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La fuerza de las voces del feminismo en América Latina

Por María Canora 

Fuentes: https://elordenmundial.com/

Desde antes de que el movimiento sufragista triunfara en Europa hasta las mareas verdes de hoy, pasando por las guerrilleras o las lideresas indígenas, las mujeres llevan décadas alzándose como una de las fuerzas sociales más importantes de América Latina. En la última década, el feminismo ha ganado fuerza, exigiendo el fin de la violencia machista, la legalización del aborto y la transformación social.

“La culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía. El violador eras tú”.Un violador en tu camino nació en Chile en el contexto de las protestas iniciadas en octubre de 2019 contra el Gobierno neoliberal de Sebastián Piñera. Fue interpretada por primera vez frente a una comisaría de carabineros, denunciando los abusos sexuales y violaciones que los policías perpetraban contra las manifestantes. La performance fue repetida el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, frente al Palacio de los Tribunales de Justicia de Santiago, elevando un grito acusatorio contra la impunidad y la complicidad del Estado.

Las redes sociales hicieron el resto: el vídeo dio la vuelta al mundo en cuestión de días. Miles de mujeres lo fueron replicando en sus países adaptándolo a sus realidades: desde India cargaron contra el sistema de castas patriarcal, las mujeres turcas lo cantaron en el parlamento en protesta por la represión policial de una marcha feminista, mexicanas y argentinas reclamaron la despenalización del aborto, las hondureñas acusaron al narco-Estado, las boricuas desafiaron a la Iglesia a golpe de cadera con su “perreo combativo”. Se estaba consolidando un himno internacional histórico del movimiento feminista.

El año 2019 fue turbulento en América Latina. Las llamadas “primaveras latinoamericanas” atravesaron el continente con diferencias, pero también con elementos comunes: la desigualdad y la pobreza fruto del agotamiento del modelo neoliberal, la sensación de exclusión de una población decepcionada con el proyecto político de las democracias nacidas el pasado siglo y la corrupción enquistada en las instituciones fueron los factores detonantes de las protestas. Cuando el descontento estalló, la sociedad civil respondió organizándose y exigiendo ser escuchada.

En ese contexto, el movimiento feminista ha destacado por su gran capacidad de convocatoria y articulación, teniendo un papel notable en las protestas de los últimos años. No obstante, las feministas latinoamericanas no tienen una única agenda; ni siquiera se consideran un único movimiento. El feminismo latinoamericano es diverso, e incluye a campesinas, afrodescendientes, indígenas, lesbianas, trans y trabajadoras sexuales, entre otras. Además, sobrepasa los objetivos tradicionales del feminismo blanco occidental: no se queda en exigir derechos civiles y la igualdad formal, e incluye una perspectiva decolonial y de comunidad que entiende el cuerpo de la mujeres como un territorio en disputa. Dentro de esta amplitud, dos reclamos han adquirido una importancia central en el feminismo latinoamericano: el fin de la violencia machista y el acceso a derechos reproductivos y sexuales.

Solo hay dos países en América Latina que hayan despenalizado el aborto: Cuba y Uruguay. El resto restringen en mayor o menor medida la interrupción voluntaria del embarazo, incluyendo a varios países con algunas de las legislaciones más restrictivas del mundo, como El Salvador o Nicaragua.
Esas demandas son una respuesta a la realidad latinoamericana. Esta región es considerada como una de las más letales para las mujeres: de los veinticinco países con las tasas más altas de feminicidios en el mundo, catorce están en América Latina y el Caribe. Solo en el año 2018, más de 3.500 mujeres latinoamericanas fueron asesinadas por razones de género. América Latina también es la región con la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes, mientras que los embarazos en menores de quince años van en aumento. Paradójicamente, este continente reúne a los países con las leyes de aborto más restrictivas, como El Salvador, República Dominicana u Honduras, donde la interrupción voluntaria del embarazo se castiga con hasta decenas de años de cárcel. Las altísimas tasas de impunidad de los feminicidios, que llegan a ser superiores al 95%, completan esta estremecedora imagen.

