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Entrevista a Frei Betto: “Las izquierdas latinoamericanas debemos pensar por qué los más pobres ya no nos apoyan tanto”

Entrevista/10 Enero 2018/Autora: Stephanie Demirdjian/Fuente: La diaria

Fraile dominico brasileño y referente de la teología de la liberación.

La vida del fraile y teólogo brasileño Frei Betto está marcada por hitos de todos los colores y formas desde el día en que nació, hace 74 años, en la ciudad brasileña de Belo Horizonte. Militó en la Juventud Estudiante Católica, trabajó como periodista, se unió a la orden de los domínicos, fue encarcelado y torturado por oponerse a la dictadura militar, estudió teología, filosofía y antropología, y fue asesor de varios gobiernos progresistas de América Latina, incluido el primer mandato del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

En el medio, escribió más de 50 libros de diferentes géneros literarios –desde novelas hasta ensayos– y se convirtió en uno de los principales referentes brasileños de la teología de la liberación, una corriente del pensamiento cristiano que consiste en “ver el mundo desde los ojos y el sufrimiento de los pobres”, como el propio fraile lo ha definido más de una vez.

De visita en Uruguay, Frei Betto conversó con la diaria sobre las razones de la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro, que el 1º de enero asumirá como presidente de Brasil. Al mismo tiempo, habló sobre la “autocrítica” que tiene que hacer el Partido de los Trabajadores (PT) para reconstruirse en este contexto y cómo impacta en la política la influencia de las iglesias evangélicas. Acerca de la teología de la liberación, fue bastante claro: sigue viva en espíritu pero, en la práctica, perdió terreno.

¿Qué lectura hace del triunfo de Jair Bolsonaro, a un mes de que se celebraron las elecciones presidenciales en Brasil?

El triunfo de Bolsonaro se ha dado por cuatro factores. El primero es el antipetismo, que ha sido muy fuerte en Brasil por la manera en la que se intentó explotar los casos de corrupción que efectivamente hubo en el partido. Son casos excepcionales pero graves, y el partido nunca hizo una autocrítica pública, entonces la oposición supo explotar esto y creó una ola antipetista. No es que la gente prefiera a Bolsonaro, la gente prefiere a cualquiera que no sea del PT. Esto tuvo lugar dentro de una conspiración para encarcelar a Lula; este es un segundo factor. No hay pruebas contra Lula, hay pruebas contra otros líderes del PT, que fueron sancionados y algunos dimitieron, como Antonio Palocci, que fue ministro de los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff. Pero contra Lula no. Entonces, como Lula tenía mucho prestigio y estaba garantizado que ganaría en estas elecciones, se trató de ponerlo en la cárcel, y ahora el juez que lo hizo [Sérgio Moro] ha sido recompensado por Bolsonaro y nombrado ministro de Justicia. Esta es la prueba de que se trató de una conspiración. Otro factor es la influencia de las iglesias evangélicas, las únicas que hacen un trabajo de base con el pueblo. En los 13 años de gobierno del PT no hemos hecho este trabajo, no hemos tratado de hacer la alfabetización política de la gente sencilla, mientras que las iglesias evangélicas sí lo hicieron. El papel de esas iglesias neopentecostales es garantizar que los pobres soporten la pobreza. Entonces son como un rebaño de corderitos, de ovejitas que aceptan la palabra del pastor como si fuera la palabra de Dios. Es una forma terrible de opresión, de servidumbre voluntaria, pero que tiene mucha fuerza en Brasil, incluso fuerza política. Las iglesias evangélicas tuvieron su peso en la elección de Bolsonaro y tienen una bancada parlamentaria muy fuerte. El cuarto factor es la manipulación de las redes digitales, que ahora plantean un problema grave para la democracia. ¿Qué significa “democracia” si las manipulaciones que hace un hombre como [Steve] Bannon desde Estados Unidos ya han influido en las elecciones de 50 países del mundo? Incluso en la elección de Donald Trump, en el brexit en Reino Unido y ahora en la victoria de Bolsonaro en Brasil. También hay que tener en cuenta que Bolsonaro tuvo 47 millones de votos y hay 30 millones de brasileños que no votaron, entre abstenciones, votos en blanco y nulidad. Pero por la ley y la democracia de Brasil ahora Bolsonaro es el futuro presidente y forma un gobierno de carácter fascista, de militares, y que tiene un discurso antidemocrático. De la elección de Bolsonaro también es responsable la cobardía del sistema judicial brasileño, porque tendría que haberlo sancionado por las cosas absurdas que ha dicho durante la campaña, como defender la tortura u ofender a los homosexuales y a las mujeres. Pero todo se soportó en la Justicia, sin ninguna sanción. Eso facilitó su proyección.

¿A qué atribuye el crecimiento de las religiones evangélicas en Brasil, tanto en cantidad de fieles como en los espacios de poder político?

Lo atribuyo a varios factores. Primero, los dos pontificados conservadores de la iglesia católica, el de Juan Pablo II y el de Benedicto XVI, no valorizaron nuestro trabajo en las bases populares con las comunidades eclesiales de base. Al contrario, hubo mucha sospecha, mucha oposición y un cambio de obispos y curas que apoyaban este trabajo, entonces muchos fieles de las comunidades eclesiales de base emigraron a las iglesias evangélicas. Además, no se sentían bien en las misas católicas, que generalmente son muy buenas para las capas medias y altas. Pero tú, fiel, dueña de una empresa, vas a la misa y difícilmente vas a encontrar a un empleado tuyo ahí, o al portero de tu edificio, o al chofer de tu auto. Esa gente va a la iglesia evangélica. La iglesia católica no ha sabido dar apoyo ni valorar. También el clericalismo que hay en la iglesia católica –todo está centrado en la figura del cura– ha dificultado mucho nuestro trabajo. Los curas no viven en las favelas, pero los pastores sí, entonces ese acercamiento conquista a la gente. Otro factor tiene que ver con una mística interna de que “un hermano vota a un hermano”. Es decir, un evangélico, cuando va a votar, tiene que votar a otro evangélico. Por eso Bolsonaro, que es de tradición católica, se hizo bautizar en la Asamblea de Dios, que es una confesión protestante de carácter pentecostal. Con mucha inteligencia, fue a tratar de convertirse en evangélico para merecer también ese voto.

Durante la campaña electoral, Bolsonaro presentó una agenda que –entre otras cuestiones– amenaza con criminalizar los movimientos sociales. En este contexto, ¿qué perspectiva de acción y movilización tienen?

