Page 1 of 2
1 2

La ética en la concepción de fundamento de la educación

Por Marlene Zenteno |

Si Dostoievski aseguraba que sin Dios todo está permitido, ahora parece afirmarse que sin unos principios éticos universales estamos perdidos.

J. Corominas Escudé

– El presente artículo reflexiona la importancia de la subjetividad como pilar de la transformación de la educación que está, hoy en día, muy poco reflexionado al momento de orientar la práctica educativa cotidiana.

Se trata de la necesidad de hacer visible un aspecto olvidado que se debe recuperar para lograr mover voluntades en los actores educativos en un momento de suma trascendencia que vive el país; la consolidación de una educación para la descolonización. Lograr colocar este elemento en la agenda de discusión es el objetivo del presente documento.

Introducción

Una idea básica para comprender el concepto de educación es la que relaciona a ésta a la transformación, es decir, educación como transformación refiere al primer elemento que debe ser comprendido y del cual no siempre se tiene plena consciencia. Ya Maturana (2010) recuerda que –a modo de experiencia del sujeto- aprender es, literalmente, transformarse. La biología lo puede demostrar como fenómeno que sucede en uno –en el cerebro- como persona.

En un marco más amplio ya Freire suele repetir algo de lo que en menor medida se ha reflexionado en su alcance epistémico. Así cuando Freire (2000) nos dice que; “la educación no cambia el mundo, cambia a los personas que van a cambiar el mundo…” expresa una idea que, insisto, no ha sido digerida ni comprendida en su verdadero alcance. En los hechos el presente ensayo pretende desarrollar los alcances de esta idea que debe ser reflexionada en su real alcance.

Transformación y la descolonización de la educación.

Los tiempos presentes expresan un periodo en el cual es muy sencillo agarrar y repetir frases hechas que circulan sin mayor control en las redes sociales. Es decir, vivimos tiempos en los cuales es muy sencillo aparentar y, sobre todo, suponer cosas. La dinámica inmediatista de la vida actual impide reflexionar cualquier idea. Es más, la reflexión hoy es vista –incluso en los espacios de formación de pos grado- como elemento no sólo innecesario sino ocioso y perjudicial.

De ahí que uno pueda llegar a tener una maestría o un doctorado y, finalmente, nunca haber reflexionado el sentido de la idea de educación porque se asume que, obviamente ya todos los sabemos. Las consecuencias de este tipo de razonamiento son varias. En el presente texto veremos esas consecuencias desde el ámbito de la ética. El punto de partida para este cometido tiene que ver con la definición de la idea de educación que se tendrá. Para el presente documento educación es básicamente transformación. Idea que tiene que ver con la experiencia misma del aprender. Entonces para comprender la idea de educación se debe, también, comprender la idea de aprender.

La idea de aprender refiere siempre a una experiencia del sujeto (Maturana, 2000) se trata de la experiencia de uno mismo. Es en este punto que se vuelve central recuperar la idea de Freire (2000) quien aclara que la educación no cambia al mundo sino que cambia a las personas que -luego- van a cambiar al mundo.

Freire tiene en claro que la educación refiere a la experiencia de aprendizaje que vive uno como persona de modo interno. Por ello la transformación que produce la educación es un uno. Dicho en lenguaje de Zemelman, la transformación que la educación produce opera en el plano de la subjetividad. Es por ello que es posible comprender por qué existen una serie de espacios formativos en los cuales no aparece el aprendizaje, es decir, donde el proceso formativo no termina por marcar huella en la subjetividad de los sujetos.

Ahora bien, se hace necesario hacer una primera precisión para responder a la inmediata objeción lógica acerca de la idea de educación marcada. Objeción que diría que la idea de partida enfatiza una mirada solipsista respecto a la idea de la educación. Idea que puede ser respondida desde la misma mirada biológica que Maturana (2010) defiende. Ya Maturana aclara que educación, desde esta perspectiva es; aprendizaje en convivencia.

El aprendizaje es una experiencia personal que no puede ser vivida sino es en relación al interior de una comunidad. El aprendizaje se lo vive en relación -en convivencia dice Maturana- pero la experiencia que deja ese aprendizaje se lo vive como cuestión que marca a uno en lo personal, en lo subjetivo dice Zemelman.

Ahora bien, al enfatizar la dimensión relacional de la experiencia del aprendizaje se debe comprender que aparece algo fundamental que orienta la reflexión de Dussel (2000, 1990, 2020), Maturana (2010) y el mismo X. Zuviri (2000) esa es la cuestión de la ética. La educación es un concepto relacional y por lo tanto encarna y asume, necesariamente, una dimensión de la ética.

Zuviri (2000) plantea ese alcance de la ética en tanto filosofía primera y Adela Cortina (1999) plantea el mismo problema en tanto filosofía moral, lo cual adquiere su dimensión aplicativa en tanto argumentación y fundamentación de principios –valga la redundancia- morales que deben saber orientar la vida en comunidad. No nos interesa centrarnos en el debate teórico que suele perder sentido respecto de la ética, sino que interesa derivar las consecuencias que tiene asumir que la educación, en tanto aprendizaje en convivencia, como experiencia de transformación personal tiene para su compresión ética.

La educación no transforma la realidad. Recuperación de la subjetividad en la reflexión de la educación.

Todo el preámbulo permite tener un buen marco de referencia que coloca la discusión de la educación en el plano de la subjetividad, cosa fundamental para aproximarnos a una interpretación de la educación en la línea de transformación que se pretende argumentar. En síntesis, lo que la educación transforma en primera instancia es la subjetividad. En caso de no lograrse transformar la subjetividad no existe margen de transformación de nada.

Ahora bien, esto es fundamental para una lectura política de la educación, pues la posibilidad de que no se transforme nada está contenida en la posibilidad de sostener una educación que sólo reproduzca elementos formales que están ya dados. Una educación que no signifique nada para el orden establecido es una educación que no cambie nada en los sujetos que reciben esa educación.

El elemento más impactante del razonamiento tiene que ver con las consecuencias de trasformar algo en alguien, pues este aspecto conlleva secuelas en la relación de este sujeto con el entorno en el cual es. Las consecuencias tienen que ver con comprender que este sujeto va a impactar siempre en el entorno en el cual está.

De ahí la importancia de pensar la educación como ética. Acá es donde podemos hacer un ajuste y un retoque a la idea de ética pues también es posible pensar –desde este contexto- a la educación en tanto ética primera. Ética primera puede ser asumida como el fundamento o el lugar central del relacionamiento de uno. Se trata –desde Dussel- al encuentro con el Otro en tanto Otro.

La educación tiene un elemento particular que lo diferencia de la política y los otros aspectos de la vida. Así, para Dussel, la política expresa el encuentro con el hermano, es decir, es el encuentro con el igual en tanto igual. Aspecto central al momento de pensar la relación con el Otro como quien es reconocido como semejante, punto que es central al momento de pensar un tipo de ética que lucha por el reconocimiento (al estilo de A. Honneth) pero que desde la educación puede tener una variante de fundamento.

