia. Una decisión y un guiño a la sociedad de que la educación era importante. De ahí en más la educación volvió a estar en un lugar prioritario en la agenda del Estado: la construcción de escuelas, los programas socioeducativos, la paritaria nacional docente, la entrega de libros y computadoras son algunas de esas políticas bien claras y comprobables.

Pero también hubo otras que acompañaron desde la economía, como convertir los planes sociales en trabajo real, el crecimiento de la industria nacional con trabajo genuino y el impacto positivo en el consumo interno, con el consecuente crecimiento del nivel de empleo, entre otras medidas de peso. Además del reconocimiento de derechos valiosos para la niñez y la adolescencia como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Un largo camino de conquistas que permitió a las escuelas ir recuperando poco a poco su lugar de enseñanza y que muchos chicos volvieran a comer a sus hogares, con sus familias. Entonces se volvió a hablar de escuelas para enseñar y aprender.

Ahora otra vez las maestras están avisando que la comida que ofrecen en las escuelas no alcanza. Y no porque las raciones sean insuficientes, sino porque empieza a ser para muchos pibes el único plato del día. «Es duro dar clases cuando un chico tiene hambre«, confesaba con dolor un grupo de docentes de Nuevo Alberdi para una nota periodística reciente. Entre ellas una profesora de plástica compartía la angustia que le genera hablar de arte con los chicos, mientras ellos le preguntan a cada rato cuándo llega la copa de leche o la hora del almuerzo.

Maestras que por otra parte ante esa situación se turnan para colaborar en un merendero del barrio, reuniendo alimentos y ropa, además de ofrecer su tiempo para ir a servirles una copa de leche extra, por fuera del horario escolar, de manera voluntaria inclusive los sábados.

En lo que va del 2017 unas 160 mil personas se quedaron sin trabajo, según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa). Un número que asciende a 180 mil si se agregan las suspensiones («Los despidos se siguen multiplicando», Página/12 del 18/07/2017). También el mismo centro advierte sobre las bajas en el padrón de las AUH: entre enero y marzo de este año hay 231.542 menos de estas asignaciones («AUH; radiografía de un derecho al que también le llegó el ajuste»/Tiempo Argentino del 23/07/17). Las bajas se relacionan mayormente con la deserción escolar creciente, sobre todo en la escuela secundaria. Y no porque los jóvenes sean «vagos o no quieran estudiar», sino porque se ven obligados a buscar alguna changa para colaborar con los cada vez más magros ingresos en el hogar. Y también hay que admitirlo: no ven mucho futuro en el estudio, cuando lo que crece son los recortes a la ciencia, a la técnica y al presupuesto educativo. Un mensaje del mísero lugar que ocupan estas áreas para el gobierno de Cambiemos.

Sumado a lo anterior, un panorama económico donde lo único que crece día a día es la especulación financiera («El dólar pegó otro salto ayer y se acerca a los 18 pesos«/ La Capital, 25/07/17).

Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias, las alegrías y también las decisiones políticas de quienes gobiernan. Hoy sus docentes están avisando que para muchos chicos llegar al comedor del lunes de cada semana representa una espera enorme, y que entre una comida y otra hay una distancia demasiado dolorosa.

Fuente del articulo: http://www.lacapital.com.ar/opinion/una-distancia-dolorosa-n1439836.html

Fuente de la imagen: http://static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/021/079/0021079943.jpg

 

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Libro: Antología del pensamiento crítico venezolano contemporáneo

Antología del pensamiento crítico venezolano contemporáneo

Alba Carosio. Anais López. Leonardo Bracamonte. [Organizadores]

Javier Biardeau. Vladimir Acosta. Iraida Vargas. Edgardo Lander. Steve Ellner. Carmen Bohórquez. Fernando Coronil. Jacqueline Clarac. Esteban Emilio Mosonyi. Alejandro Moreno. Rigoberto Lanz. Maritza Montero. Domingo Alberto Rangel. José Agustín Silva Michelena. José Manuel Briceño Guerrero. Giovanna Mérola. Federico Brito Figueroa. Ludovico Silva. Jeannette Abouhamad. Rodolfo Quintero. [Autores de Capítulo]

Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño.
ISBN 978-987-722-122-0
CLACSO.
Buenos Aires.
Octubre de 2015

