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El fin del matrimonio infantil en Afganistán, un poco más cerca

Afganistán/09 mayo de 2017/

El Gobierno afgano ha puesto en marcha un plan nacional para acabar con esta práctica, muy extendida entre las familias más pobres

Afganistán es uno de los países con la prevalencia más alta de matrimonio infantil. La pobreza, los bajos niveles de educación y las tradiciones sociales empujan a muchas familias a casar a sus hijas antes de tiempo, hipotecando su futuro y su salud. Pero el fin de esta práctica podría estar más cerca, ahora que el Gobierno afgano ha puesto en marcha un Plan de Acción Nacional para acabar con esta práctica.

Según un estudio del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) realizado entre 2010-2011, el 46 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años en el país estaban casadas antes de los 18 años y un 15 por ciento de ellas antes de los 15. Pese a lo elevado de estas cifras, lo cierto es que entre 1999 y 2015 se han reducido casi a la mitad. Así, según un estudio realizado por el Gobierno reveló que en 2014 el 32,8 por ciento de las mujeres de entre 20 y 24 años se habían casado antes de los 18, frente al 61,9 por ciento de las mujeres de entre 35 y 39 años. Según explica a Europa Press Aziz Froutan, responsable de comunicación de UNICEF en Afganistán, «el matrimonio infantil persiste por múltiples factores que incluyen la pobreza, los bajos niveles de educación y las normas sociales que las familias se sienten presionadas a cumplir». En el caso de Afganistán, la alta prevalencia de esta práctica también está «directamente relacionada con el estatus social que tienen las niñas y con muchas prácticas culturales dañinas como son los intercambios de matrimonios –intercambio de hijos para casarlos–, los compromisos de niños incluso antes de nacer, la dote o la entrega de las niñas en ‘baad’, es decir, para resolver alguna disputa comunal», añade.

«Muchos padres creen que el matrimonio infantil asegurará a el futuro de sus hijas o ayudará a reducir la carga económica familiar en términos del número de hijos que alimentar, vestir y educar», explica el responsable de UNICEF, incidiendo en que en el país los niños son más valorados que las niñas, a las que se ve como «una carga».

Esto es algo que sucede especialmente entre las familias más afectadas por la inseguridad o que se han visto desplazadas y que «a veces optan por casar a …

Fuente de la Noticia:

Leer mas: http://www.europapress.es/internacional/noticia-fin-matrimonio-infantil-afganistan-poco-mas-cerca-20170506124237.html

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Los niños de la guerra no van al cole

Por: Antonio Martín Beaumont 

Hambre, sed, guerra, muerte y falta de escolarización. Así malviven hasta 25 millones de niños en los 22 países más duros del mundo. UNICEF quiere ayudarles, pero le faltan recursos.

Más de 25 millones de niños con edades comprendidas entre los seis y los quince años no van a la escuela por la guerra y los conflictos que se viven en 22 países del mundo, según recoge un demoledor informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

«En ningún momento es más importante la educación que en los tiempos de guerra», ha subrayado la responsable de Educación de UNICEF, Josephine Bourne. «Sin educación, ¿cómo podrán alcanzar los niños su potencial y contribuir al futuro y a la estabilidad de sus familias, sus comunidades y economías?».

Sudán del Sur, Chad y Afganistán son los países más dañados por los conflictos: hasta 3 de cada 4 niños no se escolarizan

En el nivel de educación primaria, Sudán del Sur tiene la mayor tasa de niños sin escolarizar, con cerca del 72 por ciento de los niños sin acudir al colegio. Le siguen Chad, con un 50 por ciento de niños que no van a clases, y Afganistán, con el 46 por ciento. Estos tres países son también los que tienen una mayor tasa de niñas sin escolarizar, con Sudán del Sur en cabeza, con un 76 por ciento, con un 55 por ciento en Afganistán y un 53 por ciento en Chad.

En el nivel de escuela secundaria básica, las mayores tasas de niños sin escolarizar se dan en Níger, con un 68 por ciento, Sudán del Sur, con un 60 por ciento, y República Centroafricana, con un 55 por ciento. La tasa de niñas sin escolarizar en esta franja se dispara, con cerca de tres cuartas partes de las menores de Níger sin poder ir a las escuela y dos de cada tres tanto en Afganistán como en República Centroafricana.

