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Estallido social en Chile: multitudinaria marcha de mujeres en Plaza de la Dignidad

Estallido social en Chile: multitudinaria marcha de mujeres en Plaza de la Dignidad

No paran de llegar: marcha del 8M convoca a cientos de miles de mujeres en Plaza de la Dignidad

“Sabemos que hoy día vamos a hacer historia”, señaló temprano Javiera Manzi, vocera de la Coordinadora Feminista 8M, en la previa de la marcha que a esta hora convoca a cientos de miles de mujeres por Alameda y Providencia conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

La masiva convocatoria refleja la fuerza que ha cobrado el movimiento feminista que ha copado las calles de nuestro país los últimos años. Desde el movimiento por el aborto libre, el Me Too en 2015, las movilizaciones de estudiantes contra el abuso y acoso en 2016, las históricas manifestaciones y tomas estudiantiles en el Mayo Feminista de 2018 y la gran marcha en la convocatoria a Huelga del 8M de 2019, cuyo número será superado en esta versión.

Esto, porque el año pasado la marcha convocada por la Coordinadora 8M congregó a más de 300 mil personas en Santiago y 800 mil a nivel nacional, según las organizadoras, mientras el Gobierno cifró en 190 mil manifestantes solo en la capital.

En esta versión, al mediodía, hora en que estaba previsto el inicio de la marcha, la Plaza de la Dignidad (Plaza Baquedano) lucía repleta, mientras columnas de mujeres avanzaban por Alameda y Providencia.

La manifestación ha estado marcada por el emblemático canto contra la violencia de Las Tesis, performance que dio la vuelta al mundo con la frase “El violador eres tú”, además de gritos a favor del Apruebo en el plebiscito del 26 de abril y contra Sebastián Piñera y el patriarcado.

Durante un recorrido, también quedó ratificado el carácter “separatista” de la movilización, tras el llamado desde las organizaciones feministas a los hombres a restarse de participar en la marcha, bajo el grito de “Que se vayan los machitos”.

En tanto, el resguardo policial ha quedado en manos exclusivamente de efectivas de Carabineros en el operativo que comanda la generala Berta Robles.

Pero las movilizaciones no terminan acá, porque mañana está programada otra marcha, también desde Plaza de la Dignidad hasta La Moneda, como parte del Huelga General Feminista.

Algunos registros de la marcha:

Ver imagen en Twitter
Chile: Más de 2 millones de mujeres estan marchando Ahora por las calles de Santiago. La cabeza de la marcha ya llegó a Echaurren, mientras esta Repleta. Impresionante!!

En esa línea agregó que “lo que quieren es sacarnos la sonrisa de la cara, que dejemos de ser felices, y es hoy cuando más felices nos sentimos, es hoy cuando tenemos que resistir”.

“Para mi es un honor es estar acá con ustedes, y soy una más, porque todas somos fuerza, cada una en su lugar puede hacer la apertura de conciencia. En sus trabajos, en sus casas, en sus territorios, en sus oficinas, en sus salas de clases”, instó luego Valdebenito.

Video insertado

Sobre las mujeres, la comediante añadió que son “sororas, abiertas, con el alma abierta a creer en este nuevo Chile, que lo haremos nosotras con nuestras propias manos“.

“Desde ayer estamos escuchando ‘¿quién viene a la marcha?’. ¡Hoy todas venimos a la marcha, los metros están llenos de mujeres!”, sentenció.

“El grito de las que ya no están”: La lucha contra los femicidios en América Latina

Este domingo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer, y en todo el mundo las feministas han convocado una serie de manifestaciones para exigir que se respeten los derechos ya alcanzados, y que se avance en los pendientes.

Una demanda transversal es tener una vida libre de violencia, exigiendo que se acaben los maltratos, la discriminación y más aún los femicidios – o feminicidios, según la denominación de cada país- crímenes que le quitan la vida a más de 10 mil mujeres al año en el mundo.

En lo cercano, América Latina tiene una cifra no menor dentro de este desolador panorama. El último informe que registra lo ocurrido en la región es el entregado por la CEPAL a fines de 2019, en el que se da cuenta que en el año 2018 fallecieron 3.529 mujeres por razones de género.

La actualización fue realizaba con cifras oficiales de 16 países de América Latina y 9 del Caribe, entre los que se incluyen 10 países que solo informan las muertes de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas intimas: Bahamas, Barbados, Belice, Chile, Colombia, Granada, Jamaica, Nicaragua, Puerto Rico y Suriname.

Lo recabado por la CEPAL informa que los países con más tasa de feminicidios son El Salvador, Honduras, Bolivia y Guatemala, mientras que los que presentan menos tasas de muertes de mujeres son Venezuela, Nicaragua, Colombia y Chile.

Sin embargo, tres de estos cuatro países con menor índice de femicidios no consideran todas las muertes de mujeres en sus cifras oficiales, sino que solo lo hacen con las que mueren en ambientes íntimos referentes a las relaciones de parejas, excluyendo otro tipo de asesinatos que también puedan ser por razones de género.

Desde El Salvador, país que encabeza la lista de la CEPAL por la proporcionalidad de habitantes, Bianca Rodríguez Franco, activista feminista de la región occidental de El Salvador y activista de la mesa interuniversitaria, indicó a Radio Universidad de Chile que en 2018 hubo 386 casos de femicidios, y en 2019 fueron 230, lo que implicó cerca de un 40 por ciento de la reducción, sin embargo, esto no deja de ser un problema en el país.

“Hubo 156 casos menos que 2018, la mayoría de los feminicidios se dan en la capital del país, el 60 por ciento del 2019 eran mujeres jóvenes entre 15 y 30 años, las mujeres jóvenes son las más asesinadas con arma de fuego, especialmente en la capital”, explicó.

Además, agregó que “el Estado trata de regular este tipo de violencia contra la mujer, pero aun así no podemos erradicarlo. La tasa de muertes violentas de mujeres sigue siendo una problemática, ya que la violencia feminicida representa el culmen de una serie de vulneraciones a los derechos humanos de las mujeres”. En esa línea, añadió que también es importante avanzar hacia que las penas sean efectivas, pues si bien cuentan con legislaciones que establecen hasta 50 años de cárcel, las penas más altas pocas veces son conseguidas.

Por otra parte, Bianca Rodríguez Franco indicó que en la región “se necesita visibilizar la causa, la naturaleza y el origen de la violencia de género que da paso a los feminicidios y agresiones contra las mujeres, porque lo más común es comparar el crimen con los homicidios pero no es lo mismo, porque el feminicidio es perpetrado en base a razones de odio hacia la mujer“.

El hecho de que otros países no encabecen la lista no significa que no tengan un problema serio de violencia hacia las mujeres, pues las cifras están calculadas cada 100.000 mujeres, y muchas naciones han visto crecer el número de feminicidios considerablemente durante los últimos años.

Tal es el caso de Perú, que, si bien ocupa el 16° lugar en la lista de la CEPAL, durante los últimos años ha tenido un importante aumento de femicidios.

El año 2019 el país vecino registró 166 feminicidios, según informó el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar – AURORA. Esta cifra representó 17 casos menos que en 2018, pero es la más alta de los últimos 10 años, cuando en 2009 se informó de 139 asesinatos cometidos contra mujeres.

