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Afectadas laboralmente, 13 millones de mujeres en América Latina: OIT

Alrededor de 13 millones de mujeres en América Latina y el Caribe vieron desaparecer sus empleos o limitarse su desarrollo laboral por la pandemia de Covid-19, que exarcebó las brechas de género en los mercados de trabajo de la región, señaló la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La OIT destacó que las mujeres «fueron especialmente golpeadas por una crisis causante de fuertes salidas de la fuerza de trabajo, desempleo y grandes demandas de cuidados no remunerados».

De acuerdo con la OIT, las brechas en la igualdad de género se redimensionaron con la crisis de la pandemia, lo que implica un retroceso de una década en sólo un año.

En el caso de México, la organización señaló que 15 por ciento menos mujeres que hombres forman parte del sector laboral formal y solamente 1 de 4 personas a cargo de negocios con más de seis personas trabajadoras son mujeres.

“La abrupta transición al teletrabajo resultante de la actual pandemia ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres. Dos de cada tres personas que se encuentran realizando teletrabajo en México son mujeres y en una mayoría de casos ellas se enfrentan al difícil reto de balancear sus responsabilidades laborales con tareas de cuidados y del hogar, que previamente a la crisis sanitaria ya asumían con mayor frecuencia que los hombres”, dijo el director de la Oficina de País de la OIT para México y Cuba, Pedro Furtado de Oliveira.

Por su parte, la especialista regional de empleo de OIT, Roxana Maurizio, indicó que la pandemia agudizó aún más las tensiones en materia de conciliación entre el trabajo para el mercado y las responsabilidades familiares. «A todo esto hay que sumar el aumento del teletrabajo y del trabajo en el domicilio en un contexto de cierre o suspensión de los espacios de cuidado asociado con las medidas de confinamiento y de distanciamiento físico», añadió.

De acuerdo con los datos del Panorama Laboral de la OIT, hace más de 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación de las mujeres. Por ello, la organización urgió a la promoción de políticas de recuperación del empleo y los mercados laborales que desde su diseño e implementación tengan una perspectiva de género.

A continuación el comunicado completo:

Los planes de recuperación del mundo del trabajo tras la pandemia de COVID-19 en América Latina y el Caribe deben incluir medidas especiales para favorecer la reincorporación laboral de las mujeres, que fueron especialmente golpeadas por una crisis causante de fuertes salidas de la fuerza de trabajo, desempleo y grandes demandas de cuidados no remunerados, destacó hoy la OIT.

“Esta crisis sin precedentes ha exacerbado las brechas de género en los mercados de trabajo de la región, sacando de la fuerza de trabajo a millones de mujeres y anulando avances anteriores. Hemos retrocedido más de una década en un año y ahora necesitamos recuperar esos empleos y pisar en el acelerador de la igualdad de género”, dijo el Director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.

Antes de la pandemia la igualdad de género era ya una asignatura pendiente que desafiaba a quienes elaboran las políticas laborales a enfrentar sus raíces estructurales, aún cuando se habían registrado importantes avances durante décadas. Con la crisis actual han aparecido nuevas dimensiones que ensanchan las brechas.

“La recuperación de la crisis en el trabajo debe desactivar la amplificación de desigualdades causada por la COVID-19, si queremos lograr un crecimiento económico sostenible con empleos productivos y de calidad. En este Día Internacional de la Mujer es crucial reafirmar el compromiso para recobrar el terreno perdido durante la debacle económica y social en nuestros países”, agregó el Director Regional de OIT.

Los últimos datos disponibles indicaban la tasa de participación laboral de las mujeres experimento una baja histórica de 5,4 puntos porcentuales (un retroceso 10,3 por ciento) llegando a nivel de 46,4 por ciento. Por detrás de las tasas porcentuales, esto significa que cerca de 12 millones de mujeres fueron expulsadas de la fuerza laboral debido a la destrucción de los empleos.

El retroceso en la participación laboral de las mujeres se produjo después de décadas durante las cuales se había registrado un aumento constante en su incorporación al empleo remunerado. De acuerdo con los datos del Panorama Laboral de la OIT, hace más de 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación de las mujeres.

“La abrupta transición al teletrabajo resultante de la actual pandemia ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres. Dos de cada tres personas que se encuentran realizando teletrabajo en México son mujeres y en una mayoría casos ellas se enfrentan al difícil reto de balancear sus responsabilidades laborales con tareas de cuidados y del hogar, que previamente a la crisis sanitaria ya asumían con mayor frecuencia que los hombres”, afirmó Pedro Furtado de Oliveira, Director de la Oficina de País de la OIT para México y Cuba.

“La sobrecarga de tareas resultante del trabajo en casa puede afectar su salud psicosocial y su desempeño laboral, dificultando aún más su desarrollo profesional”, agregó Furtado de Oliveira.

La tasa de desocupación regional de las mujeres en 2020 aumento de 10,3 a 12,1 por ciento, por encima del promedio de desocupación general, que subió a 10,6 por ciento, según se destacó en el último informe Panorama Laboral. Esto significó que aproximadamente 1,1 millones de mujeres se incorporaran a las cifras del desempleo femenino, para llegar a un total de 13,3 millones.

En total, cerca de 25 millones de mujeres están desempleadas o salieron de la fuerza de trabajo por cuenta de la pandemia.