La educación vista desde la ética que pretende hacerse ética primera exige comprender que el encuentro fundamental con el Otro no es el encuentro con el hermano, es decir, con el igual, con el semejante, sino que el encuentro fundamental es con el Otro como el que exige cuidado. Ese es el encuentro con el hijo, es el encuentro con el que sino es cuidado va a morir. El encuentro con el Otro es el encuentro con quien exige ser atendido, ser cuidado porque es el desalojado, es el arrojado que no pidió estar acá, pero está.

La educación –como lo planteamos desde Maturana (2010)- es aprendizaje en convivencia, es decir, es experiencia en relación, es algo que siempre se da con el Otro. Se convive y es ahí donde se aprende. Eso es algo que, al parecer, no está del todo comprendido porque este es el punto donde uno asume la necesidad de cuidado del Otro. Todo proceso de educación es el reclama saber cuidar y darse al Otro para que sea.

Así la educación se vuelve, cuando se lo piensa desde el o la maestra, acto de entrega al Otro, se hace acto de cuidado y se hace acto de relación donde el sentido de la experiencia es la entrega. Visto de esta manera la educación pierde todo sentido administrativo para hacerse entrega real al Otro. Ese Otro que es acogido en uno para poder ser. Así la educación se hace acto de responsabilidad, eso es responsabilidad por el Otro que, en última instancia, es el aprendizaje más importante de la vida.

Aprender a responder por el Otro es el aprendizaje que uno puede encontrar en la sabiduría del grueso de pueblos. Sabiduría que viene de la plena conciencia de que en tanto género humano no podemos existir solos y/o aislados. Es la condición humana la que nos marca como seres incompletos que necesitamos de los demás. Somos seres vivos que no podemos existir aislados y que por instinto de sobrevivencia buscamos a otros seres para poder completarnos y existir en tanto especie.

De ahí que el grueso de pueblos tiene modos y maneras distintas de referirse a esto como cimiento básico de su existencia en tanto pueblos. Es lo que hoy conocemos como comunidad en tanto concepto general. El fundamento de la educación se encuentra en este apartado de exige saber cuidar la comunidad y desde ella la vida misma. El cuidado de lo que denominamos “naturaleza” o dicho mayor propiedad; Madre Tierra tiene fundamento pedagógico porque se refiere al aprendizaje de la sostenibilidad de la vida.

Es posible que nuestros padres y abuelos tengan en claro que la vida no es algo que deba estar asumido o supuesto y saber cuidarlo como lo más valioso y místico es la referencia de sabiduría más importante. Ahí es donde giraba la educación en el grueso de pueblos. De ahí que educado puede ser el término adecuado para referirse a quien logra tener una existencia equilibrada con el entorno de vida. Ahora bien, no es materia inicial desarrollar el aspecto del equilibrio –tarea fundamental de otro espacio- pues lo central de esta tarea radica en comprender las consecuencias de la idea de eso de lo Otro o el Otro que se aparece como exigencia ética desde el trabajo en educación.

Acá es donde se debe superar cualquier a priori ideológico que marque un tipo de proyecto o un tipo horizonte con contenido dado. La idea de protección de la vida no pretende tener contenido fijo dado de alcance corto, sino que se refiere a un componente amplio que, por su carácter histórico, demostró saber aterrizar en distintas culturas, en distintos pueblos.

Volviendo sobre el aspecto y carácter pedagógico que se pretende abordar es Roberto Espósito (2020) quien menciona aspectos básicos respecto de la ética que se pretende trabajar. Así dice el autor que:

El hecho del que debe partir todo discurso sobre la ética es que el hombre no es, ni ha de ser o realizar ninguna esencia, ninguna vocación histórica o espiritual, ningún destino biológico. Sólo por esto puede existir algo así como una ética: pues está claro que si el hombre fuese o tuviese que ser esta o aquella sustancia, este o aquel destino, no existiría experiencia ética posible, y sólo habría tareas que realizar.

Esto no significa, todavía, que el hombre no sea ni tenga que ser alguna cosa, que esté simplemente consignado a la nada y por tanto pueda decidir a su arbitrio ser o no ser, asignarse o no este o aquel destino (nihilismo y decisionismo se encuentran en este punto). Hay, de hecho, alguna cosa que el hombre es y tiene que pensar, pero esto no es una esencia, ni es tampoco propiamente una cosa: es el simple hecho de la propia existencia como posibilidad y potencia. Pero justo por esto todo se complica, justo por esto la ética llega a ser efectiva.

(Espósito, 2020, pág. 33)

Acá es donde aparece para la educación (y la pedagogía en el trabajo reflexivo sobre la educación) el aspecto básico de la entrega al Otro tiene que ver con la posibilidad de dejar ser a ese Otro. Dejar ser su potencialidad porque desde la educación el Otro es siempre eso, es posibilidad, es potencia contenida en el sujeto. Lo que se potencia en un sujeto es siempre eso, esa potencialidad contenida. Elementos todos propios del plano de la subjetividad de uno como sujeto.

Ninguno de estos aspectos puede ser identificado en el trabajo educativo sino se ubica la dimensión de la subjetividad como aspecto central a ser trabajado. La educación que se centra en la exigencia de exposición de contenidos refiere a un trabajo que debe ser pensada como trabajo de reproducción del orden establecido, se trata de una educación que no acepta la posibilidad de desarrollo de lo potencialmente contenido en uno, sino que se trata de una educación que sólo quiere la asimilación del mensaje del Uno mismo. El Uno mismo expresa el orden dominante, se trata del Uno que quiere que el Otro sea la extensión de ese uno.

La educación vertical, la práctica autoritaria del grueso de sistemas educativos grafican bien estos aspectos, eso es la posibilidad de que el Uno se extienda y que haga al Otro su espacio de conquista. El Otro en tanto Otro es siempre –desde la educación- posibilidad y eso podría ser tomado como lo sagrado, es decir, como lo que se debe cuidar, es el misterio que contiene ese Otro que puede ser muchas cosas. Se trata de eso que uno asume como encargo desde el campo educativo. Ahí es donde Espósito completa afirmando que:

“Puesto que el ser más propio del hombre es ser su misma posibilidad o potencia, entonces y sólo por esto él es y se siente en deuda (en cuanto que, siendo potencia, en un cierto sentido le falta su ser más propio, puede no ser, está privado de fondo y no está ya nunca en posesión de él). El hombre, siendo potencia de ser y de no ser está, por tanto, ya siempre en deuda, tiene ya para siempre una mala conciencia antes de haber cometido un solo acto culpable. Éste es el único contenido de la antigua doctrina teológica del pecado original.

(Espósito, 2020, pág. 33)

Acá aparece un concepto que puede ser vital al momento de pensar la educación desde la exigencia de la ética, se trata de la idea de la deuda. La deuda expresa lo que uno debe, es decir, es una exigencia. La idea del deber refiere a un encargo, es la carga que tiene que ser respondida. La deuda expresa el encargo que uno se comprometió a cumplir. ¿Es posible decir que el trabajo de un maestro expresa una deuda?

Parece que existen todos los elementos para dar motivos y reflexionar el oficio de enseñar en esa línea. La vocación de la enseñanza implica una deuda, esto en el sentido de que uno asume una responsabilidad que debe respondida al momento de ejercer esa posibilidad. Un maestro no lo es sino se realiza en la relación con el Otro, así el maestro le debe la posibilidad de ser a quien enseña. Así el poder ser también está en ese Uno mismo que debe tomar conciencia de que tampoco está completo, en el sentido de que tampoco se fue desarrollando y realizando.

