Cómo no pensar en otro mundo posible

Emir Sader 

En este artículo el autor reflexiona sobre la necesidad de construir otro mundo posible, diferente de este mundo ‘diabólico’.


El mundo está como le gusta al diablo: guerras, epidemias, catástrofe ecológica, miseria campante, amenazas, los peores pronósticos posibles. Se necesita una chispa para que todo se incendie. Alguien o algo puede salirse de control y eso es todo: el tan anunciado fin del mundo.

Todo como le encanta a los pesimistas. La guerra de Ucrania podría extenderse a toda Europa. Rusia podría recurrir a las armas nucleares, Estados Unidos anuncia que Rusia también sería destruida.

Hay especulaciones sobre posibles soluciones para el fin de esta guerra, pero todas parecen imposibles. Que Rusia salga plenamente victoriosa, incorporando a Ucrania a su territorio y avanzando a otros territorios. Una salida que solo remitiría a otras guerras, ya sea por la repuesta de Moscú, o por las respuestas militares de la OTAN, que esta vez intentaría tomar la iniciativa antes que el Kremlin. Posibilidad no favorable a una situación de paz y estabilidad. Antes puede apuntar a la llamada Tercera Guerra Mundial, que liquidaría todo y a todos, por el carácter demoledor que tienen las potencias nucleares para aniquilarse unas a otras, sin capacidad de defenderse de ser aniquiladas.

Una segunda posibilidad para el final de esta guerra sería la situación contraria: Rusia sería derrotada, tendría que retirar todas sus tropas del exterior y tendría un daño económico y social aún más grave, además del daño a su capacidad militar. Supondría que el poder atómico de Rusia sería neutralizado -no se sabe cómo sucedería-, pero no podría evitar que, una vez mas en su historia, Rusia recobrara fuerza y ​​reapareciera como una gran potencia nuclear. Nada alentador para un mundo de paz y estabilidad.

La tercera hipótesis sería la de un acuerdo mágico, en el que cada uno cede un poco y se llega a un tratado de paz que dejaría a todos si no contentos, al menos aliviados. ¿Qué podría ser este acuerdo mágico?

Rusia sacaria sus tropas de Ucrania y de sus fronteras, incorporaría, de una forma u otra, las dos provincias autónomas bajo su influencia, con la garantía de que la OTAN no incorporaría a Ucrania y que, por tanto, no habría tropas en su frontera. Una especie de nuevo Acuerdo de Minsk, esta vez de verdad. Y todos seríamos felices y comeríamos perdices.

¿Quién cree esto?

A continuación, podemos elegir los diferentes tipos de fin del mundo. Sin contar la propagación de una nueva pandemia, sin una vacuna para neutralizarla. O un desastre ecológico, tan anunciado desde hace tanto tiempo, en el que diversas partes del mundo se presentan como candidatas a desatar tales desequilibrios, que nada volvería a ser como antes, quizás ni siquiera la Ley de Newton.

Los programas de televisión incorporarán próximamente la pregunta de sus entrevistados sobre qué tipo de fin del mundo prefieren. Una guerra nuclear, un tsunami universal, una epidemia que se esparce por tocar los celulares o los televisores, o alguna combinación de todos ellos, que ninguna película de catástrofes ha previsto hasta ahora.

O, como suele decirse, dejemos de lado el pesimismo, al menos por un momento. Dejemos el pesimismo para tiempos peores. Estos tiempos no conllevan, más allá de todos los riesgos, un pesimismo generalizado.

¿No habría otro posible fin del mundo? ¿Más suave, más lento, más pacífico? ¿No puedes esperar la posibilidad de que todos nos traslademos a otro de esos planetas a los que llegan los millonarios y ven el fin del mundo -o de la Tierra- desde arriba, como en una película?

Tal vez no. Tal vez nos tengamos que conformar con nosotros mismos, con todos los problemas que creamos o que permitimos que se crearan. Lograr la paz con acuerdos de fin de la guerra. Controlar las pandemias con medicamentos preventivos. Prevenir los desequilibrios ecológicos que llevan todo al infierno a través de políticas y actitudes que también cuiden la Naturaleza.

Al fin y al cabo, nos educaron, de niños, con historias que siempre acababan bien. Luego Hollywood se encargó de acostumbrarnos a los happy ends.

¡Quien sabe! ¡Quién sabe! Podría esperarse, en la expectativa optimista de que ninguna de las amenazas prosperará, son solo eso, amenazas. O intentar un gran pacto entre hombres de buena voluntad, suponiendo que existan y tengan poder sobre todos los riesgos que nos aquejan.

O elegir a Lula y pedirle otro milagro, además de recuperar este país entregado a las cucarachas y los ratones. Que convoque a los grandes agentes de las crisis a una asamblea general, quizás en el Maracaná, para llegar a un acuerdo, en el que todos se comprometan a actuar bien y para bien, a pesar de sus intereses particulares.

No está de más soñar, porque la realidad es irritante, amenazante, nos sorprende cada mañana con nuevos riesgos y declaraciones que nos impiden dormir. Los medios de comunicación, además de ser malos como fuente de información y de interpretaciones, prefieren el fin del mundo -o al menos su inminencia- porque da más audiencia y por tanto más publicidad.

El deseo entonces es no despertar cada mañana e irse a dormir enseguida cada noche, para acabar con el mal día. Los pesimistas dirán que al día siguiente todo será aún peor. Los optimistas, que moriremos mientras dormimos.

¿O no? Cualquier novedad, para bien o para mal, haremos una edición extraordinaria en este mismo espacio. Quizás anunciando que Otro mundo es posible.

Cómo no pensar en otro mundo posible

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El Foro Social Mundial sigue importando

Por: Immanuel Wallerstein 

El Foro Social Mundial (FSM) se ha reunido regularmente desde su primer encuentro en Porto Alegre, en 2001. Y del mismo modo regular ha habido analistas que han anunciado su abandono como expresión relevante de la Izquierda Global. Y no obstante, de algún modo, continúa importando en la lucha en pos de una justicia global.

La reunión más reciente ocurrió en Montreal, Quebec, entre el 9 y el 14 de agosto de 2016. Esta reunión fue en muchos modos diferente de las reuniones previas. Fue la primera que se celebró en el Norte Global. La decisión de hacerla ahí fue un intento deliberado por demostrar la globalidad del FSM.