Los movimientos sociales van a seguir con sus luchas. Seguramente va a haber más represión, prisión de sus líderes y mucha agitación en Brasil, porque Bolsonaro va a querer traspasar los límites constitucionales. La Constitución garantiza, por ejemplo, el derecho a la protesta o a la organización popular, pero para él todo eso va a estar encuadrado en la ley antiterrorismo de Brasil, que lamentablemente es una ley de un gobierno del PT, el de Dilma. Los movimientos sociales van a ser caracterizados como movimientos terroristas, al menos él en su discurso lo planteó así. Hay que esperar para ver si eso ocurre. De acá a un mes vamos a poder evaluar por dónde va este gobierno.

¿En qué posición queda ahora la izquierda en Brasil y, particularmente, desde qué lugar empieza a reconstruirse el PT?

El PT tiene que pasar por una autocrítica. Tiene que poder decir “nosotros hemos avanzado en muchas cosas, los logros son más importantes que los fracasos, pero nos hemos equivocado en este, este y este punto”. También tiene que sancionar a sus militantes que efectivamente metieron la pata en la corrupción. Si no pasa eso, nadie va a creer en esta autocrítica. La izquierda tiene que buscar algo como lo que han logrado en Uruguay con el Frente Amplio. Tenemos que encontrar una manera de unirnos contra esta ofensiva fascista que va a venir. Para eso hay que trabajar mucho, porque no podemos pensar en los desacuerdos que tenemos con el otro.

¿Cómo se ve actualmente en Brasil la figura de Lula?

Es muy respetada. La gente tiene memoria de que los dos mandatos de Lula fueron muy buenos; tanto es así, que salió del gobierno con 87% de aprobación. La gente hace una distinción entre Lula y el PT. El PT ya está viejo, metió la pata –o las manos– y tiene sus problemas, pero Lula es otra cosa. La gente sabe distinguirlo, y eso hace que él sea muy querido todavía por el pueblo.

¿Cree que su liderazgo va a sobrevivir al gobierno de Bolsonaro?

Creo que sí, porque mi expectativa es que el gobierno de Bolsonaro va a ser un desastre y mucha gente que lo votó va a estar arrepentida. Eso va a reforzar el liderazgo de Lula.

¿Ha hablado con él después de las elecciones?

No, después no. Fui a visitarlo a la cárcel antes de las elecciones y ahora voy a ir antes de Navidad. Tengo noticias, por la familia y por amigos que lo visitan, y sé que está muy bien, de buen ánimo. Indignado, porque está encarcelado, porque no pudo participar en las elecciones, por todas las injusticias y las acusaciones falsas que le hacen, pero está firme desde el punto de vista mental y espiritual.

¿Qué lugar tiene la teología de la liberación en el Brasil actual?

La teología de la liberación sigue viva ahora en Brasil, después de un largo período de pontificados conservadores que no han valorado esta línea pastoral. Ahora sí se valora, sobre todo porque el papa Francisco está muy identificado con las tesis de la teología de la liberación. Hay un nuevo aliento, la teología de la liberación vuelve a ser muy importante para la fe cristiana, para los movimientos de iglesias, para entender la relación entre la Biblia y la realidad que vivimos, entonces estamos en un nuevo momento de ofensiva en ese sentido. Pero hemos perdido mucho espacio.

¿Ese espacio se perdió en detrimento de las religiones evangélicas?

Exactamente. Perdimos espacio en la base, pero no desde el punto de vista teórico, porque seguimos avanzando y tratando nuevos temas, como la ecología, la innovación tecnológica, la astrofísica, una teología feminista muy avanzada, también una teología indígena.

En la coyuntura política actual, de avance de las derechas en la región, ¿cuál es la autocrítica que deben hacer las izquierdas latinoamericanas?

Debemos hacer una autocrítica en el sentido de por qué la gente más pobre ya no nos apoya tanto. ¿En dónde nos hemos equivocado? ¿Será que nos faltó hacer alfabetización política? ¿Será que dejamos que la economía dependiera demasiado de las importaciones de commodities? ¿No creamos suficiente mercado interno? ¿Será que hemos trabajado demasiado en la dimensión cultural y artística? Todas esas son cuestiones que tenemos que valorar ahora.

La semana pasada, en el Foro Mundial del Pensamiento Crítico celebrado en Buenos Aires, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dijo que habrá una “noche oscura” en la región, pero que no será larga porque “el neoliberalismo está agonizando”.

Yo no comparto tanto este optimismo de Linera. Creo que el capitalismo tiene mucha capacidad de sobrevivir de distintas maneras. Yo soy de una generación que ha creído que asistía al velorio del capitalismo unas diez veces, y no pasó. Al contrario, sigue cada vez más hegemónico, sobre todo después de la caída del muro de Berlín. Entonces yo creo que tenemos que repensar nuestra manera de enfrentar este sistema, y hay que enfrentarlo por la organización de base. Tenemos que crear un nuevo modelo de sociedad dentro del propio capitalismo basado en la economía solidaria, las luchas de protección ambiental, el buen vivir de los indígenas. Es decir, hacer espacios democráticos populares socialistas desde la base que vayan minando cada vez más esta pirámide capitalista que tiene una desigualdad brutal.

Fuente e imagen: https://ladiaria.com.uy/articulo/2018/11/frei-betto-las-izquierdas-latinoamericanas-debemos-pensar-por-que-los-mas-pobres-ya-no-nos-apoyan-tanto/

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Jóvenes, limpieza, salud, cultura y trabajo

Por: Carlos Ornelas

Cuando usted viaja por carreteras, ferrocarril, camina por el lado de un río o un lago, o hasta cuando circula por las ciudades, quizá se llene de tristeza y vergüenza. ¡A mí me pasa! Por dondequiera veo montones de basura, verdaderos muladares compuestos por bolsas, botellas, papeles y más suciedad compuesta por deshechos de plástico. Más allá del daño ecológico, que es severo, la porquería genera un problema grave para el país en la economía, la sociedad, la salud y la cultura nacional.

Si bien cada vez atraemos más turismo, también es cierto que esa posibilidad merma cuando los visitantes observan las toneladas de mugre en los caminos y calles. Es un daño económico, pero es mucho más el perjuicio que causa en la sociedad, se hace costumbre y cada vez hay más indolencia; muchos ya no se quejan, al contrario, contribuyen y descargan sus sobras en la vía pública. Además de afear el paisaje y provocar disgusto, la inmundicia representa riesgos para la salud, en especial para menores, ancianos y para quienes habitan en zonas vulnerables. Y, por encima de todo, las pocilgas en el suelo simbolizan una cultura pobre. Un pueblo que no cuida de su salud ni su higiene deshonra la cultura que sus antepasados le heredaron. Nosotros estamos orgullosos de la cultura nacional, pero —literalmente— corremos el riesgo de tirarla a la basura.

