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¿Cómo perciben los docentes la preparación digital de la Educación Superior en América Latina?

Por:

Tres de cuatro docentes en Latinoamérica no se sienten preparados para incorporar nuevas tecnologías en el aula ante la emergencia del COVID-19, revela un estudio del Tec de Monterrey y el BID.

La pandemia por el COVID-19 ha acelerado la integración tecnológica en la enseñanza universitaria. Sin embargo, tres de cuatro docentes en la región no se sienten preparados para incorporar nuevas tecnologías digitales en el aula. Esto de acuerdo con un estudio regional realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Tecnológico de Monterrey entre febrero y marzo 2020, en el cual se consultó a más de 800 docentes universitarios sobre la penetración de las tecnologías digitales en las universidades.

El estudio encontró que la falta de recursos tecnológicos y financieros, planeación estratégica y capacitación son considerados los principales retos para su integración. Además, incrementar los espacios de colaboración, el diagnóstico de habilidades digitales y las oportunidades de capacitación docente, son esenciales para afrontar los desafíos educativos que impone la pandemia.

A continuación presentamos algunos de los hallazgos clave de este estudio.

El COVID 19 ha situado a las tecnologías digitales como protagonistas en los procesos de enseñanza y aprendizaje

  • En la educación superior, la pandemia ha afectado a más de 26 millones de estudiantes y 1.4 millones de docentes que pasaron súbitamente a un ambiente de enseñanza remota de emergencia para dar continuidad a los procesos educativos.

  • Pre-COVID-19, solo el 19 % de los programas se centraba en educación a distancia y 16 % utilizaban modalidades híbridas (blended) en las universidades con enfoque virtual.

Falta de capacitación efectiva, acceso a internet y financiamiento, se perciben como los principales retos para la incorporación de tecnologías digitales en las universidades

  • El 90 % de los docentes considera útiles las tecnologías digitales para mejorar los procesos de aprendizaje. Sin embargo, existen importantes retos para su adopción.

  • En Argentina y Perú, 40 % y 30 % de los docentes, respectivamente, consideran que la falta de acceso a internet es el principal obstáculo.

  • El 27 % de los docentes en Colombia y 22 % en México considera la falta de financiamiento y acceso a nuevas tecnologías como los principales retos.

  • En todos los países participantes, la falta de capacitación docente presenta una de las principales dificultades para la implementación de tecnologías digitales para el aprendizaje.

¿Cuáles son los obstáculos o retos para usar tecnologías digitales en el proceso de enseñanza aprendizaje?

Obstáculos y retos docentes.png

Preparación docente para la inclusión de tecnologías digitales en el aula

Preparación docente para la inclusión de tecnologías digitales en el aula.png

Disponibilidad y efectividad de programas de capacitación digital docente en las universidades

Disponibilidad y efectividad de programas de capacitación digital docente en las universidades.png

Uno de cada cuatro docentes se siente totalmente preparado para incorporar nuevas herramientas digitales en sus cursos

  • El 74 % de los docentes reporta conocer nuevas tecnologías aplicables a los cursos y disciplinas que enseñan.

  • El 30 % de los docentes con entre 6 y 20 años de experiencia se sienten totalmente preparados para incorporar nuevas tecnologías. Solo 20 % y 22 % de los docentes con experiencia entre 0 y 5 o más de 20 años de experiencia lo hace.

  • Mientras que el 19 % de los docentes en instituciones privadas se siente poco o nada preparado, el 26 % de los docentes en universidades públicas tiene esta percepción (no existiendo diferencias significativas entre las edades ni años de experiencia entre los dos grupos).

Siete de cada diez docentes consideran el costo o la falta de recursos para el licenciamiento de la tecnología digital, un factor que dificulta su adopción

  • La brecha entre la disponibilidad de programas de capacitación digital reportados por docentes de universidades públicas y privadas es de 23 puntos porcentuales.

  • Seis de cada diez docentes que reportan contar con programas de capacitación, los encuentran efectivos.

  • Un 59 % de los docentes reporta que su universidad no ha desarrollado ningún sistema de incentivos para promover el desarrollo de proyectos utilizando tecnologías digitales.

  • Del total de docentes de universidades públicas, 64 % no considera que existan sistemas de incentivos. Esta proporción es de 54 % en universidades privadas.

