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La desvergüenza del Fondo Monetario Internacional

Por: Fernando Luengo

Como si formáramos parte de un engranaje que gira una y mil veces alrededor del mismo eje; como si el tiempo, perezoso, se resistiera a avanzar; como si estuviéramos condenados eternamente a contemplar la misma desgastada imagen. Esta es la abrumadora sensación que tengo cuando escucho o leo los diagnósticos y las recomendaciones de los economistas y los responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI). Inquieta pensar el enorme poder que concentra esta institución para hipotecar las políticas de los gobiernos y vencer las resistencias de los pueblos.

Digo diagnósticos y debería decir recetas de supuesta validez universal, cualquiera que sea el país y el continente donde se apliquen; y digo recomendaciones cuando resulta más apropiado decir imposiciones, pues, como es sabido, la hoja de ruta establecida por esta institución es la referencia o la excusa utilizada por los gobiernos para justificar la implementación de políticas socialmente regresivas y es la llave que abre (o cierra) el grifo de la financiación internacional.

El documento elaborado por la delegación de economistas del FMI -del que ya conocemos un breve pero sustancioso avance—se centra, sobre todo, en las pensiones y el mercado de trabajo; temas, por lo demás, (obsesivamente) recurrentes en sus informes. Sugieren “prudencia y moderación” y advierten (amenazan) sobre los peligros de desviarse de la hoja de ruta que tanto el FMI como las instituciones comunitarias, al alimón, han bendecido.

Si las pensiones crecen al ritmo del índice de precios al consumo -es decir, si el gobierno se comprometiera con el muy moderado objetivo de preservar su capacidad adquisitiva- nos advierten que tendría un coste financiero insostenible e insoportable, que recaería sobre unas arcas muy debilitadas. Se omite (deliberadamente) que sí hay recursos y que estos se encuentran en la enorme cantidad de dinero y riqueza que concentran las elites (de las que los dirigentes del FMI forman parte).

Si los salarios no prosiguen su senda de moderación (un término más adecuado es el de represión), entonces se resentiría el potencial de creación de empleo de nuestra economía, que el FMI ensalza (aunque la mayor parte del mismo sea basura). También en este caso se omite (más por ideología que por ignorancia) que precisamente los bajos salarios están en la causa de la destrucción de puestos de trabajo y de la consolidación de una cultura empresarial depredadora y conservadora.

Si las reformas de los mercados de trabajo han dado tan buenos resultados en términos de contención salarial (empobrecimiento de los asalariados) y de empleo (indecente), habría que perseverar en el mismo camino, con más decisión si cabe, flexibilizando (desregulando) todavía más las relaciones laborales, resistiendo los intentos de redefinición de las mismas en el sentido de empoderar a los trabajadores. Pero es este empoderamiento, el pleno ejercicio de la negociación colectiva y de los derechos ciudadanos dentro de las empresas donde está la clave de la modernización del tejido productivo y del aumento de la productividad.

El tramposo discurso oficial proclamaba (fuegos de artificio, como siempre) que, pasados los años más duros de la crisis, superada la recesión, una vez que la economía recuperara el crecimiento, habría margen para redistribuir y mejorar la situación del conjunto de la ciudadanía, especialmente de los más vulnerables. El blablabla de siempre, adornado en esta ocasión de la sofisticación técnica de los muy distinguidos economistas fondomonetaristas. En realidad, las cartas están repartidas y las reglas del juego perfectamente establecidas para que el saqueo continúe, ¡qué siga la fiesta! Este es el mensaje del FMI.

