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La unión africana llama a alianzas continentales para desarrollar sector científico

África/Ruanda/07 de Abril de 2018/cnctv.icrt.cu

La Unión Africana (UA) enfatizó hoy en la importancia de las alianzas continentales para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en cada país.

La UA describió además a la ciencia como un “asunto muy serio”, con motivo de la presentación en la sede oficial del bloque comunitario aquí en Addis Abeba de un resumen de los resultados del recién celebrado Next Einstein Forum (NEF), en Kigali, Ruanda.

Un texto difundido por la organización reseñó además las declaraciones de su presidente pro témpore y jefe de Estado ruandés, Paul Kagame, quien apuntó que África es la que perdería si no apoyara el sector en beneficio del pueblo.

Así, la UA aprovechó la exhortación de Kagame para instar una vez más a los gobiernos africanos a aumentar las asignaciones presupuestarias en educación, salud y agricultura, ya que son los pilares clave de la transformación científico-técnica de África.

“La educación y la ciencia deberían ser centrales en nuestra vida cotidiana si queremos hacer los avances que nos hemos propuesto en los próximos 50 años”, apuntó la Unión.

Ya Kagame apuntó en la conclusión del Foro que África no debería perderse ninguna futura revolución de desarrollo en todo el mundo.

“No hay duda de que África tiene la intención de aprovechar este momento. La ciencia tiene un lugar, lo admitamos o no”, refirió el titular.

De ahí que la UA resaltó que las inversiones en educación superior para cursos de información, comunicación, tecnología y ciencia no deberían realizarse a expensas de las artes y las humanidades.

Lo mejor, en opinión de la organización panafricana, es realizarlas en la misma medida con el objetivo de reducir los desequilibrios en el mercado laboral y los requisitos de la industria y ayudar así a impulsar la economía de África.

Fuente: http://www.cnctv.icrt.cu/2018/04/01/ua-llama-alianzas-continentales-desarrollar-sector-cientifico/

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Matrimonio infantil en África: la niñez perdida

África/07 Octubre 2017/Fuente: Prensa Latina
Cada dos segundos una niña es obligada a contraer nupcias en el mundo, de ellas muchas en África, continente que a la vuelta de tres décadas tendrá alrededor de 310 millones de menores de edad casadas.
La lentitud de la lucha contra el mal social y el incremento demográfico de la población son las principales causas del aumento del matrimonio infantil en África, contrariamente al resto del planeta.

Estimados apuntan que el número de niñas en la región se elevará de 275 millones en la actualidad a 465 millones en 2050; así lo confirman estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas al abordar la aterradora realidad.

Por tal motivo, la Unión Africana (UA) se erigió como puntero de una campaña continental por erradicar el problema y a su vez implementar un plan de acción para los gobiernos con el fin de reducir las hasta ahora imparables tasas.

La organización, entre otros aspectos, pidió facilitar el acceso a una educación de calidad y a servicios de salud reproductiva; el fortalecimiento y la aplicación de leyes y políticas que protejan los derechos de las niñas, así como la prohibición del matrimonio hasta los 18 años.

Durante la primera Cumbre para poner fin al Matrimonio Infantil en África, celebrada con la participación de ONU Mujeres y bajo auspicio de la UA, celebrada del 24 al 27 de noviembre de 2015 en Lusaka, Zambia, se trató de movilizar a líderes tradicionales y políticos en torno al tema.

Un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentado en la propia cita, alertó que de continuar con este ritmo África superará al sur de Asia como la región con el mayor número de mujeres de entre 20 y 24 años que se casaron siendo niñas.

‘El matrimonio infantil genera una serie de normas que resultan cada vez más difíciles de exterminar; normas que socavan el valor de nuestras mujeres’, dijo la entonces presidenta de la Comisión de la UA, Nkosozana Dlamini Zuma. A través de un mayor grado de conciencia, junto con un enfoque que implique a todos, será posible erradicar sus dañinos efectos, acotó.

Las estadísticas muestran que los países africanos suponen 17 de los 20 con Los índices más altos a nivel global.