Las ancestras
Frente a esta realidad hostil las feministas se llevan organizando desde hace décadas, y sus antecedentes datan incluso antes de las campañas sufragistas occidentales. Desde las guerras de independencia libradas contra España en los albores del siglo XIX hasta las guerrillas de las décadas de 60, 70 y 80, las mujeres latinoamericanas se han involucrado en movimientos políticos: han organizado huelgas, participado en movilizaciones y se han afiliado a los partidos incluso antes de obtener el derecho al voto. A principios del siglo XX fueron las mujeres criollas de clase alta las que se protagonizaron la lucha por el sufragio. Sorprendentemente, en muchos países fueron las fuerzas conservadoras las que finalmente concedieron el derecho a voto a las mujeres, puesto que pensaron que la gran influencia que la Iglesia tenía en ellas evitaría que votaran por opciones progresistas.

Así, las primeras en acceder al voto fueron las uruguayas, en 1927, aunque no fue hasta cinco años después que obtuvieron el derecho efectivo a votar y tener representación pública. Los sucesivos golpes de Estado que sufrió América Latina en este periodo dificultaron la lucha de las sufragistas, deshaciendo en muchos casos los logros civiles y políticos obtenidos. Todavía pasarían varias décadas hasta que el resto de países de la región aprobaran el sufragio femenino, terminando con México en 1953, Colombia en 1954, Honduras, Nicaragua y Perú en 1955, y Paraguay en 1961.

Las Madres de Plaza de Mayo se enfrentaron a la dictadura de Videla pidiendo el regreso de sus hijos desaparecidos. Desde 1981 organizan las Marchas de la Resistencia, manifestaciones anuales donde reclaman el respeto de los derechos humanos. Fuente: Wikimedia
Después, las mujeres plantaron cara a las sangrientas dictaduras militares de los años 60, 70 y 80. En Argentina, en 1977, un grupo de madres desesperadas desafiaron a la dictadura de Rafael Videla y ocuparon la plaza de Mayo exigiendo el regreso de sus hijos desaparecidos por la dictadura. En Chile y Uruguay las madres y abuelas también se enfrentaron a la Operación Cóndor, demandando la vuelta de sus familiares secuestrados por el Estado. Su causa sentó un precedente histórico y constituyó la espina dorsal de los posteriores grupos de defensa de los derechos humanos y feministas en el continente.

La mujer y la guerrilla
Las mujeres jugaron un papel imprescindible en los movimientos revolucionarios de Cuba, Nicaragua y México, ya fuera como guerrilleras o como sostén de las familias insurgentes. Sin embargo, en estos los tres casos los movimientos de mujeres se desarrollaron y articularon de manera completamente diferente.

Tras el triunfo de la Revolución en Cuba en 1959 las organizaciones femeninas del país fundaron en 1960 la Federación de Mujeres Cubanas con el objetivo de representar los intereses de las mujeres y garantizar su participación en la construcción de la nueva sociedad fuera del sistema capitalista. Pocos años después, Cuba se convirtió en el primer país latinoamericano en incluir en su legislación el derecho al aborto seguro y gratuito en 1968. No obstante, la obtención de este derecho no respondió a un movimiento feminista organizado, pues la Revolución rechazaba el feminismo, asociándolo al imperialismo estadounidense: desde la lógica marxista revolucionaria que imperaba en la Cuba castrista, la emancipación de la mujer era una cuestión relacionada exclusivamente con la lucha de clases. No sería hasta principios de los años 90 cuando la Federación cambió de actitud hacia el feminismo, cautamente y con reservas, aunque el feminismo en Cuba se ha seguido desarrollado a través de la institucionalidad comunista.

En Nicaragua la tasa de participación de las mujeres en los combates armados durante la insurrección fue la más alta de cualquier movimiento revolucionario en América. Mujeres y hombres combatieron codo con codo hasta derrotar a la dictadura somocista. Pese a todo, una vez tomó el poder, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) excluyó a las mujeres de la dirección del país durante la década de los 80 e ignoró sus reclamos sobre la violencia contra las mujeres, el acoso sexual el trabajo, el aborto y la educación sexual pública. Las mujeres sandinistas terminaron creando sus propios espacios autónomos, al constatar que dentro de los movimientos de izquierda radical nicaragüenses se reproducía la lógica patriarcal, y que su lucha por la transformación y la justicia social no pasaba necesariamente por reconocer a las mujeres como iguales. La derrota electoral del FSLN en 1990 trajo la ruptura del movimiento feminista con el partido, que cortó definitivamente con Daniel Ortega —líder del FSLN y hoy presidente del país— cuando este fue denunciado por su hijastra por haberla violado en múltiples ocasiones desde que era una niña.