Cuatro de cada diez docentes reportan no tener o que la velocidad de acceso a internet en su institución no es óptima

  • En Argentina, el 60 % de los docentes encuestados reporta tener una baja o ninguna conexión a internet dentro de sus IES, en México o Colombia esta proporción es inferior al 35 %.

  • Mientras 19 % de los docentes de universidades privadas reportan no tener acceso a internet o su velocidad es baja, esta proporción asciende al 55 % en universidades públicas.

  • El 75 % de los docentes encuestados reportó que su Institución contaba con alguna plataforma tecnológica para la gestión de los aprendizajes.

  • Esta proporción es el 86 % de los docentes de universidades privadas y sólo el 68 % de universidades públicas.

El costo de licenciamiento es uno de los obstáculos más importantes para la apropiación de tecnología digital

  • Siete de cada diez docentes consideran el costo o la falta de recursos para el licenciamiento de la tecnología digital un factor que dificulta su adopción.

  • Esta percepción es mayor entre docentes en universidades públicas (76 %) que entre docentes de universidades privadas (67 %).

  • Entre los países del estudio, esta proporción va desde el 69 % de los docentes en Argentina, hasta el 77 % de los docentes en Colombia.

Tipo de institución.png

Uno de cada cuatro docentes considera que su institución no tiene una visión de cómo utilizar las tecnologías digitales para mejorar la enseñanza y el aprendizaje

  •  Esta relación es de uno de cada cinco (17 %) para docentes de universidades privadas y de uno de cada tres en universidades públicas (32 %).

  • Tres de cada siete docentes considera que no existen espacios colegiados de discusión para promover y planificar el uso de tecnología para la mejorar los aprendizajes.

  • Esta proporción es de 38 % entre los docentes de universidades privadas frente al 50 % en universidades públicas.

  • Seis de cada diez docentes que reportan contar con programas de capacitación digital los encuentran efectivos.

Las herramientas digitales son ahora centrales para la educación superior, es esencial aprovechar las oportunidades disponibles para acelerar su adopción

  •  Facilitar espacios para el intercambio de experiencias entre universidades públicas, privadas o entidades no universitarias puede facilitar el aprendizaje horizontal entre docentes.

  • Países como Colombia y México han abierto amplios espacios para la discusión e intercambio de experiencias digitales como programas de apadrinamiento entre docentes dentro y fuera de las universidades.

  • Estrategias para la digitalización docente como DigCompEdu en la UE y herramientas de autoevaluación digital docente como Check-In pueden mejorar su preparación digital y los aprendizajes durante y después de la emergencia.

Para más información visita:

Web: publications.iadb.org/es/nota-cima-21-covid-19-tecnologias-digitales-y-educacion-superior-que-opinan-los-docentes
Twitter: @BIDEducacion
Contacto: education@iadb.org

Referencias:
UNESCO, 2020.
OECD (2015, p. 68) “E-Learning in Higher Education in Latin America”.

Fuente de la reseña: https://observatorio.tec.mx/edu-news/encuesta-preparacion-digital-docentes-universitarios-america-latina

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Las perspectivas de la educación privada ante la “nueva normalidad”

Por: Fidel Ibarra López

Parto de lo siguiente: con el término de “nueva normalidad” no pretendo referirme a ese marco de medidas que se están proponiendo para el retorno a clases en el próximo ciclo escolar -número de alumnos por salón de clases, medidas sanitarias en los centros escolares, etc.- Hacerlo así, sería centrar la atención en un aspecto de carácter administrativo. Y demeritaría con ello el alcance de la complejidad del tema. O, dicho en otras palabras, si bien esas medidas representan un problema para cualquier centro educativo, sería en el mejor de los casos el menor de los problemas. El tema es mucho más complejo, y explico el porqué:

Hablar de una “nueva normalidad” es hablar, en un primer acercamiento, de un nuevo orden en la convivencia social de los individuos. ¿Por qué? Porque este virus –el SAR COV2-, al igual que el virus que genera el VIH, el Ébola o la influenza H1N1, llegó para quedarse. Y habrá que aprender a vivir con él. Y una forma de hacerlo, es integrando el distanciamiento como práctica social. Y eso significa una nueva normalidad.