Por ejemplo, el 76 por ciento de las niñas en Níger y cerca del 70 por ciento de las de República Centroafricana y Chad se casan antes de cumplir los 18 años.

Es una realidad muy latente en África, opinó el presidente de Zambia, Edgar Lungu, en un evento en Nueva York previo al segmento de alto nivel del 72 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, realizado este mes.

Tanto Lungu como sus homólogos de Uganda, Yoweri Museveni, y de Malawi, Peter Mutharika, expresaron su compromiso de apoyar los esfuerzos para poner fin al matrimonio infantil en África en 2030.

DATOS DIVERSOS DE UN GRAVE PROBLEMA

Justo en 2016 Malawi se unió a Gambia y Tanzania al prohibir el matrimonio infantil antes de los 18 años y quienes lo infrinjan cometen un delito punible con cinco años de prisión y una multa de unos 143 dólares.

El expresidente gambiano Yahya Jammeh proscribió la práctica que ahora se castiga con 20 años de prisión, al tiempo que en Tanzania, un tribunal declaró inconstitucionales las secciones 13 y 17 de la Ley del Matrimonio, que posibilitaba a las niñas unirse a los 15 años con permiso de los padres y a los 14 años con el permiso de una corte de justicia.

Igualmente, el Parlamento de Chad adoptó hace poco una reforma de su código penal que eleva la edad legal de matrimonio de 16 a 18 años.

El mandatario chadiano, Idriss Deby, también promulgó una ley que castiga al infractor con penas de cinco a 10 años de prisión y una multa que en algunos casos puede rondar los ocho mil 800 dólares, según el cambio.

Zimbabwe aún no ha elaborado leyes para criminalizar los matrimonios de niños. Algunos datos de instituciones especializadas y organismos internacionales arrojan que, por ejemplo, en Senegal solo el 18 por ciento de las mujeres usan métodos anticonceptivos.

Mientras en Mali, según el ‘Código Familiar’ vigente desde 2011, las mujeres le deben obediencia a sus esposos; en tanto, Níger refleja que la edad media del matrimonio es de 15.8 años.

Por su parte, en Malawi, cuatro de cada cinco chicas casadas no terminó la educación primaria, y en Mozambique, la violencia emocional, física y sexual son factores por los que muchas niñas abandonan la escuela y terminan en nupcias.

En Zambia, el 31 por ciento de las mujeres entre 20 y 24 años fueron casadas a sus 18 y en Tanzania, se eleva el 61 por ciento.

Las propias fuentes aseguran que después de África occidental, la tasa más alta de matrimonio infantil se registra en la región de Asia.

‘El número de niñas afectadas -y lo que esto significa en términos de infancias perdidas y de futuros destruidos- subraya la urgencia de prohibir la práctica del matrimonio infantil de una vez por todas’, a juicio del director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Anthony Lake.

Para el alto funcionario de la ONU, ‘cada niña casada es una tragedia individual’ y por lo tanto ‘un aumento en su número es intolerable’.

Al casarse de manera forzada, se les niega, especialmente a las niñas, su dignidad y la oportunidad de tomar decisiones que son esenciales en sus vidas.

Además, cuentan con menos probabilidades de terminar sus estudios y más posibilidades de ser víctimas de la violencia y de contraer el VIH, a lo que se añade el que los hijos corren más riesgo de bajo peso y mortalidad, ya sea al nacer o poco después.

Pero no es una solución simple y quienes toman decisiones lo saben. La sociedad en su conjunto tendrá que crear condiciones para eliminar el flagelo.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap), más de 140 millones de niñas contraerán matrimonio antes de 2020 y si el ritmo del fenómeno persiste, 14 millones 200 mil niñas por año, o sea 39 mil por día, se casarán a temprana edad.

De esos 140 millones, al menos 50 millones no habrán arribado a los 15 años.

