Page 3 of 6
1 2 3 4 5 6

Neurodiversidad: El movimiento para que el autismo, la dislexia y el TDAH no se consideren discapacidades.

Por: Gabriela Esquivada. Infobae. 05/09/2018

Muchos lo comparan con la lucha por los derechos LGBTQ o los de los afroamericanos. Propone el reconocimiento de las diferencias neurológicas innatas, el respeto a los individuos sin hablar de la necesidad de una cura. Infobae habló con una experta, Devon MacEachron.

A la psicóloga Devon MacEachron, una especialista en niños con conexiones diferentes como el autismo o el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), no le gusta decir “discapacitado” o “disfuncional”. El lenguaje, cree, es particularmente importante cuando se trata de ponerle una etiqueta a las personas. Y en los Estados Unidos se etiqueta con autismo a 1 de cada 59 niños, y con TDAH a 6,1 millones.

Dis- significa nosinmenosDescribir a alguien como “discapacitado” implica que no tiene capacidad. Decir que alguien es “disfuncional” implica que no funciona.Quizá no todo marcha perfectamente para los individuos que son neurológicamente atípicos, pero describirlos en términos tan negativos no los ayuda a encontrar y desarrollar aquello para lo que tienen “capacidad” —explicó a Infobae.

En su práctica en Nueva York, aclaró esta graduada en las universidades de Pennsylvania y California-Berkeley, no tiene problemas en emplear esos términos a los fines de diagnosticar a un paciente ante el sistema de salud, “para que la gente obtenga los servicios que necesita”. Pero en su consultorio y en su vida prefiere cambiar los términos de la conversación. Es una representante del movimiento de la neurodiversidad, que considera que las personas con autismo, dislexia, TDAH y síndrome de Asperger constituyen una minoría social.

“Cuando pensamos en diversidad, la mayoría de nosotros piensa en cosas como las diferencias étnicas o la orientación sexual. Pero existe otra forma de diversidad que tal vez ignoremos: la neurodiversidad“, dijo MacEachron en un video para Now This, que tuvo una circulación viral en las redes (8 millones de visitas hasta finales de julio). “Se presta poca atención a aceptar a la gente que tiene mentes neurológicamente diferentes por lo que son, poca atención a descubrir y celebrar sus puntos fuertes, poca atención a hallar un lugar en la sociedad que valore sus diferencias“.

La mente autista, por ejemplo, tiene una capacidad inusual para detectar patrones, algo que la industria tecnológica valora mucho. Se puede concentrar mucho más intensamente que la mente común, puede experimentar sensaciones más profundamente. Dado que el autismo es un espectro, también hay casos extremos en los que las personas no pueden hablar o necesitan ayuda para sus funciones cotidianas.

“Creo que la moneda tiene dos caras”, ilustró MacEachron. Y en su opinión, la cara de los puntos fuertes y los intereses especiales necesitan más atención.

La respuesta masiva a su video le confirma que muchos otros creen que las perspectivas dominantes estigmatizan más de lo que ayudan. “Mucha gente me escribió que se sentía comprendida, esperanzada y vista como una persona que tiene valor. Espero que fortalezca a la gente para que ponga su energía en descubrir en qué son buenos y qué les gusta hacer, y en encontrar un lugar donde puedan tener éxito y hacer su aporte”.

Neurodiversidad: movimiento y concepto

El término se popularizó hace 10 años, y nació otros 10 años atrás. En Look Me in the Eye: My Life with Asperger’s, su best-seller de 2007, John Elder Robison contó su vida con Asperger.  “La neurodiversidad es el reconocimiento de las diferencias neurológicas innatas”, dijo a  The Washington Post. “Esas diferencias son un don y una discapacidad. La sociedad necesita los pensadores excepcionales que produce la diversidad en el mundo”.

La palabra se debe a la socióloga australiana Judy Singer, que la usó por primera vez en “Why Can’t You be Normal for Once in Your Life?” (“¿Por qué no puedes ser normal por una vez en tu vida?”), un capítulo de su tesis de doctorado escrita entre 1996 y 1998, Disability Discourse (El discurso de la discapacidad). Describió la “diversidad neurológica, o neurodiversidad”, como “un nuevo agregado a las categorías políticas ya familiares de clase, género o etnia”. Puso en contexto: “El ascenso de la neurodiversidad lleva un paso más allá la fragmentación posmoderna”.

El escritor Robison describió la neurodiversidad “como un movimiento de derechos civiles emergentes” en el artículo que la compara —al citar a sus defensores— con la lucha por los derechos LGBTQ o los de los afroamericanos. Y la especialista MacEachron coincidió en diálogo con Infobae: “Sí, creo que es similar en tanto categoría para definir a la gente. Es la diversidad de las conexiones cerebrales. Con frecuencia está oculta, no es perceptible al ojo como podrían ser el género o la etnia. Pero no obstante a las personas se las categoriza y se las juzga por las etiquetas que se les aplican”.

Para los padres de niños con autismo, TDAH, dislexia o Asperger, esas etiquetas los enfrentan a una alternativa decisiva: cambiar al niño para que se adapte al ambiente en el que vive, o lo opuesto. Para los defensores de la neurodiversidad, hay muchas maneras en que los padres —y en general los adultos— pueden tratar de cambiar el ambiente para que cada persona prospere con sus características.

—Un cambio podría ser en la educación y la estructura de las escuelas. Se le podría dar a los niños recreos para que los niños saquen su energía, se les podría permitir caminar por la clase, se les podría evitar el requisito de sentarse en un pupitre durante horas.

A veces esas opciones no están disponibles. Los niños reciben educación en sus hogares, por ejemplo, o deben sobrellevar un ambiente que es un desafío constante. “Pero aun entonces se pueden hacer cosas para ayudar a que el hijo o la hija sea quien es y prospere“, agregó. “Parte de eso es aceptar que el hijo o la hija es alguien original que puede no estar completamente a la altura de las expectativas de uno o de terceros, pero no obstante es un individuo hermoso que merece respeto“.