Esa posibilidad se la vive al momento de relacionarse con el Otro que le permite ser. Así es como Espósito completa la idea al decir:

… el hombre falta en un cierto sentido a sí mismo y debe apropiarse de esta carencia, debe existir como potencia”.

(Espósito, 2020, pág. 33)

Se trata de asumir eso que le falta a uno como aquello que permite colocarse en situación ética. La ética es conciencia del Otro y desde la educación es además consciencia de la deuda con el Otro para poder –uno mismo- desarrollarse en tanto maestro y dejar al Otro en tanto potencialidad.

Una educación para la liberación desde América Latina no puede abstraerse de estos aspectos que hace a lo propio de una educación que pretende “enseñar a pensar y no obedecer” (Freire) Es para este cometido se hace necesario desarrollar la idea en el siguiente punto.

Educación y ética

Una educación pensada desde la descolocación requiere que se tomen en cuenta los aspectos ya mencionados. Si descolonización expresa la posibilidad de no imponer, es decir, dejar ser al Otro, entonces descolonizar tampoco es imposición de una cultura, sino dejar ser a esa Otro desde su cultura, ¿qué quiere decir esto? básicamente que una cultura no puede ser estereotipo de la misma, es decir, la mirada del uno respecto del Otro.

Descolonizar es, en consecuencia, superar estereotipos, superar prejuicios, descolonizar se hace, en síntesis, superar la mirada de uno respecto del Otro.

Hoy vivimos varios espacios en los que -a nombre de la descolonización- se reproducen estereotipos, eso es, la mirada de uno sobre el Otro. Así vemos que se pretenden imponer horizontes, proyectos no legitimados sino propios del orden de poder, etc. De ahí que otra exigencia de la descolonización sea romper con ese fetiche teleológico que busca predefinir el horizonte que no se termina por legitimar.

Una lógica de la imposición sobre el Otro se suele vivir en la misma exigencia de la descolonización que reproduce estereotipos de lo indígena. De ahí que tenga sentido afirmar que descolonizar es también desindigenizar, es decir, superar el estereotipo para recalcar la exigencia de la humanización. Humanización en el sentido de poder ser. Ahí donde la cultura, la raíz, adquiere vida real. Ahí es donde la vida crece, la cultura crece en tanto puede desplegarse, desarrollarse, es decir, puede ser.

La ética marca el trabajo de la descolocación porque le hace recuerdo de la necesidad de saber recuperar al Otro y la descolonización recuerda este encargo en tanto que pretende renacer al Otro que está explícitamente negado. Esto desde la educación implica aprender a recuperar y no presuponer sobre el Otro.

La educación no puede imponer la mirada sobre el Otro. Descolonizar no es obligar, descolonizar no es sólo hablar unas palabras en idioma indígena, ni vestirse un momento para decir, “estamos recuperando” (no digo que eso no sea parte) porque descolonizar también tiene que ver con entregarse a ese Otro. El Otro podrá ser en tanto uno se entrega a ese Otro.

¿Qué significa esto desde la educación? Esto implica que uno pueda ser desde el Otro, es decir, invertir la relación en la que se exige al Otro para que la exigencia sea al Uno mismo que sea desde el Otro, de ahí es que es el Uno quien debería aprender el idioma del Otro, es el que debe valorar al Otro (su origen, su cultura) etc. Son estos elementos los que dan vida al Otro y lo dignifican para ser. Esto es lo que se suele olvidar y es lo que no termina de ser comprendido.

Todos estos aspectos son los que emergen desde el ámbito de recuperación de la subjetividad. La mirada instrumental de la educación nunca podrá reflexionar estos aspectos porque se centra en el trabajo formal de ejercicio de un oficio. Lo que está detrás no aparece como elemento significativo, sin embargo, lo que hace notar en la reflexión es que todos los aspectos que están en la exigencia política del presente, es decir, pensar en una educación para la descolonización y la transformación de la realidad, no pueden ser pensados sino es desde la esfera de la subjetividad.

Conclusiones

Es posible mencionar al menos cuatro ideas que hacen a elementos de conclusión. Estos son los siguientes:

– La educación para la descolonización no puede ser pensada sino es a partir de la dimensión de la subjetividad. La descolonización refiere a la dimensión de la subjetividad porque el lugar de la liberación está en ese nivel y no en espacios de transformación aparente como son los elementos formales como la curricula u otros similares.

– La educación es siempre ética y lo es en tanto ética primera, eso es así porque la educación expresa aprendizaje en convivencia, es decir, expresa vínculo con el Otro. Ahí donde no puede dejar de ser ética y es ética primera porque no sólo exige la aparición del Otro en tanto mi semejante, sino que aparece el Otro que exige cuidado, acogida. De ahí que la ética primera no aparece en la política (aparición del Otro como hermano) sino del Otro como el hijo, eso es la exigencia de la entrega a ese Otro que es pura potencialidad.

– La transformación de la realidad no puede ser pensada sino es desde la ética. Una consecuencia que debe ser desarrollada de manera más amplia es la transformación como consecuencia de la ética que aparece como elemento derivado de la lógica del cuidado. Hoy vivimos una exigencia de transformación en tanto “identificación de potencialidades” en el contexto, lo cual implica una contradicción porque la potencialidad está siempre en el sujeto y no fuera de él. El contexto expresa, desde la ética, lo que se cuida. Estos son los aspectos que debemos asumir como criterios que nos permiten ser consecuentes con lo que es el cuidado como criterio de preservación de la vida.

– La descolonización es dejar ser, sino es así caemos en contradicción. Se menciona esta idea para asumir que no se puede imponer una idea de descolonización, una idea que prefigure una imagen del Otro, es decir, una imagen donde el Otro no puede ser porque se le marca una imagen, una figura, una proyección del Uno. Acá es donde se requiere superar aquellos estereotipos de lo que se quiere recuperar. La actitud honesta ante al Otro es siempre que sea uno mismo el que se entregue a ese Otro para ser Uno mismo desde el Otro.

Tareas todas complejas pero necesarias, al menos eso es lo que se puede hacer desde la honestidad de no limitarse a repetir a Uno mismo en el Otro que viene y se aproxima en su apertura honesta queriendo ser en su propia potencialidad.

Bibliografía

– Arfuch, L. (2013). Memoria y autobiografía. Exploraciones en los límites. Buenos Aires: Fondo de la Cultura Económica.

– Bautista S., R. (2019): ¿Cómo descolonizar la revolución en este nuevo siglo?, en, El Tablero del siglo XXI, Yo soy si tú eres ediciones, La Paz, Bolivia.

– Bautista S., R. (2011): Lo político de la historicidad, en Hacia una fundamentación del pensamiento crítico, Rincón Ediciones, La Paz, Bolivia.

– Cortina A. (1990) ¿Para qué sirve realmente la ética?, Paidós, España

– Corominas E. J. (2001) Ética Primera. La aportación de X. Zubiri al debate ético contemporáneo, Descleé, España

– Dussel, E. (2009): Transmodernidad e interculturalidad, en La pedagógica latinoamericana, IEB, La Paz, Bolivia.

– Dussel E. (2000)

– Espósito R. (2020) La comunidad que viene, Amorrurto, España

– Foucault., M. (1979). Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta.

