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La vuelta de la derecha

Por: Emir Sader

La nueva ola de derecha en América latina no tardó en decir a qué vino. Los gobiernos de Mauricio Macri en Argentina y de Michel Temer en Brasil se dedican, única y exclusivamente, a aplicar el mismo tipo de duro ajuste fiscal que ya había sido aplicado en esos y otros países del continente, con las desastrosas consequencias económicas y sociales que se conocen.

Para ello, tuvieron que reimponer el viejo diagnóstico, según el cual, los problemas de los países son resultado de gastos excesivos del Estado. Un diagnóstico totalmente desmentido por la forma en que en esos mismos países los gobiernos han reaccionado a los duros efectos de la crisis internacional iniciada en 2008. Se podría haber hecho lo que se hace ahora, cortando hondamente los presupuestos de los recursos para políticas sociales. Pero las economías latinoamericanas habrían ingresado en recesiones profundas y prolongadas, de las cuales no habrían salido, como ocurre con las economías europeas.

Sin embargo, los gobiernos de Argentina y de Brasil, con orientaciones distintas de las actuales, no se dejaron llevar por la crisis y reaccionaron en contra de la recesion, con medidas anticíclicas. Con ello pudieron sacar rápidamente a las economías de la recesion, volver a crecer, superar el desempleo y retomar la dinámica de expansión económica con distribución de renta, que permitió el momento más virtuoso de la historia de esos y de otros países del continente en este siglo.

Pero la derecha volvió a los gobiernos de esos países, como si no hubiera pasado nada. Como si no hubieran fracasado y arrojado a los países a las peores crisis recesivas en mucho tiempo, con altos niveles de desempleo y profundas crisis sociales. Como si no se hubieran dado gobiernos que recuperaron esas economías, superaron su crisis social y desarrollaron los programas de inclusión social más amplios de su historia.

La derecha retoma el mismo diagnóstico que había llevado a los ajustes, a las recesiones, a las crisis sociales. Necesita, para ello, borrar o descalificar todos los avances logrados a lo largo de este siglo. Como si Argentina y Brasil no estuvieran mucho mejor, de todos los puntos de vista, gracias a las políticas con las que han enfrentado a la crisis.

Tratan de pasar la idea de que la crisis actual es generada por el modelo que mejor funcionó. Dicen que se habría gastado demasiado. Que los gastos en políticas sociales serían la causa del desequilíbrio de las cuentas públicas. No las altísimas tasas de interés, no el pago de las deudas interna y externa, no la evasión de impuestos, no los paraísos fiscales, no los subsidios a los grandes empresarios, no la especulación financiera.

En realidad, la derecha vuelve para destruir lo que fue construido a lo largo de este siglo en los países donde logra, por una u otra vía, volver al gobierno. Su agenda es estrictamente negativa: privatización de propiedades públicas, menos recursos para politicas sociales, menos derechos para los trabajadores, más recesión, más desempleo. Más Estados Unidos en el continente y menos integración regional.

No pueden decir que son lo nuevo, porque rescatan a los viejos economistas neoliberales. Ni que van a retomar el crecimiento económico, porque ahondan la recesión. Ni que van a controlar las cuentas públicas, porque aumentan la inflación y el déficit público. No tienen nada para prometer, porque lo que hacen no tiene nada de popular, ni de democrático. Sólo pueden sobrevivir, blindados por los medios.

¿Cómo deben reaccionar las fuerzas populares frente a esa ofensiva conservadora?

Antes de todo, buscando el más amplio proceso de toma de conciencia, de movilización y de organización de los sectores populares, víctimas de las políticas de esos gobiernos. Sin eso, no será posible revertir la situación. En segundo lugar, buscar la más amplia unidad de las fuerzas opositoras, tomando como línea divisoria entre los dos campos al modelo neoliberal. Unir a todas las fuerzas antineoliberales. En tercer lugar, hacer un balance del pasado reciente, pero valorando todo lo conquistado como paso previo a la crítica de los errores. En el cuarto, finalmente, reconquistar la hegemonía de los valores que han llevado a los gobiernos progresistas a ser eligidos por la mayoría. Reelaborar los temas de la justicia social, de la democracia política, de la soberanía nacional, entre tantos otros, en los términos actuales, después de los avances de la derecha.