Para ayudar a entender la necesidad de que los niños y las niñas vayan a la escuela y los desafíos derivados de abandonar las clases por la guerra, la refugiada siria y activista a favor de la educación Muzoon Almelehan, conocida como la ‘Malala de Siria’, ha viajado a Chad, un país en el que cerca del triple de las niñas en relación a los niños no pueden ir a la escuela.

Muzoon se ha reunido con una niña de 16 años que fue secuestrada por Boko Haram frente a su escuela en Nigeria cuando tenía trece años y que fue drogada, explotada y violada durante tres años antes de que consiguiera huir a Chad. Y también se ha reunido con niños que han podido tener por primera vez una educación y con miembros de comunidades que, como le pasó a ella en su día, lo arriesgan todo para llevar a sus hijos al colegio.

«EL CONFLICTO NUNCA PUEDE LLEVARSE TUS CONOCIMIENTOS»

«El conflicto puede llevarse tus amigos, tu familia, tu sustento, tu hogar. Puede intentar quitarte tu dignidad, tu identidad, tu orgullo y tu esperanza pero nunca puede llevarse tus conocimientos», ha subrayado Muzoon. «Reunirse con niños en Chad que han huido de Boko Haram me ha recordado mis propias experiencias en Siria. La educación me dio la fuerza para continuar. No estaría aquí si no la hubiera tenido», ha añadido.

Cuando Muzoon se vio obligada a abandonar Siria hace cuatro años, sus libros de escuela fueron las únicas pertenencias que se llevó con ella, según ha explicado UNICEF en un comunicado. Muzoon pasó casi tres años en Jordania, en el campamento de refugiados de Zaatari, donde ella decidió asumir la misión personal de introducir a más niñas en el sistema educativo. Entonces fue tienda a tienda hablando con los padres para animar a que llevaran a sus hijos a la escuela para seguir aprendiendo. En la actualidad, vive en Reino Unido.

4.400 niños han huido de la violencia de Boko Haram en el noreste de Nigeria y se han marchado a Chad

Al igual que Muzzon, que huyó de la violencia en Siria y se fue a Jordania, unos 4.400 niños han huido de la violencia de Boko Haram en el noreste de Nigeria y se han marchado a Chad. A diferencia de la refugiada siria, muchos de los niños continúan sin poder ir a la escuela y viven por ello expuestos al riegos de abusos, explotación de reclutamiento por parte de los grupos armados y las Fuerzas Armadas nigerianas. Según UNICEF, cerca del 90 por ciento de los niños que llegan a Chad desde Nigeria nunca han ido al colegio.

La agencia de Naciones Unidas trabajar en países afectados por los conflictos y por la guerra para conseguir que los niños vuelvan al sistema educativo, proporcionándoles opciones de aprendizaje y educación, rehabilitando escuelas y destribuyendo mobiliario de colegios y material.

En respuesta a la crisis de educación en Chad, UNICEF ha proporcionado en lo que va de 2017 material educativo a más de 58.000 estudiantes, materiales para más de 760 profesores y ha construido 151 aulas, 101 espacios educativos temporales, 52 letrinas y siete campos deportivos. Además, UNICEF Chad ha apoyado el pago de salarios a 327 profesores para el curso escolar 2016-2017.

Una asignación de diez millones de dólares del fondo ‘La Educación no puede esperar’, creado durante la Cumbre Mundial Humanitaria celebrada en mayo de 2016, permitirá impartir educación de calidad para los niños desplazados y a los alojados en comunidades receptoras en Chad.

UNICEF ha alertado de que, a pesar de estos esfuerzos, la escasez de fondos está afectando al acceso a las escuelas en zonas afectadas por el conflicto en Chad. En la actualidad, se ha cubierto el 40 por ciento de las necesidades de fondos para la educación en Chad.