– Foucault., M. (1991). El sujeto y el poder. Bogotá: Carpe Diem Ediciones.

– Freire P. (2010) El Grito Manso, Siglo XXI, México

– Freire P. (1990) Pedagogía de la liberación, Siglo XXI, México

– Honneth A. (1980) La lucha por el reconocimiento, Trotta, España

– Zuviri X. (1989) Sobre la esencia, Alianza Editorial, España

– Zuviri X. (2000) Inteligencia sentiente. Inteligencia y logos, Alianza Editorial, España

Marlene Zenteno. Boliviana, doctorante en Pedagogía Descolonizadora en la Universidad Pedagógica (UP) de Bolivia. Maestra de educación alternativa y máster en Educación Sociocomuntaria Productiva.

Comparte este contenido:

El futuro de la subjetividad humana

Por: Slavoj Zizek

“¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.”

La siguiente entrevista entre Slavoj Žižek y Leonardo Caffo fue publicada  en la revista italiana Sette —suplemento semanal del diario Corriere della Sera.  

Slavoj Žižek es uno de los pocos filósofos vivos cuyas ideas se han traducido a más de sesenta idiomas. Su pensamiento sigue siendo decisivamente importante para la filosofía contemporánea, trayendo consigo implicaciones que se extienden a lo largo y ancho del arte, la literatura, la ciencia y la política. Su fama mundial está respaldada por la longevidad de décadas de investigación.

En su relectura de Marx, Freud, Hegel y Lacan, Žižek ha construido una obra monumental. Se han publicado películas, obras musicales y documentales que, junto a su pensamiento, intentan delinear y esbozar lo que significa ser humano hoy, los mayores desafíos que se presentan en un futuro no muy lejano, cómo cuestionar el capital sin destruirlo. , o, como en su último libro Hegel in a Wired Brain [versión italiana: Hegel e il cervello postumano (Ponte alle Grazie)], la cuestión de qué sucede en caso de Singularidad humana, el momento en que (potencialmente) nuestros cerebros se vuelven interconectados digitalmente.

Leonardo Caffo [LC]: En tu opinión, ¿qué tan sana es la filosofía contemporánea y en qué estado se encuentra?

Slavoj ŽižeK [SZ]: Digamos que la filosofía se disputa entre dos versiones muy clásicas de “el fin de la filosofía”. Uno, siendo el más obvio, es el que tiende a resolver sus mayores cuestiones de significado con una especie de cientificismo extremo: las ciencias cognitivas, las neurofilosofías y una mecánica cuántica que ni siquiera se comprende completamente pero que se utiliza para resolver todos los dilemas. del espíritu. Y luego, del otro lado, encontramos un historicismo que tiende a secularizar todas las cuestiones conceptuales. En parte, la insalubridad de la filosofía también está relacionada con las luchas internas en la academia, la división falsa y sin sentido entre la filosofía continental y la filosofía analítica (cuando en realidad solo hay una filosofía buena o mala), y una dificultad más amplia para hacer que las personas vean cómo las preguntas más importantes de la filosofía se resuelven.  Es un momento paradójicamente interesante para la filosofía. “El fin de la filosofía” siempre se ha dicho de boquilla y, sin embargo, es precisamente hoy que deberíamos ser mucho más capaces de señalar los nudos filosóficos que se entrelazan de manera crucial con lo que está sucediendo hoy.

LC: Esto es también lo que haces con tu último libro sobre Hegel, donde nos dices algo sobre el futuro de la subjetividad humana después de la supuesta interconexión de nuestros cerebros con implantes tecnológicos cada vez más omnipresentes.

SZ: Sí, pero el punto es que ni siquiera importa si todas estas grandes profecías sobre nuestros cerebros interconectados realmente suceden. Lo que me interesa es lo que habría de pasar si pasa. ¿Cómo cambiaría nuestra concepción del inconsciente si, por ejemplo, realmente pudiéramos comunicarnos con los demás directamente a través de nuestra mente? O, ¿qué quedaría del sexo tal como lo conocemos si pudiéramos interconectar directamente nuestro disfrute sin esfuerzo físico? De hecho, estos son escenarios posthumanos, pero no se refieren a las características técnicas de cómo se verá ser posthumano, bueno, no como tal. Simplemente me pregunto: ¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.

LC: ¿Te refieres a filósofos como Graham Harman o Markus Gabriel (con los que también he hablado en este periódico)?

SZ: Sí, por supuesto. Tanto Harman como Gabriel hacen un gran trabajo con esas preguntas generales que conciernen a la filosofía. Sin embargo, si estas preguntas —qué significa la realidad, qué significa la libertad, qué significa la objetividad— no se sumergen en la urgencia de un mundo retrocedido por un virus y la digitalización, entonces existe un riesgo real de dejar el terreno filosófico abierto a diversas formas de escepticismo. Creo que sería un error bastante grave que se puede evitar fácilmente. En Italia tienes grandes filósofos que son célebres en todo el mundo; Pienso en Giorgio Agamben, con quien, sin embargo, no he compartido su enfoque de Covid, ya que se acerca demasiado a esas teorías de conspiración reaccionarias fáciles (como: «el pase verde limita nuestra libertad…» como si morir de Covid no hubiera lo limitó mucho más), o Gianni Vattimo,

LC: ¿Pero Agamben no ha sumergido también su filosofía en nuestra situación actual, usándola para resolver tales asuntos de la misma manera que acabas de sugerir antes?

SZ: Por supuesto, pero buscar usar esas herramientas teóricas que le gustan (en su caso, usar la biopolítica de Michel Foucault) es una forma torpe de lanzar la filosofía al presente, ya que estas herramientas específicas no resuelven cuestiones más nuevas y complejas. Obviamente, está claro que, cuando se hace abstracción, limitar la libertad de una población a través de normas sanitarias prohibitivas es algo serio con lo que lidiar, pero, en la práctica, dado que el mundo que ha producido este virus se ha formado en primer lugar a partir de mucho más atrocidades graves, ¿qué se supone que debemos hacer? Agamben solo ha razonado con las consecuencias del Covid. Creo que la filosofía debe preocuparse principalmente por sus raíces.

LC: ¿Qué decir entonces del antropocentrismo, aunque sea, quizás, un término reduccionista?

SZ: No comparto el tipo de mentalidad de víctima extrema representada por algunas filosofías ecológicas: «Todos somos iguales a todos los demás seres vivos, todos debemos dejar de operar de una manera antropocéntrica». Lo que se requiere de nosotros en este momento es, paradójicamente, una especie de superantropocentrismo: debemos controlar la naturaleza, controlar nuestro entorno; debemos permitir que exista una relación recíproca entre el campo y las ciudades; debemos usar la tecnología para detener la desertificación o la contaminación de los mares. Somos, una vez más, los responsables de lo que está pasando, por lo que también somos la solución. El tema que subyace en mi libro sobre Hegel es que la filosofía contemporánea debe tener una actitud hegeliana adecuada cuando se enfrenta a cuestiones como el trabajo con la dialéctica. Estamos llamados a no proponer soluciones simples, a no hacernos la víctima,

LC: También tomas esta posición compleja hacia temas como el racismo, el sexismo, la corrección política. . .

