Argentina: La herencia de Macri en Educación: problemas presupuestarios, mejoras en las estadísticas y pases de facturas

Redacción: a24

El análisis de la gestión educativa de Mauricio Macri precisa de consideraciones especiales y otras concretas para comprender la situación.

Por un lado, el nivel de inversión y gasto presupuestario en Educación decreció de manera sostenida en estos 4 años. En tanto, se generaron herramientas de medición de desempeño evaluativo (que antes eran esporádicas y poco confiables), que permitirán un mejor análisis a futuro si son sostenidas.

Según lo que se analiza en uno de los informes del Observatorio Argentinos por la Educación, la inversión en educación en Argentina en términos reales creció sostenidamente desde 2005 hasta 2011, para luego estabilizarse y, en los últimos años, disminuir.

En 2015 se generó el pico máximo del financiamiento en educación. En comparación con 2005, representó un 86% de aumento en términos reales. Este pico se da fundamentalmente por un aumento en el gasto provincial en educación.

De 2015 a 2016, se observa una caída del 7% en el gasto educativo total debido a una disminución en la inversión provincial. Según la ley de financiamiento educativo, se debe destinar un 6% del PBI a la financiación de educación, ciencia y tecnología. En los 4 años de Gobierno de Mauricio Macri no se cumplió.

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¿Por qué? La razón política que se plantea, después de la consulta de distintas fuentes, se refleja directamente con el aumento del presupuesto en coparticipación. Es decir, el Estado Nacional incrementó el dinero que redistribuye entre las provincias, pero como la mayoría se destina a pagar sueldos queda poco para una real inversión educativa.

Teniendo en cuenta que el uso de ese dinero, hasta en materia educativa, es responsabilidad de cada una de las provincias, la discusión está enmarcada en ese punto. Según Nación, el dinero fue girado a las provincias –por caso lo ocurrido en Chubut con el paro docente que comenzó en agosto y terminó en noviembre de este año- mientras que, del otro lado, afirman que no cubren para el total necesario para cumplir con los montos de inversión.

El desafío de la evaluación

Uno de los aspectos en donde la gestión de Mauricio Macri realizó cambios en materia educativa fue en el impulso a las evaluaciones. Esteban Bullrich fue el primer ministro de Educación de la era Macri. En un trabajo que había iniciado en Ciudad de Buenos Aires, Bullrich volvió a darle hincapié a través, fundamentalmente, de las pruebas Aprender.

Este tipo de exámenes buscaban indagar los niveles educativos de los alumnos a nivel nacional. Comenzaron con la idea de que fueran anuales, así fue ese primer año 2016, pero ya en los últimos años se empezó a alternar anualmente entre primaria y secundaria.

Para realizar un correcto análisis de los datos de estos exámenes es necesario la contemplación de ciertas cuestiones. En primer lugar, al no poseer datos de exámenes semejantes realizados en periodos de tiempo constantes, no es posible una evaluación de trayectoria de los resultados.

Además, del modo en que está redactada y formulada la realización de este tipo de pruebas, el grado de participación no siempre es representativo para considerarla “censal”. Que haya indicadores de resultados positivos o negativos no implica que no exista una correcta política educativa sobre las temáticas evaluadas.

Los resultados de los estudiantes en pruebas estandarizadas de aprendizaje muestran que, en el nivel primario, 6 de cada 10 estudiantes se encuentran en el nivel satisfactorio o avanzado en Matemática, de acuerdo con los resultados de las evaluaciones Aprender.

En Lengua la proporción es 7 de cada 10. En el nivel secundario, sólo 3 de cada 10 estudiantes alcanzan los niveles satisfactorios en Matemática. En lengua son 6 de cada 10.

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Los resultados en el nivel secundario son consistentes con lo registrado por las pruebas PISA de la OCDE, que evalúa a jóvenes de 15 años. En esa evaluación, 7 de cada 10 mostraron capacidades nulos o incipientes en matemática, mientras que en la lectura, ese número baja a 5 de cada 10.

Si bien los resultados no pueden ser considerados como determinantes por las condiciones antes explicadas, sí pueden ser tomados como una tendencia existente en la Argentina. En general, hay niveles bajos en Matemática, mientras que en Lengua se marca un mejor desempeño.

Alfabetización tecnológica

Con respecto al currículo de clase, la UNESCO se encargó de destacar en sucesivas oportunidades que la Argentina desarrolló avances en cuanto a la alfabetización tecnológica.

El organismo valoró el programa “Aprender conectados” impuesto en 2019 por el gobierno nacional y aprobado por el Consejo Federal de Educación, en donde se reúnen los 24 ministros de Educación de todas las provincias.

De esta manera, se busca cumplir con lo establecido en la Ley de Educación en lo que refiere a lineamientos de aprendizaje necesario para los estudiantes. Existieron capacitaciones a docentes y el plan tiene proyectado la instalación de aulas 3D con material informático avanzado en las Escuelas de todo el país.

Escolarización y repitencia

Respecto a las tasas de escolarización, Argentina mantiene un alto nivel que viene en crecimiento permanente desde 1996. La tasa de escolaridad asciende hasta el 89%.