Las mujeres además han sido afectadas en el mercado de trabajo por su mayor presencia en sectores económicos fuertemente afectados por esta crisis como, por ejemplo, los servicios, donde se desempeña cerca de 50 por ciento de la fuerza laboral femenina, y de comercio, con 26 por ciento.

De acuerdo con el último Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT, la contracción del empleo en 2020 fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6 por ciento) y comercio (-12,0 por ciento). A ello se le suma la mayor incidencia de ocupaciones informales que fueron particularmente golpeadas por la crisis en el empleo femenino.

Otro factor que ha afectado y, más aún, puede condicionar las perspectivas de recuperación del empleo de las mujeres son las crecientes dificultades de conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares, en un contexto en donde los servicios educativos y de cuidado se han visto profundamente alterados de la mano de las medidas sanitarias para el distanciamiento y reducción de la movilidad de las personas.

“La pandemia, por un lado, puso en evidencia la importancia vital de estas tareas. Por otro lado, agudizó aún más las tensiones en materia de conciliación entre el trabajo para el mercado y las responsabilidades familiares. A todo esto hay que sumar el aumento del teletrabajo y del trabajo en el domicilio en un contexto de cierre o suspensión de los espacios de cuidado asociado con las medidas de confinamiento y de distanciamiento físico”, explicó la especialista regional de empleo de OIT, Roxana Maurizio.

Según la OIT las consecuencias pueden extenderse más allá de la crisis sanitaria si no se genera el debido soporte de los sistemas públicos de cuidados y el sistema escolar presencial, que faciliten el retorno de las mujeres al mercado laboral.

A su vez, el significativo incremento en la subutilización de la fuerza de trabajo durante 2020 puede también generar mayores dificultades para su reinserción laboral en el futuro. Por ende, la crisis económica regional puede incluso tener impactos más permanentes si no se implementan respuestas de política sociolaboral pertinentes.

“No sólo se requieren políticas que incluyan a las mujeres, sino políticas de recuperación del empleo y los mercados laborales que desde su diseño e implementación tengan una perspectiva de género de modo tal de no reproducir las dificultades que ellas enfrentan para insertarse y permanecer en el mercado de trabajo”, comentó Maurizio.

Los institutos y sistemas de formación profesional pueden tener un rol importante en impulsar la participación de las mujeres en ocupaciones no tradicionales para ellas, pero de mayor futuro y productividad. También es importante crear una ruta formativa para las mujeres con bajos niveles educativos que han sufrido mucho más el impacto de la crisis y cerrar las brechas digitales entre hombres y mujeres para asegurar su participación.

Maurizio agregó que el desafío va más allá de recuperar las fuertes pérdidas en materia laboral ocurridas como consecuencia de la pandemia. “Se requiere apuntalar, aún con más fuerza que antes, un proceso que asegure a las mujeres mayores oportunidades de empleo de calidad, formación y acceso a las nuevas tecnologías, reducción de brechas y el pleno cumplimiento de los derechos laborales”.

Fuente e imagen:  https://desinformemonos.org/afectadas-laboralmente-13-millones-de-mujeres-en-america-latina-oit/

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«Konecta interpreta torticeramente la desconvocatoria de Huelga de sus sindicatos»

Por: Tercera Información

Han utilizado la interpretación del acuerdo llevándola al terreno del conflicto, denegando a muchas personas el teletrabajo con un escrito mencionando que su reclamación no es posible por el acuerdo firmado con la RLT. Siendo contradictorio a lo que hemos acordado.

La Confederación General del Trabajo (CGT) mediante este comunicado traslada la postura de los sindicatos del Grupo Konecta, empresa de call centers controlada por el fondo de capital riesgo Intermediate Capital Group (ICG), con más de 18000 personas en plantilla y con conflictos constantes desde desde la llegada de la pandemia. Cabe resaltar que el accioncita mayoritario de Konecta es el mismo que controla DomusVi –principal empresa del sector de las residencias de mayores en España y la tercera de Europa-. Los sindicatos de Konecta manifestamos:

1º- Nos sentimos engañados por la empresa, ya que están haciendo interpretaciones torticeras del acuerdo alcanzado el pasado 8 de enero de 2021 por el que se desconvocó la huelga nacional convocada de manera indefinida para todos los lunes, mientras Grupo Konecta nos garantizara el teletrabajo como manera de prevención urgente ante la pandemia por Covid_19.

Han utilizado la interpretación del acuerdo llevándola al terreno del conflicto, denegando a muchas personas el teletrabajo con un escrito mencionando que su reclamación no es posible por el acuerdo firmado con la RLT. Siendo contradictorio a lo que hemos acordado.

2º- No solamente no se ha dado teletrabajo en tiempo y forma acordado y firmado en el acuerdo, si no que ahora la desescalada la están disfrazando de formaciones, porque  estas, implican quedarse trabajando presencialmente hasta que se obtengan los resultados previstos por la empresa.

3º- A los sindicatos que formamos este comité de desescalada, no nos han informado cual es el tiempo de duración previsto de estas campañas que se están desescalando de manera encubierta y fraudulenta, ni cuáles son los objetivos a cumplir, ni tampoco tenemos constancia de que la responsable del Servicio de Prevención de Riesgos  Laborales del Grupo Konecta, (desaparecida en todo momento desde el minuto cero de este conflicto) haga una valoración previa de los compañeros y compañeras que han sido llamados a reincorporarse a estas formaciones, sobre si son o no personal de riesgo.