No obstante, la “nueva normalidad” no es un tema que se circunscriba solamente al plano de la convivencia social. Varios autores están advirtiendo sobre el advenimiento de un nuevo orden social que tendría implicaciones en varias agendas (económica, política, tecnológica). Me detengo en una, para contextualizar mi línea argumentativa: la economía y el capitalismo cognitivo. Desde hace unos años, el debate sobre la Cuarta Revolución Industrial ha ocupado a los académicos interesados en el tema. No obstante, para el grueso de la población era un tema tangencial, puesto que no demandaba interés alguno. Con la irrupción de la pandemia esto no necesariamente va a seguir siendo así, porque la realidad laboral en una cantidad importante de empresas ha tenido que migrar hacia el mundo digital. Y va a ser un proceso irreversible. Esa condición es un imperativo precisamente de la Cuarta Revolución Industrial, donde la interconexión -entre individuos y empresas- va a transformar el espectro económico que conocíamos hasta antes de la pandemia.

Y va a ser -insisto- un proceso irreversible. Y que, además, de acuerdo con los expertos en la materia se va a presentar a una velocidad exponencial, con amplitud y profundidad y que generará un impacto toral en los sistemas (gobiernos, empresas, industrias). En ese sentido, como afirma Klaus (2016), la pregunta para las empresas no es si se va presentar alguna disrupción, sino ¿cuándo llegará la disrupción, qué forma adoptará y cómo afectará a la empresa? La disrupción ha llegado. Y esta es, en realidad la “nueva normalidad” a la que hay que adaptarse. Y, sobre todo, más que adaptarse es sobrevivirle, porque el cambio va a ser abrupto tanto para gobiernos como para las empresas y los individuos. En términos económicos, estamos en los albores de la implementación del capitalismo cognitivo. Y la pandemia ha sido el disruptor que se requería para ello.

En el caso de la educación privada, la complejidad inicia a partir de que se traslada la enseñanza a las tecnologías digitales. Y ante ese imperativo, algunas empresas educativas lo han tenido que paliar a través de plataformas que ya existían en la red, y otras más han recurrido a la constitución de sus propias plataformas, así como a la capacitación de su personal docente, y con ello han dado dos pasos al frente.

No obstante, la complejidad no termina ahí. Se está logrando sacar adelante el actual ciclo escolar, pero el escenario para los próximos ciclos demanda una revisión con seriedad de varios aspectos, porque la situación ha cambiado de forma sustantiva.

Cito algunos aspectos para contextualizar el problema: ¿cuántos alumnos de la educación privada pasarán a formar parte de la matrícula de una escuela pública? Lo desconozco, pero ese escenario se va a presentar. Por lo cual, las empresas educativas tendrán que reconfigurar su relación con sus clientes (padres de familia). O, en defecto, crear un modelo que les permita tener una vinculación más cercana con sus clientes. Como nunca antes, en este nuevo escenario cada centro escolar debe constituir un marco de competitividad que les permita atraer y retener a los alumnos. Y eso se logra a través de la innovación. Este concepto es un concepto recurrente en el discurso educativo, hasta llegar al grado de utilizarse de forma arbitraria; pero de aquí en adelante, es el concepto estratégico para mantenerse en pie en el nuevo orden económico que se nos avecina.

Para la innovación, un elemento es esencial: la cualificación del capital humano. En efecto, las empresas ya no le deben seguir apostando a la estrategia de los costos -a través de la contratación de mano de obra barata- para mantenerse en pie, sino a la contratación de capital humano cualificado para generar procesos de innovación que le permitan a la organización constituir un marco de competitividad frente a la competencia en el mercado.

Ahora bien, innovar ¿en dónde y hacia qué aspectos? Con esta pregunta regreso a la interrogante planteada por Klaus (2016): esta coyuntura disruptiva, ¿qué forma adoptará y cómo afectará a la empresa? En la respuesta a esta interrogante se encuentra el marco de innovación hacia el cual se debe enfocar la empresa. Para ello, se debe calibrar con la debida seriedad en qué escenario estamos parados y qué es lo que se avecina. Dicho en otras palabras, debemos leer con atención el escenario que nos está planteando esta coyuntura y actuar en consecuencia.

Visto así, me parece hasta como una oportunidad para que se aborde con perspectiva de futuro la educación que se imparte, sobre todo en el caso de la educación básica. Y revisar, a partir de ello, no solamente la relación escuela-padres de familia, sino también la parte del modelo educativo, el currículo, la formación académica de los docentes y la gestión administrativa y académica de la escuela.

