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México: Oaxaca apuesta por el Software Libre

San Raymundo Jalpan, Oaxaca.-

El presidente de la Junta de Coordinación Política de la XLIII Legislatura, propuso la iniciativa de Ley de Fomento a la Creación, Desarrollo, Utilización y Difusión del Software Libre y Código Abierto del Estado de Oaxaca, para promover y garantizar que la entidad sea parte de la revolución tecnológica.

La propuesta tiene como objetivo primordial, la promoción de la cultura de la utilización del software libre y código abierto, así como el desarrollo de nuevas tecnologías que permita ser una plataforma del impulso económico de Oaxaca.

Con esta iniciativa, se crea el Laboratorio de Software libre, que llevará por siglas LABSOL, siendo la instancia dependiente del Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología, y que deberá promover y garantizar que en Oaxaca se desarrolle software libre para ser utilizado sin costo alguno.

En este sentido, Molina Espinoza explicó que las y los oaxaqueños contarán con las posibilidades de ejecutar, copiar, estudiar, distribuir y mejorar los programas para que sean más eficientes en las tareas que realizamos.

“Este esquema de apertura o libertad de acceso a esta tecnología es una herramienta poderosa para el desarrollo social, una forma de coadyuvar a su aplicación en la vida cotidiana”.

El legislador agregó que la implementación de esta Ley representa un ahorro sustancial en los costos de los programas, porque en se contará con un organismo que ayudará a cualquier oaxaqueño en la instalación, mantenimiento, adecuación y mejora de los productos tecnológicos.

Con esta iniciativa, garantizamos a los oaxaqueños los derechos humanos de última generación, al acceso a las tecnologías y a su implementación en la vida cotidiana, además de colocar a Oaxaca a la vanguardia del acceso tecnológico de países como Alemania, Brasil, Cuba, España, Francia, entre otros, que han diseñado estrategias para la utilización total del software libre en sus diversos niveles de gobierno finalizó.

Fuente: http://www.tvbus.tv/web/2017/02/21/propone-irineo-molina-ley-utilizacion-del-software-libre/

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Airblock, el primer robot educativo 3 en 1 para tierra, agua y aire

22 Enero 2017/Fuente y Autor:noticias2d

SPC, la marca española de electrónica de consumo y la plataforma de software y hardware libre, Makeblock, lanzan en España y Portugal el primer robot educativo diseñado para tierra, agua y aire.

En un momento en el que es fundamental adelantarse a los cambios y continuar invirtiendo en el sector de la educación e innovación, aparece un nuevo protagonista en las aulas, el robot educativo 3 en 1 de SPC-Makeblock, un robot innovador que fomenta la robótica y programación.

Airblock: El robot educativo 3 en 1 modular y programable

AirBlock es el primer robot educativo modular programable diseñado para tierra, agua y aire que permitirá enseñar a los niños y niñas a programar de una forma sencilla e intuitiva mediante un interfaz gráfico basado en programación gráfica o por bloques.
El robot presenta diferentes módulos ensamblables de forma magnética permitiendo una construcción rápida y sencilla.

Además, está fabricado con un material muy ligero (polipropileno expandible) que absorbe los impactos, por lo que su modo Drone es ideal para su vuelo en interiores. Y no solo eso: también puede conducirse sobre el suelo (modo Spider) y el agua (modo Hovercraft).

Uno de los aspectos más relevantes del producto es que está basado en el concepto DIY, por lo que el usuario podrá crear de manera ilimitada construcciones diferentes que además podrán ser ampliadas por medio del amplio surtido de estructuras de SPC-Makeblock.

Fuente de la noticia: http://www.noticias2d.com/2017/01/17/spc-y-makeblock-lanzan-airblock-el-primer-robot-educativo-3-en-1-para-tierra-agua-y-aire/

Fuente de la imagen: http://www.gizlogic.com/wp-content/uploads/2016/10/Airblock.png

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Así es la mayor biblioteca de código abierto del mundo

José Manuel Blanco
elconfidencial.com

Igual que las películas o los libros se preservan, el ‘software’ tampoco se puede perder. Y hay quienes están trabajando para ello. Software Heritage es un proyecto a escala mundial que busca archivar todo el ‘software’ libre que se ha creado y se crea. Desde los proyectos casi anónimos que cada día aparecen en GitHub hasta programas míticos como el Open Office, esta página web con menos de dos años de vida (aunque fue publicada hace unos meses) pretende acoger todo ese saber con el fin de que pronto esté disponible para muchos.

Desde Francia, el profesor Roberto Di Cosmo está al frente de la iniciativa, que nació como idea hace tres años. “Cuando empecé a trabajar en eso [investigar el código abierto existente], buscábamos una gran colección de todo el código disponible. No solo disponible hoy, sino que vaya a quedar disponible a largo plazo”, explica a Teknautas. Tras mucho investigar, él y su equipo no encontraron recopilación alguna: “No había nadie que se encargara de preservar el código fuente”. Para ellos, el problema era muy grave y había que solucionarlo: “El verdadero conocimiento está en el código fuente del ‘software’, no tanto en el archivo ejecutable, y estamos perdiendo ese conocimiento”.

Visto el problema, había que definir una estrategia a largo plazo. Optaron por crear una especie de “consorcio internacional” formado por voluntarios. En él estarían representados no solo personas individuales, sino también organizaciones, centros de investigación o universidades. Trabajaron un año y medio en secreto, diseñando y montando la infraestructura. La web de Software Heritage se hizo pública el pasado 30 de junio, con todo el material que habían ido recopilando en ese tiempo.

Una Wikipedia del ‘software’

El objetivo es que cualquiera tenga acceso a un gran repositorio de código fuente. Di Cosmo ve muchas utilidades “no solo para el investigador que haga análisis, sino para miles de aplicaciones diferentes. Puede ser para la industria, para buscar vulnerabilidades…”. Es más, “uno podría construir alguna Wikipedia del ‘software’: la historia, por qué tal programa fue desarrollado por quién, en qué momento, ver cómo evolucionó con el tiempo…” Ellos no solo almacenan código fuente, “también toda la historia del desarrollo”. Cada seis horas se actualiza su contador: cuando se escribe este artículo, hay más de 47 millones de proyectos, que suman 3.100 millones de archivos en su seno.

En esa biblioteca hay de todo. En primer lugar, una copia integral de GitHub, la plataforma más famosa para compartir proyectos informáticos y desarrollarlos de forma colaborativa: millones de desarrolladores cooperan y comparten su trabajo para que el resto de la comunidad lo disfrute. También están repositorios como los de Debian yGoogle Code. “Está todo el código fuente de la mayoría de ‘software’ libre que se usa hoy en día: Linux, Firefox, Open Office… Hay gente que puso también todo el historial de Unix desde 1970, el código fuente del Apolo XI…” Y entre los colaboradores que aportan este contenido se cuentan empresas como Microsoft Francia.

A la vez que aportan el ‘software’, piden la participación de todos aquellos interesados en seguir mejorando el proyecto: para desarrollar, para dárselo a conocer a otras personas… Y ojo, porque también contratan. Es un proyecto transparente y colaborativo donde se agradece tanto una nueva pieza de ‘software’ libre como el aviso de un ‘bug’. Hay una lista de correo y un canal IRC para suscribirse.

De momento el archivo no está disponible para su descarga pública. El objetivo es no perder todo ese ‘software’ que podría dejar de estar disponible

Otra opción es patrocinar Software Heritage. De acuerdo a la cantidad de dinero que destinen cada año, los patrocinadores aparecerán reflejados como donantes en la página web y en otros apartados como las notas de prensa del proyecto. El dinero se destina a reforzar la infraestructura para seguir creciendo, así como a financiar los gastos derivados. De momento, Software Heritage es un proyecto sin ánimo de lucro del INRIA, el instituto francés de investigación informática, y sus promotores esperan que pronto se pueda “independizar”.