Parte de la genética humana

“La neurodiversidad es parte de nuestra evolución como especie”, dijo MacEachron en el video de Now This. “Los genes del autismo y el TDAH no son errores sino más bien el resultado de variaciones en el genoma humano y de nuestra evolución como especie, que tienen y seguirán teniendo ventajas para nuestra sociedad”

Por ejemplo, uno de los genes asociados con el TDAH, el DRD4, es el causante de la motivación y la curiosidad. Tiene 10.000 años, al igual que los genes asociados con el autismo.

“Mis comentarios se basan en parte en que suponemos que la selección natural elimina del acervo genético los alelos con efectos negativos“, dijo a este medio. “Así que si todavía persisten, quizá hay un motivo. La anemia falciforme parece algo malo que esperaríamos que la selección natural eliminase, pero resulta que sus genes causan resistencia a la malaria. Puedo pensar en muchas ventajas (y desde luego, muchas desventajas también: no las minimizo) de la neurodiversidad”.

En una conferencia a la que asistieron personas con dislexia, la experta observó que en ciertos aspectos la eclipsaban: podían entender el panorama general de las conversaciones y las conexiones entre las cosas, por caso, con más claridad y rapidez. “Hay investigadores que teorizan que esta ventaja del pensamiento panorámico puede deberse a que las neuronas de los disléxicos con más alargadas“, ilustró. Citó el libro The Dyslexic Advantage (La ventaja disléxica, de Brock y Fernette Eide, que se acaba de traducir al chino) como un buen compendio de esas ventajas.

Alguna variantes genéticas vinculadas al autismo podrían ser resultado de una selección positiva también: favorecieron un desarrollo extraordinario de la memoria y una percepción intensificada de la vista, el gusto y el olfato, además de la comprensión de grandes sistemas.


—¿Qué micro-hábitats participan ya en la conversación sobre la neurodiversidad que pone el acento en esas ventajas?

Las empresas tecnológicas buscan ex profeso contratar y ofrecer comodidades a los individuos con autismo, que son especialmente buenos para trabajar con sistemas y detalles. El ejercito israelí tiene una unidad especial para individuos con autismo que se dedica a descifrar códigos. Ser emprendedor es una suerte de micro-hábitat que suele acoger a los individuos con TDAH. Hace pocos años salió un artículo sobre esto, en Forbes, titulado: “ADHD: The Entrepreneur’s Superpower” (“TDAH: el superpoder del emprendedor”). También existen subculturas en las comunidades de videojuegos y entre los artistas. Gente que piensa distinto.

Críticas, entre los propios autistas

En su blog, MacEachron aludió a las críticas que recibe el movimiento defensor de la neurodiversidad. “Especialmente aquellas de neuropsicólogos”, detalló, se centran en que no se enfatiza la importancia que tienen el diagnóstico de discapacidad y el tratamiento. Y una persona que desarrolló TADH como consecuencia de una enfermedad, le dijo que no sentía que se tratara de una ventaja evolutiva.

Thomas Clemens, un joven con Asperger, escribió en Quilette que “el autismo es un cuadro mucho más complejo” que lo que describe la neurodiversidad y que “la perspectiva de que un día se halle una cura no se debería eliminar completamente”, en nombre del respeto a las variaciones cerebrales. Al igual que los defensores de la neurodiversidad, Clemens cree que las personas autistas merecen mejores condiciones en el empleo y en la sociedad en general. Pero piensa que “el autismo es una discapacidad, primero y principal” y que “nunca se debería convertir en otra etiqueta vanguardista de identidad”.

“Respeto sus puntos de vista”, dijo a Infobae. “Ellos saben lo que quieren y necesitan mejor que yo, pues lo están viviendo. Yo no tengo autismo, y sería presuntuoso en el plano emocional decir algo sobre la neurodiversidad cuando, personalmente, soy neurológicamente típica. Pero señalaría que cualquier forma de pensamiento que acepte las diferencias entre las personas es algo bueno. No sentir vergüenza o incomodidad es bueno. Tratar de buscar los aspectos positivos es bueno, aun cuando todo parece terriblemente desalentador”.

—¿Y con respecto a la discusión sobre la cura?

Aplaudo a los científicos que trabajan en las curas de cualquier cosa que aqueja a la gente. Creo que deberíamos poder elegir por nosotros mismos, cuando sea posible, cómo queremos ser. Si una familia sufre bajo el peso de cualquier forma de diferencia cerebral y siento que serían más felices sin ella, diría “Adelante”.

Su propia historia

La periodista que invitó a MacEachron a hacer el video para NowThis es su hija, quien tiene TDAH y dislexia. También su otro hijo recibió esos diagnósticos. Y su marido: “Estas cosas son genéticas con mucha frecuencia”, dijo. Su experiencia le ha permitido llevar a su consultorio, y la defensa de la neurodiversidad, una mirada especial.

“En primer lugar está bien hacer el duelo por el hijo que uno pensaba que iba a tener, es parte del proceso de aceptar el que uno tuvo“, explicó. “Luego se puede ir al grano y luchar para que el hijo o la hija obtenga lo que necesita“. En ese proceso las madres y los padres se deben cuidar a sí mismos, porque los esperan la preocupación noche y día, la ansiedad, la depresión, los sentimientos de soledad, aconsejó.

En segundo lugar hay que explorar los aspectos positivos. “Yo tuve dos niños torpes, descoordinados, que no podían practicar deportes ni aunque se les fuera la vida en eso. Tras sobreponerme al hecho que nos hacía unos parias virtuales allí donde vivíamos, me di cuenta que era una ventaja no tener que pasar todas las tardes llevándolos a las prácticas“, puso como ejemplo.

