Tiempo de reforma en la universidad

Por: Andreu Mas-Colell.

Las universidades españolas han sabido multiplicar su productividad científica y proveer a la economía con profesionales bien preparados. Su contribución a la productividad de la misma y a la atracción de inversiones ha sido así notable. ¿Cómo lo han podido hacer con medios inferiores a los de sus homólogos europeos? No hay misterio. La Universidad es intensiva en trabajo, de profesores y personal administrativo. Su calidad no es menor a la de sus homólogos y el servicio que reciben nuestros estudiantes es similar al de los suyos. Pero los salarios son inferiores. Añadamos el entusiasmo de un personal consciente de que se estaba levantado un país que, intelectual y económicamente, venia de muy abajo.

Ahora bien, la inercia y el voluntarismo no dan para más. Es un milagro que las universidades hayan superado la crisis y que sigan desempeñándose decentemente. Pero si no se confrontan con valentía las fuerzas que amenazan con empujarla, otra vez, hacia abajo, su deterioro es seguro, y más a corto que a largo plazo.

Los retos fundamentales del momento son tres: el de la financiación, el de la autonomía y el de la gobernanza. Hay otros problemas graves, por ejemplo el de garantizar una renovación generacional del profesorado que incorpore lo mejor que tenemos preparándose, en las universidades y centros de investigación de España o del exterior. Pero si se solucionan los tres retos antes mencionados, los demás caerán por añadidura. Los tres requieren convicción y acción política.

Hay que tener presente, en primer lugar, que la financiación universitaria se ha demostrado muy sensible a la coyuntura económica. Ha descendido más que la media durante la crisis. La razón es que en el ajuste a la crisis se han priorizado, ante todo, las pensiones y, a continuación, la salud y la educación obligatoria. Y un poco más atrás, la dependencia. El gasto público en estas categorías ha disminuido menos que la media y, como consecuencia, el resto lo ha hecho más. Por tanto, para mantener las cosas donde estaban, en el ciclo alcista que sigue a la crisis debería aumentar el gasto en ese resto por encima de la media. Pienso, sin embargo, que sería mejor evitar oscilaciones, y que un crecimiento modesto, pero sostenido, sería óptimo. Por ejemplo un aumento real (sin inflación) del 5% anual en la financiación pública de las universidades. Este, idealmente, debería ser un compromiso presupuestario de comunidades autónomas y de Administración central, seguramente en forma de apoyo a la investigación universitaria en este último caso. Un 5% sostenido parecerá muy poco a mis colegas, pero piénsese dónde estaríamos si se hubiese seguido esta senda en el pasado. Ciertamente, preferiría más, y con seguridad la Universidad utilizaría bien esta cantidad más. Pero quiero ser realista. La precedencia de pensiones, salud y educación obligatoria continuará y, dadas nuestras perspectivas fiscales, la tensión presupuestaria que se generará será considerable. Contar con grandes incrementos de apoyo público a las universidades sería un deseo de improbable realización.

Las universidades tendrán el dilema de perder calidad o aumentar la participación de los alumnos en la financiación

No voy a evitar temas difíciles: las universidades españolas se encontrarán ante el dilema de elegir entre perder calidad o aumentar la participación de los alumnos en la financiación, mediante sistemas de tarifación social: tasas de matrículas en función de la renta familiar. En particular, matrícula gratuita e incluso una beca salario para el que no puede contribuir. También debería instaurarse un sistema generoso de créditos. No negaré la existencia de una demanda en sentido contrario: acercarse a la gratuidad. El argumento es que así es en Alemania y en otros países europeos. Pero en estos países han estructurado sus prioridades de formas distintas. En Alemania existe el copago sanitario. Una vez establecida una política pronunciadamente favorable a las pensiones y a la gratuidad de la salud y la educación, todo lo demás, incluidas las universidades, va a sufrir. El dilema, pues, perdurará. Si la elección va en la dirección de permitir el deterioro, no duden que las familias que puedan pagar una educación universitaria de calidad la pagarán, pero lo harán a las universidades privadas. ¿Tiene sentido inducir la huida de las clases medias de la Universidad pública? ¿No sería mejor que las familias que pueden permitírselo contribuyan a la Universidad pública y así aseguren una Universidad de calidad también para los que no pueden? La izquierda se equivoca reivindicando la gratuidad. Que la derecha les acompañe debería abrirles los ojos.