Además, una empresa del calibre de Konecta, que no puede dar estas formaciones de manera no presencial, dice muy poco de su capacidad de respuesta ante la pandemia y por consiguiente de su poca preparación tecnológica, más aún, tratándose de una formación de 1 mes.

4º- Hemos solicitado en innumerables ocasiones a la empresa, que nos facilite el dato del personal que está voluntariamente en la plataforma, el censo del personal teletrabajando, si lo está haciendo con equipo propio o de la empresa y tampoco nos están facilitando estos números.

5º- Y de las mascarillas ¿qué decir? … Konecta nos da mascarillas, sí, pero de tela (reutilizable). Dicen que son de 50 lavados pero no nos lo creemos, por supuesto, cuando el comité de desescalada hemos pedido que sean las homologadas FFP2, pero la empresa no quiere gastar dinero en la salud de los trabajadores del Grupo Konecta, como siempre.

Nos sentimos engañados/as. La empresa en cada reunión, donde informan al Comité de desescalada, hace su particular juego de trileros a la hora de interpretar a su conveniencia el acuerdo firmado. No podemos consentir que Grupo Konecta se siga riendo de la vida de la plantilla y de sus familias, mientras nos vamos acercando a la fecha señalada del 15 de marzo y mientras estamos sufriendo las peores consecuencias de la tercera ola de la pandemia. Exigimos el cumplimiento del acuerdo firmado.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/15/02/2021/konecta-interpreta-torticeramente-la-desconvocatoria-de-huelga-de-sus-sindicatos/

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El Salvador: Crece la demanda de laptops por clases virtuales y teletrabajo

América Central/El Salvador/17-01-2021-Autora: Karen Molina/Magdalena Reyes/Fuente: www.elsalvador.com

Desde grandes empresas hasta pequeñas estiman que sus ventas se triplicaron en 2020.

Grandes empresas como La Curacao vieron incrementada su demanda desde noviembre de 2020.

Las computadoras portátiles (laptop) así como las tablets y todos los accesorios que se necesitan para hacer videollamadas son los artículos más buscados de los últimos meses, según reportan desde las grandes hasta las pequeñas empresas que comercializan estos productos.

“La demanda ha sido el triple de lo que teníamos antes”, afirmó Carmen de Pérez, encargada de la tienda Alfa Computadoras.

Las grandes marcas como La Curacao también vieron incrementada su demanda desde noviembre del año pasado cuando presentaron ofertas de hasta el 40 y 50 % en muchos de sus artículos relacionados con la tecnología durante las ofertas del conocido “viernes negro”.

Las clases virtuales y el teletrabajo, que se mantendrán durante 2021 para evitar contagios de COVID-19 han obligado a muchos salvadoreños a invertir en este tipo de máquinas, cuyos precios van desde los $250 los más cómodos y sobrepasan los $2,000 en el caso de las máquinas más especializadas.

De acuerdo a De Pérez, los clientes buscan sobre todo computadoras portátiles que tengan acceso a una cámara de video y un sistema de audio completo pues son las características básicas para estar en comunicación ya sea en el colegio o en el trabajo.

Otros han buscado reparar las máquinas que tenían en desuso. “Vienen muchas personas buscando que les reparemos las computadoras que ya tenían”, afirmó De Pérez, quien agregó que la mayor demanda se vio cuando se reactivó la economía, luego de un largo confinamiento que obligó a muchos negocios a cerrar.

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Y paralelo a la venta de computadoras también ha crecido el comercio de muebles de oficina.

“La gente busca muebles pequeños que se adapten a sus casas”, dijo Javier Santos, encargado de la empresa El Salvador Tecnología y Muebles de Oficina, donde también se ofreces computadoras.

Santos afirma, además, que las personas han tenido una transición de su forma de compra en línea pues antes de la pandemia, muy pocos querían comprar en línea y preferían palpar las máquinas por sí mismos para verificar todas las características. Pero una vez la pandemia confinó a todo el país su empresa vio incrementada la demanda en línea de computadoras, lo que les hizo trabajar aun más en el envío a domicilio y las garantías de sus productos.

Las redes sociales también muestran una amplia oferta de productos tecnológicos y accesorios así como escritorios y mesas para apoyar las máquinas.

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Importaciones

Los datos del Banco Central del Reserva que registra las importaciones de todo estos productos no muestra un incremento exponencial en el ingreso de estas máquinas, pues sus partes son tan diversas que pueden clasificarse de distinta forma en cuanto a sus códigos arancelarios.

Sin embargo, en el grueso del costo por importación de máquinas para tratamiento y procesamiento de datos y sus unidades se puede decir que en 2019 el país importó un total de $99,889,778.56 en estos equipos y para 2020 esta compra bajó a $87,137,164.69.

Sin embargo, Miguel Avolevan, representante de la empresa StarShip, que comercializa productos en línea, estima que la importación de laptops desde su empresa aumentaron un 80 % respecto a hace un año.

Además estima que aumentó un 70 % la importación de repuestos y accesorios (pantallas, teclados, baterías, entre otros) pues muchos de los talleristas que trabajan con ellos demandaron muchos más productos para reparar máquinas de sus clientes.

Y las cámaras web, que son necesarias para las reuniones laborales o para los niños en sus clases virtuales, han crecido un 60 %, según los cálculos del empresario.

