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Escribir sobre educación desde América

Por: Juan Carlos Yáñez

Escribir es el privilegio de la posibilidad de pronunciarse y convocar al diálogo, sin el cual no hay educación. Es asumir posturas, expresar problemas, visibilizar territorios ignorados, afrontar riesgos, someterse al examen de los otros

Con esta colaboración concluye el ciclo anual propuesto por el editor de El Diario de la Educación, Pablo Gutiérrez. En total son 11 artículos los que escribí durante estos meses; la ocasión es propicia para reflexionar sobre el sentido y la necesidad de abordar temas educativos en la prensa impresa o digital.

Discúlpenme que escriba en primera persona en los párrafos siguientes, pero tengo necesidad de confesarme un poquito.

Mi andadura por estos parajes es larga. Inicia a principios de la década de 1990 y prácticamente no ha cesado en distintos medios mexicanos. No solo escribo de temas educativos, pero principalmente de las escuelas, los maestros, la relación escuela-sociedad, los retos de la pedagogía, la formación de maestros y las políticas educativas.

Luego de un periplo por el Cono sur, cuando creí que había agotado posibilidades expresivas en medios, una invitación del propio Pablo me reinyectó la vitalidad que necesitaba para encender la pasión con que debe analizarse la educación como objeto periodístico y buscar ángulos diferentes. En el empeño sigo.

Los años recientes, primero en el periódico Escuela y ahora en El Diario de la Educación, han sido un desafío permanente a la vigilancia temática y social, a la disciplina y el rigor, a la escritura desde un punto del mundo para lectores ubicado en otras coordenadas geográficas, institucionales y culturales. No sé cómo salgo librado en la valoración del medio y lectores, pero la apuesta es a la superación permanente.

En la ceremonia memorable en que Federico Mayor Zaragoza recibió el doctorado honoris causa en la Universidad de Colima (Colima, México), pronunció un discurso magistral del cual grabé un fragmento que repito porque vale la pena: “La educación no es un empleo, es una misión de transformación social, por tanto, no puede ser epidérmica”.

El educador es el primer sujeto de su transformación. Escribir es asumir posturas, expresar problemas, visibilizar territorios ignorados, afrontar riesgos, someterse al examen de los otros; es un ejercicio obligado, porque también aprendimos, con Paulo Freire, que la educación es sustancialmente política y accesoriamente pedagógica. No puede reducirse la acción de la escuela ni la obra del maestro a los muros escolares. Es una tarea social y política de hondas implicaciones y trascendencia. Escribir es el privilegio de la posibilidad de pronunciarse y convocar al diálogo, sin el cual no hay educación.

Un dilecto amigo y colega sevillano, Juan Miguel Batalloso, escribió hace tiempo un bello texto sobre el agradecimiento, del cual retomo algunos pasajes para agradecerle a El Diario de la Educación, a Pablo Gutiérrez y a los lectores, con la esperanza de reencontrarnos muy pronto.

En una sociedad en la que todo se ha mercantilizado, en la que todo se compra y se vende sometiéndose al imperio del valor fijado por la oferta y la demanda, gratuidad y gratitud no son cualidades extendidas. Hemos interiorizado que todo debe pagarse, que todo es un juego de ganancias y pérdidas.

El agradecimiento lo hemos convertido en el pago o retribución a que sometemos nuestra mal entendida generosidad siempre condicionada por expectativas de ser considerado bueno o virtuoso. Es como una feria de humillaciones y vanidades, que por un lado rebaja la dignidad y denigra al que recibe, al tiempo que ensalza a quien dona.

Pues no, no todo tiene un precio, las cosas y acciones que no tienen precio y no pueden reducirse a mercancía son las infinitamente valiosas, de las que recibimos los mayores bienes para nuestra salud, felicidad y vida.

Hacer simplemente una parada para visualizar todas aquellas cosas de las que disponemos, aquello que hemos recibido gratis; pensar y sentir muy cerca de nosotros a aquellas personas que nos han dado tanto o nos han amado incondicionalmente, es un excelente ejercicio para sentirnos contentos, alegres, serenos y en camino de conquistar una estable y profunda paz interior.

Agradecer es un acto de donación incondicional y reconocimiento de que no somos nada sin el otro que nos mira, nos escucha o nos acoge.

Gracias por el tiempo y la lectura. ¡Hasta pronto!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/09/escribir-sobre-educacion-desde-america/

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AMLO y el poder real

Por: Carlos Fazio

EL primero de julio,   millones de mexicanos salieron a votar, y si no hubo un fraude de Estado monumental, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) será el próximo presidente de la República. De no ocurrir nada extraordinario en el periodo de transición, el primero de diciembre próximo AMLO deberá asumir el gobierno. Pero en ese lapso, y aún más allá del mediano plazo, el poder seguirá estando en manos de la clase capitalista ­trasnacional.

Es previsible, también, que a partir de este 2 de julio, el bloque de poder (la plutonomía, Citigroup dixit), incluidos sus medios hegemónicos (Televisa y Tv Azteca, de Azcárraga y Salinas Pliego, ambos megamillonarios de la lista Forbes), y sus operadores en las estructuras gubernamentales (el Congreso, el aparato judicial, etcétera), escalarán la insurgencia plutocrática buscando ampliar sus privilegios y garantizar sus intereses de clase, y para seguir potenciando la correlación de fuerzas en su favor.

Más allá del ruido de las campañas, el proceso electoral transcurrió bajo el signo de la militarización y la paramilitarización de vastos espacios de la geografía nacional, y de una guerra social de exterminio (necropolítica) que elevó los grados de violencia homicida a límites nunca vistos en el México moderno, similares a los de un país en guerra (naturalizándose en vísperas de los comicios el asesinato de candidatos a cargos de elección ­popular).

Como recordó Gilberto López y Rivas en La Jornada, ese conflicto armado no reconocido es la dimensión represiva de lo que William I. Robinson denomina acumulación militarizada, cuya finalidad es la ocupación y recolonización integral de vastos territorios rurales y urbanos para el saqueo y despojo de los recursos geoestratégicos, mediante una violencia exponencial y de espectro completo que es característica de la actual configuración del capitalismo; el conflicto y la represión como medio de acumulación de la ­plutonomía.