Un grupo de indígenas y mestizos fundó en 1983 en Chiapas (México) el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Durante diez años de clandestinidad, el zapatismo organizó a insurgentes de los pueblos indígenas con una fuerte participación de las mujeres, tanto en la base como en el mando. A diferencia del sandinismo, el zapatismo sí incluyó dentro de su plataforma las demandas de género a través de una Ley Revolucionaria de Mujeres. Las mujeres se involucraron en la lucha zapatista creando otra lucha feminista dentro, una revolución dentro de una revolución.

La comandante Ramona, comandante indígena del EZLN, fue una de las figuras más importantes del levantamiento zapatista. Fuente: Wikimedia
Los movimientos feministas latinoamericanos consiguieron articularse a nivel internacional celebrando el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá en 1981. Los Encuentros fueron realizándose de forma periódica cada dos años y, lejos de ser espacios de conciliación, se convirtieron en foros de debate que incluyeron diferentes posiciones políticas. El V Encuentro, en 1990, marcó un punto de inflexión que transformó el movimiento feminista: nuevas voces de mujeres negras, indígenas, mestizas, campesinas, pobres, migrantes y lesbianas irrumpieron con fuerza en un escenario dominado eminentemente por un feminismo blanco que no las representaba. Esta heterogeneidad de luchas no impidió la creación de alianzas, que cristalizaron en el lema “Libertad de vientres. Libertad de esclavos. Legalización del aborto. Libertad de la mujer para decidir”.

De forma paralela a estos procesos, el feminismo comenzó a desarrollarse en otro cauce más institucional por vía de las ONG. Se profesionalizaron grupos feministas que, siguiendo las líneas de trabajo de las agencias de cooperación, se enfocaron en la incidencia en políticas públicas y cambios legislativos. Esto produjo un gran malestar en los grupos de base feministas, que cuestionaron el papel de estas organizaciones en relación a los Estados y vieron cómo sus propuestas se despolitizaban y desradicalizaban. Fue en esta época de democratización de la región cuando los países latinoamericanos comenzaron a implantar instancias especializadas en “asuntos de la mujer”. En 1994, en el seno de la Organización de los Estados Americanos, se firmó la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, más conocida como Convención de Belem Do Pará. Con todo, pese a los avances dados desde las instituciones, la violencia contra las mujeres ha seguido aumentando.

Ni una menos
El feminismo ha pasado de ser un movimiento contracultural radical a un fenómeno social de masas capaz de interpelar a Gobiernos. En 2015 el movimiento masivo Ni Una Menoscontra los feminicidios en Argentina puso contra las cuerdas al Gobierno del derechista Mauricio Macri y le obligó a comprometerse con la lucha contra la violencia de género. Tres años después, un nuevo movimiento feminista inundó las calles: la marea verde por la despenalización del aborto. Debido a la presión, Macri abrió el debate en el legislativo sabiendo que la iniciativa de ley no sería aprobada en un Senado de mayoría conservadora.

Jóvenes se manifiestan en Argentina pidiendo la despenalización del aborto. El pañuelo verde se ha convertido en una seña de identidad feminista en toda la región latinoamericana, símbolo de la lucha por los derechos sexuales y reproductivos.Fuente: Wikimedia
El cambio de Gobierno en Argentina de diciembre de 2019 augura un futuro más esperanzador. En sus primeros cien días de mandato, un nuevo presidente de corte progresista, Alberto Fernández, ha prometido que presentará un nuevo proyecto de ley para la legalización del aborto. No conviene, sin embargo, hacer pronósticos fáciles: Fernández tiene aliados territoriales muy conservadores con los que tendrá que negociar para obtener su voto favorable. Sobre la mesa está la objeción de conciencia para médicos e instituciones privadas, el límite de semanas de embarazo hasta el que se puede practicar el aborto y las disposiciones relativas a la educación sexual. El escenario es complicado y, de no aprobarse la ley, la reforma tendrá que esperar hasta 2021, cuando se renueve el legislativo.