Fuente: http://www.esdiario.com/elsemanaldigital/106725074/Los-ninos-de-la-guerra-no-van-al-cole.html

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Unicef fortalece programa de ayuda a la niñez en Nicaragua

Centro América/Nicaragua/6 Mayo 2017/UNICEF

Una representación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) visitó Nicaragua para fortalecer la cooperación a los programas de atención integral a la niñez y adolescencia, informaron hoy fuentes oficiales.
Al reunirse con las autoridades nicaragüenses de la región autónoma del Caribe Sur, el representante de la Unicef, Iván Yerovi, resaltó la importancia de recibir retroalimentación sobre la ayuda que brinda ese organismo multilateral.

‘Nuestra intención fundamental es ser socios. Cuando eso sucede nos acompañamos en momentos difíciles y momentos de alegrías, para sacar el trabajo adelante’, señaló el funcionario.

En Bluefields, Yerovi sostuvo un conversatorio con instituciones locales involucradas en el seguimiento y capacitación a adolescentes emprendedores, egresados de diferentes capacitaciones con énfasis en el tema del cambio climático.

Asimismo, durante la visita de tres días se reunió con diferentes autoridades como la dirección ejecutiva del Consejo Regional, los presidentes de las comisiones de Educación, Salud, Mujer y Discapacidad, e instituciones académicas.

‘Una de nuestras prioridades es la niñez y la adolescencia. El apoyo de Unicef no solo ha sido financiero, sino que nos apoyan en el fortalecimiento institucional y gestión del conocimiento’, apuntó la coordinadora del gobierno regional, Shayra Downs.

Con el objetivo de desarrollar una cooperación efectiva y eficiente, la Unicef aportó desde 2013 a las autoridades de la Costa Caribe Sur 1,2 millones de dólares para implementar diversos programas de ayuda a su población más joven.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=83613&SEO=unicef-fortalece-programa-de-ayuda-a-la-ninez-en-nicaragua
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Unicef advierte falta de fondos en República Centroafricana

África/6 Mayo 2017/UNICEF

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió hoy que enfrenta un déficit de financiamiento de 32 millones de dólares para la asistencia humanitaria en la República Centroafricana.

En una declaración, la agencia especializada precisó que el año pasado la falta de recursos fue superior al 40 por ciento en el país, sumido en un conflicto interno desde diciembre de 2013.

De acuerdo con el Fondo, como resultado de este escenario, más de un millón de niños están amenazados en su vida futura.

Pese a algunos progresos en materia de seguridad, la violencia sigue presente en la República Centroafricana, donde continúan desplazadas de sus casas 890 mil personas, mientras dos millones 200 mil necesitan ayuda, la mitad de ellas niñas.

No podemos permitir que la crisis en esa nación africana caiga en el olvido, sin el apoyo financiero requerido será imposible garantizar a los niños centroafricanos la salud y la educación, señaló la representante de la agencia Christina Muhigana.

Muhigana alertó que los focos de violencia y los desplazamientos tienen un fuerte impacto en los menores de edad.

En la República Centroafricana casi la mitad de los niños sufren desnutrición, uno de cada siete morirá antes de cumplir los cinco años y un tercio está fuera de las aulas, lamentó.

Unicef instó a la comunidad de donantes a aportar los recursos solicitados para la atención humanitaria.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=83583&SEO=unicef-advierte-falta-de-fondos-en-republica-centroafricana
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Unicef: Cerca de 20 millones de niños siguen sin acceso a vacunas al año

UNICEF/ 02 de mayo de 2017/Fuente: http://www.analitica.com

Unicef informó  que pese a progresos en el sector salud mundial, cada año cerca de 20 millones de niños en el mundo siguen sin tener acceso a las vacunas necesarias. 

Según la agencia de la ONU para la Infancia, dos tercios de los niños sin vacunar viven en países afectados por conflictos y la pobreza continúa siendo un factor determinante en la salud de los menores.

A nivel global, los niños más pobres tienen casi el doble de probabilidades de morir antes de los cinco años que los más ricos, aseguró Unicef en un comunicado.

“Todos los niños, sin importar dónde viven o cuáles son sus circunstancias, tienen derecho a sobrevivir y progresar, libres de enfermedades mortales”, señaló el jefe de Inmunización de Unicef, Robin Nandy.

