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Entrevista a Bárbara Tardón: «Ninguna feminista está preparada para enfrentar la violencia que ha enfrentado el ministerio»

 

Entrevista a Barbara Tardón feminista, asesora y experta en violencias sexuales hacia las mujeres.

 

Asesora de la ministra de Igualdad del Gobierno de España, Irene Montero —de Podemos— en la legislatura que toca a su fin con el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar, Bárbara Tardón (Madrid, 1976) agota sus días en la calle Alcalá, donde tiene su sede esta institución, tras casi cuatro años de trabajo. Tardón fue antes asesora de la Secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo de la Vega —socialista—, y sabe de las críticas a las políticas de igualdad y al anterior Ministerio de Igualdad, el que lideró Bibiana Aído entre 2008 y 2010. Pero cree que lo que se ha vivido en el ministerio de Irene Montero, que la ministra ha señalado como “violencia política”, no tiene precedentes.

 

Cuando en España se empezó a hablar de violencias sexuales al hilo de las movilizaciones feministas que pusieron en el centro el “no es abuso, es violación”, que acabaría impulsando la Ley de garantía integral de la libertad sexual, ella ya estaba ahí: desde 2006 Tardón trabajaba con supervivientes de violencias sexuales y de esa experiencia dio el paso a los estudios académicos.

 

Ha investigado sobre violencia sexual para diferentes organizaciones e instituciones de Europa Occidental, Europa Oriental y Latinoamérica, entre ellas, Médicos del Mundo o Amnistía Internacional, organización donde dirigió la investigación Ya es hora de que me creas, publicado a finales de 2018, uno de los informes de referencia en España sobre la atención de las instituciones a la violencia sexual.

 

Cuando salga definitivamente del Ministerio de Igualdad, dice, piensa convertirse en activista de la ley del sí es sí, que defiende como una ley integral sin precedentes. Y descansar de varios años de vértigo. “No ha habido un día en donde el ministerio y el equipo ministerial y la ministra no fueran noticia en este país, lo cual es sintomático de lo que supone para el patriarcado y para toda esa estructura patriarcal el ministerio”.

 

En enero 2020 se crea el Ministerio de Igualdad de esta legislatura, que ha acompañado y promovido un amplio debate en torno a otras violencias machistas más allá de la violencia de género en pareja, y especialmente sobre violencias sexuales. Tu trayectoria en la investigación de las violencias machistas empieza antes. ¿De qué violencias se hablaba cuando empezaste a especializarte en violencia sexual?

Yo tengo 46 años y empecé a trabajar con 28 acompañando a las víctimas de violencia en pareja o expareja. Trabajaba en entidades del tercer sector y ONG. No entré directamente en la academia, sino que a raíz de toda mi experiencia laboral acompañando a mujeres, empecé a adentrarme en la investigación de la violencia sexual. En 2006 me contrató una entidad que trabajaba con las supervivientes de violencias sexuales y empecé a meterme. ¿Qué es lo que descubrí a raíz de eso? Pues que no solamente de manera teórica, sino en la realidad del día a día, nos encontrábamos con una desatención institucional hacia las supervivientes de violencias sexuales radical y absoluta. Pero, desgraciadamente, tengo que decir también que, al menos en el contexto español, y me atrevo a decir que en Occidente —no tanto en América Latina y quizás en Estados Unidos un poquito menos— las violencias sexuales contra las mujeres tampoco estaban dentro de la agenda, tanto política como social. Las violencias sexuales no eran centrales en ningún caso y el sujeto político por excelencia de las políticas públicas en materia de violencia contra las mujeres eran las víctimas supervivientes de violencia en pareja o expareja. Todo lo que tenía que ver con el deber del Estado y de las instituciones en la atención, en la reparación integral, se centraba solo en la violencia en pareja o expareja.

 

Poquito a poco, por distintas circunstancias, el movimiento feminista fue adentrándose en la visibilización de las violencias sexuales, fue incorporándolo en su agenda. Entiendo que también venía arrastrado por América Latina y por un MeToo norteamericano que no quiero dejar de recordar que viene de mucho antes de lo que podemos llegar a imaginar, y que fueron las mujeres racializadas norteamericanas las primeras que quisieron denunciar esas violencias sexuales estructurales.

 

Con ese bagaje profesional, decidí dar el paso y empecé en 2013 a investigar para mi tesis doctoral, que defendí en el año 2017, que es precisamente sobre la historia de las violencias sexuales y la desatención del Estado español a las violencias sexuales. A partir de 2016 esto coincide con el caso de la chica agredida sexualmente en Sanfermines y con todo el poder del movimiento feminista. Y creo que ahí juegan un rol fundamental muchas periodistas feministas que, por primera vez, empiezan a incluir en sus agendas, también comunicativas, las violencias sexuales. Porque si rastreamos en cómo se representaban los medios, las violencias sexuales estaban totalmente desatendidas también.

 

O estereotipadas…

Totalmente. Por eso, el trabajo de Nerea Barjola [Microfísica sexista del poder] para mí es la obra maestra de las violencias sexuales en el contexto de nuestro país, porque en nuestro país no teníamos una referente teórica que nos cambiara el paradigma. Y Nerea es eso. Y precisamente de lo que habla es de esa representación del terror sexual. Como decía, en 2016 diferentes vectores se aúnan para por fin situar en la agenda las violencias sexuales. Luego Amnistía Internacional me contrata para elaborar la investigación de Ya es hora de que me creas.

 

Cuando yo realicé mi investigación de violencias sexuales, no había ni informes teóricos del movimiento feminista. Acsur Las Segovias hizo uno estupendo, no quiero dejar de nombrarlo, pero el informe de Amnistía Ya es hora de que me creas cambia también en términos de incidencia política y de dar el toque a las instituciones. Poco a poco empieza esa fuente de obras que empiezan a hablar de la violencia sexual. Y el recorrido biográfico termina con una oportunidad en mi vida que es que primero me llama la secretaria de Estado, Soledad Murillo, en el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez, y luego me llama la ministra para formar parte de su equipo, junto con otras compañeras, para tomar las riendas y por fin empezar a elaborar políticas públicas y relatos políticos que estén dirigidos a visibilizar las violencias sexuales y a acompañar a las supervivientes.

 

En el año 2018 el movimiento feminista toma las calles para decir “no es abuso, es violación”. ¿Qué pensabas entonces de ese lema?

El “nombrar para politizar” famoso de Celia Amorós era un paso fundamental que teníamos que dar como activistas, como feministas y como teóricas. Y la realidad es que “abuso” era una palabra insignificante para lo que son las violencias sexuales en las vidas de todas, en nuestra biografía. Cuando el movimiento feminista empieza a señalar que no es abuso y que es violación, creo que más allá de lo que implica nombrar, se produce un giro radical que en la representación cultural que marca un antes y un después también. Ya no nos conformamos con palabras nimias, estamos hablando de una agresión sexual, estamos hablando de violencias sexuales, estamos hablando de un continuo que nos atraviesa a todas las mujeres en nuestras biografías, en todo el planeta. Creo que esa conceptualización es clave también.

 

Estamos en 2023, ha pasado poco tiempo pero “no es abuso, es violación” ya no solo es un lema feminista sino el principio de una ley. ¿Qué impacto tiene eso?

El impacto que tiene es doble. En primer lugar porque podemos, desde la integralidad de una norma de estas características, no solamente trabajar para prevenir las violencias, las agresiones sexuales, las violaciones, sino que por primera vez vamos a penalizar también esas agresiones sexuales que se ejercen de manera constante y continua contra las mujeres. Eso implica reclamar una deuda histórica que es la justicia feminista para todas. Para mí eso es clave, que esté en una norma, que se visibilice, pero que hablemos también de ese derecho a la justicia feminista al que yo por lo menos no quiero renunciar.

 

Y que se penalice de una forma distinta no significa que las feministas estemos abogando como única salida por las medidas punitivas, ni mucho menos. Porque las penas tienen que ser proporcionales a un delito. Lo que estamos abogando es por un derecho del que nos han despojado a lo largo de los siglos, que es el derecho a la justicia y por el que vamos a seguir peleando muchas, a pesar de que la derecha, la ultraderecha o el negacionismo intenten robárnoslo.

 

Hay un debate interno dentro del feminismo, sobre si la ley es punitivista o si hay que rendirse al Código Penal para hacer justicia con las mujeres. ¿Qué piensas?

Creo que eso es de una gran ignorancia. Para empezar, porque es una ley integral y creo que quien centraliza el debate de la ley solo en el Código Penal es quien lo mantiene en el marco punitivista. Es una ley integral que tiene más de 60 artículos y habla de la prevención, de la sensibilización, del derecho histórico a la reparación integral de las víctimas, de la educación. Lo que viene es a paliar todo ese gran vacío histórico que existe para intentar enfrentar y para intentar erradicar las violencias sexuales. Cuando me hablan de que es punitivista y se centra en el Código Penal… pues me indigno un poco, tengo que reconocerlo, porque al final me temo que lo que estamos haciendo cuando catalogamos a esta ley como punitivista es agarrarnos precisamente al discurso más punitivista, que es focalizar en el cambio del Código Penal, que ni mucho menos es el espíritu de esta norma. Sabemos es que cada víctima es única y cada víctima tiene unos derechos, unas necesidades vitales y biográficas. Pero la mayoría de las supervivientes y de las víctimas lo que desean es el reconocimiento de la verdad y, por supuesto, reparar todos los derechos vulnerados de la mejor forma posible. Unas lo desean a través del Código Penal, otras a través de unos recursos de atención integrales como los centros de crisis 24 horas, y otras en sus espacios.

 

Si echamos un vistazo a cómo nuestro sistema judicial ha operado en ese derecho de las víctimas, nos damos cuenta también de que es es una indecencia lo que se encuentran las víctimas. En el informe de Amnistía Internacional, lo que nos dijeron la mayoría de las víctimas es que si llegan a saber lo que pasaría tras denunciar, no lo hubieran hecho. Eso es un mensaje evidente de cómo nuestro sistema judicial sigue operando desde unos marcos patriarcales y con enormes prejuicios, ejerciendo una violencia institucional que es inadmisible. Y ahora que estoy en el Gobierno como parte del equipo de este Ministerio de Igualdad, nuestro deber es impulsar políticas que intenten precisamente atenuar todo ese dolor. Es nuestra obligación atenuar el dolor de las víctimas que sí quieren esa justicia.

 

Existe el precedente del Ministerio de Igualdad del Gobierno de Zapatero, donde la cartera de Igualdad fue objeto de muchas críticas. Sabiendo lo que ocurrió entonces, ¿estabais preparadas para todo lo que ha pasado? ¿La reacción contra el Ministerio de Igualdad estaba en vuestros planes comunicativos y personales?

Voy a hablar por mí: ninguna feminista está preparada, ninguna, para enfrentar la violencia que el equipo del Ministerio ha enfrentado. El sufrimiento de estos cuatro años no lo voy a olvidar nunca, lo tengo clarísimo. Y la violencia extrema que han sufrido la ministra de Igualdad, la secretaria de Estado, la delegada del Gobierno y el resto del equipo es de una violencia indescriptible, inaudita en la historia de nuestra democracia.

 

Y lo más doloroso para mí de todo este proceso es que una parte del movimiento feminista se ha subido al carro de la violencia. Vengo del movimiento feminista, de una militancia de base. Ha sido dolorosísimo. La crítica no es dolorosa. La crítica unas veces nos gusta en lo personal, otras veces nos indigna, otras nos abre los ojos. No. Lo que es inaudito es que haya una parte, creo que pequeña, del movimiento feminista, que deliberadamente haya ejercido esa violencia. Creo que todavía tenemos mucho dolor. Voy a ser sincera: acarreo rabia encima y necesito que la rabia se me pase porque, si no, no puedo seguir siendo militante feminista.

 

De la misma forma, no voy a olvidar a las compañeras que nos han acompañado en el proceso y al feminismo que incluso siendo crítico con el Ministerio, porque no pasa nada (yo soy crítica con su propio equipo dentro del ministerio, no pensamos igual todas), han decidido no mirar a otro lado y sobre todo han decidido acompañarnos. Esas son las compañeras que ya están tatuadas en mi biografía y a algunas no las conozco, pero no se nos van a olvidar nunca.

 

Irene Montero nombró lo que ocurría como violencia política de forma más o menos reciente y llegó a haber cierto apoyo de otras políticas y políticos. Creo que fue importante, porque ha habido una parte de la legislatura donde se ha entendido como crítica legítima, como mucho se ha leído como troleo. Una vez que se ha nombrado como violencia política la reacción contra el ministerio, ¿ha cambiado algo?

La ministra y el equipo del ministerio han conseguido por primera vez hablar en nuestro país de violencia política contra las mujeres. No hay que olvidar que este tipo de violencia ya está reconocida en numerosas legislaciones de América Latina porque tiene una gran experiencia con sus defensores de derechos humanos y sus políticas como víctimas y supervivientes. Y también hay que recordar que en Europa hay países donde han asesinado también a políticas más bien de tiempo.

 

Entiendo que el reto futuro, porque la reacción patriarcal es cada vez más cruenta, va a ser incluir en nuestros marcos normativos y de políticas públicas la violencia política contra las mujeres. Porque creo que el avance que estamos dando es tan grande que el patriarcado no lo va a tolerar. Por lo tanto, desgraciadamente, también vamos a tener que ampliar nuestros marcos en materia de protección y garantía de derechos.

 

¿Qué hace un ministerio en funciones?

Un ministerio en funciones hace exactamente lo mismo que cuando no está en funciones, pero con la diferencia de que hay algunos proyectos o iniciativas que no puedes desarrollar y que tampoco puedes comunicar. Pero nosotras vamos todos los días en nuestro horario, que es súper importante decirlo porque esta es otra de las cosas que nos dicen cuando nos maltratan, que no trabajamos. Seguimos cada día junto con todo el equipo funcionarial del ministerio trabajando mano a mano e implementando las políticas públicas que ya hemos aprobado en esta legislatura. Y luego, es fundamental, con la presidencia europea. Tenemos mucho trabajo.

 

Luego hay un asunto muy importante, que son los fondos europeos de recuperación y resiliencia que caducan el 31 de diciembre, y hemos aprobado desde el Ministerio de Igualdad medidas importantísimas para la garantía de los derechos de las mujeres, como son los centros de crisis, como es el sistema Atenpro, como son los dispositivos… Un montón de medidas.

 

Si tuvieras que hacer balance, ¿de qué te sientes más orgullosa y qué cambiarías?

De lo que más orgullosa me siento es de haber sido parte del equipo de Irene Montero y de un ministerio que ha apostado por políticas feministas transformadoras para la vida de las mujeres.

 

¿Qué habéis hecho mal? ¿En qué os habéis equivocado?

Cambiaría muchas cosas, evidentemente, y estoy convencida de que nos hemos equivocado cada día. Quizás lo que cambiaría sería el ritmo frenético al que hemos estado sometidas para, ante la angustia de que esto terminara, sacar adelante toda esa batería de políticas públicas y de leyes que hemos hecho. Porque creo que quizás las políticas públicas se tienen que hacer de una forma un poquito más tranquila. Pero es verdad que los tiempos y el momento político no nos lo permitían.

 

Desde los medios también ha habido esa sensación de vértigo. El ministerio ha acaparado muchísima atención mediática, diría que desproporcionada si se tiene en cuenta su tamaño, ya que es uno de los ministerios más pequeños.

 

Ha sido una locura. No ha habido un día en donde el ministerio y el equipo ministerial y la ministra no fueran noticia en este país, lo cual creo que es sintomático de lo que supone para el patriarcado y para toda esa estructura patriarcal el ministerio.

 

Igualdad ha sido blanco de críticas, de ataques y de fake news de forma constante, eso es indudable. Sin embargo, las rebajas de condenas a presos condenados por violencia sexual a raíz de la ley del solo sí es sí supusieron un punto de inflexión, porque ya no hablamos de fake news o de críticas reaccionarias de medios conservadores, sino de hechos. ¿Ha sido esa la mayor crisis del ministerio?

Yo creo que sí, la verdad. Porque hay un relato objetivo y demoledor que es el relato de “violadores a la calle”. Y frente a ese relato es muy complicado defenderse porque objetivamente hay una serie de juezas y jueces que están aplicando una serie de criterios que no se corresponden con el espíritu de la ley ni con la circular de la propia Fiscalía, ni con los criterios de otros jueces y juezas que no han traducido penas ni han revisado las condenas. Yo lo tengo claro: es un relato funcional y es un relato también disciplinario, pero es muy complicado de desmontar como relato. Porque yo no puedo objetar nada a una mujer que ha sido agredida sexualmente y que considera que la condena es proporcional cuando ve que el agresor ha sido puesto en libertad o ha visto reducida la condena… Es que no tengo nada más que decir, lo que hago es solidarizarme con esa víctima. Para mí ha sido lo más complicado de toda esta legislatura.

 

La ley es una gran ley, pero ese relato es demoledor. Sobre todo cuando hay toda una maquinaria que opera al servicio de destruir al Ministerio de Igualdad. Y, desgraciadamente, en la Ley de Libertad Sexual y en el Código Penal ha encontrado la horma perfecta.

 

Se han pedido dimisiones de responsables del ministerio casi desde que se creó, sin muchas repercusión. Pero, ¿se llegó a plantear alguna dimisión cuando se conocieron las rebajas?

Internamente no, porque defendemos la ley. Me temo que es complicado de trasladar pero la ley, tal y como se redactó, es conforme a los estándares internacionales de derechos humanos, y a lo que establecen todos los informes preceptivos. Era una ley que se planteaba que no iba a producir estos efectos.

 

En un contexto tan débil y tan debilitado como fue el de que se estaba poniendo en la calle a los agresores, lo facilón habrían sido las dimisiones, los ceses inmediatos. Lo fácil no ha sido señalar qué es lo que está fallando dentro de este patriarcado judicial. Porque los agresores han sido puestos en libertad en la mayoría de los casos a lo largo de los últimos veinte años. O sea, si echamos un vistazo a la jurisprudencia o entramos en los buscadores de jurisprudencia, observamos una inmensa impunidad contra las agresiones sexuales, observamos que en la mayoría de los casos nunca llegan al sistema judicial y que los que llegan muchas veces terminan en absoluciones, precisamente por cómo está construido el propio sistema judicial, por los estereotipos de género, por los prejuicios, por el machismo judicial.

 

También fue llamativo que medios, tertulianos y partidos solicitaran dimisiones en Igualdad, cuando sabemos que es una norma en la que se han visto implicados otros ministerios y principalmente el Ministerio de Justicia. Mientras tanto, es un escándalo que comunidades autónomas como las del Partido Popular, que tienen millones de euros para crear los centros de atención a víctimas de violencia sexual, hayan pedido que se posponga al año que viene, después de dos años, al tiempo que están cada día en todas las instituciones atacando a la Ley de Libertad Sexual. Para mí, todo esto ha superado con creces lo que yo me podía llegar a imaginar que era trabajar en un ministerio de estas características.

 

¿Era más fácil dimitir que tratar de explicar lo que estaba pasando?

Nosotras hemos intentado en numerosas ocasiones explicar lo que estaba sucediendo y lo vamos a seguir explicando. Y yo personalmente voy a seguir explicando durante los próximos años de mi vida en qué consiste esta ley, que no es del ministerio, sino que es de todas. Es tan poderoso el relato que se ha impuesto que complica en términos comunicativos el entender la trascendencia de esta norma. Pero yo espero que a lo largo de los próximos años y en los próximos meses podamos ir poco a poco explicando y, sobre todo, que todas se puedan apropiar de esta norma.

 

Entonces, ¿crees que tus próximos años van a estar ligados a la ley del sí aunque ya estés fuera del ministerio?

Mis próximos años van a ser de un activismo absoluto y extremo. Voy a hacer que la ley sea mi activismo y específicamente algunos elementos de la ley que creo que son trascendentales para la vida de todas. Uno es la atención especializada, que todavía no existe. Cambiar una ley es fácil, cambiar una cultura es muy difícil. Con la ley del sí es sí tenemos que llegar a todo el mundo y mi activismo va a estar centrado en todo lo que tiene que ver con las medidas de prevención y sensibilización y rendición de cuentas. Porque no puede ser que todavía las víctimas, las supervivientes, los familiares, el entorno íntimo, se acerquen a las instituciones y las instituciones sigan sin responder como se merecen las víctimas como ocurría antes cuando no había ley.

 

Vienes del movimiento feminista de base. Estás hablando de volver a ese movimiento feminista de base. Como feminista de base, cuando entras a la institución, ¿a qué tienes que renunciar?

Vengo del movimiento feminista de base, pero yo soy una de las feministas que cree que en las instituciones se pueden cambiar muchas cosas. Es evidente que yo he tenido que renunciar a algo, para empezar a hacer un activismo de base. Muchas compañeras critican que las feministas que estamos en las instituciones tenemos que renunciar a algunas demandas que se hacen desde el movimiento feminista. Y, en ese sentido, yo tengo que ponerme de perfil, no puedo formar parte de entornos de militancia donde se deciden acciones legítimas y que apoyo por completo contra las políticas institucionales que no están funcionando.

 

Pero luego hay otras cosas muy bonitas que hemos podido hacer gracias al movimiento de base del que vengo. Hemos podido hacer cosas que nunca la institución tan patriarcal en la que estamos, incluso el Ministerio de Igualdad, podría plantearse que podrían modificarse. Por ejemplo, yo he descubierto un mundo que es el derecho administrativo. Y yo digo que necesitamos más juristas que sepan de derecho administrativo, porque el patriarcado se cuela por la burocracia por todos lados.

 

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/violencia-sexual/barbara-tardon-ninguna-feminista-preparada-enfrentar-violencia-ha-enfrentado-ministerio

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Ni criadas ni carceleras: compañeras. Cómo aprender a relacionarse con mujeres libres

Cuando mis ex me preguntan cómo pueden los hombres disfrutar más del amor, y cómo contribuir a derribar el patriarcado y apoyar la causa feminista, les digo siempre que pueden empezar por transformar las relaciones que tienen con las mujeres de su vida, en su día a día.


A ellos y a todos los amigos que tienen ganas de trabajarse los patriarcados, y de mejorar sus relaciones sexuales, sentimentales, y afectivas con mujeres, les dedico este post donde explico por qué lo romántico es tan político:

Ni criadas ni carceleras: compañeras. Cómo aprender a relacionarse con mujeres libres.

Ahora que nosotras estamos despertando y todo está cambiando, ¿qué podéis hacer los hombres para aprender a relacionaros con mujeres libres?
Nosotras ya llevamos tiempo trabajándonos los patriarcados, rompiendo con los mitos, desobedeciendo los estereotipos, los roles y los mandatos de género, estamos aprendiendo a querernos y cuidarnos, estamos luchando por la igualdad, y nos estamos poniendo muy creativas para imaginar otras formas de relacionarnos que nos permitan disfrutar más del sexo y del amor.

Estamos cambiando el mundo.

Cada vez somos más las mujeres que hemos tomado conciencia de cómo lo romántico es político: tenemos claro que ya no queremos más relaciones de abuso y explotación en nombre del amor. 

Nos liberamos el día que comprendemos que las mujeres no hemos nacido para:

Servir – vigilar – castigar – controlar –  aguantar – sufrir

A continuación os cuento cómo estamos rompiendo con los roles de mujeres buenas, de criadas y carceleras para poder amar en igualdad y en libertad. Y os doy pistas para que podáis desobedecer vosotros también.
Mujeres buenas/mujeres malas A unas mujeres las tratáis muy bien, y a otras no. Y es porque os han educado bajo la idea de que hay mujeres de primera y de segunda categoría.

En el imaginario colectivo, las mujeres buenas son aquellas que viven para complacer a un hombre y a sus hijos varones. Son mujeres discretas, obedientes, bondadosas, inocentes, sensibles, amorosas, entregadas, cuidadoras, complacientes, abnegadas, generosas, que viven por y para el amor romántico y el amor de madre. Son buenas esposas, buenas madres, buenas hijas. Son mujeres respetables.

Son el pilar de la familia feliz. 

Las demás son todas mujeres malas. Mujeres para divertirse y tener sexo: a ellas nunca debes ofrecerles el trono del matrimonio. A algunas las enamoráis, a otras les pagáis, pero no les concedéis el status de persona, sino de objeto sexual, por eso tenéis varias.

Para el patriarcado, las mujeres malas son mujeres libres a las que les gusta el sexo, son mujeres que hacen elecciones y toman decisiones, mujeres difíciles de domesticar y someter, mujeres poderosas y dominantes. Mujeres de las que no puedes enamorarte: los hombres son educados para desconfiar de todas las mujeres, menos de su madre.

Y hasta que no desalojes de tu mente la idea de que el mundo está lleno de mujeres malas que quieren destrozarte el corazón, aprovecharse de ti y dominarte a través de sus encantos, no vas a cambiar mucho. Hay que llegar a la raíz para liberarte de la idea de que te mereces una mujer buena que te cuide y se desviva por ti. Y entiendas que las mujeres no somos santas ni putas, buenas ni malas: todas merecemos el mismo respeto, y buenos tratos. No importa si la relación es fugaz o duradera: ninguna mujer vale menos o más que otra. La pista es acabar con las jerarquías y las etiquetas que oprimen a las mujeres.

Mujeres carceleras

Esto viene de muy lejos: ya Zeus era un dios promiscuo y mentiroso que hacía sufrir a su esposa Hera con su obsesión por ponerle los cuernos. Según la cosmogonía de la Antigua Grecia, Zeus vivía obsesionado con serle infiel a Hera, y Hera, se desvivía obsesionada con descubrirle y castigarle. Sus historias están basadas en este juego del gato y el ratón en el que él cumple el papel de hombre casado que necesita una carcelera, y ella es el de la esposa que trata de domesticar al marido, sin conseguirlo nunca del todo.

Desde entonces hasta ahora, han pasado muchos siglos, pero muchos de vosotros seguís creyendo que podéis encerrar a las mujeres en la monogamia, y mientras llevar una doble vida como solteros y como casados, haciendo lo que os apetece y disfrutando de vuestra libertad.  

Las mujeres no nacimos para actuar como «freno de mano» de nuestra pareja masculina.

Se nos ha hecho creer que nuestro deber es vigilar, controlar y castigaros para que no os desboquéis como caballos salvajes. Nuestra función como novias y esposas, nos dice el patriarcado, es sustituir a vuestra madre, domesticaros y guiaros por la senda del bien para que no se os desviéis del camino.

Es el mismo patriarcado que nos encierra en la cárcel de la monogamia para que intentemos que los hombres vivan encerrados con nosotras, cumpliendo la misma condena. Nos meten ahí para que nos rebelemos ante la injusticia que supone que vosotros podáis tener una vida sexual y amorosa diversa, y nosotras no, y para que os arrastremos hacia el nido familiar.

Pero es realmente difícil mantener a un hombre encerrado: siempre encontráis la manera de escaparos y hacer «travesuras». Luego volvéis con las orejas agachadas pidiendo perdón y haciendo propósito de enmienda, mientras planeáis la siguiente escapada. Muchos se aprovechan de una mujer que les ama y sueña con poder cambiarle con su amor.

Es otra trampa del patriarcado: la idea de que el amor todo lo puede.
No necesitáis carceleras, ¿por qué buscáis entonces a una mujer que os controle? Porque a los hombres os educan para que creáis que no tenéis responsabilidad sobre vuestros  actos, y no podéis controlaros ni auto regularos a vosotros mismos con el sexo, el alcohol, las drogas, el juego y las apuestas, las actividades de riesgo en las que ponéis en peligro vuestras vidas, y las fiestas de hombres.

Os tratan como eternos menores de edad para que necesitéis una mujer que os  haga «sentar la cabeza», porque vosotros solos no podéis madurar, ni respetar las leyes, ni cumplir vuestra palabra, ni asumir la responsabilidad de vuestros actos.

Cuando accedéis a casaros para dejar la eterna gloria de la juventud, vosotros sois responsables de traer el dinero a casa, y os veis obligados a trabajar para cumplir con vuestro rol de proveedor.
Nosotras, mientras, somos las responsables de que nuestra relación vaya bien y que el esposo viva esposado.

¿Qué ocurre si pese a nuestra vigilancia, nuestro marido busca a otras mujeres? El patriarcado nos dice que es culpa nuestra porque:  -no sabemos complacerle, no le damos lo que necesita y tiene que buscarlo en otras mujeres,-no sabemos controlarle, no le vigilamos bien, no cumplimos con nuestro deber de carceleras-el mundo está lleno de mujeres deseando robarte el marido, y el pobre no puede resistir la tentación por sí solo, porque es un hombre.

Para nosotras la culpa, para vosotros la disculpa.

La doble moral os atribuye a los varones humanos un apetito sexual insaciable e infinito. Por eso, muchas mujeres saben que a pesar de su férrea vigilancia y sus métodos de castigo, siempre los hombres encuentran sus momentos especiales para escaparse. A nosotras nos enseñan a resignarnos y mantenernos alerta. A la infidelidad masculina le llaman echar canas al aire», y se castiga a los hombres como si fueran chiquillos: les toca dormir tres días en el sofá, y al cuarto pueden volver al lecho conyugal.

Las mujeres, además de vigilar al mentiroso, tenemos que vivir en guerra constante con la mujer a la que hemos sustituido: nuestras relaciones entre suegras y nueras están basadas en la competencia de a ver quién os cuida más y mejor.

Es un estrés vivir siempre en alerta, como si fueras una mujer soldado en una guerra. Nos hacen creer que los hombres no pensáis con el cerebro y no tenéis voluntad propia, y por eso no podemos confiar en vosotros: vuestra palabra no vale nada porque debido a vuestras bajas pasiones y falta de control, no paráis de mentir.  Tenemos que resignarnos a vivir con miedo constante a que nos pongáis los cuernos y nos dejéis por otra mejor.

Si somos demasiado celosas, nos decís que estamos locas. Se supone que todas tenemos que vivir con nuestros cuernos con dignidad, y sin protestar. Muchas mujeres nos compadecemos de vosotros pensando que sois incapaces de ser adultos y necesitáis ayuda, pero también ocurre que en nuestro papel de salvadoras y cuidadoras, nos sentimos útiles y necesarias.

El patriarcado nos ha hecho creer que si nos convertimos en mujeres imprescindibles, tendremos más poder sobre vosotros. Pero en realidad es una trampa para todas nosotras: nunca podremos ser libres ni disfrutar del amor en relaciones de dependencia, ni en relaciones basadas en la dominación y la sumisión, y atravesadas por luchas de poder.

Mujeres criadas y sirvientas

Otro rol patriarcal de las mujeres es el que nos mueve al sacrificio y al trabajo gratis «por amor». El amor es el único instrumento capaz de doblegarnos y de someternos, sólo por amor nos desvivimos por  hacer feliz a un hombre.  Ahora que en muchos países se reconoce que las mujeres somos libres y tenemos derechos, sólo nos podéis explotar en beneficio propio si nosotras lo hacemos voluntariamente, y si creemos que entregarse por completo a un hombre es un acto de amor. 

¿Cuál es el resultado? Que en todo el mundo las mujeres tenemos doble y triple jornada laboral, porque sobre nosotras recaen las tareas básicas para la supervivencia: cuidado de la familia, crianza y trabajo doméstico. Y eso tiene un impacto directo en nuestra salud y nuestra calidad de vida. A vosotros no os enseñan a cuidaros, ni quieren que tengáis autonomía para que necesitéis siempre una mujer a vuestro lado que os cuide y os cubra vuestras necesidades básicas. Primero se ocupa mamá y luego le toca a la esposa. Y si no, siempre se ocupará una hermana, una sobrina, una hija.

Los hombres de todo el mundo vivís como reyes en vuestros hogares: hasta el hombre más pobre del planeta es el amo de su casa y tiene una criada gratis a su disposición. Sólo tiene que enamorarla, hacerle muchos hijos, y mantenerlos a todos.

En todo el planeta los hombres tenéis más tiempo libre que las mujeres: en algunos países, el doble. Esta enorme diferencia del uso del tiempo libre pone al descubierto la explotación en la que vivimos las mujeres, una explotación emocional, sexual, doméstica y reproductiva que nos lleva a vivir como sirvientas de un rey en un sistema que funciona por absolutismo. Os gusta vivir en un país en democracia, pero no hay democracia en la mayoría de las parejas: hay desigualdad y sistema de servidumbre disfrazado de amor.

Las cosas están cambiando: las mujeres nos estamos hartando. 

Atentos a este dato: si antes el principal motivo de divorcio en los países desarrollados era la infidelidad, ahora el principal motivo es el desigual reparto de la energía y el tiempo dedicado a las tareas domésticas, de crianza, y de cuidados. Esto significa que necesitáis un cambio radical en vuestras vidas si queréis adaptaros a los nuevos tiempos y si queréis que vuestras relaciones funcionen.

Mujeres compañeras 

Somos cada vez más las mujeres conscientes de la colosal dimensión de la estafa romántica que nos somete a los hombres por amor. Hemos aprendido que no hay otro camino para la liberación que abandonar nuestros roles de mujer soldado y de mujer sacrificada. Ya sabemos que tenemos derecho al placer, y que nos merecemos disfrutar de la vida, rodeadas de gente que nos quiere y nos cuida.  Las mujeres nos hemos dado cuenta de que no queremos ser criadas, ni carceleras de los hombres: sólo queremos relacionarnos con vosotros como compañeras, de tú a tú, de igual a igual. Ahora os toca a vosotros entender que el amor ha de ser recíproco, y los cuidados, mutuos. 

¿Qué cambios tenéis que hacer en vuestras vidas para dejar de aprovecharos de las mujeres que os quieren?, ¿qué podéis hacer para cuidar las relaciones con las mujeres de vuestras vidas?

Hombres compañeros 

No podéis mantener por más tiempo vuestra condición de reyes: la monarquía doméstica está llegando a su fin. Os tenéis que quitar la corona y bajaros del trono con humildad. Si queréis relacionaros con mujeres libres, lo primero es trabajaros la autonomía y la honestidad. 

Y además:

  • desmontar los mitos de la masculinidad-hacer autocrítica amorosa, individual y colectiva-desobedecer los roles y los mandatos patriarcales-cuestionaros vuestros privilegios y vuestra forma de ejercer el poder, -romper con el pacto de silencio que protege a los hombres, -asumir vuestras responsabilidades y obligaciones en el hogar-comprometeros con vuestra responsabilidad en la crianza y los cuidados,  -caminar hacia la igualdad, aboliendo la explotación de vuestras relaciones,-aprender a relacionaros de una forma horizontal, y tratar a las mujeres como compañeras-trabajaros por dentro para crecer y evolucionar, -aprender a cuidaros a vosotros mismos,-cuidar vuestros vínculos y relaciones con hombres y con mujeres.

Nosotras ya hemos empezado a transformar el mundo: estamos en la cuarta ola feminista. Estamos haciendo crítica y autocrítica, denunciado y visibilizando la explotación y la violencia patriarcal de la guerra contra las mujeres, estamos despertando conciencias, estamos luchando por nuestro derecho a tener una buena vida.

Lo personal es político es uno de nuestros lemas principales: si cambiamos todos y todas, si cambiamos nuestra forma de relacionarnos y de organizarnos, si ponemos en el centro los cuidados, cambiamos el mundo, de arriba a abajo. Empezando por la pareja, y siguiendo por la familia, las amistades y la comunidad, podemos cambiar la sociedad entera. Se trata de dejar de explotarnos, y de aprender a relacionarnos desde el respeto, la cooperación, el disfrute, el apoyo mutuo, la responsabilidad afectiva, la ternura radical y los cuidados compartidos.

Las mujeres y los hombres podemos compartir la vida y disfrutar del amor si somos compañeros, si nos relacionamos en libertad, si nos cuidamos con amor, si nos tratamos siempre de tú a tú, siempre de igual a igual.

Fuente: https://rebelion.org/ni-criadas-ni-carceleras-companeras-como-aprender-a-relacionarse-con-mujeres-libres/

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La Plataforma Trans defiende la gestión de Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad

Por: Tercera Información

Mar Cambrolle Jurado: «Cuando niegan nuesTrans identidades, nos entregan a la violencia patriarcal, nos expulsan, nos dejan en las calles para que nos sigan agrediendo. Por eso el verdadero feminismo abraza y lucha por todas las mujeres. Somos más».

La Federación Plataforma Trans defiende la gestión de la Ministra de la Igualdad, Irene Montero, por su compromiso con la igualdad de todas las mujeres, niñas y colectivo LGTBI.

Su compromiso decidido y con un amplio apoyo de los movimientos feministas, LGTBI y colectivos sociales, hacen que las políticas publicas y propuestas legislativas partan de un principio feminista, inclusivo, intersecional y transversal donde ninguna mujer queda atrás.

La propuesta legislativa de la Ley Trans, que cuenta con el apoyo de más del 96% de personas que participaron en la consulta publica de esta propuesta, así mismo, el movimiento feminista no institucionalizado de manera unánime ha apostado por el avance en derechos de las personas trans y por tanto apoyan el tramite de la Ley Trans.

Todos estos apoyos, donde se incluyen también numerosos profesionales, hacen de la Ley Trans, una propuesta legitima y que viene a saldar la deuda que la democracia tiene con las personas trans.

En los últimos días hemos visto como paralelo al avance de la Ley Trans, grupos anti derechos trans, han elevado la presión hacia el Ministerio de Igualdad, convirtiendo a Irene Montero en el blanco de su guerra contra el avance en derechos de las personas trans, alineándose esta corriente con la ultraderecha y fundamentalismos religiosos, como ya ha sucedido en otros países.

Este compromiso valiente y decidido de Irene Montero con la igualdad plena de las personas trans, se enmarca en un contexto donde Europa, Latinoamérica y hora EEUU han decidido proteger a las personas trans contra las discriminaciones y blindar sus derechos en igualdad de condiciones.

“El feminismo ha sido y es la herramienta para luchar por la igualdad de condiciones y contra todas las opresiones, siendo una estrategia que se ha enfrentado a las políticas excluyentes, negacionistas y opresivas de la ultraderecha” declara Mar Cambrollé, presidenta de Plataforma Trans. “Es perverso atrincherarse bajo las siglas del feminismo para oprimir a las personas trans y atacar a un Ministerio que por primera vez representa a todas las mujeres y sus políticas están más que avaladas por el sujeto político” continua Cambrollé “El progreso histórico es imparable y sin lugar a dudas, el Siglo XXI será el de la liberación de las personas trans” Concluye Cambrollé.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/25/01/2021/la-plataforma-trans-defiende-la-gestion-de-irene-montero-al-frente-del-ministerio-de-igualdad/

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Chile: #EnRedNosCuidamos: Organizaciones feministas lanzan campaña de apoyo y protección colectiva en cuarentena

Redacción: El Desconcierto

La campaña es impulsada por siete organizaciones feministas que buscan promover la construcción de redes y la difusión de información, para que los casos de violencia de género que se generen en este contexto de cuarentena y pandemia, reciban el apoyo necesario tanto de parte del Estado, como de las organizaciones de la sociedad civil, como de sus propias redes personales.

#EnRedNosCuidamos“, es el nombre de la campaña que diversas organizaciones feministas lanzaron este miércoles y que pretende entregar una serie de herramientas a quienes sufran de violencia durante las cuarentenas instauradas por la crisis del COVID-19.

La campaña en sí contiene informaciones y mapeos de organizaciones territoriales que otorgan apoyo psicólogico y/o jurídico, orientación en caso de violencia contra mujeres, disidencias e infancia, así como también difusión de números de emergencia para enfrentar la violencia patriarcal y racista que se ha agudizado durante la crisis sanitaria.

La iniciativa levantada por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, la Red Feminista de Estudiantes y Trabajadoras de la Piscología (Psifem), y la Coordinadora Feminista 8M, junto a La Morada, Negrocentricxs y la Secretaría de Mujeres Inmigrantes, busca ser un aporte frente a la problemática de aumento de casos de violencia de género al interior de los hogares que se ha visto en las últimas semanas.

Romina Ardiles, integrante de Psifem, señaló que el objetivo de esta alianza es “fortalecer la organización y el apoyo feminista a través de diferentes acciones. Actualmente hemos contactado a organizaciones de ocho regiones y esperamos seguir sumando y difundiendo para el acceso de todas y todes en todos los territorios”.

En la misma línea, las organizadoras enfatizaron en la importancia de las redes de apoyo para hacer frente a las distintas manifestaciones de violencia.

Yoselin Fernández, vocera de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres señaló que “en este contexto de crisis, donde la negligencia estatal se agudiza, se vuelve más fundamental que nunca el trabajo común con el fin de ir generando herramientas que nos permitan protegernos y dar respuesta a las necesidades más inmediatas que vemos hoy como, por ejemplo, la violencia patriarcal y la violencia racista que nos afecta particularmente a las mujeres en este contexto”.

Durante las últimas semanas el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Carabineros y organizaciones feministas han alertado el aumento de violencia machista en el contexto del hogar producto de la crisis sanitaria. Sin embargo, desde las organizadoras de esta iniciativa denuncian que el Estado no ha tomado las medidas necesarias para responder ante la crisis.

Javiera Manzi, vocera de la Coordinadora Feminista 8M indicó que “el gobierno no responde con programas y presupuestos de emergencia indispensables para enfrentar una coyuntura que pone en riesgo la vida de tantas, más bien la ocupa como excusa hipócrita en su negativa a asumir una política de cuarentena con condiciones de dignidad”.

La campaña #EnRedNosCuidamos está disponible en las plataformas virtuales de las organizaciones que impulsan la iniciativa y busca sumar cada vez más redes de apoyo que prestan algún tipo de ayuda a niñas, mujeres y disidencias sexuales que enfrentan violencia.

A continuación te dejamos la bajada gráfica de la iniciativa:

        

Fuente: https://www.eldesconcierto.cl/2020/04/22/enrednoscuidamos-organizciones-feministas-lanzan-campana-de-proteccion-colectiva-en-cuarentena/

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Venezuela: Monitor de Femicidios 2019

América del Sur/ Venezuela/ 21.01.2020/ Fuente: www.laizquierdadiario.com.ve.

El femicidio es una principal causa de muerte de mujeres a nivel nacional, sin embargo, el Estado no da cifras oficiales, esto no es casualidad ya que el mismo es responsable y cómplice de la violencia patriarcal.

Aimee Zambrano Ortiz, realizó una exhaustiva investigación que pone a la luz aquello que aparecía en la prensa de forma aislada, fueron 167 femicidios registrados por los medios el año pasado, esto deja en evidencia que la violencia machista es bastante común y que las consecuencias son mortales para todas nosotras.

La investigación realizada por la plataforma comunicacional UTOPIX es un gran esfuerzo que surge de la necesidad y la urgencia de darle voz a aquellas que ya no la tienen, todas esas madres, hijas, esposas, abuelas, nietas etc. Cada una de esas mujeres que tenía un nombre y una vida detrás a la cual se les puso fin de forma violenta.

Haz click aquí Monitor de Femicidios 2019

Esta denuncia busca darles rostro a estas mujeres y que su memoria no sea olvidada, busca sensibilizar e informar y es un punto de partida para que nos organicemos y salgamos a las calles para que exijamos justicia por cada una de ellas, que juntas gritemos ¡BASTA DE FEMINICIDIOS! ¡BASTA DE VIOLENCIA MACHISTA!

Fuente de la noticia: http://www.laizquierdadiario.com.ve/Monitor-de-Femicidios-2019

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Chile – EPL2020: ¡Hacia una Constituyente feminista!

Chile – EPL2020: ¡Hacia una Constituyente feminista!

Carla Perelló y Laura Salomé Canteros

Fotos: Guadalupe Scota @guadalupe.scotta

Plan de lucha. Rave feminista debajo de una manguera para aliviar el calor. Música. Análisis político. Síntesis. Reivindicación de la memoria feminista. Lectura del levantamiento que protagoniza el pueblo en el estallido social que lleva el país desde el 18 de octubre de 2019. Lecturas sobre el proceso destituyente-constituyente y el rol de los feminismos en la coyuntura actual. Fiesta. Abrazos. Y articulación sin fronteras porque se acabe el neoliberalismo.

El II Encuentro Plurinacional de las que Luchan (EPL2020) realizado este fin de semana en la Universidad de Santiago, Chile, se vivió con la intensidad que marca la calle y de la urgencia que atraviesa hoy toda una sociedad que despertó y no planea cerrar los ojos. Con miras a la Huelga Feminista del 8 de Marzo, activistas de todos los territorios se preparan bajo una consigna: “Una mujer, una barricada” y con la premisa de que “todo proceso es sin Piñera a la cabeza”.

8M: Huelga general Feminista

El EPL2020 fue convocado por más de 20 organizaciones feministas que accionan en todo el país y sirvió para llegar a consensos de cara a este año. Se acordó la huelga productiva, reproductiva y la movilización rumbo al primer hito de esta década feminista que comienza. Entre los distintos objetivos, también se cuenta seguir construyendo una cultura política feminista y constituir así al movimiento como “una fuerza política en el país con independencia de los partidos políticos, que han administrado la precarización de la vida”. Así lo sostuvo Alondra Carrillo en la conferencia de prensa del cierre. Durante el EPL2020 hubo más de 56 talleres, 50 espacios de discusión, muestras artísticas con la participación plurinacional e intergeneracional con espacios de niñez.

Durante las jornadas de un caluroso Santiago, se discutieron: violencias machistas, educación, trabajo y seguridad social, vivienda, derechos humanos y memoria feminista, aborto, mujeres indígenas en resistencia, LGBTI+ en lucha contra el hetero cis-patriarcado, tecnologías digitales, luchas anticarcelarias, niñeces y la lucha por el ambiente, entre otros. Todos estuvieron atravesados por la discusión en torno al “acuerdo de paz” firmado por las élites políticas y el proceso constituyente abierto tras la revuelta que persiste en el país hace más de 80 días.

Se cuestionó la institucionalidad sobre la que se ha construido el Chile de los últimos 30 años: “La impunidad del pasado causa las heridas de hoy” con la idea de que “la invisibilización de la memoria feminista porque los relatos de lucha aparecen masculinizados los procesos de resistencia”. La exigencia de la renuncia del presidente Piñera, de la ministra de la Mujer, Isabel Pla; la de Educación, Marcela Cubillos, y de los responsables políticos por las violaciones a los Derechos Humanos, la liberación de lxs presxs fueron demandas al unísono en cada espacio.

Desde el espacio político de niñez se exigió la reunicia de Piñera: “les niñes no pueden estar encerradxs en la casa pensando que afuera está todo bien. Estamos mal con todo lo que está pasando”, dijeron. Se exigió la apertura de Comisiones para la verdad y justicia por los delitos contra las personas que fueron asesinadas, mutiladas y detenidas desde el levantamiento. También un pliego de demandas temáticas para la vida digna: contra la violencia patriarcal, por la memoria feminista y de Derechos Humanos, por el derecho al aborto, por educación y salud para todxs, el respeto de las mujeres indígenas en resistencia, por una internet feminista, por el derecho a migrar, por el acceso a la ciudad y la vivienda y contra las violencias dentro de las cárceles.

Aunque tampoco dejaron de marcar los disensos que existen en torno a la participación que el movimiento debe tener en el proceso constituyente, hubo acuerdos mínimos: “No se puede hacer el proceso constituyente con presos políticos y bajo este régimen del terror que impide ejercer los derechos políticos con libertad”. Así dijeron las integrantes de la Coordinadora Feminista 8M, articulación que organizó y convocó al Encuentro, desde el escenario en la presentación de la síntesis sobre el eje de discusión que giró en torno a la violencia patriarcal. Se exige una nueva Constitución plurinacional, feminista y con la participación de todxs.

La lucha feminista es sin fronteras

A diferencia del año pasado, las coordinadoras del EPL2020 se propusieron para esta ocasión trascender las fronteras e impulsar la articulación transfronteriza, lo que se llevó a cabo en el marco del Comité Internacionalista de la Coordinadora Feminista 8M. Allí, más de cien activistas de unas 60 organizaciones de más de 25 países trazaron ejes en común que afectan y que debería abarcar el movimiento. No sólo de cara a la huelga general del 8M de este año, sino con la intención de generar encuentros y estrategias en el corto, mediano y largo plazo.

“El neoliberalismo comienza y acaba en $hile”, exclamaba un lienzo en el patio Marielle Franco, en memoria de la diputada del PSOL, de Brasil. Con esa lectura común por parte de las internacionalistas y de las activistas sin fronteras se puso de relevancia la importancia del movimiento y de la revuelta actual. Javiera Vallejo, integrante de la Coordinadora 8M y del Comité leyó en las conclusiones: “Una ganada en Chile ayudaría a potenciar los distintos territorios, por lo que se enfatiza la necesidad del derrocamiento del gobierno dictatorial de Sebastián Piñera como un llamado internacional”. Allí mismo, en una declaración conjunta, se repudió el Golpe de Estado cívico eclesiástico y militar en Bolivia, el fin de la criminalización de la protesta social y del modelo capitalista extractivista y patriarcal.

Además, se creó un Comité Ejecutivo para llegar a un Encuentro Feminista Internacionalista, que podría llevarse a cabo este año en Brasil. La agenda abarca diversos aspectos que hacen a las luchas de manera interseccional, transversal, intergeneracional, con perspectiva anticolonialista, antirracista: la sistematización de un calendario feminista internacional, el mapeo de organizaciones, la articulación con formas de autodefensa feministas, intercambio y actualización de las luchas, exigir la libertad lxs presxs políticxs y armar una base de datos medios alternativos y feministas, además, de recuperar la memoria de las discusiones de otros encuentros feministas.

La intención: frenar la avanzada fundamentalista, de las derechas, la intensificación del neoliberalismo y el despojo de los territorios, en donde aparece la lucha por la recuperación de los territorios, articulada en torno contra el extractivismo y el especismo, el aborto libre, legal seguro y gratuito y la defensa de la vida. Se hace inminente organizarnos por nuestra soberanía. En Chile, las feministas se volvieron a encontrar. Porque al terror del Estado le respondemos con rabia y organización para la vida digna.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/01/chile-epl2020-hacia-una-constituyente-feminista-por-carla-perello-y-laura-salome-canteros/

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En las aulas islámicas en Londres se enseña que se puede pegar a las mujeres

Reino Unido/Londres/09 Diciembre 2017/Fuente: Infocatolica

Esto es lo que ha denunciado la Oficina de Estándares en Educación (Ofsted) y que ha recopilado de libros para niños en las escuelas islámicas, tal y como ha explicado el diario The Times.

Libros en las escuelas de Londres incitan a las mujeres a ser sumisas a sus maridos y a no negarse nunca a tener relaciones sexuales con ellos. Estos libros son utilizados como material de enseñanza con los alumnos.

En ellos ensalzan a la «noble» mujer que se cubre la cabeza y discrimina a la «mujer occidental internamente desgarrada» que se va de su casa «para caminar sin rumbo por cines, parques o teatros».

Animadas las violaciones y violencia física

También se anima a cometer violaciones puesto que «la esposa no tiene permitido declinar las ofertas sexuales de su marido». Y además, la mujer «no puede dejar la casa donde vive sin permiso del marido». Y en caso de que lo hiciera, «el varón puede golpearla como correctivo».

En Inglaterra hay casi 200 escuelas de fe islámica (148 centros privados y 29 que reciben fondo públicos). En 2014 algunos centros de la ciudad de Londres ya fueron investigados y la Oficina de Estándares en Educación habló de un serio riesgo de radicalización de sus alumnos

Fuente: http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=31076

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