Durante la campaña presidencial de 2018 en Brasil movilizaciones masivas lideradas por mujeres se enfrentaron al candidato ultraderechista Jair Bolsonaro al grito de Elle Ñao (‘Él no’). Las declaraciones de Bolsonaro, abiertamente misóginas, racistas y homófobas, alarmaron aún más a un sector de la sociedad todavía conmocionado por el reciente asesinato de la política y activista feminista Marielle Franco, una mujer lesbiana, negra y proveniente de las favelas. Sin embargo, las movilizaciones no lograron detener el avance de la extrema derecha, resultando en la victoria de electoral de Bolsonaro, que tiene mandato hasta 2023.

En Chile, el movimiento feminista estudiantil protagonizó masivas revueltas en las universidades en 2018 al calor de movimientos como Ni Una Menosy #MeToo, además de sumarse a las numerosas movilizaciones convocadas en favor de la despenalización del aborto. Ya en enero de 2020, tras el éxito de Un violador en tu camino, las creadoras del himno, el grupo feminista Las Tesis, han formado un nuevo partido político, el Partido Alternativo Feminista (PAF), con la intención de hacer campaña para el plebiscito a favor de cambiar la actual Constitución heredera de la dictadura de Pinochet por una nueva de inspiración feminista. Si consiguen el apoyo necesario, las feministas planean presentarse a las elecciones constituyentes.

Por el contrario, en otros países se está demostrando que los planteamientos de la izquierda latinoamericana no siempre van de la mano del feminismo. La influencia de la Iglesia también alcanza a partidos de izquierda, cuyos sectores más conservadores han presionado para mantener las restricciones al aborto y defender la idea tradicional de familia. Daniel Ortega en Nicaragua y Rafael Correa en Ecuador son el paradigma de esta postura: los dos pertenecen a movimientos de izquierdas, pero el líder nicaragüense ilegalizó el aborto en 2006, mientras que el dirigente ecuatoriano amenazó con dimitir si el legislativo aprobaba el aborto en caso de violación en 2013. Ambos se caracterizaron por liderazgos hipermasculinizados asociados a la idea de “hombre fuerte”. En respuesta, los movimientos feministas se han articulado fuertemente en ambos países y, especialmente en Nicaragua, están asumiendo un rol de liderazgo en las protestas contra el Gobierno.

El feminismo va permeando las instituciones y las sociedades latinoamericanas. En enero de 2020 la costarricense Elisabeth Odio Benito, una declarada feminista con amplísima experiencia en justicia desde una perspectiva de género, asumió la presidencia la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Los jueces son elegidos por los Estados, y la elección de Elisabeth Odio Benito no es casual, tiene una fuerte carga simbólica. También el mismo mes tomó posesión de la alcaldía de Bogotá Claudia López, activista feminista y del colectivo LGTBI, tras ganar unas disputadas elecciones locales. Esto ha supuesto todo un hito en una Colombia tradicionalmente católica y conservadora. Su posicionamiento público a favor de la despenalización del aborto y su discurso antimachista, antirracista y antihomofóbico apuntan a un cambio de ciclo en la política colombiana y latinoamericana.

Los movimientos feministas se han convertido en uno de los actores políticos más relevantes a nivel internacional, tejiendo redes, globalizando los mensajes y aumentando su incidencia a todos los niveles. Además, en América Latina en particular, poner el foco en la lucha contra los feminicidios y a favor del aborto ha permitido aglutinar a movimientos feministas de distintos ejes ideológicos. En un contexto de gran inestabilidad política en la región latinoamericana, parece que hay algo seguro: las mujeres y las feministas seguirán estando en pie de guerra.

Fuente: https://elordenmundial.com/feminismo-en-america-latina/

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Una voz desde la Escuela

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

María Rodríguez es una maestra de educación primaria que trabaja en una comunidad de la sierra. Dice que, para llegar a su centro de trabajo, recorre los lunes y viernes cerca de 9 kilómetros desde el pie de carretera. Nueve de ida y otros nueve de regreso. “Desde ahí no hay ningún transporte público que nos lleve a la comunidad”, afirma.

En una plaza de la cabecera municipal, toma el camión que la lleva a su trabajo, y que tarda una hora en dejarla donde comienza el tramo de empedrado, el cual luego se convierte en un largo camino de terracería.

La escuela es pequeña. Es unitaria. Eso significa que un solo docente atiende a todos los estudiantes de la primaria. La profesora María da clases a 30 estudiantes de todos los grados escolares: 6 alumnos de primero; 5 alumnos de segundo grado; 5 de tercer grado; tiene a cuatro en cuarto; 7 de quinto y los demás son de 6º. grado. Desde hace un año se hace cargo también de la dirección de la escuela. El supervisor de la zona escolar le pidió, por favor, ese apoyo. “No nos pagan por eso; es como un encargo… Soy docente con funciones de directora, pero no tengo la clave de directora”, afirma María.

La organización de la escuela se divide, para hacerla más práctica, en dos grupos de estudiantes: “…esto para que las actividades escolares diarias se aprovechen al máximo… A los 16 alumnos y alumnas de primero a tercer grado, los atiendo por las mañanas, y a los demás por la tarde. Aunque soy una profesora contratada por jornada sencilla, cumplo con actividades escolares como si tuviera doble plaza”. Esto lo puede hacer así porque de lunes a viernes vive en una casa de la comunidad, en un cuartito que le facilita una familia.

Desde que se suspendieron las clases, en marzo pasado, la profesora María ha visto a sus estudiantes dos veces. Una para entregarles una lista de actividades a desarrollar después de que concluyó la semana de pascua. Varias tareas sencillas para realizar con sus libros de texto y dos proyectos de aprendizaje: Uno, sobre las enfermedades que se presentan en los seres humanos, y otro sobre la flora y la fauna de la región donde viven. También entregó y recogió exámenes, en fotocopias, a través de las familias. La otra vez que estuvo personalmente con sus estudiantes fue cuando organizó una pequeña ceremonia de terminación del ciclo escolar, a principios del mes de julio. Con la debida sana distancia, cubrebocas y la autorización del supervisor.

“Antes el gobierno, por medio de CONAFE, nos daba una compensación por el trabajo educativo que hacemos en la comunidad; a ese programa le llamaban de “actividades compensatorias”, y nos apoyaban con un incentivo económico, realmente simbólico pero valioso para nosotros, por atender a las niñas y los niños durante más tiempo que el marcado por la jornada laboral. Pero ese programa ya no existe, al menos en nuestro estado, desde 2014 aproximadamente”.

La maestra María dice que sus estudiantes no tienen equipos de cómputo y que tampoco cuentan con ningún tipo de conectividad para enlazarse vía internet. Los únicos lugares donde hay una o dos computadoras son los cibercafés que están en la cabecera municipal. Agrega que a ella se le descompuso hace dos meses su laptop, que alguna vez les obsequió, a sus compañeros y a ella, el presidente municipal, el día del maestro. “Pero aquí no hay señal ni servicios de wifi. Sólo podía utilizar mi computadora en las zonas urbanas”.

“Cuando se averió mi máquina, le pedí al supervisor si me podía apoyar en conseguir a alguien que me la arreglara o con algún recurso económico, pero me dijo que no hay recursos para eso. Que la próxima vez que vaya a la capital del estado, la lleve a arreglar con dinero de mi bolsillo”. Tampoco le quiso prestar una laptop que está guardada en la supervisión “…que porque está inventariada y no puede salir de la oficina…”

Pocas casas tienen un aparato de televisión en la comunidad, y no se alcanzan a ver todos los canales de la televisión abierta. “El delegado ejidal nos dijo que pronto vamos a tener señal de televisión abierta porque van a poner unas antenas repetidoras en un cerro que está cerca de la carretera.” Hasta el momento no se ha visto ninguna obra por la zona.

El mes pasado el supervisor pidió a las y los maestros, que a la vez son las y los encargados de las diferentes primarias unitarias y multigrado (donde hay de dos a tres docentes por escuela), que se conectaran por internet para llevar a cabo una reunión virtual, previa al inicio de clases. María comenta que no todos sus compañeras y compañeros pudieron conectarse en sus hogares o lugares donde se encontraban, ya sea desde la cabecera municipal o la capital del estado. “Con el problema del coronavirus y la crisis sanitaria, hemos valorado más a nuestras reuniones colegiadas presenciales”. El servicio de telefonía cada uno lo paga con sus propios recursos. No existe apoyo institucional para ello. Tampoco hay dinero para comprar o renovar los equipos de telefonía, ni para “comprar tiempo aire”.