SZ: Obviamente. Pensar que las cosas se pueden resolver con “todos somos iguales, todos somos amigos, hermanos, hermanas; usemos un buen lenguaje neutral” no tiene sentido. Al final, causa más daño que bien. El tema de género no puede ser solo un tema de ética, también el tema del racismo. El punto no es la tarea banal de respetarse unos a otros de una manera abstracta. Por el contrario, se trata de cómo deberíamos unir las diferentes moralidades y culturas y esas monstruosidades inquietantes que encontramos en nosotros mismos en el encuentro con un extraño, y también es la cuestión de por qué podemos criticar tanto a Europa como queramos con la bandera del anticolonialismo, ya que Europa es la única construcción filosófica en la que hay posibilidades para una ética avanzada o un pensamiento crítico, que se les dio vida hace un milenio con Tales. La corrección política que reacciona ante las cosas anulándolas empobrecerá un tipo de pensamiento que pasa necesariamente por contradicciones y salta a ideas muchas veces podridas y políticamente incorrectas. ¿Qué pasaría con mis anécdotas políticamente incorrectas del cine europeo o americano (y de aquellos lectores que están acostumbrados a ellas)?

LC: ¿Las universidades y la academia en general ayudan a concebir la filosofía como aquello que puede sumergirse en los problemas apremiantes de la actualidad, y quizás resolverlos?

SZ: No. Sobre todo en el sur de Europa, que creo que conoces demasiado bien, las universidades tienen la predisposición de defender una especie de partición de posiciones, de mantener el poder, de dar posiciones a sus estudiantes a menudo de mala calidad y, en al final, sin querer generar un tipo de filosofía que pueda ser percibida como profunda e intervencionista. No hay diferencia entre la investigación filosófica y la intervención filosófica, excepto para aquellos que hacen la primera sin saber cómo hacer la segunda, quienes luego brindan excusas académicas tontas e infundadas.

LC: El riesgo, entonces, de que una visión científica sustituya nuestra capacidad conceptual es concreto, como afirmas en tu libro.

SZ: El riesgo es concreto, actual, pero está listo para ser eludido tratando de explicar por qué, por ejemplo, en vista de nuestros cerebros potencialmente interconectados (el tema que enfrento en este trabajo mío más reciente) la cuestión de su probable tecnología. la potencialidad se ve eclipsada por la cuestión de cómo cambiará nuestra especie. Por lo tanto, de alguna manera, también es una cuestión que involucra una tragedia potencial (nuevamente, con respecto a ti y tu trabajo sobre lo posthumano, soy mucho más crítico con lo que esto significará para la subjetividad humana). Necesitamos restaurar horizontes hermenéuticos robustos, para demostrar cómo la mayoría de las cosas en el futuro no dependerán únicamente de la aceptación de datos y descubrimientos científicos, sino de nuestra propia capacidad para saber interpretar y manejar sus efectos, buscando comprender lo que realmente es. en juego. Somos libres de hacer todas las proclamas que queramos sobre el retorno a lo real de la filosofía, pero si luego no nos enfrentamos a las condiciones actuales estamos condenando a la filosofía a su propia desaparición, lo que no será agradable para nadie. Existe una necesidad estrictamente concreta de un tipo de pensamiento que pueda pensar tanto trascendentalmente como traducirse rápidamente en visiones políticas, artísticas y técnicas reales.

LC: ¿Hay espacio para una filosofía como esta?

SZ: Hay mucho espacio. Pero debemos defender, y al repetir esto, probablemente estoy decepcionando a muchos de mis seguidores que están del lado de la izquierda radical, esos bastiones del pensamiento crítico como Europa, reformar profundamente las universidades y supervisar hermenéuticamente muchas de las conquistas incuestionables de la ciencia contemporánea.

Hacerlo requiere que no reavivemos el fuego de las teorías de conspiración, ocultando su poder junto a viejos conceptos filosóficos. La tarea de la filosofía, entonces, es centrarse en el “cómo” de las cosas. Tener un enfoque así es complejo. Es uno que no quiere proponer soluciones rápidamente, donde “blanco” se puede distinguir fácilmente de “negro”. ¿Es el futuro digital? No del todo, no si la digitalización no es compatible con la ecología. ¿Es necesario el feminismo? Por supuesto, pero si se construye siendo políticamente correcto entonces implosionará. ¿Somos verdaderamente antirracistas? En teoría sí, pero cuando nos encontramos pasando por debajo de casas en un barrio donde hay diferentes culturas y diferentes brújulas morales, corremos el riesgo de que toda certeza se derrumbe. ¿Está mal el antropocentrismo? No del todo, dado que, como dije antes, ahora estamos obligados a adherirnos a un superantropocentrismo si queremos salvar la existencia de la humanidad en el planeta Tierra.

Fuente e Imagen: https://insurgenciamagisterial.com/el-futuro-de-la-subjetividad-humana/

Comparte este contenido:

Libro (PDF): Espacio y poder : el espacio en la reflexión de Michel Foucault

Reseña: CLACSO

Foucault es, sin duda, el filósofo del siglo XX que trae nuevamente a la reflexión el espacio, continuando la preocupación -tal como lo hace explícito- de ciertos historiadores que, como Marc Bloch y Braudel, realizaron la historia de los espacios rurales o marítimos. Foucault mostrará que no es suficiente decir que el espacio predetermina una historia, al tiempo que la refunda y que esa historia se sedimenta en él, sino que será necesario estudiar en detalle el anclaje espacial en tanto forma económico-política.

 

Autor/a:                               García Canal, María Inés
Editorial/Editor: Universidad Autónoma Metropolitana, DCSH/UAM-X, Unidad Xochimilco
Año de publicación:  2006

 

País (es): México
Idioma: Español
ISBN : 970-31-0552-1
Descarga:   Libro (PDF): Espacio y poder : el espacio en la reflexión de Michel Foucault
Fuente e imagen:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/
Comparte este contenido:

Libro (PDF): La política y lo político : en el entrecruzamiento del posfundacionalismo y el psicoanálisis

Reseña: CLACSO

El objetivo general que nos propusimos en este libro fue ahondar en una ontología de lo político haciendo hincapié en las profundas metamorfosis y dislocaciones del orden social contemporáneo. En pos de cumplir con nuestra propuesta ha sido fundamental el entrecruzamiento entre la tradición psicoanalítica, especialmente de impronta lacaniana, y la posfundacional.
En este sentido, muchos de los capítulos desarrollan aspectos nodales del decir teórico-político actual y otros indagan especialmente en los registros lacanianos de lo real, lo simbólico y lo imaginario, atendiendo a la producción de subjetividad y su relación con el problema del lazo social en el neoliberalismo.

 

 

Autor/a:                              

Muniagurria, Mandela – Laleff Ilieff, Ricardo J. – Márquez Broggini, Maximiliano Jorge – Barros, Sebastián – Mancinelli, Elena Ferrás, Graciela Liliana – Rossi, Miguel Ángel –  Mancinelli, Elena – Compilador/a o Editor/a  Rossi, Miguel Ángel –  Yagüe, Pedro – Abadi, Florencia – Lizárraga, Fernando.

