La tarea: ¡La madre de todas las batallas!

Por: Abelardo Carro Nava

¿Qué nos hace pensar que el cumplimiento de una tarea necesariamente refleja el aprendizaje logrado de un niño? O, mejor dicho, ¿en qué momento, la tarea, se convirtió en sinónimo de aprendizaje de los pequeños? Preguntas por demás sencillas pero que, en cierta medida, nos invitan a reflexionar en lo que cientos de maestros, padres de familia y niños están pasando en estos días donde, para acabar pronto, la contingencia sanitaria por el Covid-19 nos ha hecho ver y comprender que la escuela, y todo lo que ocurre dentro de ella, tiene un enorme significado.

Y es que, como bien sabemos, el proceso de enseñanza y de aprendizaje va más allá del cumplimiento de una tarea. De hecho, en anteriores entregas que tan amablemente me han publicado en este y otros espacios, he dado cuenta de ello; sin embargo, ese proceso no ha sido del todo comprendido por quienes, en este momento, tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la educación de nuestro país. Me refiero, exclusivamente, a las diversas autoridades educativas que son parte del Sistema Educativo Mexicano (SEM). Tal parece que, indicarles a los maestros que les pidan a los alumnos el cumplimiento de más tareas para que éstos a su vez las resuelvan, genera más aprendizajes. Formula, a todas luces, incorrecta y harto equivocada.

¿Por qué sucede esto? Mi explicación se basa en varios puntos que, desde luego, si ustedes me lo permiten, iré desglosando a lo largo de este texto.

Por principio de cuentas, como órgano de control administrativo y normativo, la Secretaría de Educación Pública (SEP), desde hace mucho tiempo, ha evidenciado la poca o nula confianza que le tiene al magisterio mexicano. Pareciera ser que los maestros y maestras, no tienen un dejo de creatividad y pensamiento en cuanto a la función que a éstos les toca desempeñar como parte de su quehacer docente.

Al respecto, no niego que hay muchos mentores que difícilmente realizan sus actividades si la Secretaría o sus autoridades no se las piden o requieren, sin embargo, tampoco niego que hay quienes dan un poco más de lo que su función les exige. En cualesquiera de los casos, estos docentes, generalmente se hallan entre la espada y la pared, es decir, entre lo que “deben” hacer y lo que “quieren” hacer, dado el conocimiento que éstos poseen de los alumnos que tienen en sus manos.

Para nadie es desconocido que, si un profesor pretende echar a andar una propuesta innovadora – pedagógica y didácticamente bien sustentada – y, como resultado de ello, desarrolla una serie de actividades que no necesariamente corresponden a las que dicta la Secretaría o sus autoridades inmediatas, éstos, lo llaman a “cuenta” para que se “alinee” a las disposiciones oficiales o, de plano, para que deje de hacer lo que está haciendo porque, a decir de estos últimos, su propuesta es inadecuada aunque no haya un sustento alguno. Sobre este asunto, recuerdo muy bien que, hace algunos años, cuando la reforma peñanietista estaba a todo lo que daba y la evaluación al desempeño docente se aplicaba a rajatabla, muchos mentores recibieron, por parte de la SEP, una “retroalimentación” que difícilmente retroalimentaba. Imaginemos cuál sería el sustento que esta dependencia tendría u ofrecería para detener el o los proyectos que los profesores diseñaran.

En segundo lugar, sin entrar a tremendos “tecnisismos”, quiero abordar un poco el sentido de la palabra “tarea”. Y es que como bien sabemos, esta palabra se relaciona, de manera inmediata, con un deber. No en pocas ocasiones habremos escuchado decir a nuestra madre o padre: “tienes que hacer la tarea, no lo olvides”; o bien, cuando el profesor o profesora, justo antes de despedirnos, nos llegó a expresar: “de tarea, realizar los ejercicios de la página 115 de su libro de español”. Luego entonces, al ser concebido de esta forma, es claro que un deber conlleva una responsabilidad y cumplimiento por lo que, ya sea en la casa, en la biblioteca del pueblo o con los amigos en un cibercafé, el alumno cumple este cometido. En este sentido, ¿sabe usted cuántas materias lleva un alumno en la escuela? En efecto, a partir de las asignaturas que cursa es que, dependiendo el contenido, el profesor toma la decisión de dejarles tarea. Esto, con el propósito de favorecer y dar continuidad a su proceso formativo y de aprendizaje en un contexto no formal como el que representa su aula/escuela.

