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Libro(PDF): Escenarios actuales de la educación superior. Balances y desafíos de la pospandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital.

El objetivo de este breve libro es expresar, en forma resumida y crítica, un análisis del estado del arte de la educación superior, inspirado por los documentos y debates de la III Conferencia Mundial de UNESCO de mayo de 2022 y por las Nuevas visiones de la educación superior hacia el 2030, que constituyen el contenido del Informe 8 de la Global University Network for Innovation (GUNI).
La epidemia de COVID-19, junto a la disrupción tecnológica, la creciente desigualdad, el cambio climático y una profunda crisis geopolítica, han puesto en el orden del día la necesidad urgente de transformar radicalmente la educación superior, con el fin de educar en valores que permitan alcanzar un desarrollo sostenible, que impliquen la erradicación de las desigualdades y la consolidación de una paz duradera.

Autoría: Francisco López Segrera. [Autor]
Carlos Tünnermann Bernheim. [Autor de Prólogo]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2024

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-693-6

Idioma: Español

Descarga: Escenarios actuales de la educación superior. Balances y desafíos de la pospandemia

Fuente e Imagen: https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=3055&c=64

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Siete ideas para llevar la creatividad a las aulas universitarias

Por: Educación 3.0

Emplear la metáfora, el storytelling o huir de la clase magistral son algunas de las estrategias que permiten llevar la creatividad a las aulas de la universidad y mejorar la experiencia de aprendizaje del alumnado. Nos cuenta cómo desarrollarlas la docente universitaria Lola Costa Gálvez.

Hablar de creatividad en la docencia es tratar una cuestión recurrente, pero ¿qué es exactamente? Puede ser parte de la identidad docente, servir de modelo y referente para el alumnado, pero, sobre todo, es útil para llamar la atención de los estudiantes y convertir su experiencia de aprendizaje en algo memorable, significativo e impactante. Según el psicólogo estadounidense Guildford, se expresa de cuatro maneras: mediante la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y el análisis. Y es que aunque cualquier persona puede ser creativa no todo el mundo se considera creativo. Su desarrollo, junto con la innovación, ha sido señalado por voces expertas como una de las claves de la universidad del futuro.

A continuación, expongo siete estrategias para que el personal docente universitario emplee la creatividad en sus clases.

Índice de contenidos

Utilizar la metáfora como hilo conductor 

Podemos imaginarnos y hacer imaginar al alumnado que nuestra asignatura es una cocina, un viaje, un club deportivo o un videojuego. Además de hacer la materia más atractiva, conseguimos una planificación docente consistente y comprensible a lo largo del tiempo.

Usar el storytelling

Creatividad Aulas Universitarias

Muchos docentes comienzan su lección con una historia o introducen una en algún momento de la sesión. Hacer un uso consciente de la narrativa potencia el impacto que tienen en el alumnado estas historias; lo ideal es inventar las nuestras o cocrearlas en el aula.

Aleatorizar la participación de manera llamativa

Creatividad Aulas Universitarias

La creatividad nos permite aleatorizar la participación en clase de manera que llame la atención del alumnado. Algunas ideas para fomentarla son emplear ruletas, cartas o papeles ‘secretos’ con los nombres de los estudiantes.

Utilizar técnicas de creatividad para generar ideas

Metodologías docentes como el learning by doing promulgan la práctica deliberada. Podemos usar las técnicas creativas para que el alumnado genere ideas y así eliminar a los ‘enemigos’ de la creatividad, concentrarse en el trabajo y sacar el mejor rendimiento. Algunas de las más populares son: las relaciones forzadas, el SCAMPER (Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Propósito, Eliminar y Reorganizar o Revertir) y los seis sombreros para pensar.

Dar un feedback amable

La retroalimentación debe ser edificante ya que es la base de la evaluación formativa. Usar estrategias que nos permitan dar una retroalimentación original puede motivar a los estudiantes, por ejemplo a través de sellos con comentarios recurrentes, códigos de colores o insignias para marcar los niveles de desempeño.

Jugar con los ambientes de aula

Aunque es una tendencia más propia de otras etapas educativas a muchos docentes universitarios les gusta ambientar su aula. En este sentido, es evidente que la creatividad aporta: ya sea para crear aulas temáticas o para dar pequeños toques que introduzcan al alumnado en la actividad o en la lección.

‘Romper’ la clase magistral

Mucho se ha escrito sobre la fatiga que produce escuchar a una persona más de 20 minutos y, sin embargo, la mayoría de clases magistrales supera ese tiempo. Buscar estrategias creativas para ‘romper’ la dinámica es primordial para captar la atención de los estudiantes. Además del uso de metodologías activas como la clase inversa, el seminario participativo o la tecnología pueden ayudarnos a crear recursos gamificados que interpelen al alumnado durante el transcurso de la lección.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ideas-creatividad-universidad/

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Karina Batthyány: «Las universidades públicas en América Latina y el Caribe están siendo asediadas”

 

Estamos en la Habana, Cuba, participando desde CLACSO en Universidad 2024, un evento que se realiza cada dos años. Aquí el análisis y la preocupación se pone en el tema de la educación superior y particularmente de las universidades como lugares protagónicos para su desarrollo. Además, CLACSO está participando en las jornadas CRES + 5, el seguimiento de la Conferencia Regional de Educación Superior que tendrá lugar en Brasilia, capital de Brasil.

 

En el marco de dichos eventos, CLACSO ha desarrollado junto a sus Centros Miembros de Cuba un foro sobre los desafíos de la educación superior. En él se discute la educación superior en términos de calidad y pertinencia, pero también cuál es el vínculo de la educación superior con los grandes desafíos en materia de desigualdades para la región latinoamericana y caribeña.

 

Estamos en un momento muy complejo para América Latina y el Caribe, no solamente en Argentina, sino también en otros países de la región. Las universidades públicas están siendo asediadas en dos dimensiones que son preocupantes. Una es la asfixia presupuestal a la que se somete a la educación superior pública, que atenta directamente contra el derecho a la educación superior en términos generales para todos y todas y a lo largo de toda la vida.

 

La otra está vinculada a la libertad académica, un principio básico de las universidades. Hay una fuerte tensión, con el cierre de programas, particularmente en ciencias sociales, y la persecución directa en muchos países a colegas, profesores y profesoras que trabajan en el ámbito de las ciencias sociales: restricciones a la libertad de expresión y de pensamiento, lo que influye también en las agendas de investigación y en la producción y creación de conocimiento. A su vez, a esto se suma una tendencia regional y mundial de mercantilización y privatización de la Educación Superior, que en muchos casos se ha convertido en un negocio. Hay actores económicos muy fuertes tratando de apoderarse de la educación terciaria.

 

Desde CLACSO, desarrollamos el Foro “Educación Superior y Transformación Social” junto a los Centros Miembros Cuba, pero también con participación de colegas de toda la región latinoamericana y caribeña, para plantear la preocupación de la educación superior y qué podemos hacer mediante nuestra Plataforma para el Diálogo Social (PDS).

 

– En el marco de dicho Foro, hubo un panel enfocado en la ciencia abierta, entendida como una lógica de democratización del conocimiento y de transformación social como un punto central al momento de la discusión en la producción y generación de conocimiento…

 

– Recordemos que CLACSO es pionero en los temas de defensa del acceso abierto de manera absolutamente irrestricta y de la idea de ciencia abierta. Esto es, de concebir a la ciencia sin ningún tipo de barreras, principalmente en los resultados del desarrollo y el conocimiento científico. Para eso, en CLACSO creamos, en 2019, Foro Latinoamericano sobre Evaluación Científica (FOLEC), porque esta idea del conocimiento abierto y ciencia abierta tiene que ver también con los procesos de evaluación del conocimiento. Esto se ve por ejemplo en la circulación de los resultados de investigación en el medio académico, donde se está dando (otra vez) una tendencia de mercantilización y privatización del conocimiento por parte de industrias editoriales que hacen un negocio muy rentable a través de su circulación. Además, en América Latina y el Caribe, un 80 por ciento de la investigación del conocimiento es financiada con fondos públicos, pero luego su circulación y difusión se hace por medio de estas industrias editoriales, que no solamente mercantilizan los resultados, sino que generan barreras concretas para el acceso abierto del conocimiento. Es decir, quien quiera leer o dar a conocer sus resultados se encuentra con la mercantilización de dichos procesos.

 

– En todo este camino sobre la educación superior, estar en Cuba y tener una red muy potente de Centros Miembros cubanos CLACSO, hay una importancia en el sistema académico cubano para las lógicas de Nuestra América y las diferentes universidades de la región…

 

– Por supuesto. Cuba siempre ha sido ejemplo para toda la región en materia educativa en términos del desarrollo en todos los niveles. Desde CLACSO, estamos trabajando para continuar con esos desafíos que enfrentan en estos momentos Cuba y también los otros países de América Latina y ver qué podemos aprender de la experiencia cubana en términos de la producción y la difusión de conocimientos. Por eso, no es casualidad que el evento CLACSO en Universidad 2024 y el panel de CLACSO se desarrollen en La Habana.

 

Fuente: https://www.clacso.org/las-universidades-publicas-en-america-latina-y-el-caribe-estan-siendo-asediadas/

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Vitrina Venezuela: Transformar la educación para el siglo XXI

Por: Benjamín Tripier

El gobierno debería invertir en un año más de estudio, ya sea a los bachilleres en curso o inclusive los que se graduaron en años anteriores, generando un quinto año repetido donde se valorice todo lo que se estudió hasta esa etapa.

El objetivo es para ayudar a los estudiantes en su primer año de universidad. Hay que hacer énfasis en las matemáticas y asegurar que los alumnos en ciclo básico sepan leer y escribir funcionalmente. Asimismo, los profesores también deben ser evaluados para desarrollar un sistema de educación sólido y estable, para acabar con el analfabetismo funcional. 

Hay que crear un sistema de rescate que tome a los últimos estudiantes de la primaria para pasar a la secundaria. Entre los siete y ocho años de edad, es la etapa prioritaria en la vida de los niños, ahí es primordial para enseñarles los conocimientos básicos.

En la etapa de blindaje se deberá cortar las graduaciones automáticas y ofrecer una especie de delay time de dos años para que se alcance un nivel competitivo, así requiera la repetición de un año. Los planteles privados tendrán menos problemas que los públicos, pero hay que reforzar las actividades del maestro público con entrenamientos y actualizaciones. Lo que esté bueno se queda, lo que no, será sustituido.

Como ya hemos hablado, hay que volver a las escuelas técnicas y agregar un año adicional. Se aplicarán filtros positivos (no para que se pierda, sino para que se gane), diseñando un sistema que favorezca a las escuelas técnicas para instruir a los estudiantes.  De esta forma, también se trabajaría en la selección de carreras para las necesidades del mercado venezolano.

El objetivo es que, una vez que se gradúen, los alumnos puedan tener trabajo inmediato en distintas empresas. Estudiar lo que puede y lo que hace falta en el país, le agregará valor. Por lo que el Estado presentará la lista de las carreras más urgentes y, para ellas, establecerá ayudas y financiamientos.

También tendrá que traer a profesores de alto nivel para que formen a nuestros jóvenes. Asimismo, habrá que fortalecer la realización de los exámenes de ingreso en las universidades para ofrecer nuevamente calidad, logrando que los índices se incrementen y que nuestras universidades aumenten de categoría.

Todas las universidades tendrán el mismo criterio y se intentará igualar el sistema público de educación universitaria con el privado. Hay que vender incentivos y volver al utilitarismo. Al estar en una etapa inicial en la reconstrucción del país, desde una base de un deterioro muy grande, el país no puede darse el lujo de tener excedentes en ciertas carreras y faltantes en otras.

El modelo de desarrollo del país que nos hace falta, define con bastante claridad las áreas y los criterios para la formación de profesionales en esta etapa; tener exceso de comunicadores sociales, abogados y administradores, mientras hay faltantes necesarios en ingeniería, tecnología, física y matemáticas, le quitará eficiencia al gasto y al proceso de reconstrucción de conocimiento.

Restaurar la calidad y eficacia de las carreras técnicas y de lo que pudiera llamarse “artes y oficios”. Deberemos contar con la base de habilidades, conocimientos y experiencia a la medida de una etapa crítica en la recuperación económica, social y ética del país. Ya después de la reconstrucción, podremos darnos el lujo de flexibilizar la matriz de necesidades vs disponibilidad de conocimiento.

Nuestro nuevo sistema debe apoyarse en las potencialidades de desarrollo personal, a partir de la infancia, de forma tal que ya en tercer o cuarto grado de primaria, se pueda definir la orientación humanista o científica, y la orientación hacia lo técnico o lo profesional.

De forma tal que, cuando se inicia la etapa del colegio secundario, ya haya una claridad del tipo de carrera que resulta más favorable al perfil individual, pero siempre cumpliendo con la matriz de necesidades del proceso de reconstrucción nacional.