Otro de los indicadores que se muestran en baja es la tasa de repitencia. En los últimos años, este indicador viene mostrando ciertos altibajos, pero con tendencia al descenso.

Desde 2011 hasta 2014, pasó de un 3,7% a 2%, mientras que para 2016 subió al 3,2%, siempre en nivel primario. En los últimos años, el índice mostró una leve baja. En tanto, en el sector secundario, los valores de repitencia se sostienen por encima del 10%.

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Estos niveles se explican por varios factores pero principalmente por la intención de evitar que la repitencia se convierta en un castigo para los estudiantes.

La licenciada Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, explica que la matrícula de educación secundaria es visiblemente menor a la de primaria: debieran ser iguales ya que en este análisis se agrupan seis grados de cada nivel.

Lo que también se observa con nitidez es que la matrícula secundaria crece en el período: pasa de 2,9 millones a 3,7 millones. El aumento porcentual es del 28%, y se compone de un crecimiento del 37% de la matrícula en edad teórica y un 14% de la matrícula en sobreedad.

Uno de los índices que más preocupan es el que marca que sólo 6 de cada 10 estudiantes que comienzan la secundaria logran terminarla. Es decir, hay un 40% de deserción escolar en la secundaria. Ese porcentaje, trasladado a alumnos, establece una problemática que se mantiene en la Argentina y que no ha podido ser revertida. A su vez, de esos 6 que logran finalizar el secundario, sólo 1 se recibe de una carrera universitaria.

Se puede llevar a cabo un análisis de situación a partir de los datos de las tasas de abandono y repitencia en la educación secundaria.

Tomando como inicio comparativo el año 2011, la tasa de abandono escolar ha tenido una leve tendencia a la baja, pasando de un 11,7% a un 9,5% para 2018.

En tanto, el indicador de repitencia comenzó en un 10,9%, tuvo una caída hacia 2014, pero revirtió la tendencia para alcanzar un 10,8% en 2018. Es posible, no definitorio, que las políticas sociales hayan tenido cierto impacto en el descenso de las tasas de abandono escolar, aunque no ha tenido un reflejo en el desempeño escolar.

El indicador de promoción anual se mantiene constante en un 79%, mientras que sumados los porcentajes de repitencia y abandono, también se mantiene es un 19%.

En declaraciones recientes, el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro, refirió como uno de los logros de su gestión al cambio de “inercia de un sistema educativo que estaba absolutamente inmovilizado”.

Finocchiaro hizo referencia a la falta de implementación de contenidos tecnológicos en las escuelas públicas. En tanto, valoró las Pruebas Aprender y se refirió al programa “Escuelas Faro”. Este sistema buscaba el acompañamiento a escuelas que precisaban de un fortalecimiento en aprendizajes no sólo de lengua o matemática, sino al sostenimiento de trayectorias escolares continuas y completas.

Fueron unas 3.500 las instituciones seleccionadas, pero no hay datos compartidos sobre el impacto de este acompañamiento en resultados concretos en estas escuelas.

En contrapartida, Daniel Filmus, ex ministro de Educación, apuntó a la gestión de Mauricio Macri y aseguró que: “La Nación dejó sobre las espaldas de las provincias la responsabilidad de la educación y las provincias no estaban en condiciones de hacerse cargo”. Esta afirmación entraña una situación que acompañó los 4 años: Nación dio libertad de implementación presupuestaria en Educación a las provincias.

Uno de los problemas básicos se encuentra directamente en la forma en la que está estructurada la Educación. Es necesaria una redefinición del concepto y las responsabilidades que atañen al Ministerio.

Como ente en sí mismo, el Ministerio no tiene escuelas a cargo, sino que las mismas son de dependencia provincial. Es decir, el Ministerio de Educación de la Nación no tiene injerencia directa sobre las instituciones educativas. Sí lo tiene sobre las Universidades Nacionales, pero el punto está en que son autónomas. Por lo que la pregunta que surge es: ¿Cuál es el real alcance del Ministerio de Educación de la Nación?

A modo de conclusión, queda en evidencia que la falta de estadísticas confiables en los años anteriores dificultan un análisis correcto de la situación actual.

Si se tomase una fotografía momentánea, hay indicadores de niveles de aprendizaje preocupantes así como problemas de financiamiento que no han sido correctos para el desarrollo educativo.

En tanto, en marzo del próximo año, ya el gobierno de Alberto Fernández, debiera publicar los últimos resultados de las Pruebas Aprender. Esos indicadores serían complementarios para un mejor análisis de la gestión de Mauricio Macri en educación.

Fuente: https://www.a24.com/politica/balance-gestion-macri-educacion-pruebas-aprender-incumplimiento-pautas-presupuestarias-12052019_Syd0mQmpB
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Más educación y formación de adultos a lo largo de la vida

Por: María Luz Martínez Seijo.