Así, el tema implica una lectura a mayor profundidad, y por supuesto no se agota con un artículo como el que nos ocupa. Sin embargo, lo relevante a destacar es que el mundo cambió y ese cambio impactará a todos los actores que constituyen el sistema -económico, social, tecnológico-. La “nueva normalidad” entonces, será una normalidad donde sobrevivirán las empresas que estén insertada en el capitalismo cognitivo del siglo XXI. Y para ello, la clave está en la innovación.

Para vincular el título con esta parte del escrito diremos que, las perspectivas de la educación privada en esta “nueva normalidad” de penderá de la lectura que hagan de la actual coyuntura que se nos avecina, así como de las medidas que adopten al interior. Si la lectura se limita a las medidas administrativas y logísticas que tienen que tomar para reiniciar las clases en el próximo ciclo escolar -en caso de que haya condiciones para ello-, entonces el mensaje que se envía es que lo único que cambiará en la “nueva normalidad” es que solamente hay que ajustar la cotidianidad y la praxis a una condición de distanciamiento social.

Si ese fuera el caso, entonces la situación no demandará mayor problema: hay que modificar el orden de los pupitres; implementar un protocolo para el establecimiento de las medidas sanitarias; y si nos extendemos al terreno económico, reestructurar el costo de las colegiaturas para responder a la situación económica y mantener con ello al alumno en la escuela.

¿Es así de simple? Habrá quien lo juzgue así. Y, por lo tanto, su respuesta a esta complejidad será la implementación de medidas administrativas y de corto plazo. Sin embargo, la situación es más compleja. Y obliga a una revisión de fondo. Incluso, pensar la educación (básica) con miras a los individuos que demandará la sociedad cognitiva del siglo XXI. Algo que no ocurre ni por asomo en nuestra educación en estos momentos.

Finalizo con lo siguiente: la “nueva normalidad” orilla a las empresas educativas a la toma de decisiones. Y en esas decisiones se pone en juego incluso hasta su futuro.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/las-perspectivas-de-la-educacion-privada-ante-la-nueva-normalidad/

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Salud Mental: el verdadero reto del trabajo a distancia

Por: Sofía García-Bullé

La contingencia no solo se trata de detectar y atacar los aspectos que afectan nuestra salud física, la mental también importa.

Cuando pensamos en la eventualidad de trabajar desde casa, las primeras dificultades que consideramos son las técnicas, si tenemos los recursos tecnológicos para realizar teletrabajo; luego las logísticas, si podemos organizar el tiempo y las tareas para cumplir los objetivos, luego tal vez pensamos en los retos que implicaría trabajar en equipo con personas en otras locaciones y cómo lidiar el teletrabajo cuando tenemos roomates o familiares en casa.

Pero usualmente, cuando nos preguntamos cómo y cuándo el teletrabajo puede afectar nuestra salud mental, es porque ya lo hizo. La primera regla para la auto-conservación durante una situación de aislamiento, es mantenerse ocupado. Aquellos con la posibilidad de realizar sus labores desde la comodidad de sus casas ya tienen ese objetivo cubierto, pero a largo plazo, ¿será suficiente?

Los efectos psicológicos de trabajar en casa durante una cuarentena van más allá de una facilidad mayor para distraerse y la necesidad de cambiar de hábitos para cumplir las metas laborales. Entre las consecuencias de trabajar en un ambiente de aislamiento están: un sentimiento de soledad, estrés y ansiedad. Todos estos son elementos que pueden afectar la productividad de cualquiera a la larga, por no decir su salud mental.

Si estás en casa y ya comenzaste a experimentar algunos de estos efectos, te compartimos algunos consejos para mitigarlos.

1. Establece límites claros entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo personal

Esta es una de las medidas más básicas para asegurar una jornada laboral eficiente, aún fuera de una situación de contingencia. El trabajo a distancia ofrece la oportunidad de ser más flexible con tus horarios, en algunos casos te da completa libertad para trazarlos, esto es una ventaja, y un problema. El 42% de los profesionales del sector público en Reino Unido han usado una instancia de flexibilidad sobre sus horas de trabajo. En Estados Unidos, 57% de la compañías ofrecen horas flexibles. A pesar de estas ventajas, la mayoría está trabajando más horas. Esto es porque la gente tiene la tendencia de trabajar más tiempo cuando se les permite flexibilidad en su horario, a diferencia de cuando no tienen la opción. El peligro de no monitorear las horas de trabajo aumenta cuando se tiene total autonomía sobre el horario laboral y se trabaja desde casa.