Como cada vez que se da una victoria política de la izquierda o de la derecha ésta es antecedida por una victoria en el plano de las ideas, hay que reimponer como objetivos fundamentales del país el desarrollo económico con distribución de renta, después de desarticular las falsedades con las que la derecha vuelve a los países de América latina.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-313307-2016-11-03.html

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Las otras Malala

Por: Joana Oliveira

Cuatro adolescentes luchan por los derechos de las niñas en Colombia, Nepal, India y Nicaragua

A los 17 años, la nepalí Sabina Shresta ha conseguido evitar el matrimonio de por lo menos seis niñas con hombres mayores en su país. Brisa Isela Bucardo, de 16 años, es consejera comunitaria en Nicaragua y tiene un programa de radio, Zona 90, en el que habla sobre derechos de las mujeres, violencia doméstica y salud sexual. Shatabdi tiene 15 años y colabora con la policía de Nueva Delhi (India) en un programa de seguridad urbana. Ha logrado reducir casi en un 90% los casos de acoso que ocurrían en su comunidad. Yadis Xiomara, colombiana de 15 años, preside la Plataforma Juvenil de su municipio, donde aboga por el derecho a la educación de las niñas. Siguiendo el ejemplo de la pakistaní Malala Yousafzai, quien ganó en 2014 el Premio Nobel de la Paz, esas cuatro jóvenes, que trabajan con la ONG Plan International y que están en Madrid para promover el Día Internacional de la Niña (11 de octubre), luchan para romper los estereotipos de género y empoderar a las mujeres.

“Ser niña es ser invisible”, afirma Brisa. En la zona indígena donde vive, le han enseñado que su papel es hacer los quehaceres del hogar, servir al hombre y ser una buena madre de familia. Las niñas de entre cinco y 14 años dedican más tiempo que los niños de su misma edad a tareas del hogar y a ir a buscar agua y leña, un total de 160 millones de horas más, según un informe de Unicef. Pero Brisa sabe que puede hacer más que eso. “Quiero ser periodista. Así podré llevar a otras mujeres mensajes sobre qué hacer en una situación de violencia, por ejemplo”, cuenta con determinación en los ojos, muy negros, y en la voz.

En el caso de Yadis, quien vive en una comunidad rural, en la montaña, a 553 kilómetros de Bogotá, el principal problema es la dificultad que tienen para llegar a las aulas: los colegios están lejos de las poblaciones y, debido al conflicto de décadas entre el Gobierno colombiano y las FARC, hay minas en el camino. A lo largo de los años, algunos menores han muerto debido a las explosiones. “La educación es precaria, por eso carecemos de espacios de participación que incluyan a las niñas”, cuenta la joven.

Para mitigar la situación, Yadis montó un grupo en su escuela para dar charlas sobre los derechos de las mujeres. Ella habla, entre otras cosas, sobre la prevención de embarazos en la adolescencia y de enfermedades sexuales e incentiva a otras jóvenes a que tengan un “proyecto de vida”. El sueño de esta quinceañera es estudiar Derecho Político para convertirse en ministra de Educación en Colombia. “El desarrollo de un país depende de la educación, y las niñas somos una pieza clave en ese proceso”, afirma Yadis.

Sabina también lucha para que las cosas cambien en Nepal, que está entre los 10 países con mayores tasas de matrimonio infantil, según Unicef. Un estudio de 2013 realizado por la organización Plan Asia y el Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer indica que el 41% de las mujeres nepalesas entre los 20 y 24 años contrajeron matrimonio antes de la edad legal de 18 años. “Ser niña en Nepal es como llevar una cruz. Nos perciben simplemente como empleadas domésticas”, explica.

Para poner fin a esa via crucis, Sabina participa en talleres de promoción de los derechos infantiles, a través de los cuales ha podido frenar matrimonios forzados, ofreciendo protección a las víctimas de esa práctica. Su pasión es el trabajo social y por eso quiere ser consejera del Gobierno en políticas sociales.