Una última consideración (un brindis al sol, lo reconozco). Tendría un gran valor pedagógico conocer las retribuciones, en dinero y en especie, así como los fondos de pensión contratados (seguramente privados o respaldados por el FMI) de los economistas que integran y encabezan las delegaciones de esta institución. Ellos y la directora de la misma, Christine Lagarde, forman parte de una casta de privilegiados extraordinariamente bien pagados que habitan, respiran y contemplan con desdén y arrogancia al resto de los mortales desde su confortable urna de cristal.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247391

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La inteligencia artificial no será una amenaza para los trabajadores

Redacción: Diario Sur

La destrucción de empleos se compensará con nuevos puestos de trabajo

¿Acabarán los robots con los puestos de trabajo actuales? La revolución 4.0 sigue avanzando lentamente en el tejido empresarial español y la duda sobre el empleo del futuro cada vez es más grande. No obstante, nueve de cada diez personas creen que la inteligencia artificial tendrá un impacto positivo en la economía, según un estudio de Adecco y el Instituto Cuatrecasas de Estrategia Legal de RRHH.

La inteligencia artificial es la clave de esta nueva revolución industrial es una ola que llegará más pronto que tarde para la mayoría de los encuestados en este informe. Si se focaliza en los directores de recursos humanos, tres de cada diez afirma que esta ola ya ha llegado.

«El trabajo rutinario va a ir desapareciendo poco a poco, lo que no significa que desaparezca el trabajo humano. Nos referimos, más bien, a una redefinición del trabajo, de la educación y de la lógica económica. Todo lo que no puede ser automatizado cobrará, si cabe, más importancia: las emociones, la intuición, la creatividad, la imaginación, la empatía o los valores», señala Guillermo Tena, director del Instituto Cuatrecasas.

Sin embargo, existe una opinión mayoritaria acerca de los principales efectos de la implementación de esta tecnología en el mundo laboral. El 74% de los expertos en recursos humanos está convencido de que la inteligencia artificial no supondrá un peligro para los trabajadores.

Los expertos aseguran que la llegada de la inteligencia artificial acabará con muchos puestos de trabajo, pero siete de cada diez expertos consultados en el estudio señalan que esa destrucción se verá «claramente compensada» por la creación de otros nuevos.

Además, el 61% de los expertos en recursos humanos considera que la adaptación de la plantilla a la Inteligencia Artificial dependerá de la edad y la formación de cada uno. El 24%, incluso, cree que, más allá de factores como la edad o el sexo, la adaptación va a ser complicada en todos los casos. El 16% es más positivo y considera que esa «transición» será fácil puesto que la llegada de la Inteligencia Artificial simplificará su trabajo.

Fuente: https://www.diariosur.es/tecnologia/internet/inteligencia-artificial-amenaza-20180914180322-ntrc.html

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Pobreza y desigualdad en América Latina

Redacción: El Día

La pobreza y desigualdad social son los principales factores que afectan la primera infancia en la región, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) .

Claudia Robles, responsable de la División de Desarrollo Social de la Cepal, destacó en una cumbre en Ecuador que las desigualdades en oportunidades provocan la desnutrición crónica en niños menores de 5 años, según el nivel educativo de la madre.

Guatemala es el país con el mayor índice de desnutrición en América Latina, según el informe divulgado por la experta, que detalla que Uruguay encabeza la desigualdad en oportunidades de desarrollo con impactos a lo largo del ciclo de vida entre niños de tres a cinco años.

La situación de vida de la madre es la clave para el desarrollo del niño. Un tercio de las mujeres no tienen ingresos propios, no ejerce derechos al trabajo, educación, salud y seguridad social.

Esto se suma a la pobreza y desigualdad en América Latina que obstaculiza la posibilidad de que mujeres jóvenes se eduquen, trabajen y reciban remuneraciones, señala.

Estos fenómenos afectan directamente a la primera infancia de un niño, señala el informe.

La experta detalló que se debe generar políticas integrales de cuidado para que madres y niños accedan a servicios de calidad, y señaló que se debe reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social.

En el encuentro participan expertos nacionales y extranjeros, quienes pretenden identificar la organización, responsabilidades y acuerdos institucionales necesarios para la aplicación en el país de la llamada “Misión Ternura”.

Esta estrategia, que forma parte del Plan gubernamental “Toda una Vida”, está dirigida a la primera infancia, que abarca desde el momento de la gestación hasta los 4 años y 11 meses de vida de un niño.

