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Consejos para una buena planificación diaria de actividades

Por: mercury.cash.

Una de las cosas más importantes para poder convertirse en un emprendedor exitoso es lograr hacer una buena planificación de las actividades diarias. Un buen plan permite que el tiempo que se utiliza en el día se optimice al máximo y se pueda obtener un mejor rendimiento de cada una de las actividades realizadas.

En el artículo anterior titulado 7 hábitos que te permitirán ser más productivo destacamos la importancia que tiene que la planificación de actividades del día se convierta en un hábito pues permitirá estar mejor preparado en caso de cualquier contratiempo que surja en el camino. A continuación presentamos algunos consejos que permitirán que esa planificación sea realmente eficaz.

Hacer una lista de todas las actividades del día

Hay actividades que hacemos a diario y que son parte de una rutina, tanto en el trabajo como en la cotidianidad, por eso es que se hace muy importante tener una lista de esas actividades para tener bien definido cuales son, de modo tal que si surge alguna actividad extra se podrá programar en el espacio disponible.

Definir tiempos para cada actividad

De nada sirve solo tener una lista de las actividades que tenemos que realizar si esas actividades no tienen un tiempo destinado para cumplirse. Lo ideal es definir un tiempo específico para cada actividad y tratar de cumplir con él, de ese modo, al planificar asignando tiempos, tendremos una idea de cuales horas tendremos de descanso en el día y cuantas serán para trabajar.

El tiempo libre también es importante

No todo se trata de trabajo. Los seres humanos también necesitamos un espacio para el descanso y la recreación, si solo nos dedicamos a trabajar y no tomamos tiempo para descansar, por más que lo intentemos, no tendremos el mismo rendimiento, nuestro nivel de concentración disminuirá y las energías también, tornando el trabajo en un sacrificio y algo tedioso.

Organiza y agrupa tus actividades por grados de dificultad

Hay quienes prefieren salir primero de las actividades más sencillas y que menos tiempo consumen para dedicarse por último a las actividades más complejas. Al hacer esto las actividades complejas tendrán un mayor grado de atención por parte nuestra pues no estaremos pendientes de que hay que realizar otras actividades después.

Identifica las sub tareas de tus actividades

Así como cuando estás planificando un proyecto, en tu día a día siempre habrá unas actividades principales que tengan tareas secundarias, como por ejemplo el manejar hacia el trabajo, podría incluir actividades como detenerse a surtir combustible e igualmente el ir a trabajar incluye cosas como manejar al trabajo, asistir a reuniones, atender clientes y cualquier cosa asociada al trabajo que realizas. Estas pequeñas tareas también debes contemplarlas en tu planificación, aunque no deberías asignarles un tiempo específico.

Nunca está de más romper las reglas

Aunque lo ideal es cumplir con el plan que se ha hecho pues para eso se hace, si no hemos podido cumplir con todas las actividades del día, hay que recordar que siempre habrá un mañana, no debemos sobre esforzarnos porque eso podría tener consecuencias poco saludables y generar un agotamiento que no permita cumplir con las actividades del siguiente día.

¿Qué opinas sobre este tema? ¿Ya realizas alguna de estas cosas en tu planificación de actividades diaria?

Si tienes alguna pregunta puedes contactarte con nosotros o escribir tu consulta en la parte de abajo (sección comentarios).

Imagen de StartupStockPhotos vía Pixabay.com bajo licencia creative commons.

Fuente de la reseña: https://blog.mercury.cash/es/2019/05/03/consejos-para-una-buena-planificacion-diaria-de-actividades/

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Tiempo no escolar, tiempo ¿libre?

Por: Xavier Besalú

Un tiempo en que los aprendizajes pueden ser realmente profundos y relevantes, donde el crecimiento personal a todos los niveles –que eso es la educación– puede ser sumamente intenso.

El tiempo no escolar no es –no debería ser- tiempo no educativo, tiempo vedado al aprendizaje, sino un tiempo en que los deseos, los intereses, las aficiones personales, pasaran a un primer plano. Un tiempo reservado en primera instancia a la propia persona y a la relación con los demás, especialmente con aquellos con los que hayamos establecido vínculos satisfactorios. Un tiempo en que los aprendizajes pueden ser realmente profundos y relevantes, donde el crecimiento personal a todos los niveles –que eso es la educación– puede ser sumamente intenso.

Probablemente no exista una pedagogía específica para educar en el tiempo libre, aunque tal vez sí existan algunas situaciones y aspectos con un potencial y unas posibilidades distintas a las que son habituales en la escuela.

Es tiempo para confrontarse con uno mismo, para el tanteo experimental, para la duda, para la reflexión, para conocerse y aceptarse a sí mismo, justamente porque se presenta abierto y hasta cierto punto desconocido y nuevo.
Es un tiempo en que las relaciones interpersonales pasan a un primer plano, donde se ponen en juego las propias actitudes y valores, donde no se discute la necesidad de dialogar, negociar y acordar. Esta relación en primera persona, cuando la digitalización ha desdibujado tiempos, espacios y realidades, resulta ser una oportunidad de primera categoría. También para entrar en contacto con identidades y personas muy diferentes a nosotros –por capacidad o incapacidad, por sexo o género, por clase social, por aspecto, por religión, por origen, por ideología…–, una ocasión de oro para vivir y experimentar el conflicto, un verdadero entrenamiento para aprender a vivir y a convivir.

Si hablamos de educación en el tiempo libre, quiere decir también que nos referimos a un tiempo y un espacio organizados y supervisados por algún tipo de institución u organización. Cuando la desregulación es la consigna, cuando casi todas las organizaciones viven momentos críticos, cuando cualquier tipo de imposición no consensuada es vista como una intromisión inadmisible, este tiempo libre regulado acaba siendo un valor en sí mismo, una garantía de estabilidad y de continuidad, de seguridad y de bienestar, un mecanismo de regulación y tranquilidad que se agradece.

Una educación con sentido, que no renuncia a la aportación de referentes externos, de modelos, a niños y jóvenes que van haciendo su propio camino hacia la autonomía personal. Un entorno que los pone en contacto con personas que son en sí mismas un testimonio de vida, cuyo valor principal no es el de imponer nada, sino el de actuar como elementos de contraste, de imitación o de contradicción, de incitación a la toma de postura y a la clarificación personal, lejos de toda inhibición o indiferencia… Preservar y fortalecer la independencia individual es hoy un reto de primera magnitud frente a las influencias de toda la vida –singularmente las del grupo de iguales o de la publicidad tradicional, pero también de las tan insistentes y seductoras que provienen del mundo digital o de la masificación. El desarrollo personal no se produce nunca en el vacío, sino que se va construyendo día a día, en nuestras relaciones y acciones concretas, en un entorno de condicionamientos y constreñimientos que nos obligan a decidir entre opciones a menudo con claroscuros, donde el bien y el mal no son fácilmente distinguibles, en qué las consecuencias de nuestras decisiones y actos son hasta cierto punto imprevisibles.

A la educación en el tiempo libre le serían perfectamente aplicables las tres grandes reformas que proponían los alumnos de la escuela de Barbiana en su “Carta a una maestra”.