La organización destacó las dificultades para acceder a vacunas que se dan en comunidades rurales, pero también más y más en ciudades y suburbios pobres.

Según la nota, cada año 1,5 millones de niños siguen muriendo alrededor del mundo por enfermedades que pueden prevenirse con vacunas.

Fuente de la Noticia:

Unicef: Cerca de 20 millones de niños siguen sin acceso a vacunas al año

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Olvidados y excluidos

Por: Méxicanos Primero- David Calderón

A pesar de la dedicada labor de años para acompañar la reinserción desde organizaciones de la sociedad civil, los jóvenes internos en México ven su derecho a la educación agraviado sistemáticamente.

En México, alrededor de 11,000 menores de edad legal están en conflicto con la ley. De ellos, alrededor de 2,800 se encuentran en internamiento.

A pesar de la dedicada labor de años para acompañar la reinserción desde organizaciones de la sociedad civil -lo que resulta un muy meritorio complemento y hasta mitigación por lo que no se logra hacer desde las estructuras del Estado- los jóvenes internos en México ven su derecho a la educación agraviado sistemáticamente.

Como hemos explicado en nuestro último libro, Tod@s, la inclusión no es sólo una característica deseable de la educación: el hecho es que sin inclusión no hay verdadera educación. La calidad de la educación se mide por la inclusión. Un sistema educativo cumple su cometido si logra que todas y todos estén en la escuela, aprendan en ella y participen en sus propios procesos de formación. Nosotros, la generación adulta, le fallamos a la generación joven cada vez que no se logra la inclusión plena y para todos.

Los adolescentes que cumplen medidas de privación de la libertad llegan al internamiento con rezagos y bloqueos en su trayectoria educativa. En el último estudio disponible, realizado por UNICEF, se estima que alrededor de la mitad de los internos adolescentes llegan con rezago educativo grave[1].

Es decir, no supimos –en su momento- hacer de la escuela el espacio de su desarrollo. Sus familias, sus escuelas, su vecindario, la sociedad en general no logró mantenerlos en curso. Aquellos que cumplen medidas en privación de libertad se vieron envueltos en situaciones criminales graves, y su discernimiento y situación emocional tienen desafíos enormes.

Pero entonces su internamiento -en lugar de servir como espacio de una educación más plena y favorecer su reinserción, como es su derecho- les condena al rezago educativo, y con ello a que permanezcan o hasta se agraven las razones y motivos que están detrás de las conductas antisociales que los llevaron a ser procesados por el sistema de justicia.

Ya no son sus familias quienes llevan la tutela principal de sus derechos; es el propio Estado mexicano, las autoridades, quienes son responsables de su educación. Esos jóvenes internos no pueden salirse de la instalación, así que ya no pueden faltar a clases. Ya se conoce su complicada condición de conducta, y ya no se puede decir que no se cuenta con un diagnóstico para su desarrollo socioemocional. ¿Y entonces?

Entonces están olvidados y excluidos. Las autoridades educativas y penitenciarias no están haciendo todo lo que les corresponde, y eso lleva al efecto indeseado de cristalizar su rezago, de ahondar su exclusión y, en lo que toca a la sociedad, no asegurar que haya elementos para reintegrarse y que no recaigan como víctimas o hasta victimarios en las conductas delictivas.

El que sufran rezago y exclusión educativa mientras están bajo tutela directa de la autoridad es un castigo que no pasó por el debido proceso –como sí fue el caso de la medida dictada por un juez, tras un proceso imparcial, para privarlos de su libertad; este “segundo castigo” –contrario a la ley, a diferencia del primero- es consecuencia del abandono y de una visión superficial e incompleta de los derechos de los jóvenes.

Ante esta violación de derechos, interpusimos una demanda de amparo en contra de las autoridades educativas a nivel federal y local, así como contra de los titulares de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México y la Dirección General de Tratamiento para Adolescentes de la Ciudad de México.