No hay soluciones simples, opinan los especialistas, pero llegará el día en que desaparezcan de la prensa confesiones como la de una niña malawi, quien resumió en un lamento: ‘nunca he experimentado la felicidad en mi matrimonio. Nunca he visto el beneficio de estar casada’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=121648&SEO=matrimonio-infantil-en-africa-la-ninez-perdida
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El rostro poco conocido de África

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La Unión Africana se marca como objetivo para 2063 lograr un continente autosuficiente y sostenible

África/24 Julio 2016/Fuente y Autor: noticias

La Unión Africana, en la llamada ‘Agenda 2063’, tiene una visión de futuro de África a 50 años vista, donde contempla un continente reconocido a escala internacional, autosuficiente y sostenible. Pero para ello, sostiene que la ciencia debe ser la palanca para lograr el desarrollo en el continente vecino.

El foro de reflexión CampusÁfrica, que se celebra hasta el próximo 28 de julio en Tenerife, ha invitado a los máximos representantes de la Unesco y de la Unión Africana para que expliquen los planes establecidos para el continente africano en las próximas décadas.

Todos los integrantes de este foro insisten en que la ciencia es y debe ser el eje central de la palanca de desarrollo; sin embargo, sólo el 1% del PIB de África se dedica a I+D+i, un 0,3% menos que España, que está justo a la mitad de la media europea.

Durante las dos primeras semanas del foro CampusÁfrica han participado invitados gubernamentales y universitarios de distintos países. Ayer viernes se celebró el Día de la Ciencia Africana, donde Almany Konte, del Observatorio Africano de la Ciencia de la Unión Africana, explicó ‘El plan africano de la Ciencia’.

Almany Konte comentó que en el contexto económico actual hay un crecimiento en todo el continente que está presentando muchas oportunidades para África, pues hay muchos países con petróleo. Pese a esta realidad, remarcó que África cuenta con un bajo número de investigadores, menos de un millón en todo el continente, aunque el crecimiento tecnológico ha sido acusado y exponencial, sobre todo la tecnología móvil, indicó. Estos datos le llevan a tener una visión esperanzadora con respecto al papel de la ciencia y la tecnología en África.

Konte explicó que la ‘Agenda 2063’ tiene marcadas muchas acciones políticas y sociales y gran parte de ellas están relacionadas con el desarrollo científico y la colaboración internacional.

La principal ambición es lograr una África próspera, con un desarrollo sostenible y un entorno incluyente. Para ello se tiene muy en cuenta la tecnología y la innovación. En ese plan hay objetivos en alimentación, salud o agricultura.

A su vez, tiene una estrategia para la educación africana que incluye la educación preprimaria, primaria, profesional, técnica, secundaria, etcétera. En esos planes se incluye la Universidad Pan African, que no es una universidad física, sino que se basa en la relación y colaboración de las universidades ya existentes.

«Nuestro objetivo es, en diez años, integrar la tecnología de la innovación en la mentalidad africana. Nuestras prioridades son erradicar la hambruna y asegurar la seguridad alimentaria; prevenir y controlar las enfermedades; la comunicación; proteger nuestro espacio, y lograr una mejor convivencia. Todo ello enmarcado en políticas relacionadas con I+D+i», incidió el responsable del Observatorio Africano de la Ciencia.

FINANCIACIÓN DE LA CIENCIA

Uno de los puntos a mejorar está en la aportación de todos los países a la financiación de la ciencia, pues el 60% de la aportación africana a la investigación procede de cinco países: Algeria, Angola, Egipto, Nigeria y Sudáfrica, y cada uno de estos países solo aporta un 1% del PIB.

La Unión Africana ha puesto en marcha un programa de movilización de becas para financiar proyectos de investigación en el continente. «En cada convocatoria nos centramos en una de las prioridades y este año corresponde a la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible. El presupuesto para esta primera convocatoria son 17,5 millones de dólares», explicó Konte.

La apuesta por la colaboración internacional es decidida pues, según Almany Konte, si no existe colaboración internacional, el impacto de los proyectos es nulo.