“Los padres de familia que tienen más de un hijo han requerido de una o varias máquinas más para poder salir con su trabajo y con las clases de los hijos”, afirmó.

Para la empresaria Carmen de Pérez, de Alfa Computadoras, esta tendencia se mantendrá a lo largo del año y traerá consigo otras necesidades como programas de protección de menores de edad y datos.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/crece-demanda-laptops-computadoras-clases-virtuales-teletrabajo/794918/2021/
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La OIT pide aumentar la protección de los trabajadores a domicilio

La pandemia acelera el paso al teletrabajo en medio de legislaciones deficientes, según el organismo de la ONU

La pandemia ha aumentado la nómina mundial de los trabajadores a domicilio. En medio de restricciones de movilidad para contener la propagación del virus, las empresas e instituciones han modificado sobre la marcha su modus operandi para garantizar la continuidad de sus cadenas de producción, mientras los trabajadores han tenido que convertir las mesas de sus cocinas en escritorios y escenarios para innumerables videoconferencias por Zoom. Pero el reajuste deja una cuenta pendiente, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT): garantizar la protección social y económica de los empleados que trabajan desde el hogar.

En el informe Trabajo a domicilio. De la invisibilidad al trabajo decente publicado este miércoles, la OIT pone de relevancia una deuda cotidiana para unos 260 millones de personas que ya trabajaban a domicilio en todo el mundo antes de la crisis de la Covid-19, un 7,9% del empleo mundial. «Por lo general, la reglamentación del trabajo a domicilio es deficiente y el cumplimiento de la legislación vigente resulta complejo. En muchos casos, los trabajadores a domicilio son considerados contratistas autónomos y, en consecuencia, quedan excluidos del ámbito de la legislación laboral», afirma el organismo.

Entre las mayores deficiencias, la OIT denuncia la desventaja salarial. En el caso de Europa, en países como Reino Unido, los trabajadores a domicilio ganan un 13% menos que aquellas personas que trabajan fuera de casa. Pero la diferencia es aún mayor en otros continentes. En Estados Unidos, el salario es un 22% menos, mientras que en Argentina o México llega hasta un 50% menos.

Al desfase económico, el organismo de la ONU agrega una problemática agudizada durante las cuarentenas impuestas en 2020: el aislamiento social. Esto ha puesto de manifiesto que los trabajadores a domicilio no poseen el mismo grado de protección social que los demás trabajadores. Como este tipo de trabajo tiene lugar en la esfera privada, los home workers son menos proclives a formar parte de un sindicato, figurar en convenios colectivos o disfrutar de programas de formación, lo que aumenta la sensación de “invisibilidad” de quienes trabajan desde casa, de acuerdo con la OIT.

Estos hándicaps ya impuestos antes de la pandemia, ahora se extienden a quienes han tenido que incorporar el teletrabajo a su rutina, de la noche a la mañana. En los primeros meses de la pandemia, según el informe, en torno a uno de cada cinco empleados realizó su trabajo desde casa. Y aunque aún no se dispone de la cifra total de 2020, la OIT advierte de un crecimiento exponencial en esta modalidad a lo largo de los próximos años.

Solo en España, recelosa del trabajo remoto, el porcentaje de población que trabajaba desde casa se duplicó en los meses de emergencia y alcanzó un 30,2%, según los datos de Eurofund. Tras el experimento impuesto, ya para diciembre, ocho de cada diez empresarios afirmaban que favorecerán el teletrabajo tras el fin de la pandemia, según el estudio El futuro del trabajo después de la Covid-19, realizado por The Adecco Group Institute.

Ante este escenario, la OIT demanda a los gobiernos “garantizar que todos los trabajadores a domicilio pasen de un estado de invisibilidad a una situación con trabajo decente, con independencia de que trencen mimbre en Indonesia, elaboren manteca de karité en Ghana, clasifiquen fotografías en Egipto, cosan máscaras en Uruguay o trabajen a distancia en Francia”.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/01/13/economia/1610543407_026737.html

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¿Somos o no ciudadanos digitales? La realidad de la conectividad en la pandemia

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Con la llegada de la pandemia por COVID-19 el trabajo, la enseñanza y gran parte de nuestras vidas se han mudado al entorno virtual. ¿Esto nos convierte en ciudadanos digitales?

Ante la situación ocasionada por la pandemia, la mayoría de las personas se han visto con la necesidad de adaptarse a trabajar y estudiar desde sus casas. Este escenario podría implicar que, poco a poco, la gente conectada se está convirtiendo en ciudadanos digitales pero, la realidad es más complicada.

En América Latina, sólo el 23 % de la fuerza laboral puede trabajar a distancia. Esta situación es muy similar en España, donde se estima que tan solo el  22.3 % de los trabajadores pudieron aprovechar esta modalidad. Debido a que actualmente muchas personas pasan su tiempo en línea, la sociedad se ha tenido que digitalizar y los usuarios se han convertido en ciudadanos digitales pero, ¿esto qué significa?

¿Qué implica la “ciudadanía digital”?

Para poder distinguir si por adaptarse al teletrabajo o a la educación en línea significa que alguien es un ciudadano digital, es necesario entender qué significa este concepto, lo cual es complicado porque varía mucho según quien lo defina.

