Vida humana, muerte y supervivencia: la ética material en la obra de Enrique Dussel

Reseña:

Autor: Gabriel Herrera Salazar

El presente trabajo es relevante para todos aquellos que se inician en la filosofía de la liberación, científicos sociales críticos que parten de fundamentos éticos y luchadores sociales que en sus actos de habla llevan implícita la praxis de la liberación. Puede considerarse como un paso previo a mi obra publicada en 1998 bajo el título: Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión, la cual en el 2013 se publicó por primera vez traducida al inglés, lo que hace que su lectura, discusión y crítica lleguen a nuevos rincones del mundo.
Para nosotros, la afirmación de la vida es el contenido de todos los actos humanos y el fin último de la existencia humana; esta es la diferencia que existe con el actual sistema capitalista, el cual tiene como fin último el aumento de la tasa de ganancia. El mal consiste en la perversidad del sistema actual, que ha llevado a poner en crisis la vida de todas las especies que habitamos en el planeta Tierra.
Un sistema que produce muerte es injusto y debe éticamente ser cambiado por otro diferente y más equitativo. La liberación se juega en el límite de la vida, en la sobrevivencia del oprimido, el excluido, la víctima. Es por ello que el criterio material de la ética de la liberación es la vida humana En diciembre del 2007 en el CIDECI-Universidad de la Tierra, don Durito de la Lacandona —en voz del subcomandante insurgente Marcos— nos dijo: “Cuando parece que no queda nada, quedan los principios”. La ética de la liberación es una ética de principios, principios que están inspirados en la digna lucha del EZLN.
El escrito que el lector tiene en sus manos es el resumen de los apuntes de Gabriel Herrera, un alumno que siguió mis cursos desde el año 2000, cuando era estudiante en la carrera de filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.

Ofrece una guía teórica-pedagógica que sitúa la argumentación filosófica de una ética material crítica fundamentada en seis principios, y en Vida humana, muerte y sobrevivencia. La ética material en la obra de Enrique Dussel pocas páginas logra digerir un trabajo que está expuesto en más de seiscientas.
Esperamos que el análisis de esta obra contribuya al diálogo intercultural en el marco del intercambio sobre ética y política frente al despojo.

Descarga gratis en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Mexico/cesmeca-unicach/20170419035719/pdf_656.pdf

Comparte este contenido:

España: Los profesores que llevaron la revolución pedagógica a las barracas del Besós

Paula Russiñol/La Vanguardia

  • El Archivo Histórico del Camp de la Bota y La Mina presenta el vídeo ‘Aulas de arena’, que expone cómo se aplicaron por primera vez en España teorías educativas como la ‘Pedagogía del oprimido’ de Paulo Freire
  • “Las barracas del Camp de la Bota fueron testimonio de muchos episodios de solidaridad y lucha por la dignidad”, afirma Josep Maria Monferrer, educador y presidente del Archivo Histórico del Camp de la Bota y la Mina. La consciencia colectiva del barrio nació a la par que se gestaban sus colegios.Todo este legado es el que presenta Aulas de arena, un documento audiovisual que recoge la revolución pedagógica que tuvo lugar en el Camp de la Bota a partir de mediados de la años cincuenta. Lo hace mediante el testimonio de los protagonistas de la historia: sus profesores.

    El documental ha sido realizado por un grupo de alumnos de cuarto del grado de Comunicación Audiovisual (CAV) y del doble grado de Información Documentación Comunicación Audiovisual(INFOCOM) de la Universtat de Barcelona, en colaboración con el Archivo Histórico del Camp de la Bota y La Mina.

    Monferrer llegó hace más de treinta años a la Mina para hacer de maestro en un colegio del barrio. Allí entró en contacto con muchos alumnos que venían del Camp de la Bota. “Les pedía fotografías para hacer un archivo que recogiera el legado de la vida en las barracas”, asegura Monferrer. Ahora, el Archivo Histórico del Camp de la Bota i La Mina cuenta con más de 2.000 fotografías de este barrio suburbial. Muchas de ellas, son testimonio de como se gestó una revolución pedagógica que llegó de la mano del escolapio Francesc Botey.