El matrimonio infantil también es un problema en India. En la comunidad de Shatabdi, una colonia de reasentamientos, la mayoría de las chicas abandona la escuela después de ser obligadas a casarse cuando son adolescentes. Allí lo que se espera de una niña es que se eduque y se embellezca para llegar a ser una buena esposa, siguiendo unos cánones muy estrictos, como no exponerse al sol para tener la piel clara, no levantar nunca la voz ni reírse muy fuerte y hablar siempre de forma suave.

“Yo siempre quería jugar en la calle, pero me lo prohibían. Nunca he entendido porque una niña tiene que estar siempre en casa, renunciar a ir a la universidad y casarse tan pronto”, cuenta la joven, con una seguridad inesperada para su edad. Para hacer su comunidad más abierta y más segura, ella colabora con un programa de seguridad urbana y clases de defensa personal para mujeres. Su grupo organizó reuniones para que hubiera mayor presencia policial en las calles y así reducir los casos de acoso sexual.

“Pedí a las autoridades que nos ayuden a cumplir nuestros derechos”, dice Shatabdi. Ella nació el 1º de enero de 2001, el primer día del siglo XXI. Su nombre significa “secular”. Remite al principio de un cambio hacia una sociedad más igualitaria.

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De la lucha de ideas a la lucha política

Por: Emir Sader

Todo gran avance de la izquierda en el plano político fue antecedido por conquistas en el plano de las ideas. El precepto gramsciano, retomado por Álvaro García Linera, permite entender cómo fue posible el período de gobiernos posneoliberales en América Latina, así como su crisis actual.

Los gobiernos neoliberales han logrado imponerse, después de promover como sentido común la idea de que el centro de la crisis económica residía en los gastos excesivos del Estado, preparando el terreno para los gobiernos de ajustes fiscales. Se trataba de hacer del Estado el blanco sobre el cual tirar la ira de la gente y las acciones de los gobiernos.

El fracaso de los gobiernos neoliberales ha dejado el campo libre para que las reacciones a esos gobiernos impusieran un nuevo consenso nacional: en el continente más desigual del mundo, la prioridad tiene que ser, si los gobiernos reflejan las necesidades de la sociedad, el ataque a las desigualdades y no el ajuste fiscal. Por lo tanto, se necesita de má y no de menos Estado, para implementar políticas sociales como su actividad fundamental. Aquí también la lucha de las ideas generó las condiciones para un nuevo avance político progresista en los países que han adherido a la visión posneoliberal.

La derecha ha logrado frenar esos avances en algunos de esos países y amenaza con hacerlo en otros, cuando logro, mediante campanas sistemática llevadas a cabo por los monopolios de los medios, reimponer la criminalización de la acción del Estado, así como diseminar la idea de que el problema central de nuestras sociedades es la corrupción y el combate a ella. Esta es la base de la contraofensiva de la derecha, que busca reimponer el fracasado modelo neoliberal, intentando borrar todos los avances de este siglo en esos países, así como el fracaso en la aplicación de ese mismo modelo en los años 1990.

Superar esa ofensiva requiere, de parte de la izquierda, reconstruir su proyecto de sociedad, de país, de Estado, desarrollar extensa lucha de ideas en todos los recantos de la sociedad, para recomponer el bloque social y político que pueda reconquistar la hegemonía ideológica, retomar la ofensiva política, en base a nuevas ideas y valores.

Para ello la izquierda necesita, además de balance de las experiencias, avances y problemas acumulados, la participación del pensamiento critico latino-americano, que mas que nunca está llamado a colaborar con la izquierda en la intensa disputa hegemónica que se desarrolla en nuestras sociedades.

Los avances políticos no se dan ni por la práctica pura y simple, ni por la elaboración teórica por si sola. Se dan como resultado de la combinación concreta entre las experiencias de practicas políticas y sociales y de la construcción intelectual. Es un movimiento que no se da en las entidades que congregan a la intelectualidad, como la universidad y los centros de investigación, pero que tienen que volver a contar con esos eslabones, articulados con los balances llevados a la práctica por los partidos, movimientos sociales y sindicatos, para que la práctica no se pierda en su dimensión singular, y la elaboración teórica no quede en su intranscendencia, por alejada de la practica política.

Temas como el nuevo rol del Estado, las formas concretas de participación política de las fuerzas sociales, la refundación del Estado, las formas de Asamblea Constituyente por las cuales se debe luchar, el tipo de sociedad radicalmente democrática que se ambiciona, los grandes temas de la juventud, de las mujeres, de los distintos sectores oprimidos en la sociedad actual, tienen que conformar nuevos objetivos de lucha, de busca de futuro, de construcción de nuevos consensos de trasformación radical de nuestras sociedades.

La intelectualidad latinoamericana tiene deudas, en el período histórico actual, con las grandes disputas de ideas que tienen que ver directamente con las durísimas luchas políticas que el continente enfrenta en esta segunda década del nuevo siglo. Se deben recuperar los espacios que antes fungían como lugares de elaboraciones teóricas vinculadas directamente a los grandes dilemas contemporáneos, para movilizar y promover el trabajo teórico articulado con las necesidades y las practicas de las fuerzas sociales y políticas que mas directamente organizan la decisiva lucha hegemónica en nuestros países.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-311171-2016-10-07.html

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Los NNATs y el trabajo digno en Paraguay

Por: Vanessa Pérez y Raúl García

En Paraguay, donde en 2012 se dio el penúltimo Golpe de Estado de América Latina mediante el sistema de “golpe blando” inaugurado tres años antes en Honduras y reinstalado hoy en Brasil, viven casi siete millones de personas. El gobierno de Horacio Cartes, electo por el miedo, la cooptación y la ignorancia, ha profundizado la pobreza y la migración campo-ciudad mediante sus políticas aliadas con empresas transnacionales que se enriquecen a costa de la usura y el agrotóxico. img_3474Son muchas las voces que están en lucha por la dignidad en este lugar del mundo, a pesar de que son identificadas, perseguidas, encarceladas y, cientos de veces, muertas. En un país donde los cinturones de pobreza, el hacinamiento en las cárceles, la vigilancia y la injusticia en los tribunales crece cada día más, encontramos centenares de niños, niñas y adolescentes trabajando. Y no es por gusto, sino por necesidad. De la recaudación de estas manos infantiles depende, en la mayoría de los casos, el sustento familiar. Por estas latitudes, al igual que por muchas otras en el planeta, la infancia no es solo juego, sino un compendio, en el mejor de los casos, de supervivencia, trabajo, educación y entretenimiento.

Existen organizaciones que dan protección, formación y un espacio de encuentro e intercambio a los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NNATs). En el Paraguay encontramos a la CONNATs, Coordinación Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores. Hablamos con algunas de las voces colaboradoras: Fran, Sergio, Gladys, Eli. “Como Coordinación Nacional de grupos de NNATs organizados, asumimos a través de acciones concretas nuestro rol para exigir el cumplimiento real de los derechos de los niños y niñas, denunciamos las violaciones de los derechos humanos e incidimos en la instalación de políticas sociales que apunten a un cambio social”, afirman. Pudimos ver cómo ayudan a desarrollar las capacidades personales, grupales, laborales y culturales de los NNATs sorteando los obstáculos del día a día, y dotándolos a estos de un protagonismo que pocas veces se da en la infancia.

En la terminal de autobuses de Asunción se puede encontrar a los_mg_3387niños lustrabotas. Un grupo de niños y adolescentes de entre 11 y 17 años que trabajan en turnos de mañana o tarde durante 6 horas, descansando un día completo a la semana. Todos ellos cuentan con el consentimiento familiar y están escolarizados. Diariamente se dirigen a su lugar de trabajo con una sonrisa dispuestos a compartir con sus compañeros y educadores, quienes les ayudan con las tareas escolares, les orientan y les ofrecen formación. Hablan como adultos detrás de su joven apariencia: “nosotros estamos así por el sistema capitalista, que es un modelo que se basa en la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre”, nos cuenta Walter Bogado, delegado Nacional de los NNAts.