«Si colaboran entre países africanos, el impacto es mayor. Si se colabora con países de otros continentes, es mucho mayor. Esto deja de manifiesto la importancia de la colaboración científica en África, no sólo por el impacto, sino por el enriquecimiento. Cuanto más impacto, más interés y financiación mostrarán en el proyecto», destacó

Fuente de la noticia: http://noticias.lainformacion.com/tecnologia/Union-Africana-continente-autosuficiente-sostenible_0_937706721.html

Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/7e/African_Union_conference_center_and_office_complex%2C_AUCC.jpg/640px-African_Union_conference_center_and_office_complex%2C_AUCC.jpg

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Aminata Traoré : «Se han globalizado la injusticia, la desesperación y el desprecio»

Rebelion/ Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
 

Aminata Traoré es una ensayista maliense que lucha por la autonomía de los países y los pueblos de África, siempre dominados y saqueados por las potencias occidentales. Ministra de Cultura y Turismo de Malí entre 1997 y 2000, la infatigable militante prosigue su lucha contra el liberalismo sobre el terreno y ha promovido numerosos proyectos con las mujeres y los jóvenes en Bamako. Su reciente candidatura al puesto de Secretaria General de la ONU es una buena noticia para todos los partidarios de la paz.

¿Cómo analiza el fenómeno terrorista que asola África y todo el mundo?  

En primer lugar hay que analizar rigurosamente las causas: ¿Por qué ahora? ¿Y por qué por todas partes? Precisamente porque se han globalizado la injusticia, la desesperación y el desprecio. En los años 90, ante las consecuencias de las políticas de ajuste estructural, sonó el timbre de alarma que señalaba que «cada año, en la mayoría de nuestros países hay entre 100.000 y 200.000 jóvenes diplomados que llegan al mercado laboral y el modelo económico no crea empleo». Al contrario, se elimina empleo. ¿Qué se puede hacer? A menudo los jóvenes solo pueden elegir entre el exilio y el fusil. Estos dos fenómenos contemporáneos y concomitantes están vinculados intrínsecamente al lamentable fracaso de un modelo de desarrollo económico que Occidente no quiere cuestionar.

Para muchos medios y analistas el yihadismo emanaría directa y principalmente de la religión. ¿Considera suficiente esa explicación?  

Si fuese así, ¿por qué no surgió mucho antes ese pensamiento del radicalismo religioso? Fue a partir de las décadas de los 80 y 90 cuando numerosas personas abandonadas por culpa de las políticas neoliberales fueron a las mezquitas y al Corán a buscar respuestas al desempleo y a la exclusión. Si no hubiese sido así, en Irak los generales de Sadam Hussein no habrían encontrado islamistas en Abu Ghraib para sentar las bases del Dáesh. ¿Cómo llegaron a introducirse en los suburbios y en los medios pobres? ¿Por qué fascinan también a la «clase media»? Hay un vacío ideológico abismal que se niega a admitirlo.

Si en la actualidad los pueblos dispusieran de más justicia, más empleo y más respeto se podrían garantizar la paz y la seguridad, pero eso supondría que los que dominan deberían renunciar a parte de sus privilegios. No pueden. Eso sería hacerse el harakiri reconociendo que se equivocan. No se crea empleo y el modelo no responde a las demandas sociales. ¿A quién beneficia este crecimiento criminal? A las multinacionales, pero también se pegan un tiro en el pie cuando ya no pueden ir a los lugares donde explotan los recursos naturales. Los yihadistas son conscientes de ese reto y su objetivo son los mismos recursos, en particular el petróleo.

A fuerza de hacer oídos sordos y poner en marcha unos tipos de oposición que no son auténticos contrapoderes capaces y dispuestos a encargarse de las cuestiones importantes, nos encontramos atascados por todas partes en los asuntos institucionales y en unas políticas de sustitución de los protagonistas sin cambio de paradigma. Para disfrutar hoy de la paz, una paz auténtica y estable, y de la seguridad humana –que no hay que confundir con la «segurización»- hay que introducir en el debate los asuntos mineros, petroleros y otros. Garantizar la seguridad humana a los individuos por medio del empleo, la sanidad, la educación y otros servicios sociales básicos considerados gastos improductivos.

¿Cuál es el papel de la Unión Africana y cuáles son sus principales retos?  