Y también el caso de la profesión de su hija: si bien le costó mucho (los cuatro años de la universidad se le convirtieron en siete), la joven pudo aplicar su “creatividad salvaje” al trabajo y es “una gran productora de videos noticiosos interesantes”.

Por último, aconsejó que conviene mantener la perspectiva. “Hay que pensar en lo que realmente importa en la vida. El amor. La felicidad. La amabilidad. Esto es lo que hay que promover”.

Actualización: No en todos los países del continente americano la legislación denomina “discapacidad” a la dislexia. En Argentina, una ley de 2016 estableció que se la considere entre las dificultades específicas de aprendizaje, y ya no como discapacidad. En los Estados Unidos se considera que está dentro de los “trastornos de neurodesarrollo” que ameritan ayuda de la Seguridad Social a partir de la certificación de discapacidad.

Fuente: https://www.infobae.com/america/ciencia-america/2018/08/07/neurodiversidad-el-movimiento-para-que-el-autismo-la-dislexia-y-el-tdah-no-se-consideren-discapacidades/

Fotografía: thinkgeek

Comparte este contenido:

TDAH: guía básica de actuación para el profesorado

Cristina Martínez Carrero

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico. Se caracteriza por varios síntomas como la desatención (incapacidad de resistirse a estímulos irrelevantes, lo que dificulta su concentración durante mucho tiempo y, por tanto el mantenimiento del “trabajo consistente” en una tarea, por un periodo de tiempo más o menos largo).

Además, se encuentra la hiperactividad (alto nivel de actividad motora) e impulsividad (dificultad de autocontrol en sus emociones, pensamientos y conductas), que se presentan con mayor intensidad y frecuencia de lo esperado para su edad y nivel de desarrollo, de tal forma que interfieren de manera negativa en su aprendizaje y/o comportamiento.

¿Qué dificultades presenta?

Estos síntomas pueden manifestarse conjuntamente o bien predominar solamente uno de ellos. El TDAH no siempre cursa con hiperactividad. Una de las dificultades del TDAH es que, con una elevada frecuencia, se presenta acompañado de uno o más trastornos. Por lo tanto, es frecuente que el alumno con TDAH presente además dificultades de aprendizaje en matemáticas, lectura, escritura…

El grado de dificultad que los alumnos presentan depende de muchos factores. Nuestra labor como docentes es clave en el desarrollo y evolución de este trastorno.

PRINCIPALES REPERCUSIONES

Dificultades:

  • Mantener la atención de forma sostenida y gran facilidad para la distracción.
  • Falta de capacidad en la generación de motivación, cuando las tareas no tienen ninguna consecuencia inmediata o atracción para ellos.
  • El rendimiento académico está por debajo de su capacidad.

Viéndose afectadas:

  • Calidad del trabajo (pobre, incompleto, mal presentado…).
  • Cantidad de trabajo (no suelen terminarlos o lo terminan rápido y mal).
  • Velocidad de trabajo (muy lento o muy rápido y con muchos errores).
  • Rendimiento (puede variar significativamente de un momento para otro).
  • Automotivación (les cuesta mantener el esfuerzo).
  • Inhibición conductual. Pueden iniciar una tarea correctamente, pero después de un tiempo se dejan llevar por estímulos que en esos momentos son más atractivos. Generando a veces, conductas no deseadas en el aula, no porque no conozcan las normas o el funcionamiento de una clase.
  • Dificultades para iniciar el trabajo de forma autónoma.
  • Dificultad en la regulación de las emociones. 
  • Baja habilidad para “parar y pensar” antes de actuar.

¿QUÉ PUEDO HACER COMO DOCENTE?

Ambiente estructurado y predecible:

  • Sentarlos cerca del profesor para facilitar el permanente contacto visual y la supervisión de las tareas, en un sitio espacioso, lejos de puertas y ventanas, evitando distracciones. Y junto a un compañero tranquilo que pueda servir de modelo positivo.
  • Procurar informar siempre de las reglas y/o normas de la clase: es conveniente que estén siempre a la vista del alumno.
  • Reservar un espacio en la pizarra, en un lugar visible, para anotar fechas de controles, entrega de trabajos y tareas diarias que deben anotarse en la agenda. Esta información debería estar siempre accesible al alumno. Monitorizar agenda (asegurarnos que han anotado las cosas que les pedimos).
  • Tener el horario semanal en algún lugar visible del aula y procurar anticipar las novedades.

Excursiones y actividades especiales:

  • Preparar al alumno para el acontecimiento extraordinario, explicando con antelación a dónde van y cuál es el comportamiento que se espera de él.
  • Anticipar posibles conductas no permitidas y establecer consecuencias previamente.

Tareas:

  • El profesor debe asegurarse que el alumno ha recibido las instrucciones completas.
  • Ofrécele más tiempo, se le puede entregar la actividad el primero y recogerla el último.
  • El alumno con TDAH necesita combinar cortos periodos de atención con acción manipulativa. La mejor opción es dividir la tarea en pequeños pasos e ir supervisando.
  • Una vez por semana, ofrecerle un tiempo para ordenar el contenido de sus cuadernos.

Autoestima/ motivación:

  • Hacerle ser líder o protagonista en algunos momentos mejorará su autoestima.
  • Reforzarle positivamente en todo aquello que salga bien; necesitan no sólo tener éxito sino que se lo subrayen.
  • Comentar con él/ella que cosas le van ayudando y resultando útiles. Corregir errores y hacerle ver donde se ha equivocado, fomentará que para la próxima vez esté más pendiente. Intentar hacerlo en el momento.
  • Hablar con él/ella de vez en cuando de manera individual para ofrecerle un espacio por si tiene algún problema que necesite compartir.

Exámenes:

  • En la situación de examen acercarnos a él/ella para asegurarnos de que ha entendido bien lo que se le pregunta. Leer previamente las preguntas en voz alta.
  • Comprobar que está marcando lo importante e intentar elaborar preguntas directas y concisas.
  • Si se  trata de un examen largo, hacérselo en dos días o dos momentos diferentes. Procurar que sean a primera hora del día, y evitar, en la medida de lo posible, poner más de un examen por día.
  • Proporcionarle un esquema claro y conciso sobre los contenidos del examen para que pueda tenerlo previamente; esto a ayudará a organizarse, sobre todo, en asignaturas con bastante carga de contenidos.
  • Evitar exámenes fotocopiados a doble cara y con tama%

Fuente del articulo: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/tdah-guia-basica-de-actuacion-para-el-profesorado/63195.html

Fuente de la imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2017/12/tdaH

Comparte este contenido:

Altas capacidades intelectuales y TDAH: ¿por qué en ocasiones llegan a confundirse ambos diagnósticos?

Por: bebesymas.com/ Silvia Díaz/ 06-06-2018

El final del curso escolar está a la vuelta de la esquina, y el mes de junio suele ser un mes de tutorías y reuniones con los profesores de nuestros hijos para hacer balance del año que se acaba. A este respecto, una amiga me comentó el otro día bastante preocupada, que en su colegio le habían dicho que su hijo ha pasado el curso «bastante disperso» y «poco atento a las explicaciones de los profesores».

Además, le han recomendado llevarle a un especialista para valorar un posible TDAH, aunque tampoco han descartado que sea un alumno de capacidades intelectuales. ¿Es posible que se den ambas condiciones?, ¿qué características presentan una y otra? ¡Te lo explicamos con detalle!

¿Qué características presentan los alumnos con altas capacidades?

Según la Asociación Española de Pediatría, los niños y adolescentes con altas capacidades o superdotados son aquellos que muestran unaelevada capacidad de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; poseen capacidad de liderazgo o sobresalen en áreas académicas específicas.

Son niños precoces, con una capacidad de aprendizaje superior a la media, un alto nivel de creatividad, elevado coeficiente intelectual y un amplio y rico vocabulario con respecto al resto de niños de su edad.

altas capacidades

Leyendo esta definición y sus características podríamos pensar, erróneamente, que todos los niños con altas capacidades son alumnos brillantes y con notas fabulosas, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, según datos del Ministerio de Educación y Ciencia, el 70 por ciento de los alumnos superdotados presenta bajo rendimiento escolar y entre el 30-50 por ciento fracaso escolar.

ESTO SE DEBE PRINCIPALMENTE AL DESCONOCIMIENTO DEL TEMA POR PARTE DE LOS PROFESIONALES, Y A LA AUSENCIA DE UN TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO APROPIADO QUE CONTRIBUYA A MOTIVAR AL NIÑO MEDIANTE UNA EDUCACIÓN AJUSTADA A SUS CAPACIDADES.

¿Por qué se confunden las AACC con el TDAH?

Al hilo de lo anterior, desde la Asociación de Altas Capacidades y Talentos nos explican que es común pensar que los niños con altas capacidades son alumnos silenciosos, aplicados, que escriben perfectamente y leen sin parar.

Sin embargo, a menudo la inteligencia desbordante va asociada a inquietud (tanto física como mental), rebeldía y dificultad para aceptar las normas que no son razonadas, de ahí que en ocasiones se confunda con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

En la Asociación Española de Pediatría podemos leer lo siguiente al respecto:

«La conducta del niño superdotado en clase, donde suelen aburrirse por su alto nivel cognitivo, puede plantear similitud con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)»

«MUESTRAN FALTA DE ATENCIÓN, POCA PERSISTENCIA PARA LAS TAREAS QUE ELLOS CONSIDERAN IRRELEVANTES, INICIAN MUCHOS PROYECTOS PERO TERMINAN POCOS, CUESTIONAN NORMAS Y PUEDEN PRESENTAR CONFLICTOS DE PODER CON LOS PROFESORES».

«Tienen dificultades para restringir su deseo de hablar y pueden molestar a los demás, olvidan las tareas y pierden los trabajos, son desorganizados. Pero a diferencia de los alumnos con TDAH, estos problemas de comportamientos no se manifiestan en todas las situaciones o ambientes«

alumno con altas capacidades

La psicóloga argentina Paula Irueste, que trabaja con niños con altas capacidades desde hace tiempo, llevó a cabo una investigación entre los años 2010 y 2011 para averiguar cuántos de los alumnos de algunas escuelas de Córdoba (Argentina)catalogados como TDAH eran, en realidad, niños con altas capacidades.

Y llegó a la conclusión de que a menudo los docentes confunden a los alumnos con altas capacidades con los alumnos con déficit de atención, dada su elevada energía, distracción o desinterés por ciertos temas, enfrentamiento con las figuras de autoridad, e incluso fracaso académico.

«Tanto en el ámbito público como en el privado los docentes reconocen la falta de formación en educación especial y en educación específica en TDAH o Altas Capacidades. Resulta imperiosa la necesidad de capacitar a los docentes, de brindarles aportes que puedan ser aplicados en sus aulas con los niños. Un docente con mayor formación brindará un mejor servicio a la sociedad y se sentirá más respaldado en su diario accionar» – destacaba en su tesis, publicada en el año 2012.

Sin embargo, y tal y como hemos visto en varias ocasiones, ambas condiciones tiene diferencias sustanciales que hay que saber reconocer, según nos explican desde la Asociación Española de Pediatría:

AACC y TDAH
Foto vía Asociación Española de Pediatría

¿Puede confluir las altas capacidades el TDAH?

Pero aunque a veces se confundan las altas capacidades con un trastorno de déficit por atención e hiperactividad, también podrían darse casos de niños en los que confluyan ambas condiciones. Hablaríamos entonces de alumnos doblemente excepcionales.