img_3900En el mercado de Abasto están los vendedores de fruta y verduras. Ellas y ellos se ubican en la orilla de la carretera esperando un ómnibus donde subirse a vender. Otros ayudan a sus padres en los puestos o salen a los alrededores a ofrecer sus productos. Sin apenas tiempo libre, el mercado se vuelve la única escuela de muchos de estos rostros. El carácter perecedero de los alimentos determina un objetivo: vender todo en el día. Cuando eso se consigue, la jornada se da por finalizada. A veces pueden pasar muchas horas hasta conseguirlo. Sin embargo, la ayuda de estos niños y niñas es inestimable para sus familias, “sin él tendría que trabajar mucho más, no podría salir adelante”, declara una de las madres.

_mg_3883Tanto en la terminal como en el mercado están acompañados por  colaboradores que en algún momento también fueron NNATs. Además, tienen apoyo escolar, alimentación y momentos de ocio y formación, aunque ciertamente, debido al espacio físico donde trabajan, hay importantes diferencias. La amplitud del mercado complica la tarea de protección, por eso es esencial la cooperación de las familias. En la terminal el espacio es limitado y los guardias ayudan también a que los niños no sean acosados, algo que sucede más de lo deseado, de ahí la ausencia de integrantes mujeres en el grupo, aunque no se descarta su inclusión.

Los NNATs de la terminal se reúnen los sábados e intercambian ideas, curiosidades, plantean preguntas y reciben una formación inestimable. En el mercado tienen una radio donde durante dos días a la semana realizan un programa que se escucha en todo el recinto, informando acerca de los derechos que tienen los NNATs. De esta manera se teje toda una red de concientización que genera las bases para la construcción de otra sociedad. En la mano de las nuevas generaciones está la comprensión de una realidad que en la actualidad aparece manipulada por los medios de comunicación. En un planeta donde se privatiza el derecho al techo y al agua no puede calar el sueño americano de si tengo suerte y trabajo mañana seré rico. Miles de jóvenes licenciados que no encuentran empleo en lo que estudiaron demuestran que no es cierto, que este sistema impone el individualismo y la competencia como forma descarnada para salir adelante. Es así como se sigue viviendo, apartando la mirada de las casas de madera contrachapada que invaden el centro a la salida del parlamento y la universidad, desbordada y a veces inundada la periferia, conocida por ello como “los bañados”. Algunos estudiantes asuncenos no ven esas cosas, “las tienen delante y no las ven”, declara Jorge Lara, profesor de la universidad.