Esta decisión tuvo un precio. El gobierno canadiense le negó la visa a un número significativo de posibles participantes que provenían del Sur Global. El costo de viajar y hospedarse fue relativamente alto para los asistentes. El resultado fue una reunión con un número reducido de participantes, y en la que había un sesgo mayor que en las anteriores hacia participantes del Norte Global. Esto no fue sorpresa para los organizadores. La convicción era que el precio bien valía el lado positivo de la decisión.

De algunas maneras, la reunión fue como todas las reuniones previas del FSM. Por un lado, había un inmenso rango de asuntos a discutir. Y los participantes tendieron a participar en aquellos paneles temáticos que fueron de mayor interés para ellos. El resultado fue una red de ghettos temáticos, y un monto insuficiente de trans-comunicación entre el rango de las diferentes luchas políticas en el mundo.

Por otra parte, hubo un debate importante en torno a la validez del modo horizontal en que fue organizado el FSM. Sus críticos arguyen que como resultado el FSM no era (o ya no es) relevante para la luchas políticas reales que ocurren por todas partes. Este debate se ha mantenido repetidamente, pero esta vez quizá fue más intenso, y aun con enojo. No obstante, su esencia se mantuvo.

El nuevo argumento importante entre quienes no se sintieron bien con el modo horizontalista de organización fue que no deberíamos fijarnos en quienes fueron al FSM sino a los que ya no pudieron asistir porque lo llegaron a ver como una costosa pérdida de tiempo, pues ya no avanzaba la lucha política real.

La contra-argumentación es que el FSM ha mostrado ser un concepto poderoso. Existe ahora una creciente e incontable cantidad de foros sociales regionales, nacionales y locales. Hay incontables foros temáticos en todos los niveles geográficos. Estos foros, como el FSM global, se están auto-organizando. El FSM ha probado ser un concepto de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo. Y ésta sigue siendo su fuerza esencial.

Por supuesto ninguno de nosotros tiene datos cuantitativos que respalden nuestras aseveraciones, de un modo o de otro. Es la batalla entre una serie de juicios intuitivos genuinamente subjetivos contra de otra serie. Si se ha vuelto más intenso, es en gran medida debido a que la lucha política global que pareció relativamente favorable a la Izquierda Global hace 10 años ahora parece haberse revertido. El pesimismo resultante dentro del movimiento de justicia global ha conducido a un debate interno más áspero en el FSM. No se trata de que el FSM haya ocasionado mayores dificultades mundiales para la Izquierda Global. Más bien, es esta reversión lo que conduce a un mayor debate en el FSM.

Mi única sensación es que debemos prestar atención a la lucha global, y al papel que el FSM puede jugar en ésta. Si ya no fuéramos a celebrar más reuniones del FSM, esto podría liberar algún dinero, energía y tiempo para otras actividades. Pero estas otras actividades podrían no ocurrir nunca, conforme el pesimismo conduce a una retirada del activismo. Las reuniones del FSM, no importa qué tan imperfectas, son actos, tanto de renovación como de optimismo. Los líderes de las dos organizaciones importantes de las luchas tunecinas (El Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES) y el UGTT (el sindicato obrero general tunecino) han escrito un texto muy crítico analizando lo que falló en la reunión de Montreal. Sin embargo, terminan su texto diciendo que, pese a estas fallas, la reunión fue un éxito porque preservó le sillon de l’espoir (El surco de la esperanza). Un aspecto muy positivo de la reunión de Montreal fue que las sesiones dedicadas al futuro del FSM recibieron mucha asistencia. Los debates fueron fieros, pero esto mostró que los asistentes querían debatir. Buscaban modos de fortalecer sus luchas. Pensaban que hallar cómo organizar el FSM era parte de la respuesta.

El secreto del FSM desde el principio ha sido que buscó ser ampliamente incluyente de todas las tendencias dentro de la Izquierda Global. Buscó ser consciente de los fracasos históricos de esa Izquierda Global durante los dos siglos anteriores. Ha sido un plus, no algo de disminución, en la lucha mundial por transformar el sistema-mundo y reemplazarlo por uno relativamente democrático y relativamente igualitario. No perdamos tiempo arrojándonos piedras los unos a los otros. Continuemos conversando y aprendiendo entre nosotros.

Traducción: Ramón Vera Herrera

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/11/13/opinion/020a1mun

 

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La Universidad de Stanford confirma que un mundo 100% renovable es posible en 2050

30 Octubre 2016/Fuente y Autor: tendencias21

Un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de Stanford con datos de 139 países certifica que la transición a un mundo totalmente organizado en torno a las energías renovables es posible de aquí a 2050. España podría cubrir el 57% de sus necesidades con energía solar, el 36% con energía eólica, el 6,3% con energía hidroeléctrica, y el resto con otras fuentes como las olas, las mareas y la energía geotérmica.

Un exhaustivo estudio energético sobre 139 países y desarrollado por la Universidad de Stanford, en California, concluye que de aquí al año 2050 es perfectamente posible que el mundo obtenga el 100% de sus necesidades energéticas con las renovables.

El director del estudio, Mark Jacobson, fue el desarrollador del primer modelo informático que estableció las relaciones entre el clima y la contaminación del aire por el gas y las partículas generadas por la actividad humana.

En la actualidad dirige el programa de energía y atmósfera de la Universidad de Stanford, que acaba de publicar una hoja de ruta para evaluar el potencial de desarrollo de las energías renovables en 139 países del mundo, incluido España. Conclusión: es realista conseguir que toda la energía del mundo se obtenga de las renovables, y no de otras fuentes contaminantes como el gas o el petróleo, en el año 2050.

Datos de 139 países

El estudio detalla un vasto plan para transformar las infraestructuras energéticas actuales (electricidad, transportes, calefacción, climatización, industria, agricultura, bosques y pesca) de 139 países, en sistemas alimentados únicamente por el viento, el agua y el sol. Esta hoja de ruta prevé el 80% de conversión de estas infraestructuras en 2030 y el 100% en 2050.

El estudio compara el consumo de energía de todo el sistema de aprovisionamiento que necesitan energías fósiles y de las energías renovables. Para las energías fósiles, la extracción, el transporte y la transformación del carbón, gas, petróleo y uranio en calor, en electricidad y en carburantes, implica un enorme consumo energético desde la fuente de aprovisionamiento hasta llegar al consumidor final.