Para ello la clase dominante hizo aprobar la Ley de Seguridad Interior. Y está latente, para su ratificación en el Senado, la iniciativa de Diputados de quitar el fuero al presidente de la República; la denominada estrategia de lawfare aplicada a Dilma Rousseff y Lula da Silva en Brasil, que implica el uso de la ley como arma para perseguir y destruir a un adversario político por la vía parlamentaria y/o judicial; una variable de los golpes suaves de manufactura estadunidense que podría revertirse contra AMLO.

Al respecto, y más allá de su giro hacia el centro y el rediseño de su programa de transición reformista −capitalista, democrático y nacional, con grandes concesiones al bloque de poder dominante−, la llegada de López Obrador al gobierno pudiera implicar, en principio, una ralentización o respiro (Galeano dixit) a la tendencia del mentado fin de ciclo progresista y restauración de la derecha neoliberal en América Latina.

El impulso de una nueva forma de Estado social, sin ruptura frontal con el Consenso de Washington, significará, no obstante, un cambio en la correlación de fuerzas regionales y tendrá tremendo impacto en los pueblos latinoamericanos. Por ello no es para nada inocente –o simplemente centrada en la profundización de las políticas de cambio de régimen en Venezuela y Nicaragua− la reciente gira neomonroísta del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, por Brasil, Ecuador y Guatemala.

Cabe recordar el inusualmente crítico editorial del Washington Post del 18 de junio, que asumió como suficientemente creíbles los nexos de colaboradores cercanos de López Obrador con los gobiernos de Cuba y Venezuela, y las declaraciones del senador republicano John McCain, tildando a AMLO como un posible presidente izquierdista antiestadunidense y las del actual jefe de gabinete de la administración Trump, general (retirado) John Kelly, quien afirmó que López Obrador no sería bueno para Estados Unidos ni para México.

Según asesores de política exterior de AMLO, ante Washington, su gobierno antepondrá la defensa a ultranza de la soberanía nacional; revisará el marco de la cooperación policial, militar y de seguridad (DEA, CIA, ICI, Pentágono, etcétera), y bajo la premisa de que la migración no es un crimen, incrementará la protección de los connacionales irregulares, como si fuera una procuraduría ante los tribunales de Estados Unidos. También revisará los contratos petroleros y de obra pública. Lo que sin duda traerá fuertes confrontaciones con la Casa Blanca y la plutocracia internacional.

Como dice Ilán Semo, en México la Presidencia de la República encierra potencialidades simbólicas insospechadas; una suerte de carisma institucional. No importa quién la ocupe, incluso a un inepto (pensemos en Vicente Fox), el cargo le trasmite un aura: es el Presidente. Tras la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, AMLO quiere trascender a la historia como el hombre de la cuarta transformación. Pero para ello se necesita un cambio de régimen e impulsar grandes saltos en la conciencia política de los sectores populares; sin un pueblo organizado y movilizado tras un proyecto de cambio radical y profundo, no hay carisma que alcance.

*Fuente: http://www.jornada.com.mx/2018/07/02/opinion/027a1pol

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Cuba: Profunda mirada al racismo en encuentro académico del Caribe

Cuba/09 de Junio de 2018/ipsCuba

La 43 Conferencia Anual de la Asociación de Estudios del Caribe concluye hoy en La Habana.

Los desafíos de las personas afrodescendientes y las posibilidades de colaboración en la lucha contra la discriminación, fueron analizados en paneles de la 43 Conferencia Anual de la Asociación de Estudios del Caribe (AEC), que desde el 4 de junio se desarrolla en esta capital.

Más de 800 académicos, intelectuales, científicos, artistas, servidores públicos y líderes comunitariosde más de 20 países participan en el encuentro, que concluye hoy, para debatir sobre educación, cultura y pensamiento emancipador, entre otros temas.

En el panel Afrocubanos y afroamericanos, interacciones deliberadas y movimientos, el profesor cubano Esteban Morales trazó similitudes y diferencias entre las personas negras en Cuba y Estados Unidos desde los tiempos de la esclavitud hasta la actualidad.

¿Qué es la AEC?La Asociación de Estudios del Caribe fue fundada en 1974 por 300 caribeños.

Tiene en la actualidad más de 1.100 integrantes y es un espacio para que académicos, intelectuales, artistas, servidores públicos y líderes comunitarios compartan visiones y un esfuerzo común por impulsar el campo de los estudios caribeños a nivel mundial.

Los miembros de esta asociación independiente y sin fines de lucro provienen del Caribe, Norteamérica, Suramérica, Centroamérica y Europa.

Más de la mitad vive en Estados Unidos, donde imparten clases en universidades y colegios, mientras otros se desempeñan en cargos importantes en universidades caribeñas.

En el caso de Cuba, dijo, en la sesión del 5 de junio, “casi 60 años de revolución no han sido suficientes para compensar 450 años de colonialismo y neocolonialismo”.

Morales indicó que en abril pasado, en sesión parlamentaria, el primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, enfatizó que “no se podía permitir dar un paso atrás, porque había costado mucho trabajo lograr la composición racial existente en la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado”.

A su juicio, esto había sido “un extraordinario impulso a la lucha interna que todavía muchos cubanos negros y no negros y blancos también libramos contra los prejuicios, la discriminación racial y el racismo que aún sobreviven”.

“Los negros cubanos, caribeños y estadounidenses continuamos luchando porque nos reconozcan en nuestras respectivas sociedades”, enfatizó.

Jeremy Levitt, de la Florida A&M UniversityCollege of Law, retomó las comparaciones entre la población afrodescendiente de Estados Unidos y Cuba, sus avances y limitaciones, la necesidad de insertar la historia negra en la educación e incrementar el intercambio cultural con universidades negras de EE.UU, entre otros.

Ante el hecho de que 90 por ciento de las remesas desde la nación norteña provienen de personas blancas, Levittabogó por el apoyo a emprendimientos económicos de afrodescendientes en Cuba para favorecer su avance social, en medio de la apertura económica que experimenta el país y aumenta las brechas sociales.

En el panel, la escritora e investigadora Gisela Arandia se refirió a la significación de las hermandades femeninas afrodescendientes en las luchas por la emancipación social, como parte del paradigma civilizatorio africano.

Arandia llamó a tener en cuenta que una discriminación nunca viene sola, que se agazapan aquellas relacionadas no solo con el color de la piel, sino también por el género y la procedencia, entre otras variables.

“Una historia y una cultura compartida nos hermanan y nos juntan en una obra de amor: hacer crecer lo que sembraron nuestros padres, dar otro paso hacia adelante para que los sueños que ellos nos confiaron sean posibles”, destacó en su mensaje al encuentro Zuleica Romay, presidenta del comité local del encuentro caribeño.

Entre los temas a debate en paneles, talleres y conferencias, se encuentran Educación para la transformación social y cultural en la praxis; José Martí, del Caribe, de América, del orbe; Descolonizando y reconfigurando la diversidad sexual y los discursos LGBTI (lesbianas, gays, bi, trans e intersexuales); y Cambio climático en el Caribe.

Paralelas a las múltiples sesiones teóricas, la 43 Conferencia Anual de la AEC incluyó exposiciones, conciertos, una feria del libro y Muestra de cine del Caribe. (2018)

Fuente: http://www.ipscuba.net/sociedad/profunda-mirada-al-racismo-en-encuentro-academico-del-caribe/

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Foto: Ruth Fremson / The New York Times.

Una bicicleta, pasaporte para que las niñas en India sigan estudiando

Asia/India/24 Mayo 2018/Fuente: Europa press

Algo tan simple como una bicicleta se ha convertido en el pasaporte para que algunas chicas en Anantapur, en el estado indio de Andhra Pradesh, continúen sus estudios. Gracias a la Fundación Vicente Ferrer (FVF), más de 14.000 niñas, en general de unos 13 o 14 años, han recibido una bicicleta, lo que les permite llegar más rápido y de forma más segura a sus escuelas.

«Los padres tienen miedo de enviar a sus hijas a la escuela», reconoce a Europa Press el director de programas de la FVF, Moncho Ferrer. En la zona en la que trabaja la ONG, «todos los pueblos tienen escuela primaria» por lo que «es fácil convencer a las familias de enviar a las niñas a clase».

Pero la cosa se complica en la educación secundaria, pues lo normal es que haya un centro para varios pueblos y que haya que desplazarse. «Ahí es donde empieza a caer el número de niñas que siguen estudiando y en educación superior hay que ir mucho más lejos por lo que hay menos chicas», subraya.

             FVF

En la FVF, la educación es uno de los pilares de su trabajo, por lo que en 2004-2005 se puso en marcha el programa de bicicletas, que hasta la fecha ha repartido 18.729 de ellas, incluidas 4.472 a niños y 14.257 a niñas. Los resultados les han dado la razón. «Hemos observado que las bicicletas son muy útiles para garantizar la continuidad de los jóvenes en los estudios, sobre todo las chicas», explica a Europa Press el director del sector Educación en la FVF, Chandrasekhara Naidu.

Además, añade, «mejora su seguridad, salud, integración social y gestión de tiempo». Al poder ir juntas, las chicas se sienten más seguras en sus desplazamientos a la escuela, tardan menos, lo que les deja tiempo para ayudar en las tareas de casa o para hacer sus deberes, y les ayuda a relacionarse.

FALTA DE TRANSPORTE PÚBLICO

Pero ¿por qué bicicletas y no otro medio de transporte público? Básicamente, explica Naidu, porque Anantapur es una zona rural en la que apenas existen medios de transporte y los que hay, en general los ‘autoricksaw’, tienen poca capacidad, aunque suelen ir sobrecargados, y carecen de horarios y recorridos precisos, lo que impide a los estudiantes llegar a la hora a clase.

«Las chicas suelen sentirse incómodas al tener que compartir el vehículo con tanta gente, sienten vergüenza y no es seguro», subraya el responsable de la FVF. A esto se suma el que «el precio por trayecto oscila entre las 20-25 rupias, una cantidad que no todas las familias pueden o quieren afrontar», puntualiza.

             FVF

«Con un elemento tan simple como una bicicleta las chicas pueden ir a la escuela sin depender de un medio de transporte externo, con total seguridad, y volver a casa temprano, antes de que anochezca, lo que les deja más tiempo para estudiar, hacer los deberes y ayudar en casa», resume el responsable de Educación de la fundación.

«NO TENÍA FUERZAS PARA HACER LOS DEBERES»

Pushpa tiene 15 años, estudia décimo curso y cuenta con una bicicleta de la FVF desde hace dos cursos. «Antes me tenía que levantar muy temprano para llegar al colegio», recuerda. Tardaba hora y media en llegar a clase, llegaba tarde y cuando volvía a casa, también muy tarde, estaba tan cansada que «no tenía fuerzas para hacer los deberes», precisa.

Ahora, con su ‘bici’ solo tarda media hora en llegar a la escuela, llega puntual y por las tardes tiene tiempo de hacer los deberes, ayudar a su madre a preparar la cena o con las tareas del hogar. Además, antes los días de lluvia suponían que Pushpa se quedara en casa, ya que los caminos quedaban embarrados y le daba miedo encontrarse con serpientes o escorpiones.

Otro valor añadido para Pushpa es que a diario va con otros quince niños y niñas de su aldea juntos en bicicleta al colegio y «es muy divertido». Tener más tiempo para hacer sus deberes o para ir a clases de refuerzo ha dado sus frutos: «mis notas han mejorado», cuenta la adolescente que tiene un objetivo claro, «ser maestra».

             FVF

Los profesores también han detectado que «gracias al reparto de bicicletas, los alumnos están más cohesionados y se ayudan entre ellos cuando a alguno se le estropea su bicicleta o se le pincha la rueda». «Se ayudan independientemente de la casta o el sexo, y eso no es fácil» en India, resalta Naidu.

La entrega de las bicicletas también contribuye a aumentar la confianza de los padres en sus hijos y su apoyo a que continúen con sus estudios. «Se siente aliviados» porque saben que ahora podrán ir y volver de la escuela de forma segura, especialmente aquellos que tienen hijas que viven «con miedo» ante la posibilidad de que les pueda ocurrir algo cuando regresan a casa por las tardes y recorrer los 3 o 4 kilómetros de distancia que tienen algunas de ellas de sus centros educativos, añade el responsable de la FVF.

DERECHO A LA EDUCACIÓN

«El derecho a la educación es fundamental y un pilar básico para el progreso e integración en la sociedad», resalta Naidu. En la zona en la que trabaja, la FVF ha conseguido lograr el abandono escolar cero en educación primaria y ahora se ha fijado como meta alcanzar esa misma tasa en la educación secundaria.

«Las bicicletas las entregamos a los alumnos de sexto y séptimo curso, porque detectamos que eran los cursos en los que se producían la mayoría de los abandonos escolares», explica el responsable de la FVR, que resalta que aunque el beneficiario es un estudiante, en realidad toda la familia termina beneficiándose de la bicicleta.

«Cada bicicleta tiene un coste de entre 3.500-3.700 rupias (entre 43 y 47 euros), una cantidad que para una familia campesina que gana de media 100 rupias a la semana sería inasumible», reconoce, por eso «la respuesta por parte de los padres de los estudiantes es siempre positiva».

Fuente: http://www.europapress.es/internacional/noticia-bicicleta-pasaporte-seguir-estudiando-ninas-india-20180519093435.html

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“El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad”. Entrevista a Oscar Jara

Entrevista/24 Mayo 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la Educación

La educación popular cada vez tienen más la vista puesta en la necesidad de la transformación social desde la formación. Mirada analítica, crítica que busca la mejora social.

Oscar Jara ha dedicado toda su vida docente dentro del campo de la educación popular, de la educación transformadora que está llamada a generar cambios en la sociedad para mejorarla. Durante lago más de una hora habla con emoción sobre la necesidad de una pedagogía más anclada en la realidad del alumnado, que lo que les rodea entre en el aula, para generar curiosidad, interés en investigar, para generar aprendizajes duraderos y formas de hacer a lo largo de la vida. Algo que también debe estar presente en el profesorado, siempre dispuesto a aprender con y de su alumnado, creativo y listo para cambiar sus métodos en función de las necesidades del momento.
Oscar Jara siempre tiene a Paulo Freire en la memoria. Sobre sus postulados comenzó a desarrollar su labor docente alfabetizando adultos en los 70. Hoy, entre otras cosas, preside el CEAAL, el Consejo de Educación Popular de América Latina. Aprovechamos su visita a nuestro país para hablar con él.

¿Qué es la educación popular?

La educación popular en América Latina es un fenómeno sociocultural que existe desde hace muchísimos años y que ha ido cambiando. Tenemos una educación popular, tras las colonias, cuando nacen las repúblicas. Se le llama popular a la instrucción pública. Luego, en el inicio del siglo XX con las experiencias de las universidades populares obreras aparece vinculada a procesos de movilización obrera: dirigida a una educación de clase.

En los años 60-70, con el aporte de Paulo Freire, surge la noción de una educación crítica. Habla de una educación liberadora en dos sentidos: de las cosas que nos atan de forma dominante y para liberar las potencialidades que tenemos. Surge una forma de entender el proceso educativo vinculado a procesos organizativos, con perspectiva transformadora y de liberación.

Durante mucho tiempo se pensaba que esta educación popular se hacía con personas adultas y de manera no formal. Pero a partir de este siglo, tiene la característica de ser problematizadora, crítica, liberadora y busca que las personas seamos protagonistas de los procesos de transformación en nuestra vida. No es una educación para adaptarnos al sistema, a la realidad, sino procesos educativos que desarrollan nuestra capacidad de cambio vinculada a cambios sociales, culturales, de mentalidad.

¿Un ejemplo?

Puedes hacer una educación que sea adaptativa a las condiciones vigentes, con contenidos preelaborados o generar capacidad de aprendizaje, de cuestionamiento, de análisis… en un proceso preescolar con niños y niñas que van trabajando su creatividad, su capacidad relacionarse, de vincularse con el medio, de preguntarse cosas… eso en primaria, secundaria o universidad, poniendo como eje la idea de generar cuestionamiento, pensamiento propio y acción colectiva.

Parece fácil, pero no debe serlo…

Supone muchas veces ir a contramano de un sistema educativo, donde el énfasis está en la enseñanza; en la educación popular el énfasis está en los aprendizajes. El rol del educador o educadora popular no es de transmisor de contenidos, sino de promotor de capacidades de aprendizaje. El educador desarrolla sus condiciones de ser aprendiz. Para dar procesos de aprendizaje tienes que estar abierto a descubrir cosas nuevas.

Va a implicar un proceso de aprendizaje individual y otro colectivo. Aprendemos personalmente, pero en un entorno en el que tenemos la capacidad de generar diálogo de saberes; es la intencionalidad transformadora, por eso la educación popular, como toda educación, es política, pero dirigida a procesos de transformación. También hay una educación que es política dirigida a que no transformes nada, que te adapte.

En España se habla de la necesidad de despolitizar la educación…

Es imposible despolitizar la educación. Ya decir eso es una afirmación política.¿Qué significa la política? Relaciones de poder. Y están presentes en todos los espacios de la vida.

Una educación en la que tienes que someterte a la lógica dominante, donde hay un valor uniforme que es el que se debe aplicar y en el que no se permite la diversidad… todo esos son elementos políticos en los cuales se genera una reproducción de la lógica de poder dominante. Si generas capacidad de cuestionar, de imaginar cosas distintas, generas una capacidad políticamente distinta.

Como educador, si me dicen que hay que despolitizar, no sabría qué hacer,. De hecho, si no hago nada, políticamente estoy dejando que las cosas sigan como están.

El mercado laboral exige una acreditación de los saberes aprendidos. No sé si hay encaje entre la educación popular y estas acreditaciones…

El tema de la acreditación y la relación con el mercado laboral es algo que hay que considerar. El problema está en que vivimos en una sociedad en la que se entiende por educación solamente la acción escolar. Esta está estratificada y dirigida a la formación mediante contenidos preestablecidos; se hace, muchas veces, de manera autoritaria, vertical, unidireccional en donde hay un saber constituido que se transmite y tiene que ser supervisado. Yo lo transmito, el educando lo recibe y debe dar cuenta de si lo aprendió, tal como se lo dijeron. Y ahí viene la acreditación.

El sistema de acreditación termina siendo un proceso de fiscalización sobre el conocimiento preestablecido, con lo que tiene muchos límites, además de que puede ser discriminatorio. Muchas veces los exámenes compulsivos, en vez de ser oportunidades de aprendizaje son creadores de traumas.

Yo no empiezo a interesarme por un tema, a profundizar, a buscar las posibilidades para relacionarlo con mi vida sino para tratar de contestar a las preguntas que me van a hacer y poder salir y luego decir: “Uf, pasé”. La cosa es poder salir de esa lógica, de competencia, donde supuestamente la matriz que nos domina señala que solo quienes cumplen con eso y acreditan son las que tendrán éxito en una sociedad.

En lugar de que sea un proceso de certificación de conocimiento, de saberes útiles, de capacidades de socialización, se convierte en un refuerzo de mi capacidad de dominio sobre una sociedad vertical y estratificada. El sistema de acreditación, en sí mismo, no es que sea negativo. Es la lógica global en la que está integrado.

¿Cómo debería ser en la educación popular?

Supondría pensarlo de otra manera. Pensar el trabajo, la formación laboral y colectiva de otra manera, y pensar en una sociedad que se desarrolla con otros parámetros. Hablamos de cosas que parecen inviables en esta sociedad… Pues eso… esta sociedad no es viable. Los inviables no somos nosotros, es este esquema.

Existen experiencias muy interesantes en donde las evaluaciones las hacemos colectivamente, donde hay otros criterios que no son solo los cognitivos… Y son sistemas en los que no está ausente la disciplina. Ni el respeto.

Muchas veces se ha confundido el respeto o la disciplina con autoritarismo. Puede haber una disciplina colectiva, democratizadora, autocrítica… y podemos tener espacios de socialización democráticos que nos permitan vivir relaciones de otro tipo. Por eso la importancia de un trabajo educativo democrático. Si nos formamos en la lógica de solidaridad, nos chocará mucho vivir en una sociedad en la que esto no ocurre.

Esto lo sufren los alumnos: les hablamos de democracia en un sistema escolar muy jerarquizado. En educación popular se habla de la relación casi de iguales profesor-alumno…

Tenemos que ser diferentes, por eso cuesta. Confundimos autoridad con punición y se piensa que el respeto es obedeciendo y es de un solo lado.

Si cualquier persona le preguntamos cuál es el profesor o la maestra que más le impactó seguramente vamos a encontrar como referencia a alguien que nos trató con mucho respecto, a quien nosotros respetamos y que nos ayudó a descubrir cosas. No tanto a alguien a quien tuvimos que obedecer.

Significa tener un estilo de relación horizontal. No sé si utilizaría que de pares, sí horizontal, donde esta persona educadora tenga disposición de aprendizaje, para aprender con, no solamente para dictar y transferir.

Paulo Freire habla de esto de una manera interesante. Le preguntaron qué le parecía aquello de que el educador no enseña. Freire dice que quien diga que el educador no enseña o es un mentiroso o es un demagogo. Porque el educador tiene una resposabilidad de enseñar, dice él. Pero enseña como parte de un acto mayor: el de aprender. Lo que yo enseño no es lo absoluto, sIno que es parte de un proceso, y por eso, yo como educador tengo que disponerme a aprender. Disponerme a investigar, a preparar, no solo lo que voy a decir, sino alguna pregunta que surja del alumnado y que me obligue a mí y a ellos a investigar. Y convertir una clase en una sesión de descubrimiento, donde yo mismo me coloco como aprendiz. Ahí me gusta la noción de ser desafiador o desafiadora.

¿Cómo debe hacer esa figura?

El primer desafío del educador cuando tiene un grupo de personas es saber qué cosas saben, qué quieren saber, qué les motiva, cómo viven, con qué se relacionan, qué imagen tienen de mí… y en el tiempo educativo en el que yo participo, qué desafío me plantea incorporar eso dentro de mi proceso de aprendizaje. Cada vez que voy al aula me tengo que preguntar qué ha pasado desde la anterior sesión. Cada persona tendrá y ahí está el arte de convertir eso en un hecho educativo. Tengo la responsabilidad de desafiarles con una pregunta, haciendo alguna propuesta de trabajo, buscar cosas que no han imaginado y que yo puedo contribuir.

Lanzo una pregunta para ver qué saben, y de la conversación salen temas que yo no sabía. ¿Qué hago? Ahí viene un desafío de creatividad que en última instancia es el arte de la educación. No solo hay una ciencia. También la posibilidad de convertir eso en algo nuevo.

Hay una responsabilidad que tiene el educador y la educadora que le hace ser distinta a la persona que asiste, el educando. Pero no es la responsabilidad de quien sabe todo y lo enseña, si no la de quien sabe algo y también quiere saber lo que saben los demás.

En ese proceso tenemos que ser horizontales. De ahí viene la idea de la innovación pedagógica, de tener esa creatividad para dejar de lado las cosas que tenía pensadas, para adecuarme al proceso. En la medida en que soy coherente con lo que quiero proponer como aprendizaje y donde siento el desafío, ahí tengo que innovar al punto que mis procedimientos preestablecidos los tengo que dejar de lado y me tengo que poner a investigar. Mi tarea se convierte en algo interesante en lugar de una cosa aburrida.

Habrá quien te diga que es muy estresante tener que repensar la profesión a cada momento…

Pero fíjate qué diferencia tener esta otra disposición, el desafío de la aventura, de creación de lo nuevo. Pero tenemos que prepararnos. El problema es que si nos han preparado para que nada más repitamos, sentimos esto como imposible, que nos estresan.

Imagínate qué distinto es para un educador decir,: “Bueno, hoy voy a enseñar estas cuatro cosas y aprendo, anoto lo que voy a decir…”; frente a: “Y sobre este tema, ¿qué aprendizaje podríamos generar? ¿O qué es lo que voy a aprender?”. Nos coloca en una actitud distinta. ¿cómo vincular esto con un currículo preestablecido? Ahí viene la segunda parte, el arte de la transformación. En última instancia, si tenemos una visión holística de la realidad, todos los temas están vinculados. Supongamos que hoy toca, no sé, los artrópodos… qué diferencia habría entre lo que me hizo a mí mi profesor de zoología de aprenderme las clasificaciones (que ni me acuerdo) a que yo empezara a llevar a clase mañana tal insecto y vamos a analizarlo: por qué se llama así y qué otros conocemos, cuáles hay en nuestra casa, cuáles hacen daño… todo tema es susceptible de ser vinculado con algo de la realidad.

Para la educación popular esto es clave, el anclaje con la realidad…

Como punto de partida y de llegada. Podemos tocar cualquier tema. Podríamos partir del botón de la camisa para hablar sobre su material, dónde se produce, por qué se usan y quién usa camisas y quién no, por qué las mujeres usan camisas con botones a la izquierda y los hombres a la derecha, por qué está producido con un hilado, quién inventó los hilos y el algodón, dónde se produce el algodón y cuánto cuesta… podríamos empezar del botón de la camisa e ir hasta la física cuántica, no sé… (risas)…

Una cosa es tener un currículo preestablecido totalmente estructurado y otra, tener elementos que podemos articular, dependiendo del nivel de curiosidad, del grado de aprendizaje del educando… y de sus condiciones. Porque una cosa es que yo tenga 8 años y sea hombre a que sea mujer, a que tenga 45 y sea trabajadora doméstica o sea una persona que está siguiendo un máster porque quiere hacer una especialización. De repente el tema podría ser el mismo, pero la manera de crearlo y trabajarlo podría ser muy diferente.