_mg_3918Nos cuentan los chicos de la terminal que algunas personas les miran mal, y cuando les ven acercarse se apartan o se molestan pues creen que van a robarles. ¿Os imagináis a esas mismas personas huyendo del vendedor de helados, de la vendedora de palomitas, del lustrabotas adulto ubicado en la plaza? ¿Cuál es la causa que genera desconfiar de un NNATs? Quizás la ausencia de análisis y reflexión del hecho en cuestión. Ese modo de actuar, extendido entre las clases medias y acomodadas que acostumbran a un tipo de consumo, habla de un tipo de sociedad. Una sociedad generadora de realidades no asumibles. Nadie quiere ver a un niño vender su fuerza de trabajo, sin embargo es una realidad, pero en lugar de abrir un espacio discursivo que busque el origen de ese hecho y lo trate sin desmerecerlo, se opta por desconfiar y huir. Es como si el cerebro chequease el instante inmediato en el que se acerca Mateo y, sin atender a su caja de lustrar, enviara la señal de ¡cuidado!, momento en el cual la señora de los zapatos negros llenos de polvo aprieta el brazo para agarrar su bolso con más fuerza. ¡Lástima! Por 3000 pesos paraguayos podría haber lucido impecables zapatos. Y es que, presos del sistema imperante, surge de todas partes la necesidad de protegerse de los desórdenes que ponen en peligro esa lujosa y cada vez más cara tranquilidad. De esta suerte el capitalismo instala el más grotesco de los mecanismos: la desarticulación del ser humano de su circunstancia. Dicha desarticulación lleva directamente a la insensibilización con cualquier tipo de injusticia y desigualdad. Anestesiado y esterilizado el nuevo sujeto postmoderno y global está preparado para afrontar la decadencia que genera el mismo sistema al haber sacrificado más del 71% de la población mundial en pos de un 21% que sirve de base para mantener ese 8%[i] de descarnados multimillonarios que tiran los dados para decidir cuál será el país con el que jugarán a la guerra más tarde. Por suerte los_mg_1692mecanismos no son perfectos y no todos son sujetos postmodernos y globalizados insensibilizados con las injusticias y las desigualdades. En el Paraguay hay los que luchan desde abajo y desde la izquierda, los que desde la prisión siguen pensando alternativas, los que siguen ocupando tierras a pesar de las muertes y encarcelamientos de dirigentes, las que se preguntan qué comemos y exigen un etiquetado que identifique los alimentos cultivados con agrotóxicos,  quienes desde su trabajo como educadoras y educadores populares quieren cambiar los barrios más desfavorecidos generados por el sistema; están los que se preguntan por qué, los que buscan respuestas y no quieren una torta como premio y pago de su voto. En el Paraguay hay muchas voces en lucha, en lucha contra la opresión y la discriminación. Y el más fiel reflejo de ello se puede encontrar en esos niños, niñas y adolescentes que dignifican el trabajo portando ese otro mecanismo de articulación entre quiénes son, qué pueden y qué deben hacer.

Notas: The Wealth Report 2015, Pirámide de la Riqueza

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217590&titular=los-ni%F1os-ni%F1as-y-adolescentes-trabajadores-y-el-trabajo-digno-en-paraguay-

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Libro Pensar el Estado y la sociedad: desafíos actuales

Pensar el Estado y la sociedad: desafíos actuales

Boaventura de Sousa Santos. [Coordinador]

CLACSO Coediciones.
ISBN 978-99905-40-54-3
CLACSO. CIDES- UMSA. Muela del diablo. Comuna.
La Paz.
Noviembre de 2008

Las reflexiones contenidas en esta coedición deben contribuir a restablecer la imprescindible relación entre conocimientos y experiencias, entre teoría y práctica, que demandan los procesos emancipatorios nacionales y latinoamericanos en la transición que vivimos. Ésta –como dice Boaventura– deberá moverse en el experimentalismo propio que demandan circunstancias de incertidumbre y de ausencia de “recetas” de futuro, pero cuyo carácter debería ser la multiplicación de formas de deliberación democrática como garantía para remontar el riesgo de su fractura y revisión.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=33&campo=autor&texto=de%20sousa

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Libro. Serie: Pedagogía Crítica. Curso de Ampliación en Formación Sociopolítica

Autores:

Luis Bonilla Molina, Marianicer Figueroa, María Magdalena Sarraute, Iliana Lo Priore,

Gloria Carrasco, Jacinto Dávila y Marx Gómez

Centro Internacional Miranda

ISBN: 978-980-7050-64-7

Caracas, abril 2014.

El Centro Internacional Miranda institución adscrita al MPPEUCT, cuya misión es la promoción y difusión nacional e internacional de los valores del sistema político de democracia participativa y protagónica, mediante el impulso de la investigación, la reflexión y la formación sobre cuestiones estratégicas del proceso de transformaciones políticas y de su vinculación con las transformaciones económicas, sociales y culturales emprendidas por la Revolución Bolivariana, plantea dentro de sus objetivos contribuir en la formación y desarrollo de cuadros políticos, sociales y económicos comprometidos con los principales valores del proceso transformador recogidos en la Constitución y su incorporación a tareas de dirección social y política.