Las universidades son, en teoría, autónomas. En realidad, lo son solo parcialmente, y su incardinación en la Administración pública ha significado una dependencia excesiva, y acentuada durante la crisis, de restricciones administrativas. El grado de autonomía debe ser mayor. El efecto de financiación y autonomía no es simplemente aditivo. Es multiplicativo, en el siguiente sentido: el beneficio de un aumento de financiación es mayor cuanto mayor sea el grado de autonomía de la Universidad. Por supuesto, una mayor autonomía es plenamente compatible con rendición de cuentas. La dirección en la que España debe avanzar es pues muy clara: soltar las amarras, legislativas y reglamentarias, que encorsetan la capacidad de acción de las universidades en todas las dimensiones.

Hay que terminar con el sistema de elección de rectores que es desconocido y exótico en nuestro entorno

La amarra principal que hay que soltar es la que impone un sistema de elección de la primera autoridad universitaria, el rector, por un procedimiento exótico y totalmente desconocido en nuestro entorno. Un procedimiento que tiene la curiosa virtud de restarle autoridad. Se acusa a veces de reduccionista a esta focalización en el procedimiento de elección de rector. No debería. Más bien pienso que la acusación resulta de la desesperanza y de la consiguiente adaptación mental que lleva a proclamar poco importante aquello que se cree irresoluble. No debemos rendirnos. Dotar a las universidades de un órgano colegiado superior con autoridad y con capacidad para nombrar a un rector —entre profesores o investigadores internos o externos a la Universidad— es la clave para atacar con efectividad los muchos otros problemas, como el de la contratación del profesorado. La potencia de la autonomía universitaria será mayor si los instrumentos básicos de dirección residen en órganos altamente competentes y con autoridad. Los informes realizados en la última década por encargo ministerial recomiendan ir en esa dirección. No es necesario encargar otro. Ahora conviene actuar.

En este tema podríamos ir con Unamuno y copiar las mejores prácticas. Si menciono a Finlandia se me dirá que no es realista tomar a países escandinavos como ejemplo. Pues tomemos a Portugal. Su ley universitaria establece que las universidades se rigen por un órgano colegiado superior (Consejo de Gobierno) que, en particular, nombra al rector, un profesor no necesariamente de la propia Universidad. Lo importante, y salvaguardando así el imperativo constitucional de la autonomía universitaria, es que una mayoría de este órgano es nombrado desde el interior de la Universidad. Además, las universidades portuguesas pueden individualmente elegir constituirse en fundaciones, y pasar de la contratación funcionarial a la laboral. Algunas lo han hecho y otras están en camino. Pero lo que merece subrayarse es que las universidades pueden elegir. Otro ejemplo, magnífico, de lo que significa la autonomía universitaria: la capacidad de las universidades de organizarse a su mejor entender.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/11/30/opinion/1543591093_025939.html

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España: Sindicatos universitarios acusan a Educación de no respetar la negociación

Europa/España/27 Noviembre 2016/Fuente y Autor: lasprovincias

Alegan que aunque se creó una comisión técnica entre las diferentes partes sólo se han hecho consultas a las universidades y no se ha contestado a los escritos enviados por los sindicatos

Los sindicatos CC.OO. PV, UGT PV, Stepv, Csi·f y SEP CV han firmado un duro comunicado en el que denuncian que la Conselleria de Educación «no respeta la negociación colectiva» y «ningunea» a los representantes de los trabajadores participantes en la comisión del convenio colectivo del personal laboral de las universidades públicas. La queja se refiere a la modificación del decreto que reconoce al PDI laboral el cobro de quinquenios y sexenios, y se denuncia que en la reunión del 10 de octubre «ya se intentó sustituir la negociación por la simple aceptación de la propuesta de la conselleria».

Alegan que aunque se creó una comisión técnica entre las diferentes partes sólo se han hecho consultas a las universidades y no se ha contestado a los escritos enviados por los sindicatos, por lo que consideran que se «ha intentando acordar exclusivamente» con estas últimas el contenido definitivo del decreto. Lamentan también que aunque se les pidió que formularan alegaciones, apenas tuvieron unas horas para hacerlo, lo que consideran «falta de voluntad real de negociación con la parte sindical»

Por último, critican que la propuesta final excluya a los ayudantes doctores de los sexenios y les rebaje el valor de los quinquenios respecto a los que ya percibían en el caso de la Universitat de València, aspectos «inaceptables» para los sindicatos, que reclaman a la conselleria que convoque «urgentemente» la comisión técnica o en su caso la comisión negociadora para introducir cambios en el futuro decreto.

Fuente de la noticia: http://www.lasprovincias.es/comunitat/201611/26/sindicatos-universitarios-acusan-educacion-20161126003101-v.html

Fuente de la imagen: http://www.abc.es/media/espana/2016/11/21/educacion-kQiD–620×349@abc.jpg

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España: Convenio entre el Consejo Superior de Deportes y la Universidad Pontificia de Comillas Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Deporte/España/julio de 2016/ mecd.gob.es

El director general de Deportes del Consejo Superior de Deportes, Oscar Graefenhain, y el rector de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, Julio L. Martínez, han suscrito hoy un convenio de colaboración para potenciar la cooperación entre ambas instituciones con el objetivo de aprovechar y potenciar los recursos docentes, técnicos y de ejercicio para el desarrollo de actividades y estudios sobre asuntos de interés común y diversos programas específicos de cooperación educativa.
De esta forma, el CSD e ICADE se comprometen a trabajar en la puesta en marcha de proyectos conjuntos de investigación y de estudios sobre problemas sociales en el ámbito deportivo, la elaboración de proyectos de investigación en las áreas del desarrollo tecnológico y de la innovación, y la colaboración e intercambio de información para la realización de trabajos específicos con otras instituciones, como la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD).
Además, el convenio recoge el establecimiento de becas de formación específicas para los Deportistas de Alto Nivel con el fin de facilitar su formación e inserción laboral, así como programas de prácticas para para los estudiantes de cursos de pre y postgrado en los distintos departamentos del Consejo Superior de Deportes con el doble objetivo de completar la formación de los futuros profesionales y el reciclaje de los que están en ejercicio.
Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/07/20160708-comillas.html

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El grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la UPNA obtiene el Sello Europeo de calidad EUR-ACE

Europa/España/Abril 2016/Autor: Editor/ Fuente: navarra.com

El grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural (GIAMR), que imparte la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y habilita para la profesión de ingeniero técnico agrícola, acaba de ser reconocido con un certificado europeo de calidad para ingenierías denominado Sello EUR-ACE®. Se trata de una acreditación que busca diferenciar a los mejores centros donde se imparten ingenierías. La ETSIA se convierte así en la primera y única escuela de Ingeniería Agronómica de España en poseer esta distinción, que garantiza una calidad en la formación académica según estándares europeos.

El Sello EUR-ACE® está internacionalmente reconocido y permite identificar en Europa programas de ingeniería de alta calidad. Es un certificado otorgado por una agencia de acreditación autorizada e independiente. En la actualidad, en España sólo siete grados en ingeniería, en otras ramas diferentes a la Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, y cinco másteres de cuatro universidades poseen este reconocimiento.

VENTAJAS LABORALES

Con el Sello EUR-ACE®, se obtienen ventajas en el ámbito laboral. La diversidad en los nombres de los grados de ingeniería y en las universidades que los imparten puede crear confusión a aquellas empresas necesitadas de contratar ingenieros competitivos. Gracias a este sello, los empleadores disponen de una información clara para distinguir aquellos títulos que cumplen con unos estándares internacionales de calidad, reconocidos en todo el mundo. De hecho, los graduados de títulos con Sello EUR-ACE® podrán denominarse graduado EUR-ACE®.

Además, los egresados de la ETSIA podrán seguir formándose al más alto nivel, al facilitarles el acceso a los mejores másteres europeos con el Sello EUR-ACE®, en los que se exige proceder de un grado con dicho sello.

Al mismo tiempo, estos profesionales disfrutarán de una mayor movilidad dentro y fuera de la Unión Europea, dado el reconocimiento de su cualificación profesional. Tanto es así que la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Ingeniería incluye los títulos con Sello EUR-ACE® en su directorio con denominación EUR ING (“European Engineer” o Ingeniería Europea).

La Universidad Pública de Navarra pasa así a ser una de las cinco universidades españolas y de las 300 instituciones del mundo en tener este reconocimiento, que también se ha solicitado para las ingenierías de Telecomunicación e Industrial. El Sello EUR-ACE® va a aportar una mayor visualización internacional de este grado y favorecerá los acuerdos académicos para movilidad de estudiantes, profesorado y personal de administración y servicios.

Con este sello, la ETSIA continúa con su apuesta por la calidad, a la que se suman su oferta de asignaturas en inglés en el Grupo Internacional de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, las prácticas en empresa y la movilidad internacional para todos los estudiantes que la soliciten (a través de programas de intercambio como el Erasmus+). Todo ello, en un contexto económico, el de Navarra, con un sector agroalimentario con gran demanda de profesionales.

ACREDITACIÓN DE LA CALIDAD

Desde la entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), el fomento de la calidad universitaria pasa a ser una dimensión clave. De hecho, todos los títulos de grado deben pasar una acreditación cada seis años, de la que se encarga la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Esta agencia establece dos tipos de acreditación: ACREDITA, un procedimiento normal de acreditación; y ACREDITA PLUS, mucho más exigente que el anterior. Superar el ACREDITA PLUS lleva implícito la obtención de la acreditación europea de calidad Sello EUR-ACE® para ingenierías, gestionado por la European Network for the Accreditation of Engineering Education (ENAEE, siglas en inglés de la Red Europea para la Acreditación de la Educación en Ingeniería).

Las diferencias entre los dos procedimientos (ACREDITA y ACREDITA PLUS con Sello EUR-ACE®) son importantes. En el primer caso, lo gestiona y concede la ANECA, que envía a la universidad a un panel de expertos formado por cuatro de sus miembros. Estos evalúan tres dimensiones: gestión del título, recursos y resultados, según siete criterios diferentes.

En el segundo caso, el ACREDITA PLUS con Sello EUR-ACE® solo se obtiene tras haber logrado el anterior. Además, la agencia evaluadora está formada por dos entidades: la propia ANECA y el Instituto de Ingeniería de España (IIE), que están autorizadas por la agencia europea de acreditación (la ya citada ENAEE). El panel de expertos consta de cinco miembros (uno de ellos, del IIE), quienes examinan, además de los tres criterios anteriores, otro más: la dimensión EUR-ACE®. Esta consta de dos criterios: los resultados de aprendizaje (demostrar que todos los estudiantes adquieren competencias relacionadas con los proyectos de ingeniería y con la aplicación práctica de la ingeniería) y el soporte institucional del título.

En septiembre de 2015, un panel de expertos de la ANECA y el IIE visitó la ETSIA y la UPNA, donde recorrió las instalaciones (laboratorios, Finca de Prácticas y Experimentación Agrícola, Biblioteca, aulas…) y se entrevistó con estudiantes, egresados, profesorado, personal de administración y servicios, representantes de colegios profesionales, directivos de empresas empleadoras de los titulados, el equipo directivo de la ETSIA y representantes del Rectorado. El panel eligió varias asignaturas, de las que demandó información completa sobre el currículum del profesorado, los temas que se imparten, los exámenes y las prácticas realizadas. El panel de expertos elaboró un informe, que se sumó a otro realizado por la propia ETSIA. Ambos documentos llegaron a una comisión formada al 50% por docentes e ingenieros en activo, quienes, finalmente, han emitido el informe con la obtención del Sello EUR-ACE® para el grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la UPNA.

Fuente de la noticia: http://www.navarra.com/articulo/sociedad/grado-ingenieria-agroalimentaria-y-medio-rural-upna-obtiene-sello-europeo-calidad-eur-ace-r/20160415213036036365.html

Fuente de la imagen: http://www.navarra.com/media/navarra/images/2016/04/15/2016041521284654842.jpg

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