El libro “Digital Citizenship. The Internet, Society, and Participation” define la ciudadanía digital con una simple frase, “la capacidad de participar en la sociedad en línea”. Pero, ¿qué implica esta participación en línea? La profesora Sofia Ranchordas de la Universidad de Groningen, define la ciudadanía digital como “la capacidad de utilizar Internet con regularidad de forma competente, crítica y segura”. Por su parte, Neelie Kroes, ex vicepresidenta de la Comisión Europea, dijo que los ciudadanos digitales son “personas con mayor acceso a la información, personas empoderadas para dar forma al mundo que los rodea. Más capaz de aprender y participar”, durante su participación en la conferencia Science 2.0 de Hamburgo, el 26 de marzo de 2014.

De acuerdo con la UNESCO, “la ciudadanía digital es un conjunto de habilidades que permite a los ciudadanos acceder, recuperar, comprender, evaluar y utilizar, crear y compartir información y medios en todos los formatos, utilizando varias herramientas, de manera crítica, ética y forma eficaz de participar y comprometerse en actividades personales, profesionales y sociales”.

Estos distintos significados demuestran que ser ciudadanos digitales no es solo implica estar conectados, también se requieren habilidades para saber navegar. Lamentablemente, el hecho de que una persona tenga acceso a internet no lo convierte en un experto en su uso, mucho menos un “nativo”. Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) descubrió que sólo el 39.8 % de los participantes con internet tenían habilidades avanzadas.

De inmigrantes digitales a nativos digitales

Marc Prensky es conocido por “adueñarse” de los términos nativo e inmigrante digital. El primero se refiere a aquellos que están inmersos en la tecnología y que nacieron con ella, y los inmigrantes son aquellas personas a las  que les cuesta más adaptarse al mundo digital.

Incluso antes de la pandemia muchos “inmigrantes digitales” se veían obligados a digitalizarse ya sea para utilizar las redes sociales, los teléfonos inteligentes, la banca electrónica o en su ambiente laboral. Aún así, la adaptación puede ser similar a aprender un nuevo idioma, lo que explica por qué muchos maestros batallan tanto con adaptarse a plataformas de aprendizaje en línea. Pero la llamada brecha generacional va más allá de la edad, también se puede dar por falta de recursos o acceso a internet.

Aunque el acceso a internet es un bien común y se busca que sea reconocido como un derecho básico para los humanos, al igual que en el caso de la ciudadanía de un país, este no siempre es garantizado. El acceso a internet tiene valores como la seguridad, la transparencia, la legalidad, la inclusión, entre otros. En este sentido, la seguridad y legalidad son fundamentales ya que uno de los mayores riesgos que sufren los ciudadanos digitales es la ciberseguridad. Debido a que el usuario sube y almacena información sensible a internet, la protección de datos es sumamente importante, de lo contrario, los pone en situaciones vulnerables y propensas a ser hackeados o chantajeados por cibercriminales.

Para ser ciudadanos digitales hay que estar conectados

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reportó que un 56 % de los latinos y caribeños usan el internet y de estos, un 45 % cuenta con internet en sus hogares, mientras que sólo el 45.5 % tiene acceso a una conexión de banda ancha. El panorama no cambia mucho al hablar de banda ancha móvil ya que sólo el 54 % de la población tiene acceso a esta, aunque la tecnología móvil en sí alcanza al 90 % de las personas.

En un reporte del 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT por sus siglas en inglés) encontró que más de 200 millones de personas en Latinoamérica en edad de trabajar están digitalmente excluidos, demostrando que existe una brecha digital gigante.

En esta época de pandemia, el internet ayuda a que se garantice la continuidad de los trabajos, la educación y vida social, por lo que es urgente que se garantice el acceso a todas las personas. Para lograrlo, la UNESCO sugiere incorporar como reconocer las barreras críticas de accesibilidad, habilidades digitales y su relevancia, y crear normas en la planificación de proyectos de inclusión digital. En este último punto, incluir políticas públicas que promuevan la conectividad en las escuelas, el desarrollo de plataformas para apoyar a aquellos con poco acceso a las nuevas tecnologías, como los adultos mayores y poblaciones indígenas, además de otorgar subsidios de conectividad.

Según el Sistema Económico de Latinoamérica y del Caribe (SELA), el esquema de políticas para atacar este problema consiste en infraestructura tecnológica; infraestructura de conectividad y alfabetización tecnológica o digital. Estos tres puntos aseguran que la población podrá convertirse en una sociedad en la red, además de que promueve el desarrollo individual y social debido a su inclusión digital. De desarrollarse estas políticas, permitiría a los ciudadanos no sólo acceder a internet y contar con conexión, sino a que entiendan el lenguaje digital y dominen las nuevas tecnologías.

El ecosistema digital: ¿está lista Latinoamérica para sus ciudadanos digitales?

El reporte El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19, de Telecom Advisory Services para el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), califica a la región en un desarrollo intermedio en cuanto a su ecosistema digital, pero esto no significa que tiene lo que se necesita para mitigar los efectos de la pandemia.

Debido a que a raíz de las medidas de contingencia sanitaria por la pandemia, ahora muchas personas  trabajan desde casa, el tiempo que estas pasan conectadas a internet ha aumentado. Por ejemplo, en el mes de marzo, en pleno inicio de la pandemia, en México el tiempo que una persona pasa en internet incrementó un 7.4 %, en Chile un 19 % y un 11. 8 % en Ecuador.