Por lo antes expuesto el curso de ampliación en Formación Sociopolítica constituye un eslabón importante en la formación de las y los estudiantes venezolanos, para la asunción y ejercicio consciente como sujeto político, de las acciones que favorezcan el impulso de las transformaciones necesarias en los ámbitos social, cultural, económico, político y educativo que se requieren para el alcance de los objetivos definidos en el Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019

Para ello, el curso de ampliación propuesto está conformado por ocho módulos en los que se abordan temas de los ámbitos socio-económicos, políticos e ideológicos que permiten a las y los estudiantes universitarios conocer la problemática histórica que se plantea sobre los sistemas de relaciones sociales, los modelos de desarrollo y las diferentes formas de organización del estado que de ella se derivan. En ese sentido, el mismo está organizado en tres componentes en las que se abordan los siguientes temas fundamentales:

Componente Formación Inicial

  1. Relaciones socioeconómicas y modelos de desarrollo: reproducción o Transformación de realidades.
  2. Fundamentos de la revolución Bolivariana
  3. Las ideas socialistas

Componente Formación Especializada

  1. Introducción a la Economía Política
  2. El Modelo productivo ecosocialista
  3. De la educación en tiempos de emancipación
  4. Medios de Comunicación e Industria Cultural
  5. La organización estudiantil como movimiento social de resistencia global

Componente de Acción para la Transformación

Como componente final, se espera desarrollar encuentros en donde los saberes construidos puedan concretarse en propuestas y proyectos en el cual se propongan y ejecuten acciones para atender aquello no resuelto que atenta contra el alcance de los objetivos históricos del que son una invitación amorosa, deliberada y consciente para la acción transformadora, de manera que se experiencia cómo desde el poder constituyente pueden consolidarse y viabilizarse las políticas de estado. Desde esta perspectiva, congruente con un modelo educativo para la emancipación, se considera que el desarrollo y ejecución de proyectos transformadores por medio de los cuáles se aborden o resuelva problemas en una comunidad real que apunten a la ejecución de un objetivo estratégico del plan de la patria, será el sello final de la experiencia de formación sociopolítica, cuyos validadores/as serán las y los actores que hacen vida, participan y cooperan en una comunidad real.

Para descargar el libro haga cliquee aquí:

serie-pedagogia-critica-curso-de-ampliacion-en-formacion-sociopolitica

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La subcontratación en la Capital Social

Por: OLEP

Capital Social, CDMX o simplemente Ciudad de México. La capital del país lleva muchos años mostrando un rostro de “izquierda” donde las libertades democráticas se respetan, donde los derechos humanos son promovidos mediante una infinidad de programas sociales, donde existe una amplia apertura a los valores “progresistas” y respeto a las diferencias.

Sin embargo, tras esa máscara caritativa pintada de rosa mexicano se encuentra un rostro terrible de represión y explotación donde las necesidades del pueblo son dejadas de lado para privilegiar a los grandes empresarios nacionales y extranjeros.

Un ejemplo que demuestra esta relación es la legalización y normalización del outsourcing o subcontratación, es decir, de una forma de contratación en la cual el patrón (público o privado) le paga a una empresa (“contratista”, según el artículo 15 de la Ley Federal del Trabajo) para emplear a cierto personal para trabajar en las instalaciones de su compañía o dependencia sin que estos sean reconocidos como sus empleados, dejando toda la responsabilidad legal sobre ellos al contratista, mientras el patrón goza de todas las ganancias obtenidas. Cabe resaltar que la figura de las empresas “contratistas” es tan ambigua que permite eliminar los derechos de los trabajadores o simplemente desaparecer sin que esto implique alguna penalización hacia los dueños ni un seguimiento legal a éstos.

La subcontratación es cada vez más utilizada no sólo por empresas privadas, como las cientos de compañías de seguridad que brindan sus servicios a plazas comerciales o tiendas de autoservicio, sino por las propias oficinas de gobierno. Un claro ejemplo de esta forma de despojo de derechos es el caso de las trabajadoras de intendencia del Instituto de Educación Media Superior (IEMS), quienes fueron despedidas por luchar y demandar sus legítimos derechos a la organización, al salario justo, al trabajo digno y a la seguridad social.