Sé que no fue una de sus promesas de campaña, que la limpieza física de la nación no entra en los planes prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero si al término de su gobierno logra —y hay un potencial enorme para alcanzarlo— dejar un país libre de basura le dará más créditos a la Cuarta Transformación que a otros programas. Además, es un asunto que es difícil que otros lo impugnen.

Desde que alguna vez lo anunció como candidato y mostró admiración por los programas sociales del presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt, consideré que lo que hoy se denomina Programa Jóvenes Construyendo el Futuro era viable como motivo de legitimidad, sí, pero también que hacía frente a un problema real. Buena parte de nuestra juventud, en especial de los segmentos pobres, viven en la desesperanza o el ocio y sin perspectivas de futuro. Este programa les ofrece no nada más tres mil 600 pesos al mes, sino oportunidades de capacitación para el trabajo, crecer en su escolaridad o hacer alguna actividad productiva.

Me permito hacer una sugerencia al presidente López Obrador y a la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján. El programa para los jóvenes tiene propósitos loables, herramientas institucionales definidas y métodos de seguimiento. Está bien pensado. No obstante, su ejecución demanda de mucho talento y disciplina y que los establecimientos del sector privado cumplan, ya que a ellos se les encarga 70% de la responsabilidad de capacitación.

Propuesta: destinar más de 10% de las actividades vinculantes al sector social y organizar una campaña nacional por la limpieza, la salud y la cultura. Por un pueblo limpio, saludable y culto. Pueden organizarse brigadas de recolección de impureza en los espacios públicos, acompañados de una intensa campaña de educación en medios usando el tiempo del Estado. Al Presidente lo escucha mucha gente y puede marcar el comienzo del éxito. Cierto, implica gastos en logística y viáticos no contemplados en el presupuesto. Pues bien, puede hacer convenios con las empresas embotelladoras, de alimentos chatarra y otras productoras de la suciedad a que aporten en especie para esta cruzada nacional por una cultura de la pulcritud.

Paulo Freire conmina a los educadores a nunca perder la esperanza. Espero que alguien tome en cuenta esta idea y tengamos una vida limpia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/jovenes-limpieza-salud-cultura-y-trabajo/

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Batthyány: “López Obrador es una señal esperanzadora para la región”

Por: Adrián Murano.

 

Karina Batthyány es doctora en Sociología por la Univeriste de Versailles Saint Quentin en Yvelines, Francia. Coordina el Grupo de Sociología de Género del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (UDELAR, Uruguay) y es profesora Titular del Departamento de Sociología (FCS- UDELAR).

 

Sus líneas de investigación se vinculan a las desigualdades de género en el trabajo remunerado y no remunerado y el papel de las políticas públicas en la redistribución del trabajo. A principios de noviembre, en Buenos Aires, fue nombrada Secretaria General de Clacso, la organización académica que reúne al pensamiento crítico de América Latina y el Caribe. El contexto de su asunción no podía ser más desafiante: la región atraviesa una restauración conservadora que hizo cumbre en Brasil, con el triunfo de Jair Bolsonaro.

 

¿Qué rol puede ocupar Clacso en medio de la oleada de derecha que atraviesa América Latina?

Bueno a mí lo que me importa, lo que presenté como propuesta de trabajo, es reforzar el papel de Clacso, que fundamentalmente es producir y poner en contacto los pensamientos críticos de América Latina con el objetivo de la transformación social, que obviamente es ir hacia una América Latina y un Caribe más igualitario, con mayor respeto de los derechos, más democráticos. Ese es nuestro objetivo principal: los diálogos, las reflexiones, la producción de pensamiento, pero siempre con el objetivo de transformación social. En el actual contexto, este objetivo se vuelve particularmente desafiante, porque es un contexto en el que tenemos señales muy contradictorias, por un lado el neofascismo en Brasil, los gobiernos conservadores tanto aquí en Argentina como en Chile, Colombia… Pero también señales esperanzadoras como la asunción de López Obrador en México. y a mí me gusta rescatar también el proceso uruguayo, donde hace quince años tenemos un gobierno de izquierda además con una sólida base democrática y popular. Son señales contradictorias

¿La asunción de López Obrador encumbra a México como la nueva meca del pensamiento progresista en América Latina?

Es muy esperanzador, tenemos que fortalecer mucho el trabajo con México. Pero también pensar mucho las estrategias hacia Brasil, ver cómo apoyar a los centros miembros de Brasil que están pasando por un momento muy complejo debido al resultado electoral y a la próxima asunción de Bolsonaro. Por eso creo que Clacso tiene que hacer lo que siempre ha sido: la casa del pensamiento crítico en América Latina y el Caribe. Es el papel que tenemos que reforzar.

Mencionaba que el fenómeno Bolsonaro es contemporáneo al de López Obrador, figuras antagónicas que marcan el proceso de reversa que se vive en los países de la región. En el cono sur, con restauraciones conservadoras como las de Macri o Bolsonaro. En el norte, con el fin de una sucesión de gobiernos neoliberales y de derecha a manos de un referente de la izquierda regional como López Obrador. ¿Cómo se explican estos procesos de reversiones antagónicas?

El gran desafío que tenemos hoy en América Latina justamente es entender qué es lo que ha sucedido y cuáles son las alternativas a esto que ha sucedido y a estas señales que vienen del lado del retorno de la derecha en algunos países. Creo que todavía no tenemos todas las respuestas, por eso creo que debemos apoyar el trabajo de quienes estamos en el campo de las ciencias sociales para encontrar las respuestas y las alternativas.

Rescató, además de México, el proceso uruguayo, que lleva quince años gobernado por el mismo frente progresista. ¿Qué permitió esa continuidad?

El caso de Uruguay tiene sus particularidades, y una de ellas es el proceso desde el punto de vista institucional, digamos, y no tanto desde el punto de vista personal. Es decir: el proceso no está guiado por liderazgos personales, que también existen por supuesto, sino más bien la construcción democrática basada en la institucionalidad que caracteriza el Uruguay. Además que tiene bases muy sólidas desde el punto de vista democrático. Creo que es una experiencia desde la que podemos aprender un mucho. Mirar la realidad de la región desde un país pequeño como Uruguay a veces nos hace encontrar otras vistas de análisis.

Como se verificó con Trump en EEUU, Bolsonaro en Brasil y el avance de la ultraderecha en Europa, la derechización del voto es un fenómeno global. ¿Cómo explica las ciencias sociales ese proceso?

Me parece que lo que hay son reacciones muchas veces instigadas por el miedo que se infunde a lo diferente. Eso explica que uno de los blancos sean las migraciones. El miedo provoca reacciones muy fuertes hacia quienes tienen un comportamiento social diferente. Y ese miedo está muy infundido desde los medios de comunicación y de todas estas tecnologías modernas. Tenemos que aprender cómo responder a esta situación de miedo que se está infundiendo a nivel social para encontrar las alternativas.