Esta doble situación podría afectar negativamente, y de forma aún más notable, al desarrollo académico del alumno, pues debido a sus dificultades de concentración y atención, le sería más difícil lograr los resultados que cabría esperar dada su alta inteligencia.

Por ello, y tal y como recomiendan los expertos, es fundamental identificar de forma temprana tanto las altas capacidades como el TDAH, para anticipar medidas psicoeducativas y evitar posibles problemas en el ámbito personal, social y académico.

*Fuente: https://www.bebesymas.com/educacion-infantil/altas-capacidades-intelectuales-tdah-que-ocasiones-llegan-confundirse-ambos-diagnosticos

Comparte este contenido:

De qué me sirve un 120 de cociente intelectual si tengo TDAH y me distraigo en clase

Por: www.abc.es/Carlota Fominaya/18-04-2018

«Tengo un cociente intelectual de 120 pero no me dice nada, ¿de qué me sirve si me distraigo?». Esa es la pregunta que se hace Gonzalo, de 18 años, diagnosticado desde los seis con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperatividad. Este joven forma parte del 7% de adolescentes españoles que padecen TDAH, uno de los trastornos más comunes entre la población escolar, y que se define por la presencia de dificultades atencionales y/o hiperactividad e impulsividad, entendiendo por esto las complicaciones que el alumno muestra para enfocar, sostener y regular su atención.

Son conductas que se entienden como normales en niños y adolescentes, pero que, según apunta Javier Quintero, jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor (Madrid) y director del gabinete Psikids, «diferencian a los menores diagnosticados en que estos síntomas son consistentes en el tiempo, aparecen antes de los siete años y, además, provocan disfunción, es decir, que afectan al aprendizaje del niño o interfieren en el comportamiento y en la manera de relacionarse con sus iguales».
Medidas de adaptación curricular

La alta prevalencia de los diagnósticos de TDAH en nuestro país y las dificultades de estos menores —muy patentes en la etapa escolar— hicieron que, a finales de 2013, quedara recogido en la LOMCE el trastorno como una necesidad específica de apoyo educativo o NEAE. Entre las medidas indicadas por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se encuentran la adaptación de los tiempos (cada examen se podrá incrementar un máximo de un 35% sobre el tiempo previsto para ello), la adaptación del modelo de examen (tipo, tamaño de fuente, etc), la adaptación de la evaluación (pruebas orales, escritas, de respuesta múltiple) y facilidades técnicas y de materiales, además de la adaptación de los espacios.

Son medidas que, en opinión del psicólogo y director de Educatah (centro especializado en estos menores) Ángel Terrón, «están bien, pero se dejan otras en el tintero que quizá sean más importantes e, incluso, beneficiosas, como son las modificaciones que nosotros llamamos no significativas. Nos referimos a los factores ambientales dentro del aula, o la relación entre profesor y alumno. Esto no tiene un coste académico, pero sí es verdad que implica sensibilización y conocimiento del trastorno».

 Así lo corrobora Carlos González, director del madrileño colegio Nuevo Velázquez, especializado en este tipo de alumnos, para quien además «el uso del refuerzo positivo ante cualquier logro o avance son cruciales». La autoestima de estos chicos, prosigue, «suele estar muy tocada». Por eso es importante, añade Rosa García Bermejo, orientadora de Infantil del madrileño colegio Sagrado Corazón, «aumentar los elogios, la aprobación y el reconocimiento de estos alumnos. Pero cuidado, tenemos que subir su autoestima, que no su ego. No podemos perder de vista que tienen que aprender. Si se equivocan, tendrán que borrar lo que está mal e intentarlo de nuevo. Y si lo han hecho bien también se les puede decir “esto está correcto, pero, ¿a que lo puedes mejorar?”», sugiere.
Detección temprana

En esta línea hay un aspecto que, para García Bermejo, es importante resaltar, y es que a estos niños hay que ponerles en situaciones de éxito cuanto antes. «Suelen ser pequeños muy sensibles y más vulnerables de caer en la adolescencia en temas conflictivos. Pero si se realiza una buena y pronta intervención, en la que se les ofrezcan suficientes herramientas y estrategias, no tiene por qué pasar». «Insisto: Si se pone en situación de éxito al niño en Infantil y Primaria, cuando llegue a Secundaria sabrá que es capaz de adquirir el aprendizaje. Pero si solo ha tenido fracaso, pensará “soy el tonto de la clase, el que todo lo hace mal”».

De ahí la importancia de identificarlo cuanto antes, advierte el psiquiatra Javier Quintero. «Es fundamental. Detectarlo a los siete años implica que hay que hacer muy poquitas cosas, con 14 ya es más difícil. Hay una oportunidad muy clara de mejorar el pronóstico en función del periodo de diagnóstico. El problema es que muchos niños se pierden en Primaria y cuando el sistema se percata de sus dificultades ya ha pasado mucho tiempo y sus limitaciones son muy marcadas. Tiende a prevalecer el “ya madurará” y personalmente, creo que esto no es positivo».
En cualquier caso, concluye Quintero, «reconocer que estos alumnos tienen una necesidad específica de apoyo educativo, que habitualmente será suficiente con un plan de adaptaciones metodológicas en el aula, tal y como se hace mención la LOMCE, es la clave. Tenemos que tener en cuenta que dentro del abordaje multimodal del TDAH, la participación de los centros educativos es fundamental. Porque si se aplican adecuadamente, estos niños funcionarán sin mayores dificultades».
Comparte este contenido:

¿Es el TDAH una epidemia?

Por: lavanguardia.com/ Alejandra Sánchez Mateos/ 04-04-2018 
El psicoanalista, José Ramón Ubieto, asegura que hay un sobre diagnóstico de este trastorno.