Destrozar el paquete, convertir los elementos estructurados en oportunidades de búsqueda de aprendizaje, de investigación, de curiosidad, de desarrollo de capacidad cognitiva, de preguntarse cosas…

Vivimos en estos años entre enseñar competencias básicas y las evaluaciones estandarizadas que reducen mucho qué y cómo se enseña…

Hay un problema de incoherencia. Generar la idea de aprendizaje de capacidades a lo largo de la vida es buenísimo como aspiración. Ahora, ¿cuál es la coherencia en un proceso político pedagógico concreto? ¿De qué manera desarrollamos esas capacidades de aprendizaje?

Hay que mirar más allá del sistema educativo. Tradicionalmente se piensa que lo que aprendemos en la escuela es fundamental, nos crea la identidad, es donde aprendemos el saber; pero la escuela debería ser de ventanas y puertas abiertas, de manera que todo lo que ocurre a fuera estuviera dentro.

Ahora, buscar la coherencia político pedagógica supone buscar los dispositivos que permitan una pedagogía de la pregunta, de la curiosidad, de la sensibilidad colectiva… y, por lo tanto, tener esos dispositivos pero sabiendo que pueden ser modificados, recreados, de manera que debe haber un margen de creatividad mayor.

No vivimos en un espacio de anarquía absoluta, existe un sistema educativo, no es malo que la mayoría de la gente asista a la escuela. El tema es cómo salimos de él. El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad. Supone que yo sea mejor persona por haber pasado por él.

Pero tenemos una sociedad que no nos ayuda a apreneder, que no nos estimula, si no a repetir y a hacer cosas para aislarnos de las personas o para ir por encima de los demás. .

A veces pienso queuna escuela trabsformadora debería dedicar tanto tiempo a la educación de los padres de familias que a la de los chavales…

Pensaba justo en las familias, que a veces son las más reticentes y que presionan más a los docentes para que la educación sea lo más homogénea posible…

Por qué no discutir eso con los padres de familia, qué esperamos. Hay mucho que cambiar. En América Latina hemos hablado mucho sobre la importancia del cambio social; estos no son tan fáciles ni rápidos. El cambio social político, social, cultural, la construcción de una nueva hegemonía supone procesos de aprendizaje históricos más largos que momentos de cambio de gobierno, o de revolución. Esto puede hacernos pensar en dejar las cosas como están. El día que hagamos eso será el día que le demos el triunfo a la ideología dominante, que quiere que nos conformemos y resignemos, y que seamos uno más de ese rebaño.

¿Es más difícil? Lo es. Hay que romper cercas, frenos que tenemos por todos lados, sí, efectivamente, pero digamos que es la apuesta de vida por la cual tiene sentido trabajar en educación, y le da dignidad, sentido, valor a cualquier cosa que hagamos, mucho más que el número de personas graduadas.

¿Cuál es el encaje de la educación popular en un sistema educativo convencional?

Pienso que van a ser procesos que no se van a cerrar. Supondría tener centros educativos en los que la relación administración-profes, profes-profes, profes-alumnos, alumnos-administración vayan geenerando otro tipo de relación. Creo que es posible y exixte.

Segundo: la formación del profesorado no ser vista como algo hecho, sino algo que estamos permanentemente haciendo. Hay que sistematizar las experiencias. No podría dar una respuesta absoluta, pero sí podría decir que en la medida que esas experiencias, a través de narrativas docentes o sistematizaciones involucren gente se podrá ir creando sistemas educativo más adaptados.

Tercero, está el análisis de experiencias de otros países. En costa rica no vamos a hacer lo que hacen en Finlandia, pero podríamos aprender así como que de repente Finlandia podría aprender cosas que hacemos en Costa Rica. El tema es cómo generar procesos de interaprendizaje que nos permitan renovar nuestras teorías pedagógicas y mejorar nuestras capacidades.

Supone una transformación del sistema educativo, empezando a trabajar no por series de grados sino por currículos abiertos, intertemáticos…

Siempre Paulo Freire es una inspiración… Decía que cada vez que sobre una situación concreta logramos crear un contexto teórico, estamos haciendo escuela en su sentido radical. En la medida en que podamos desarrollar una capacidad reflexiva que nos permita descubrir los sentidos y las interrelaciones de ese contexto y sus vínculos, estaremos ante la posibilidad de generar capacidades de aprendizaje racional, emocional, físico, corporal, artístico, imaginativo.

Tú empezaste alfabetizando mujeres en Perú y en el gobierno sandinista de Nicaragua, ¿Está mejor la situación educativa en América Latina?

Yo creo que hay más oportunidades que hace 30 años. Estoy pensando en educación popular. Hay cuestionamientos que están más presentes en las adminsitraciones. Pero también hay más resistencias. La lógica dominante trata de impedirlo. Estamos en un contexto de mucha más polarización, nos está quedando claro que las alternativas democráticas solo pueden ser posibles desde procesos de cambio. Las clases dominantes en América Latina son cada vez más profundamente antidemocráticas y que bajo formas de dictaduras de hace años, ahora en formas veladas de golpes suaves, bajo apariencia de legalidad democrática se viven relaciones mucho más antidemocráticas. Copiamos los moldes que nos vienen de Europa o EEUU sobre lo que debe ser la formación, la educación. Eso influye en el profesorado. Es un espacio en disputa. ¿Nos vamos a adaptar a eso o vamos a tener capacidad de inspirarnos mutuamente generando un movimiento que gane mayor convencimiento por parte de la gente? Yo estoy más por la segunda.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/24/el-derecho-a-la-educacion-no-es-simplemente-el-derecho-a-pasar-o-a-sufrir-12-anos-de-escolaridad/

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Entrevista a Martin Ferrari y Malena Noguer: «La educación es una herramienta de transformación social»

Argentina / 29 de abril de 2018 / Autor: Rolando Gallego / Fuente: Espectador Web

Los realizadores Martin Ferrari y Malena Noguer estrenan el documental «La educación en movimiento», que permite reflexionar sobre viejos usos y costumbres del sistema educacional.