¿En la base de ese miedo está la crisis económica que afecta a los sectores medios o hay otros componentes?

Creo que si las razones fueran solamente económicas sería mucho más fácil de entender. Me parece que justamente tiene muchas dimensiones que involucran lo económico, lo social, lo cultural. Y sobre todo el miedo a lo diferente, por la no aceptación de lo diferente y la exacerbación de reacciones hacia los diferentes en distintos terrenos.

Boaventura de Sousa le adjudicó el proceso de derechización a una pausa en el modelo de acumulación capitalista, que está pasando del boom de la tecnología a la fase de la inteligencia artificial ¿Lo que ocurre en la región también se explica por ese proceso o tiene particularidades?

Las regiones siempre tienes sus particularidades, pero este es un fenómeno que está presente en todas las regiones. Y justamente también nos tenemos que preguntar desde el lugar de los pensamientos críticos cómo incorporamos la cuestión tecnológica a nuestra reflexión y a nuestras acciones. No dejar ese terreno exclusivamente a la derecha, como hemos visto en las campañas electorales, sino que también nosotros debemos ver cómo aprovechamos esta herramienta para dar a conocer nuestros pensamientos, nuestras reflexiones, nuestras acciones.

Fuente de la entrevista: http://revistazoom.com.ar/batthyany-lopez-obrador-es-una-senal-esperanzadora-para-la-region/
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“Así hemos logrado evitar 314 bodas infantiles en India”

Asia/India/24 Diciembre 2018/Fuente: El país

Una línea telefónica ayuda a niños y niñas a escapar de un matrimonio temprano en Anantapur, explica Doreen Reddy, directora del Sector Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer

Doreen Reddy (Madanapalle, India, 1950) recuerda muy bien cuando de pequeña su madre la vestía con ropa bonita, pero la obligaba a permanecer sentada en la puerta de casa. En ese momento, la actual directora del Sector Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer no entendía por qué no podía salir sola, sin la protección de su hermano, ni para ir a comprar algo a la tienda de la esquina. Sin embargo, después de más de 40 años de trabajo al lado de “las más pobres entre las pobres”, Reddy admite que estas pequeñas limitaciones no son nada frente a los abusos que padecen día tras día la mayoría de las mujeres indias.

Falta de acceso a la educación, trabajo infantil, matrimonios tempranos, trata, malos tratos físicos y psicológicos… A Reddy le faltan dedos de la mano para enumerar las vulneraciones sistemáticas de los derechos de las mujeres y niñas en su país natal.

Cuando le ofrecieron la primera vez trabajar en la Fundación, Reddy contestó con un no rotundo. Nacida en una familia católica, estudió Secretariado y Gestión en Bangalore. Con poco más de 20 años, viajó a Anantapur, en el sur del país, sede de las actividades de la organización dirigida por Vicente Ferrer, para cuidar a su tía, que se había roto una pierna. Lo que tenía que haber sido una estancia de unos días acabó cambiando el rumbo de vida.

“Mis tíos vivían en la Fundación y sentían una profunda admiración hacia Ferrer. Me insistieron tanto que finalmente acepté”, explica entre risas desde la sede de la organización en Barcelona. “Si no hubiera dicho sí, mi vida habría sido muy distinta. Supongo que habría sido un ama de casa”.

Empezó en 1975 como secretaria de Vicente Ferrer y poco a poco se fue acercando a las cuestiones de género. Se implicó en las actividades del Sector Mujeres desde su creación en 1982 hasta convertirse en su directora durante los últimos 23 años. Un cargo que está a punto de dejar para dedicarse a otras tareas de asesoramiento y evaluación.

“La independencia económica de las mujeres y el acceso a la educación de las niñas son los pilares de nuestra acción”, señala. “Mi trabajo puede ser duro a veces, pero hace que me sienta muy satisfecha cuando puedo ayudar a los demás. Nunca pensé en dejarlo”.

“Cada tres minutos una mujer en India sufre algún tipo de acoso por parte de un hombre. Nosotras tenemos la responsabilidad de levantar la voz y denunciar los abusos”, dice con voz firme.

Criar a una niña es como regar el jardín del vecino, reza un proverbio hindú. Sucumben a la discriminación ya antes de nacer, víctimas de abortos selectivos. Las familias priorizan la nutrición y el cuidado de los niños varones. Ellas no heredan la tierra. Para casarlas, los padres tienen que pagar una dote que en muchos casos endeuda los hogares de por vida. La Fundación Vicente Ferrer ha puesto en marcha varios programas para ofrecer a las niñas, por ejemplo, becas, bicicletas —para desplazarse de manera más rápida hacia la escuela y evitar las agresiones—, apoyo escolar, centros educativos con programas específicos para alumnos con discapacidad, servicios nutricionales y de salud, sistemas de microcréditos para el emprendimiento y formación profesional.

“Siempre me pregunto por qué los hombres quieren tanto a su madre, pero luego no quieren tener hijas”, se pregunta Reddy. “Entiendo que en parte es por la pobreza. Las bodas son muy caras y la dote —que formalmente fue abolida en 1961— les puede arruinar”. Entre 2017 y 2018, más de 27.000 personas participaron en los talleres contra la discriminación y la violencia de género organizados por la Fundación.

15,5 millones de niñas esposas

Una de las principales iniciativas de la Fundación, explica Reddy, es un servicio telefónico de ayuda contra los matrimonios infantiles, una lacra que afecta a 15,5 millones de niñas indias obligadas a casarse antes de los 18 años, según Unicef. “Son los mismos niños y niñas que llaman a un número gratuito para evitarlo”, cuenta. “Desde que se puso en marcha el proyecto, en colaboración con el Gobierno y otras ONG, hemos logrado detener la celebración de 314 bodas en Anantapur”. Solo en el último año, los matrimonios evitados fueron más de 100.

A pesar de estar prohibido por ley, el matrimonio infantil aún es muy frecuente en India, sobre todo en las regiones centrales y occidentales del subcontinente, en particular en las zonas rurales (48%). Las chicas, sobre todo las más pobres, son las más afectadas. Aunque a escala nacional esta práctica se ha reducido del 54% en 1992 al 27% en 2016, el ritmo de cambio sigue siendo lento. Entre las causas, según Unicef, está pensar que las chicas valgan menos que los varones, además de un acceso limitado a la educación y la vulnerabilidad económica. Una chica que ha asistido a clase durante 10 años, sostiene el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, tiene una probabilidad seis veces más baja de casarse antes de los 18.