La primera: esta educación no puede ser excluyente. Todos los niños y jóvenes tienen derecho a gozar del tiempo libre. El reto es ahora mismo inconmensurable, porque muchos de ellos no tienen ni siquiera acceso a él. La mayor parte de las veces porque la oferta de educación en el tiempo libre es privada y, en consecuencia, de pago. ¿Cuántos niños –y sobre todo niñas- no hacen deporte porque las matrículas a pagar y las cuotas mensuales son inasumibles por parte de sus familias? ¿Cuántos adolescentes y jóvenes vagan por calles y plazas los largos fines de semana y en los periodos vacacionales sin nada que hacer, sin estímulos que les movilicen? ¿Cuántos se encierran en sus casas –por gusto o a la fuerza- enganchados permanentemente a su móvil o a su ordenador, saltando de sitio en sitio y adentrándose a menudo en canales y túneles absolutamente inadecuados, o sentados ante el inagotable televisor, que ofrece múltiples alternativas, muchas de ellas directamente deleznables? ¿No es llegada todavía la hora de que las administraciones públicas, por sí mismas o a través de las entidades del tercer sector, se ocupen de ello?

La segunda: necesitamos extender el tiempo educativo, porque el tiempo estrictamente escolar es insuficiente sobre todo para los pobres, para los que no cuentan con unos padres preocupados por la formación y el desarrollo integral y armónico de sus hijos o que no disponen de los recursos, la voluntad o el tiempo suficientes para hacerlo. Es insuficiente para adquirir las que se consideran competencias básicas y para lograr en un grado suficiente los que son los grandes objetivos de la escuela obligatoria. Tanto la comunicación lingüística, como la audiovisual, la matemática y la digital, necesitan ponerse en juego más allá de la escuela. Por no hablar de la competencia artística, la cultural, la social y la ciudadana, tan poco valoradas y desarrolladas en los centros escolares… La autonomía e iniciativa personal, la interacción con la naturaleza, el aprender por sí mismo, sin notas ni controles externos, necesitan ponerse en juego en las espacios abiertos, en las zonas ambiguas, en los tiempos libres…

Y la tercera: todos deben encontrar un sentido a su vida, a la actual y a la futura. Es la condición necesaria para esforzarse, para resistir, para progresar, para no dejarse llevar por el todo vale, por el “a mí qué me importa”, por el laxismo o por la ley del más fuerte.

En Barbiana lo tenían claro: todos necesitamos un fin suficientemente honesto y grande y que sea válido para cualquier persona humana, decían. Y que no es otro que el de ejercer plena y conscientemente la soberanía personal para tomar decisiones, para actuar en bien del prójimo, “contra vosotros, los clasistas, contra el hambre, contra el analfabetismo, el racismo y las guerras coloniales”. ¡Ahí es nada!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/02/11/tiempo-no-escolar-tiempo-libre/

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No tienen tiempo de jugar

Por: Jaume Carbonell

La infancia tiene derecho al tiempo libre y al juego. Pero en la sociedad actual este bien común es cada vez más escaso.

“Javier, de 6 años, de Bogotá, al cabo de unos meses de ir a la escuela primaria, le dice a su madre: ‘Mamá, quiero ir a la escuela un día a la semana porque en un día aprendo lo que me enseñan y los demás días los necesito para jugar’. Un análisis sin complacencias y tristemente cierto de lo que a menudo es la escuela. Períodos larguísimos en los que, a menudo, se aprende poco y mal. Un lugar donde, muchas veces, se aprende a no amar lo que se estudia. Un tiempo robado al juego en libertad con el que, sin duda, los niños y niñas aprenden mucho y sientan las bases de lo que en casa, en la escuela y en la ciudad podrán aprender.”

Así encabeza Frato-Tonucci -el psicólogo-investigador dibujante que, con tanto humor como agudeza, da voz a los pensamientos infantiles- uno de los apartados de su último libro de viñetas Los niños y las niñas piensan de otra manera (Graó, 2017). Esta crítica a la escuela primaria se anticipa ya en los primeros años de institucionalización escolar, en la mal llamada “guardería”, que ilustra, por ejemplo, con una niña que, con rostro agotado y con la lengua fuera, suelta: “Más que jugar, ¡Aquí trabajamos de sol a sol”.  Y huelga decir que en secundaria se considera una pérdida de tiempo, un anatema. No hay tiempo para el juego; y menos aún para el que requiere cierta dosis de libertad e imaginación. El mundo adulto, junto a la creciente y poderosa industria del ocio infantil, lo regula y lo controla todo, hasta el más mínimo detalle: los tiempos y espacios, cualquier fiesta o actividad. Como en todas las obras anteriores de Tonucci-Frato fluye esta crítica a la negación de la infancia, así como al derecho que tiene al tiempo libre y al juego, tal como establece la Convención de los Derechos del Niño (artículo 31).