Si bien alguien podría decidir tomar una carrera diferente al de las capacidades que se identificaron, el abandono de esa línea, debería tener un costo elevado para quien toma esa elección, pues de alguna manera, se tratará de una apuesta que no necesariamente llevará a la eficiencia armónica del desarrollo nacional.

Ya después de la reconstrucción, podremos darnos el lujo de adaptar la mencionada matriz de necesidades.  La duración de los ciclos primarios, secundarios y universitarios también debería flexibilizarse para asegurar que cada persona cumpla con los requisitos para poder entrar a la etapa siguiente; a la cual no se podrá entrar hasta que los cumpla.

La estructura de los periodos de clase y la composición de los pensum también debería revisarse a la luz de sistemas como el japonés o el finés, que han probado ser exitosos a la vez que innovadores y disruptivos.

La alimentación también es un punto importante. Se deberán desarrollar proyectos nutricionales para que los jóvenes estudiantes mantengan una dieta balanceada que ayude en su crecimiento; por lo que incorporar estrategias alimentarias para recuperar los niveles proteínicos permitirá avanzar en la evolución de cada persona con proteínas y ejercicio. Los institutos privados tendrán que pasar por los mismos filtros.

En una etapa inicial habrá que aplicar una encuesta con perfil de examen a una muestra representativa a nivel nacional, de maestros, profesores y alumnos de todos los niveles, de forma tal de contar con un perfil de disponibilidad realista del recurso humano, en formación, del que se dispone.

A partir de esta información, habrá que rediseñar los pensum y el tipo de prueba al que deben ser sometidos. Debe quedar claro que habrá que manejar los conceptos de autoestima, diversidad y resistencia, con un criterio más de ayuda y contribución al desarrollo personal, que de premio – castigo. El estudiante podrá repetir los ciclos las veces que lo necesite y hasta podrá reajustar su perfil en función a las nuevas experiencias que va viviendo.

El resultado final siempre debe ser que, para cada nivel y cada categoría, cada estudiante cuente con un mínimo de conocimiento que lo haga un profesional confiable, que aporte valor a una sociedad mal acostumbrada a que con “tener el título ya es suficiente para ejercer”, así no tuviera la capacidad requerida.

https://www.elnacional.com/opinion/vitrina-venezuela-transformar-la-educacion-para-el-siglo-xxi-3/

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Libro (PDF): Experiencias y metodologías participativas en diálogo. Saberes, actores y territorios

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital.

Este libro incluye trabajos en los que se sistematizan, reconstruyen y analizan diversas experiencias participativas que plantean diferentes formas de interpelación a la sociedad. Los capítulos recuperan escenarios en los que la investigación, o la extensión universitaria, se plasmó en acciones de intercambio, colaboración, diálogo crítico y coproducción de saberes con distintos actores del territorio. Esto no sólo supone un despliegue de diversos modos posibles de concebir e implementar la Investigación Acción Participativa (IAP) sino también resignificaciones, cuestionamientos y posicionamientos en torno a las prácticas académicas dominantes en las universidades de la región. Los alcances de los trabajos reúnen sistematizaciones, formas de seguimiento, de aprendizaje y auto reflexividad de actores sociales. Y, desde estos alcances, los aportes incluyen una mirada hacia la metodología como elemento esencial de la teoría reduciendo la separación entre teoría y método. De la Introducción.

Autoría: Mercedes Oraisón. Eryka Y. Torrejón Cardona. Pablo Paño Yáñez. Mauricio Giraldo. Adriana Goñi Mazzitelli. Romina Rébola. [Coordinadoras y Coordinadores]
Glória Cecília dos Santos Figueiredo. Thaís Troncon Rosa. Gilson Jesus Vieira. Flora Menezes Tavares. Matheus Caldas Tanajura. Atailon da Silva Matos Silva. Lucas Ribeiro Sousa. Laura González Foutel. Cyntia Nuñez. Yanina Alegre. Nilda Maidana. Mártires Morilla. José Navarro. Pablo Costamagna. Harold Espinel Navas. Mauricio Menardi. María Emilia Vidal. Fabio Barbero. José Barbero. Fernando Gastaldi. Gonzalo Aira. Verónica Giussani. Romina Neiff. Ariel Claudio Bauducco. Jorgelina Giussani. María de Lourdes Vaudagna. Cecilia Giovanoni. Lucia Segalerba. Camilo Zino. Gabriel Rodríguez Medina. Gladys Rodríguez. Ricardo Rodríguez Mazzani. Marcela Caporale. Marian Bazet. Ricardo Cetrulo. Natalia Bisio. Ximena Lagos. Juan Mario Ferrer Pamparato. Ana Clara Bouzas Capdevielle. Mauricio Venegas Borde. Alejandro Noboa. Marisabina Minteguiaga. Estefani Silva. Christian Camilo Díaz-Barrios. Isabel Bueno García-Reyes. Lizbeth Georgina Sánchez. Paulina Garrido Bonilla. Adriana Goñi Mazzitelli. Mercedes Oraisón. Eryka Y. Torrejón Cardona. Romina Rébola. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. EUDENE. PRAXIS.