La Fundación también trabaja para rescatar a víctimas de trata, menores abandonados por sus familias o implicados en trabajo infantil. Se estima que en India hay 10 millones de niños que trabajan, el 0,7% de la infancia entre 5 y 14 años. Más de la mitad de ellos no recibe remuneración, según datos de la plataforma Understanding Children’s Work.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/12/16/planeta_futuro/1544955803_140915.html

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Un mapa con 11 historias para acabar con el estereotipo de niño pobre africano

África/23 Diciembre 2018/Fuente: El país

Lo primero que se nos ocurre al pensar en los asentamientos informales de Luanda, la capital de Angola, es lo peligroso que son y en el triste destino de los niños que viven allí, aunque probablemente nunca hayamos pisado sus calles. Cuando hablamos de los menores esclavos de Benín, Togo y Gabón, pensamos que no van a poder disfrutar nunca de una existencia digna. ¿Y hay opciones para los pequeños de República Centroafricana que no quieran ser soldados o están condenados? Recopilamos aquí 11 historias que desmontan estos estereotipos asociados a África con ejemplos de lucha, valor y superación. Viajamos desde Kenia para conocer a niñas que han huido de la mutilación genital femenina, hasta Mozambique, donde un sistema para detectar el VIH puede revolucionar el diagnóstico; desde Nigeria, que está experimentando lo útil que puede ser un botijo, a Senegal, que ha celebrado una conferencia para recaudar casi 2.000 millones de euros para educación; pasando por Zimbabue, Tanzania, Uganda y Sudán del Sur.

ANGOLA: Mozart suena en los suburbios de Luanda

La escuela de música Kaposoka brinda la oportunidad a menores de los asentamientos informales de la capital angoleña de aprender solfeo, tocar un instrumento y alejarse de los peligros en la calle

BENÍN: Los niños que hallaron la puerta secreta para salir de la esclavitud

El nuevo proyecto documental de la fotógrafa Ana Palacios describe lo que ocurre con miles de menores vendidos y explotados de Benín, Togo y Gabón cuando consiguen escapar de una vida de trabajo forzado

REPÚBLICA CENTROAFRICANA: El refugio de los que no quieren ser soldados

La isla de Longo se ha convertido en escondite para los pescadores de Haute-Kotto, una región de República Centroafricana donde los secuestros y el enrolamiento forzoso son habituales

KENIA: La huida de una práctica que han sufrido 200 millones de niñas

Cuatro mujeres jóvenes cuentan cómo es la vida después de haber logrado escapar de la mutilación genital femenina

MOZAMBIQUE: 50 minutos para saber si tu bebé tiene VIH

Una herramienta revolucionaria que reduce el tiempo de diagnosis de semanas a menos de una hora demuestra ser eficaz en la contención de esta epidemia en Mozambique

NIGERIA: El botijo que permite que las niñas nigerianas vayan a la escuela

Una española ha estudiado el mecanismo de una vasija similar llamada ‘pot in pot’ que se utiliza en África para conservar las verduras. Incluso refrigera los viales de insulina

SENEGAL: Ni un solo niño fuera de la escuela

La Conferencia de la Educación en Dakar ha sido un éxito: 1.860 millones de euros recaudados para los próximos tres años. Por primera vez aportan dinero China, Emiratos Árabes y Senegal. España dona tras la crisis y 50 países en desarrollo elevan su gasto al 20%. El impulso de Senegal y Francia ha ayudado

ZIMBABUE: Esta escuela es una basura

Un programa de la Unión Europea para mejorar los hábitos de higiene y la gestión de residuos en Zimbabue convierte a este colegio de educación primaria de Nyanga en un ejemplo de buenas prácticas

TANZANIA: Frenar agresiones sexuales con una bicicleta

Un programa de préstamos de transporte a pedales en Tanzania se ha convertido en una herramienta eficaz para evitar el abandono escolar y prevenir los abusos

SUDÁN DEL SUR: Más de 200 niños soldado son liberados en Sudán del Sur

Ganiko y Jackson [nombres ficticios], de 12 y 13 años, son dos de los 207 niños soldado que el martes 17 de abril fueron puestos en libertad por grupos armados en Sudán del Sur. Se espera que, a lo largo de los próximos meses, otros 1.000 abandonen los grupos armados que los secuestraron

UGANDA: Salir de la calle es posible

Esta es la historia de Kimuli Isaac, que pasó de una infancia en la mendicidad a ayudar, durante la última década, a más de 200 menores de Kampala, capital de su país, Uganda

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/12/20/planeta_futuro/1545320405_490421.html

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Por qué sí al lenguaje inclusivo: desde la lingüística hacia lo social

Por: La izquierda Diario/Raquel Barbieri Vidal/12-12-2018

Aceptar o dejar de aceptar el lenguaje inclusivo responde más a una postura política que a una lógica gramatical proveniente del conocimiento profundo de la lengua castellana y de las raíces comunes con las otras que componen la familia de las lenguas romances, las cuales son: catalán, sardo, portugués, francés, italiano, rumano, occitano, y gallego.

Todos estos idiomas provienen del latín vulgar (Sermo vulgaris), no refiriéndose el adjetivo “vulgar” al hecho de que existiera otro latín “culto”, sino al dinamismo y presencia de la lengua en el Imperio romano; en resumen, la lengua hablada en el cotidiano, la lengua viva.

Al compartir origen, siempre encontraremos similitudes entre estos idiomas, como, por ejemplo, cuando decimos en francés “des autres” (de los otros/otras) que ya conlleva la inclusión, o su equivalente en catalán, “dels altres”, que también se refiere al femenino tanto como al masculino, y el italiano “degli altri”, mismo caso.

Saliendo un poco de las lenguas romances que en sí contienen tantos casos de lenguaje inclusivo que daría para escribir un libro, los invito a conocer algunos ejemplos de una lengua de las llamadas “aglutinantes”, en este caso, una ugro-finesa, el idioma húngaro o magiar.

En este idioma, tanto para decir “uno” o “una”, se emplea el artículo indeterminado “egy”. Lo mismo sucede cuando nos referimos a “alguno” o “alguna”, que se unifican en el vocablo “néhány”, o cuando al hablar de un profesor o profesora decimos “tanár” y si se trata de alguien que enseña a nivel universitario, “egyetemi tanár”.

Viajando un poco hacia el noroeste de Europa, en las lenguas anglosajonas se encuentra presente el factor unificador, como se da en inglés el caso de “some” (algo, algunos, algunas), “any” (nada, algo, ninguno, ninguna; acorde al contexto). Y siendo que los adjetivos en inglés carecen de género y número, tanto encontraremos una frase que diga “Some beautiful landscapes” (algunos paisajes hermosos) como “Some beautiful women were leading the parade” (algunas mujeres hermosas encabezaban el desfile).