Las energías fósiles, por el contrario, tienen a su vez gastos de transportes, pero no necesitan extracción ni transformación para ser utilizadas, lo que abarata sus costes. Los investigadores han convertido estos costes en GigaWatts y concluyen que el mix energético mundial actual, fuertemente basado en las energías fósiles, exigirá 20600 GW en 2050 para el aprovisionamiento, y  12100 DW en 2012. El escenario 100% renovable exigirá por el contrario  11800 GW en 2050, un ahorro del 42% en el consumo energético mundial, según el estudio.

El estudio tiene en cuenta numerosos datos, especialmente el potencial de las energías renovables en los 139 países, relacionados con la superficie de cada territorio nacional necesaria para responder a las necesidades energéticas, a los empleos creados, a los beneficios en materia de contaminación sobre la salud de los habitantes e incluso los beneficios que podrían obtenerse de la explotación de energía obtenida mediante renovables en el territorio de cada país analizado.

El caso de España

El estudio calcula que España reduciría un 45% su demanda energética en 2050 si generaliza el uso de la electricidad solar, eólica e hidráulica para el transporte, la calefacción, la industria y agricultura, y si al mismo tiempo desarrolla un plan de eficiencia energética en los diferentes sectores, como vivienda, automóviles, etc.

España podría alcanzar el 100% de uso de energías renovables cubriendo el 57% de sus necesidades con energía solar, un 36% con energía eólica, un 6,3% con energía hidroeléctrica, y el resto con otras fuentes como las olas, las mareas y la energía geotérmica.

Asimismo, señala que con este escenario se crearían más de 300.000 nuevos empleos y disminuiría considerablemente en gasto en sanidad por mejorar la calidad del aire.

Referencia: 100% Clean and Renewable Wind, Water, and Sunlight (WWS) AllSector Energy Roadmaps for 139 Countries of the World. Mark Z. Jacobson et alia. Universidad de Stanford.

Fuente de la noticia: http://www.tendencias21.net/La-Universidad-de-Stanford-confirma-que-un-mundo-100-renovable-es-posible-en-2050_a43349.html

Fuente de la imagen: http://www.tendencias21.net/photo/art/default/10445873-17126731.jpg?v=147724287

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Tras el Foro Social Mundial (FSM) de Montreal Recrear el FSM, redefinir el altermundialismo

Por: Sergio Ferrari

Tan pronto concluido el 14 de agosto el 12do Foro Social Mundial –el primero realizado en un país del *norte desarrollado*-, se abre ya el proceso de reflexión y debate sobre el futuro. Los cuestionamientos, aportes e hipótesis sobre éste que en los últimos quince años se convirtió en el principal espacio auto-convocado de la sociedad civil internacional. Y aun más, las preguntas sobre el estado de salud del movimiento altermundialista internacional, lo que implica también interrogarse sobre la fuerza actual real de los movimientos sociales que lo sustentan.

Montreal, una realidad

“Se respiró una atmósfera diferente que en los foros precedentes. Seguro que no se vio la gran diversidad cultural de Mumbai en 2004, (ndr: con más de 80 mil participantes), ni siquiera la urgencia de la participación de Túnez en 2013 (ndr: 60 mil participantes) , cuando fue organizado en un país en plena primavera árabe”, analiza Andrea Tognina, del equipo de comunicación de UNIA, la principal central sindical suiza.

Sin embargo, continúa, no se puede negar que un FSM convocado en un país industrializado permite desnudar y hacer visible que los problemas resultantes de este sistema económico hegemónico no golpean solo al Sur sino que son globales. Sin menospreciar, confirma Tognina – que integró una delegación de doce personas de su sindicato – la riqueza de la presencia de canadienses y norteamericanos, muchos de ellos jóvenes. Y la intensa actividad de centenares de benévolos que hicieron posible la realización de un FSM con una organización casi perfecta.

“Sin duda, es la primera edición que no conoció problemas organizativos. El programa de actividades estaba circulando una semana antes del inicio. Un logro logístico-organizativo enorme”, enfatiza por su parte Markus Brun, Responsable de Programa Sur de Acción Cuaresmal de Católicos Suizos, que está presente, a través de su plataforma internacional, en el Consejo Internacional, la instancia facilitadora del FSM.

Brun rescata no solo “el buen funcionamiento del evento”, sino también la misma metodología del mismo. Con talleres, con asambleas de convergencia, con el Agora de Iniciativas por un Mundo Mejor– un espacio innovador con respeto a encuentros anteriores-, el sábado 13 de agosto, que permitió sintetizar propuestas y calendarios de movilizaciones futuras. Y con la vuelta a las Conferencias centrales temáticas, una fórmula de éxito en las primeras ediciones y luego abandonada. “Por ejemplo, la conferencia sobre los paraísos fiscales estaba abarrotada de gente”, subraya.

¿Organización excelente vs participación masiva?, preguntamos. “Es una pregunta clave. Canadá mantuvo una política de otorgamiento de visas muy restrictiva, especialmente a los representantes de países africanos y latinoamericanos. Lo que, obviamente, conspiró contra la mayor asistencia”, subraya el militante asociativo helvético, presente en casi todos los foros desde sus primeras ediciones.

Según diversas fuentes, no más de mil personas, provinieron de países del “sur”. Una proporción mínima sobre el total de 35 mil. Realidad que se convirtió en un dolor de cabeza para el Colectivo de Organización local que hizo lo más posible por destrabar esta política migratoria restrictiva sin lograrlo-. Y de indignación para muchas delegaciones, particularmente latinoamericanas y africanas. No faltaron algunas voces, incluso, de delegados africanos, que se autocritican de no haber convocado a un boicot abierto contra el viaje a Canadá en solidaridad con los ausentes por trabas migratorias.

Fue positivo. Hay que seguir soñando…”

“Fue un Foro Social Mundial muy positivo e importante”, sintetiza en diálogo telefónico, Carminda Mac Lorin, del Colectivo de Organización y una de las caras más mediáticas de esta edición canadiense. “Incluso el gran problema que tuvimos con las visas, aunque fue una realidad triste y penosa, permitió hacer visible este tema, y muchos lo entendieron mejor”.

“Logramos poner en el debate público nacional e internacional las dramáticas restricciones para la circulación de las personas, la crisis para moverse, lo que atenta contra una libertad fundamental del ser humano”, explica Mac Lorin.