El reporte del CAF ayuda a entender la importancia de la conectividad, más en tiempos de pandemia. El reporte indica que la velocidad de la banca ancha impacta el PIB 0,73 % cuando la velocidad se incrementa en 100 %, lo que implica una influencia negativa en la economía. Parte del problema viene de que el internet de los hogares no está preparado para el incremento del 80 % del tráfico de subida de datos, ni de las videoconferencias.

Por otra parte, aunque según este reporte el 78.78 % de América Latina está proyectada a digitalizarse este año, esto no significa que la conectividad mejorará ya que esto puede incrementar la brecha digital. Es importante considerar no sólo el acceso al internet sino también el acceso a los dispositivos y tecnología si queremos lograr realmente que la población se convierta en verdaderos ciudadanos digitales. En la región, un 44.89 % de las personas cuenta con una computadora en su hogar, lo cual se puede leer como algo positivo pero, debido a la situación de la pandemia, este porcentaje podría no ser suficiente para garantizar el acceso al teletrabajo y a la educación en línea, especialmente si se trata de familias con hijos en distintos grados escolares.

El uso que se le da al internet en el hogar dice mucho sobre lo preparadas que están las personas para ser ciudadanos digitales. Según datos del reporte del CAF, en promedio, 30.3 % de la población latinoamericana se limita a navegar en redes sociales y utiliza el internet para comunicarse, mostrando resiliencia a herramientas de tipo educativas o de comercio.

Esto no sólo se ve a nivel personal, sino también en las empresas. El 85 % de todos los países en la región tienen acceso a la red, pero este acceso varía mucho cuando se analiza el uso de herramientas para realizar actividades como la  compra de insumos por internet. En Perú, por ejemplo, sólo el 15.20 % lo hace en línea, a diferencia de Brasil donde el 66 % de las personas realizan compras por internet.

¿El COVID-19 nos convierte en ciudadanos digitales?

Ser un ciudadano digital significa tener acceso a internet, contar con una conexión de banda ancha, con el equipo necesario para conectarse y, sobre todo, contar con las habilidades básicas para navegar. Sobre este tema, la profesora Sofia Ranchordas señala que un dispositivo móvil no es suficiente ya que no permite al usuario tomar cursos en línea o trabajar plenamente.

En el caso de los maestros, aunque muchos han logrado adaptar sus clases presenciales al entorno digital, esto no los convierte necesariamente en ciudadanos digitales. Muchas escuelas y universidades no tuvieron el tiempo o los recursos para prepararse para la educación en línea, ni cuentan con una base de datos sobre cuántos de sus empleados o alumnos tienen o no las herramientas necesarias para continuar el ciclo escolar de manera virtual.

La COVID-19 llegó a poner fin a las dudas sobre cómo se vería la educación y el trabajo en un entorno en línea. Aunque muchas escuelas y trabajos buscaban maneras de digitalizarse o ya lo estaban haciendo, nadie estaba preparado para la cuarentena y los cambios que trajo la pandemia. Sin embargo, esta es una situación que sólo beneficia a los verdaderos ciudadanos digitales, aquellos que no sólo tienen acceso a internet, sino también a  las herramientas y el conocimiento necesarios para continuar con sus trabajos, su  educación y sus vidas a pesar de todo. Ojalá esta época sirva de aprendizaje sobre la urgencia de garantizar el acceso a internet como un derecho básico universal y de darle a los ciudadanos las herramientas necesarias para convertirse en verdaderos ciudadanos digitales.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ciudadania-digital-pandemia
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El teletrabajo en estos tiempos neoliberales

Por: Eduardo Camín

 

Nuevas fuerzas están transformando el mundo del trabajo. La pandemia de la Covid 19 tiene consecuencias sociales y políticas: se ha instalado una ´´virtualización de la vida humana¨ y del control social. El mundo, tal como lo conocíamos, se detuvo abruptamente a principios de 2020 y los gobiernos, informados por la ciencia, tuvieron que aplicar medidas drásticas para salvar vidas.

Es cierto que la vida continúa, pero sin duda hemos adoptado la forma de trabajo más inusual de esta generación. El reto para los responsables políticos es cómo seguir protegiendo la vida y la salud de las personas sin, a su vez, causar un daño irreversible a la economía.Teletrabajo: 3 desafíos que tiene Latinoamérica | TyN Magazine

En este sentido las medidas que garantizan el distanciamiento físico -el cierre de escuelas, la suspensión de vuelos, el cese de grandes reuniones y el cierre de lugares de trabajo- han sido al comienzo de la lucha contra el virus, como herramienta para frenar su propagación. Mientras tanto, el trabajo hizo irrupción en un nuevo auge del teletrabajo.

Antes de la pandemia, solo una fracción de la fuerza laboral trabajaba ocasionalmente desde casa. Dentro de la Unión Europea (UE), la incidencia del teletrabajo regular u ocasional (en el hogar y móvil combinados) variaba del 30 por ciento o más en Dinamarca, Países Bajos y Suecia al 10 por ciento o menos en la República Checa, Grecia, Italia y Polonia.

Según los estudios, hasta un 20 por ciento de la fuerza laboral de Estados Unidos trabajaba regular u ocasionalmente desde su casa u otro lugar alternativo, un 16 por ciento en el Japón y solo un 1,6 por ciento en Argentina, según cifras de Eurofound y OIT, 2019.