Establecer un horario definido y respetarlo ayuda a marcar los límites del recurso que representa nuestro tiempo como profesionales. Entender este tiempo como un recurso limitado y no como una manera de probar nuestra entrega al trabajo o de distraernos de una situación de aislamiento, es crucial para mantenernos concentrados y productivos dentro del horario laboral, así como relajados y con menos estrés fuera del mismo.

2. El trabajo en equipo no es solo “trabajo”

El trabajo a distancia por elección no es lo mismo que el que se hace en casa ante la contingencia de una crisis de salud. La mayoría de los artículos que aconsejan cómo ser más productivo trabajando desde casa coinciden en una indicación: salir de casa. En el necesario estado de cuarentena no podemos hacer eso, sin arriesgarnos a favorecer el avance de la pandemia. En parte, uno de los aspectos más pesados del aislamiento es la imposibilidad de procurar contacto humano presencial, especialmente cuando las interacciones laborales durante el trabajo a distancia se vuelven más concisas y transaccionales. Podemos enviarnos correos o hacer juntas en línea, pero ya no se da esa pausa para el café o esa comida en grupo.

“Cuando nos comunicamos con la gente, cara a cara, esto puede ayudar a hacernos más resistentes a los efectos del estrés a largo plazo”.

Hacerlo personal también es parte del trabajo, si procuramos un tiempo en la oficina para socializar y empatizar con nuestros compañeros. La socialización es algo que también podríamos seguir haciendo en línea en los momentos que tomamos nuestras pausas o descansos. Un sistema de soporte es crucial para mantenerse saludable y concentrado, atributos necesarios para realizar un buen trabajo, sin importar en qué ramo se labore. La comunicación es la base, y gracias a la tecnología digital, esta puede ser visual sin la necesidad de ser presencial.

“Cuando nos comunicamos con la gente, cara a cara, esto puede ayudar a hacernos más resistentes a los efectos del estrés a largo plazo”, señala la Dra. Maria Cohut, en un artículo para Medical News Today. Cohut sostiene que apelar a nuestra naturaleza social, es la mejor forma de lidiar con los aspectos psicológicos negativos de aspectos como el estrés laboral y el envejecimiento. Muchos profesionales trabajando en casa están pasando por las mismas experiencias debido al aislamiento, la comunicación personal y empática con ellos es tan importante como la laboral para mantener un nivel adecuado de salud mental, a pesar del encierro.

3. Rutina y self-care: lo más básico

La incertidumbre ante una contingencia por crisis sanitaria es uno de los aspectos más complicados de procesar a nivel emocional para todos. El aislamiento no solo nos adormece, sino que vuelve más difícil encontrar los reforzamientos positivos consecuentes de la interacción social. Haciendo más fácil la llegada de problemas como la ansiedad y la depresión. La situación se agrava cuando estamos ante una fase de cuarentena, en la que no hay un tiempo definido de encierro, y generar mecanismos que nos ayuden a adaptarnos se vuelve más difícil.

“Frecuentemente, si tienes un periodo definido de tiempo en el que te vas a aislar, a la gente le va bien, hasta la mitad del mismo”, explica Lawrence Palinkas, investigador de adaptación psicosocial a ambientes extremos para la Universidad del Sur de California. “Luego experimentan decepción. Pero cuando estás en una situación como la que tenemos ahora, en la que no estas seguro cuánto te pedirán mantener esa distancia social, esto también produce ansiedad”, agrega el especialista, generando la pregunta base: ¿cómo hacer frente a esta ansiedad?

La Dra. Maurya Glaude, profesora asociada en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, EE. UU., recomienda centrarse en situaciones que se puedan controlar, como la ejecución de una agenda creada para cumplir con las tareas laborales y realizar tareas de cuidado personal. Este ejercicio nos ayudará no solamente a organizar nuestro tiempo, sino a concentrarnos en lo que nos es importante y está dentro de nuestras posibilidades. Cosas tan simples como programar el despertador, delimitar metas de trabajo, además del tiempo para obtenerlas, cocinar en casa, hacer ejercicio, dedicar un momento determinado del día para revisar objetivos con el equipo de trabajo y otro para ayudar a los hijos con su tarea, forman parte de un sistema de acciones hacia el cuidado de la  salud física, mental y emocional que necesitamos para vivir bien y trabajar, aún en tiempos de crisis.