Quien reivindica como exitosa la presencia de más de 35 mil participantes provenientes de 125 países. “Hay que recordar que Canadá cuenta solo con 36 millones de habitantes. Proporcionalmente lo que logramos movilizar es muy importante. No se puede comparar con los foros multitudinarios de Brasil, un país-continente con casi 200 millones de habitantes”, explica.

En cuanto a los aspectos más positivos del FSM 2016, “pienso que hemos logrado reafirmar la importancia de la solidaridad internacional Norte-Sur-Norte. Fue evidente que para la gente aquí esta solidaridad es un valor clave y muy reconocido”.

No menos destacado –en cuanto a hechos fácticos- la trascendencia de la movilización de apertura del martes 9 de agosto, enfatiza. “Se vio no solo una excelente participación, sino también el aporte esencial de artistas”. Sin subestimar otras riquezas político-sociológicas que marcaron a la edición canadiense: la participación de diferentes culturas políticas; la mezcla de las diversas generaciones; la convocatoria a variados actores del movimiento ciudadano.

Remarcable también la calidad de los contenidos debatidos y la apertura para tratarlos, subraya. “Temas de gran actualidad y trascendencia para nuestras prácticas”, como migraciones y militarización; ecología: tratados de libre comercio; desconstrucción de los mercados financieros; comercio justo; derecho a la vivienda; cooperación y solidaridad; participación ciudadana; derecho de comunicación y medios de comunicación libres, por citar solo algunos.

En cuanto al futuro, “quedan pendientes numerosos desafíos para el movimiento altermundialista. Aunque tengo la impresión que protagonizamos algo muy nuevo y fresco. Ojalá que lo que aportó Montreal pueda inspirar, renovar y reforzar esta dinámica internacional que es fundamental”, subraya Carminda Mac Lorin.

Es un desafío mundial esencial, enfatiza, “contar con plataformas y espacios donde la gente, los movimientos, las redes, las campañas, puedan encontrarse, dialogar. Nos queda la certeza que con unidad, con perseverancia y paciencia se pudo lograr un FSM que al inicio era improbable y pada el que contamos con muy escasos recursos. Era algo gigantesco y lo logramos. Creímos en el cambio, en la implicación activa de todos. Nos toca a todos seguir apropiándonos de un poder social que le pertenece, sin duda alguna, a la sociedad civil mundial y sus movimientos”.

Sobre una próxima edición, preguntamos a manera de síntesis a la joven militante altermundialista canadiense de raíces también latinoamericanas. “No se habló nada al respecto. En este momento el Consejo Internacional del FSM está reunido pero para evaluar su propia reestructuración. Por el momento no ha habido ninguna propuesta o candidatura de un país que quiera organizar la próxima edición”, concluye.

¿El futuro del FSM?

La distancia y el tiempo indicarán su verdadera salud. En una etapa de la historia mundial –y en particular latinoamericana- muy diferente al 2001 en la que se dio el nacimiento espontáneo del Foro Social Mundial.

Lejos van quedando los gobiernos progresistas de peso en la región que lo vio nacer. Las primaveras árabes de una década más tarde, parecen también haberse desvanecido. El debate civilizatorio sobre la guerra y las invasiones militares (Irak, 2003) da paso a un tema igual de grave pero de otra dimensión, donde se involucra el terrorismo descentralizado, con claves más confusas de interpretación.

En este contexto el futuro del Foro Social Mundial está lleno de preguntas. Algunos pretendieron verle muerto y enterrado en Montreal. Las críticas fueron frontales: “¿Porqué el FSM no se pronunció contra el golpe parlamentario en Brasil contra Dilma Rousseff?, interrogaron algunos.

Un espacio como el FSM no tiene una vos única. Nadie puede hablar políticamente en nombre de todos los actores que participan en el mismo. Sería condenar al FSM si se le obligara a tomar posiciones políticas sobre cada tema esencial de la realidad política-institucional. No es al FSM de hacerlo, sino los actores sociales que lo integran, responden los otros.

Al margen de esta polémica política, históricamente existente dentro del FSM desde su propio nacimiento, hablar de la salud del FSM implica, esencialmente, diagnosticar el estado de cada actor que lo integra. En particular los grandes movimientos sociales, redes y plataformas internacionales. ¿O acaso es más “responsable” el FSM por no haberse pronunciado contra el golpe parlamentario en Brasil que los propios movimientos sociales brasileros que debido a una correlación de fuerzas desfavorable no pudieron impedirlo?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215617&titular=recrear-el-fsm-redefinir-el-altermundialismo-

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Re-imaginando México: Talentum- Universidad segunda generación

Blanca Heredia

Para existir, cualquier agrupación, sea un equipo de futbol, una empresa, o un país, requiere una historia que la cohesione y la vuelva identificable. Esas historias son constitutivas e indispensables y suelen involucrar una multitud de símbolos, de pequeñas y grandes historias, así como de personajes y momentos emblemáticos.

Hay narrativas mejores y peores para sustentar y potenciar a una colectividad. Uno de los relatos nacionales más efectivos en el mundo es el del sueño americano que de tanta utilidad le ha sido a los Estados Unidos. Otro, muy poderoso también, es el francés centrado en el trinomio igualdad, libertad, fraternidad, y en los valores y referentes republicanos.

La fuerza de un relato identitario tiene que ver con su verosimilitud, tracción emocional, inclusividad, y con qué tanto es compartido por los integrantes del grupo. Cuando una de esas falla, la narrativa deja de ofrecerles a los integrantes del grupo un sustrato y un norte para identificarse y hacer posible el crecimiento de este.

Conviene apuntar que, por más fuertes que sean, no todos los relatos nacionales son igualmente posibilitadores para el conjunto de los miembros de la agrupación o similares en facilitar o impedir relaciones de cooperación con otras agrupaciones. Por ejemplo, los cuentos identitarios de Hitler, de Mussolini o de Stalin, si bien muy potentes, fueron relatos tremendamente excluyentes en lo interno y enormemente costosos y disruptivos internacionalmente.

Dado que ninguna colectividad nacional puede prescindir de alguna narrativa identitaria, la pregunta para cualquier país es qué tanto el relato nacional dominante resulta útil para hacer viable la supervivencia de esa colectividad, para apuntalar su crecimiento, y para promover el la participación activa de la mayoría de sus integrantes en los trabajos y empeños del conjunto.