Fuente: https://www.eldia.com/nota/2018-7-4-1-10-11-pobreza-y-desigualdad-en-america-latina-opinion

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El maestro de los «pies descalzos»

Autor: Diario El Clarín

Sanjit Bunker Roy decidió fundar en 1972, en un rincón de su patria, el Barefoot College, una universidad para los pobres.

Después de haber estudiado en los mejores y más exclusivos colegios de India, su país natal, “con el mundo rendido a sus pies” y una carrera tradicional a la vista, asistió a la peor hambruna de Bihar, en su tierra, abrió los ojos, vio morir a gente de hambre y decidió retribuir algo de lo que había recibido en su vida; para estupor de su familia, se fue a vivir a una aldea. Con una filosofía inspirada en el Mahatma Gandhi, Sanjit “Bunker” Roy, emprendedor social y educador, decidió fundar, allá por 1972, en el pueblo de Tilonia,en Rajasthan, un rincón de su patria, el Barefoot College, la Universidad de los Pies Descalzos. Nada más y nada menos, en sus palabras, que una universidad para los pobres.

Elegido en 2010 por la revista Time entre las 100 personalidades más influyentes del mundo por su trabajo con los analfabetos y semi analfabetos de poblaciones rurales de India, él mismo explicó, en una charla TED, el motor que impulsó su creación: “Entré en contacto con el saber y las técnicas más extraordinarias que tiene la gente muy pobre, que nunca son parte de la tendencia general, que no se identifica ni respeta”. Inicialmente centrado en la provisión de agua e irrigación en zonas de sequía, el proyecto pronto pasó a trabajar en el empoderamiento y la sustentabilidad. En el college son bienvenidos quienes desarrollan trabajos manuales, tienen noción de la dignidad del trabajo y demuestran poseer alguna habilidad para ofrecer y brindar un servicio a la comunidad. Construido por doce arquitectos “descalzos”, que no sabían leer ni escribir y se alzaron con el Premio Aga Khan de Arquitectura en 2002, tienen cabida allí quienes quieran desarrollar una idea, más allá de los resultados; también los fracasos se admiten. Un grupo de mujeres “impermeabilizó” la terraza, con una mezcla de elementos cuya fórmula no quieren compartir pero que hizo que no se filtrara una gota desde su fundación; un hombre con apenas ocho años de educación primaria instaló toda la red de paneles solares y, después de que un silvicultor experimentado descartara la posibilidad de lograrlo, un anciano de la aldea sugirió qué hacer para convertir la tierra árida donde erigió su establecimiento en un lugar poblado de verde.

Desde los inicios del college cientos de hombres y mujeres carentes por completo de educación tradicional, que apenas saben leer y escribir en muchos casos y no tienen posibilidad de conseguir un empleo formal, han sido instruidos para desempeñarse como maestros, dentistas, parteras, carpinteros, comunicadores, artesanos, herreros, profesores de informática, entre tantos otros. Uno de los principios que suele repetir Roy es “escuchen a la gente de los pueblos, son ellos los que tienen todas las soluciones del mundo”. Y ha puesto un foco curioso: las abuelas. “Ellas poseen las raíces más profundas, no tienen ansias de correr hacia nuevos horizontes. Con las abuelas el proyecto estará seguro”, explica. Jactándose de que la suya es la única universidad donde los profesores son alumnos y los alumnos, profesores, rastreó abuelas en Sierra Leona, Gambia, Afganistán y Cachimbo, en México, lugares donde casi todo estaba por hacerse. De este último territorio, cuatro fueron las mujeres que se formaron con los “pies descalzos”. Al cabo de seis meses de preparación, volvieron a su tierra natal convertidas en ingenieras solares y lograron el “milagro” de dar luz a su pueblo.Otra abuela iletrada es responsable de la salud bucal de siete mil chicos en Tilonia; mujeres fueron quienes construyeron la cocina solar de la que salen 120 comidas al día, y cientos de mujeres rurales replican el ejemplo, en India y en otras partes del mundo, egresadas de la particular facultad fundada por Roy.