    Teorías pedagógicas inauditas

    “Botey fue a Cuba y Brasil durante los cuarenta y aprendió mucho de las teorías pedagógicas liberadoras de Paulo Freire”, destaca Monferrer. Unas teorías donde los alumnos eran los protagonistas de su aprendizaje. Cuando volvió a España, juntamente con dos escolapios más, construyó una pequeña barraca muy cerca del parapeto del Camp de la Bota.

    Botey se paseaba entre las chabolas animando a los niños a ir al colegio a aprender. En aquel contexto, los alumnos aprendían de aquello que les despertaba interés. “Estos métodos no hubieran sido aceptables en ninguna aula de la escuela franquista”, señala Monferrer.

    Alumnos jugando en la playa
    Alumnos jugando en la playa (Arxiu Històric del Camp de la Bota i la Mina)

    Botey formó un equipo de profesores dispuestos a todo para promover la escolarización en una zona donde más del 80% de los residentes eran deetnia gitana. Algunos no tenían los estudios de magisterio pero tenían un carisma especial con los jóvenes.

    Al detectar que muchos niños no tenían ningún interés por las aulas, fueron ellos mismos los que fueron a buscarles. “Se desplazaban a la playa donde jugaban los niños y captaban su atención contándoles cuentos de la mitología romaní”, explica Monferrer. A través de los cuento s y losjuegos, los pequeños aprendían pequeñas nociones de lectura y escritura. “Un día llovía y los mismos niños le propusieron a la maestra de ir al colegio para poder continuar con la lectura sin mojarse. Fue ahí donde empezaron a adquirir el hábito de ir a las aulas”, añade el director del archivo.

    El castillo del Camp de la Bota acogió hasta unos 400 alumnos

    A a partir del año 1952, las aulas se ubicaron en el castillo del Camp de la Bota, que había frenado su actividad militar a raíz del Congreso Eucarístico celebrado este mismo año. Durante los sesenta, la fortaleza acogió hasta unos 400 alumnos. Más allá de hacer de escuela, el espacio también acogía la vida cultural y social del barrio. “Había una sala de baile y se hacía teatro. Era un auténtico centro social”, cuenta Monferrer.

    Conjunto de las escuelas gitanas ubicadas en el Camp de la Bota
    Conjunto de las escuelas gitanas ubicadas en el Camp de la Bota (Arxiu Història del Camp de la Bota i la Mina)

    Paralelamente, los vecinos de etnia gitana construyeron con sus propias manos un colegio y una guardería. En esta última, las madres hacían turnos para cuidar de los hijos de todas mientras las otras iban al colegio.También había una escuela de artesanía, donde aprendían a elaborar cestas y otros objetos de decoración que después podían vender. “Era una manera de salir de la marginalidad”, apunta Monferrer. Estas actividades promovieron una gran red de solidaridad entre todos los vecinos del Camp de la Bota.

    Los estudiantes de cuarto del grado de Comunicación Audiovisual (CAV) y del doble grado de Información y Documentación y Comunicación Audiovisual (INFOCOM) de la UB que han participado en el documentalson Uri Hosta (dirección y guión), Alba Medina (producción y documentación audiovisual), Miriam Nassin (producción), Lara Bautista (directora de arte y grafismo) y Laura Gomá (realización y postproducción).

    Las últimas barracas

    A principio de los años setenta el castillo se derrumbaba a causa de su mal estado. Por ese motivo, y tras fuertes protestas vecinales, el Ayuntamiento de Barcelona construyó una nueva escuela que se inauguró en 1972. Era el colegio Manuel de Falla. “Un espacio precioso, muy espacioso”, define Monferrer.

    En 1989, con los juegos olímpicos muy cerca, se derribaron las últimasbarracas del Camp de la Bota. Los colegios funcionaron hasta entonces, aunque muchos vecinos ya se habían trasladado a la Mina durante los setenta.

    Según Monferrer, la metodología que se aplicaba en aquellas aulas partía de las necesidades que vivían esos niños en situaciones tan precarias. Opina que hay mucho que aprender de aquella época. “La educación no puede perder de vista nunca esta perspectiva, sino los pobres siempre estarán marginados”, opina.

    Fuente: http://www.lavanguardia.com/local/barcelones-nord/20180618/45113020962/eduacion-revolucion-barracas-camp-de-la-bota-mina-besos.html

Comparte este contenido: