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No tenemos más remedio

Por: Elena Simón

La cultura de la violación no apela al deseo sexual masculino irresistible, sino que engarza con las relaciones desiguales de poder entre los sexos. Y ello no está erradicado, ni mucho menos.

Estamos en verano y eso significa sobre todo y en España FIESTA: fiestas locales y patronales, playeras, discotequeras, conmemorativas, conciertos, concentraciones humanas en las calles, etc. Fiestas de cuerpo, de música, de pérdida de mesura y de conciencia, a veces.

Nos acabamos de dar cuenta de que la cultura de la violación como fiesta masculina está instalada con «normalidad» en todas partes y es posible que algunos chicos extranjeros vengan aquí de vacaciones atraídos por estas fiestas veraniegas que, además de ser muy divertidas, son también permisivas respecto a los actos de violación contra las que viven y hacen fiesta aquí, en cualquier pueblo o ciudad, en cualquier calle o plaza.

Estamos en julio y recordamos qué pasó en Sanfermines hace tres años, pero no debemos olvidar que después de tres años de injusticia, por fin tenemos una sentencia que califica de horrendo el acto de violación colectiva intencionada, no de banal, divertido o inconsciente.

Como vivimos desde siempre en una cultura de la violación, donde los hombres se pueden permitir sentir deseo indiscriminado por cualquier cuerpo sexuado de cualquier mujer y ejecutarlo en solitario o en grupo, con o sin testigos presenciales; los hombres, hasta ahora, creían que eso era un simple ataque contra el honor (de las mujeres siempre estuvo en entredicho) y no un atentado contra las personas y su libertad sexual. Como los chicos siguen creciendo y viendo escenas sexuales violentas normalizadas, lo que quieren es repetirlas, pensando que las víctimas de su crimen no sienten ni sufren ni padecen, no sólo asco y dolor físico, sino consecuencias psicológicas y confusión mental, que arrastran durante buena parte de sus vidas, ante la permanente duda de si, en último extremo, consintieron.

El asunto de la violación es cosa de hombres y son ellos los que han de posicionarse claramente en contra, colectivamente y con toda clase de instrumentos a su alcance: manifiestos, libros, artículos, audiovisuales, publicidad, acciones colectivas visibles y hasta simples conversaciones entre amigos, conocidos o familiares.

Es cierto que muchos hoy día no son sujetos activos de violaciones, pero muchos más son sujetos pasivos y cómplices: no se pronuncian, no reaccionan, no hacen ni dicen, miran para otro lado o, incluso, sospechan de la palabra denunciante de las mujeres víctimas.

La verdad es que hay que romper drásticamante una acción patriarcal que tenía patente de corso: en las familias, en el vecindario, en los entornos ciudadanos o familiares y profesionales, en los gimnasios, en las playas.

Que las mujeres hayan adoptado formas de estar, vestirse y presentarse atrevidas y, en otros tiempos llamadas “descaradas”, no quiere decir en absoluto que vayan anunciando jornada de puertas abiertas por doquier. La mayoría de las jóvenes adoptan una estética de desnudez que, al ser tan generalizada, no habla de ninguna actitud sexualmente provocadora, sino de una moda para el verano.

Y otra cosa es que tenemos que conseguir desterrar esa idea masculina y aceptada socialmente de que el sexo “un poquito” forzado tiene más gracia y procura más placer. Las adolescentes y las jóvenes son objeto de deseo masculino, sin discusión, pero también lo son mujeres de otras edades, por el mero hecho de ser mujeres. Y, por ello, los chicos y los niños tienen que aprender que sus iguales, las chicas y las niñas, tienen unos genitales penetrables por los genitales penetradores, que son gobernados por ellas mismas.

La cultura de la violación no apela al deseo sexual masculino irresistible, sino que engarza con las relaciones desiguales de poder entre los sexos. Y ello no está erradicado, ni mucho menos.

Mientras tanto, vamos poniendo parches, inundando nuestras fiestas de puntos violeta y whatsapps de ayuda, poniendo carteles y logos y apelando a la solidaridad ciudadana para parar estos actos criminales, para crear conciencia.

¿Podemos hacer algo más al respecto?

Ir arrinconando, denunciando y condenando la frivolización de las violaciones, aislar a los sujetos, afear esas conductas, contrarrestar la única visión pornográfica que se divulga: mujeres sometidas a todo tipo de penetraciones y vejaciones, fingiendo deseo y placer.

Es verano, hay muchas fiestas, la gente sale y entra, se mueve por lugares sin normas y -yo diría- sin derechos, todo vale.

NO TENEMOS MÁS REMEDIO que empezar a actuar desde la justicia y el buen trato. Los hombres no tienen una condición humana superior que los convierta en impunes.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/07/15/no-tenemos-mas-remedio/

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América Latina y el desafío de reducir las altas cifras de embarazo adolescente

Redacción: DW

Aunque el embarazo adolescente disminuye, América Latina sigue siendo la región con la segunda tasa más alta del mundo y los embarazos en menores de 15 años van en aumento. DW analiza el por qué de ese fenómeno.

Cada año nacen dos millones de niños de madres que tienen entre 15 y 19 años en América Latina y el Caribe. La región tiene la segunda mayor tasa de embarazo adolescente del mundo, con 66,5 nacimientos por cada mil jóvenes (período 2010-2015). Solo es superada por África subsahariana, mientras que la tasa mundial promedio es de 46.

Se trata no únicamente de un problema de salud pública, sino también de desarrollo, derechos humanos e inequidad. El 15% de todos los embarazos de la región se producen entre menores de 20 años, según el informe «Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe”, de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Los expertos coinciden en que el embarazo adolescente es multicausal, y en América Latina sobresalen dos factores: falta de acceso a una educación sexual integral y a servicios de prevención y anticoncepción.

«A esto contribuyen factores culturales y de la comunidad, que siguen oponiéndose a esta educación”, señala la Dra. Sonja Caffe, asesora regional en salud de adolescentes para la OPS/OMS, en diálogo con DW. Junto a campañas contrarias a la educación sexual del Estado y en las escuelas, hay desconocimiento y temor de muchos padres y madres.

«Cada familia puede reforzar sus valores religiosos o morales en el hogar, pero los estados tienen la obligación de dar educación sexual integral, basada en datos científicos, y que no solo consista en información biológica, para que los adolescentes puedan elegir cómo vivir su sexualidad o si la quieran posponer. Pero hacer de cuenta que ellos no eligen tener sexo, esconder el tema y obviar la discusión trae las tasas de embarazo que tenemos”, indica Doz Costa, directora adjunta de Amnistía Internacional para América Latina.

Karte Schwangerschaften bei Jugendlichen in Lateinamerika und Karibik ES

Barreras sociales, legales, familiares, pero también algunas dentro del propio sistema de salud, complican la situación. Doz Costa advierte que para los adolescentes es difícil acceder a métodos anticonceptivos, pues muchos servicios atienden solo si van con sus padres, lo cual inhibe la consulta: «El acceso debiera ser diferenciado, en servicios amigables y con privacidad, donde puedan buscar información, ayuda e insumo sin el acompañamiento de sus padres”.

Niñas y jóvenes vulnerables

El embarazo adolescente es también un reflejo de los altos niveles de desigualdad de la región, que perpetúan esta vulnerabilidad. Estudios han demostrado que hay mayores tasas de embarazo entre niñas y jóvenes de menor escolaridad, mayor pobreza y de sectores rurales o indígenas.

«En algunos países, las adolescentes sin educación o con solo educación primaria tienen cuatro veces más posibilidad de quedar embarazadas que adolescentes con educación secundaria o terciaria. Las menores de hogares en el quintil inferior tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de empezar a concebir hijos que las de quintiles más altos en el mismo país”, indica el informe.

Entre países, y al interior de los mismos, hay grandes diferencias. La mayor tasa de embarazo adolescente se registra en República Dominicana, con 100,6 nacimientos por cada mil menores. «En grupos rurales, el embarazo y la maternidad adolescente son mucho más aceptados, y hay tasas mucho más altas. En estos grupos hay que enfatizar el efecto de la maternidad temprana en la pobreza de la madre y también del hijo o hija, y educar mostrando que hay otras soluciones”, sostiene la Dr. Caffe. Un nuevo plan lanzado por el gobierno en febrero pasado, con un enfoque basado en la equidad y en grupos vulnerables, debiera atender estos aspectos.

Argentina, a pesar de que no tiene una tasa muy alta, es el único país latinoamericano en el cual ésta aumentó, lo que se explicaría, entre otras causas, por el incremento de la pobreza y el descenso de la escolarización en algunas provincias.

Planes que funcionan, y otros que no

Un error común en Latinoamérica es mantener planes no basados en la evidencia y sin monitorizarlos. Por bien intencionados o efectivos que parezcan, es clave medir cómo están funcionando y en qué grupos hay más vulnerabilidad, para enfocar allí las acciones.

«Debemos identificar cuáles son los grupos más vulnerables y con una carga más alta de embarazos, y desarrollar intervenciones que respondan a este contexto”, afirma la Dra. Caffe. Los estudios muestran que enfocar el embarazo no sólo como un tema biológico, sino social, en un trabajo multisectorial, ayuda a prevenirlo.

«En países como Uruguay, Costa Rica y Chile está dando resultado el acceso a información, servicios y a anticoncepción y, más importante, a anticonceptivos de larga duración, que son más afectivos en el grupo adolescente”, observa la Dra. Caffe.

Argentinien - Abtreibung - Schwangerschaft

Por el contrario, una medida poco efectiva es promover la abstinencia sexual. «La evidencia dice que esto no funciona. Hay algunas chicas que pueden beneficiarse de una recomendación para postergar el inicio de su vida sexual, pero las cifras indican que en general esto ocurre muy temprano en nuestra región. Si esa es la evidencia, un enfoque de abstinencia no apoya a quienes ya tienen sexo. Debemos implementar intervenciones que las apoyen para protegerse”, afirma la experta.

Embarazos de alto riesgo

La mortalidad materna es una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años en la región de las Américas, según datos de la ONU. En 2014, fallecieron cerca de 1900 a causa de problemas de salud durante el embarazo, el parto y el posparto.

A nivel global, el riesgo de muerte materna se duplica en madres de menos de 15 años en países de ingreso bajo y mediano, y hay un 50% más de muertes de recién nacidos de menores de 20 años, comparado con los de mujeres de 20 a 29 años.

Una situación especialmente grave y menos estudiada es la de los embarazos en niñas menores de 15 años. América Latina es la única región del mundo en que estos van en aumento. El 2% de las mujeres en edad fértil en la región tuvieron su primer parto antes de los 15 años, según el UNFPA.

Aún más grave, a esa corta edad esos embarazos, casi en su totalidad, tienen su origen en la violencia sexual. El caso de la niña argentina de 11 años embarazada tras ser violada reiteradamente por el hombre que era pareja de su abuela es una realidad más frecuente de lo que se piensa, y reabre el debate sobre la violencia contra la mujer en la región, el acceso al aborto seguro y la maternidad forzada, que organismos de derechos humanos denuncian como un tipo de tortura contra las niñas.

Fuente: https://www.dw.com/es/am%C3%A9rica-latina-y-el-desaf%C3%ADo-de-reducir-las-altas-cifras-de-embarazo-adolescente/a-48028862

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Nueva marcha del colectivo Mujeres de Negro del Uruguay

Redacción: República

Este próximo 25 de noviembre, mañana, en el marco del día internacional contra la violencia doméstica y de género se llevará a cabo una nueva marcha del colectivo Mujeres de Negro del Uruguay.

¿Porque se conmemora este día?

El 25 de noviembre fué declarado día Internacional contra la Violencia hacia la mujer en el Ier Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia) en julio de 1981.

En este encuentro las mujeres denunciaron la violencia de género a nivel doméstico y la violación y el acoso sexual a nivel de estados incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas.

Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en manos por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.

En 1999, la ONU dio carácter oficial a esta fecha.

¿Qué es el colectivo Mujeres de Negro?

Mujeres de Negro es un colectivo internacional de mujeres pacifistas.

Este movimiento internacional nace en Jerusalén en 1987, cuando un grupo de mujeres israelitas y palestinas, deciden salir vestidas de negro y en silencio para protestar contra la ocupación israelí de los territorios palestinos.

Su lema fue y es: “Nuestros gobiernos son enemigos, pero nosotras somos amigas y unidas manifestamos nuestro rechazo a la violencia” Es prácticamente imposible conocer exactamente cuántos grupos de Mujeres de Negro existen en la actualidad.

No obstante, esta Red Internacional reúne a las mujeres de todos los países de la ex-Yugoslavia, Europa, EE.UU., América Latina, Asia y África.

En la actualidad existen grupos de Mujeres de Negro en diversos países, tales como Azerbaiján, Australia, Alemania, Austria, Canadá, Chipre, Colombia, Croacia, Dinamarca, Escocia, España, Filipinas, Francia, Italia, India, Israel, Inglaterra, Indonesia, Japón, Montenegro, Macedonia, Nepal, Palestina, Suiza, Suecia, Serbia, Turquía, EE.UU. y Uruguay.

Estas mujeres son activistas trabajando por la defensa de los derechos humanos, especialmente en los derechos de las mujeres.

Son grupos autónomos y hablan por ellas mismas. Se manifiestan públicamente contra la violencia, en señal de duelo y para ser más visibles ante la sociedad, con una imagen en común: vestidas de negro.

Todas juntas y cada una de ellas asumen el luto de las mujeres que están sufriendo la violencia doméstica pero también otro tipo de violencia como las guerras.

Su manifestación es en silencio porque faltan palabras para poder explicar todos los horrores, el terrorismo y la violencia que han sufrido y aún sufren algunas mujeres. Porque el silencio es al mismo tiempo un grito sobre la ausencia de voz de las mujeres en la historia.

El objetivo es la protesta, la presión, el testimonio, la denuncia pública, la información, tender puentes entre ellas mismas donde prevalezca la solidaridad como política alternativa para la paz y la no violencia.

Mujeres de Negro Uruguay

En Uruguay comienza a raíz de una inquietud que Jenny Escobar Iglesias les plantea a sus hermanas cuando llega de España en el año 2004, donde trabajaba en el tema de violencia doméstica.

Su interés fue conectarse con gente que trabajara sobre este tema; comenzó a frecuentar las comunas, a estudiar Educación Popular y a trabajar en “El Arbolito” de La Teja.

El 14 de setiembre del año 2006, Jenny junto a las mujeres de su familia, a Margarita Mariño, a compañeras de El Arbolito y a estudiantes de Educación Popular fundan el “Lobby” Mujeres de Negro Uruguay, donde también llevan un lazo blanco en señal de paz.

Mujeres de Negro Uruguay se sustenta por sus propios medios y no es una organización asistencial sino una organización de presión que trabaja por la paz de los hogares y en contra de la violencia doméstica.

Se conoce que hay un índice altísimo de feminicidio, muerte de mujeres en sus propios hogares; la violencia psicológica está institucionalizada y muchas veces no se reconoce como tal, ni de parte del que la ejerce, ni de quien la recibe.

En diez meses del año 2018, se registraron 41 asesinatos de mujeres, 25 de los cuales fueron feminicidios, el 91% se registraron dentro de los hogares.

Este 25 de noviembre a las 17.00 horas se llevará a cabo una nueva marcha en repudio a la violencia de género.

Se empezarán a reunir en la Plaza Independencia vestidas de riguroso negro. Este año se comenzará a marchar a las 18.30 horas.

La formación será igual que siempre, pero la performance tendrá cinco secciones.

Primera sección: En la primera fila y en lugar del medio ira una mujer que hará una performance sobre todo el camino de 18 de Julio.

Segunda sección: Estarán todas las personas que se anotaron en el email mesumomdn2018@gmail.com, vestidas de riguroso negro.

Tercera sección: Marcharán los activistas anuales hombres, mujeres, jóvenes y niños, familias enteras que apoyan la causa de la NO VIOLENCIA y abogan por la paz en los hogares.

Cuarta sección: Marcharán todas las personas que por motivos personales no pueden venir de riguroso negro.

Quinta sección: Los pasacalles de Mujeres de Negro y de la Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual.

Fuente: https://www.republica.com.uy/nueva-marcha-del-colectivo-mujeres-de-negro-del-uruguay-id684820/
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Violación a menor cataliza debate sobre educación sexual en Panamá

Centro América/Panamá/29 Marzo 2018/Fuente: Prensa Latina

Un sonado caso de abuso lascivo a una menor, que estremece actualmente a la sociedad panameña, puso sobre el tapete hoy el debate sobre educación sexual y la certeza del castigo en un análisis de expertos.
El programa de opinión televisivo Radar examinó este domingo el problema desde la prevención y el proceso judicial, además de concluir que, postergar por razones ideológicas la discusión sobre impartir educación sexual en los programas escolares, creó una deuda en la formación de las nuevas generaciones.

‘Fundamentalmente, estamos inmersos en un debate que muchas veces ni siquiera toca el fondo del problema, sino solamente los aspectos superficiales que no contribuyen a encontrarle una verdadera solución’, expresó en el espacio el analista político, Jorge Eduardo Ritter.

Por su parte, la doctora Melina Mancuso afirmó que ‘es obligación de los padres aprender algunos aspectos del desarrollo humano’, es decir, lo que se espera que un niño haga a medida que crece.

‘Estamos en una sociedad donde actualmente los padres no están y cuando están, no están ciento por ciento en el hogar. Entonces, pueden pasar por alto algunas señales’, dijo.

En el programa se resaltó la necesidad de legislar sobre el tema, tomando como base la información científica y datos reales, porque la implementación de estudios permitiría que los menores identifiquen una intención inadecuada y alertar así a padres y autoridades.

‘No todo pedófilo llega a ser un pederasta. Ser pedófilo no es un crimen, es una enfermedad. Pero ser pederasta es un crimen’, explicó doctor Álvaro Gómez, quien exhortó a que se deben atender adecuadamente a los individuos con trastornos, porque de lo contrario, irá a la cárcel y al salir, tendrá la misma actitud.

A principios de marzo una multitudinaria marcha organizada por iglesias panameñas enfrentó el criterio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de considerar discriminatorio el rechazo al matrimonio igualitario, y al mismo tiempo mostraron su rechazo a la educación sexual en escuelas.

Según Juan Francisco de la Guardia, uno de los promotores de la convocatoria, la protesta fue en defensa de la vida, la familia, la libertad de religión y el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus principios y creencias.

Definió que la Alianza Panameña por la Vida y la Familia, que preside, se ‘opone a la imposición de la ideología de género por parte de organismos internacionales (ONU, CIDH y otros) a través de la justicia, mediante interpretaciones amañadas de nuestra Constitución Política de la República’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=163010&SEO=violacion-a-menor-cataliza-debate-sobre-educacion-sexual-en-panama
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El mundo debe avanzar más rápidamente para poner fin a la mutilación genital femenina en 2030

14 de febrero de 2017/Fuente: UNICEF

Declaración del Director Ejecutivo de UNFPA, Dr. Babatunde Osotimehin, y del Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina de 2017.

“Daña irreparablemente los cuerpos de las niñas, infligiendo un dolor insoportable. Provoca un trauma emocional extremo que puede durar toda la vida.

“Aumenta el riesgo de complicaciones mortales durante el embarazo, el trabajo de parto y el parto, poniendo en peligro tanto a la madre como al niño.

“Roba a las niñas su autonomía y viola sus derechos humanos.

“Refleja la baja condición social de las niñas y las mujeres y refuerza la desigualdad de género, alimentando los ciclos intergeneracionales que llevan a la discriminación y el daño.

“Se trata de la mutilación genital femenina y la ablación. A pesar de todos los progresos que hemos logrado para abolir esta práctica violenta, millones de niñas –muchas de ellas menores de 15 años– se verán obligadas a someterse a esta práctica solamente este año. Lamentablemente, se unirán a los casi 200 millones de niñas y mujeres de todo el mundo que ya están viviendo las consecuencias de los daños causados ​​por la mutilación genital femenina y la ablación, y cuyas comunidades ya están afectadas por su impacto.

“En 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible reconocieron la estrecha relación entre la mutilación genital femenina y la ablación, la desigualdad de género y el desarrollo, y reanudaron las acciones a escala mundial para poner fin a la práctica en 2030.

“En 2016, más de 2.900 comunidades, que representan a más de 8.4 millones de personas que viven en países donde el FNUAP y UNICEF trabajan conjuntamente para poner fin a la mutilación genital femenina y la ablación, declararon que habían abandonado la práctica.

“En 2017, debemos exigir una acción más rápida para aprovechar este progreso. Eso significa pedir a los gobiernos que promulguen y apliquen leyes y políticas que protejan los derechos de las niñas y las mujeres y prevengan la mutilación genital femenina y la ablación.

“Significa ampliar el acceso a los servicios de apoyo para quienes corren el riesgo de padecer la mutilación genital femenina y la ablación, así como para quienes han sobrevivido a la práctica. También significa impulsar una mayor demanda de esos servicios, proporcionando a las familias y a las comunidades información sobre el daño que causa la mutilación genital femenina y la ablación, y los beneficios que se obtienen al poner fin a la práctica.

“Y, en última instancia, significa que las familias y las comunidades tomen medidas por sí mismas y se nieguen a permitir que sus niñas tengan que soportar la violación que significa la mutilación genital femenina y la ablación.

“Logremos que sea esta la generación que elimina de una vez por todas la mutilación genital femenina y la ablación y, al hacerlo, ayude a crear un mundo mejor y más saludable para todos”.

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Notas a los editores:

Contenido multimedia disponible aquí: http://uni.cf/2k1946G

Más información sobre el trabajo de UNICEF sobre la MGF aquí: http://uni.cf/endFGM

Acerca de UNFPA

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94562.html

Imagen: https://www.unicef.org/spanish/media/images/20170205_FGM_Statement_WEB.jpg

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Por una educación sexual imprescindible

Por: Haizea Miguela Álvarez, Begoña Zugadi Rodrigo

Mujeres y hombres no partimos de una misma posición a la hora de construir relaciones, especialmente en la sexualidad, donde no se nos reconoce como sujetos y donde se ha naturalizado que no es necesario nuestro consentimiento para acceder a nuestros cuerpos.

educacionsexual

Un grupo de chicas, que no superan los quince, se sonroja y no sabe responder al ser preguntado dónde se encuentra el único órgano de su cuerpo destinado completamente al placer. A cientos de kilómetros, un grupo de chicos comentan por whatsapp que la noche anterior, en unas fiestas, cinco de ellos se follaron a una chica. Nadie pregunta por la chica, el grupo jalea la acción. En otro lugar, una pareja mantiene relaciones sexuales sin preservativo porque él aduce “sentir menos”, “perder el momento” o convertir el sexo en “menos romántico” al usarlo. No muy lejos, otra pareja no utiliza ningún método de protección, ya que sin riesgo de embarazo, las ETS no forman parte del imaginario de ellas.

Cuatro situaciones cotidianas, presentes en nuestras conversaciones y experiencias, que nos permiten abrir huecos para pensar sobre la sexualidad, elaborar propuestas sobre educación sexual y ampliar y hacer efectivos los derechos sexuales.

El clítoris y nuestro placer

Con muy pocos años aprendemos a dibujar penes, pero ¿sabríamos dibujar un clítoris? La mayor parte de las personas no. En clase de biología nunca se nos habló de él y, hasta hace pocos años, la ciencia no sabía describir su anatomía y funciones. De manera que, ¿hasta qué punto puede resultar extraño que haya un gran número de adolescentes que no sepan dónde está o cuál es su forma?

Si en nuestra sociedad se pensara y hablara del clítoris sería porque las mujeres y su placer importan. Sin embargo, el escaso conocimiento sobre este órgano pone de manifiesto la mirada androcéntrica sobre la sexualidad y la negación social del placer de las mujeres.

En el imaginario colectivo el cuerpo femenino evoca sexualidad, pero ésta suele estar vinculada al placer de los otros, al servicio de ellos. Así, la mujer se convierte más en un objeto que en un sujeto con agencia propia en busca de su placer un imaginario que se alimenta desde la publicidad y el arte. Un imaginario que evoluciona, sí, pero siempre dentro de unos patrones establecidos, donde nunca se plantea el placer para sí misma.

La cultura de la violación y otras violencias invisibles

Mujeres y hombres no partimos de una misma posición a la hora de construir relaciones especialmente en la sexualidad, donde no se nos reconoce como sujetos y donde se ha naturalizado que no es necesario nuestro consentimiento para acceder a nuestros cuerpos. En los años 70 se acuñó el concepto cultura de la violación, para explicar cómo una sociedad normaliza y tolera la violación y la violencia sexual.

Cinco amigos que cuentan en un grupo de whatsapp cómo se “follaron” a una chica sin que nadie pregunte por ella. Sólo ellos son los sujetos activos de esa acción. No es algo que se realiza con ella, sino hacia ella, una actividad más que ocurre entre juerga y encierro, poniendo de manifiesto el arraigo social de las agresiones sexuales. Lejos queda pensar sobre el consentimiento y mucho más el construir relaciones, ya sean de una noche, un año o diez, donde las personas que participan decidan y expliciten lo que quieren y cómo lo quieren, desde posiciones de igualdad.

Gracias a la presión del movimiento feminista para desnormalizar las violencias machistas se han creado leyes y políticas de igualdad que además han ido transformado el discurso. Así, en principio no es socialmente aceptable obligar a una mujer a tener sexo, aunque queda mucho camino por recorrer; cuesta mucho más, sin embargo, identificar como violencia el hecho de que una pareja insista para que se hagan cosas que desde el inicio no ser querían hacer. Un ejemplo ilustrado por la anécdota que planteábamos al inicio: muchos chicos presionan para no usar el condón.

Cientos de artículos llenan las redes demostrando que éstas no son anécdotas aisladas, que hay argumentos de todo pelaje para justificar por qué a ellos no les gusta utilizar condón o que recopilan consejos para ellas (nosotras) con estrategias para persuadirlas(nos). ¿Por qué es necesario convencer a alguien de algo que es su responsabilidad? Responsabilidad de cuidarse a sí mismo y responsabilidad de cuidar con quienes comparte una relación sexual. ¿Cuándo vamos a identificar que insistir no es seducir? ¿Hasta cuándo hay que esperar para que identifiquemos que chantajear emocionalmente también es violencia? ¿Para cuándo tendremos referentes que enseñen que para que el placer exista las personas tienen que sentirse en la máxima comodidad y confianza para poder expresar sus deseos y sus límites?

¿Educación sexual en el aula?

Acabar con las agresiones sexuales no es una prioridad para el gobierno. Solo hace falta recordar las bochornosas recomendaciones por parte del Ministerio de Interior que culpabilizan a las víctimas y nos aconsejan a las mujeres quedarnos en casa en la noche, no beber y no vestir provocativas. No sólo no es una prioridad, sino que las agresiones no parecen ni ser vistas como un problema cuando en la ley educativa en vigor, LOMCE, se ha eliminado la mínima visión crítica del género que pretendía promover la igualdad y prevenir la violencia.

La sexualidad es central en la vida de las personas y a lo largo de ella. Es imprescindible tener conocimientos, empoderarse y tener herramientas, pero ¿dónde lo aprendemos? Las reivindicaciones históricas del movimiento feminista sobre educación sexual siguen hoy vigentes. La educación sexual ha estado poco presente en las aulas, nunca a lo largo de la vida, no se ha tratado de manera integral y mucho menos ha recogido la diversidad existente. Wert, el Partido Popular y la LOMCE, considerando este asunto una materia controvertida, decidieron excluirla del currículo en lugar de dar respuesta a las retos que la sociedad tiene que afrontar.

A pesar de ser competencia de las Comunidades Autónomas, al final, la educación sexual depende de la voluntad de profesoras y profesores. Las chicas y chicos que tienen profesorado interesado en la materia acceden a una formación que la mayoría del alumnado no ve. En general, esta educación se reduce a visitas de personal médico, asociaciones o empresas (de copresas y tampax o de métodos de protección), que hablan principalmente de la prevención del embarazo joven, las enfermedades de transmisión sexual o ETS, y con un poco de suerte sobre diversidad sexual.

Y aquí de nuevo aparece el condón en el relato, porque sí lleva décadas en las aulas. El resultado: según diferentes estudios el cóndón es el método más utilizado para evitar el embarazo. Sin embargo, se utiliza poco y mal.

Como decíamos antes: hacen falta conocimientos, sí, pero desde una perspectiva feminista, que informen para darnos seguridad y no miedo, que hablen desde la diversidad de personas, de cuerpos y de relaciones posibles buscando el empoderamiento. Necesitamos redistribuir el empoderamiento y el sentido de responsabilidad para que todas y todos podamos expresar nuestros deseos y escuchar y respetar a las otras personas de manera que contribuyamos a erradicar la violencia y a lograr sexualidades plenas y placenteras.

Heterosexuales hasta que se demuestre lo contrario

Los talleres de educación sexual que hemos visto, bien podían llamarse talleres de reproducción: centrados en relaciones heterosexuales refuerzan la idea de que nadie es heterosexual hasta que se demuestre lo contrario, que los cuerpos se pueden dividir en dos sexos, que el sexo es binario, pobre, poco diverso. Estas ideas suponen una pérdida para todo el mundo y mantienen el privilegio de una parte. Privilegio que tiene consecuencias prácticas: invisibilidad, desconocimiento y discriminación. Si bien en las relaciones entre hombres, se tiene un mayor conocimiento de riesgos, como consecuencia del SIDA, y del placer, como consumidores de un mercado construido a doc. Sobre las relaciones sexuales entre mujeres existe un desconocimiento enorme, tanto sobre sus formas de placer como sobre los riesgos que conllevan, o los medios de protección existentes, que están muchos menos extendidos.

Ampliando las respuestas feministas

Llevamos varias décadas exigiendo una educación sexual feminista, diversa e integral. Es fundamental exigir información de calidad sobre la salud y la sexualidad tanto de las mujeres como de las personas trans y superar la mirada androcéntrica del conocimiento. Se han elaborado propuestas para fomentar la igualdad, pero necesitamos proyectos que pongan en relación el conocimiento sobre nuestros cuerpos con herramientas como el empoderamiento y donde se aborde tanto la prevención de la violencia como la diversidad sexual. Y lo más urgente, necesitamos que estos proyectos sean accesibles para todas y todos.

Es fundamental posicionar los derechos sexuales y reproductivos dentro de la agenda social, entendiéndolos de manera amplia para que formen parte de los contenidos que aprendemos para ser y vivir en sociedad. Es imprescindible una educación sexual que nos permita conocernos a nosotras mismas, crear relaciones saludables con quienes así lo queramos y decidir qué proyectos vitales queremos emprender. Este sentido, consideramos esencial despenalizar el aborto y garantizar su acceso de manera libre en la red pública de sanidad a todas las mujeres.

Fuente: http://kaosenlared.net/por-una-educacion-sexual-imprescindible/

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La violencia sexual en India es igual que antes de la violación de 2012 que agitó el país

India/30 junio 2016/Autor: Laura Olías/Fuente: El Diario

La india Vandinika Shukla, de 22 años, fue una de los 16 «jóvenes líderes» que asistieron a los Días Europeos de Desarrollo 2016 por sus proyectos para reducir la pobreza y desigualdad.

«El problema más importante en India es una cultura del patriarcado muy fuerte, especialmente en los ambientes rurales, que afecta a todos los aspectos de la vida».

Dos experiencias condujeron a Vandinika Shukla (22 años) desde Delhi hasta una sala repleta de asistentes en los Días Europeos de Desarrollo de este año en Bruselas. «Cuando iba a la universidad, estuve dos semanas en una aldea remota de bajos recursos. Me ayudó a comprender realmente la desigualdad. A entender cómo es preocuparse por si tendrás comida al final del día». La segunda fue participar en la primera cumbre Women 20 (W20), cobijada por el G20, con el objetivo de luchar por los derechos de las mujeres. Ese encuentro le dejó una forma distinta de mirar: cada vez que diseña sus proyectos sobre educación y desarrollo se detiene a pensar «cómo afectarán a las mujeres y niñas».

Vandinika ha sido una de las 16 «jóvenes líderes» que la Comisión Europea seleccionó para el debate sobre desarrollo de los EDD2016, celebrados en la capital belga la semana pasada. Más de 300 solicitantes se presentaron para ser la voz de su generación en este encuentro que abordó la estrategia europea contra la pobreza y la desigualdad. Un proyecto para hacer más inclusivas las escuelas en India y su inquietud le valieron a la joven india el billete hasta Bruselas.

 «Lo que hacemos es empoderar a los niños para que sean ellos los que luchen y pidan que sus escuelas sean más inclusivas. Ellos elaboran proyectos para que sus propios centros, para ayudar al gobierno en esta meta», cuenta en una conversación con eldiario.es, tras participar en paneles con representantes de las instituciones europeas. Vandinika explica que en India la educación pública está garantizada por ley, pero la calidad y la igualdad de oportunidades para acceder a los centros de nivel son una asignatura pendiente. La joven ha llevado su proyecto a más de «20 colegios, con unos 300 niños», con los que emplea la misma receta que le abrió a ella los ojos: la experiencia.

La joven divide a los niños por colores, unos de rosa y otros de azul. «Les decimos que los del color rosa pueden sentarse en sillas; los de color azul deben permanecer de pie. En la comida, los de rosa tienen más comida y los de azul, menos. Después de un rato, los niños te preguntan. ‘¿Por qué estás haciendo eso? ¿Hemos hecho algo mal?’ Nosotros les decimos que no, que simplemente los de color rosa tienen más comida y ya está. Que es así», cuenta.

Así transmite el sinsentido que mina el futuro a cientos de miles de personas en el país asiático, habitado por 1.311 millones de habitantes en 2015. «Cuando les preguntamos al final cómo se han sentido, todos describen el sentimiento de ser discriminado, no tener acceso a algo muy básico sin ningún motivo». Con el impulso de la experiencia propia, los alumnos elaboran estrategias para «que sus escuelas sean inclusivas con los niños más desfavorecidos».

Vandinika cree que la escuela abre un ventanal de posibilidades a los niños, les enseña a qué pueden aspirar en un futuro. En su caso fue así. «En mi colegio nos decían que podíamos hacer todo, cualquier cosa. Era muy abierto en muchos sentidos, la igualdad de género era un principio, por ejemplo».

Salvo con la excepción de algunas personas más conservadoras, «sobre todo con determinados lazos religiosos», Vandinika nunca se sintió amenazada ni especialmente criticada por sus compañeros por reivindicar la igualdad de derechos de las mujeres. Lo dice viviendo en una sociedad «profundamente patriarcal, con una desigualdad mantenida como norma social durante mucho tiempo», en la que es consciente de que ser mujer, por desgracia, un peligro. Un riesgo real y diario.

Cuatro violaciones a la hora

La violencia sexual es un ejemplo de ello. Según las cifras oficiales del Gobierno indio, 36.735 mujeres fueron violadas en 2014. Cuatro cada hora. Las cifras son muy inferiores a la magnitud del problema, según las organizaciones de mujeres. Las víctimas no siempre denuncian los hechos y, además, India no considera violación las agresiones sexuales dentro del matrimonio.

Vandinika recuerda la agresión sexual colectiva a una chica en un autobús en diciembre de 2012. La brutalidad del ataque y asesinato –la chica murió tras varios días en coma–, conmocionó al país. «Hubo muchísimas protestas, la juventud fue más consciente del problema, también la policía». El gobierno endureció las penas para violadores reincidentes y ciertas normas, pero no todas: la violación conyugal sigue sin estar penada, por ejemplo.

«Lo sorprendente es que cada día hay un caso nuevo de abuso sexual. No sé si es porque antes no se denunciaba y ahora sí, o si está aumentando las agresiones sexuales a mujeres, no lo sé. Pero lo cierto es que el problema todavía existe y con la misma magnitud que en 2012», apunta la joven de su propia experiencia. Los datos oficiales sí registran un aumento de las denuncias: eran 18.233 en 2009; 24.923, en 2013; 36.735, en 2014.

La idea general de violación es la de una chica sola, en la calle, en la oscuridad. Cuando ves a una niña de 3 años abusada, ¿es que acaso andaba sola por la calle?

Ese peligro marca la rutina de las chicas. «Hay aplicaciones del móvil para dar a un botón cuando te sientas en peligro y que pueden indicar en qué lugar te encuentras», explica Vandinika. La joven, que trabaja con ONU Mujeres, destaca que a menudo se difunde una idea de agresión sexual que no es la más frecuente. «La de una chica sola, en la calle, en la oscuridad. Cuando ves a una niña de tres años abusada, ¿es que acaso andaba sola por la calle?», critica.

El foco a menudo señala al comportamiento de la víctima y no al agresor. Las estadísticas oficiales sí aportan un dato sobre ellos: el 86% de las agresiones registradas en 2014 fueron ejecutadas por hombres cercanos a la mujer (familiares, vecinos, compañeros de trabajo y amigos).

Vandinika cree que las nuevas generaciones deben invertir estas estadísticas. En su opinión, gran parte depende de la educación y de la movilización social. «Si no se lucha desde dentro de la sociedad, para combatir esas normas sociales, estamos en riesgo de quedarnos atrasados en el desarrollo», advierte. Ella se aplica la lección y, dentro sus posibilidades, trabaja para cambiar las cosas. «En 2014, durante las elecciones generales en India, creamos una campaña en las redes sociales para ver qué políticas sobre mujeres tenían los partidos y también si después cumplían con sus promesas. Qué decían y que hacían luego».

«Conseguimos hasta 400.000 personas interactuando con nosotras cada semana, desde diferentes lugares del país, involucradas en política. Eso puede ayudar a las personas a pedir responsabilidad a sus líderes y, además, presiona a los políticos porque sienten que están siendo observados», añade.

Vandinika pide a Europa que mire a India «más allá de los tópicos de la pobreza, las diferentes religiones, los colores… India es todo eso, pero también mucho más. Hay mucha gente joven muy cualificada». Ellos son los que pueden impulsar el desarrollo desde dentro, dice. «La India de la semana pasada no es la India que tendremos mañana», entona como si pronunciara un proverbio.

Fuente noticia: http://www.eldiario.es/desalambre/violencia-sexual-mujeres-violacion-India_0_530198019.html

Fuente imagen: http://www.lapatilla.com/site/wp-content/uploads/2013/12/india.jpg

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