Amire Ortiz, abogada, activista feminista de acción por igualdad en Perú comentó a nuestro medio que “consideramos que las cifras son mayores, porque también se esconden en lo que son la data de mujeres desaparecidas, y ha sido una cifra mucho más elevada que en los años anteriores. En este año ya vamos 30 casos registrados de feminicidio y este último fin de semana ha sido bastante terrible para el Perú porque se han registrado casos de niñas, de niñas muy pequeñas”.

Además, explicó que tal como ocurre en otras naciones, en Perú “no se entiende que la responsabilidad de los feminicidios, de las violaciones, es únicamente del victimario, del violador, de este sistema machista que tolera y permite ahora incluso la creación de feminicidas cada vez más jóvenes”.

En esa línea, explicó que las principales demandas feministas hoy apuntan justamente a mejorar las políticas públicas, en especial lo que refiere a la búsqueda de las mujeres desaparecidas, el fin de la corrupción en órganos de justicia y el aborto para el caso de violación, ya que muchas menores de edad se ven obligadas a llevar a término sus embarazos producidos por violencia sexual.

El 2018 se registraron más de 5 mil denuncias por violencia sexual en Perú, y solo en enero de 2020 más de 400. Además, Amire Ortiz comentó que la trata de mujeres (especialmente amazónicas) para redes de prostitución, el secuestro de niñas para llevarlas a sectores de minería ilegal, más el abuso a la migración venezolana son otros problemas de género que hoy enfrentan.

Por otra parte, México también enfrenta un serio problema de violencia de género, y si bien no encabeza la lista de la CEPAL a pesar de haber tenido más de mil feminicidios en 2019, esto es por la proporcionalidad en función de los habitantes.

Al respecto, Clara Santos, feminista antirracista mexicana y participante activa desde hace más de cuatro años en la defensa y promoción de derechos humanos, señaló a nuestro medio que en el país está muy invisibilizada y normalizada la violencia de género, tanto que se “lamentablemente forma parte de la cultura, de las relaciones sociales“, y en diferentes ámbitos y niveles.

Además, explicó que el aumento de los feminicidios ha sido importante, y que se reporta que de 2015 a 2019 existió un aumento de 130 por ciento. El año pasado el total de crímenes de este tipo fue de 1.010 y el 2018 de 913.

“Hoy en día 10 mujeres son asesinadas al día en nuestro país y de estos casos la mayoría presentan signos de violencia sexual. Se reporta por parte de instituciones gubernamentales que casi el 90 por ciento de las mujeres en México en algún momento han sufrido violencia sexual”, comentó.

Por ello, precisó que es necesario mejorar las políticas públicas que hoy tienen un importante déficit de recursos ya sea materiales, humanos o económicos. Situación ante la cual la sociedad civil es la que toma un rol importante, como es el caso de Espacio Mujeres, que proporciona en México centros de atención a mujeres víctimas de violencia familiar de género, lugares donde pueden solicitar servicios sociales, jurídicos y psicológicos, ya sea externos o internos, dando espacios de refugio para que puedan dejar al agresor.

En tanto, desde Argentina, país en el que también los números de femicidio son alarmantes, las organizaciones se mantiene en alerta para exigir el cese de la violencia.

La Asociación Civil La Casa del Encuentro registró el año pasado 299 femicidios, 21 más que en 2018. Uno de los últimos casos registrados es el de Micaela Gordillo, de 19 años, que fue asesinadas por asfixia, quemada y descuartizada por su novio Naín Vera. Su muerta ha causado gran conmoción y se han desplegado diversas manifestaciones para existir justicia en su caso.

Según comentó Luba Skop, miembro de la organización Revuelta Colectiva Feminista, la situación es este 2020 “sumamente alarmante”.

“En lo que va del año se han registrado 63 casos de femicidios, hasta el 29 de febrero y en lo que va de marzo, hasta el 5, se han registrado 6 femicidios. Lo que nos da un promedio de que cada 23 horas matan a una mujer en nuestro país y el año pasado se registraron 299 femicidios. Son datos realmente preocupantes”, dijo.

Además, comentó que “así como el movimiento feminista crece cada día más también parece que el machismo no nos da tregua, todos los días tenemos que enfrentarnos a un nuevo femicidio, a un nuevo caso de abuso sexual, a una nueva violación, a un nuevo ataque a alguna persona por el solo hecho de ser mujer”.

Junto a ello, dijo que es necesario seguir avanzando en la lucha por el fin de la violencia, que es necesario que los hombres dejen de naturalizar algunas acciones como pactos de fidelidad entre varones respecto de abusos y también en que las políticas públicas avancen cada vez más hacia reconocer los derechos de las mujeres.

“La consigna para el 9M es la deuda es con nosotras y nosotres no con el FMI, ni con las iglesias. Además creemos que sin interrupción voluntaria del embarazo no habrá ni hay ni una menos, por eso es que seguiremos luchando hasta conseguir aborto legal, seguro y gratuito, libre y feminista”, comentó.

Ante tal panorama, desde la CEPAL también se han identificado aspectos que entorpecen el análisis de la situación y las medidas a tomar para trabajar en contra de la violencia, entre ellas que en algunos países son varios los organismos que llevan el conteo de las cifras, lo que dificulta la entrega de información clara. Además, otras naciones no consideran el femicidio o feminicidio como crimen de género, sino que solo como un asesinato dentro de espacios íntimos como el de pareja.

Este es el caso de nuestro país, que hasta antes de la recién promulgada Ley Gabriela solo consideraba el femicidio cuando se cometía por un un cónyuge, conviviente o ex pareja, lo que deja fuera otro tipo de crímenes de género como los lesbofóbicos, esto permite que nuestro país esté en el último lugar de las listas de la región, lo que en ningún caso significa que no tenga un problema con la violencia de género.

Chile registró 46 femicidios en 2019, mientras que este 2020 se contabilizan 6 crímenes contra mujeres. Por ello, tanto en nuestro país como en la región, en las organizaciones feministas se releva la necesidad de establecer legislaciones que lleven a las mujeres a vivir una vida libre de violencia y de pleno respeto de sus derechos.

En tanto, la CEPAL ha establecido dentro de sus objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible “eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación”, objetivos que bajo el panorama actual de femicidios en América Latina parece difícil de alcanzar. Sin embargo, es ello lo que motiva la lucha de las mujeres este 8 de marzo y el resto de los días del año para “ser el grito de las que ya no están”.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/03/8m-estallido-social-en-chile-multitudinaria-marcha-de-mujeres-en-plaza-de-la-dignidad/

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Manifiesto por los Derechos de las Mujeres

Manifiesto por los Derechos de las Mujeres

Redacción Tribunal Feminista

Manifiesto que se leyó este 8M en Madrid

El 8M de 1857, centenares de trabajadoras marcharon por las calles de Nueva York. Años más tarde, la ciudad fue de nuevo testigo de las huelgas de las mujeres de las fábricas, saldadas con la represión y el fuego. El mes de marzo está marcado en el calendario por nuestra sangre y nuestra lucha centenaria. 163 años después, nos convocamos una vez más reclamando justicia.