Mexicanos Primero busca que las autoridades educativas cumplan con su mandato de ley y garanticen -en la realidad cotidiana- el derecho que tienen a una educación de calidad todos los adolescentes de una Comunidad de Tratamiento (como se llama a las instituciones donde hay internamiento) en el sur de la ciudad de México: con maestros idóneos, con infraestructura y materiales adecuados, así como con una organización escolar que favorezca el máximo logro de aprendizaje

¿Qué queremos lograr? La demanda buscan lograr que el poder judicial determine cómo se va a restituir, ante la omisión de los encargados, el derecho de los jóvenes, cómo tienen que atender las autoridades la responsabilidad de ofrecer estudios de primaria, secundaria, bachillerato, educación para el trabajo y educación superior a los adolescentes de la Comunidad de San Fernando, siempre con las características de las necesidades educativas especiales que se requieren.

No alcanza, y es una exclusión inadmisible, que las autoridades educativas y penitenciarias, se circunscriban a permitir la presencia ocasional de voluntarios o miembros de servicios frágiles, y que se le dé la vuelta a la situación con certificaciones limitadas del INEA. Es su responsabilidad contar con el diseño, la implementación y la evaluación adecuadas para un servicio de educación especial. Nuestra exigencia a las autoridades, a través del litigio, es que se acabe la chocante contradicción de que se les penaliza extralegalmente con el rezago educativo, justo mientras están bajo la tutela del Estado mismo.

Los adolescentes recluidos tienen derecho a encontrar un proyecto de vida distinto al que tenían antes de su ingreso al centro de reclusión. La sociedad tiene el derecho a esperar que no se va a producir una nueva discriminación contra estos adolescentes, que adicionalmente favorece la posibilidad de una reiterada captura hacia comportamientos antisociales.

Reconocemos y aplaudimos las reformas legales, especialmente la ley de Justicia para Adolescentes y sus equivalentes en los distintos estados del país, y que para hacerla realidad en los juzgados, con especialistas, y con el nuevo sistema acusatorio, se haya destinado para ello una inversión de recursos importante. Pero nos rebelamos ante el hecho de que eso contrasta con las instalaciones carenciadas de los Centros, que ya mereció para la Ciudad de México un Informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Informe 1/2017), y que especialmente se haya invertido tan poco tiempo, dinero y talento para una intervención educativa pertinente y de calidad; persiste el olvido y la exclusión educativa que sufren los jóvenes internados como algo que urge superar.

La educación de calidad es un componente imprescindible para lograr la reintegración del sentenciado a la sociedad. No minimizamos la libertad y responsabilidad de los jóvenes internos para que, en sus conductas conscientes y voluntarias hayan cometido los agravios a la sociedad que los llevaron al internamiento. De lo que ahora estamos llamando la atención es que menos aún se puede minimizar la libertad y responsabilidad de los funcionarios para que no se produzca el “segundo castigo” al que nos hemos referido.

Martin Luther King decía que ninguno de nosotros es libre hasta que no lo seamos todos. El derecho a la educación es base de la libertad personal, y más para quien la ha perdido. Con este litigio aspiramos a que se revise la situación educativa de los jóvenes que cumplen medidas en las Comunidades de Adolescentes, no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país. Ya no pueden seguir olvidados, ya no deben ser excluidos. Aspiramos que este litigio le dé visibilidad a la situación, y nos comprometa a buscar soluciones para los 2,800 internos y también para los otros 8,200 procesados que, en el externamiento, puede que no encuentren una atención estructural y sistemática para su reintegración educativa plena. No puede haber una reinserción exitosa sin educación de calidad. Por eso, nosotros demandamos.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/blogueros-aprender-es-mi-derecho/2017/04/26/olvidados-y-excluidos/

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África: How learning empathy can help build better community projects in Africa

África/Abril del 2017/Noticias/ https://theconversation.com/

Empathy is one of the most important skills any leader can have. A huge 2015 research project across 38 countries found that empathy makes leaders more effective and their businesses more successful.

But how do you teach empathy? How can it be cultivated in students who will become leaders in future? And could it be done in a way that foregrounds ancient, indigenous knowledge and practices which might have been sidelined by colonialism?

For instance, in 2005 Unicef developed a plan to hand out mosquito nets to help curb malaria in Malawi. But instead of using the nets to cover themselves while sleeping, people used them for fishing – a phenomenon that’s been seen elsewhere in Africa, too.