Habla demasiado, no para de hacer ruiditos y de moverse, es extremadamente impulsivo, tiene problemas para concentrarse y antes de terminar una cosa ya está empezado otra…en el colegio te han dicho que va más allá de ser nervioso o un ‘terremoto’. Malas noticias: su diagnóstico es TDAH, puede que tenga que medicarse para llevar una vida normal.

Según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una patología psiquiátrica que padece entre un 2 y un 5% de la población infantil. Es crónico, se suele revelar antes de los siete años y estiman que el 80% de los niños que lo padecen seguirán teniendo problemas durante la adolescencia, mientras que del 30 al 65% también durante su vida adulta.

Sin embargo, José Ramón Ubieto, psicoanalista, profesor de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) y autor de Niñ@s hiper (2018), afirma que “hemos hecho del TDAH una epidemia, ya que hay un sobrediagnóstico de este trastorno”.

Asegura que entre los años 2000 y 2012 el número de casos diagnosticados en España se ha multiplicado por treinta, con más de 250.000 menores –un 3% de los niños y un 7% de los adolescentes (de doce a quince años)– tomando psicoestimulantes. “La situación en Estados Unidos es aún más alarmante: en la última década los casos han aumentado un 53% y el TDAH se sitúa como el segundo diagnóstico más frecuente a largo plazo (muy cerca del primero, el asma)”, sentencia en su libro.

Una patología psiquiátrica que padece entre un 2 y un 5% de la población infantil”

FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASOCIACIONES DE AYUDA AL DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (FEAADAH)

Esta avalancha de diagnósticos da lugar a que se medique de manera abusiva, tal y como señala el experto. A pesar de que en otros países, como Francia y Suecia, la prescripción de fármacos es prácticamente nula. Ubieto considera que las pastillas son una solución o guía de actuación que tiene un ‘efecto sedante’ de la angustia, tanto para los profesionales, como para niños y padres, aunque cuando no ofrece los resultados esperados surge un sentimiento de culpabilidad.

La teoría que conecta la carrera espacial y el TDAH

En FEAADAH explican que su aparición está vinculada a una producción insuficiente de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina, sustancias químicas necesarias para una correcta comunicación entre las neuronas. Asimismo, este déficit genera problemas en los circuitos reguladores de varias zonas del cerebro: el córtex prefrontal –ayuda a ejecutar o planificar una acción (desde su inicio hasta su conclusión), corrige errores y evita las distracciones, cuando se está llevando a cabo dicha acción–, el cuerpo calloso –conecta ambos hemisferios y coordina sus funciones– y los ganglios basales –coordina o filtra la información para controlar los impulsos–. También incluyen factores biológicos (genéticos, prenatales y perinatales) y psicosociales.

No obstante, Ubieto lo describe como “una etiqueta diagnóstica que encubre malestares muy diversos, algunos relacionados con la agitación propia –y no patológica– de la infancia y la adolescencia, mientras que otros reactivos a situaciones del ambiente (abusos sexuales, duelos migratorios o familiares, violencia…) y en último lugar, debidos a dificultades psicológicas o problemas médicos”.

El psicoanalista relaciona el ‘invento’ de esta etiqueta y el aumento de los casos con el fracaso de los EE.UU. en la carrera espacial durante la Guerra Fría: “Ante el avance del Sputnik –primer satélite artificial de la historia lanzado por la Unión Soviética en 1957– los americanos concluyeron que sus alumnos no atendían ni se concentraban lo suficiente. Lo que antes tenía otros nombres –disfunción cerebral mínima– pasó a llamarse TDAH. Asimismo, el éxito de este “falso nombre” lo atribuye a los beneficios obtenidos por la industria farmacéutica. Por su parte, la FEAADAH cataloga la versión de que este trastorno es un invento de la psiquiatría norteamericana para vender medicación como mito, entre otros muchos.

Entre los años 2000 y 2012 el número de casos diagnosticados en España se ha multiplicado por treinta, con más de 250.000 menores tomando psicoestimulantes”

Además, Ubieto indica que en la propia Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes (GPCTDAH) del Ministerio de Sanidad hay numerosos desacuerdos respecto al diagnóstico y tratamiento: “Existe controversia sobre los criterios que se deben emplear para su diagnóstico, que suele utilizar escalas cuestionarios (Conners) con un alto grado de subjetividad. Muchas veces la diferencia entre un niño movido o un niño con dificultades psicológicas depende del grado de tolerancia de los adultos que lo rodean”.

Tanto en la FEAADAH como en el portal tdahytu.es, advierten que no todo lo que parece es TDAH, pues muchos niños pueden presentar características similares a las que indican dentro de la hiperactividad, la falta de atención y la impulsividad. Si se cumplen una serie de síntomas, pasadas unas pruebas evaluadas por un especialista, se determinará si el niño sufre o no el trastorno.

Los efectos secundarios de los fármacos

Por lo general, el tratamiento suele ser multimodal, es decir, se combina una serie de medicamentos prescritos por un especialista con una terapia psicológica conductual y psicoeducacional. Para Ubieto estos psicoestimulantes (metilfenidato) mejoran a corto plazo la atención y focalización del alumno en sus tareas, aunque considera que causarían este mismo efecto en cualquiera que tomase anfetaminas.

Explica que a medio y largo plazo estos efectos de mejora desaparecen, como ya comprobó el estudio más conocido (MTA), tras un seguimiento longitudinal de años de aquellos niños que tomaban por un tiempo estos estimulantes, al mismo tiempo que descubrió que experimentaban una perdida de peso y crecimiento. “No es por casualidad que se inventaran como sustancias adelgazantes, además de que también implican riesgos cardiovasculares y arteriales. Pero quizás el efecto secundario más nocivo es la ‘desresponsabilización’, al considerar que todo lo que el paciente haga es cosa de su bioquímica cerebral y no por su propia responsabilidad”, concluye.