Año de publicación: 2023

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-576-2

Idioma: Español

Descarga: Experiencias y metodologías participativas en diálogo. Saberes, actores y territorios

Fuente e Imagen: https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=2996&c=5

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Cuba: Educación Superior realiza reajustes para retomar calendario habitual

América Central/Cuba/01-12-2023/Autoría y Fuente: www.cubadebate.cu

Luego de profundos análisis de un grupo de trabajo creado al efecto y tras consulta con los organismos empleadores y directivos de las universidades se ha elaborado el calendario para los futuros cursos académicos, el 2024 y el 2024-2025, explicó Deysi Fraga Cedré, directora general de Pregrado del Ministerio de Educación Superior (MES).

En conferencia de prensa, puntualizó que es imprescindible retomar el calendario habitual, el cual tuvo que ser variado por la pandemia de la COVID-19, “y lo vamos a hacer garantizando la calidad del proceso docente educativo, en todos los niveles de enseñanza”.

El curso 2024 iniciará el 15 de febrero y concluirá el 27 de septiembre y contará con 30 semanas lectivas, además se respetarán las vacaciones de verano y el receso docente de la Semana de la Victoria de Girón. “En ese período académico participarán los estudiantes continuantes, así como aquellos que realizaron en octubre último las pruebas de ingreso para la Educación Superior”, destacó.

Fraga Cedré expresó que los cursos habituales tienen entre 42 y 45 semanas lectivas, por lo tanto, la afectación en tiempo no es alta, además hacia dentro las universidades pueden hacer adaptaciones, como pasar asignaturas para el curso siguiente, mientras los que culminan estudios podrán alargar su tiempo hasta diciembre de ser necesario.

Por su parte el siguiente curso escolar 2024-2025 tendrá un calendario académico de 42 semanas lectivas para los estudiantes de 1er. año y 38 para los continuantes, respetando también las habituales semanas de receso docente y vacaciones de verano.

En este sentido, precisó que el curso inicia para 1er. año el 16 septiembre (son los estudiantes que realizarán sus pruebas de ingreso en el próximo mes de mayo) y los continuantes comenzarán el 14 de octubre.

“Cada universidad, en función de la fecha de inicio y de fin de curso, organiza el proceso docente en correspondencia con sus particularidades y atendiendo a las carreras y técnicos superiores que desarrollan; y para lo cual se han emitido un grupo de recomendaciones generales desde el MES para la organización del proceso docente educativo en aras de garantizar la calidad y pertinencia del proceso de formación de los futuros profesionales”, puntualizó.

Fuente e Imagen: http://www.cubadebate.cu/noticias/2023/11/23/educacion-superior-realiza-reajustes-para-retomar-calendario-habitual/

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¿Quién teme a la calculadora? Su uso divide a parte del profesorado de Matemáticas

Por: 

Hace unas semanas, Castilla-La Mancha anunciaba la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad: gráficas y de cálculo simbólico. Era la última comunidad autónoma que las permitía en todo el Estado. Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas insisten en la necesidad de permitirlas, así como de renovar la EBAU para que sea más competencial.

Cada cierto tiempo vuelve a saltar a la palestra la discusión sobre si ciertas calculadoras pueden y deben utilizarse en las clases y, sobre todo, en los exámenes de Matemáticas en los cursos superiores. En el horizonte, como siempre, la prueba de acceso a la universidad, la EBAU. Su ejemplo empuja buena parte de las prácticas que se producen a lo largo de la secundaria, obligatoria y postobligatoria.