Editorial/Editor: Instituto de Investigaciones Gino Germani
Año de publicación:  2020
País (es): Argentina
Idioma: Español
ISBN :  978-607-8429-63-9
Descarga:  
La política y lo político : en el entrecruzamiento del posfundacionalismo y el psicoanálisis
Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/
Comparte este contenido:

Entrevista con la Dra. en Ciencias Psicológicas, Laura Domínguez

 Por: Dayana Martínez


Si tiene un poco de tiempo libre la siguiente entrevista será la lectura oportuna para realizar un acercamiento a una perspectiva actualizada sobre disimiles aspectos de la adolescencia y juventud vistos desde el Enfoque Histórico Cultural. 

La Dra. en Ciencias Psicológicas Laura Domínguez García nos adentra desde este enfoque en un esclarecimiento sobre lo que quizás resulte curioso y de ayuda para muchos.

¿Ha leído alguna vez una apreciación psicológica que trate sobre la relación diádica que se estable hoy entre los jóvenes y las comunidades online de las que están formando parte? ¿Quizás un consejo para ti que piensas estudiar Psicología o ya te encuentras viviendo esta aventura apasionada? 

Solo echa un vistazo en la siguiente entrevista. Quizás encuentres las respuestas que buscas. 

La Dra. Laura nos propone su visión respaldada por casi 42 años de experiencia que, realmente jamás se resumirán en unas pocas cuartillas, pero de sus palabras estamos orgullos de contar en este blog.

A continuación la entrevista

Ha realizado un profundo análisis durante su carrera profesional al estudio de las etapas de la adolescencia y la juventud, empleando como base teórico-metodológica las categorías centrales del Enfoque Histórico Cultural de L.S. Vygotski, acerca del desarrollo psicológico y, en especial, la de “situación social del desarrollo”.

¿Considera usted que los adolescentes y jóvenes cubanos que hoy transitan por nuestras calles constituyen el reflejo del hombre de futuro que queremos formar?

Primeramente habría que definir qué características debería poseer ese“hombre de futuro”, lo cual no es tarea fácil. Por otra parte, y en función delprincipio rector del Enfoque Histórico Cultural, que es el del determinismo histórico y social de la subjetividad humana, es difícil hacer ese pronóstico. Otro factor que también nos limita a dar una opinión en tal sentido, es que no existe una adolescencia o una juventud única, ni en Cuba ni en ninguna partedel mundo, atendiendo a que esa “situación social del desarrollo” quemencionas, transcurre en las condiciones de vida y educación del sujeto, las cuales varían de un contexto a otro -dentro de una misma sociedad- y, además, es única para cada ser humano, quien construye de manera activa esa subjetividad o mundo psicológico del que hablamos.

En el proceso de desarrollo psicológico y de la personalidad -como nivel superior de integración de lo subjetivo-, se ejercen sobre el individuo múltiples influencias educativas, que van desde aquellas que recibe en su medio familiar y en su grupo de coetáneos, hasta las que corresponden a la escuela y, posteriormente, al medio laboral, conjuntamente con aquellas provenientes de los medios masivos de comunicación y otros factores macro sociales. Estas influencias formales e informales son en buena medida responsables del nivel de regulación y autorregulación que alcanza la personalidad, aun cuando este proceso acontece de manera individualizada y particular en cada sujeto; y en cada edad psicológica, actúan de manera específica.

¿Cómo se puede lograr esa formación integral, fundamentada en la comunicación y en la actividad, comovías esenciales para una participación responsable en nuestra sociedad?

La subjetividad humana y, en particular, la personalidad, como nivel superior de integración de los contenidos y funciones psicológicas, tienen dos vías esenciales para su formación: la actividad y la comunicación. De aquí podríamos inferir la necesidad de que todas las actividades que se organizan dirigidas a adolescentes y jóvenes, tanto las de carácter docente como las deotro tipo, reúnan determinados requisitos para ser realmente “desarrolladoras”.Por solo citar algunos aspectos, en el caso de los jóvenes que estudian carreras de nivel superior, deben ser actividades que se relacionen con las sus necesidades del adolecente y, a la par, sean expresión de las necesidades de la práctica social; deben ser motivantes, permitir la participación activa del sujeto, estimular el trabajo en grupo y brindarle, más que conocimientos acabados, un esquema de asimilación e interpretación de los contenidos y, todo ello, vinculado a la ética de su profesión y a la ética del profesional en nuestra sociedad, que posee matices muy particulares; entre ellos, la necesidad de un elevado compromiso revolucionario. En este sentido, enfatizamos la necesidad de combinar adecuadamente el trabajo grupal con el tratamiento a la individualidad de cada estudiante.

La comunicación sistemática y abierta con el estudiante también resulta esencial, porque es la vía principal para conocer no solo cómo avanza su preparación técnica, sino también, qué piensan sobre nuestra realidad, cuáles son sus posibles cuestionamientos o dudas, en qué medida se sienten comprometidos con ser útiles a nuestra sociedad, e incluso, qué problemas de carácter objetivo y/o subjetivo pueden estar afectando su desempeño. Esta comunicación debe basarse en el diálogo abierto y flexible como proceso interactivo profesor-alumno, que requiere del respeto mutuo, la comprensión y la empatía, del establecimiento de límites, evitando actitudes paternalistas o autoritarias por parte del profesor, de forma tal, que el estudiante no asuma una actitud pasiva o receptiva, sino que se sienta responsable de su propio aprendizaje.

Pensamos que la influencia de las condiciones sociales, objetivas, sobre la subjetividad del hombre, no se produce de manera mecánica o lineal, ni en todos los sujetos por igual. La intencionalidad del sujeto, como ser consciente y activo, hasta cierto punto puede trascender esas condiciones y esto tiene mucho que ver con los valores.

El problema de la formación de valores posee gran complejidad y, por esta razón, es objeto de estudio de diferentes ciencias. En la actualidad, constituye un tema sobre el cual, aunque mucho se ha trabajado, no se ha dicho la última palabra, ni existe una teoría acabada, que fundamente y oriente, con toda la solidez y precisión deseadas, este proceso.

Los valores forman parte de la subjetividad humana como formaciones psicológicas de la personalidad. Esto significa que el valor posee un componente cognitivo que es el conocimiento del contenido del valor, o dicho de otra forma, la conciencia de qué significa ser honesto, responsable, digno, justo, etc. Además, en los valores está presente un componente afectivo, el cual determina el compromiso emocional del sujeto con el contenido del valor. Esta unidad de lo cognitivo y lo afectivo es la que posibilita que el valor se convierta en un regulador efectivo del comportamiento del sujeto.

Si el contenido del valor no es construido de manera activa por la persona, si no adquiere para esta, además de un significado, un sentido personal, no puede convertirse en un elemento que movilice y oriente su conducta. El proceso de formación de valores cobra especial relevancia en la juventud, por constituir esta etapa un período particularmente sensible al respecto, dadas las necesidades de independencia y autodeterminación propias del joven.

El problema de la educación de valores morales y sociales, resulta hoy, más que nunca, una exigencia para la supervivencia del género humano, y para la preservación de la cultura material y espiritual, creada por la humanidad en todo el devenir de su historia.

Muchos adolescentes en la actualidad no tienen concebidos los métodos para materializar sus aspiraciones, y mencionan a los obstáculos externos como los principales para alcanzarlas. ¿Qué cree usted al respecto?