 Una frase de Gandhi guía sus pasos: “Primero te ignoran, luego se ríen de ti, después te atacan, y entonces ganas”. Lecciones para atender, del maestro de los “pies descalzos”.

Fuente: https://www.clarin.com/opinion/maestro-pies-descalzos_0_H1jLa6NWm.html

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El examen más duro del mundo: viaje al pueblo chino donde estudian 16 horas al día

China/09 de Junio de 2018/El Confidencial

Cada año deja imágenes impactantes, como la de los estudiantes de Hubei con catéteres para inyectarse aminoácidos intravenosos. Así se prepara el «gaokao», el examen más duro del mundo

Las calles aledañas al Instituto de Maotanchang están tiznadas por el polvo rosado que dejan las barras de incienso al consumirse. Un grupo de mujeres enciende una mecha, une con serenidad las manos, agacha la cabeza, cierra los ojos y recita unas bendiciones. A solo unos días del “gaokao”, la prueba de acceso a la universidad en China, en este pueblo, célebre por su estricta institución educativa, las madres rezan porque el esfuerzo de estos años haya merecido la pena. Sus hijos llevan recluidos en esta escuela tres años -los que no aprueban a la primera, cuatro-. Estudian 16 horas al día cada día de la semana. Llegó la prueba definitiva.

Cada 7 y 8 de junio, 9,75 millones de estudiantes chinos -el equivalente a toda la población de Finlandia y Croacia juntas- compiten, durante dos días, por una plaza en las mejores universidades del país. Solo unos puntos sentencian quienes acudirán a centros de excelencia y quienes a las mediocres. No es baladí en un país en el que existen 3.000 universidades y solo nueve entre las 200 primeras del ranking de Shanghái.

Para millones de familias chinas conseguir que su hijo estudie una carrera es la única manera de escapar de la pobreza e invierten toda su energía y ahorros para lograrlo. Muchos prueban suerte en Maotanchang.

“Llevamos 13 años preparándonos. He tenido una vida dura pero tengo una buena familia, me han dado educación». Saca el cuaderno y escribe en inglés: “DREAM (sueño)»

El instituto, en un recóndito pueblo en las montañas de Anhui, está ubicado lo bastante lejos de cualquier distracción. Solo un minibús, abarrotado de agricultores y madres, lo conecta con la ciudad más próxima, Lu’an, a 68 kilómetros. Entre el rugido de los camiones, la carretera sortea estanques de loto, huertos, tractores, relucientes invernaderos y encharcados campos de arroz salpicados por espaldas encorvadas de las que asoman sombreros cónicos de caña.

Si en China hay municipios especializados en la fabricación de árboles de Navidad o cremalleras, Maotanchang vive en torno a los 20.000 estudiantes que se preparan para el “gaokao”.

Una hilera humeante de puestos de salchichas, tortitas y verduras aguarda ansiosa los escasos recreos de los alumnos. A las 17:05 exactas, una avalancha de adolescentes exhaustos abandonan la escuela y compran comida. Visten uniforme. Un chándal azul y blanco con unas letras en la espalda que rezan en inglés: I believe it I do it(Lo creo, lo hago). No pueden entretenerse. Apenas tienen 15 minutos.

Tres estudiantes durante la breve pausa para la comida en Maotanchang. (L.G. Ajofrín)
Tres estudiantes durante la breve pausa para la comida en Maotanchang. (L.G. Ajofrín)

“Nos levantamos a las 6, la primera clase es las 7 de la mañana y la última a las 11 de la noche”, admite, tímido, en inglés, un joven de gafas redondas, mientras apura un té helado en una de las cafeterías que han emergido frente al instituto. En la calle principal, hay establecimientos de comida rápida, tiendas de libros de texto, farmacias y puestos de incienso. Uno de sus compañeros dice que cuando pase el examen quiere ver películas, otro dormir, otra comer mucha carne. En las calles colindantes, se apilan pequeños talleres, con maquinas de coser y mujeres, más mujeres.