África tiene una necesidad absoluta de la Unión Africana (UA), la organización que nació en 2002 del rescoldo de la Organización para la Unidad Africana (OUA) creada hace 53 años. Al igual que la Unión Europea (UE) que le sirve de modelo, la Unión Africana suscita muchos interrogantes en los pueblos, que no la ven donde la esperan, es decir, cerca de ellos. Sus detractores opinan que solo es un club de los jefes de Estado. Es una constatación abrumadora y preocupante porque sabemos que los padres fundadores de la institución quisieron que fuera el instrumento de la descolonización y esta no solo no ha terminado, sino que además el continente está en vías de «recolonización» en el marco de la globalización capitalista. Los desafíos están a la altura de la violencia multiforme de ese sistema.

Para desempeñar plenamente su papel en la defensa de los intereses de los pueblos de África es necesario que la Unión Africana entienda la naturaleza de la globalización y las relaciones de poder. Porque padece las taras originales de la división, la extroversión y la dependencia. A menudo tendemos a olvidar que la Organización de la Unidad Africana (OUA), de la que procede la Unión Africana, nació en el dolor del desgarrón entre dos grupos que tenían una visión y un enfoque opuestos del futuro del continente.

Fueron necesarias muchas reuniones y largas negociaciones para que el 25 de mayo de 1963, 32 estados recién independizados creasen la Organización de la unidad Africana (OUA) en Addis-Abeba, Etiopía, sobre la base de un acuerdo mínimo. La redacción de su carta se confió al presidente maliense Modibo Keita, uno de los líderes del grupo de los progresistas de Casablanca, y al presidente de Togo Sylvius Olympio, del campo de los «antifederacionistas». Fue la visión del grupo de Monrovia la que prevaleció sobre la de los progresistas del grupo de Casablanca.

¿Qué balance podemos hacer de sus actividades?  

Aparte de la gestión de la descolonización, la organización panafricana no emprendió ningún proyecto ni ninguna estrategia de desarrollo autónomo y emancipador. Las décadas de 1980 y 1990 estuvieron marcadas por las orientaciones de Elliot Berg, con las que el Banco Mundial sustituyó las perspectivas africanas de desarrollo del Plan de Acción de Lagos (PAL) elaborado pacientemente por los Estados africanos y adoptado en 1980 en la capital de Nigeria. Dichas orientaciones agravaron las dificultades del continente con la congelación de los salarios y recortes en los presupuestos de los servicios sociales básicos: educación, sanidad, aprovisionamiento de agua potable y saneamiento.

Conscientes del enorme coste social y político de los Programas de Ajuste Estructural (PAS) los dirigentes africanos propusieron diversas orientaciones: el presidente Thabo Mbeki (Sudáfrica) propuso el Plan de Acción del Milenio (PAM), elaborado conjuntamente con Olusegun   Obasanjo (Nigeria) y Abdelaziz Buteflika (Argelia), así como el Plan Omega de Abdoulaye Wade (Senegal). Su fusión dio lugar a la «Nueva Iniciativa Africana» (NIA), que después se transformó en la «Nueva Asociación para el Desarrollo de África» (NEPAD) y el «Mecanismo Africano de Evaluación por los Pares» en 2003. El Parlamento Panafricano (PP) se instituyó el 18 de marzo de 2004 con sede en Midrand (Sudáfrica).

La Unión Africana se felicita de las políticas y estrategias macroeconómicas «saludables» que permitieron a numerosos países miembros de la organización registrar un crecimiento sin precedentes, así como una significativa reducción de los conflictos, el fortalecimiento de la paz y la estabilidad y el progreso en materia de gobernanza democrática. Para el siglo XXI cuenta con la aparición de una clase media creciente y un cambio en la estructura financiera internacional, con el auge de los BRICS y la mejora de los flujos de inversiones directas.

¿Este aumento significativo del crecimiento irá parejo con una mejora de las condiciones de vida de las poblaciones?  

Hay logros materiales palpables, pero muy poca mejora en las condiciones de vida de las poblaciones. Cada vez crece más el desempleo. En este contexto es en el que ha surgido lo que llaman en Europa «crisis migratoria», que no empezó en 2015. La noción de «emigrante económico», a distinguir de la de «refugiado», significa que «en los países de origen hay trabajo y bastaría, según los tecnócratas, con invertir más y luchar contra la corrupción». Pero no hay trabajo y la corrupción es inherente al sistema.