De momento, eso sí, el archivo no está disponible para su descarga pública: “Por ahora, nosotros nos ocupamos sobre todo de almacenar y salvar esos datos antes de que desaparezcan”, explica Di Cosmo. Es posible verificar si algo se encuentra allí, aunque no se pueda acceder a ello. Cada archivo del código fuente suele tener un identificador, un cifrado de seguridad de los denominados SHA. Si se conoce uno de esos códigos, se puede introducir en el buscador y comprobar si el archivo ya está almacenado. También se puede subir un nuevo archivo para que el equipo lo almacene o asegurarse de que alguien no lo haya hecho antes.

El objetivo es no perder todo ese ‘software’ que está disponible y que podría dejar de estarlo. Di Cosmo pone como ejemplo lo que pasó en 2015, cuando Google Code yGitorius anunciaron su cierre: “Había que buscar todo eso antes de que desapareciera”. Una vez guardados, se preocupan de garantizar su supervivencia y, aún más, de procurar que en unos años vuelvan a funcionar. “Es un tema difícil”, reconoce el profesor. “Hay mucha gente que trabaja en eso. Para intentar pasar del código fuente al ejecutable se necesita el compilador, la librería, el entorno de desarrollo…” Ellos no se ocuparán directamente de esa parte, pero quieren trabajar codo con codo con aquellos que ya lo están haciendo.

El proyecto sigue adelante gracias a la voluntad de mucha gente con ganas de cooperar y de aportar dinero. El mayor archivo de ‘software’ libre ya está en marcha para preservar la historia de una parte esencial de nuestro día a día. Y puede que el trabajo nunca termine.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-12-04/software-libre-informatica-open-source-linux-github_1298849/

Imagen tomada de: http://www.educacionyculturaaz.com/wp-content/uploads/2016/07/free.jpg

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Solidarios pero machistas: ¿por qué el ‘software’ libre no escucha a las mujeres?

14 de diciembre de 2016 / Fuente: http://www.eldiario.es/

Por: Marta Sofía Ruíz

La comunidad del código abierto se caracteriza por su solidaridad: los desarrolladores realizan, de forma gratuita, modificaciones de ‘software’ para mejorar proyectos ajenos. Sin embargo, a pesar de su espíritu colaborativo, esta sociedad ‘online’ es machista y prejuzga las aportaciones femeninas. Las programadoras solo son tratadas como iguales si no se identifican como mujeres.

Los sesgos de género en el campo de la ciencia y la tecnología se han documentado en distintos estudios. Recientemente, un  análisis sobre el proceso de selección para un puesto de laboratorio demostró que, ante un mismo currículum, tanto hombres como mujeres evalúan las habilidades del candidato más positivamente si el solicitante es varón. Las mujeres obtienen puntuaciones más bajas por currículums con exactamente las mismas características que las de sus compañeros hombres y tienen menos posibilidades de ser contratadas porque son percibidas como “menos competentes”.

Por desgracia, parece que estos sesgos de género también están presentes en la comunidad de código abierto, en la que el primer indicador de discriminación es el dato de la baja presencia femenina: solo un  11,2 % de los programadores son mujeres.

 Github, una plataforma de desarrollo colaborativo que facilita el alojamiento de ‘software’, la reutilización de código y la participación en proyectos de terceros, se caracteriza por un supuesto espíritu de solidaridad y colaboración. A pesar de ello, un  estudio reciente sobre esta página indica que las contribuciones de mujeres tienden a ser rechazadas por los creadores de las iniciativas con más frecuencia. Eso sí,  solo cuando su género es reconocible.

“Nuestro análisis indica que las contribuciones de las mujeres suelen ser más aceptadas que las de los hombres. Sin embargo, cuando su género es identificable, son rechazadas más a menudo”, explica a HojaDeRouter.com Emmerson Murphy-Hill, investigador de la universidad de Carolina del Norte (EE.UU.)

Las contribuciones de las mujeres tienden a ser rechazadas más habitualmente.
Las contribuciones de las mujeres tienden a ser rechazadas más habitualmente.

Este contraste entre el nivel de aceptación cuando publican desde el anonimato y el de rechazo cuando se identifican como mujeres ha llamado especialmente la atención de los investigadores. Entre las posibles causas, señalan que las desarrolladoras que han logrado vencer todos los obstáculos podrían ser especialmente competentes.