Entre enero y marzo de 2020, a medida que la infección por Covid-19 se extendieron por todo el mundo, los países dieron instrucciones a los empleadores de cerrar sus operaciones y, de ser posible, aplicar el teletrabajo a tiempo completo para sus trabajadores, con muy poco tiempo de preparación tanto para los empleadores como para los trabajadores.

Algo que se planeó como una solución temporal y a corto plazo ha estado sucediendo desde hace meses. Hay varios factores que determinan si un trabajo puede realizarse potencialmente a distancia. La cantidad de trabajos que se pueden realizar a distancia determina la parte de la fuerza laboral que puede trabajar desde casa durante una pandemia y así reducir la transmisión del virus en la comunidad.

El paso definitivo al teletrabajo ¡Ahora es el momento! - Emprendedores.esEn dos artículos recientes (Hatayama et al., 2020; OIT 2020h) se examinaron las posibilidades de trabajar desde casa en países con diferentes niveles de desarrollo económico: se constató que factores como la estructura económica y ocupacional, el acceso a Internet de banda ancha y la probabilidad de que las personas posean una computadora personal, son determinantes importantes para trabajar desde el hogar.

Las conclusiones indican que la posibilidad de trabajar desde el hogar aumenta con el nivel de desarrollo económico del país. Por consiguiente, los países en que una gran proporción de los puestos de trabajo corresponden a sectores como las tecnologías de información y comunicación (TIC), los servicios profesionales, las finanzas y los seguros y los sectores de la administración pública pueden movilizar una mayor proporción de la fuerza laboral a trabajar desde casa.

Mientras,  los países que dependen en gran medida de sectores como la industria manufacturera, la agricultura, la construcción y el turismo tienen menos posibilidades de hacerlo. Como resultado de las directivas de confinamiento decretadas por los gobiernos, casi cuatro de cada 10 empleados en Europa comenzaron a teletrabajar.

El aumento más significativo del teletrabajo tuvo lugar en los países más afectados por el virus y en los que el teletrabajo estaba bien desarrollado antes de la pandemia. En Finlandia, cerca del 60 por ciento de los empleados pasaron a trabajar desde casa. En Luxemburgo, los Países Bajos, Bélgica y Dinamarca, más de la mitad, en Irlanda, Austria, Italia y Suecia, alrededor del 40 por ciento de los empleados teletrabajaban.Teletrabajo | Comunidades Cepal

En esos países, menos trabajadores vieron una reducción en su tiempo de trabajo. En promedio, en Europa, el 24 por ciento de los empleados que nunca habían trabajado desde casa comenzó a teletrabajar, en comparación con el 56 por ciento de los empleados que lo habían hecho ocasionalmente.

No obstante, este salto en las cifras muestra que, con la tecnología, las herramientas (por ejemplo, de comunicación) y la reorganización del trabajo adecuados, muchos más trabajos pueden realizarse a distancia de lo que se suponía anteriormente. Se adoptaron medidas similares en otras partes del mundo, donde los gobiernos instaron a los empleadores a adoptar el teletrabajo para reducir la densidad de desplazamientos en las grandes ciudades y contribuir así al distanciamiento físico.

En Japón, según una encuesta del Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, menos del 13 por ciento de los trabajadores de todo el país pudieron trabajar desde casa en marzo de 2020 debido a una serie de factores, entre ellos el amplio uso del sello Hanko1 , un sello personal que se utiliza en los documentos de oficina, los contratos, las solicitudes e incluso los memorandos, en lugar de las firmas, para cualquier artículo que requiera reconocimiento de autoría en lugar de una firma.

Teletrabajo o teleconfinamiento: un reto post covid-19 – ProdavinciHay que destacar que para los padres y cuidadores que trabajan, el cierre de escuelas y de otros centros de atención ha hecho que el trabajo desde el hogar sea un desafío. De acuerdo con la última encuesta de Eurofound, entre quienes trabajan desde el hogar como medida de distanciamiento físico, el 26 por ciento vive en hogares con niños menores de 12 años y otro 10 por ciento vive con niños de 12 a 17 años.

Una realidad preocupante

Varios análisis del Observatorio de la OIT ponen de manifiesto los devastadores efectos que sigue teniendo la pandemia en el empleo y los ingresos provenientes del trabajo desde comienzos de 2020, así como la repercusión adversa generalizada en el mercado de trabajo

Los encargados de la formulación de políticas deberán seguir fomentando el empleo y garantizando los ingresos a lo largo de los próximos meses, incluido 2021, y abordar los retos fundamentales. Sigue siendo primordial armonizar y planificar las medidas en los planos político, sanitario, económico y social.

La cantidad de contagios ha aumentado en todo el mundo, y ello ha llevado a muchos países a volver a aplicar restricciones en actividades económicas. La desacertada o prematura aplicación más laxa de las medidas de prevención sanitaria está provocando una prolongación de la pandemia y, en consecuencia, se agravaba la incidencia en el mercado de trabajo.

Por lo tanto, es necesario que las medidas políticas que se apliquen estén en consonancia con los efectos adversos de la pandemia en el mercado de trabajo. La crisis provocada por la pandemia ha provocado la pérdida de horas de trabajo y de ingresos provenientes del mismo.