De esta forma, quiero hacer énfasis en esos elementos valiosos para que el profesor encomiende una tarea; éstos pueden ser: el contenido que está abordando, el nivel congnitivo/cognoscitivo de sus alumnos, las condiciones (incluyendo el contexto) en el que viven los pequeños y otros. Así, no debemos de perder de vista que, derivado de esos elementos y la decisión que el maestro haya tomado en su momento, éste pone en la mesa diferentes tipos de tarea para que sus estudiantes puedan realizarlas; retomaré tres que me parecen las más relevantes: a) de práctica, son aquellas en las que se refuerzan las habilidades o conocimientos recién adquiridos en clase como guías de ejercicios, cuestionarios, resúmenes, resolución de problemas, entre otras; b) de preparación, son aquellas en las que se intenta proveer información de lo que se verá en la siguiente clase, pueden ser leer, buscar información bibliográfica, obtener materiales para hacer un trabajo en el aula, etcétera; c) tareas de extensión, son aquellas en las que se fomenta el aprendizaje individualizado y creativo al enfatizar la iniciativa e investigación del estudiantes, éstas son tareas a largo plazo, proyectos continuos y paralelos al trabajo en el salón, etcétera (Roland Laconte 1981, citado en Ochoa 2012).

Como seguramente usted imaginará, el cumplimiento de esa tarea arroja un producto o evidencia, misma que el docente, se encargará de revisar para realimentar/retroalimentar lo que, a su juicio, considere pertinente. Es claro pues, que esa evidencia puede o no demostrar el logro de un aprendizaje en términos de un contenido. Pongo un ejemplo muy sencillo, si la consigna fue dibujar un animal marino porque el contenido se relaciona con este tema; puede ser que el chico, después de haber realizado una investigación, decidió dibujar una tortuga marina, ya sea vista desde arriba o lateramente; en sentido estricto, la tarea la cumplió este niño y, en consecuencia, el aprendizaje se logró porque, además de la investigación, se dibujó a ese animal marino; sin embargo, imaginemos que un alumno no haya contado con los recursos, tal vez tecnológicos que empleó el otro estudiante, para investigar los tipos de animales marinos y, por ello, dado su conocimiento, dibujo una lombriz de tierra. También, en sentido estricto, la tarea se cumplió, es decir, el pequeño entregó su producto, pero el aprendizaje… ¿se logró? Ahí es donde la intervención docente se vuelve fundamental porque, a través de ella, y de algunos cuestionamientos que éste formule, podría lograr que su educando reflexionara sobre los tipos de animales marinos que existen, la diferencia que hay entre éstos y los terrestres, etcétera. En consecuencia, producto/evidencia no es sinónimo de aprendizaje.

Habría que pensar entonces, por qué la SEP, y buena parte de las autoridades educativas de los estados, exigen, diariamente, un sinfín de tareas escolares al igual que un número infinito de evidencias que, como he dicho, no necesariamente reflejan el logro de un aprendizaje.

En la semana pasada, publiqué un artículo que titulé “Hacer poco es mucho, pero la SEP no lo entiende”; consecuentemente considero que, si se le brinda la confianza necesaria a los docentes, éstos podrían, en la medida de sus posibilidades y recursos, adecuar las acciones que desarrollarían para que sus alumnos aprendieran en casa. ¿Se imagina aquel maestro de secundaria que tiene a su cargo más de 200 alumnos? Es demencial que se le pida que grabe un video que demuestre que está trabajando con sus alumnos, que realice una carpeta de “experiencias” de cada uno de éstos, que tenga la posibilidad de planear para que, si no es que todos, se conecten desde sus hogares para que trabajen a través de una plataforma, y un lago etcétera más.

¿Acaso el maestro o maestra no es padre o madre de familia?, ¿acaso no tienen que atender u orientar a sus hijos porque sus maestros también les han dejado tarea?, ¿acaso no tienen vida propia para desayunar, comer, cenar, pasar un tiempo con su familia, para hacer labores domésticas o en el campo, o para disfrutar de unos minutos de descanso?

Sí, además de la guerra que están librando médicos y enfermeras en nuestro país, la tarea, se ha convertido en la madre de todas las batallas que buena parte de la población está librando en estos momentos, y la SEP, tampoco ha entendido, entiende, ni entenderá esto.