Entonces, visto y considerando que la lengua es un hecho dinámico, que se renueva todo el tiempo, el tiempo y la energía que gastan en construir memes en detrimento del lenguaje inclusivo, bien harían en desglosar su propio idioma, compararlo con otras lenguas, ser honestos consigo mismos y verificar que nuestra habla de hoy no se parece en nada siquiera a la del siglo XIX; que el idioma inglés que hablaba mi abuelo materno en su infancia en Londres y en su juventud en Oxford, no es el mismo que hablamos hoy en día, puesto que fue en 1918 que gran cantidad de verbos regulares pasaron a ser irregulares, y dejó de usarse el “Thou” para referirse a una segunda persona a quien uno no tutea, equivaliendo a un “Usted” del español, para dar lugar a un “You” neutro, que tanto equivale a “Usted, como a ustedes, vosotros, tú y vos”.

Luego de ese gran cambio producido en la lengua inglesa (el tercero desde su formación en el año 1066 tras la Batalla de Hastings), y de otros que hoy no mencionaré para no salirme de la esencia pura de la idea que deseo transmitir, hubo otras modificaciones que se sucedieron y que aún ocurren.

De hecho, una de mis palabras favoritas y usadas en inglés es “Nevertheless” (“sin embargo”) que a mis alumnos suele encantarles por su sonido, y por la cual hace tres años que estamos en lucha (quienes enseñamos el idioma) con la Universidad de Oxford que la considera obsoleta, pretendiendo descartarla del diccionario para solamente promover y utilizar su equivalente “However” que, en mi opinión, si bien es un sinónimo, no es útil a la hora de emplearla en poesía, letras de canciones o fina prosa. Sí es más adecuada y breve para textos técnicos, científicos y cualquiera que no sea literario.

¿Y quién tiene razón en cuanto a un idioma, si ni siquiera quienes nos dedicamos a ellos y vivimos de ellos no podemos arribar a un acuerdo?
¿A dónde quiero llegar con esto? A que los idiomas van haciéndose y modificándose según los usos y costumbres de los lugares.

Siendo que el Reino Unido no cuenta con un equivalente a la RAE (Real Academia Española) ni a la AAL (Academia Argentina de Letras), allí, los cambios son impuestos por las universidades que se dedican al lenguaje, teniendo en cuenta qué palabras caen en desuso por parte de la población, y cuáles se incorporan como nuevas.

Es obvio que, ante la llegada de nuevos productos tecnológicos y fenómenos sociales a nuestras vidas, se nos hace imprescindible crear palabras y términos que describan desde un objeto hasta una situación, y siendo que la inclusión genérica es parte de la historia que nos toca protagonizar, tiene lógica y sustento el empleo del lenguaje inclusivo que deseche el masculino como abarcador de la totalidad, limitándolo a describir lo masculino únicamente.

¿Acaso hablamos hoy el castellano de nuestros abuelos? Ni siquiera ése hablamos. ¿Acaso ellos hablaban como cuando Cervantes escribió el Quijote en el siglo XVII? En lo absoluto.

¿Alguien dice hoy: “Rosa ha cantadas dos canciones”? Seguro que no. Pero antes sí se decía de ese modo, puesto que, en el pretérito perfecto compuesto, el participio pasado solía concordar en género y número gramaticales con el objeto directo, como sigue ocurriendo en francés (acuerdo del participio pasado) y en italiano antiguo, no ya en el contemporáneo.

Para hacer un paréntesis en los datos, quiero decir que observo cotidianamente mi entorno, y leo los muros de Facebook para analizar quiénes realizan las publicaciones más contrarias al lenguaje inclusivo. A priori, lo hace una gran parte del voto macrista, aunque también personas con ideas políticas diversas que, amparadas en el conservadurismo, opinan desde un lugar subjetivo, y en general, de desconocimiento del desarrollo lingüístico a lo largo de los siglos.

Me encuentro también con personas que no dominan ni su propia lengua, que en su universo vocabular abundan los vulgarismos, las faltas de ortografía, la sintaxis desarticulada, y aun así se sienten amos de un idioma que para ellos debería permanecer indemne, lo cual no ha sucedido nunca ni sucederá. Es que el mensaje implícito es que nada debe cambiar, que todo debe permanecer como está.
¿Estas personas que tanto defienden el dejar el idioma con su marca patriarcal, pensarán que un idioma es una imposición tribal, algo indiscutible, inmutable?
Primero surgió el grito, posteriormente nació la palabra. Más tarde, se hilaron las frases y nació la estructura sintáctica. Nada vino puesto desde la noche de los tiempos. Nada tiene por qué permanecer inmutable.

Por otro lado, quienes sí dominan su idioma y se posicionan en contra del lenguaje inclusivo como si fuese una afrenta a la dignidad humana, lo hacen mayoritariamente porque no desean extirpar el patriarcado de raíz, porque no empatizan con el movimiento feminista, porque ignoran lo que cité previamente, que, en otras lenguas de diverso origen, el género no existe y sí la generalización.
La historia de la evolución lingüística contradice a los detractores del lenguaje inclusivo, a los conservadores de mente pétrea que se sienten seguros en su zona de confort y prefieren burlarse y desdeñar a quienes hemos adoptado el castellano inclusivo para ciertas publicaciones en nuestros muros, que espero vayan intensificándose con el correr del tiempo hasta lograr una transformación del idioma que represente el cambio social que estamos presenciando y del cual participamos en primera persona (del singular y del plural).

Para culminar, mi último párrafo será escrito en lenguaje inclusivo y aprovecharé para enviar mi mensaje personal:

Todes juntes podemos cambiar el mundo; todes unides. Si solamente reaccionamos cuando nos toca a nosotres soles, de nada sirve; sería simplemente un grito egoísta. Que el bien de les otres esté primero y después, nuestras ambiciones personales.
Tu tristeza es la mía; tus causas, son mis causas. Yo me siento bajo tu piel, te entiendo, te apoyo; otro tanto espero de tu parte hacia mí. No me dejes naufragar en el mar de la soledad cuando soy tu camarada, tu par.

No te abandonaré. Sos mi compañere, mi prójimo, vivimos bajo el mismo cielo, ambes tenemos hambre, frío, calor, sueño, tristeza y alegría.

Tenemos que caminar juntes, respetarnos, valorarnos como personas humanamente diferentes, y socialmente iguales que deberíamos ser, como decía nuestra líder socialista Rosa Luxemburgo.

En lugar de pelear por el lenguaje inclusivo, te invito a pelear por los derechos de les más perjudicades por el sistema capitalista explotador de adultes, y ahora legalmente también de niñes.