Hablamos en exclusiva con los directores para conocer más de la propuesta.

¿Cómo surge la idea del documental?

Malena: El proyecto empezó hace más de 4 años. Nosotr@s venimos de los Bachilleratos Populares, que son escuelas públicas y populares que nacieron en los barrios y fábricas recuperadas después de la crisis del 2001, y que toman la educación popular como enfoque desde el que trabajar. Ahí nos conocimos y nació una pregunta ¿qué sucede con otras experiencias similares más allá de nuestro territorio? ¿Qué está pasando con la educación y los movimientos sociales en Latinoamérica? Comenzamos a soñar un viaje, a leer, a investigar, a encontrarnos con educador@s, investigador@s que ya venía trabajando en el tema. Y luego, con la convicción de que lo que viviéramos y conociéramos no podía quedar en nosotr@s, decidimos tomar en nuestras manos la herramienta audiovisual y hacer un documental con el objetivo de aportar una herramienta de debate y reflexión. Elegimos la herramienta audiovisual por dos razones. Por un lado, en esa investigación previa, encontramos muchos materiales teóricos y escritos sobre educación y movimientos sociales pero muy poco material audiovisual. Por otro lado, creemos que es una herramienta de gran impacto y necesaria en esta época. Fue entonces que nos encontramos con cineastas que nos empujaron a formarnos para poder realizar un material de calidad. En ese momento, no nos imaginábamos vivir la “expedición pedagógica” que implicó el viaje y rodaje del documental: 500 días de viaje, 45000Km, 10 países, 15 movimientos sociales visitados, más de 100 entrevistas, 300 horas filmadas…Verdaderamente fue un viaje etnográfico en el que no sólo visitamos y filmamos experiencias educativas, sino que habitamos cada territorio, cada lucha, cada intento, cada encuentro con esos compañer@s que desde diferentes rincones luchan por la emancipación de los pueblos de América… y así cada territorio nos atravesó y nos desbordó de mundos. Todo el viaje lo hicimos en nuestra pequeña camioneta Kangoo, donde vivimos el año y medio de rodaje y que la equipamos también como sala de edición. La «Guagua Transhumante» ( Guagua que en algunos países de NUestramérica significa colectivo y, en otros, niñ@. Transhumante, por nómade) se convirtió en una compañera más durante el rodaje del documental. Es un proyecto independiente y autogestivo, que fue posible por el apoyo y aporte de compañerxs de los Movimientos Sociales, familia, amigxs. En la etapa final de sumó la UNTREF para hacer la Post Producción de Imagen y Sonido. Así como no imaginábamos la expedición pedagógica que fuimos viviendo, tampoco proyectábamos que el documental se estrene simultáneamente en 10 países como sucedió el jueves 5 de abril, fecha elegida en homenaje a Carlos Fuentealba. Fue el rodaje y principalmente la devolución de lo que filmábamos a cada escuela y movimiento que nos empujó a asumir el compromiso de que el documental vuelva a esos y otros territorios para sembrar el debate sobre ¿qué educación queremos y para qué sociedad?

¿Cuánto tiempo les llevó documentar las experiencias en los diferentes lugares?

Martín: El viaje y rodaje implicó 1 año y 4 meses, 500 días. Más o menos, 2 meses por país. Fue todo un trabajo de relevamiento y armado: mapear movimientos sociales de relevancia por su historia o por sus proyectos políticos-pedagógicos; que puedan ir reflejando diversas experiencias educativas (algunas de educación primaria, otras secundaria, otras universitaria, otras de formación política, otras para jóvenes y adult@s, algunas reconocidas por el sistema educativo, otras no reconocidas, etc); que puedan reflejar también diversos roles dentro de esos proyectos político-pedagógicos (seguir a un docente, a un estudiante, a una militante que se formó como estudiante y hoy es docente, mujeres, hombres, trans); que reflejen las experiencias diversos movimientos sociales y diversas luchas frente a las mismas opresiones (movimientos indígenas, movimientos de trabajadores, movimientos campesinos, movimiento feminista). La duración del rodaje fue dependiendo de cada experiencia… pero siempre implicó un tiempo de ir entrando en confianza, que nos conozcan, compartir los cortometrajes (y luchas) realizados en otros rincones de Nuestramerica, y luego poder filmar. En este proceso ayudaba mucho el vivir en esas escuelas, comunidades, con las mismas familias o estudiantes a los que íbamos a filmar. Eso fue posible por el hecho de llegar con el auto y vivir en él. En general estuvimos entre 15 días y un mes por experiencia.

¿Cómo accedieron a cada una de ellas?

Martín: Antes de salir nos reunimos con referentes académicos y militantes relacionados a los movimientos sociales y a la educación. Entre ell@s Pablo Imen, Claudia Korol, Norma Michi, Alberto Croce, el GEMSEP del Instituto Gino Germani de la Facultad de sociales de la UBA. Ellxs nos ayudaron a pensar el proyecto y nos abrieron muchos contactos. También fuimos generando los contactos para que nos conozcan y nos permitan filmar. Fue clave en este sentido, nuestro compromiso de filmar y antes de seguir camino editar un corto y presentárselo a cada escuela, organización, institución. Además de ser de los momentos más hermosos y fuertes del proyecto, implicó un real ida y vuelta, un real intercambio con los movimientos.

También asumimos el compromiso de dejar el crudo de lo filmado en cada movimiento.

¿Cómo decidieron el recorte antes de encarar el documental?