Referencias:

Laconte, R. (1981). Citado en Rodas Ochoa, M.C. (2012). Las tareas escolares extraclase y su incidencia en el rendimiento de los estudiantes del tercer año educación general básica de la escuela Aurelio Ochoa Alvear de la Parroqui Tuti Cantón Cuenca (Doctoral dessertation)

Fuente: https://profelandia.com/la-tarea-la-madre-de-todas-las-batallas/

Imagen: https://pixabay.com/photos/children-drawing-education-4526384/

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¿Se debería prohibir la tarea?

Por:  Paulette Delgado

Según la OCDE, cuatro horas de tarea por semana es el máximo de trabajo que los alumnos deben llevarse a casa.

El debate sobre la cantidad de tarea que se debe asignar a los alumnos no es nuevo. Desde los ochentas, investigadores han tratado de descifrar si la tarea logra mejorar el desempeño escolar de los alumnos. Incluso un metaanálisis que analiza estas investigaciones realizadas entre 1987 y 2003, concluye que los deberes no tienen ningún impacto positivo en niños pequeños y tan solo un impacto moderado en niños mayores o adolescentes.

Aunado a ese estudio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su reporte titulado “¿La tarea perpetúa las desigualdades en la educación?” (Does Homework Perpetuate Inequities in Education?), demostró que un total de cuatro horas de tarea por semana es lo ideal, más de eso en la semana tiene un impacto insignificante en el rendimiento académico, mientras que afecta significativamente en el tiempo libre que tienen los niños para actividades de recreación y ocio.

Aún así, la cantidad de tarea que tienen los alumnos ha ido en aumento desde 1990. Hoy en día, los estudiantes dedican más tiempo a la tarea y a dormir que a socializar o trabajar después de la escuela.

Beneficios de la tarea

Según un metaanálisis realizado por Harris Cooper durante el periodo de 1987 al 2003, la tarea puede beneficiar las calificaciones y la actitud de los estudiantes, especialmente a los mayores. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Tübingen publicada en el 2009, determinó que para que los deberes sean beneficiosos se tiene que tomar en cuenta las clases y el rendimiento de ellas, ¿logran acabar a tiempo sus actividades en clase? ¿Qué tanto repaso necesitan hacer en casa?

La tarea también enseña a los alumnos habilidades como la responsabilidad, manejo del tiempo, perseverancia y autoestima. Aunado a eso, también ayuda a reforzar el aprendizaje independiente ya que el alumno aprende y refuerza sus conocimientos por su cuenta, y es una manera en que los maestros pueden ver qué tan bien dominan los estudiantes los temas vistos en clase sin producir el mismo nivel de estrés que un examen. Otro beneficio de la tarea es que le da la oportunidad a los padres de saber qué están estudiando sus hijos y de involucrarse en su educación.

El problema de la tarea

Aunque la tarea tiene sus beneficios, estos dependen de la edad. En primaria, la tarea no es nada más que trabajo extra. En secundaria, la tarea produce mejores resultados, pero solo si es moderada. Hay estudios que demuestran que la tarea excesiva se traduce en malas o menores calificaciones. Según los autores, lo ideal es no asignar más de 100 minutos de tarea al día para que esta sea beneficiosa.

Además, las investigaciones comprueban que es  una mayor causa de estrés. En un estudio publicado en el Journal of Experimental Education, el 56 % de los participantes nombraron la tarea como uno de los factores que más los estresaba, en comparación con los exámenes, donde el 43 % los evaluaron como lo más estresante de la escuela. Debido al incremento en estrés que provocan los deberes, estos pueden traer problemas de salud, física o mental, e incluso provocar el aislamiento de los estudiantes al tener que pasar más de tres horas diarias realizándolos. Estos problemas de aislamiento también lo resienten los papás ya que sienten que sus hijos no tienen tiempo de disfrutar su niñez o juventud e incluso de pasar tiempo en familia, por estar haciendo tarea.

Uno de los mayores argumentos a favor de prohibir la tarea es el impacto negativo que tiene en los estudiantes ya que los hace menos receptivos a la escuela y a aprender, especialmente los más pequeños, como los alumnos de jardín de niños a quienes les quedan todavía más de 10 años de escuela (y tarea) por delante.

¿Cómo pueden los docentes asignar mejor la tarea?

Hay mucho debate en torno a cuánta tarea es demasiada y cuánto tiempo deberían de dedicar los alumnos a hacerla. Algunos docentes optan por seguir la regla de diez: dedicar diez minutos al día por grado. Es decir, un estudiante de primero de primaria deberá dedicar diez minutos a su tarea, mientras que uno de último año podría dedicarle hasta 120 minutos al día.