Este posicionamiento está muy presente en las narrativas pedagógicos del siglo XX, y más recientemente ha sido replicado por el movimiento de la lentitud, que nace en las ciudades y se extiende a otros campos como el de la alimentación y la educación. Carl Honoré, en Bajo presión (RBA, 2008) muestra, a partir de numerosos estudios científicos, observaciones  y entrevistas personales, hasta qué punto se ha destruido la magia y la inocencia de la niñez -o lo que es lo mismo: su calidad de vida y felicidad- para compensar imaginarios y expectativas frustradas del mundo adulto.  El resultado es conocido. Niños y niñas con sobrecarga de actividades extraescolares y agendas de ejecutivos. Padres y madres helicópteros que andan siempre con prisa de aquí para allá. Infancias que no tienen tiempo de reflexionar, de divertirse e, incluso, de aburrirse. Familias con una hiperprogramación del tiempo libre de sus hijos. Tiempos invertidos donde la rigidez sustituye la espontaneidad, los lugares cerrados a los lugares abiertos y el asfalto a la naturaleza. Estas disociaciones las explica muy bien Heike Freire en Educar en verde. Ideas para acercar a niños y niñas a la naturaleza (Graó, 2011).

Carl Honoré ilustra con una anécdota muy elocuente  el rechazo que ejerce la obligatoriedad prematura de asistir a actividades escolares: “El otro día observaba cómo una madre arrastraba a su hija de tres años desde un jardín cercano a nuestra casa. La niña sollozaba y gritaba: ‘No quiero ir al ballet. Quiero ir a casa a jugar’”.  O muestra a dónde conduce la soledad e individualismo tecnológico con esta otra anécdota aún más jugosa: “Los jóvenes de hoy tienen 400 amigos en Facebook, pero ni uno solo para bajar a jugar al parque”.

Hay encuestas recientes que confirman con datos y cifras esta tendencia. Una de ellas es la que se ha pasado a 4.000 niños y niñas de 10 a 12 años en Barcelona que revela que la cantidad de tiempo libre es uno de los elementos de su vida que valoran más negativamente. En concreto, el 53% no se siente satisfecho con el tiempo de que dispone para decidir él mismo a qué lo dedica (Institut Infància i Adolescència de Barcelona, Parlen els nens i nenes: el benestar de la infància a Barcelona). Probablemennte si la encuesta se hiciera en Buenos Aires, París o Madrid se obtendrían similares resultados. Eso sí, la infancia de la pobreza conforma un relato diferente, porque sólo excepcionalmente accede a la oferta de las actividades extraescolares. ¿Qué hacer para ralentizar estas dinámicas tan aceleradas y para que la infancia, desde su legítimo derecho de soberanía para tomar sus propias decisiones,  recupere el lugar y el protagonismo que le corresponden?  Existen cantidad de propuestas para abrir la escuela al entorno, para paliar los déficits de naturaleza  o para convertir los patios cuadriculados en espacios de aventura. Aunque también sirven los rituales simbólicos: ¿qué tal si se organiza una semana libre de deberes y actividades extraescolares? ¿O se declara el día sin móviles u otras tecnologías? ¿O se pide a los Reyes Magos estas tres cosas: más tiempo para jugar, espacios menos artificiales y más naturales y más amigos y amigas? ¿Qué perderíamos y ganaríamos con ello? A jugar, que el tiempo apremia.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2017/12/13/no-tienen-tiempo-de-jugar/

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¿Tareas en verano? Sí. No. Depende

Por: Mariano Fernández Enguita 

Ya no habrá verano en el que no salte el debate sobre las tareas escolares en vacaciones, una vez que lo ha hecho para los deberes en general. ¿Debe haberlos? Tengo tres respuestas.