Es necesario impulsar la acreditación de la experiencia laboral, reforzar la Formación Profesional y mejorar la colaboración entre el sistema educativo y el mundo empresarial

Los datos que arroja el último informe de la OCDE 2018 Panorama de la Educaciónnos revela que en España existe un serio problema de reproducción social a través de la educación, especialmente para los que no alcanzan los niveles post-obligatorios. El 55% de los adultos que no traspasan ese umbral educativo proceden de padres que tampoco lo alcanzaron. Se trata de un círculo cerrado de pobreza educativa luego traducida en bajos salarios y en pobreza monetaria que vuelve a transmitirse inter-generacionalmente. Romper dicho círculo cerrado es la máxima prioridad para la justicia educativa y para la igualdad real de oportunidades.

Si bien es cierto que la tasa de graduación en la ESO se ha incrementado en España en los últimos años alcanzando el 81%, todavía la tasa de abandono escolar es elevada (18%) y supone un gran reto para España. Especialmente preocupante es que el 34% de la población adulta-joven española de 25 a 34 años de edad no haya alcanzado el nivel de educación secundaria superior, comparado con la media del 15% de la OCDE. Es una brecha de 19 puntos que las políticas educativas y de formación han de encarar con decisión y valentía. Es evidente que no podemos mejorar nuestro presente y futuro económico sin una amplia base social formada y cualificada.

Por eso, se impone como prioridad hacer un esfuerzo para elevar la participación de los menos formados en la educación continua para adultos y en lograr cualificaciones que mejoren sus opciones de empleo. En torno al 50% de la población activa española no tiene acreditada su experiencia laboral atesorando habilidades y competencias no reconocidas por ninguna titulación.

El alcance en el nivel educativo de las personas determina el modelo de sociedad que se pretende. Los socialistas estamos plenamente convencidos de que debemos combatir un modelo de sociedad cada vez más dualizada y desigual que deja a un tercio de población atrapada en la desventaja y la vulnerabilidad social. Combatir este modelo exige abordarlo desde la igualdad de oportunidades que el sistema educativo debe garantizar. Esto no se logra con una selección del alumnado en función de sus posibilidades económicas, ni con insuficientes ayudas para material escolar, ni con una ratio excesiva de alumnos por clase, limitando los apoyos educativos y las medidas de compensación educativa por desventaja social.

En torno al 50% de la población activa española no tiene acreditada su experiencia

Medidas que perjudican a los más débiles y que tienen consecuencias en las opciones sociales, laborales y económicas que determinan un modelo de sociedad precaria, con más personas sin cualificaciones, con trabajos mal pagados, destinados a la vulnerabilidad social permanente y a un ejercicio muy frágil de su ciudadanía.

Los socialistas optamos por políticas igualitaristas y universalistas que no dejen a nadie atrás fundamentadas en un enfoque de derechos y de ciudadanía activa, puesto que las libertades individuales no pueden ejercerse si antes no aseguramos la igualdad real de oportunidades. Para ello es necesaria una doble estrategia.

En primer lugar, prevenir y reducir el abandono escolar, con un nuevo modelo educativo y evaluativo más competencial, con planes y recursos específicos, con seguimiento del alumnado que abandona para poder reinsertarlo nuevamente al sistema, con refuerzo de la coordinación y co-responsabilidad entre distintas administraciones y agentes sociales. La reducción del abandono escolar es la base para que nuestra sociedad adquiera una mayor cohesión social y redistribuya oportunidades de promoción social. Su disminución adquiere también gran importancia puesto que se conseguirá que la recapitalización formativa del joven pueda hacerse efectiva a lo largo de su vida. Reducir el abandono temprano es superar el círculo de la pobreza formativa transmitida de padres a hijos y posibilitar trampolines para el ascenso social y cultural.

Vamos a prevenir y reducir el abandono escolar con un nuevo modelo educativo y evaluativo más competencial

En segundo lugar, se debe fomentar la educación y formación de la población adulta, que ha de cobrar un especial protagonismo tanto en la educación reglada como en la no reglada. Los Centros de Educación para Adultos juegan un papel clave como vía para la obtención de títulos y como puente para la continuación de la formación. En esta línea de trabajo es necesario impulsar la acreditación de la experiencia laboral, reforzar la Formación Profesional modular que permita la conciliación del trabajo y la formación continua y mejorar la colaboración y comunicación entre el sistema educativo y el mundo empresarial, abordando las necesidades de formación continua de los trabajadores que se van detectando en el ámbito laboral.

Es por todo ello esencial que toda sociedad se impregne de la cultura del aprendizaje y la formación permanente, tomando conciencia de la importancia de lograr titulaciones intermedias para escapar del círculo de la herencia social de una baja formación, una empleabilidad vulnerable y una ciudadanía desvinculada de la corriente principal. Elevar el nivel educativo de la población adulta con más cualificaciones, no sólo contribuye a mejorar la productividad y el desarrollo económico, sino, sobre todo, garantizar un mayor desarrollo social y cultural de una ciudadanía más ilustrada, abierta, tolerante y crítica que reforzará nuestra democracia y nuestra libertad.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2018/11/02/actualidad/1541161966_558381.html

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