Estos psicoestimulantes (metilfenidato) mejoran a corto plazo la atención y focalización del alumno en sus tareas, aunque considera que causarían este mismo efecto en cualquiera que tomase anfetaminas”

JOSÉ RAMÓN UBIETO

Psicoanalista, profesor de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) y autor de Niñ@s hiper (2018)

Como alternativa asegura que la terapia primero debe centrarse en la educación, destacando la escuela como lugar de detección del problema para buscar estrategias de cambio, y cuando esto no sea posible pensar en otras intervenciones, sin descartar la medicación cuando esté justificada. Ubieto afirma que la Agencia de Calidad Sanitaria de Catalunya en un informe de 2017, en sus prácticas evaluadoras y partiendo de los datos oficiales, constata que hay un sobrediagnóstico y que la medicación es la respuesta más frecuente y la primera opción.

Según el experto, esto contradice todas las recomendaciones de las guías oficiales de práctica clínica que apuestan por un tratamiento multimodal, que incluye otros abordajes –educativo, familiar, psicológico–, además del farmacológico al que nunca sitúan como el primer recurso. Premisa con la que coincide el estudio de 2015Medicalización de la infancia en el campo del TDAH –del Instituto de Educación de la University College London y la División de Psicología Educativa e Infantil de la Sociedad Británica de Psicología–, donde constatan que la medicación se considera el tratamiento predominante, a pesar de que las guías NICE recomienden antes la implementación de intervenciones psicológicas.

Para finalizar, Ubieta considera que esta ‘epidemia’, que está alcanzando también a los adultos –un estudio holandés situó su prevalencia alrededor del 3% en la tercera edad–, “exonera al sujeto de su responsabilidad, le otorga un sentido más tranquilizador a aspectos de su cotidianidad (presentes, pasados y futuros), pues está en la línea actual neurocentrista de reducir nuestra condición de sujetos al cerebro, como si él lo explicase todo”.

*Fuente: http://www.lavanguardia.com/vivo/20180403/442119490962/es-tdah-una-epidemia.html

Comparte este contenido:

España: José Ramón Ubieto, «Hemos hecho del TDAH una epidemia»

Por: noticanarias.com/ 28-03-2018
El psicoanalista de la UOC José Ramon Ubieto asegura en el libro Niñ@s hiper que hay un sobre diagnóstico de este trastornoEn doce años, los diagnósticos de TDAH en España se han multiplicado por treinta

En España hay más de 250.000 menores que toman psicoestimulantes, un 3 % de los niños y un 7 % de los adolescentes (de doce a quince años), porque se les ha diagnosticado trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Entre los años 2000 y 2012 el número de casos diagnosticados de este trastorno en el país se ha multiplicado por treinta, según recoge el libro Niñ@s hiper, escrito por el psicoanalista de la UOC José Ramon Ubieto y el catedrático de Psicología Marino Pérez. La situación en Estados Unidos es aún más alarmante: en la última década los casos han aumentado un 53 % y el TDAH se sitúa como el segundo diagnóstico más frecuente a largo plazo en menores, muy cerca del primero, que es el asma. «Los niños son movidos. Poniendo una etiqueta de TDAH a todo el movimiento infantil hemos hecho del TDAH una epidemia», explica Ubieto.

Estos datos han alertado a psiquiatras y psicólogos estadounidenses que piensan que el crecimiento tan elevado de los diagnósticos nuevos también hace que se medique de manera abusiva. En cambio, hay países, como Francia y Suecia, donde la prescripción de medicación en estos casos es prácticamente nula. «La pastilla tiene un efecto de freno de la angustia tanto para la persona que la recibe como para el mismo profesional; para el paciente, porque piensa que esta es la solución y, para el profesional, porque al prescribir la medicación se tranquiliza un poco. Para los padres también funciona como una especie de guía de actuación, pero en el caso de que no sea efectiva surge un sentimiento de culpabilidad», afirma el psicoanalista clínico.

Los efectos secundarios de los psicoestimulantes

La medicación que se utiliza para el TDAH tiene efectos secundarios. «Puede afectar tanto al cuerpo —daños en las arterias, riesgo cardiovascular, dificultad para ganar peso y retraso del crecimiento— como a la percepción de responsabilidad de la persona ante dificultades. Cuando un niño o adolescente toma esta medicación durante temporadas largas, y a veces sin controles frecuentes, tiende a generar la creencia de que lo que le pasa no es responsabilidad suya, sino de su bioquímica cerebral», deja claro Ubieto.

El autor de Niñ@s hiper mantiene que hay alternativas a la medicación del TDAH. «Como se trata de un fenómeno que observamos básicamente en la escuela, pienso que la respuesta tendría que pasar primero por ver qué estrategias educativas podrían aplicarse en cada caso y siempre en conexión con la familia y la escuela», explica. En este sentido, propone analizar el contexto escolar específico del niño teniendo en cuenta sus condiciones de trabajo y la atención. «Simplemente modificando las estrategias educativas e implicando un tipo de interacción y de aprendizaje diferentes —como, por ejemplo, que no se pida a los niños que estén cincuenta minutos sentados en una silla y concentrados— la prevalencia actual del TDAH disminuirá», deja claro.

Ubieto añade: «Así pues, el primer ámbito de actuación es la educación, y en una segunda fase de actuación puede introducirse el psicólogo. Debería hacerse solo en el caso de que la conducta se dé más allá del marco escolar, es decir, en la familia y en otros lugares, y hay que tener en cuenta que para algunos casos la medicación sí es necesaria y útil».