La mayoría de estudiantes de Maotanchang se traslada al pueblo con su madre. Para costearse la estancia, muchas de ellas trabajan en los talleres de costura. El auge de la escuela ha disparado el precio del alojamiento en el pueblo. Un apartamento minúsculo asciende a los 20.000 yuanes por semestre (unos 450 euros mensuales, lo mismo o más que en algunas de las grandes ciudades chinas). Huafang Chen trabaja en un hotel para financiar los estudios de su hija Weiting Sun, de 19 años. Proceden de Shanghái. Se han mudado al municipio las dos. El padre trabaja en una empresa de construcción en la ciudad. Aprovechan los ratos que tienen juntas los domingos (tres horas) y las noches previas al examen, cuando los estudiantes salen para lanzar linternas al cielo y pedir que les ilumine.

El insólito número de mujeres en este municipio chino también provoca imágenes llamativas. Como por las tardes, cuando decenas de ellas se reúnen en una plaza junto al río, encienden un altavoz a todo volumen y bailan. El “baile de la plaza” (“guǎngchǎng wǔ»), como se conoce al grupo de personas que se reúnen en los parques de China para bailar, aquí congrega a multitudes.

En China, no solo la vida de los jóvenes gira entorno al “gaokao”, también la de sus padres.

Tantas universidades como Starbucks

“Céntrate en el proceso, no en las consecuencias; el proceso se puede cambiar pero las consecuencias no”. Es el consejo que el padre de Zhon Zheng Ting le da a sus hijo de 18 años, a pocos días de una de las pruebas más importante de su vida.

A Zhon le gustaría ser profesor de Química e investigar. “Lo sé desde los 16 años, cuando conocí a una profesora de la que aprendí mucho, no solo de las asignaturas sino de la vida. Ella me aconsejó que estudiara Química”, explica el joven, en un inglés que pronuncia con esmero. Viste camiseta blanca, pantalón de chándal, mochila y un cuaderno para apuntar las palabras que no entiende de la entrevista. De la Química, le apasionan “algunos fenómenos”: “Por ejemplo cuando pones NA (sodio) en agua, es sorprendente”. Dice que en su escuela solo realizan experimentos sencillos “pero sé que hay universidades en las que hacen muchos experimentos, por eso también quiero entrar en una buena”, aclara, sonriente, mientras bebe su cappuccino.

Zhon Zheng estudia de lunes a viernes interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. (L.G. Ajofrín)
Zhon Zheng estudia de lunes a viernes interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. (L.G. Ajofrín)

La entrevista tienen lugar días antes del examen, en uno de los más de 600 Starbucks de Shanghái. En la tierra del té se abre una cafetería de esta cadena cada 15 horas; ya hay 3.000. Puede servir como indicador económico que en China ya hay la misma colosal cifra de Starbucks que de universidades –abren un nuevo centro cada semana-. Zhon ha elegido este lugar porque se encuentra al lado de la academia extraescolar -conocidas como “Bǔxí bān”- en la que prepara Inglés los sábados. De lunes a viernes, estudia interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. Después de la entrevista, le queda otra clase. Cuando no estudia, juega el baloncesto y ve películas.

El examen más estricto del mundo

El “gaokao” examina tres asignaturas obligatorias: Matemáticas, Chino y Lengua extranjera y una optativa de Ciencias o Humanidades. Dura dos días. Puntúa en una escala de 750 puntos. Incluye ejercicios tipo test, completar espacios en blanco y ensayos. En 2017, pidieron a los estudiantes que escribieran un texto de al menos 800 palabras sobre una conversación entre científicos de “cómo hubiera reaccionadoThomas Edison ante el teléfono móvil si apareciera en el siglo XXI?”, recuerda la revista ‘That’s Beijing’.

En el libro de 2018 para preparar Inglés -que hemos adquirido en Maotanchang- hay textos sobre el “Lenguaje corporal”, “El Sentido de humor inglés”, “Los parques”, “Los científicos”, “El Arte”, “Los Poemas” o “Una vida saludable”. Un error en una pregunta puede echar por tierra años de trabajo.