“Estamos sorprendidos de que las peticiones sean mucho más aceptadas en el caso de las mujeres», afirma el científico. «Sospechamos que tiene que ver con la autoselección: las mujeres que están en GitHub son más competentes, quizás porque otras fueron desanimadas por una gran variedad de razones y no llegaron a conseguirlo”.

El estudio sobre esta comunidad basada en ‘software’ libre es uno de los primeros que se han llevado a cabo en este campo, pero un reflejo de lo que es habitual en internet. “Trabajos previos habían documentado de forma cualitativa los sesgos de género en la comunidad de código abierto. Y conocíamos casos personales, así que era una buena oportunidad para examinar estos sesgos con una gran base de datos y asignar cifras a los resultados anteriores”, destaca  Murphy-Hill.

INTERNET, UN LUGAR INHÓSPITO PARA LAS MUJERES

En su libro ‘Unspeakable things’, la periodista británica  Laurie Penny explica que, desde los comienzos de internet, la retórica imperante ha defendido que la Red derribaría las barreras de género: ser hombre o mujer no tendría importancia ‘online’. Sin embargo, la activista señala la trampa: para ser tratada como una igual hay que ocultar que eres mujer, en una especie de «armario del género», un término acuñado por Clay Shirky, autor de ‘Here Comes Everybody’ y teórico de internet.  

La autora profundiza además en la narrativa del ‘geek’ como triunfador del siglo XXI, una historia en la que las mujeres solo representan un papel secundario. Aunque con variaciones, la estructura siempre es la misma: chico ‘geek’ que lo pasa fatal en el colegio, no tiene amigos —o pocos— y sufre el acoso de parte de sus compañeros. Nadie le comprende y la chica popular pasa de él. Sin embargo, es realmente inteligente. Al final usa su ingenio para conseguir un montón de dinero y a la chica sin tener que renunciar siquiera a su camiseta con eslogan. La chica solo es el objeto a conseguir, no la protagonista.

Según Penny, la cultura de internet se crea sobre esta narrativa ‘geek’, sobre la idea de que los hombres que construyeron la Red eran los marginados de la pirámide social tradicional, en el sentido del orden social de cafetería de instituto. Esto implica que muchos de estos jóvenes que construyeron el mundo ‘online’ tenían una incapacidad para conectar con las mujeres o eran ignorados por ellas. Por ello, la Red aún actúa bajo la premisa de que las chicas son invasoras, el enemigo.

La organización Girls who Code busca inspirar a las jóvenes para que persigan oportunidades en el campo de la informática
La organización Girls who Code busca inspirar a las jóvenes en el campo de la informática

Otras voces en la Red, como la de Bruce Perens, uno de los fundadores de la comunidad del código abierto, también apuntan a la falta de empatía como el motivo para esta brecha de género ‘online’.  En su web, el fundador y primer líder de los proyecto Linux Standard Base y UserLinux explica que a los chicos no se les enseña a trabar amistades sanas con las mujeres ni a buscar interacciones socialmente respetuosas, lo que les conduce a tener muy poca empatía.

“Si el ambiente escolar no segregaba a los chicos y las chicas de manera activa, se segregaban de manera natural, y no está bien. Hemos terminado teniendo otra generación de chicos que no han pasado mucho tiempo al lado de compañeras mujeres, no las entienden y no sienten empatía por ellas. Además, cuando la atracción sexual se convierte en un factor, la falta de empatía hace que los chicos tiendan a cosificarlas”, defiende.

El informático señala también las características poco habituales de esta comunidad como otro de los factores que contribuyen a crear un clima particular, adecuado para aquellos que no están cómodos en el mundo ‘offline’ y que prefieren las interacciones a través de un ordenador. “Se trata de un ambiente que atrae a gente con problemas sociales, que quizá les conducen a una falta de empatía con las mujeres, y también tenemos a hombres que no tienen ninguna patología pero que no han sabido socializar con las mujeres de la forma adecuada”.