Martín: Antes del rodaje decidimos poner el ojo/cámara en la educación y los movimientos sociales, y particularmente poder reflejar las vidas de algún@s de las personas que atraviesan esas experiencias pedagógicas y políticas, porque esas experiencias de los movimientos construyen subjetividades críticas.
Fueron claves los cortometrajes realizados en el camino, ya que esas ediciones y sus posteriores devoluciones a las comunidades, organizaciones e instituciones nos fueron marcando el camino hacia el documental. Pero al llegar nos toco encarar globalmente las 300hs. Sistematizamos y categorizamos en un cuarto lleno de afiches y papelitos todo el material. Por país identificamos las entrevistas, las experiencias relevadas, los temas y ahí, el documental se mostró, estaban sus protagonistas, sus historias, los movimientos. Pero no fue una tarea fácil, ya que también identificamos valiosas experiencias e historias que tendrían que ser parte, pero el material filmado no entraba en diálogo con una narrativa que iba teniendo el guión. Luego comenzamos la etapa de montaje en una oficina que nos presto el IDELCOOP, ahí trabajamos con Gabriela Jaime, montajista, documentalista y quien nos formó desde un principio. Con ella, día a día durante meses fuimos encontrándonos con el material, armando las historia. Las primeras paradas en esa ruta fue que un día nos dimos cuenta que faltaba algo que haga fluir al documental, que enmarque a las 7 experiencias documentadas y sus territorios. Fue cuando nos toco comenzar a imaginarnos varias posibilidades (vos en off, placas, animaciones) y entre ideas conocimos el trabajo de Maxi Bearzi, animador y músico, y vimos que sus animaciones le darían vuelo al documental y sentimos que fue así. Pero aún nos quedaba otra estación, algo fundamental, la música, queríamos música original y el joven músico Mateo Arce fue el encargado de meterse en lo montado para encontrar esa música que dialogue con esos territorios, con esas historias y sus ritmos. Y cuando ya casi estaba terminado, volvimos a frenar para encarar la post producción de imagen y sonido y ahí la Universidad de Tres de Febrero confió en este proyecto y se sumo a co producirlo para que podamos cerrarlo y llegar a su estreno oficial el 5 de abril pasado. En todo este camino de post producción también nos contactamos con el INCAA donde nos presentamos para el subsidio de post producción, el cual nos negaron rotundamente.

¿Qué dignifica la educación para ustedes?

Malena: Más que dignificar, la educación es una herramienta de transformación social, pero si está en manos de los sectores económicos, simplemente será un herramienta de disciplinamiento y no de liberación. Como Freire planteaba es necesario “una educación que nos enseña a pensar y no a obedecer”.

¿Cómo cambió esa idea a partir de la realización del documental?

Malena: No cambió… pero sí tomamos dimensión y pasamos por el cuerpo el hecho de que en cada rincón de Nuestramérica existen resistencias frente a las violencias patriarcales, capitalistas y coloniales; y también propuestas de construcción de una educación emancipadora, de otras relaciones y otro mundo posible.

¿Qué creen que aporta “La educación en movimiento” a la discusión sobre el sistema educativo?

Martin: Queremos recuperar la pregunta por el sentido de la educación. El documental sale a la luz en un momento histórico en el que la mercantilización de la educación de la mano de las grandes reformas educativas en todo el continente, pretende ocultar esa pregunta. Los organismos internacionales, los gobiernos neoliberales de la ceocracia, las grandes empresas transnacionales vienen a imponer sus recetas de la mano de las evaluaciones estandarizadas, de la estigmatización de los sindicatos, del vincular la formación docente con la escala salarial, de los grandes cambios metodológicos (trabajo por proyectos, parejas pedagógicas, “escuelas del futuro”), de la tecnologización de la educación, de prácticas laborales atadas al mundo empresarial, pero todo eso… ¿Para qué? ¿Para favorecer a quiénes? ¿Para qué sociedad? Los sectores dominantes buscan esconder los para qué, ocultar que toda educación es política. Nosotr@s sostenemos que no existe educación neutra: toda educación es política y toda política es educativa. Esto nos lo recuerda Paulo Freire y los Movimientos Sociales lo tienen clarísimo y lo construyen día a día. Estamos viviendo una época en la que el capital avanza tremendamente sobre los territorios sin importar las vidas de las personas y las comunidades. Algunas constantes que vimos en el viaje son la sojización de la tierra, el avance de la minería que seca nuestras lagunas y ríos, el extractivismo, el consumo que consume nuestras identidades, la criminalización de la protesta, la estigmatización de l@s pib@s de los barrios, la militarización de las juventudes, las migraciones forzadas, los cuerpos de las mujeres como objetos de propiedad y consumo. Es en este contexto y de la mano de los sectores dominantes que se digita qué educación es necesaria y qué reformas hacer para eso. Por eso es urgente frenar y preguntarnos ¿para qué educamos?

¿Qué fue lo más difícil de rodar?

Malena: Lo más difícil de rodar fue Venezuela, ya que llegamos a la frontera Colombia-Venezuela y se encontraba cerrada. A pesar de que desde Venezuela nos permitieron el ingreso, Colombia no lo hizo y esa negativa implicó retroceder hasta Perú (tooodo Colombia, tooodo Ecuador y gran parte de Peru) hasta llegar a un puerto del amazonas, tomar 3 barcos atravesando el Amazonas hasta llegar a Manaos, Brasil, y desde allí manejar hasta Venezuela. Toda esta aventura y vuelta implicaron dos meses del viaje. Específicamente del rodaje, lo más difícil fue filmar la Mina de Oro Yanacocha, una de las más grandes minas de Latinoamérica, cuyas imágenes están al comienzo del documental. Ingresamos con Hugo, campesino que vive en las comunidades de la zona, pero teníamos que devitar ser vistos por la empresa. Logramos finalmente filmar el tajo de la mina, donde antes había una laguna que alimentaba de agua a toda la ciudad de Cajamarca.

¿Qué expectativas tienen ante el estreno?

Malena: Con el estreno y sus futuras proyecciones queremos que la película se difunda y que miles de personas la tomen en sus manos para debatir ¿Qué educación queremos y para qué sociedad?

Fuente de la Entrevista:

http://www.espectadorweb.com.ar/index.php/especiales/24-especiales/4150-entrevista-martin-ferrari-y-malena-noguer-qla-educacion-es-una-herramienta-de-transformacion-socialq

 

 

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Revista Iberoamericana de Educación 2018

Revista Iberoamericana de Educación

Vol. 76 (2018): Pedagogía escolar y social (2)

La Pedagogía y la Educación se constituyen respectiva y complementariamente en atalaya y en motor de transformación personal y social. Ideas, acciones y dinámicas que desde la familia, desde la escuela en su más amplio sentido y desde la sociedad permitan alcanzar cotas más elevadas de bienestar, de inclusión, de justicia y de libertad a lo largo de la vida en comunidad. La finalidad de este volumen es poner a disposición de la comunidad iberoamericana nuevas investigaciones, experiencias y reflexiones pedagógicas. Unas tienen nítido alcance escolar, otras, en cambio, encuentran mejor acomodo en el terreno social y, algunas, sirven de puente entre los dos ámbitos. Esta compleja y rica panorámica se refleja en los artículos que aquí se incluyen.

Descargar AQUÍ:

Revista OEI 2018

Fuente revista: https://rieoei.org/RIE/issue/view/265

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