Estas medidas en conjunto son tan importantes como revisar que tengamos los recursos técnicos y la estructura logística para trabajar a distancia. El bienestar personal es un recurso tan importante como los anteriores, es necesario cuidarlo hoy, y lo será también en un futuro próximo en el que no haya contingencia que observar.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teletrabajo-bienestar

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Uruguay participa en una red internacional que busca soluciones tecnológicas a la falta de inclusión en educación

América del Sur/Uruguay/

Esta semana investigadores nacionales y extranjeros compartieron los avances con docentes de la Udelar y el CFE.

El proyecto Ecosistema Inteligente para el Aprendizaje y la Inclusión (SELI, por sus siglas en inglés) es una iniciativa que reúne a investigadores internacionales para buscar soluciones a la falta de inclusión en la educación. Desde Uruguay el proyecto es financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y participan docentes de la Universidad de la República (Udelar) y del Consejo de Formación en Educación. Durante la semana del 11 al 17 de febrero los investigadores estarán trabajando con sus pares extranjeros para compartir los últimos avances hechos por la red.

Mariana Porta, una de las coordinadoras del proyecto SELI en Uruguay, explicó a la diaria que desde la red “se trabaja en torno a la pregunta ¿cómo las tecnologías digitales pueden aportar soluciones o facilitar procesos de aprendizajes inclusivos?”. La docente puntualizó que “hay personas que están excluidas de los procesos educativos, como el caso de los emigrantes, que es muy común en Europa; gente que tenga algún tipo de limitación visual, auditiva, neurológica o alguna dificultad que le impida acceder al conocimiento de la manera tradicional; también puede ser una exclusión territorial, como ocurre en Uruguay a nivel de educación terciaria”.

Porta detalló que la red aborda las distintas tecnologías con las valoraciones pedagógicas asociadas a su uso, y lo hacen a partir de tres líneas de trabajo: el desarrollo de software para el aprendizaje inclusivo por medio de una plataforma de contenidos inclusivos que será testeada en los diferentes países este año, investigación sobre el estado del arte en el tema, y en la formación y desarrollo profesional de los docentes.

La plataforma digital que está en desarrollo busca generar herramientas que favorezcan procesos de inclusión, como por ejemplo las narraciones digitales que permiten “darle una voz a cada persona para que narre su historia y sea realmente oída por todos” o la traducción de imágenes a texto para que puedan ser captados por lectores digitales, comentó Porta.

Encuentro SELI

El encuentro en Uruguay se desarrolla en tres sedes: Montevideo, en la Facultad de Ingeniería (Fing) de la Udelar; Melo, en la casa de la Udelar; y Rivera, en el Centro Regional de Profesores del Norte. Porta considera que expandir la conferencia para que llegue a otras partes del país más allá de la capital es un gran logro y una forma de comenzar a derribar algunas de las barreras de acceso.

Solomon Oyelere, de la Universidad de Finlandia Oriental, llegó para hablar de Ecosistemas Digitales para el Aprendizaje y propone trabajar con el concepto desde la práctica y así obtener herramientas para evaluar las plataformas de aprendizaje inclusivas, incluyendo la de SELI. Además, Oyelere trabaja con el concepto informático de “cadena de bloques” (blockchain en inglés). Este concepto se relaciona con las transacciones seguras de información y su trazabilidad; en educación se explora su uso para que circulen documentos y certificaciones entre instituciones diferentes, evaluaciones de cursos o recursos educativos.

Lukasz Tomczyk, de la Universidad Pedagógica de Cracovia, en Polonia, dio el taller “Enseñar inglés como lengua extranjera con herramientas de acceso libre para la inclusión”. Propone desarrollar recursos educativos y secuencias didácticas, así como testear la plataforma desarrollada por SELI. Tomczyk también compartió los resultados de su última investigación sobre el ciberacoso y sus consecuencias como fenómeno social.