Que te espanten el hambre, la enfermedad, la pobreza extrema, la miseria, el gatillo fácil, la falta de trabajo, la explotación, la segregación de les riques hacia les pobres, la deshumanización a estas alturas del siglo XXI, y no el cambio de un idioma por otro más representativo del sentir inclusivo, donde todes somos importantes y todes tenemos que luchar por los derechos de les más vulnerables.
Ni siquiera es obligatorio que uses tal idioma si no te gusta; pero no te burles. La burla habla más de les emisores que de les receptores.

*Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Por-que-si-al-lenguaje-inclusivo-desde-la-linguistica-hacia-lo-social

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La violencia machista y su abordaje en las aulas

Por: Saray Marqués

El 25-N es el Día Internacional contra la Violencia de Género. Muchos centros educativos trabajan durante todo el año en su prevención

De los estudios recientes sobre género en la adolescencia se suelen destacar aspectos poco alentadores: Un 25% de los chicos y un 22% de las chicas de 12 a 24 años está algo de acuerdo en que “el hombre que parece agresivo es más atractivo”, según un estudio del Centro Reina Sofía para la Infancia y la Juventud de 2015, y un 32% de los chicos y chicas de 14 a 19 años ve normal la existencia de celos dentro de la pareja, según otro estudio del mismo organismo de ese mismo año. Mientras, un 21,2% de los jóvenes de 15 a 29 cree que la violencia de género es un tema “muy politizado, que se exagera mucho” y un 27,4% la ve una conducta “normal” dentro de la pareja, según un barómetro del mismo organismo del año pasado.

Sin embargo, no se suele incidir tanto en otros apartados de esos mismos estudios. Así, María José Díaz Aguado ha probado en diferentes investigaciones a lo largo de esta década cómo los chicos y chicas que habían recibido algún tipo de formación en prevención de la violencia de género tenían un menor riesgo de sufrir o ejercer violencia en un futuro. De nuevo, la mirada clavada en el centro educativo.

El ‘Me too’ sí que sirve

Esther Roca es cofundadora del Grupo de Mujeres Sherezade: dialogando el feminismo. También es formadora de docentes. Para ella, el Me too ha sido un fenómeno “superpositivo 100%”: “Se han alzado muchas voces, cada vez más, y esto hace que en contextos educativos se vea atractivo trabajar sobre la violencia machista, antes silenciada bajo el discurso de “Qué exageradas, eso no pasa”. El Me too rompe con esta idea y genera un boom. Tenemos colegios que nos llaman sólo para estos temas, porque quieren acabar con la violencia y generar espacios de diálogo. El curso pasado formamos a 50 centros sólo en la Comunidad Valenciana. Y este estamos formando a otros tantos. Va a más”.

Roca propone que se vaya “Todos a una” en el camino hacia una convivencia feminista, en el posicionamiento activo contra la violencia, sin que nadie perciba que se está imponiendo el discurso dominante de nadie. Si, por ejemplo, se va a crear un Club de Valientes –una actuación que ha demostrado su eficacia para acabar con el acoso de primer y segundo orden, contra la víctima y contra quienes la protegen- se trata de reflexionar conjuntamente cómo llevarlo a cabo en las aulas, cómo se define valiente en función de la edad de los niños, que es un héroe y una heroína en base a los valores y sentimientos que generan respaldo unánime… Solo así se creará un contexto seguro en que si se da una violencia en esa esquina, en el patio o en el comedor siempre alguien alzará la voz por la persona víctima.

Sonia del Barrio es maestra en el CPI Soloarte IPI de Basauri. “Aquí las fechas concretas, como el 25N son casi anecdóticas, apenas importantes. Trabajamos en prevención de la violencia a diario, siempre, y cuando surgen estas fechas o viene alguien de fuera a hacer talleres se ve cómo los chavales ya tienen interiorizada una forma de hacer las cosas, de estar, y el discurso les sale solo”, sostiene. Entre otras iniciativas, allí funciona el club de valientes, pero no solo. Se transmite cómo los conflictos se resuelven mediante el diálogo y las medidas correctoras han de ser, ante todo, educativas. También es habitual la dinámica de coloquios, juntarse todos los niños y niñas y los profesores de todos los cursos para abordar un tema en base a la lectura previa de textos. Por ejemplo, uno acerca de cómo distinguir la violencia y lo que no lo es y otro de la autora Chimamanda Adichie, Todos deberíamos ser feministas. El objetivo es una reflexión global.

La convivencia en esta comunidad de aprendizaje, en un centro catalogado de medio social desfavorecido, ha mejorado mucho. Allí hace tiempo que se abordó el “No es no”, recuerda Del Barrio: “Desde chiquitines tienen muy interiorizado el “Si no me gusta, no me lo hagas”. La ley del silencio ya no existe, y los pequeños forman piña con la víctima de modo natural, sencillo y con mucha lógica. En seguida protegen al que ha sufrido violencia y le dicen al violento “Esto no nos gusta, no vamos a jugar contigo hasta que no te portes como te tienes que portar”. Y se lo llevan a casa. Saben discriminar las relaciones sanas y las que no lo son, reconocer la violencia aunque no lo verbalicen así. También vemos cómo las hijas hablan porque lo han aprendido, dicen cosas que sus madres no se habían atrevido a decir. Tenemos la dificultad de que solemos acoger alumnos nuevos durante el curso. De repente, uno llega de Marruecos en febrero, de Senegal en abril, pero los chavales tienen una forma de estar que hacen ellos solos la acogida. Además, estamos aprendiendo mucho de la trayectoria de los pequeños y nos está sirviendo para adaptarlo a etapas superiores. Poco a poco se van consiguiendo cosas también con los mayores”.

Aparte de por el respaldo de la comunidad científica, que lleva tiempo subrayando la contribución educativa y social de los clubes de valientes, de esos upstanders, de esa bystander intervention de personas que se posicionan siempre ante la violencia como clave para superar las violencias machistas, Esther Roca destaca esta iniciativa porque “la puedes aplicar desde mañana, a nivel de escuela, pero también a nivel de aula”. Otras, como el modelo dialógico de convivencia, pueden resultar más complejas y suponen involucrar al centro entero, pero esta se puede transferir fácilmente desde las primeras edades, lo que explica su buena acogida.

Frente a este ejemplo, puntualiza, existen otras actuaciones no basadas en evidencias que se suelen entremezclar con las que sí lo están en los programas de formación: “Al profesorado a veces se le venden bulos sobre cómo trabajar para eliminar la violencia machista desde el contexto educativo… Bulos que despistan, que quitan tiempo. Este boom conlleva este riesgo, que se cuelen desde la asesoría o desde la política educativa en los centros remedios sin un filtro previo, con la etiqueta de “creativo” o “innovador”, haciendo que lo que es efectivo al final no llegue”.