Sí. Sabemos con certidumbre, hace decenios, que el desfase entre alumnos de distinto logro se amplía en verano, en detrimento de los de origen social más humilde. Si la escuela propicia alguna igualación, el verano deshace lo conseguido. No hay secreto: la riqueza y el nivel culturales, directa o indirectamente académicos, de la vida cotidiana y las vacaciones varían según entre familias. No es igual un verano en Torrevieja que en Viena, viendo Tele5 que leyendo…

No obstante, en un mundo ideal los docentes, especialistas en aprendizaje y educación, deberían tener mucho que decir sobre cómo orientar las actividades de verano, y los padres harían bien en escucharles.

Niños y adolescentes pasan ya demasiados días y años en la escuela No. Llega con que la escuela ocupe todo el curso a los alumnos. Los metemos en las aulas diez años por obligación, la práctica totalidad al menos quince y una amplia mayoría más. Parafraseando a Mae West sobre el matrimonio, la escuela es una institución estupenda… si te gusta estar institucionalizado, o sea, internado. Niños y adolescentes pasan ya demasiados días y años en la escuela para que esta colonice además su tiempo libre y el de sus familias.

Por lo demás, choca que el profesorado, después de tanto empeño en pasar de la jornada partida a la intensiva y reducir el calendario escolar (cuarenta días en la democracia) y entre batallas sobre terminar o empezar el curso un día antes o después, justifique los deberes veraniegos. Si los alumnos necesitan más tiempo… ¿por qué no en la escuela? .

Depende. ¿De qué? Del proyecto educativo que tenga el centro y la atención personalizada que precise el alumno y el centro sepa darle. No es lo mismo recomendar unas lecturas literarias, una actividad deportiva o un curso de idiomas que complementan o consolidan lo realizado y pueden ser vividas por el alumno como un reto creativo, que endosar tareas repetitivas que debieron ser suficientes (y quizá no fueran las adecuadas) en el curso. Y depende, guste o no, de lo ya por cada alumno, que puede requerir a algunos lo que no a otros; pero, para que esto resulte verosímil y útil, hará falta una capacidad de personalizar la educación y la orientación que no es la habitual.

He de terminar diciendo que, la mayoría de las veces, los deberes veraniegos son el resultado de dos supuestos nada inamovibles: que todos deben alcanzar los mismos objetivos en el mismo año y que, quien no lo haga, deberá repetir curso. La mayor parte de lo que se impone como tareas estivales debería ser mera diversificación a lo largo del curso ordinario.

Fuente noticia: http://www.20minutos.es/opiniones/mariano-fernandez-enguita-tareas-verano-si-no-depende-3099369/

Fuente imagen: http://cdn.20m.es/img2/recortes/2017/01/24/410680-620-282.jpg?v=20170124165202

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Ecuador: Deberes serán limitados

América del Sur/Ecuador/7 de febrero de 2017/Fuente: el diario

Las voces al respecto son a favor y en contra. Hay quienes aseguran que los chicos pasarán más tiempo desocupados y otros, en cambio, que es favorable que los maestros aborden las tareas con sus alumnos para sean ellos mismos quienes les aclaren sus dudas.