El curso previo al examen es decisivo. Existe mucha presión. Cada año deja imágenes impactantes, como la de los estudiantes del instituto Xiaogan No. 1 de Hubei, que en 2012 subieron a Internet fotos de la clase, con mesas abarrotadas de libros y catéteres para inyectarse aminoácidos intravenosos y recuperar la energía sin perder ni un segundo.

“Llevamos 13 años preparándonos para este examen -continúa Zhong- es muy importante, puede cambiar la vida de mucha gente”. “Si saco una buena nota, entraré en una buena universidad y tendré más oportunidades que otros estudiantes”. Dice que su padre le ha motivado mucho, es conductor. “Hemos tenido una vida dura pero tengo una buena familia, no sé cómo explicarlo…”, titubea. “Me han dado una buena educación. Es suficiente. En definitiva… -saca el cuaderno y escribe en inglés: “DREAM” (sueño)-”.

EDUARD FERNÁNDEZ. PEKÍN

“Europa cree en el talento, China en el trabajo”

“En Occidente se cree en el talento; en China, que cada niño puedo lograrlo con trabajo duro”, sentencia a El Confidencial, la periodista Leonora Chu, autora del libro ‘Little Soldiers’ (Soldaditos), en el que analiza el sistema educativo chino desde su doble perspectiva (Oriente/Occidente), como hija de inmigrantes chinos que ha pasado casi toda su vida en Norteamérica y ahora como madre de un niño nacido en Norteamérica, de padre norteamericano, que ingresa en una escuela pública china, tras mudarse a Shanghái. Insiste en que “sacamos conclusiones demasiado rápidas” sobre un sistema tan grande y complejo: “Si lees los titulares de los periódicos, están muy polarizados: ‘La educación china es terrible’ o ‘la educación china es genial; deberíamos hacer como ellos”, continúa. En China estudian 260 millones de jóvenes y dan clase 15 millones de profesores, según la OCDE.

Paradójicamente, en el año 2000, cuando Chu, su marido y si hijo se mudaron a Shanghái, China debutaba en la evaluación internacional sobre competencias de la OCDE entre niños de 15 años, PISA. Lo hacía representado por Shanghái con sorprendentes resultados y liderando todas las materias: 613 puntos en Matemáticas (el siguiente en la lista, Singapur, obtuvo 573, muy lejos de España con 484 o Estados Unidos, con 481); 580 en Ciencias (el siguiente en las lista, Hong Kong, obtuvo 555 puntos, lejos de los 497 de EEUU y 496 de España) y 570 en habilidad lectora (el siguiente, Hong Kong consiguió 545 y EEUU y España, 498 y 488, respectivamente).

Estudiantes gritan durante una convocatoria antes del gaokao, en un instituto de Anyang, en la provincia china de Henan. (Reuters)
Estudiantes gritan durante una convocatoria antes del gaokao, en un instituto de Anyang, en la provincia china de Henan. (Reuters)

“¿Cree que los rankings que comparan países tan distintos están cambiando la forma en la que entendemos la educación y convirtiéndola en una competición?”, preguntamos a la autora de ‘Little Soldiers’. “No sé si trata tanto de que la OCDE está haciendo esos rankings o de que la gente quiere eso. Ocurre lo mismo con las noticias y periódicos respondiendo a lo que quiere la audiencia. Lo que creo que no ayuda es que la gente use estos rankings para decir qué sistema es mejor, porque si lo analizamos, la realidad es mucho más compleja. Finlandia es un país desarrollado de cinco millones de habitantes, y China es un país en desarrollo, con 1.300 millones de personas, en el que hace 50 o 60 años, cuatro de cada cinco ciudadanos no sabía leer. ¿De verdad puedes compararlos? Creo que estas evaluaciones pueden ofrecer información útil dependiendo de cómo las uses, si lo haces de una manera constructiva”, asegura.