Esto es simplemente un indicador de la necesidad de establecer estrategias conscientes y consecuentes para desarrollar en adolescentes y, sobre todo en la juventud, la capacidad autodeterminación que implica una regulación interna del comportamiento y no tan plegada a cumplir con las exigencias externas.

En la juventud debe conformarse una importante formación psicológica que se viene gestando desde la adolescencia que es la concepción del mundo como sistema de opiniones, juicios y valores que posee el joven, acerca del origen de la realidad, las leyes que rigen su devenir, el papel del hombre en la sociedad y su propio lugar como sujeto socio-histórico. Esta concepción del mundo no es sólo la forma más o menos exacta en que el joven se representa el mundo, en términos de sistema categorial, sino que también presenta un componente axiológico, referido a la orientación valorativa del sujeto ante la realidad.

Otro componente de la personalidad de incuestionable importancia en su proceso de desarrollo moral es la identidad personal. Esta formación psicológica expresa la capacidad de autoconocimiento y de autovaloración del sujeto y, en especial, en la juventud, refleja la posibilidad del sujeto de proponerse tareas para su auto educación.

En la juventud, la identidad personal, también denominada autovaloración, debe alcanzar un importante grado de estructuración y estabilidad, ya que el principal propósito que debe acometer el joven es el de determinar su futuro lugar en la sociedad. Así, la elección de la futura profesión o actividad laboral, y su desempeño, se apoyan en la valoración que hace el sujeto de sus capacidades, cualidades e intereses, y forman parte esencial de la elaboración de un proyecto de vida, que le permita encaminar su conducta presente en pos de objetivos situados, temporalmente, a largo plazo.

En este proceso de construcción del proyecto de vida intervienen, desde el punto de vista de su contenido y también dinámico, los valores del joven, su concepción del mundo y su identidad personal. Por otra parte, el proyecto de vida como sistema de objetivos mediatos vinculados a las principales esferas de realización del joven, entre las que pueden encontrarse la familia, la profesión, su autorrealización, etc., tiene como importante sostén el conjunto de valores que se estructuran como contenidos de su concepción del mundo y que también forman parte de su identidad personal.

La identidad personal, los valores como componentes de la concepción del mundo y el proyecto de vida son formaciones psicológicas de la personalidad, cuyo desarrollo comienza desde edades tempranas y se extiende a lo largo de la vida. Estas formaciones adquieren en la juventud un alto grado de estructuración y un elevado poder regulador, cuestión que se ve favorecida por las exigencias que impone al comportamiento del joven su entorno social, y todo ello, unido a su necesidad de autodeterminación en los diferentes esferas de su vida, que adquieren para él sentido personal. Identidad, valores y proyecto de vida constituyen importantes indicadores del desarrollo personal. Dicho en otras palabras, son componentes esenciales de la personalidad sana y madura.

Como parte de su producción científica ha sido compiladora y escritora de Libros de Texto y ha publicado numerosos artículos científicos en revistas cubanas que han servido de referencia para muchos estudiantes de Psicología. ¿De qué cree usted que aún carecen nuestros libros de textos destinados al estudio de la especialidad?

Creo que en lo que es más necesario trabajar en incluir en dichos textos los resultados de las investigaciones y reflexiones de los psicólogos cubanos.

Existe hoy una conexión representable en las redes sociales de jóvenes que crecen conformando una relación diádica de comunidades online. ¿Qué recomendación le daría usted a los jóvenes en cuanto su uso y su influencia psicológica?

El mayor problema que -a mi juicio- tienen hoy las redes sociales establecidas a través de Internet, es la falta de cultura acerca de las mismas por quienes las emplean, el desconocimiento de sus múltiples usos y abusos, la influencia que ejercen en nuestra subjetividad y en nuestros valores, promoviendo aquellos que a veces no se corresponden con los que consideramos esenciales como sociedad y de las consecuencias que pueden tener para nuestra vida y nuestra dignidad como seres humanos, si mediante ellos se produce una agresión a nuestra persona, a nuestra intimidad.

El avance tecnológico ha influido en sentido positivo, ya que pone a nuestro alcance importante información, siempre y cuando seleccionemos la que tiene un fundamento científico, y no artículos de corte comercial o basados en consideraciones empíricas. En cuanto a su impacto negativo, si no consultamos las fuentes adecuadas, puede generarnos confusiones y falsas opiniones y alejarnos de las vías de comunicación más importantes que son la familia y la escuela en el caso de niños, adolescentes y jóvenes. También puede poner al descubierto nuestra intimidad sin nuestro consentimiento o someternos a presenciar la intimidad de otros, lo cual desde mi punto de vista no es ético.

Es importante tener en cuenta de la necesidad de que el consumo de internet cuente con la mediación de los adultos –sobre todo en el caso de los escolares y adolescentes-, pues el empleo del Internet implica un aprendizaje y la familia y, en particular los padres, deben estar al tanto de qué consumen sus hijos por esta vía y con quienes se comunican. Todo parece indicar que los padres se preocupan más por la cantidad de horas que sus hijos interactúan con Internet y las nuevas tecnologías (por ejemplo, los videos juegos) que por el contenido del consumo.

Hemos sido testigos muchos cubanos de sus de múltiples colaboraciones en los Medios de Difusión Masiva ¿La Televisión Cubana en su criterio ha cubierto todos aquellos temas que nuestras familias hoy necesitan para de alguna manera obtener orientación?

Cubrir todos los temas no creo que sea algo sencillo de lograr, pero sí considero que la Psicología está bastante visualizada en los medios de difusión masiva, lo que no quiere decir que no pueda seguirse ampliando esta posibilidad, porque las personas agradecen mucho y, a la vez, necesitan este tipo de contenidos.

¿Qué consejo le pudiera ofrecer a toda aquella persona que se aventure a estudiar la especialidad de Psicología?

Que tiene que ser, por sobre todas las cosas, una persona sensible hacia lo que yo llamo el “problema humano”, solidaria, honesta; que tiene que vibrar y sentirse conmovida ante el problema del otro, también ante el dolor ajeno, que no puede ser indiferente a los problemas del mundo de hoy, de aquellos que atentan contra el bienestar humano, como son las guerras imperialistas, el hambre y las enfermedades curables que padecen millones de seres humanos en este mundo tan desigual, que debe luchar contra males sociales que aquejan también a millones de personas como son el racismo, la xenofobia, la violencia de género y todo tipo de violencia, la homofobia, la ignorancia en lo relativo a la preservación del medio ambiente, entre otros. Que a la vez tiene que ser optimista y confiar en el “mejoramiento humano”, pero no solo preocuparse por estas cuestiones, sino “ocuparse” de ellas desde el cotidiano ejercicio de su profesión.

¿Con P o sin P seguirá siendo la misma Psicología? ¿Una letra desde su punto de análisis cambia algo en su significado?

Esta pregunta ya la ha respondido el profesor Manual Calviño de manera excelente más de una vez, así que me abstengo de darle respuesta.