A raíz del aumento de las restricciones financieras, los encargados de la formulación de políticas deberán afrontar el reto de seguir aplicando medidas destinadas a mitigar el riesgo de que aumenten los niveles de pobreza, desigualdad, desempleo y exclusión. A tal efecto, será necesario prestar particular atención a la eficacia y la eficiencia de las inversiones que realicen.

Es fundamental que las medidas políticas contribuyan a prestar el mayor apoyo posible a los grupos vulnerables más afectados, en particular, los migrantes, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores del sector informal. A tenor de los datos más recientes de que se dispone, la pérdida de empleo afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres.

Los encargados de la formulación de políticas tendrán que adoptar medidas de respuesta frente a las crisis específicas, en particular ayudas para garantizar los ingresos y fomentar los esfuerzos para facilitar a los trabajadores que retomen su empleo, a fin de evitar su marginación a largo plazo en los mercados laborales, y velar por que nadie se quede atrás.

La brecha en materia de incentivos fiscales existente en los países emergentes y en desarrollo sólo puede suprimirse si se fomenta la solidaridad internacional. La mayoría de los países en desarrollo no han podido movilizar los recursos necesarios para respaldar las medidas políticas que han adoptado las naciones más ricas, lo que ha dado lugar a una gran «brecha en materia de incentivos fiscales».

46% más de carga laboral con teletrabajo: 92% de las mujeres debe cocinar y limpiar mientras teletrabaja - El MostradorCon objeto de subsanar esa brecha, es necesario seguir reduciendo y reestructurando la ignominiosa deuda externa, y promover la ayuda oficial al desarrollo a fin de garantizar la disponibilidad de recursos financieros para afrontar la actual crisis sanitaria y del mercado de trabajo en los países en desarrollo.

Naciones Unidas aboga por qué se dé «prioridad con carácter estratégico, en materia de financiación pública, a las políticas y los programas que permitan lograr mejores resultados en términos de empleo y mantenimiento de los ingresos, en particular respecto de las personas en situación vulnerable».

La combinación de estos retos tiene repercusiones más generales para la justicia social y la paz. El aumento de la inseguridad y la incertidumbre dan pábulo al aislacionismo y al populismo.

La manera en que la ideología neoliberal contempla la modernidad entiende al ciudadano como consumidor, la acción colectiva y la vida pública quedan restringida a hacer un ¨clic¨ en la recomendación de un algoritmo. En realidad, la crisis de la Covid 19 colocara al sector tecnológico en el epicentro de una economía convertida en función de sus algoritmos.

El mundo no será igual, pero la explotación digital o presencial se le parecerá mucho a la del presente.

 

*Periodista uruguayo acreditado en la ONU Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico CLAE

Fuente e imagen: Estrategia.la

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Mundo: ¿Volverán todos a la oficina o seguirán en teletrabajo?

Mundo/06-12-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Fundador de Zoom cree que tras la pandemia habrá modelo híbrido de trabajo.

El fundador y consejero delegado de Zoom, Eric Yuan, cree que cuando acabe la pandemia no se volverá completamente al trabajo presencial y se adoptará un modelo híbrido en el que el teletrabajo todavía estará presente.

“Digamos que la pandemia acaba mañana. ¿Volvemos todos a la oficina? No creo que todos los empleados vuelvan. Es muy probable que tengamos un modelo híbrido”, dijo durante una intervención en la Web Summit de Lisboa, que este año se realiza de forma virtual.

El empresario de origen chino defendió que la forma en que se trabaja, se vive y se aprende “es muy diferente ahora” y, por eso, considera que plataformas como Zoom seguirán teniendo un papel importante cuando acabe la pandemia.

“Es bueno para el cambio climático y para la productividad”, subrayó Yuan, que también consideró que en el futuro se harán menos viajes de negocios porque muchos de ellos se pueden solucionar por videoconferencia.

Por ello, se mantiene optimista sobre el futuro de su plataforma, a pesar de la fuerte caída que sufrió en bolsa cuando se anunciaron avances sobre la vacuna para el coronavirus, y cree que no se utilizará sólo para trabajar, también mantendrá otros usos, como las clases escolares.

Yuan confesó que su equipo nunca imaginó que Zoom se iba a disparar tanto este año, en el que pasó de 10 millones de participantes diarios antes de la pandemia a 300 millones en abril.

“Pensábamos que 2020 sería como 2019”, aseguró el empresario, que reconoció que por un lado estaban “emocionados”, pero por otro se preguntaban cómo podrían sostener tanto crecimiento: “Tuvimos que aprender a reaccionar muy rápido”, dijo.

El líder de Zoom recordó cómo fue su llegada a Silicon Valley (California, EE.UU.) con 27 años y las veces que rechazaron su idea para crear la plataforma que hoy le ha hecho multimillonario, aunque confesó que no se acuerda de cuántas: “Fueron muchas”, bromeó.

Con una experiencia de éxito a sus espaldas, dejó un mensaje para los emprendedores que quieren poner en marcha un proyecto: “Si tienes una idea, no dudes, simplemente hazlo”.

Pero avisó de que es necesario ser paciente y no pensar en el éxito desde el principio, ya que “construir un negocio sostenible es un viaje largo”.

Eric Yuan es uno de los principales oradores de esta edición de la Web Summit, la mayor conferencia tecnológica de Europa, en la que participan de forma virtual unas 100,000 personas. EFE

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/teletrabajo-zoom-pandemia/783208/2020/
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