Ahora bien, ¿qué hay detrás de la subcontratación en el sector público? En principio una necesidad de los grandes capitalistas por obtener mayores ganancias, pues en la dura carrera de la burguesía, el que se duerme se lo lleva la corriente. Esta ansia de ganancias se encuentra determinada por las propias leyes del capitalismo, es decir, no importa si los ricos son buenas personas o no. Si quieren seguir siendo ricos y mantener este sistema económico deberán acumular cada vez más, siempre a costa de la vida y el esfuerzo de los trabajadores, la plusvalía (la ganancia obtenida por el trabajo no pagado que le exprimen al pueblo). Aunado a este robo para obtener más ganancias, los capitalistas buscan eliminar los “gastos sociales”, es decir, esa parte de la ganancia “gastada” en pagos al seguro social, cuotas patronales, etcétera. En resumen, todos esos pagos y prestaciones que para nada son del agrado de los ricos y dan un poco de estabilidad a la supervivencia del trabajador.

En el caso del sector público capitalino, la burguesía de la Ciudad de México, del país e incluso la que viene del extranjero han presionado al propio gobierno “de izquierda” para que le cediera, por decirlo de algún modo, a una cierta cantidad de trabajadores y, de paso, los despojara de sus derechos. Es decir, no es que las empresas privadas generen nuevos empleos, como nos vienen diciendo una y otra vez, sino, por el contrario, el Estado elimina plazas en el sector público y les paga a las empresas privadas para que contraten a los trabajadores que cubrirían tales plazas.

Así, los sueldos bajan, pues no hay una relación directa entre el Estado y quien trabaja, la empresa se queda con gran parte de lo que paga el gobierno y le da una mísera parte al trabajador, apenas para comer. De la misma manera, la ganancia que antes iba para las arcas del país y servía para repartirle un poco a la sociedad (construcción de escuelas y hospitales, por ejemplo) ahora se va a los bolsillos de los ricos, quienes jamás le darán nada al pueblo.

El outsourcing o subcontratación en las instancias del Estado se convierte así en un arma doble en contra del pueblo: por un lado, los trabajadores pierden sus derechos laborales y, por el otro, las ganancias que deberían volver al pueblo se quedan en los bolsillos de los empresarios.

En este sentido, la llamada Capital Social se revela como un mero espejismo, como un modelo de ciudad que no podrá ser mantenido durante mucho tiempo y cuyas medidas de “apoyo para el pueblo” sólo servirán para generar clientes a quienes cobrar favores políticos a la hora de las elecciones. Esta situación se hace evidente en los múltiples despidos en delegaciones como Iztapalapa, Tlalpan o Venustiano Carranza; en la falta de estabilidad laboral de los trabajadores de SaludArte; en las contrataciones por outsourcing de los empleados de intendencia; en las deficiencias de la gratuidad en los Centros de Salud o las carencias del IEMS.

El Estado va mostrando así su verdadero rostro: el aparato político-militar que utilizan los empresarios para mantener sus privilegios y contener al pueblo por medio de la violencia, al tiempo que sus programas sociales y apoyos estatales se van difuminando, dejándolo todo al mercado.

Estas dificultades ya las han visto y sentido en carne propia las compañeras de intendencia despedidas injustificadamente del IEMS, quienes, sin saberlo, se enfrentaron a una de las cabezas de este monstruo llamado capitalismo, el cual se defenderá con uñas y dientes, pues si uno de sus rostros cae, se verá que los demás también pueden caer. Por ello su lucha es tan digna y a la vez tan complicada.

Por estos motivos creemos necesario organizarnos de manera independiente no para exigir una “verdadera Capital Social” o el retorno al “Estado Benefactor” donde nacen explotados felices, sino la superación del propio sistema capitalista como única salida a esta realidad tan injusta.

Como OLEP hacemos el llamado a usted trabajador, del sector público o privado, que sufre de contratos por outsourcing o cualquier otra forma de despojo de sus derechos laborales, a escribir sus denuncias en FRAGUA y a unirse con nosotros en este esfuerzo que tenemos como organización.Caminemos juntos y exijamos por medio de la movilización un trabajo justo, salario digno y seguridad social; luchemos de manera digna por un futuro mejor para todos, en el que no exista la explotación, el despojo ni la represión; luchemos por alcanzar el socialismo.

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