Fuente e imagen: https://www.sicologiasinp.com/entrevistas/entrevista-con-la-dra-en-ciencias-psicologicas-laura-dominguez/#disqus_thread

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Anticapitalismo y sociabilidades emergentes. Experiencias y horizontes en Latinoamérica y el Caribe»

Reseña: CLACSO

Este es un libro de las divergencias. No podría ser de otra manera si es uno de los resultados de pensar qué significa ser anticapitalista a punto de concluir la segunda década del siglo XXI. Después de haber transitado los experimentos socialistas, las dictaduras del Cono Sur y la restauración de la democracia, y luego el ascenso y el precipitado agotamiento de los gobiernos progresistas en Latinoamérica nos seguimos preguntando ¿qué sentido le podemos otorgar al término de anticapitalismo?, ¿qué implicaciones tiene el concepto? ¿nos es útil o nos interpela o, por el contrario, dialoga poco con las diversas realidades de las diferentes latitudes del continente?, ¿puede el concepto de sociabilidades emergentes ser útil para identificar otras prácticas, por fuera de la hegemonía sistémica o local?

Este trabajo, fruto del Grupo de Trabajo Anticapitalismo y Sociabilidades Emergentes, está construido en torno a esas preguntas.

Del prólogo de Erika Liliana López López

 

Autores (as): E. Liliana López López. Paola Andrea Vargas Moreno. Laura García Corredor. Blanca S. Fernández. Pablo Ariel Becher. [Coordinadores y Coordinadoras]

Dmitri Prieto Samsónov. Cassio Brancaleone. Laura García Corredor. María Regina Cano Orúe. Blanca S. Fernández. Adriana Victoria Rodríguez Caguana. Paola Andrea Vargas Moreno. Luis Rondón Paz. Alexander Hilsenbeck Filho. María Victoria Guerra Ballester. Daniel Alzate Mora. Sheila Padrón Morales. Pablo Ariel Becher. Rodrigo Chaves de Mello. Jorge Luis Alemán. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CEISO. CLACSO.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-28212-9-6

Descarga: Anticapitalismo y sociabilidades emergentes. Experiencias y horizontes en Latinoamérica y el Caribe

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1889&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1382

Comparte este contenido:

El hombre confinado

Por: Paola Ruiz-Huerta

Tal vez el hombre confinado pueda llegar a descubrir, en estos días, que salirse de la lógica productiva, patriarcal y machista genera cambios importantes y positivos en su vida y en la de quienes le rodean.

¿Qué les estará pasando a los hombres durante este periodo de encierro y confinamiento? ¿Cómo vivirán las 24 horas al día en el espacio doméstico, ese espacio privado, femenino, tan denostado por el patriarcado y que tanto amenaza su masculinidad? ¿Cómo llevarán el saberse menos productivos? ¿Cómo se sentirán los que hayan perdido el atributo identitario que es su trabajo? ¿Cómo estarán gestionando sus emociones: el miedo, la incertidumbre, la frustración, la rabia…?

¿Cómo afectarán a su identidad estos días de confinamiento en los que resulta tan complicado ser activo, racional y autónomo, los mandatos principales que determinan la masculinidad, según el sociólogo Antonio García? ¿Es posible que esta situación favorezca que algunos adopten posiciones más dominantes y aumenten su agresividad y violencia para sentirse así más masculinos y recuperar lo que Dona Haraway denomina la plusvalía de género?

Ayer, en Castellón, un hombre asesinó a una mujer. El 30º hombre que asesina a una mujer en lo que llevamos de año, según la última actualización de la plataforma Feminicidio.net. Otro, en Sevilla, intentó ayer cortarle el cuello a su pareja cuando le dijo que iba a dejarle.

La construcción de la subjetividad masculina está basada en la dominación, la crueldad y la falta de empatía. La subordinación, la complacencia y el agrado son atributos determinantes de «lo femenino». Y es sobre este orden mental de ambos géneros sobre el que tenemos que reflexionar, para deconstruirlo.

Por eso, quiero pensar también en cómo la incomodidad que para el género masculino produce este confinamiento puede ser una oportunidad para que los hombres reflexionen, se impliquen con el feminismo y hagan un proceso de transformación de sus vidas y de las relaciones de género, que tenga el consecuente impacto social.

El feminismo es imprescindible y positivo para todas las personas: para los hombres también. Les libera de esa fragilidad rígida y la carga que supone tener que liderar, competir y dominar todo el tiempo. Aunque sin perder de vista que los hombres en el Patriarcado tienen la posición privilegiada y dominante. El patriarcado oprime a los hombres, pero asfixia y mata a las mujeres.

Partiendo de la idea de Elisabeth Badinter de que la masculinidad se construye en oposición a tres grupos (mujeres, niños y homosexuales), ahora es el momento para cambiar el paradigma masculino y funcionar de otro modo. Para desarrollar, en la intimidad de la casa, habilidades que les permitan ser el hombre que querrían ser, si estuvieran dispuestos a perder privilegios. O a ser, quizás, «menos hombre».

Estas son algunas propuestas que me parecen imprescindibles para un cambio radical en las relaciones de género y el sistema patriarcal. Y que en este periodo de obligado encierro los hombres pueden ejercitar:

–Hacerse cargo de los cuidados. Es el momento para ver la cantidad de cosas que hay que hacer en un hogar y entender que los cuidados son responsabilidad de todos y todas. Los domésticos y los emocionales. Otorgarles el valor que merecen y la necesidad de ponerlos en el centro de la vida. Prestar atención a las personas con las que se convive. Ocuparse también de los padres, hermanos, amigos. Decir que les echas de menos. Que los quieres.

–Desarrollar la escucha. La empatía. Ponerse en el lugar de la otra persona tratando de entender, de verdad, lo que quiere decir. Escuchar en silencio, procurando no dar consejos ni «resolver vidas». Escuchar, además, sin ningún interés por medio, sexual o de cualquier otra índole, y sin cerrar a priori la posibilidad de aprender de la otra persona.

–Responsabilizarse de las emociones y necesidades. Estos días van a surgir muchas emociones y hay que aceptar cualquier sentimiento sin luchar contra él. Conectar con la propia vulnerabilidad, reconocer el sufrimiento y hacerse cargo de él. Puede ser un buen momento para llamar a algún amigo y compartir la ansiedad y la fragilidad.

–Descubrir la ternura: otra sexualidad es posible. Deconstruir la sexualidad patriarcal, la erotización de la dominación y la violencia y erotizar la empatía, los cuidados y el buen trato. Quizás sea momento para experimentar otras formas de placer, de explorar, sin prisas, nuevas maneras de relacionarse con el propio cuerpo y el de la compañera o compañero. Romper con la jerarquía de los placeres que nos enseña que hay unos superiores, como la cópula y el orgasmo, y otros inferiores. Dedicar más tiempo a las caricias, a la ternura y atreverse a experimentar nuevas sensaciones. A ver qué sucede.

Tal vez el hombre confinado pueda llegar a descubrir, en estos días, que salirse de la lógica productiva, patriarcal y machista genera cambios importantes y positivos en su vida y en la de quienes le rodean. Cambiar el pequeño mundo de cada uno es la única manera de cambiar el mundo. Y será sólo a través de la toma de conciencia, el propio cuestionamiento, la responsabilidad y la renuncia de los privilegios que este sistema otorga a los hombres, por el hecho de nacer varones, como podremos acabar con este virus que es el patriarcado.

Fuente e Imagen: https://www.eldiario.es/tribunaabierta/hombre-confinado_6_1008659143.html

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2