Existen muchos elementos que participan en la realidad educativa: Chu habla del ‘hukou’, el registro de los ciudadanos chinos por el lugar de nacimiento que dificulta que residan, estudien o trabajen en otros sitios, especialmente si han nacido en las zonas rurales. “Si hubiese un equivalente en Estados Unidos, a mí me habrían obligado a los 15 años a mudarme a mi lugar de nacimiento, en Filadelfia, para asistir al instituto, aunque no conociera a nadie en la ciudad”, explica. “Más que eso, los exámenes de acceso varían en contenido dependiendo de dónde se hacen y las universidades adjudican más vacantes a algunas provincias”, añade.

El «gaokao» es la herencia del «jinshi», una especie de oposición imperial. La competencia era feroz pero aprobarlo implicaba entrar a formar parte de la burocracia

En su libro, Chu también se refiere a las graves diferencias entre el campo y la ciudad, a veces con niños que se crían solos porque los padres trabajan en condiciones míseras a kilómetros de distancia (el documental ‘Down from the Mountains’, ganador del World Press Photo de 2018, narra su historia). Se calcula que unos 9 millones de niños de las zonas rurales de China viven solos o al cuidado de otros familiares. O a la feroz competitividad y las muchas horas de estudio, extraescolares y deberes de niños sin infancia son otros de los retos que el vasto sistema educativo chino tiene pendiente.

Dice Chu que “podemos fijarnos en eso y criticarlo o aprender de lo bueno”. En su caso, prefiere lo segundo: “Yo me quedo con que aquí el trabajo duro compensa en clase”. “En Occidente existe una mayor tendencia a creer en los talentos y que esos talentos juegan su papel en las asignaturas académicas; en China, en general, no se cree eso, lo que quiere decir que cada niño que emprende el viaje educativo realmente cree que puede lograrlo con trabajo duro”, aclara. “O el respeto que se tiene por los profesores y por la educación en China; no tiene parangón”.

En cuanto a los retos del sistema educativo chino, Chu admite que “la presión es muy alta, los niños pasan tantas horas estudiando, ese es un hecho, todo el mundo lo sabe, pero cuando tratas de reducir esa presión tienes que buscar otra manera de seleccionar: ¿evaluaciones, cartas de recomendación…?”.

Estudiantes la tarde antes del 'gaokao' en un instituto de Handan, en la provincia de Hebei. (Reuters)
Estudiantes la tarde antes del ‘gaokao’ en un instituto de Handan, en la provincia de Hebei. (Reuters)

El legado de la oposición imperial

Las vidas que giran en torno a un examen, en China no son un fenómeno reciente. El “gaokao” fue instaurado en 1952, se suspendió en 1966 durante la Revolución Cultural -que envió a los jóvenes a las comunas rurales- y se recuperó en 1977. Pero la cultura del examen en esta parte del mundo es milenaria. El profesor Kai-ming Cheng, catedrático de Educación en la Universidad de Hong Kong y anterior decano de Educación, usa el término “culturas palillos” para referirse a todos los países que comparten dos características: comen con palillos y durante siglos se enfrentaron al examen imperial: Corea, China continental, Hong Kong, Japón, Taiwán, Macao y Vietnam.

Hoy, el «gaokao» es, en parte, la herencia del «jinshi», “la madre de todos los exámenes”, como lo denomina la autora de ‘Little Soldiers’, una especie de oposición imperial que existió en China -y después en otros países de Asia oriental- desde el siglo VII d.C hasta comienzos del siglo XX (durante unos 1.300 años) al que cualquier varón, sin importar su origen, se podía presentar. La competencia era feroz pero aprobarlo implicaba entrar a formar parte de la burocracia imperial y cambiar tu destino y el de toda la familia. Aquello hizo calar a fondo la meritocracia pero también asentó la idea de que enseñanza y examen iban de la mano. Chu alude a un refrán popular: “En China se dice que se valora al que ‘chiku’ (come amargo)”.