LUCHANDO POR CERRAR LA BRECHA

Gobiernos y organizaciones siguen trabajando para que la brecha de género en el campo de la ciencia y la tecnología disminuya. En el sector de la programación, en Estados Unidos hay organizaciones como  Girls who Code que intentan inspirar a las jóvenes para que persigan vocaciones en el campo de la informática.

Por su parte,  Black Girls Code pretende aumentar el número de afroamericanas en el espacio digital, ofreciendo herramientas a mujeres negras de entre 7 y 17 años para que puedan convertirse en líderes innovadoras que sirvan de modelo a sus comunidades.

Sin embargo, estos esfuerzos aún no tienen un reflejo claro en las estadísticas, que siguen mostrando las dificultades que tienen las mujeres para acceder a las carreras técnicas. El documental ‘CODE, Debugging the gender gap’ busca concienciar sobre este problema. La directora y productora, Robin Hauser, decidió rodarlo cuando su hija le llamó para decirle que iba a dejar la ingeniería informática que estaba cursando. “Soy muy mala, soy la peor de la clase, no encajo”, comentó a su madre. En la web del documental, Hauser explica que su confianza estaba bajo mínimos y que era una de las dos únicas mujeres en una clase de 25 personas. Dejó la carrera, pero hasta su abandono estaba sacando notable en todas sus asignaturas.

A través de entrevistas, animaciones y ‘flashblacks’, CODE trata de entender por qué las mujeres y la población negra no reciben oportunidades suficientes en la ciencia, y el papel que los estereotipos, el sexismo y los obstáculos educacionales juegan en esta crisis. Puede que la respuesta sea que, tal y como se decía en los comienzos de la Red, “no hay chicas en internet”. O, simplemente, que puede que internet no quiera reconocerlas.

Fuente artículo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/internet/software_libre-codigo_abierto-comunidad-mujeres-genero_0_504299654.html

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En Venezuela: Mppeuct realizó el Lanzamiento oficial del Portal de Software Publico

America del Sur/Venezuela/MPPEUCT/MGMUNOZ

Ingresando a la dirección electrónica se podrá materializar la incorporación del sector productivo y su inserción en la lógica de producción de tecnologías libres en el país: http://softwarepublico.gob.ve/

El Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y Tecnología (Mppeuct) a través del Centro Nacional de Tecnologías de Información (Cnti) realizó este miércoles el lanzamiento oficial del Portal Informativo del Sistema Nacional de Software Público (Snsp) en el marco del Primer Seminario de Gobierno Electrónico 2016 que se celebró en el auditorio de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu).

La información fue suministrada por Kenny Ossa, presidente del Cnti quien explicó que el objetivo de esta presentación fue dar a conocer las características del Sistema donde se podrán revisar todos los aspectos que contiene y los elementos que plantea.

Asimismo, anunció que ingresando a la dirección electrónica http://softwarepublico.gob.ve/ se podrá materializar la incorporación del sector productivo y su inserción en la lógica de producción de tecnologías libres en el país.

El representante institucional, además planteó que “partimos de un principio fundamental en el que 80% de las necesidades de toda la Administración Pública Nacional son comunes” por tanto este portal favorece el uso y desarrollo de tecnologías de información con soluciones estrechamente vinculadas a las necesidades del pueblo.

Además agregó “así como existe el Sistema de Compras Centralizadas del Estado, nosotros en materia tecnológica estamos presentando un nuevo sistema para reorganizar y optimizar el esfuerzo y los recursos del Estado con unificación de las herramientas tecnológicas a través de aplicaciones comunes para todas las instituciones del sector que comprenden planificación, administración y gestión documental”, añadió.

Con esta nueva página web el Estado cohesiona y organizar esfuerzos para proveer soluciones.

Por su parte, Daniel Amaro, director ejecutivo del Cnti expresó que la nueva Web brinda información sustancial acerca del software público nacional e internacional, refiere sus antecedentes, beneficios y brinda acceso a la plataforma colaborativa.

De igual forma añadió que este Medio facilita a los desarrolladores las herramientas técnicas necesarias para reportar avances a través de un código. “La idea final es garantizar que las aplicaciones sean sustentables”, concluyó.