Hoy, 8 de marzo de 2020, Día de las Mujeres, el Movimiento Feminista de Madrid MANIFIESTA:

Exigimos el fin de la violencia contra nuestro sexo, porque no hay paz para las mujeres. No la hay con un comienzo de año negro, con 19 mujeres y una niña asesinadas en este país por el terrorismo machista. Si oficialmente se cuentan 1.046 asesinadas por violencia de género desde 2003, se esconde gran parte de la verdad: los feminicidios son casi el doble. Las cifras de víctimas repuntan desde 2017. Toda la dimensión del terror de estos crímenes ha de ser tenida en cuenta.

Millones de mujeres en el mundo impulsan una ola de indignación contra la violencia, entre la resistencia y la furia de nuestras hermanas en América Latina. No es solo cuestión de Estado: es un grito global.

Desde 2013, el terror machista ha acabado en España con la vida de 35 niños y niñas y ha dejado en horfandad a otros 286. Demandamos que el reconocimiento a las familias de las víctimas se equipare al de otros terrorismos. No hay paz para nosotras cuando a la vez que honramos a las víctimas, se instala el negacionismo reaccionario: la extrema derecha ha declarado la guerra a las mujeres.

Esta es una lucha que apela a la conciencia de toda la sociedad. Exigimos acompañamiento y protección a las mujeres, formación de los agentes implicados, creación de juzgados especializados y unidades de valoración forense integral. La dispensa de la obligación de declarar contra su agresor es contraria a la lucha contra la violencia de género y deviene, en muchos casos, en impunidad. Más allá de los minutos de silencio, ¡basta ya de justicia patriarcal!

No haber sido capaz de proteger a las más de 200 mujeres que hoy estarían vivas tras dar la voz de alarma ante la justicia, es el mayor fracaso de nuestra democracia.

Una gran mayoría de las asesinadas no llegó a denunciar nunca: no es fácil dar ese paso. Es también una alerta de la desconfianza de las mujeres en un sistema que cuestiona su credibilidad. Si queremos salvar vidas, es urgente impulsar ya el título habilitante sin denuncia previa. Deben ponerse en marcha las medidas acordadas, porque es posible ayudar a muchas desde el cribado sanitario y los ayuntamientos. Exigimos transparencia para conocer el destino de los fondos de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género que lleva ya dos años firmado.

La custodia compartida impuesta, la nueva coordinación de parentalidad o el falso síndrome de alienación parental son estrategias de coacción y castigo a las mujeres que promueven sectores reaccionarios. El feminismo no va a consentir la expansión de sus mentiras.

Todas las violencias machistas son expresiones de una misma ideología de odio. El aumento de las denuncias por violación en un 49 % en el último trienio obliga a dar respuestas. En las 177 agresiones sexuales múltiples registradas desde 2016, se han identificado, al menos, 141 menores entre los agresores. Casi un 40 % de las víctimas era menor de edad. Hasta la Fiscalía General de Estado califica como “muy inquietante” el incremento de la violencia sexual entre los jóvenes. Sin el impulso feminista, no se habrían llevado al legislativo las reformas en marcha sobre libertades sexuales. Demandamos que la nueva ley elimine el requisito de la denuncia previa cuando hay evidencias de violencia sexual. Reclamamos los argumentos de la propuesta que rebaja las penas por agresión sexual. Hay que acabar con la cultura de la violación y con las manadas.

La prostitución debe ser reconocida como violencia machista. Es en sí misma un atentado contra la libertad y la integridad personal, toda vez que implica el sometimiento sexual de quien necesita dinero. La prostitución reafirma y perpetúa la desigualdad entre los sexos, pues tiene su raíz en el núcleo duro del patriarcado: la subordinación de la mujer al varón. Porque lo contrario de la abolición es la barbarie, el feminismo es abolicionista.

La industria sexual es hoy una multinacional del crimen. La captación se alimenta de la violencia, la marginación, el abuso infantil o la necesidad, mientras la demanda sigue esquivando el foco: las redes proxenetas mueven cohortes de mujeres y niñas desde países más pobres, para satisfacer a los varones de países más ricos. En la última década se registraron 51 asesinatos de mujeres en prostitución. La verdadera revuelta puteril la traen las voces de las supervivientes, que hablan de “campos de concentración”. Las especialistas alertan de secuelas muy graves. La vulnerabilidad de las jóvenes encuentra uno de sus exponentes en las menores tuteladas por el Estado, para las que exigimos el máximo nivel de protección.

El modelo nórdico reduce los daños, mientras la regularización en Alemania es un tremendo fracaso. Nuestro país, tercer destino mundial de turismo sexual, necesita una ley abolicionista de la prostitución. Una ley que no penalice a las mujeres, sino que les brinde alternativas económicas, formativas, de empleo, habitacionales o de cualquier índole. Que persiga al proxeneta y al tratante. Una ley que sancione la demanda de pago por violar, elevando hasta la línea de los derechos humanos lo que esta sociedad considera aceptable.

Denunciamos el cabildeo que ha llegado hasta la Universidad para hacer propaganda de la prostitución como una salida laboral para las estudiantes. Cuando un Estado legaliza la prostitución, se hace cómplice por sus tributos. Debemos dar nuestro ejemplo para avanzar hacia la abolición internacional.

Si la prostitución es violencia machista, el porno es su pedagogía. El capitalismo salvaje ha dejado el acceso libre de los más jóvenes a una pornografía que escala por la extrema violencia sexual. En sus grandes plataformas en internet se suben millones de videos por año: uno de los términos más buscados es “adolescente”.

Es hora de cerrar sitios web y responsabilizar a sus ejecutivos, de dejar de mirar para otro lado ante la pedofilia. Se necesita una apuesta por la coeducación, con una educación sexual para la igualdad, que no sea solo un complemento en el currículo escolar. La verdadera “teoría del porno” es la misoginia.

La explotación sexual y la reproductiva comparten una profunda deshumanización. El alquiler de mujeres embarazadas para la compra venta de seres humanos es un atentado a la igualdad y a los derechos de filiación de madres e hijos. Nuestro ordenamiento debe tipificar explícitamente como delito esta práctica y considerar ilícita cualquier promoción de ella. Nuestras garantías deben incluir los “vientres de importación”, que sortean la ley, y derogar la Instrucción de 2010, sobre el régimen registral de la filiación, que nos instala en la ambigüedad legal.

Es inadmisible que desde los medios de comunicación se dé un tratamiento sesgado que normaliza la cosificación del alquiler de mujeres y la compra de bebés. Desde los medios se difunden también la hipersexualización de las niñas y la mercantilización sexual; en casos extremos, se rentabiliza el morbo amarillista sobre las víctimas. Si los medios de comunicación son una pieza clave para combatir el machismo, igualmente lo son para perpetuarlo. Su responsabilidad es ser garantes del derecho a la información, desde el principio de igualdad.

Las feministas venimos de lejos, y han sido muchas las luchas por el derecho al aborto. Exigimos un derecho a la interrupción voluntaria del embarazo sin el acoso de la ultraderecha religiosa, revertir la contrarreforma que afecta a las jóvenes de 16 y 17 años más vulnerables, anticonceptivos de última generación gratuitos, y la garantía de las prestaciones en la sanidad pública.

En verdad somos disidentes: lo somos contra los límites de una feminidad impuesta. Si no hay cerebros rosas ni azules, no hay juegos de niños o cosas de niñas. Nosotras somos abolicionistas del género. Es un pilar del feminismo acabar con esta construcción política que nos subordina como clase sexual. Millones de niñas en el mundo saben que ser mujer no es un sentimiento cuando mutilan sus genitales o se les impone sumisión bajo el velo patriarcal. No podemos diluirnos como sujeto político del feminismo ni permitir la implantación normativa de una neolengua que nos hace invisibles, que redacta “progenitor gestante” por “madre” en textos legales. El sexo es una realidad políticamente significativa y si no frenamos este borrado, la igualdad quedará entrampada en la diversidad.