Hasta ahora, todas las autonomías prohibían el uso de determinadas calculadoras en la EBAU, como las gráficas o las que permiten el cálculo simbólico, salvo Castilla-La Mancha. Desde hace ya meses, como confirman diferentes fuentes, se sabía que esta galia acabaría cediendo y, finalmente, lo hizo hace unas semanas, según fuentes de la FESPM (Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas). Es complicado saber dónde, cómo y con qué criterios se toma la decisión de aceptar o no el uso de estos dispositivos en esta prueba.

Lluis Bonet es docente secundaria en Alicante. Trabajó hace algún tiempo en las propuestas para la modificación del modelo de prueba de acceso a la universidad de tal manera que se acercara al competencial propuesto por la Lomloe. Él lo tiene claro, las cosas deben cambiar en esta prueba, de arriba abajo, para que la calculadora tenga cabida.

Desde su punto de vista es una herramienta, como lo es también GeoGebra, y el alumnado debe aprender a utilizarla correctamente. Más allá de eso, es firme defensor de que se utilice incluso en exámenes como la EBAU, puesto que, cree, lo importante es que el alumnado tenga el conocimiento. La calculadora solo debería ser un instrumento para hacer cálculos complejos de manera rápida y sencilla.

“El problema está cuando sustituyen la labor del alumno”, sostiene, por contra, José Rodolfo Das. A este docente de Matemáticas en Valencia, le preocupa más que lo que pase en la EBAU, lo que pasa en las clases previas, a lo largo del bachillerato. Para él, “hay centros y profesores que le dan a la calculadora protagonismo en sí misma”, cuando solo deberían estar para la “realización de tareas rutinarias para centrarnos en el procedimiento”.

Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas elaboraron, ya hace un lustro, un informe sobre el uso de estos dispositivos en el bachillerato y la EBAU, así como un breve análisis de la situación en otros países más o menos cercanos.

Razones para una restricción anunciada

Este es el quid de la cuestión, parece, para la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad. Para Das es una buena noticia que se haya igualado la normativa, al menos en parte, en todas las comunidades autónomas, en referencia a la prohibición del uso de ciertos dispositivos en la EBAU.

Hasta fechas recientes, Castilla-La Mancha era la única comunidad autónoma que permitía cualquier tipo de calculadora en las pruebas de acceso a la universidad, entre ellas, las gráficas y las que pueden realizar cálculo simbólico, es decir, las que pueden trabajar con incógnitas, no solo con números. Estas, al igual que las programables (en las que es posible introducir documentos de texto) “darían una ventaja enorme”, asegura Das.

Para Serapio García, profesor jubilado de Matemáticas de aquella comunidad y en su día presidente de la Asociación de profesores de matemáticas castellano-manchegos, la situación se ha debido a presiones de otros departamentos diferentes a los de matemáticas y han tenido que ver con la posibilidad de que en las calculadoras gráficas y de cálculo simbólico el estudiantado pueda meter chuletas para copiar en las pruebas. “Pero las calculadoras se pueden poner en modo examen”, sostiene.

Además de este motivo está el de la homologación de las pruebas de esta comunidad con el resto del país, en donde, a pesar de haber diferencias, tampoco están permitidas las calculadoras gráficas ni de cálculo simbólico. Explica García que en territorios como Andalucía, Cantabria, Galicia, Comunidad valenciana, Cataluña, Baleares o Canarias se permiten calculadoras científicas de última generación (que permiten realizar derivadas, ecuaciones y matrices), mientras que, por ejemplo en Madrid, tan solo pueden usarse las científicas más básicas.

Más allá de que Das no esté de acuerdo con el uso de este tipo de herramientas en los exámenes, es de la opinión de que no son esencialmente necesarias en las matemáticas de secundaria o bachillerato. “De hecho, no suelo utilizarla”, asegura. Dice que con la manera en la que él explica su materia, no hace necesario su uso, y que, además, se ha encontrado con que el alumnado “es muy inseguro a la hora de hacer cuentas”.

Saber pensar, para este docente, es la parte importante, no tanto el uso de la herramientas. Coinciden con él todos los profesores consultados, pero con matices. Para Bonet es importante que se usen calculadoras. Más allá de que en la Ley se hable de la necesidad de que el alumnado sea capaz de usar nuevas tecnologías en esta asignatura, este docente señala que la prohibición de las calculadoras en la EBAU responde a “que el profesor tenga la excusa de no hacer uso de esas herramientas en el aula, como herramientas didácticas”.