Fuente; http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/mppeuct-realizo-el-lanzamiento-oficial-del-portal-de-software-publico

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La práctica cotidiana del relato

Creer que la enseñanza no es el don de poder mostrar a otros cuánto se sabe, sino es el poder de construir con otros significados de lo que se ve, conduce a hacer de eso un modo de mostrarse al mundo y una forma de vivir. Como modo de vivir, esta forma de entender la enseñanza replantea la forma en que se entiende el papel del conocimiento. Conocer tiene su gérmen en las preguntas, sin preguntas no hay conocimiento.

Uso software libre desde el año 2002. Comencé como usuario básico y, a través del autoaprendizaje, las preguntas me han ido guiando hacia el descubrimiento del potencial del software libre para resolver mis tareas básicas en investigación, escritura o divulgación científica. En este tiempo, varias veces me he involucrado en grupos de activistas que, aún siendo herederos de procesos formales de aprendizaje que por inercia pugnan por ser reproducidos, buscan concebirse a sí mismos como espacios abiertos y de formación colectiva de conocimiento, lo cual supone un modo diferente de construirlo.

Así como se ve en el arte, en ocasiones desde estos grupos de activistas, he visto que se manifiestan modos por construir conocimiento que buscan superar la forma tradicional de aprender, y que logran desplegar cuando se comprende que el software libre, debiera estar al servicio del entendimiento sobre la necesidad de construir un conocimiento emancipado, para que forme parte de lo que la sociedad considera como bueno para todos, y que debe ser parte del bien público. Tal como lo he visto, los procesos más exitosos de socialización de uso de software libre, y de aprendizaje sobre tecnologías libres, son aquellos que han se han atrevido a superar la mera exigencia de criterios técnicos (libertad de estudio, uso, distribución y modificación del código), y se han asumido como herramienta para la construcción del bien público del que es parte.

En este proceso, en el cual desde los grupos de activistas he compartido también aciertos y desaciertos,  es innegable que el papel del conocimiento en la construcción del bien público sólo es concebible si se acepta su carácter acumulativo. Entonces, buscar que a través de la defensa del software libre se reivindique la necesidad de recordar que el conocimiento es fundamentalmente acumulativo, tal como he visto, puede ser la piedra de toque para abrir a muchas más personas a exigir que el conocimiento sea de acceso abierto a todas y todos. No hablamos de la acumulación de quien guarda para si todo cuanto puede. La acumulación de la que hablo es la de la memoria, es de aceptar que somos seres históricos y que el conocimiento no puede evitar ser parte de esto. En el software la acumulación es consecuencia directa del despliegue de las habilidades propias del aprendizaje de una técnica y tiene el sentido práctico de introducir mejoras en las funcionalidades del código: es decir que haga mejor lo que ya hace.

Debo insistir que estas observaciones que planteo, las hago desde mi propio aprendizaje y desde mi condición de persona no técnica que piensa sobre cómo se hacen las tecnologías libres. En ese aprendizaje propio, he visto que además de hacer software libre, también hay que contar la historia que se teje en el camino de su hechura documentando todo el proceso que precede la pieza terminada. Este trabajo, casi etnográfico resulta sin embargo, uno de los más evadidos por desarrolladores y desarrolladoras.

Al respecto, tengo la impresión de que esa aversión resulta una consecuencia de nuestro condicionamiento, a través de la educación formal, a aprender bajo pautas memorísticas y sin opciones para el desarrollo de una escritura creativa, sobre aquello que hacemos. Escribir sobre lo que hacemos o vemos, estoy convencida, es una actividad que relegamos socialmente a escritores/as que han estudiado (a su vez bajo estructuras formales) para ello. Nos convencemos de que para observar aquello que nos rodea, requerimos la licencia de un aprendizaje formal. Entonces, aunque es necesario que ese trabajo casi etnográfico acompañe al desarrollo de las tecnologías libres, a veces es bastante desatendido.

Hay un tema con lo que aprendemos del uso del lenguaje que, creo, determina el cómo describimos lo que se hace, pero también cómo nos interesa describirlo. Nuestros procesos de aprendizaje formal nos llevan desde una primaria marcada por la observación y descripción durante sus dos o tres primeros años, a una comprensión sistemáticamente segmentada de aquello que nos rodea, cuando la realidad comienza a fragmentarse en parcelas de conocimiento y éste pierde su carácter acumulativo y su papel en la formación de la memoria sobre el ser.