Nosotras no estamos en conflicto con la libre expresión de la personalidad. Tampoco con la protección legítima de cualquier colectivo. Afirmamos que promulgar leyes de autoidentidad sexual, fusionada con el género, no sujeta a nada verificable salvo la voluntad de cada momento, es problemático para las mujeres. Tratar de imponernos silencio por ello es antidemocrático.

Legislar sin prever todas las derivadas podría dificultar las políticas para la paridad o contra la violencia sexual, desvirtuar espacios en los que la seguridad y la privacidad son importantes, especialmente para las más vulnerables. Perjudicaría, asimismo, la posibilidad de competiciones deportivas justas para mujeres y niñas.

Alcanzar la independencia económica que permita a todas una vida digna es imprescindible. La realidad sigue siendo que las mujeres estamos discriminadas en el ámbito laboral. La brecha salarial está en el 21,9% en el cómputo estatal, en la Comunidad de Madrid llega al 25,9%.

Las mujeres ganan al año casi 6.000 euros menos que los hombres. Tenemos la mayor parte de los contratos a tiempo parcial y una tasa de paro al menos tres puntos más alta que los varones. Somos el máximo exponente de la precariedad en nuestro país, porque el patriarcado y el capitalismo se aseguran de mantenernos con las peores condiciones laborales y con la carga casi en exclusiva de los cuidados y las tareas del hogar. Exigimos una ley de igualdad salarial, como herramienta para la negociación colectiva, mecanismos para que el empresariado cumpla la legislación vigente en esta materia, y que las administraciones autonómicas y locales implementen medidas de igualdad laboral.

Necesitamos políticas eficaces sobre corresponsabilidad y gestión pública, cuando los cuidados no pagados en España supondrían un 15 % del Producto Interior Bruto. Por si fuera poco, al concluir nuestra vida laboral, la brecha en las pensiones es incluso más profunda, de media un 35 % inferiores a las de los hombres. El reconocimiento como gananciales de las cotizaciones a la Seguridad Social reduciría la injusticia de la carga adicional de trabajo que realizan las mujeres para sus familias.

El espejo de la pobreza en este país devuelve el rostro de una mujer. La mitad de las familias monomarentales se sitúa en ella, debido a la falta de legislación y protección por parte de los gobiernos. Si existe un colectivo precario en el empleo es el de las empleadas domésticas, para las que el Estado debe ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. En su visita a España, el relator especial de Naciones Unidas las ha escuchado a ellas, a las mujeres gitanas en el umbral de la marginación o a las temporeras del campo, y ha dado un serio aviso sobre un sistema de protección roto.

El reconocimiento del talento de las mujeres también es hacer justicia. Vindicamos el valor de nuestra aportación al acervo común en la creación y el conocimiento. Es una gran misión de rescate colocar a las viejas maestras en las páginas de historia, abrir los cánones de la academia y verlas como referentes. Es preciso hacer cumplir la ley de igualdad, con la presencia equitativa de ambos sexos en los mandos públicos y privados.

Cada 8 de marzo y cada día del año, la vindicación de las mujeres se oirá en esta ciudad y en todo el mundo. El abolicionismo no es solo el camino por la consecución de una ley, al igual que el sufragismo no fue solo la lucha por la conquista del voto. Aquel fue un genuino movimiento de liberación encabezado por una vanguardia no siempre comprendida, y eso mismo ocurre, más de cien años después, con el movimiento abolicionista, que se rearma cada día.

Nosotras hoy debemos ser dignas herederas de esas voces, porque nosotras, las abolicionistas, somos las nuevas sufragistas.

Por eso nos hemos convocado aquí, junto al recuerdo de la republicana Clara Campoamor. Ella era una de aquellas sufragistas y abolicionistas. El diario de sesiones del Congreso guarda cómo la misma diputada que había ganado el voto para las mujeres, hablaba de la quiebra ética para el Estado y de la crueldad de no proteger a aquellas jóvenes cuyos cuerpos eran tratados como una mercancía.

Nosotras no olvidamos. El eco de esas feministas republicanas está aquí porque aún somos la resistencia y alzamos nuestra voz para que viva la lucha de las mujeres.

Fuente: https://tribunafeminista.elplural.com/2020/03/manifiesto-por-los-derechos-de-las-mujeres/

Fuente de la Imagen: Tribuna Feminista

Autor: Redacción Tribuna Feminista

 

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Argentina: Aseguran que hombres violentos son cada vez “más sanguinarios” ante los límites de mujeres

América del Sur/Argentina/08-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Así lo dijo la titular de la Dirección de la Mujer, quien además agregó que en el primer bimestre del 2020 hubo unas 1100 denuncias femeninas.

La violencia hacia el género femenino se incrementa día a día en la provincia y el país, al punto que en lo que va del año ya hubo casi 70 femicidios en Argentina, de los cuales uno fue en San Juan y tuvo lugar un Calingasta, donde la joven Pamela Rodríguez fue asesinada por su expareja. En este marco, la titular de la Dirección de la Mujer, Adriana Ginestar dio a  conocer cifras locales y explicó cómo se incrementó la conducta violenta en los hombres.

Según explicó la funcionaria en diálogo con Radio Light, en el primer bimestre de este año ya hubo 1100 denuncias femeninas por distintas agresiones en el ámbito doméstico o familiar, unas 100 más que el en el mismo periodo del 2019. “Es esperable que siempre aumente la cifra porque forma parte del empoderamiento de las mujeres, que se reconocen cuando están en una situación de violencia y que tienen el conocimiento del lugar al que deben recurrir para pedir ayuda”, sostuvo.

En el mismo sentido y al realizar un análisis del incremento de la violencia hacia el género femenino, Ginestar expresó que “estamos atravesando un momento de quiebre en la historia, en que las mujeres están paradas de otra manera y conocen cuáles son sus derechos. Entonces, como los varones violentos y machistas no soportan que les pongan límites, sumado a su formación violenta y a que no reconocen a una mujer como persona sino como un objeto, llegan al extremo que es el femicidio”.

Por último, aseguró que “hay estudios que mencionan que se repiten y reproducen las modalidades violentas de los hombres agresivos. Teniendo en cuenta los últimos casos que hubo en el país, notamos que hay mucha alevosía, con varones que ya tienen la decisión tomada de terminar con la vida de una mujer, redoblando la apuesta en el ataque para hacerlo más grave y siendo más sanguinarios”.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Aseguran-que-hombres-violentos-son-cada-vez-mas-sanguinarios-ante-los-limites-de-mujeres-20200306-0049.html

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México: Maestras de Chihuahua se unen al paro nacional #UnDíaSinNosotras

Redacción: La Verdad

En Chihuahua no se suspenderán las clases, sin embargo todas las maestras y trabajadoras de la Secretaría de Educación podrán unirse al paro de nacional de mujeres.

El magisterio de Chihuahua también se une al paro nacional de mujeres #UnDíaSinNosotras, como ya se ha hecho en otros estados en todo México. Así lo ha informado la Secretaría de Educación y Deporte (SEyD) del estado, reiterando que las maestras y trabajadoras podrán participar de forma libre en el paro convocado para este lunes 9 de marzo.

Por medio de un comunicado, Carlos González Herrera, titular de la dependencia, dijo que este apoyo no representa un permiso o una concesión, sino que es el debido ejercicio de la libertad de las mujeres del magisterio de Chihuahua para sumarse a esta iniciativa.

Además, el funcionario informó que se emitirá un nuevo comunicado a toda la estructura educativa, dirigido específicamente a los directivos de planteles de educación básica, ya que tanto el Gobierno de Chihuahua como la Secretaría de Educación respetarán a todas las mujeres que decidan participar en el paro nacional, sin que existan ningún tipo de consecuencias negativas para ellas.

No se suspenderán las clases en el estado

Carlos González precisó que se ha solicitado a todas las maestras y trabajadoras que deseen sumarse al paro nacional, informarlo de manera oportuna a sus directoras y directores a más tardar este jueves 5 de marzo, con el objetivo de que se puedan tomar las previsiones correspondientes con el fin de garantizar la prestación del servicio educativo en Chihuahua.

Las maestras podrán unirse libremente al paro

Pese a que se apoyará a las maestras que decidan unirse al paro nacional de mujeres, el titular de la Secretaría de Educación precisó que no se declarará como día de asueto el 9 de marzo en Chihuahua, aún cuando se espera la ausencia de docentes femeninas en los diversos planteles del estado. Además, recalcó la conciencia del personal de la SEyD frente a la visibilización de la violencia de género.

Fuente: https://laverdadnoticias.com/mexico/Maestras-de-Chihuahua-se-unen-al-paro-nacional-UnDiaSinNosotras-20200304-0252.html

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UNICEF: La generación de jóvenes mejor preparadas sigue sufriendo violencia y discriminación

ONUNOTICIAS

Dos décadas y media después de una conferencia histórica sobre los derechos de las mujeres, se ha logrado reducir el abandono escolar entre las jóvenes. Sin embargo, millones de adolescentes continúan siendo víctimas de violencia sexual y de género y sus voces siguen siendo ignoradas en la toma de decisiones.

Nunca ha habido tantas mujeres jóvenes en las aulas. Y, sin embargo, las adolescentes siguen sufriendo violencia y discriminación, alerta un informe de UNICEF, Plan Internacional y ONU Mujeres.

Más de dos décadas después de que el mundo declarara que “los derechos de las mujeres son derechos humanos”, solo se han cumplido parte de las promesas.

Se ha conseguido reducir en 79 millones la cifra de chicas que abandonan la escuela. De hecho, ellas tienen hoy más posibilidades de acudir a la secundaria que los varones. Sin embargo, estas jóvenes siguen sin tener las habilidades y el apoyo que necesitan para poder tomar decisiones sobre su futuro, vivir seguras y con dignidad.

En 2016, un 70% de las víctimas de tráfico de personas para explotación sexual fueron mujeres y niñas. Una de cada 20 jóvenes de entre 15 y 19 años -unos 13 millones en  el mundo- ha sido víctima de una violación, una de las formas más violentas de abuso sexual.

“Acceder a la educación no es suficiente. Tenemos que cambiar el comportamiento y la actitud de la gente hacia las jóvenes. La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las jóvenes estén a salvo de la violencia, sean libres para ejercer sus derechos y sean capaces de disfrutar de igualdad de oportunidades en la vida”, aseguró la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore

El informe, “Una Nueva Era para las Jóvenes: Haciendo Balance de 25 años de Progresos”, se publica coincidiendo con la campaña Generación Igualdad , que celebra el 25 aniversario de la Declaración de Beijing para avanzar los derechos de las mujeres y niñas.

“Las adolescentes sufren niveles de discriminación más altos como resultado de su edad y su género y siguen siendo marginadas en sus comunidades y en los espacios de toma de decisiones, permaneciendo invisibles para las políticas de los Gobiernos”, explicó la directora ejecutiva de Plan Internacional, Anne-Birgitte Albrectsen, que aseveró que “empoderar” a estas chicas aporta un triple beneficio social: para las jóvenes hoy, para las mujeres adultas que serán y para la próxima generación de niños.

“Si no entendemos esto y acabamos con la discriminación que sufren las chicas, tenemos muy pocas posibilidades de lograr los ambiciosos objetivos de igualdad de género de la Agenda 2030”, añadió.

Mientras las mujeres y niñas tengan que dedicar tres veces más tiempo y energía que los hombres al cuidado de la casa, las oportunidades para pasar de la escuela a buenos trabajos van a estar fuera de su alcance, señaló la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

Violencia

UNICEF/Holt

Las chicas corren más riesgo de sufrir violencia en las aulas, en casa, en su comunidad y en internet.

El informe señala que el matrimonio infantil y la mutilación genital siguen minando las vidas y el potencial de millones de niñas. Cada año, 12 millones son forzadas a contraer matrimonio y 4 millones corren el riesgo de ser mutiladas.

El porcentaje de mujeres jóvenes que ven bien que un hombre golpee a su esposa es igual que el de hombres jóvenes.

Mala salud

El reporte también saca a la luz problemas de salud para las jóvenes que eran impensables hace 25 años. A medida que la globalización ha transformado las dietas tradicionales, ha aumentado el consumo de comida rápida procesada y bebidas azucaradas. Esto ha hecho que la incidencia de sobrepeso entre niñas y jóvenes de 5 a 19 años se haya duplicado entre 1995 y 2016, pasando de un 9% a un 17%. Hoy hay 155 millones de chicas con sobrepeso, frente a 75 millones en 1995.

Las chicas también están más expuestas a contraer enfermedades de transmisión sexual. Hoy, 970.000 adolescentes de entre 10 y 19 años viven con VIH, frente a 740.000 en 1995. Ellas representan tres de cada cuatro nuevos contagios.

Enfermedades mentales

© UNICEF-Estey

Los últimos 25 años también han traído nuevas preocupaciones sobre la salud mental de las jóvenes, en parte, por el uso excesivo de las nuevas tecnologías.

El suicidio es hoy la segunda causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años, solo superada por problemas durante la maternidad.

Medidas

El informe pide actuar en varias áreas:

  • Celebrar y aumentar las oportunidades para jóvenes de todos los orígenes, dándoles voz y escuchando sus opiniones e ideas sobre sus cuerpos, comunidades, educación y futuro.
  • Aumentar las inversiones para que las chicas tengan las capacidades necesarias para la cuarta revolución industrial.
  • Acabar con la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital.
  • Invertir para tener datos desagregados por edad y sexo en áreas como la violencia de género, la adquisición de capacidades, nutrición y salud mental.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/03/1470531

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Gobierno de España aprueba esta semana reforma educativa y ley de libertad sexual

Europa/ España/ 03.03.2020/ Fuente: www.dw.com.

 

El Gobierno de España prevé aprobar el martes en el Consejo de Ministros el proyecto de ley educativa con el que quiere derogar la Lomce y la nueva ley de libertad sexual para hacer frente a la violencia de género, informaron este lunes (02.03.2020) las autoridades.

La primera de las normas será aprobada por segunda vez, tras ver truncada su tramitación la pasada legislatura a causa del adelanto electoral. El proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (Lomloe), también conocido como «ley Celaá», como pasa con la Lomce o «ley Wert», será llevado al Consejo de Ministros por la ministra de Educación, según han señalado a Efe fuentes del Ejecutivo.

En las últimas semanas, Celaá ha explicado que su proyecto vuelve sin cambios y que será en el Congreso y Senado, con la presentación de enmiendas de los diversos partidos, cuando se pueda consensuar alguna variación.

En el caso de la ley integral por la protección de la libertad sexual y contra las violencias sexuales, que el Gobierno quiere aprobar antes del Día de la Mujer, la norma incluirá la puesta en marcha progresiva de «centros de crisis» para atender a las mujeres agredidas durante las 24 horas del día.

Esta norma, conocida como la ley del «solo sí es sí», también promDeutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |  overá la puesta en marcha de una red de servicios de asistencia integral de las víctimas de violencia sexual, unos centros que recomendó crear el Consejo de Europa.

Fuente de la noticia: https://www.dw.com/es/gobierno-de-espa%C3%B1a-aprueba-esta-semana-reforma-educativa-y-ley-de-libertad-sexual/a-52601968

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Entrevista a María Jesús Izquierdo: Apunten contra el patriarcado

Por: Marta Dillon.

 

La catalana María Jesús Izquierdo, doctora en Economía y profesora de Teoría Sociológica por la Universitat de Barcelona, reconoce que las tareas de cuidado que quedan sobre las espaldas de las mujeres sin ser reconocidas y tampoco remuneradas son una forma evidente de explotación. Pero plantea a la vez, estratégicamente, que esta división sexual del trabajo desprotege a todas las personas que necesitan ser cuidadas. “Aun cuando no les importen las vidas de las mujeres, sepan que la cuestión del cuidado no está resuelta y es una ilusión breve pensar en individuos autónomos, todos vamos a necesitar cuidados alguna vez”, dice y señala como responsables las democracias liberales de las que “el patriarcado es constitutivo”.

Hay una idea que María Jesús Izquierdo insiste en subrayar: “El patriarcado no es un residuo, un remanente de otras épocas, el patriarcado es constitutivo de las democracias liberales”, por lo que un replanteo de las condiciones de vida de las mujeres, la eliminación de la violencia de género y de las inequidades económicas, políticas y culturales que padecen (padecemos) no pueden pensarse sin hacer una crítica profunda a estas democracias, sin volver a fraguar un pacto democrático que vea a las personas en su fragilidad e interdependencia y no desde la ilusión de la autonomía y la libertad, paradigma sobre el que se paran los hombres -blancos y heterosexuales, agrega esta redactora- aprovechando de la fuerza de trabajo invisible que aportan las mujeres a través de las tareas de cuidado y domésticas. Pero, dice Izquierdo, para eso es necesario que las mujeres reconozcan el lugar de poder que les otorga el ser cuidadoras. Doctora en Economía y profesora de Teoría Sociológica en el Universitat de Barcelona, Izquierdo tiene un discurso provocador fundamentado en años de investigación sobre la división sexual del trabajo. Las12 la entrevistó en Buenos Aires gracias al Ministerio Público de Defensa de la CABA, que la invitó a participar del lanzamiento de la campaña “Cuidar y ser cuidado ¿Quién se hace cargo?”

-Usted habla de la necesidad de un nuevo pacto constituyente como única posibilidad para terminar con la división sexual del trabajo, ¿Podría explicar a qué se refiere?

– Porque el pacto actual se basa en el entendimiento de un individuo autónomo que pacta con otros individuos autónomos las reglas de juego para la vida en común. La idea es de libertad, no de la necesidad del otro, entonces lo que se pone en juego es interés, conveniencia respecto de la relación con el otro, en masculino, porque el pacto constituyente se hace entre varones, las mujeres en este esquema son un objeto de reparto. Pero la autonomía es un deseo, apenas se realiza, y la duración del estado de autonomía es breve, transitoria, en ocasiones somos autónomos, pero lo definitorio en los seres humanos es la interdependencia. Ahora estamos aquí sentadas cómodamente porque hay alguien que ha venido a limpiar, que hace café, tu llegaste aquí porque hay transporte… cualquier cosa que hacemos ocurre con la concurrencia de muchas personas que lo hacen posible; eso da cuenta de que estamos en permanente estado de necesidad. Sin olvidar formas precisas de necesidad, por la edad, por dificultades físicas, psíquicas. Entonces mi planteo es que requerimos un pacto constituyente basado no en la noción de autonomía si no de que somos dependientes, y esto significaría que se sitúa en el centro del escenario la dependencia y no la libertad necesariamente.

-Es un pacto, que como usted dice, se hace entre varones.

-¡Y es delirante! Yo no sé cómo ha podido funcionar tanto tiempo. Pero es que el truco ha consistido en que los fenómenos atribuidos a la dependencia se han enclaustrado en el hogar, de tal manera que ese ciudadano que pacta con otros ciudadanos es en realidad un cabeza de familia: lo vemos en la constitución española, cuando acudimos a los elementos que definirían a la persona que ocupa la posición de ciudadano, en las constituciones liberales se hace a cuenta de la posición respecto de un trabajo remunerado y la defensa del territorio nacional. Si nos vamos a la constitución española, el artículo que se refiere al trabajo dice lo siguiente: los españoles tienen el deber de trabajar, es un deber de ciudadanía, y derecho al trabajo; pero es secundario el derecho al trabajo en relación al deber de trabajar. Tu no puedes ser ciudadano si no produces, es el objeto de ciudadanía. Pero luego plantea elegir libremente ocupación u oficio, y este elemento es muy relevante, para cubrir ingresos suficientes para las propias necesidades y las de la familia.

-Estamos poniendo sobre la mesa el pacto heterosexual y patriarcal.

-No sé si heterosexual, lo que es seguro es que se pone en primer plano a un patriarca. Diríamos que el ciudadano es un patriarca, alguien que encabeza una familia de la cual se ocupa a través de sostener los recursos financieros que le permiten funcionar pero fíjate cómo cabe el artículo: sin que pueda prevalecer discriminacion por razón de sexo. Por lo tanto el pacto constitucional es un pacto que consagra la figura del patriarca, lo cual quiere decir que las democracias liberales no funcionan sin el patriarcado. El patriarcado no es un residuo, un remanente que queda de épocas anteriores si no que es constitutivo de las democracias liberales, no pueden funcionar sin la existencia de un patriarca porque hay que quitar de la escena pública el problema de la dependencia.

-O sea que la dependencia queda adentro de la casa junto las mujeres para que se arreglen ellas.

-Exacto. Pero además de manera perfecta, porque mientras la constitución es transparente en relación a la existencia del patriarca, cuando habla del cuidado de las personas no lo hace refiriéndose a las mujeres o de las amas de casa, lo define en función de la familia, como si la familia fuera una entidad viva. Lo que es llamativo de la Constitución en este artículo es que resulta que el patriarcado es constitutivo de la democracia liberal pero no el sexismo. Es decir que nos da igual que el patriarca sea una mujer o un hombre pero necesitamos establecer un vínculo patriarcal.

-Lo qué pasa es que cuando hay un hombre cabeza de familia cumple un rol pero cuando hay una mujer difícilmente le toque uno solo.

-Está claro. Tal vez no fui fina al decir “da igual”, pero parece que para la constitución no es incompatible la eliminación del sexismo con el mantenimiento de la democracia liberal por lo que acá hay que tener en cuenta que vale cualquier cosa con tal de conservar el patriarcado.

-Y de sostener la idea de familia nuclear, y el encierro doméstico para que allí se oculte la interdependencia.

Las democracias liberales se caracterizan por una falta de responsabilidad y desatención con respecto a la gente. Con todas las críticas que podemos formular a los regímenes feudales, ahí había un vínculo de responsabilidad con los siervos. En cambio en el capitalismo se prescinde del otro. Entonces la familia es un requisito indispensable porque cumple la función antes entendida como colectiva. Estamos hablando de sociedades modernas, y por eso mi insistencia: el patriarcado no es remanente si no que es base fundamental, mira por ejemplo la política tributaria. Ahí te encuentras que la pérdida de ingreso que supone la declaración conjunta de la renta de la típica familia nuclear es de 2.600.000 euros, monstruoso, y esto significa que de otro lado se está financiando a la familia nuclear y también a la figura del ama de casa. Porque tener en casa un hombre que declara y una mujer que no tiene ingresos propios hace que pagues mucho menos impuestos.

-Es una forma capitalista de preservar la división sexual del trabajo.

-Claramente.

-Sin embargo los temas de cuidado tienen visibilidad intermitente en el feminismo a lo largo de los años y ninguna salida parece ser buena: ¿Salario para amas de casa? ¿Socialización de las tareas de cuidado? ¿Usted qué piensa?

-A mí no me resulta satisfactoria la corriente general que considera que se ha de visibilizar, reconocer y valorizar la aportación de las mujeres. Porque el implícito de esa necesidad de valorización y reconocimiento es que las tareas de cuidado que realizan las mujeres las realizan bien, son deseables y deben ser tomadas como modelo.

-Eso se escucha muy esencialista: las mujeres somos buenas porque sabemos cuidar.

-Bueno, pero es muy dominante, no sé acá, pero en España te aseguro que es muy dominante. Entonces creo que hay que trabajar en el sentido opuesto: evidenciando que en condiciones de división sexual del trabajo no se puede cuidar bien. Voy a hablar no de personas empíricamente hablando si no de tipos mentales que nos ayudan a pensar la realidad. Las mujeres son como sean, pero cuando lo digo en singular me estoy refiriendo a un tipo de persona que hace posible el patriarcado y es suficientemente frecuente e intenso como para que sostenga el patriarcado.

-Un estereotipo normativo.

-Normativo, sí, no universal si no propia del patriarcado. Hecha esta aclaración deberíamos pensar que la posición mujer genera una configuración psíquica consistente en desear ser deseada. Mientras que la configuración hombre ejemplifica el deseo de poseer aquello que se desea. Luego habrá personas más cerca o más lejos pero es la disposición propia del patriarcado. Entonces a mi modo de ver, cuando alguien pone en el centro del escenario la necesidad de ser querida significa que instrumentaliza a los demás para conseguir eso. Y esto significa que cuando provee de cuidados lo hace para ser valorada, no para que la gente esté bien. No es lo mismo que un niño o una niña estén bien cuidados que que una persona sea una buena madre. Si aspiro a ser una buena madre es una posición narcisista que requiere de reconocimiento. Cuando me preocupo por las criaturas mi orientación es hacia el objeto de amor, no a mí misma. Si damos por bueno que la orientación de la mujer patriarcal es a ser querida, creo que podemos dar por válida la afirmación de que el cuidado es una actividad instrumental que no está al servicio de las personas dependientes si no al servicio del reconocimiento de ellas mismas. Y eso pondría en discusión, al margen del respeto que se pueda tener por los derechos de las mujeres, aún cuando no interese que sean explotadas, no se tiene suficiente conciencia de que el problema del cuidado, basado en la división sexual del trabajo, es dañina para ambas partes: porque ahoga la posibilidad de su desarrollo personal a quien está al servicio del cuidado -porque no puede plantear su proyecto de vida-  y para quien recibe los cuidados porque es objeto instrumental. Y esa relación es una relación de poder.

-Pero tenemos también en el universo de cuidados tareas de sostenimiento de la vida totalmente invisibles como las que reclama para sí el patriarca.

-Estoy hablando de las relaciones de dependencia. Hay que diferenciar cuidado de servicio, porque el cuidado es a cuando provees de atenciones a quienes no se las puede librar por sí mismas, si la persona puede atenderse a sí misma hablamos de servicio.

-Pero si cuidado y servidumbre quedan dentro de la casa no parece fácil separar las tareas…

-Es que hay que ver la posición narcisista del cuidado, en el sentido de que parece que tienes unas cualidades especiales que yo asocio a la omnipotencia, que las mujeres no quieren tampoco dejar.

-Es un poco complicado cargar las tintas sobre la posición de las mujeres, como decir que les gusta su propia cárcel…

-Yo creo que la pregunta es otra, es cómo se rompe la posición omnipotente. Y se rompe cuando se sale de la idea de qué hay dos posiciones excluyentes: la de quien cuida y la de quien recibe cuidados, señalando que toda persona cuida y toda persona recibe o recibirá cuidados.

-Es lo que sucede entre padres y madres con respecto a hijos e hijas, aunque siempre las que cuidan a todos son las mujeres.

-Bueno, pero por ejemplo, entre una madre que cuida a su hija cómo se rompe la omnipotencia. Pues ella se va al cine con las amigas, por ejemplo, evidenciando que tiene sus propias necesidades y la madre evidencia su posición no queriendo que vuelva antes si no al contrario, diciendo: “¿ya estás aquí? ¡Pero qué pesada! No me puedes dejar en paz un rato”. La dependencia genera hostilidad y da lugar a muchas microviolencias: por ejemplo, si a la persona cuidada le gusta la sopa caliente y se la llevas siempre fría, pues es un daño grande.

-Micropolíticas de la crueldad.

-Sí, que tienen efecto acumulativo. O inversamente, si en lugar de concentrar todas tus demandas en un lapso de tiempo estás todo el tiempo demandando, eso también mina a la persona que cuida. La relación de cuidado puede ser una verdadera tortura. Y esto me hace pensar que las feministas deberíamos contemplar que una de las formas de la violencia de género es el maltrato a las personas dependientes.

-¿Por qué lo piensa como violencia de género?

-Porque se produce en una matriz de relaciones que se funda en la división sexual del trabajo. Es decir, es esperable que una persona encerrada en el lugar de cuidadora y si eso comporta que se la marginalice de la vida social o de sus planes de vida experimente sentimientos hostiles hacia quién cuida. Lo raro sería que no los experimentara. Por lo tanto es constitutivo de la división sexual del trabajo el maltrato a las personas dependientes. Yo pienso que las feministas deberíamos denunciarlo como violencia de género porque pienso que lo es y porque estratégicamente desde el punto de vista político nos conviene: pondría en cuestión la división sexual del trabajo, porque pueden pasar de las mujeres, pero si les preocupa la cuestión del cuidado, el cuidado no está resuelto.

-El tema que aparece aquí es la violencia de género que podrían ejercer las mismas mujeres. Que de hecho la ejercemos, cada vez que se encierra a las hijas para repartir con ellas las tareas domésticas o el cuidado de hermanos y hermanas más pequeñas, por ejemplo. Eso parece que es difícil de hablar..

-Eso tiene que ver con lo que planteo. Además de no reconocer las características del mundo que queremos cambiar, políticamente creo que es un error porque consolida la división sexual del trabajo, porque si no ponemos en cuestión que las mujeres también podemos cuidar mal, cristalizamos esa división.

-Sucede que se produce un encierro: ¿es necesario revisar si cuidamos bien o mal o evidenciar la explotación que significa dar por hecho que las tareas de cuidado son para las mujeres? ¿De dónde surge que cuidamos porque lo hacemos bien? A mí me parece más un destino impuesto que una habilidad.

-Bueno, ha habido todo un proceso de naturalización, de manera que se hace extensivo que si la mujer es fecunda y engendra criaturas hace extensivo el cuidado de las criaturas. Y además tiene una gratificación libidinal muy fuerte y entonces no hace falta forzar a las mujeres para que lo hagan. Donde se rompe la dinámica es cuando lo predominante no es cuidar criaturas si no de las personas viejas o enfermas. Porque claro, acompañar a estas personas es acompañar la decrepitud y acercarse a la muerte y hay una resistencia a asumir que somos mortales.

-Y por eso interdependientes y vulnerables.

-¡Claro! Tanta resistencia hay a pensar que somos vulnerables que cuando te pones enferma te sientes culpable de estar en la cama, te sientes más culpable que mal. Parece que la vulnerabilidad fuera un defecto moral. El componente culpa habla, justamente, de omnipotencia.

-Corriéndonos un poco de la cuestión subjetiva y volviendo a cómo salir del encierro, de si cuidamos bien o mal para ser relevadas de la tarea, este año en muchos países del mundo se hizo un paro, una huelga, que evidenció las tareas domésticas y de cuidado como trabajo. ¿Cómo lo viste vos?

-Creo que pensar en una huelga de mujeres es pensar en un paro en las tareas de cuidado que implicaría una valentía y un estómago muy fuerte. Dejar los niños en la puerta de la comisaría por ejemplo…

-Eso aquí, y supongo que en la mayor parte del mundo, no es una opción…

-Pero hay que encontrar un modo de denunciar la externalizacion de costes de producción de la vida humana a las mujeres. Porque es como lo que denuncian desde los grupos ecologistas, que las empresas externalizan costes al medio ambiente. Significa que sus actividades productivas son más costosas de lo que son para ellos porque son a costa del medio ambiente. Trasladado a las mujeres sería que el mundo funciona porque se carga sobre la espalda de las mujeres el cuidado de la vida humana y esto es una transferencia sistemática de los recursos. Cuando se produce una transferencia sistemática de recursos de quien los ha producido a quienes los han producido eso es una relación de explotación. O sea que las mujeres están en una posición de explotadas, por los hombres, por el Estado y por el mercado. Entonces, claro, esto significa que las relaciones de poder se dan porque el trabajo de las mujeres empodera a los hombres, al mercado y a las empresas.

-Por lo tanto, siendo explotadas, nos merecemos la huelga.

-¡Claro! Desde el punto de vista lógico es muy claro pero emocionalmente es muy complejo. Aunque en términos teóricos, analíticos es evidente: dejar de transferir recursos a los demás. Trabajar para una misma, no para los demás hasta que quede claro.

-Tal cómo está, si reconocemos la explotación que significa el cuidado, aunque es necesario pactar bienestar con quien se cuida y viceversa no parece suficiente; sería como dejar el problema en ese encierro privado.

-El punto de fuga es la eliminación de la división sexual del trabajo. El implícito de la división sexual del trabajo es la relación de complementariedad. Lo que venimos diciendo es el reconocimiento de relaciones de reciprocidad. La primera sería “tu aportas A, yo aporto B”, la segunda es “yo aporto lo que tú me das”, aunque no sea simultáneo. Dicho de otro modo: yo no te doy atención a la familia y tu me das dinero, yo te doy dinero y atención como tú me lo das a mí; relaciones de reciprocidad.

-¿Y qué posibilidades hay de pensar el cuidado por fuera de la familia? ¿Se puede pensar en salidas más comunitarias?

-Yo lo veo difícil porque no hay el nivel de confianza en lo social para que la gente se arriesgue a sacar la patita de la familia. Creo que hay que buscar alianzas con los trabajadores y trabajadoras asalariadas organizadas. Son cuestiones que tienen que ver con el cuidado, con sostener las jornadas de ocho horas, vacaciones pagadas y por enfermedad tiene que ver con el cuidado, cosas de cuidado propio. Lo que yo sugiero como posibilidad y no me parece delirante es que las personas reciban su paga cuando tienen que cuidar a personas dependientes, bueno, hay que generar fondos de reserva para quienes tienen que cuidar. Tiene que haber una elaboración colectiva, esto significa desprivatizar y socializar el cuidado, meterlo en el debate democrático.

-Entonces usted ve como estratégica la alianza entre las mujeres, los feminismos y los sindicatos.

-Es imprescindible, los dos colectivos sometidos a explotación se tienen que poner de acuerdo y estos dos colectivos son los asalariados y las mujeres. Y las mujeres asalariadas doblemente porque son explotadas por los varones asalariados. Los hombres traicionaron a las mujeres en su alianza con los empresarios para dejar a las mujeres en la casa. Es una alianza difícil.

-Resumiendo, podríamos decir que para eso hay que quitar al patriarcado de la base de la discusión democrática.

-¡Es lo que digo! No es residual si no la base de las democracias actuales y por eso no se piensa el cuidado, porque queda dentro de las familias. Fíjate que en Europa, con la sociedad envejecida, se han puesto a preguntar cuál sería la solución deseada para el problema del cuidado de adultos mayores y la respuesta es perversa: que se de recursos a los viejos y viejas para poder pagar a personas que se hagan cargo ellas. Es decir, buscan sostener la relación de poder a través de la posibilidad de pagar para que te atiendan. Pero no se escapa que es más importante tener poder que estar bien, pues es incompatible con estar bien, vamos.

-Esto que vos planteás no es solo sobre la división sexual del trabajo si no sobre los sujetos…

-¿Te imaginas la diferencia de pactos entre sujetos que se reconocen vulnerables, que reconocen la enfermedad y la muerte? ¡Cambia totalmente la noción de democracia!

-Mientras tanto, vamos a la huelga.

-(Se ríe) Y sí, pero ¿qué tipo de confianza social se tiene que generar para que las mujeres puedan poner en práctica una huelga de cuidados? La confianza de que comemos todos o no come nadie, la confianza de que detienen a todos o nadie. No vas a consentir que detengan a un compañero o compañera, no vas a consentir que mientras tú estás comiendo a alguien se le acabaron los recursos. Y esa confianza no se está dando en este momento. No estoy en delirium tremens pero soy consciente también de que solo a través de la huelga general indefinida se resuelve la relación de poder. Solo que emocional y prácticamente es muy difícil. Habría que prepararse con años de tiempo, con cajas de resistencia, mientras tanto es muy complicado porque no hay tejido social. Porque por ejemplo, lo primero que tendríamos que hacer las mujeres es dejar de tener hijos por lo menos por cinco años así ya no habrá bebes cuando empiece la huelga para dejar en la puerta de las comisarías.

Ella se ríe a carcajadas, y al instante siguiente, como se diría en el español ibérico, se la piensa.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/apunten-contra-el-patriarcado/

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