Ambos investigadores participaron, además, en el coloquio inicial del martes 11, donde también estuvieron Maria Amélia Eliseo, de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, de Brasil, que trajo sus aportes sobre educación inclusiva, y Libertad Tansini, de la Fing, con su conferencia sobre analíticas de aprendizaje. En esa oportunidad se compartieron algunas mesas redondas, y hubo presentaciones de experiencias y trabajos en desarrollo de docentes e investigadores nacionales.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/2/uruguay-participa-en-una-red-internacional-que-busca-soluciones-tecnologicas-a-la-falta-de-inclusion-en-educacion/

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Libro: Tecnologías Digitales

Tecnologías Digitales

Mirada Crítica de la Apropiación en América Latina

Novedad Editorial CLACSO

Coordinadoras

Ana Laura Rivor

María Julia Morales

Este libro compila los trabajos presentados en el Tercer Encuentro de
la Red de Investigadores sobre Apropiación de Tecnologías digitales
(RIAT) que tuvo lugar en Montevideo, los días 14, 15 y 16 de noviembre
de 2018. La organización estuvo a cargo del Observatorio de Tecnologías de la Información y la Comunicación (https://observatic.edu.uy/) del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, en Uruguay.
Participaron del encuentro 50 investigadores de la RIAT que está
compuesta por investigadores de diferentes países como Argentina,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, México, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los miembros de la RIAT participantes, intercambiaron a partir de paneles, conferencias magistrales públicas y presentación de ponencias en diferentes grupos
de trabajo. Este libro incluye una selección de trabajos que evidencian las reflexiones y debates que allí se abordaron.

(Tomado del Prólogo)

Descarga del libro: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20191128031455/Tecnologias-digitales.pdf

 

 

 

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Libro: Tecnologías digitales. Miradas críticas de la apropiación en América Latina (descargable en pdf)

Reseña: Ana Laura Rivoir (Coordinadora). Este libro indaga con espíritu crítico las transformaciones provocadas por el incremento descomunal del flujo de información y el uso masivo e intensivo de las tecnologías digitales. ¿Cómo han impactado en los grupos sociales, económicos y generacionales los usos de las tecnologías? ¿Que desafíos entrañan y que problemas nuevos generan las herramientas cotidianas a través de las cuales conocemos y nos comunicamos con nuestro entorno y el mundo?

Descarga en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20191128031455/Tecnologias-digitales.pdf

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Libro(PDF): «Tecnologías digitales. Miradas críticas de la apropiación en América Latina»

Reseña: CLACSO

Este libro indaga desde múltiples preguntas y perspectivas las transformaciones provocadas por el incremento descomunal del flujo de información generada por el uso masivo e intensivo de las tecnologías digitales. El estudio de las apropiaciones por parte de la sociedad configura un mosaico desigual y combinado de usos y empleos de las tecnologías digitales. ¿Cómo han impactado en los grupos sociales, económicos y generacionales los usos de las tecnologías? ¿Que desafíos entrañan y que problemas nuevos generan las herramientas cotidianas a través de las cuales conocemos y nos comunicamos con nuestro entorno y el mundo?

Autores (as): Ana Laura Rivoir. María Julia Morales. [Coordinadoras]

Ana Laura Rivoir. Oscar Grillo. Susana Morales. Luis Ricardo Sandoval. Esther Angeriz. Roxana Cabello. Roberto Canales Reyes. Juan Silva Quiroz. Olga Casanova Cárdenas. Evelyn Hiller Garrido. Nicolás Iglesias Mills. Francisco Kroff Trujillo. Víctor Saavedra Chandía. Silvia Coicaud. Mónica Elena Da Silva Ramos. Laura Cecilia Díaz Dávila. Sandro Comerci. Silvia Edith Arias. José Manuel Piro. Natalia Moreira Cancela. Christian Iván Becerril Velasco. Marlen Martínez Domínguez. Dulce Gómez Navarro. Mauricio Olivera. Alejandro Artopoulos. Victoria Cancela. Jimena Huarte. Marisa Silvia Dasso. Martín Ariel Gendler. Silvia Lago Martínez. Romina Gala. Flavia Samaniego. Yamil Giralda. Gonzalo Leonel Vilches. José Daniel Britos. Claudia N. Laudano. Anahí Méndez. Josemira Silva Reis. Graciela Natansohn. [Autores/as de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. RIAT.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-538-9

Descarga: Tecnologías digitales. Miradas críticas de la apropiación en América Latina

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1797&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1356

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