En el caso mexicano, los datos disponibles indican que el sentimiento nacional sigue siendo muy fuerte. Así, lo sugiere, por ejemplo, el altísimo porcentaje (uno de los mayores del mundo) de connacionales que valoran y están orgullosos de ser mexicanos, según la Encuesta Mundial de Valores. Ese nacionalismo a prueba de balas, muertos, injusticias y exclusiones sin fin, contribuye a explicar el que, a pesar de fracturas y violencia crecientes, México siga siendo un país más o menos unido, estable y gobernable.

La narrativa nacional construida por artistas, intelectuales y políticos mexicanos al final de la revolución mexicana le ofreció al país una plataforma de despegue y crecimiento central por muchas décadas. Ese relato sigue permeando y consiguiendo mantenernos como colectividad distinta a otras, a pesar de sus flagrantes contradicciones (glorificación del pasado indígena y olvido completo de los indígenas vivos) y sus numerosas áreas de desgaste (colores y folklores, cada vez más de plástico). El cuento que nos contamos y le contamos al mundo sobre de qué va México, sin embargo, ha ido perdiendo capacidad para inspirar y hacer posible la construcción de una colectividad capaz de convocarnos y beneficiarnos a todos. Hoy y desde hace tiempo, ese relato sirve ya sólo o sobre todo, para que unos cuantos lucren con la administración operativa de esa cosa llamada “México”, a costillas de las mayorías sin derechos y sin voz.

Este 2016, Talentum-Universidad, programa de la unidad de educación del CIDE, hecho posible gracias a la SEP y Santander-Universidades, tuvo como tema: Re-imaginando México. Los 30 alumnos y 30 alumnas universitarios provenientes de 27 entidades federativas, de instituciones tanto públicas como privadas, y seleccionados a nivel nacional a través de un proceso muy riguroso y competitivo, tuvieron una agenda intensa de actividades. Conferencias, cursos y talleres, primero, en el CIDE. Luego, la semana pasada, en la ciudad de Pittsburgh en los Estados Unidos, gracias al entusiasmo y generosidad del World Affairs Council de Pittsburgh, del gobierno de esa ciudad, de la University of Pittsburgh y la Carnegie-Mellon University (el Heinz College de esta última ofreció a los egresados de Talentum becas de 50% de la colegiatura para sus maestrías).

Hoy en la clausura en el Museo Memoria y Tolerancia de la ciudad de México, se presentarán y premiarán a los finalistas del trabajo en equipo y a distancia que desarrollaron desde sus lugares de residencia estos universitarios mexicanos talentosos y comprometidos con un país más potente e incluyente. Su reto consistió en imaginar y describir el México del 2050.

60 o 120 jóvenes son, por sí solos, pocos para re-imaginar y re-armar México. El sueño de Talentum es que su unión haga la fuerza y ayude a inspirar y a contagiar a otros para que, entre todos y en los hechos, podamos construir una casa nacional más justa y más grande para todos.

 

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/re-imaginando-mexico-talentum-universidad-segunda-generacion.html

Fuente de la imagen:http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2016/03/31/56fdcaa91b816.jpg

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La apuesta por otros modos posibles de pensar y habitar la vida

Ecoportal

Apostar por la vida es, en el planteo de Enrique Leff, “un giro en la voluntad de dominio sobre la naturaleza y de los otros, hacia la voluntad de poder querer la vida” que implica repensar y refundar nuestra humanidad posible y nuestros modos de morar en el mundo. Una pregunta recorre e inquieta nuestra lectura: ¿Tendremos, como humanidad, la imaginación sociológica para deconstruir la racionalidad insustentable y crear otra racionalidad posible?’

Revisión del libro “La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territoriosambientales del Sur.” de Enrique Leff (2014)

“(…) demasiada luz ciega. Los pueblos expuestos a la reiteración estereotipada de las imágenes son también pueblos expuestos a desaparecer.” (Didi Huberman, 2014, 14)

Apostar por la vida es, en el planteo de Enrique Leff, “un giro en la voluntad de dominio sobre la naturaleza y de los otros, hacia la voluntad de poder querer la vida” (3) que implica repensar y refundar nuestra humanidad posible y nuestros modos de morar en el mundo. Una pregunta recorre e inquieta nuestra lectura: ¿Tendremos, como humanidad, la imaginación sociológica para deconstruir la racionalidad insustentable y crear otra racionalidad posible?

La crisis ambiental y la muerte entrópica del planeta que habitamos y nos habita son crisis de nuestros modos de producción y de comprensión de conocimiento, crisis de las escisiones fundacionales que irrumpieron con la(s) modernidad(es), los capitalismos y el Iluminismo de la razón. En efecto, nuestra comprensión científica del mundo es deudora de esas modernidades hegemónicas, de esaracionalidad de la modernidad que logró imponerse “desterritorializando otros modos de ser en el mundo.” (12) Para Leff, la crisis ambiental es el signo y el síntoma más fuerte de ese límite de la modernidad. En este sentido, afirma que las ciencias sociales se construyeron “en el olvido de la naturaleza y en la ceguera ambiental” (7). Sin embargo, “la cuestión ambiental no se reabsorbe en el orden de la racionalidad de la modernidad, sino que remite a otro orden de racionalidad, al de una racionalidad ambiental” (15), puesto que la consciencia de esta crisis implica la comprensión del límite de la racionalidad que la ha configurado (224). Esta apuesta por la vida, esta otra racionalidad, abre un nuevo modo de comprensión del mundo y propone un nuevo esquema de las ciencias sociales.

Enrique Leff postula la racionalidad de la modernidad como el modo hegemónico de producir el mundo que capitaliza/mercantiliza y homogeneiza distintas formas de vida. Esta racionalidad científica, económica e instrumental legitima formas de apropiación y de transformación económico-tecnológica de la naturaleza finitizada, devenida en recursos escasos y externalidades del proceso de producción. Esta voluntad de saber y de poder que el conocimiento experto supo construir le ha dado lugar a la existencia de una “racionalidad insustentable” (210). Se trata de una racionalidad indolente, como sostiene Boaventura de Sousa Santos, que domina el mundo por el desperdicio y por la alienación de la experiencia humana.

El conocimiento puesto al servicio de la productividad y la ganancia ha roto la relación del saber con la trama de la vida. (…) convertido en soporte de la razón económica produce el desconocimiento del ser y proscribe la experiencia vivida como fuente del saber (221).

La crisis ambiental es una crisis de la racionalidad de la modernidad, de la razón científica; sin embargo, no es una crisis derivada de la lógica interna del funcionamiento de la ciencia(revoluciones científicas, cambios de paradigmas, descubrimientos científicos) sino que surge como efecto de los patrones de conocimiento, acumulación y objetivación del mundo que formula. En su recorrido histórico por los temas que ocuparon la reflexión y la investigación sociológica en las últimas décadas del siglo XX, Leff destaca la cuestión del orden y del cambio social, del movimiento y del devenir de las sociedades, y marca cómo la sistematización del campo epistemológico no incorpora a la historia reciente de las ciencias sociales la emergencia de las ciencias de la complejidad y de la crisis ambiental, dos hechos fundamentales que irrumpen en el terreno del conocimiento.

La crisis de la razón permitió la apertura y el surgimiento de otros enfoques epistemológicos, de otras “matrices de racionalidad”, la emancipación de los “saberes subyugados por el colonialismo epistemológico del pensamiento eurocéntrico que ha ignorado, inhabilitado y sepultado otras cosmovisiones culturales” (314) y la legitimación de otras experiencias sociales, de otros conocimientos y otras formas de conocer.

Frente a esta racionalidad que marca su límite con la imposibilidad de dar respuestas a la crisis ambiental, la racionalidad ambientalemerge como la posibilidad y la potencia de crear ética, estética y otros modos de habitabilidad del mundo políticamente. Configura y constela territorios epistémicos y ecológicos de vida y sustentabilidad. En este sentido, pretende territorializar “los principios ontológicos del pensamiento posmoderno –la ontología existencial de Heidegger, la ontología de la diferancia de Derrida y la ontología de la diversidad de Deleuze y Guattari en el campo de la ecología política” (25)

Esta racionalidad es crítica respecto de que la modernidad pueda convocarse a la reflexión de sus bases teóricas, éticas e instrumentales. Esta racionalidad sostiene que “la modernización reflexiva es el eterno retorno de lo mismo” (211)

La racionalidad ambiental se presenta, antes que como un paradigma o un modelo axiomático, como un modo de pensar, un pensamiento comprehensivo que territorializa una multiplicidad de “matrices de racionalidad” y se construye en un diálogo de saberes. Esta racionalidad se configura en la emergencia de la complejidad ambiental, complejidad ontológica y epistemológica que abre la posibilidad de pensar y de crear otros modos diversos de habitabilidad del mundo, en la inmanencia negentrópica de la vida, “que no son un retorno a la premodernidad, y que el término posmodernidad no alcanza a conceptualizar.” (20)

Otra sociología ambiental se inscribe en el nuevo esquema de las ciencias sociales que abre esta racionalidad. Es una sociología comprometida con el presente crítico del mundo y con el futuro poco promisorio en términos de sustentabilidad planetaria, que busca re-comprender el mundo actual desde una mirada inquisitiva; “Es un manifiesto de combate a una sociología desconectada de la raíz de la vida y subsumida en el proceso de racionalización de una modernidad insustentable” (34) Se trata de una “sociología emancipatoria” que busca crear nuevos territorios en la heterogénesis de vida y

Propiciar el acontecimiento de lo posible desde la inmanencia de la vida, desde sus potenciales negentrópicos, desde el pensamiento y la acción creativas que fertilizan lo real, desde las solidaridades con los procesos sociales en marcha; desde la recuperación de lo que habiendo surgido, fue sometido por el poder hegemónico de la colonización y globalización del mundo; de lo que ha sido incivilizado: invisibilizado, desvalorizado, marginado por la subyugación de otros saberes (41)

Es una sociología solidaria de las ecologías, de las naturalezas, de las economías, de las culturas, de las racionalidades, de las modernidades, de los saberes.

El pensamiento ambiental crea otro diálogo posible entre disciplinas que trabajan la relación naturaleza / cultura, con lo cual se “abre un nuevo espacio de comprensión sociológica y un desafío epistemológico para dar consistencia a la polisemia conceptual y a las transferencias disciplinarias (…)” (28). En este sentido, Leff sostiene que la epistemología de la sociología ambiental debe distinguir los sentidos de orden, de entropía y de negentropía como conceptos pertenecientes al campo disciplinar de las ciencias naturales para poder construir / territorializar su sentido en el campo de las ciencias sociales. Esta epistemología ambiental no es un principio de exclusión o de legitimación de los modos posibles de cognición del mundo sino que es una apertura a la inteligibilidad y comprensión de diversos modos sociales de producción de conocimientos, de racionalidades y de verdades por venir.

La emergencia de actores sociales “del ambientalismo”, “habitados por el deseo de vida y movilizados por el derecho de ser en el mundo ante la muerte entrópica del planeta” (87), se inscribe en el campo de la ecología política, en el que se configuran estrategias de confrontación y de alianza respecto de visiones, de intereses y de valores distintos y diferentes en torno a la reapropiación social de la naturaleza y a la emergencia y construcción de otra sustentabilidad posible: un movimiento multiclasista con un rol protagónico en la construcción de imaginarios en el que sea posible un futuro sustentable. Surgen, se vuelven visibles y audibles, “nuevas identidades dispersas que se articulan y solidarizan a través de redes sociales poniendo en acto una política de la diferencia en los procesos de reapropiación de la naturaleza, en los que se configuran las nuevas identidades culturales” (295); se trata de un movimiento socioambiental multifacético, multiclasista y complejo.

La racionalidad ambiental territorializa nuevos mundos / modos de vida al abrirse al dialogo de saberes, es ese espacio creado y potencia creadora de verdades (colectivas) por venir. Este emerge del encuentro de imaginarios de la sustentabilidad (imaginarios del Buen Vivir, Suma Quamana, Sumak Kawsay), de racionalidades y de valores que no se cierran sobre lo ya dado, sino que se abren a la creatividad cultural de mundos de vida sustentables por-venir. La racionalidad ambiental acoge el germen de lo nuevo, líneas embrionarias, latencias que existen pero aún no ha encontrado su nombre.

Se trata de una nueva ética política que “dispone al mundo a la fertilización de las diferencias” y de las heterogeneidades. Este diálogo de saberes hace contar como heterogeneidades componibles y disponibles a “saberes en-terrados” y “saberes encarnados”, en proceso de emancipación, que territorializan otra formas de vida (252), así como la emergencia y la potencialidad de lo aún no ha sido, “lo todavía no” y, por tanto, no-nombrado.

Se trataría, como sostiene Georges Didí-Huberman (2009), de hacer aparecer a los pueblos, pese a todo, como las supervivencias de un “saber-luciérnaga” (101) (de los estados de la luz y los estados de la voz), de pequeñas luces, pequeños resplandores pasajeros, intermitentes, intersticiales, danzantes, erráticos, resistentes e insistentes que aparecen como alternativa a tiempos demasiado oscuros o demasiado iluminados, una luz menor con un “fuerte coeficiente de desterritorialización.”(39) “Las supervivencias (…) nos enseñan que la destrucción nunca es absoluta – aunque sea continua (…)” (65)

Enrique Leff sostiene que no hay una sola forma de “vivir bien” o de ejercer la autonomía como praxis emancipadora creadora de lo “radicalmente otro” en la que la naturaleza se vuelve política. Las estrategias de emancipación, el clamor por justicia ambiental y la creatividad para construir mundos alternativos sustentables se convierten en apuestas fundamentales que debemos hacer día a día para seguir viviendo, resistiendo en las trincheras y re-existiendo en nuestros territorios.

*Débora Andrea Cerutti: Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon” (CIFFyH) – CONICET. debocerutti@hotmail.com ArgentinaMarcela Cecilia Marín: Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon” (CIFFyH) – CONICET. marcecimarin@gmail.com Argentina
Cita sugerida: Cerutti, D.; Marín, M. (2016). La apuesta por otros modos posibles de pensar y habitar la vida. Cuestiones de Sociología ,14, e011. Recuperado de http://www.cuestionessociologia.fahce.unlp.edu.ar/…
Bibliografía
Leff, Enrique (2014). La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territorios ambientales del sur. Vozes editora, Mexico.Didí-Huberman, Georges (2009). La supervivencia de las luciérnagas. Abada Editores, Madrid.Didí-Huberman, Georges (2014). Pueblos expuestos, pueblos figurantes. Manantial, Buenos Aires.

Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Educacion-Ambiental/La-apuesta-por-otros-modos-posibles-de-pensar-y-habitar-la-vida

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Del otro mundo posible… al otro mundo necesario

Por: Sergio Ferrari

A menos de dos meses de su inicio el próximo 9 de agosto en Montreal, Canadá, el Foro Social Mundial (FSM) transita la cuenta regresiva. El sueño que arrancó en 2013 cuando un grupo de organizaciones sociales propusieron realizarlo en ese país norteamericano se plasmó en marzo del 2015 en Túnez, cuando el Consejo Internacional confirmó la candidatura. Desde el inicio, centenas de personas, en su mayoría jóvenes militantes asociativos y sociales, “viven ya el foro como un proceso en marcha, buscando ser horizontales en el funcionamiento, equitativos en la participación, autocríticos en la gestión. Respetando nuestras diferencias, rechazando personalismos…es decir tratando de encarnar los valores del Otro Mundo Posible”, explica Carminda Mac Lorin, joven militante social y una de las pilares del Colectivo de Organización del FSM 2016. Convocatoria altermundialista que por primera vez desde su nacimiento en 2001 en Porto Alegre, Brasil, se realizará en un país del Norte.

“A pesar de que queda todavía mucho para hacer, preparar y organizar, nuestro entusiasmo es enorme, con la adrenalina que aumenta cada día en la medida en que nos acercamos al día de la apertura”, reconoce Carminda Mac Lorin.

En los últimos meses, el Colectivo estuvo presente en diversos eventos. Entre ellos en la COP 21 alternativa en París de noviembre-diciembre del 2015; en el Foro Social Mundial Temático de Porto Alegre en enero del 2016 y en el 1er Foro Social Mundial Temático contra lo nuclear civil y militar, que se realizó en Tokio y Fukushima en la última semana de marzo del año en curso . Y ha realizado viajes a India, Taiwán, Brasil y Estados Unidos, entre otros países, para promover el evento de Montreal.

“En todas partes encontramos gran apoyo y entusiasmo compartido. Y recibimos la promesa de mucha gente de venir a Canadá en agosto” explica Mac Lorin. Enfatizando que el esfuerzo realizado en Asia intenta acercar esa realidad continental, hasta ahora un poco distante de la dinámica del FSM. Una señal muy positiva es que los promotores del Foro Social Antinuclear decidieron convocar su segundo encuentro en Montreal, en el marco del FSM 2016. “Una forma muy concreta de reforzar sinergias y evitar dispersiones”, señala la joven organizadora canadiense.

Preparativos prácticos

A pesar que las “trabas” para la visas especialmente de los representantes de países del sur no han podido resolverse estructuralmente y no se han podido lograr las mismas facilidades oficiales de las que beneficiaron los invitados en los Juegos Panamericanos de 2015, existe un Grupo de Trabajo que intenta facilitar la solicitud de las mismas y extiende cartas de invitación a quienes lo demandan. “No siempre es fácil esta tarea de acompañamiento y apoyo migratorio. Son muchas las personas que solicitan la visa no tanto para participar en el FSM sino por motivos humanitarios para radicarse en Canadá”, explica Mac Lorin.

A nivel financiero, el pago anticipado de una buena parte de las pre-inscripciones, (ndr: en torno a 8.000 hacia mediados de mayo) constituye una base material que da un cierto desahogo a los organizadores, que se proponen lograr la mayor autonomía posible a nivel de recursos. “Hay diversos proyectos que hemos presentado a distintos niveles institucionales y que esperan una respuesta a corto plazo”, explica Mac Lorin. Al mismo tiempo, se continúan los contactos de alto nivel con las autoridades políticas canadienses que “ven con muy buenos ojos la realización del FSM en Montreal”.

En cuanto a la cobertura mediática local e internacional, Mac Lorin señala “que el foro comienza a despertar un cierto interés…que irá aumentando en cuanto nos aproximemos a agosto, como es natural, ya que los medios priorizan en su agenda la inmediatez temporal y por el momento perciben como un poco lejana nuestra convocatoria”.

Se precisan los contenidos

Los 13 ejes temáticos -que englobarán las 1500 actividades previstas- (https://fsm2016.org/sinformer/axes-thematiques-2016/) fueron el resultado de un trabajo de reflexión local y amplia consulta internacional “in situ” y por Internet –en tres seminarios internacionales extendidos- que ocupó seis meses, entre octubre del 2015 y marzo del 2016.