Con el tiempo, nos olvidamos de cómo describir lo que vemos, lo que nos rodea, lo que percibimos, lo que nos ocurre, y ese olvido parece llenarse de un temor a equivocarnos en como escribimos, y cómo vamos juntando las palabras. Este temor se enraiza profundamente y cuesta superarlo.

Las piezas de software se apoyan en el uso de lenguajes propios. Pero como ejercicio de lenguaje que trasciende el ejercicio técnico y debe apoyarse en una tarea de relato, requiere para la palabra, cultivo y cuidado. El software es un hecho social, y como tal, se nutre de aquellas virtudes y refleja las falencias de la sociedad en la que ocurre. Aunque emerge de lo social, no puede dar cuenta cabal de ello sin transformarla en algunos aspectos.

Allí, el uso de sus propias convenciones idiomáticas al lenguaje no pueden producir una imbricación automática e irreflexiva de unos términos técnicos sobre significados sociales como la vía expedita de socializar la tecnología, sino precisamente la reflexión sobre el valor y peso del lenguaje en la construcción de los significados culturales comunes a todos y constitutivos del quehacer social de cada comunidad.

Y creo que un buen modo en hacerlo posible es generalizar desde los más pequeños estudiantes, la práctica del relato de lo cotidiano, desde lo más simple hasta lo más complejo, como mecanismo a través del cual no sólo se descubra al mundo, sino se evidencie el papel de cada cual en su transformación.

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Argentina: La balanza virtual

América del Sur/Argentina/Julio del 2016/www.pagina12.com.a

Las exportaciones de software superaron los 1000 millones de dólares el año pasado por servicios de programación, monto similar a las importaciones por el pago de licencias. El desafío es el desarrollo nacional del sector.

  Por Esteban Magnani

Resena:

Las exportaciones de software crecieron sostenidamente desde los 170 millones de dólares en 2005 hasta superar los 1000 millones en 2015, según los datos de la Cámara Empresaria del Software y Servicios Informáticos. Este desarrollo se explica por una demanda creciente en el mundo, sumado a políticas educativas y de promoción desde el Estado. Teniendo en cuenta la importante necesidad de divisas, sumado a que el software es una industria que, a grandes rasgos, tiene un alto valor agregado, genera empleo de calidad y requiere una inversión relativamente baja en infraestructura, el dato invita al optimismo. Al poner estos datos en contexto surgen alternativas para profundizar el proceso.

“La contracara del crecimiento de la industria del software y las exportaciones que genera, es lo que se importa y que podría remplazarse con producción nacional”, explica el sociólogo Pablo Vannini, uno de los autores de un extenso informe titulado Sustitución de importaciones de Software, que realizó junto a los economistas Andrés Asiain y Mercedes Rodríguez, con la colaboración de Pablo Recepter. El interrogante que aborda la investigación, publicada recientemente en un libro de la ONG Usuaria, es cuánto envía la Argentina al exterior en concepto de software y, sobre todo, en licencias. No fue tarea fácil: la información sobre importaciones no se publica desagregada y por eso resulta muy difícil de mensurar. Por medio del cruce de datos provenientes de distintas organizaciones sobre la cantidad de servidores y computadoras en Argentina, los porcentajes de “piratería” denunciados por cámaras empresarias, las compras de licencias que se hacen en el país a empresas que tienen filiales locales pero luego giran los dividendos a los países centrales llegaron a una cifra aproximada apoyada luego por datos cruzados.

El resultado final es una estimación de 980 millones de dólares, un monto bastante similar al de las exportaciones de software de 2015. Si se suma el monto por el “riesgo” de utilizar programas no licenciados, la cifra se triplica para llegar hasta los 3085 millones.