*Fuente: http://www.noticanarias.com/jose-ramon-ubieto-hemos-hecho-del-tdah-una-epidemia/

Comparte este contenido:

Los niños con déficit de atención tienen un cerebro distinto

Por: tendencias21.net/Yaiza Martínez/28-03-2018

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad tiene un origen genético

Investigadores de la Universidad de Cardiff han conseguido establecer, por vez primera, las diferencias genéticas que presentan niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con respecto a niños que no padecen este trastorno. Los científicos esperan que esta constatación de la relación entre genética y TDAH permita evaluar clínicamente con rigurosidad una condición muy prevalente en niños y jóvenes, así como ayudar a superar su estigma. Por Yaiza Martínez.

Intigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff, en Gales, ha constatado por vez primera una condición genética directamente relacionada con el llamado trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

En su estudio, los investigadores descubrieron, en concreto, que los niños que padecen TDAH son más propicios que otros niños a tener duplicados pequeños segmentos de su ADN o a carecer de dichos fragmentos.

Por otro lado, los investigadores constataron una significativa imbricación entre dichos fragmentos de ADN, conocidos como “variantes de número de copias” (CNVs), y otras variantes genéticas relacionadas con el autismo y la esquizofrenia.

Todos estos hallazgos evidencian, según ellos, que el TDAH es un trastorno del desarrollo neurológico o, en otras palabras, que los cerebros de niños con TDAH son diferentes a los cerebros de otros niños.

Trastorno muy prevalente

La profesora Anita Thapar, directora de la investigación, espera que la constatación de la causa genética del trastorno por déficit de atención con hiperactividad “ayude a superar el estigma social asociado al TDAH”.

Según declara la investigadora en un comunicado de la Universidad de Cardiff: “Demasiado a menudo, la gente cree que este trastorno es causa de una mala educación o de una dieta pobre. Ahora se puede afirmar con confianza que el TDAH es una enfermedad genética, y que los cerebros de los niños que padecen esta condición se desarrollan de manera distinta”.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno muy prevalente cuya sintomatología se caracteriza por la distracción de moderada a severa, periodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

El TDAH se da con mayor frecuencia en varones que en niñas, pero su incidencia no presenta diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos.

Actualmente, se estima que el TDAH afecta a entre un 5% y un 10% de la población infantil y juvenil, y que representa entre el 20% y el 40% de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.

A pesar de la expansión de este trastorno, hasta ahora no se habían recopilado evidencias directas de que esta condición fuera genética, y existía una gran controversia sobre sus causas.

Relación con otras enfermedades

En el estudio realizado, Thapar y sus colaboradores analizaron el genoma de un total de 366 niños, todos ellos diagnosticados clínicamente con TDAH, en comparación con otras 1.000 muestras de control, para tratar de establecer qué variaciones en la constitución genética eran las más comunes en niños con TDAH.

Anita Thapar. Fuente: Universidad de Cardiff.
Anita Thapar. Fuente: Universidad de Cardiff.
De esta forma, se descubrió que los niños con este trastorno presentan una tasa significativamente mayor de segmentos de ADN duplicados o ausentes, en comparación con otros niños.

Los científicos constataron, concretamente, que los CNVs atípicos eran casi el doble de comunes en niños con TDAH que en la muestra de control, e incluso más del doble de comunes en el caso de niños con dificultades de aprendizaje.

Asimismo, el análisis permitió establecer una clara relación genética entre las variaciones en la presencia o ausencia los segmentos CNVs relacionados con el TDAH y otros trastornos cerebrales.

Por último, también se constató una relación significativa entre los CNVs identificados en niños con TDAH y regiones del genoma que se sabe influyen en la susceptibilidad al autismo y a la esquizofrenia.

Evaluación clínica rigurosa

La imbricación genética más importante fue descubierta en una región particular del cromosoma 16 que había sido vinculada anteriormente con la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos severos, y que abarca a una serie de genes entre los que se encuentra uno que juega un papel clave en el desarrollo del cerebro.

En lo que se refiere a la relación entre el autismo y el TDAH, los investigadores explican que, aunque estos dos trastornos se dan por separado completamente, lo cierto es que existen ciertas concomitancias entre ellos en lo que a sintomatología y dificultades de aprendizaje se refiere.

La investigación sugiere que dichas concomitancias podrían explicarse desde el punto de vista genético y que, por tanto, habría una base biológica compartida por ambas condiciones.

Todos estos descubrimientos ayudarán a entender los cambios cerebrales que provocan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, explican los científicos.

De momento, se puede afirmar que el TDAH no se produce por un cambio genético sencillo, sino que más bien es consecuencia de diversos cambios genéticos, incluyendo los cambios en los CNVs fruto de la relación del niño con su entorno.

Los investigadores afirman, asimismo, que el conocimiento de las diferencias genéticas constatadas permitirá diagnosticar el TDAH, a partir del análisis de los CNVs identificados. Esto supone contar con una herramienta de evaluación clínica rigurosa de este trastorno.

Contaminación y TDAH

Anteriormente, el TDAH había sido relacionado con otras causas. En 2009, por ejemplo, científicos coreanos estudiaron la vinculación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad con la concentración de ftalatos(compuestos químicos de uso muy extendido, presentes en muchos productos del mercado, como juguetes, productos de limpieza, plásticos y cosméticos) en la orina de niños.

Entonces comprobaron que, cuanto más altos eran los niveles de estos compuestos en la orina de los pequeños, mayores síntomas presentaban éstos de hiperactividad.

Por otra parte, hace unos años, la organización WWF advirtió de la peligrosidad para el desarrollo cerebral de los niños europeos de los productos químicos que componen los elementos de nuestra vida cotidiana. Los científicos demostraron en un informe que ciertos rasgos como el autismo, la hiperactividad o la incapacidad de concentración aumentan año tras año en los niños, como consecuencia de su exposición a estos elementos.

*Fuente: https://www.tendencias21.net/Los-ninos-con-deficit-de-atencion-tienen-un-cerebro-distinto_a4909.html
Comparte este contenido:
Page 3 of 6
1 2 3 4 5 6