A pesar de esa oferta de contenidos, ciertas temáticas se perfilan ya como particularmente esenciales en la convocatoria de Canadá, según la reflexión de la joven activista del Colectivo de Organización. “La migración, es decir las condiciones del movimiento humano en la tierra, será central”, en un planeta donde cada vez se alzan más muros excluyentes de todo tipo.

La ambiental, en su visión amplia, ocupará un espacio clave de las reflexiones en Montreal, dándole continuidad a las sinergias que se vivieron con los promotores de las actividades alternativas de la COP 21 en París a fines del año pasado.

La vivencia-realidad de los pueblos indígenas, autóctonos, imprimirá también su sello en esta próxima edición, tratando de retomar la diversidad de los aportes de muchas comunidades, con sus propias cosmovisiones y percepciones sobre el buen vivir. “Está previsto que la marcha de apertura el 9 de agosto sea encabezada por los pueblos originarios”, señala Carminda Mac Lorin. Quien recuerda que en abril pasado, para el Día de la Tierra, se realizó ya un primer evento simbólico de acogida del FSM promovido por la comunidad autóctona y con una emotiva participación de refugiados sirios”.

La diversidad de género y el rol de la juventud, estarán presentes como ejes transversales en todo el FSM 2016. “Será un foro que retomará las experiencias de lucha en Quebec y en nuestro país de los últimos años, una experiencia diferente y un éxito total”.

¿Se puede cuantificar la potencial presencia en el FSM? “Estamos convencidos que habrá una fuerte participación ciudadana. Nuestra capacidad de convocatoria tiene una raíz en las movilizaciones sociales que vivimos en Canadá desde el 2012 en adelante, cuando protagonizamos nuestra propia primavera. Quebec es un territorio de resistencia al neoliberalismo”, enfatiza.

Los organizadores están convencidos que hay mucha gente consciente sobre las grandes problemáticas que confronta el planeta. Y que apuesta de una manera u otra a participar en la búsqueda de soluciones y alternativas. “Y aunque no tenemos la bola mágica para indicar cifras seguimos convencidos que podemos movilizar en torno al FSM entre 50 mil y 80 mil personas, y unas 5000 organizaciones”, subraya. Los objetivos iniciales de los organizadores contemplan 1200 actividades auto gestionadas, 300 culturales, 135 asambleas de convergencia, diversos espacios, entre los cuales el sindical, así como una quincena de grandes conferencias, con participación de personalidades internacionales.

Otro mundo necesario”

“Queremos recordar en Montreal en agosto que el paradigma norte-sur está cambiando en este sistema globalizado. Hay norte en el sur y hay sur en el norte. Existe un sistema que es transversal, neoliberal, capitalista y que produce efectos nefastos tanto en el sur como en el norte”, enfatiza Carminda Mac Lorin en su reflexión final. Y la misma se encarna en su propio perfil existencial: hija de madre salvadoreña y padre francés, su vida en Canadá, su diversidad lingüística, su militancia asociativa y su apertura cosmopolita le dan sobrados fundamentos a pesar de sus 33 años.

Y ratificar que más que nunca es fundamental socializar las experiencias de resistencias que se dan en todas partes del planeta. No importa el hemisferio geográfico.”Asegurando que los movimientos sociales, la ciudadanía planetaria, salga reforzada en sus confluencias, en sus sinergias, sus agendas y sus utopías”.

La nueva realidad política mundial, el reforzamiento del sistema hegemónico, nos empujan a cambios en “nuestros propios paradigmas. De nuestra consigna de Otro mundo posible, podemos y debemos avanzar hacia el concepto de Otro Mundo necesario, y juntos es posible construirlo”, concluye.

El FSM visto por sus organizadores

El Foro Social Mundial (FSM) es el mayor espacio de la sociedad civil para encontrar soluciones a los problemas de nuestro tiempo. Iniciado en 2001 en Brasil, el FSM reúne en cada una de sus ediciones a decenas de miles de participantes en más de un millar de actividades (talleres, conferencias, espectáculos artísticos…) sobre diversos temas (desarrollo social, economía solidaria, medio ambiente, derechos humanos, democratización…). La carta de principios define las grandes orientaciones del FSM, sus valores y sus reglas básicas de funcionamiento (https://fsm2016.org/es/sinformer/a-propos-du-forum-social-mondial/).

El FSM 2016 pasará a la historia como el primer evento de este tipo que se celebra en un país del norte. Desde su inicio en Porto Alegre, el FSM ha tenido lugar únicamente en países del hemisferio sur (América Latina, Asia y África). Ahora bien, existe un sinnúmero de alternativas que florecen a nivel local en todo el mundo para construir comunidades más cohesionadas y respetuosas del ser humano y de los límites del planeta. El reto es reunir a estos agentes de cambio más allá de la oposición Norte-Sur, que les permita discutir, hacer conocer sus reivindicaciones, sus iniciativas y sus proyectos de acción para alimentar una dinámica positiva de cambio. Pensar global y actuar local.

Somos un colectivo abierto iniciado por una docena de personas que participan en diversas redes activistas y organizaciones, grupos comunitarios, espacios culturales y académicos. Este colectivo lanzó una reunión consultiva el 5 de mayo de 2013, con el fin de ampliar el debate sobre la pertinencia y viabilidad de un Foro Social Mundial en Montreal. Hemos iniciado un proceso de reflexión y movilización, pero creemos firmemente que la idea del Foro Social Mundial tiene que ser llevada por una amplia comunidad.

Nos sentimos inspirad@s por el deseo de multiplicar los espacios que promueven la horizontalidad, la transparencia y la apertura, percibirlos como palancas en la lucha por la dignidad humana y el medio ambiente. Somos conscientes de los diversos desafíos que rodean la celebración del Foro Social Mundial en Montreal. Pero también estamos muy entusiasmad@s con la idea de ver a la sociedad civil local, regional y mundial dialogar y llegar a múltiples consensos a través del proceso del Foro Social Mundial. Creemos en el potencial de nuestra contribución colectiva en este proceso, y deseamos apoyar a las luchas globales por la justicia social y ambiental.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213416&titular=del-otro-mundo-posible%85-al-otro-mundo-necesario-

Fuente de la Imagen: https://cnho.files.wordpress.com/2011/05/fsm.jpg

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