La presente Antología del pensamiento crítico venezolano contemporáneo se propone reflejar el conjunto de preocupaciones, temáticas, posiciones y propuestas que en los últimos cincuenta años han caracterizado el pensamiento crítico sobre la sociedad y sus determinaciones políticas y culturales. Se pretende presentar un panorama histórico-analítico de las inquietudes dominantes a través de sus referentes más relevantes, quienes centraron la comprensión y discusión de las realidades sociales de Venezuela en el contexto latinoamericano, y desarrollaron propuestas para su transformación. El enfoque general para la selección de las obras y autores/as partió de considerar que cada uno/a de ellos/as testimonia momentos de la reflexión social venezolana al servicio de una voluntad de cambio social, proponen una crítica radical del orden imperante y plantean posibilidades y vías para una superación de las relaciones de explotación y coloniaje existentes. En particular, la selección de textos trata de rescatar el continuo-discontinuo de la tradición del pensamiento antisistémico, con racionalidad rebelde, incorformista y subversiva. Con esta perspectiva se presenta una producción intelectual constructora de un pensamiento social que se hace cargo de la explicación de la realidad concreta, uniendo las dimensiones del conocimiento, la política y la ética, potenciadas en el contexto de un compromiso político que busca favorecer el cambio social. En suma; la producción de conocimiento recogida en esta compilación se ubica en el espacio del pensamiento transformador y comprometido.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/pais_autor_libro_detalle.php?id_libro=1035&campo=autor&texto=4770&pais=10

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Libro: Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización

Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización
Homenaje a Celso Furtado

Gregorio Vidal. Arturo Guillén R.. [Coordinadores]

Celso Furtado. Theotonio Dos Santos. Alexander Tarassiouk. Gregorio Vidal. Alejandro Vanoli. Eugenia Correa. Alicia Girón. James M. Cypher. Alberto Couriel. Julio Sevares. Luiz Carlos Bresser-Pereira. Carlos Aguiar de Medeiros. Victor M. Soria. Edmar Salinas Callejas. María Elena Tavera Cortés. Raúl Delgado Wise. Oscar Mañán García. Rodolfo García Zamora. Ángel María Casas Gragea. Jesús Ferreiro Aparicio. Carmen Gómez Vega. Carlos Rodríguez González. Clara Fassler. Wilson Cano. Ifigenia Martínez. Aldo Ferrer. Octavio Rodríguez. Osvaldo Sunkel. Arturo Guillén R.. Gérard de Bernis. [Autores de Capítulo]

Ediciones Cooperativas.
ISBN 978-987-1183-65-4
CLACSO.
Buenos Aires.
Febrero de 2007

El desarrollo, tal como ha planteado Celso Furtado en sus trabajos, es un proceso no solamente de transformación de estructuras sino de invención; es decir, comporta un elemento de intencionalidad. En la […] situación social de nuestros países no basta contar con cuantiosos recursos para la inversión para poder crear las condiciones de un mejor futuro de la mayoría de la población. Como nos recuerda Furtado […] cuando el proyecto social da preeminencia a la efectiva mejoría de las condiciones de vida de la población, el crecimiento sufre una metamorfosis y se convierte en desarrollo. Esa metamorfosis no es espontánea, es el resultado de un propósito, de una voluntad política que tiene por meta constituir una sociedad apta para hacerse cargo del proceso del desarrollo. Este es el punto nodal del momento actual de la historia de nuestros países. Concitar la voluntad política que permita recuperar el crecimiento económico sobre una base nueva. Ese crecimiento debe estar fundado en el fortalecimiento de las capacidades productivas propias, lo que comienza con la reproducción de las condiciones productivas –satisfacción de las necesidades básicas– de los habitantes de nuestros territorios. Debe garantizar la transformación de la agricultura, la ganadería y otras actividades primarias, permitiendo que los campesinos y otros productores directos sean sujetos relevantes en el curso de los hechos económicos […] debe ser capaz de encontrar los medios para avanzar en la industrialización con una amplia combinación tecnológica, que incluya elementos de punta, pero también se asiente en la ampliación del consumo de la población. Una dinámica económica que nos dote de recursos socialmente administrados, para resolver las carencias en materia de salud y universalizar la educación. La estrategia alternativa considera el fortalecimiento del Estado democrático dotado de una amplia capacidad para promover el desarrollo. Declaración de Río de Janeiro.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=101&campo=autor&texto=santos

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