Es la posición de Viviana Intriago, madre de familia, quien asegura que los estudiantes muchas veces se quedan con “vacíos” porque en la casa no encuentran el asesoramiento adecuado. “Los padres pueden tener la mejor intención, pero no los conocimientos y el tiempo”, sostuvo.
En cambio Patricia López, madre de familia, considera que sí se deben enviar tareas a la casa para que sirvan de refuerzo y así aclarar las dudas de ciertos profesores que “no tienen metodología de enseñanza”.
“Al tener menos tareas están fomentando la ociosidad, tanto de los padres como en los chicos”, dijo.
>Práctica. Celeste Carvajal es maestra de una unidad educativa fiscal; le faltan dos años para acogerse a la jubilación. Sin embargo, considera que la “vieja escuela” era la mejor manera para que los niños y adolescentes aprendan.
“Ahora gracias a la tecnología ya no investigan. Copian, pegan y presentan los trabajos”, precisó.
Y como la fresa del pastel, añadió, suspenden tareas y le “asignan más responsabilidades a un maestro”, indicó.
Enrique Cedeño, educador de la unidad educativa Olmedo, recordó que las disposiciones ministeriales los docentes deben acatarlas.
“La mayoría de maestros ya tiene su planificación de trabajo y de interacción entre el alumno y el profesor sí está contemplada”, sostuvo.
>medida. La cantidad de deberes que envían los docentes a sus alumnos será limitada. La medida será obligatoria para instituciones fiscales, municipales, fiscomisionales y particulares.
Augusto Espinosa, exministro de Educación, negó, en su momento, que sea una medida improvisada y destacó que el tema está en estudio desde que trabajaban en las modificaciones del currículo educativo que entró en vigencia este año.
La Cartera de Estado propuso que el tiempo dedicado a tareas aumente de acuerdo con el nivel de instrucción.
Para los estudiantes de primer grado de Educación General Básica (EGB) no habrá deberes.
Para los alumnos de segundo a cuarto de EGB se propone de 30 a 40 minutos de tareas diarias.
De quinto a séptimo de básica se plantean tareas que pueden tomar desde 40 hasta 60 minutos en total.
Espinosa advirtió anteriormente que los planteles que requieran enviar deberes que sobrepasen estos tiempos deben planificarlo y enviarlo para su aprobación por parte de la comunidad educativa.
La disposición rige desde el actual año lectivo (2016-2017) en la Sierra y Amazonía.
En el caso del régimen Costa, la aplicación será desde el primer día de clases del ciclo 2017-2018.
Fuente: http://www.eldiario.ec/noticias-manabi-ecuador/421745-deberes-seran-limitados/
Imagen: i.eldiario.com.ec/fotos-manabi-ecuador/2017/02/20170204040000_deberes-sera-n-limitados_tn0.jpg
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El Congreso insta a Rajoy a regular los deberes

Eauropa/España/21 de diciembre de 2016/Fuente: el mundo

El Congreso de los Diputados ha entrado también en la polémica sobre los deberes. La Comisión de Educación de la Cámara Baja debatirá hoy una proposición no de ley presentada por el PSOE en la que se insta al Gobierno a regular las tareas escolares en la nueva ley educativa que sustituirá a la Lomce.

El texto, al que ha tenido acceso EL MUNDO, reclama al Ejecutivo que adopte las medidas necesarias para «reconocer el derecho a disponer de forma efectiva del tiempo libre del niño o la niña» y «garantizar que las tareas respeten el tiempo y las necesidades» de los estudiantes.

Para ello, propone crear una mesa de trabajo mixta entre el Consejo Escolar del Estado y la Conferencia Sectorial de Educación, de la que formen parte expertos, docentes y padres, con el fin de «consensuar una postura» sobre la finalidad de los deberes, el tiempo de dedicación, el tipo de tareas o el papel de las familias.

«En los últimos años se ha notado un incremento en las tareas escolares. No se trata de prohibirlos, ni mucho menos, sino que haya una racionalización y una coordinación entre los equipos directivos. Queremos que también estén recogidos en el pacto de Estado», explica Mª Luz Martínez Seijo, portavoz adjunta de Educación del Grupo Socialista.

La proposición no de ley saldrá adelante porque contará con los votos a favor de, al menos, Ciudadanos y Unidos Podemos, tal y como confirman los diputados Javier Sánchez, de la formación ‘morada’, y Marta Martín, del partido ‘naranja’.