El problema es que falta comunicación y coordinación entre maestros sobre la cantidad de tarea que encargan por materia. Esto termina siendo problemático para los alumnos porque puede resultar en una cantidad excesiva de tarea por área, incluso en épocas de proyectos finales o exámenes.

Para maximizar el beneficio de la tarea, los maestros deberían comenzar por preguntarse:

  • ¿Es necesario asignar tarea o se puede hacer en clase?

  • ¿La tarea complementa y contribuye lo que se vio en el aula?

  • ¿El estudiante cuenta con suficiente información para hacer la tarea solo?

  • ¿Cuál es el propósito e intención de la tarea? ¿Tengo algún objetivo en mente?

  • ¿Cuánto tiempo le dedicará el alumno a la tarea?

  • ¿De qué manera puedo controlar si se está sobrecargando o no a los alumnos?

Aunque asignar tarea sí tiene beneficios, es tiempo de analizar si este recurso académico hace más mal que bien. Especialmente debido al incremento que ha tenido en los últimos 30 años. Por ello es conveniente que los docentes analicen el impacto que tiene en la calidad de vida de sus alumnos, especialmente en los más jóvenes, a quienes les quedan más de 10 años de escuela por delante.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/se-deberia-prohibir-la-tarea

 

 

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México: Tarea sobre Porfirio Díaz plantea a otros maestros a estar a la altura

México / 10 de marzo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: SDP Noticias

Para el profesor Elías Ruiz no es difícil reconocer que la generación que tiene en sus manos está pegada al celular y, más que un obstáculo, el uso de esas plataformas fue su inspiración.

Quienes actualmente se dedican a la docencia tienen en sus manos a una generación asociada desde su infancia a las redes sociales. Instagram nació en 2010, Twitter en 2006 y el rey de las plataformas sociales, Facebook, apareció en 2004.

Es decir, quienes actualmente estudian el bachillerato han convivido con alguna de esas plataformas un tercio de su vida, cuando menos. Esas infancias y adolescencias no solo son diametralmente diferentes a sus predecesores, sino que plantean a quienes se paran frente a un grupo estar a la altura para desafiar y potenciar su creatividad.

Prueba de ello es una tarea que el profesor Elías Ruiz Valdez asignó a un grupo del Colegio de Bachilleres de Coahuila (Cobac) «Carmen Elizondo de Ancira», como parte de la materia Historia de México 2. El docente pidió al grupo elaborar una biografía del presidente Porfirio Díaz, «pero de una manera diferente, apoyándose en la red social de Facebook».

«Los chicos revisarían su página de perfil para hacer lo mismo con el personaje», señala el profesor en entrevista con SDPnoticias. «El trabajo consistía en enfocarse en rescatar aspectos importantes de la vida de Díaz y plasmarlo a manera de red social con los materiales que se ven en la publicación», agrega.

La tarea de Alondra, a decir del profesor y de la viralidad que alcanzó, destacó de entre el resto del grupo, integrado por 39 estudiantes quienes recibieron y ejecutaron algo similar. «Fue interesante ver la dedicación que le puso a ese trabajo, sobresalía de los demás», enfatizó el orgulloso docente.

Para el profesor Elías Ruiz no es difícil reconocer que la generación que tiene en sus manos está pegada al celular y a las redes sociales, y más que un obstáculo el uso de esas plataformas fue su inspiración para hacer más ameno el aprendizaje de un personaje histórico.

«Pensé en darle otro enfoque a un personaje como Porfirio Diaz, un lado amable y en la cual la creatividad estuviera en acción. Es complicado, pero es nuestra labor atender a todo chico que quiera estudiar y par ello nos esforzamos como docentes», señaló.

La viralidad de la publicación no fue buscada, sino un descuido en la configuración de privacidad. “Los maestros en ocasiones subimos material para compartir con otros docentes, pero no imagine esta magnitud solo porque olvidé cambiar la privacidad a mi publicación», confiesa Elías.

Finalmente, reconoce que la respuesta a la publicación ha sido una sorpresa para él y la estudiante, pero en todo momento ha sido grata. «Es algo a lo que no estamos acostumbrados», confiesa y asegura que para apoyar a otros docentes y al aprendizaje efectivo volvería a compartir los logros de su grupo.

«Esperamos que vengan cosas buenas para los docentes. Es una labor noble y todos hacemos nuestro mejor esfuerzo desde nuestra trinchera para que este país mejore con pequeños pero significativos cambios», puntualizó.

Fuente de la Noticia:

https://www.sdpnoticias.com/estilo-de-vida/2019/03/04/tarea-sobre-porfirio-diaz-plantea-a-otros-maestros-a-estar-a-la-altura

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 10 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

10 de marzo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 10 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Cuestionan mensajes de Bolsonaro sobre educación en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303520

01:00:00 – Narodowski: “Hace muchos años que la Argentina no tiene un proyecto educativo” (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303138

02:00:00 – La primera ministra de Noruega aboga por el aprendizaje a lo largo de toda la vida

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303603

03:00:00 – Fomentar la lectura… ¡y la lectura! (bis) (Artículo de Manuel Pérez Rocha)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303123

04:00:00 – República Dominicana: Auspician libro “Neurociencias y Aprendizaje”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303606

05:00:00 – Stella Villarmea: ¿Por qué la ética y la filosofía son fundamentales en la educación?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303390

06:00:00 – Libro: Sobre la educación en un mundo líquido (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303270

07:00:00 – CENTURY, una plataforma de enseñanza y aprendizaje basada en la inteligencia artificial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303600

08:00:00 – Libro: Calmar la Educación. Palabras para la acción (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303277

09:00:00 – León Trahtemberg: «El alumno vive en el siglo XXI y su profesor en el siglo XX»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303401

10:00:00 – Maestros de Maestros: Paulo Freire (1921-1997) -PDF-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303623

11:00:00 – Huelga UAM (Artículo de Hugo Aboites)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303132

12:00:00 – Esta experta estadounidense cuenta 4 claves para enfocarse en la innovación pedagógica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303614

13:00:00 – Colombia: 44° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa VI)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303626

14:00:00 – México: Tarea sobre Porfirio Díaz plantea a otros maestros a estar a la altura

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303525

15:00:00 – Bolsonaro contra el pensamiento crítico en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303609

16:00:00 – Dislexia matemática: ¿has oído hablar de la discalculia?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303597

17:00:00 – Alfredo Corell: “Los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303394

18:00:00 – Estados Unidos: Cómo aplicar a una charter, en la voz de una madre experta

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303528

19:00:00 – “Meritocracia”, “Calidad” y Compromiso Educativo (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303262

20:00:00 – Titular Educación de Puerto Rico niega despedir maestros para próximo año escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303517

21:00:00 – Especial: California: la educación en juego (Cartas sobre la mesa) -Video-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303617

22:00:00 – Cuba y Guinea Ecuatorial por afianzar nexos en materia educativa

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23:00:00 – Sergio Belmonte: “Con doce alumnos por clase haríamos magia de verdad”

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Hacer tareas en casa: una oportunidad vinculante

16 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Istar Jimena Gómez Pereira

Hay mucho provecho que los padres de familia pueden sacarle a esta actividad con sus hijos. 

Es posible que al menos una vez a la semana, padres y madres incluyan como parte de sus labores el acompañamiento a sus hijos en la realización de tareas escolares. De acuerdo con la historia previa de cada vínculo familiar, esta labor podrá ser más o menos intensa, según diferentes factores: la edad de la hija o el hijo, el nivel de autonomía, el deseo de participación de los padres, las prácticas y rutinas de estudio aprendidas, entre otras.

Quizás para algunas familias, fluya fácilmente esta misión, mientras que para otras se convierta en un factor estresante, con aumentos en el tono de voz y síntomas de impaciencia.  Puede que existan experiencias en las que los padres terminen rindiéndose y opten por hacer la tarea de su hijo o hija, puesto que es una opción práctica: rinde más y el estrés es menor.

Los hijos e hijas, independiente de su edad, requieren espacios de encuentro y vínculos amorosos, claros y estructurantes con sus padres: el acompañar a sus hijos a hacer las tareas, es una de ellas. Nótese que he hablado de “acompañar a” y no “de hacer con”, la diferencia es muy importante: en la primera usted y su hijo/hija comprenden que la responsabilidad radica en quien tienen el rol de estudiante, es decir, en su hijo o hija, y desde ese lugar, cuenta con el apoyo del adulto.

En el segundo lugar, se tiende a considerar la tarea escolar como una responsabilidad compartida padres e hijos y se desdibujan los límites de este ejercicio: que su hijo/hija practique el aprendizaje, y que aprende el valor de la responsabilidad y la competencia de la autodisciplina o el ritmo propio.

Es posible que acompañar a hacer la tarea, no sea tan interesante como ver un partido de fútbol, una serie animada, ir a cine, salir a montar bicicleta, hacer un almuerzo en familia, servir unas onces, leer un libro. No obstante, hay mucho provecho que ustedes como padres pueden sacarle a esta interacción. Me permito compartir algunas de ellas:

  1. Conocer cómo piensa su hijo o hija: acercarse tanto a sus opiniones, análisis como a reconocer su proceso cognitivo: en qué áreas tiene más gusto, cuáles son sus talentos, qué procesos o temáticas se le dificultan más, esta es información importante si necesita darle  algún apoyo para aprender mejor.
  2. Identificar su capacidad para gestionar problemas: la tarea escolar es una gran oportunidad para ver cómo su hijo o hija reacciona ante problemas o dificultades ¿se enoja? ¿Se rinde? ¿es recursivo? ¿construye un plan o una estrategia con la cual sacar adelante su propósito? Recuerde que en la vida lo que marca la diferencia es cómo respondemos y gestionamos las situaciones que se nos presentan, la recursividad y la actitud con la que asumimos los problemas. Si usted le hace la tarea a su hijo o hija, o no importa sino la hace, le está dejando de enseñar valores y habilidades claves para el futuro.
  3. Conocer sus rutinas y ritmos de trabajo: reconocer el ritmo propio de trabajo es un factor que favorece poner en marcha cualquier actividad, así mismo, contar con una rutina organizada (espacio adecuado, horario, materiales, propósito) favorecerá la motivación y la realización misma de la tarea. Acompañar a sus hijos a hacer tareas escolares es una buena forma de orientarlos para que las construyan, un buen mensaje es enseñarlos a organizarse para que puedan realizar lo que se proponen y sentirse tranquilos con sus diferentes actividades.
  4. Identificar el nivel de tolerancia a la frustración: generalmente las tareas cuentan con cierto nivel de dificultad, los niños y adolescentes quisieran que fueran tan sencillas para terminarlas pronto y continuar haciendo sus actividades predilectas. La vida en sí misma cuenta con sus momentos de dificultad, usted como adulto lo habrá experimentado. Las tareas permiten identificar cuál es la capacidad de su hijo o hija para afrontar situaciones difíciles, así como reconocer sus reacciones. En esos momentos su apoyo será de gran ayuda, no se trata de un apoyo que suplante las capacidades de su hijo, sino de una mano solidaria que lo soporta para comprender mejor el ejercicio y encontrar una manera de resolverlo, etc.
  5. Conocer su capacidad creativa: en complemento de lo anterior, es una gran oportunidad para reconocer y formar a su hijo en soluciones creativas, elemento clave de la salud emocional. ¿Cuántas alternativas diferentes a quejarse, enojarse, arrojar cosas puede encontrar su hijo para lograr su propósito?, obsérvelo y ayúdelo a no estancarse, a ser recursivo y basarse en soluciones sanas para él y su proceso.

Si estos cinco puntos le llamaron la atención, quiero hacerle una invitación, léalos ahora desde las bondades para usted como madre o padre: “Permitir a mi hijo conocer cómo pienso”, “identificar mi capacidad para gestionar las dificultades que se me presentan con mi hijo o hija”, “Conocer cómo he aportado para que mi hijo o hija adquiera rutinas y ritmos de trabajo” “identificar mi nivel de tolerancia con mi hijo o hija”, “Conocer mi capacidad creativa para orientar o apoyar a mi hijo o hija”.

Seguramente usted y yo compartimos que reconocer lo anterior no garantiza que sea un ejercicio fácil y divertido. Si estamos de acuerdo con eso, vale la pena identificar algunas cosas que favorezcan que así lo sea:

  1. Construyan rutinas: es decir, espacios, metodologías y tiempos dedicados exclusivamente a las tareas escolares. Ayúdele a su hijo/hija a identificar qué le sirve a él/ella para concentrarse mejor y qué se lo impide, motívelo y hágale caer en cuenta de ello. Ayúdele (mientras se apropia de su rutina) a definir de acuerdo con sus compromisos semanales el mejor espacio para estudiar, tengan presente que sea un espacio físico cómodo, y un horario adecuado, no muy cercano a su hora de dormir, ni tampoco tan tarde que lo trasnoche. Que se haya alimentado bien, que se aleje de interrupciones que lo distraigan: el televisor, el chat con amigos (salvo que lo use para consultar información), entre otros que seguramente conocen mejor usted y su hijo/hija.
  2. Ayúdele a construir procedimientos: por ejemplo, revisar cuántas tareas tiene y por cuál le es más conveniente empezar (de la más difícil a la menos, quizás al revés, alternar entre una de su preferencia y otra que no); distribuir las tareas de acuerdo con los tiempos de entrega. Qué materiales y recursos necesita para hacer su tarea: el libro guía de clase, enciclopedias disponibles en la casa, sus apuntes, internet, lapiceros, cuadernos, etc. Enséñele a organizar esos materiales. Anímelo a aprender y ser auto-observador de su proceso productivo: cómo se distrae, cuando se cansa qué hace. En esos casos pararse, estirarse, poner música de su agrado, respirar, son buenas prácticas.
  3. Fortalecer la autonomía y confianza en su hijo/hija: no haga por su hijo/hija lo que usted está seguro(a) que él/ella puede hacer por sí mismo. Recuerde que entre mayor sea su hijo/hija, mayor autonomía deberá tener para asumir sus responsabilidades. Que no le gane a usted el afán de terminar la tarea para hacer otras cosas. Permítale que disfrute de lo que logra. Por ejemplo, después que haya logrado resolver un problema de matemática, déjeselo saber, por ejemplo: “hijo te diste cuenta de que al comenzar la tarea pensaste que no podías y sin embargo, con paciencia y persistencia lo lograste”.
  4. Construya límites: recuerde que la tarea es una responsabilidad de su hijo/hija, usted es un acompañante que lo motiva y le facilita comprender mejor en caso de que lo requiera. Por su bien y el de su hijo/hija, defina momentos limitados para ese acompañamiento de acuerdo con posibilidades reales entre semana y en fin de semana. Sea firme y amable con esos espacios definidos, por ejemplo: si con su hija acordaron dos horas de acompañamiento para tareas, y ella se despista y no quiere avanzar, con amor y claridad, hágale saber que usted está durante el tiempo acordado disponible, después de ello se retirará a atender sus compromisos personales. Diez o quince minutos antes que se cumplan las dos horas acordadas, le indica que pronto terminarán y al terminar ayúdele a ver las cosas constructivas que pasaron durante el tiempo de acompañamiento y las que podrían mejorar para el próximo acompañamiento. Claro, en su criterio estará si es necesario extender o disminuir esas dos horas de acompañamiento dada la complejidad de las tareas.
  5. Respire cuantas veces necesite: sí, respiren cuántas veces necesiten, porque los ritmos de los niños no coinciden con nuestros ritmos como adultos, ni su nivel comprensivo ni sus tiempos de concentración. Así que respiren.

Construyan una comunicación respetuosa: Procure no referirse de manera despectiva a su hijo/hija cuando se equivoca, “torpe, bruto, lento”, entre otras expresiones que deterioran el vínculo y afectan la autoestima de su hijo, así mismo corríjale cuando se refiera a sí mismo usando esas expresiones, muéstrele cómo tener dificultades para comprender algo no es igual a ser “bruto”.

Construyan pactos para manejar las emociones negativas que surjan, por ejemplo, reconozcan cuándo se enojan y conversen sobre eso “hija cuando tú te pones terca con la idea yo me estreso, me gustaría que antes de cerrarte a la idea me oigas”, “cuando tú me gritas me dan ganas de no ayudarte”. Permita que sus hijos le cuenten cómo se sienten también. Anticipen comportamientos y construyan soluciones igualmente anticipadas:

“Hijo, la última vez que te acompañé a hacer tu tarea, te enojaste y tiraste tu cuaderno, me siento irrespetado cuando haces eso. ¿Si se volviera a presentar una situación que te enoje como esa, qué se te ocurre que podrías hacer antes de reaccionar de esa manera?

Recuerde, que su hijo/hija reacciona de esa manera porque no ha experimentado o apropiado otras mejores, por eso, es posible que en principio no se le ocurran muchas ideas, así que está bien darle una mano, por ejemplo: ¿qué tal si te paras y respiras? ¿Qué tal si me hablas de lo que sientes? ¿Qué tal si cierras los ojos y chequeas como te sientes y lo dibujas?

Acuerden en conjunto qué pasa si logra avanzar con sus rutinas. Ojalá no se trate de premios materiales, exploren otros caminos como disfrutar un helado, ver la película favorita en familia, salir al parque, etc.

Recuerde que nada de lo anterior funciona por un día, se requiera constancia y práctica, y como todo, hay días en los que usted como adulto tendrá más paciencia y otros en los que no; habrá días en los que su hijo/hija esté más dispuesto, otros en los que no tanto. No desista, así es la vida, sigan con las rutinas fortaleciendo su vínculo, es el regalo más importante que un niño recibe de sus padres.

Mucho ánimo con esa importante labor como padre/madre y que la aprovechen al máximo!!!

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/hacer-tareas-en-casa-una-oportunidad-vinculante

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¿Tareas para las vacaciones?

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Mauricio Mora Rodríguez

Parece importante reformular el papel y las características de la tarea.

Siempre que llegan vacaciones cortas se abre un debate entre padres de familia, profesores y estudiantes acerca de la conveniencia o no de las tareas para las vacaciones. Recientemente una madre española envió una petición a la conocida página change.org pidiendo la moderación de las tareas en el país ibérico con el argumento de que la cantidad y la frecuencia ocasionaban estrés, ansiedad y reducían la interacción de padres con los hijos en el hogar.

Acerca de la tarea hay varios aspectos que se deben analizar: el primero es que hay un desacuerdo incluso entre los docentes en cuanto a la que creemos que debe ser la utilidad de las tareas: algunos profes afirman que se pueden poner tareas como introducción a un tema que no se ha visto; otros que se pueden hacer tareas con el fin de ‘mecanizar’ lo que se ha aprendido en la clase.

He visto profesores que dejan tareas como castigo por un mal día del grupo, creando verdadera animadversión contra lo que debería ser una extensión más del saber, una manera de integrar a la familia con el entorno escolar. Es decir, la escuela no ha sido capaz de definir cuál es el propósito de las tareas y de esa manera se entorpece el proceso pedagógico.

El otro problema es la clase de tarea: predomina el profesor tradicional que deja una miscelánea de ejercicios a veces de un día para otro, el que pide una lista de verbos en inglés o el que pide un trabajo escrito (a mano para que al menos “le cueste” y no sea solo lo que baje de internet) sobre la obra literaria que tenían que leer; esta clase de tarea, repetitiva y mecánica si bien puede tener alguna facultad memorística no desarrolla al máximo las habilidades que poseen los estudiantes.

Predomina el profesor tradicional que deja una miscelánea de ejercicios a veces de un día para otro, el que pide una lista de verbos en inglés o el que pide un trabajo escrito (a mano para que al menos “le cueste” y no sea solo lo que baje de internet) sobre la obra literaria que tenían que leerAhora, ¿por qué es importante entender cómo funciona la economía y las finanzas? En términos prácticos, todos los ciudadanos desean subsistir de alguna manera y lo realizan a través del dinero. Sin embargo, es importante entender su funcionamiento que va más allá de las cuentas bancarias y los recibos de pago a fin de mes.

¿Qué es más productivo: desarrollar 15 ejercicios desconectados uno de otro y sin ninguna aplicación o plantear un problema para el que los chicos deban usar su pensamiento lógico matemático y proponer una solución aunque al final no desarrollen más de dos o tres  ejercicios? La mayoría de nuestros estudiantes son muy buenos en las operaciones, pero si se les plantea un problema veremos a más de uno confundido por no identificar qué proceso se le pide; estoy poniendo como ejemplo las matemáticas, pero igual pasa con las otras asignaturas.

Nuestra educación fue en un país distinto: íbamos seis horas al colegio y el resto de la tarde la pasábamos en casa en compañía de alguien que podía ayudarnos con las tareas, generalmente era mamá, no se desarrollaban muchas actividades extraclase y las vacaciones eran más largas; ahora es distinto: los chicos muchas veces quedan solos en casa y estudian más de las 6 horas, algunos hacen horas sociales o pasantías o simplemente se forman en alguna actividad artística o deportiva, muchos de ellos trabajan los fines de semana para ayudar en sus casas, así que la tarea larga y tediosa que nos tocó hacer a nosotros debe replantearse.

Sí a la tarea, a la que motiva a la curiosidad como plantearle al estudiante la grabación de un experimento; a la que incluye a los padres o a la familia entera como ver una película y escribir un texto sobre ella, sí a la tarea corta que incluya un problema real e indague acerca de las competencias reales que tienen los chicos para solucionarlos.

No a la tarea presión, a la tarea como castigo, a la tarea que se queda solamente en la “investigación” (que en verdad no es más que una consulta) y que no se retroalimenta, que queda para siempre arrumada en el cuaderno o en la basura del final de año. Esas tareas deben desaparecer de nuestras prácticas pedagógicas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/tareas-para-las-vacaciones

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