“Pero el desafío no es solo equilibrar la balanza, sino también ver cómo es mejor hacerlo. Para eso hay que analizar el tipo de exportaciones y de importaciones realizadas”, explica Vannini. Mientras la mayor parte de los ingresos son por servicios, sobre todo de programación, los egresos son principalmente por licencias, es decir autorizaciones para usar un software. No se trata de un tema menor: lo que se exporta son horas–hombre, y se importa un bien inmaterial cuyo costo marginal es mínimo, casi inexistente. Como explica el artículo: “Desde un aspecto económico vale decir que el Software se comporta como un bien no rival, es decir, puede ser usado por varios simultáneamente sin pérdida ni desgaste: el compartir no se hace por división, sino por multiplicación”.

“Una vez más, estamos compitiendo desde una posición de desventaja porque nos quedamos con las actividades de menor valor agregado”, se lamenta el sociólogo.

Desde la perspectiva del informe buena parte de las licencias pagadas con divisas podrían sustituirse ya que existen numerosos recursos de software libre disponibles para evitar la trampa que en muchos casos implica la opción privativa. “Las empresas privadas te venden un software por un costo y luego te cobran, generalmente, cerca del 30 por ciento para lo que llaman “mantenimiento” que es, básicamente, enviarte las actualizaciones de seguridad”, explica Vannini. “Pero, además del costo de entrada y de mantenimiento, tenés el costo de salida. ¿Qué significa eso? Que si la empresa compra un software, lo instala, capacita a su gente y la empresa proveedora decide aumentar su precio no le queda otra que pagarlo porque cambiar es muy costoso. También pueden discontinuar el producto y tiene que comprar una licencia nueva. Incluso hay empresas que calculan lo que tienen que pagar en base a la cantidad de empleados o, peor aún, como un porcentaje de la facturación total, lo que implica que además tengan los datos internos del negocio”, enumera Vannini.

“Con el software libre, que permite a cualquiera usarlo respetando ciertas libertades, eso no ocurriría: la empresa pagaría por las horas hombre de la instalación, algún desarrollo en particular, pero después podría contratar a otra firma para que siga el trabajo”.

Un ejemplo sencillo de esta posibilidad de racionalización de recursos suele aparecer en las noticias cuando un Estado o empresa decide remplazar software de máquinas de escritorio como el Office de Microsoft por Libre Office o Windows por alguna distribución de GNU/Linux. Este tipo de políticas también favorece una mejora sustancial en la seguridad de los datos, ya que el código abierto permite auditorias para ver realmente qué es lo que hacen las máquinas. Este tipo de decisiones suele generar un intenso lobby por parte de las corporaciones o rebajas “especiales” para sus licencias cuyo costo, como se dijo, es casi inexistente y, seguramente menor que los riesgos de perder una porción del mercado.

“En Argentina se han desarrollado algunos software de relativo éxito, incluso con licencias, pero cuando empiezan a ser competitivos, las grandes corporaciones usan su espalda financiera para comprarlos”, explica Vannini. En la investigación describe: “ya sea por la investigación y desarrollo o por la compra de empresas (que poseen licencias) y gracias al bajo costo marginal del bien que se comercializa, el mercado tiende a la generación y consolidación de monopolios, dado que una vez alcanzada una posición en el mercado la misma se mantiene por el bajo costo de reproducción del bien y la dependencia del cliente hacia el producto”.

El software libre ofrece una buena alternativa a este modelo dependiente: por el tipo de licencias que usa resulta mucho más difícil de cerrar o privatizar y puede ser una herramienta capaz de nivelar la desigualdad entre el costo de las exportaciones argentinas (o del tercer mundo en general, para el caso) y de las licencias de software que se amortizan en todo el mundo. Vannini, quien es socio de la Cooperativa de Software Gcoop, asegura “El Software Libre ofrece un modelo de negocios que abre el juego a las Pymes, frente a un mercado cercado por las grandes corporaciones”.

Fuente:http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-9470-2016-07-10.html

Fuente imagen  http://previews.123rf.com/images/leowolfert/leowolfert1507/leowolfert150700012/42099301-Brazo-de-un-empresario-llegar-a-tocar-un-par-virtual-de-escalas-La-balanza-es-equilibrio-de-un-emple-Foto-de-archivo.jpg

 

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