El día decisivo: exámenes vigilados con drones

Cada 7 y 8 de junio, el «gaokao» se convierte en un evento multitudinario que congrega a millones de padres frente a las puertas de los centros donde se celebra la decisiva prueba. Cada año se perfeccionan las medidas para evitar trampas como el reconocimiento facial y de huellas digitales, drones o dispositivos para bloquear la señal de los teléfonos móvilessegún la agencia Reuters. La suerte está echada… Los resultados se conocerán el 23 de junio.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-06-07/viaje-al-pueblo-chino-donde-estudian-16-horas-al-dia_1574814/

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Japón: Legisladores japoneses estiman que «los niños es cosa de mujeres»

Japón/29 de mayo de 2018/Por: Agencia AFP/ Fuente: http://www.ahoranoticias.cl

El 40% de los japoneses de ambos sexos dicen estar de acuerdo con la idea de que las mujeres cuiden el hogar mientras los hombres trabajan fuera

Las críticas al gobierno japonés llovían de todas partes el martes luego de que legisladores del partido en el poder afirmaran que las mujeres deben quedarse junto a sus bebes o que las jóvenes casadas deben dar a luz a al menos tres niños.

Koichi Hagiuda, miembro del Partido Liberal Demócrata (PLD) de la derecha gobernante, desencadenó una tormenta el domingo al estimar que los niños prefieren ser criados por la madre, antes que por el padre.

«Necesitan un entorno en donde puedan quedarse con su madre (…) si les preguntan a un niño de menos de tres años cuál de los padres prefiere, la respuesta en la mayoría de los casos es ‘mamá’, aunque no haya estadísticas que lo prueben», declaró Hagiuda de 54 años.

Otro legislador del mismo partido, Kanji Kato, había afirmado hace unos días que las jóvenes parejas deben tener tres hijos, al menos, para el bien de la nación.

Estas declaraciones entran en total contradicción con la voluntad del gobierno de ayudar a las mujeres a ejercer una actividad exterior e incitar a los hombres a participar aún más en la educación de los niños.

Declaraciones «intolerables», dijo indignado Yukio Edano, líder del Partido Demócrata Constitucional de la centroizquierda japonesa. «Hay muchas parejas que no llegan a procrear y muchos hogares en donde el padre cría sólo a los niños. ¿No lo sabían?», subrayó.

Según un estudio del gobierno de 2016, 40% de los japoneses de ambos sexos dicen estar de acuerdo con la idea de que «las mujeres deben cuidar el hogar mientras que los hombres trabajan fuera».

Fuente de la Noticia:

http://www.ahoranoticias.cl/noticias/mundo/225608-legisladores-japoneses-estiman-que-los-ninos-es-cosa-de-mujeres.html

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Más de 1,700 jóvenes salvadoreños dejaron de ser ninis en 2017

El Salvador/17 de Mayo de 2018/El Mundo

El 26.6 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años no estudia ni trabaja, según la Digestyc.

Los datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc) señalan que en 2017, más de 1,700 jóvenes dejaron de ser ninis, es decir, que no estudian ni trabajan.

La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM)  de 2017 estima que 357,969 jóvenes de entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan, representando el 26.6 % del total de personas con estas edades.

Respecto a 2016, la población nini, no obstante, mostró una reducción. En ese año, la EHPM estimó que habían 359,670, es decir, 1,701 más que en 2017.

En El Salvador, el rostro de esta problemática es femenino. El 38.4 % de las mujeres entre 15 y 24 años correspondió a ninis en 2017, frente al 37.7 % registrado en 2016. Mientras tanto, la incidencia en los hombres es del 14 % e incluso se redujo en comparación con el año anterior, cuando llegó al 14.6 %.

Un estudio de la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo) señaló que las mujeres tienden a abandonar sus estudios y oportunidades laborales porque se les impone la responsabilidad de las tareas del hogar.

El fenómeno de los ninis también afecta más a los jóvenes que pertenecen a hogares con ingresos más bajos, ya que el porcentaje de ninis es de 48.5 % en el quintil de menor ingreso, mientras que en el quintil con mayor ingreso es de 14.2 %.

Fuente: http://elmundo.sv/mas-de-1700-jovenes-salvadorenos-dejaron-de-ser-ninis-en-2017/

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