Martín coincide con Martínez Seijo en que en el pacto educativo deben abordarse los deberes, «pero también los calendarios y los tiempos escolares». «Es un tema que se debe debatir con calma, con expertos, con evidencias, aunque no somos partidarios de ponerlo en la ley».

El PP ha presentado una enmienda a la iniciativa socialista, pero su idea es «alcanzar «un texto consensuado». «Nuestra enmienda tiene un carácter positivo, queremos recalcar la idea de que la clave es confiar en la autonomía pedagógica del profesorado«, señala la diputada ‘popular’ Sandra Moneo.

El Gobierno español no es muy partidario de intervenir en este asunto porque considera que los deberes forman parte de la autonomía de los centros, aunque el ministro Íñigo Méndez de Vigo está abierto a hacer una reflexión sobre el tema.

Esta reflexión ya se ha realizado a nivel autonómico -los parlamentos regionales de la Comunidad de Madrid, Cantabria, Murcia o Canarias han aprobado ya recomendaciones en este sentido-, pero es la primera vez que el Congreso se pone a hablar sobre la tarea que llevan a casa los niños españoles.

Ciudadanos fue el primer partido en abrir este debate en las Cortes, al presentar el pasado octubre otra proposición no de ley pidiendo un marco regulador sobre los deberes, pero la iniciativa del PSOE finalmente se analizará primero. En ella se pide también al Gobierno que promueva un acuerdo con las comunidades autónomas «para incorporar la enseñanza de técnicas y hábitos de estudio y fomentar que, en caso de realizar actividades fuera del aula, el trabajo del alumno busque adquirir habilidades útiles a lo largo de su vida».

El objetivo final es que las conclusiones alcanzadas «queden recogidas en una nueva ley de educación y salvaguarden el efectivo derecho del niño a disfrutar del tiempo libre».

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/12/14/58504f85468aeb90368b4684.html

Imagen: e04-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/12/13/14816586876846.jpg

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Beneficios del tiempo de ocio en el desarrollo infantil

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

La rutina diaria deja poco espacio para el ocio. Sin embargo, en vacaciones o durante los fines de semana, tus hijos tienen momentos para realizar las actividades que más les gusten.

Éstas deberían ser una buena oportunidad para que aprendan y se diviertan y tú puedes ser su mejor compañía, guiando y participando en las diferentes actividades. 

Vencer el aburrimiento en estos momentos es muy fácil, pues el abanico de actividades a llevar a cabo es amplio y se puede adaptar a los gustos de todos. Algunas ideas entre las que se puede escoger son:

  1. Fomentar la lectura en familia
  2. Realizar actividades artísticas: como pintar, bailar, tocar un instrumento, escuchar música, etc.
  3. Ir al cine, a un concierto o al teatro e incluso hacer teatro
  4. Cocinar, decorar y hacer diseños de moda
  5. Aprender un idioma
  6. Hacer colecciones de cromos
  7. Hacer un puzle o maquetas
  8. Ir de excursión: o hacer otros planes al aire libre como ir de pesca, hacer senderismo, ir a buscar setas, etc.
  9. Jugar a juegos de mesa
  10. Practicar algún deporte en familia o en grupo
  11. Organizar concursos
  12. Hacer turismo: ya sea por los alrededores o viajando a un país extranjero
  13. Ver películas en casa o jugar a videojuegos
  14. Participar en planes organizados por una asociación juvenil
  15. Quedar con otras familias para tomar un aperitivo
  16. Organizar una comida o una cena en casa de amigos
  17. Ver películas y comentarlas
  18. Hacer concursos de cocina
  19. Participar en actividades de voluntariado
  20. Crear un grupo de música

Todas estas actividades no serán sólo una forma de pasar estos momentos, también enriquecerán positivamente a los pequeños. De hecho, el ocio y el hecho de disfrutar de un tiempo que es libre de forma consciente tiene muchos beneficios en los niños.