¿Cree que el proceso de democratización se ha quedado en la superficie?  

Me parece difícil encontrarme en un panorama político de entre 150 y 250 partidos. Europa sabe perfectamente que no puede haber democracia con semejante desmenuzamiento del campo electoral sin un auténtico contenido ideológico. ¿Cómo salir de esta «democracia» teledirigida, financiada y supervisada de cerca, según los países y los asuntos, por Bruselas, París y Washington?

Precisamente con respecto a eso China está sustituyendo progresivamente a Occidente en la economía africana, ¿hay que admitir a los chinos como los nuevos «impostores», parafraseando el título de uno de sus últimos libros? 

Históricamente África no tiene los mismos tipos de relaciones con China que con Occidente. China no es arrogante. En el imaginario de los africanos es un mal menor porque sabemos que los chinos están ahí porque tienen una gran necesidad de materias primas. Pero esta relación también puede ser una trampa si nuestros Estados permanecen en la lógica de regiones exportadoras de materias primas en vez de aprovechar para poner las bases de la industrialización del continente. En otras palabras, si los Estados africanos no desarrollan su propio sector privado no estarán en condiciones de emanciparse de las relaciones de dependencia.

La propia noción de emergencia es problemática. Se traduce en un crecimiento que no beneficia a los pueblos. En los países denominados «emergentes» la cesta de la compra no registra ninguna mejora. La China emergente es fuente de inspiración para los países africanos, que saben que un continente desmenuzado y dividido es una presa fácil en el marco actual de «asalvajamiento» del mundo. China no se ha liberalizado sin ton ni son, ha progresado a su ritmo y en función de sus intereses.

¿Cuáles son, desde su punto de vista, los desafíos de la sociedad civil y de los intelectuales africanos del siglo XXI?

Hay que ir más lejos en el trabajo de desmontaje de las ideas recibidas y de descontaminación de las mentes sobre el crecimiento, la emergencia y otras historias absurdas. Si el sistema fuese bien, ¿por qué se encontraría Europa en una crisis existencial que la está conmocionando? Pienso que las soluciones prestadas han revelado sus límites a la luz de nuestras experiencias, de nuestras vivencias, de nuestras aspiraciones. Por desgracia una gran parte de los que se denomina «la sociedad civil» no se atreve a levantar las cuestiones que enfadan a los «donantes». Localmente no pueden hacer nada sin la ayuda de la «comunidad internacional».

Sin embargo África ha tenido grandes intelectuales, pensadores como Julius Nyerere y sus ideas motrices en favor del derecho al desarrollo. ¿No podemos «contar con nuestras propias fuerzas»?  

Por supuesto África no solo ha tenido corruptos y dictadores como quieren hacernos creer sus detractores. A muchas personas que habrían podido y quisieron hacer cosas se lo impidieron. El asesinato de Patrice Lumumba fue el acto fundacional del caos político congoleño. Los asesinatos políticos a lo largo de los años 60 y 70 traumatizaron y disuadieron claramente a los dirigentes que querían fundirse con sus pueblos. Más recientemente está el caso de Laurent Gbagbo, en la actualidad ante la Corte Penal Internacional y cuyo error ha sido tocar cuestiones que molestan. Y lo que es verdad para los dirigentes también lo es en gran medida para la sociedad civil.

En la actualidad cuando hablamos de la sociedad civil, la que se solicita a menudo está formateada, es prudente e incluso timorata. Ahora está surgiendo un sentimiento de revolución interna y de humillación frente a la segunda recolonización del continente que no deja indiferentes a los africanos. Hay que capitalizar esos esfuerzos de cuestionamiento para desarrollar nuestra capacidad de proposición, de anticipación y de acciones transformadoras de nuestras economías y de nuestras sociedades en el sentido del interés común.

Photos: © Elodie Descamps

Fuente: http://www.investigaction.net/aminata-traore-on-a-mondialise-linjustice-le-desespoir-et-le-mepris/

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