Para Bonet, las calculadoras sirven para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y tienen un impacto positivo en el alumnado hacia la materia. Para él, las calculadoras, como GeoGebra, sirven para que el alumnado “aprenda más y mejor y comprenda los conceptos matemáticos muchas veces abstractos y complejos”.

A esto se suma que tanto Bonet como García señalan que el currículo de bachillerato incluye, entre los aprendizajes necesarios, el de las tecnologías y la competencia digital, donde encajan perfectamente el uso de las calculadoras (así como su evaluación en la EBAU).

De hecho, García hace hincapié en que la prueba de acceso a la universidad se llama Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, señalando que, efectivamente, las pruebas deben tener como referente el currículo de esa etapa postobligatoria, pero secundaria.

Pensamiento crítico

Estos dispositivos pueden empujar hacia una nueva manera de enseñar las matemáticas y de evaluarlas, para que no sean solo vistas como “la ejecución de algoritmos, de ejercicios repetitivos, la memorización”, afirma Bonet, quien aclara que “no digo que no haya que trabajar estos aspectos, que lo hacemos”.

José Rodrigo Das insiste en que las prohibiciones de ciertos utensilios tienen más que ver con lenguaje algebraico que con el numérico. “Que yo no haga una cuenta, no es un problema”, sí lo es cuando se trata de una derivada, por ejemplo: “Yo examino al chaval de si sabe hacerla o no”. Es verdad, asume, que este tipo de cálculos puede hacerlos un ordenador, “pero se pretende que el alumno sea crítico y sepa hacerlo”.

Y para Das, el problema de la calculadora es “la actitud acrítica al resultado” que tiene el alumnado. “Si la calculadora dice una cosa, será esa cosa”. De esta manera, si se permitiese, a su entender, el uso de las calculadoras de cálculo simbólico “sería un destrozo: lo copio, aunque no entiendo nada”, sostiene. Por eso le parece bien la igualación de todas las pruebas de acceso.

Das se muestra muy crítico con la legislación vigente (“estamos en una época de engaño al alumno”, dice) puesto que es cada vez más laxa en cuanto a la evaluación. “No se exige que el alumno sepa multiplicar, sino que sea capaz de establecer una estrategia para resolver problemas”, asegura y lo ejemplifica: “Si tienes 15 caramelos para 3 personas deberías ser capaz de hacer la división. Pero se puntuaría bien que se repartieran los caramelos uno a uno para, al final, ver cuántos les tocan a cada uno”.

Lluis Bonet entiende que para mejorar la didáctica de la materia, además de usar dispositivos, hay que generar situaciones “más realistas”, que obliguen al alumnado “a reflexionar, investigar, a ver si el problema puedo trocearlo, intentar interpretar y comprobar los resultados, analizarlos, ser crítico, dar una respuesta argumentada, reflexionada… todo eso forma parte de las matemáticas”.

“Esto requiere un esfuerzo por parte del profesorado”, afirma, también para las personas que hacen las pruebas de acceso a la universidad. “Y no sé si realmente, se quiere realizar ese esfuerzo”, asegura. En opinión de este docente, decisiones como la que se ha tomado en Castilla-La Macha suponen un problema a la innovación educativa que se realiza en muchas clases de matemáticas que hablan de un “inmovilismo total”.

Según cuenta Serapio García “la calculadora es máquina tonta, no sabe qué hacer, tienes que decírselo tú y esto enseña”. Para ello hay que hacer un análisis de las operaciones que deben realizarse, en qué orden hay que realizarlas y, finalmente, llevar a cabo una evaluación del resultado obtenido.

Eso sí, en su opinión, “en manos de un profesor experimentado y con una finalidad clara, (la calculadora) hace que el aprendizaje sea significativo”.

Las diferencias, finalmente, parecen irreconciliables, a pesar de que que quienes sostienen los pros y los contras del uso de las calculadoras coinciden en la necesidad de que el alumnado aprenda a ser crítico y venza las dificultades del pensamiento más abstracto al que debe empezar a enfrentarse ya desde los primeros años de la secundaria obligatoria.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2023/11/28/quien-teme-a-la-calculadora-su-uso-divide-a-parte-del-profesorado-de-matematicas/

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