Unicef assumed that the need for protection against malaria was among Malawians’ priorities. But actually, the most urgent need was for basic sustenance. This is an example of how developing a better understanding of the local context can assist in coming up with solutions that meet users’ needs.

Organisations also need to understand that knowledge already exists in communities which must be considered when coming up with solutions for social challenges. In parts of Africa like Kenya and Sudan, as well as in India, for example, villagers use cow urine around their houses’ perimeters to ward off the mosquitoes that carry malaria. Cow urine and dung is also used as a pest repellent mixed into the lining of houses’ walls.

It’s these kinds of contextual considerations that have informed my work with Unicef in a design thinking programme that focuses on empathy and respecting indigenous knowledge.

Putting people first

Unicef deals with issues related to children all over the world. In 2016 it approached the Hasso Plattner Institute of Design Thinking (the d-school) at the University of Cape Town to develop more human-centred solutions to some of the complex challenges facing vulnerable children and families, particularly on the African continent.

Design thinking is a human-centred approach to problem solving. It develops an understanding of problems through engaging with those affected – the users. Its approach to solving problems is participatory, involving the users in finding solutions.

Unicef is involved in solving a number of complex challenges, and realised that it’s critical to put humans at the centre of that work. It wanted to ensure that the solutions designed would contribute to local communities’ sustainability and resilience. Unicef too often goes into communities offering solutions without considering local ideas, approaches and knowledge – as the Malawi mosquito net project showed. Its employees don’t spend time, really understanding the problems they’re trying to solve before designing solutions.

That’s where instilling empathy comes in: organisations need an empathetic mindset that leads to better understanding not just of what the problem is, but also what caused it in the first place.

That’s what informed my ongoing design thinking programme with Unicef. It’s a customised programme that helps train organisations in design thinking. I’m working with Unicef Malawi and some of its partners – and developing empathy forms a big part of the course.

Empathy in design thinking

There are two types of empathy in design thinking: emotional and cognitive. Emotional empathy centres on instinct, emotions and shared experience. The emotional aspect includes assessing our own thoughts and actions for the purpose of personal learning and development. Design thinking encourages students to cultivate curiosity and challenge prejudice to discover commonalities with other people who may be different from them. Listening is extremely important, too.

Emotional empathy is a starting point for individual team members in any design thinking programme before they shift focus towards the user for whom they’re designing solutions.

The second dimension of empathy is cognitive. Here, one comes to understand how others may experience the world from their point of view. Cognitive empathy includes the mental process of acquiring and understanding through thoughts, experience and senses. It includes processes like knowledge, memory, judgement, reasoning and decision making.

Understanding different points of view requires humility: we may have been trained as experts in our various disciplines but that hardly means we know everything. Each person possesses very little knowledge, which becomes valuable when a team comes together.

All the participants in a design team need to be empathetic with the users they’re designing for if their solutions are to be relevant. This informed my planning for the Unicef course.

Immersion

The participants include Unicef employees and people from organisations that implement the solutions Unicef develops. I started by taking participants through a three day introduction to design thinking. They had to work collaboratively in a multidisciplinary team. They had to learn the value of empathy for the user – that’s, people affected by the problems they’re trying to solve.

They took part in an immersion experience at the Cape Town Society for the Blind. This took them into a very different context and forced them to experience the physical world as blind people do. It was a powerful way to help them understand the implications of navigating a world not designed to facilitate their access. They ate dinner in the dark and were forced to use all their other senses in the same way blind people must.

All this helped participants to understand that even those they might consider less knowledgeable have experiences, emotions and aspirations. This understanding helps with the development of true empathy.

Empathy for others and understanding their context could go a long way in helping organisations to come up with relevant solutions. An understanding of context allows us to learn from others’ experiences and to arrive at an informed solution with the users. This allows organisations to solve the right problems – and, in the long run, to help communities become more resilient and self-sustaining.

Fuente:

https://theconversation.com/how-learning-empathy-can-help-build-better-community-projects-in-africa-75900

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/Yh9SltsrUKvlOP-Bz4GM8ImzDyVkplbgHTKpLAJa0hMd7FxzG_UIPz9PUy4L3otJjAq-=s85

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