Las raíces machistas

Si para Roca “Las niñas y los niños son la fuerte esperanza de que otros contextos en que no tenemos estas premisas tan claras acaben transformándose de forma cada vez más generalizada”, la experta Marina Subirats invita a buscar las raíces del fenómeno, de ese insulto o esa agresión directa a una niña, en la transmisión de un determinado modelo masculino, también en la escuela. Ella lo ha recogido con respecto al interior, al aula, en Rosa y azul. La transmisión de modelos en la escuela mixta y al exterior, el patio, en Balones fuera. Reconstruir los espacios desde la coeducación. En el primero, de finales de los ochenta, refleja el desequilibrio en los intercambios verbales de niños y niñas en el aula (a favor de ellos), por ejemplo. Subirats lleva tiempo con la idea de repetir esta investigación para comprobar si algo ha cambiado, pero de momento no ha podido ser por falta de financiación.

Representadión de Violencia D.E.P. Género

En el segundo refleja cómo la batalla por el espacio también la ganan ellos. Los chicos se apoderan prácticamente de todo el patio jugando al fútbol, mientras que los más pequeños o las chicas se quedan relegados por los rincones, mirando. También en este caso, en un principio Subirats se topó con la negación, pero “en el momento en que el profesor empieza a mirar el patio se da cuenta de que sí es así”. “Yo creo que ahora por primera vez en muchos centros se va entendiendo que el patio incluye una valoración de símbolos masculinos y femeninos y se está trabajando con esta premisa [que difundía el libro hace 11 años]. En Andalucía, en el País Vasco o Cataluña tenemos escuelas que están remodelando sus patios…”, apunta.

Para Subirats son clave proyectos de coeducación como el que está llevando a cabo Skolae en Navarra, que defiende frente a la campaña en su contra: “Si consiguen que caiga será muy difícil que en otras zonas se apueste por proyectos coeducativos”. Sabe de lo que habla. Siendo directora del Instituto de la Mujer vio cómo una campaña de educación afectivo-sexual en las escuelas, realizada en colaboración con el colectivo Harimaguada, duraba mientras duraba el gobierno socialista.

También Amaia Ruiz, del CPEIP Virgen del Soto de Caparroso (Navarra), valora el programa Skolae, creciendo en igualdad y el Plan de Coeducación del Departamento de Educación de Navarra en que se inserta. Su centro no solo está dentro de este programa, sino que acaba de terminar un curso en que las “mujeres que mueven el mundo” han sido el eje transversal. Con 6º de primaria como grupo motor, recopilaron biografías de mujeres que no aparecían en el currículum para elaborar un libro de texto y recogieron, además, historias de aquellas “pioneras” del pueblo, Caparroso, -la primera alcaldesa, la primera directora del colegio-, para rendirles un homenaje.

El teatro como herramienta de transformación social

En el IES Rayuela de Móstoles llevan desde el curso 2013/14 valiéndose de las artes escénicas para abordar el fenómeno de la violencia de género. Empezó el jefe de estudios, Jaime Álvarez, y hoy otros compañeros han tomado el testigo. Con Violencia D.E.P. Género, Álvarez, un enamorado del teatro, decidió conectar con el alumnado: “Cuando un ponente venía a hablar sobre esto solía quedar todo en datos fríos y distantes. Me pareció que sería más eficaz presentarlo a través de una serie de escenas cotidianas de violencia de género teatralizadas”. El resultado fue muy potente y surgió una colaboración con el Ayuntamiento para representarlo ante centros educativos de la localidad en la semana contra la violencia de género. En total, unos 3.000 adolescentes desde 3º de ESO han presenciado la obra, a cargo de alumnos de 1º y 2º de bachillerato, y también del propio Álvarez. La catarsis que el espectáculo generaba era importante, y el propio Álvarez necesitó una pausa, pero afortunadamente había contagiado a otras compañeras y compañeros. Estos siguen trabajando, ahora en dramatizaciones con guion de los propios alumnos. Es el caso, entre otros, de José María Pallás, jefe del departamento de lengua, que explica cómo los alumnos del centro –el único de artes escénicas de la zona sur de la Comunidad de Madrid- protagonizaron el año pasado una performance durante la manifestación contra la violencia de género que este año volverán a repetir.

También trabajan sobre canciones, en este caso que se posicionen contra la violencia machista, y elaboran coreografías a partir de ellas. Algunos ejemplos son La puerta violeta, de Rozalén; Ella, de Bebe; María se bebe las calles, de Pasión Vega, o Que nadie, de Manuel Carrasco y Malú. “El grado de implicación y entrega de los alumnos es increíble. No hacen más que proponer mejoras. Demuestran mucha madurez respecto a un drama que desgraciadamente a algunos les ha pasado directa o indirectamente por encima”, reflexiona su profesor.

Del centro a la ciudad

“La alcaldía buscaba dar un giro a la política de igualdad en el ámbito educativo. Sobre todo a los talleres para desarrollar con el alumnado. Se repiten año tras año, pero parece que se necesitaba algo más”, comienza Jorge Antuña, director del Centro del Profesorado de Gijón. El resultado fue Otras miradas, un desarrollo de la Carta Local para la Igualdad de Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Gijón en 13 centros educativos (de primaria, secundaria, FP, 11 públicos, uno privado y uno concertado) con tres patas fundamentales: una intensa formación del profesorado, la formación del alumnado a su vez por este profesorado formado y la elaboración y desarrollo de un proyecto de Aprendizaje Servicio: “Se trataba de salir al barrio, a la comunidad, de colaborar y buscar alianzas con instituciones no solo educativas: la unión de comerciantes, la federación de asociaciones de vecinos, asociaciones y ONG diversas… para sensibilizar a la ciudadanía sobre igualdad”. Así, el curso pasado no era raro encontrarse en un establecimiento de hostelería un menú por los buenos tratos a cargo de niños y niñas de un colegio de la ciudad, o toparse en la marquesina del autobús con un cartel diseñado por alumnos de un instituto.

Los datos de la evaluación han sido positivos: “Reflejan cómo los alumnos han tomado más conciencia de la situación, están más implicados y lo van trasladando a su entorno”, señala Antuña, que entiende que “La desigualdad y la violencia no son un problema solo educativo, sino social, y desde el ámbito social se deben resolver. Toca salir de la escuela, abarcar el barrio, la ciudadanía, los agentes sociales… Era lo que buscábamos y lo hemos conseguido”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/21/la-violencia-machista-y-su-abordaje-en-las-aulas/

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