Beneficios del ocio en los niños

  1. Son más felices: es un tiempo en el que pueden escoger qué hacer, es decir, practicar su libertad.
  2. Humaniza: las actividades al aire libre son grandes ocasiones para entrar en contacto con la naturaleza. Contemplar el paisaje, respirar el aire puro, escuchar el agua del río, etc. es un encuentro con el medio ambiente que humaniza.
  3. Culturiza: a los niños ya se les inculca desde la escuela, y es necesario el refuerzo por parte de la familia, respecto a actividades culturales como visitas a museos, teatros, etc. El turismo es también un método de aprendizaje.
  4. Desarrolla la creatividad: los pequeños necesitan tener un espacio para ser personas creativas, poner en práctica sus ideas, escribir algún pequeño texto, hacer un dibujo, etc.
  5. Los hace más sociables: todos los momentos de ocio que tus hijos realicen con la familia o con otros niños hacen que conozcan gente nueva y participen en juegos en grupo que les ayuden a salir de sí mismos y a abrirse a los demás.

Cabe destacar además, que tu papel como padre en este tiempo libre es también clave, tanto en la organización del mismo como en la realización de actividades junto con tu hijo. Sin embargo, debes tener en cuenta que el ocio de los pequeños es suyo y que, aunque les ayudes, debes darles también un margen de libertad para que sientan que pueden decidir cómo utilizar este tiempo. Así, para no estresar a tus hijos en sus momentos de ocio te aconsejamos que:

  1. Respetes su tiempo: no fuerces a tus hijos a hacer alguna actividad que no les guste o no les interese.
  2. Les dejes escoger las actividades extraescolares que prefieran: teniendo en cuenta su edad y las posibilidades económicas de la familia. Ayúdales a tomar una decisión pero no les obligues a realizar algo que no quieran.
  3. No les agobies: muchos niños actualmente sufren estrés por la rutina a que están sometidos, cargada de actividades. Debes organizar el tiempo de tus hijos dejando espacio para que puedan leer, jugar y entretenerse a su aire.
  4. Dales a tus hijos espacio para equivocarse: aunque la forma de educar en las tareas que son de obligación como los deberes o el orden de la habitación debe ser más estricta, durante los ratos de ocio, tu preocupación por el buen comportamiento de los niños debe ser diferente. Se trata de que tengan espacios para divertirse y sentirse más libres, equivocarse y aprender de ello.
  5. Ayúdales a desarrollar su creatividad: los niños suelen estar acostumbrados a trabajar siguiendo muchas indicaciones y por eso puede costarles, por ejemplo, hacer un dibujo libre o bien empezar a escribir un texto inventado.
  6. Haz que disfruten de la lectura: busca libros que les puedan atraer y que sean adecuados para su edad, acompáñales a la biblioteca y asesórales en la selección de aquellos libros que les enseñen valores.
  7. Modérales las actividades que les consuman mucho tiempo y les obliguen a aislarse: como ver la televisión o navegar por internet. Selecciona además, programas, juegos y películas adecuados a su edad.
  8. Comparte aficiones con ellos: la clave está en que tus hijos y tú os lo paséis igual de bien.

Siguiendo estos consejos, contribuirás a que el tiempo de ocio de tus pequeños sea realmente de ocio. Aprenderán a divertirse, a disfrutarlo y a sacarle provecho. Su entretenimiento presente será además, la base de su futuro. Así pues, si saben escoger lo que les gusta y con lo que realmente se lo pasan bien, estarás contribuyendo a que sean más felices.

Acceso a los documentos originales:

Ocio y tiempo libre. Aprende a vivirlo. Son tus hijos. [Fecha de consulta: 14/12/2014]

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/beneficios-tiempo-ocio-desarrollo-infantil

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