A pesar de que en el municipio donde María trabaja se tienen reportes de pocos enfermos de Covid-19 (en el último reporte que consultó, se enteró que sólo hay 14 casos), las clases siguen suspendidas. Dice que apenas este lunes se enteró de que el ciclo escolar será a distancia, a través de programas de televisión y de radio. Y que la mayor parte de las actividades académicas, las y los estudiantes las deberán realizar con apoyo de sus libros de texto gratuitos.

Indicó que ella fue estudiante de telesecundaria antes de ingresar a la escuela Normal, y recordó que las carencias con las que se realizaban las actividades educativas y escolares eran enormes. “Tanto los equipos de televisión, como las antenas eran viejos o estaban descompuestos. Luego tardaban mucho tiempo en repararlos o reponerlos. Nuestras queridas maestras y maestros echaban mano de la creatividad y de la imaginación para llevar a adelante los programas académicos”.

María piensa que el papel del docente como organizador de las actividades escolares y extraescolares, le da un valor especial a su trabajo. “Nosotros somos líderes en las comunidades donde trabajamos, porque las abuelitas y las mamás toman en cuanta nuestras opiniones y experiencias (la mayoría de los hombres de las comunidades en la sierra no trabajan en su propia comunidad)… porque no solamente hablamos de lo que sucede en la escuela, sino de nuestras vidas cotidianas. Sobre los problemas en la familia; sobre cómo cuidar a nuestras niñas y niños; sobre la alimentación, sobre las plantas que hay en las macetas; o del porqué no contamos con un centro de salud cercano a la ranchería.

María dice que el trabajo educativo sí se puede realizar con el apoyo de los libros de texto gratuitos, pero eso sería más completo si existiera la supervisión de una o un docente. “Aunque también debemos de ser innovadores y prácticos… aprovechar al máximo el medio social y natural donde trabajamos para que nuestros estudiantes en verdad desarrollen aprendizajes relevantes y significativos tanto para su vida presente como para el futuro”.

Fuente: https://profelandia.com/una-voz-desde-la-escuela/

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Ecologistas en Acción lanza el documental ‘Las voces del agua’

Por: Tercera Información

  • Con motivo de la aprobación en el Congreso de los Diputados de la derogación del trasvase del Ebro, el 21 de abril de 2005, Ecologistas en Acción de Aragón presenta la película ‘Las voces del agua’.

  • El desequilibrio territorial generado por el viejo modelo de gestión del agua ha provocado una injusticia social que todavía está lejos de revertirse.

  • Los testimonios que se escuchan en el documental fundamentan un nuevo modelo de gestión y de gobernanza que haga posible la armonía entre el territorio y las personas.

El 21 de abril de 2005 el Congreso de los Diputados aprobó la derogación del trasvase del Ebro. Para Ecologistas en Acción esta anulación supuso una victoria histórica de las organizaciones ecologistas y sociales que, durante tres años, denunciaron este proyecto, movilizando a cientos de miles de personas contra este trasvase.
Para celebrar este aniversario, Ecologistas en Acción de Aragón lanza el documental Las voces del agua.
La película es una trilogía:1. «El silencio de los afectados», grabado en el pantano de La Peña.
2. «El engaño del interés social», grabado en Jánovas.
3. «Futuro posible», grabado en el recinto de la EXPO 2008, Zaragoza.

Cada episodio, de unos 15 minutos de duración, puede entenderse como una unidad narrativa o complementarse con los otros para dar una visión más global.

Se ha huido intencionadamente de un modelo de documental cargado de datos para dar importancia a las voces de las personas que viven en la orilla de nuestros ríos y que tradicionalmente han sido las víctimas de un falso discurso de progreso.

El desequilibrio territorial generado por el viejo modelo de gestión del agua ha causado una profunda injusticia social que todavía está lejos de revertirse. En ese sentido, las voces que se escuchan en este documental argumentan un nuevo modelo de gestión y de gobernanza que haga un poco más posible la armonía entre el territorio y las personas.

Ponen voz a esta realidad un amplio colectivo de activistas, con un gran bagaje de trabajo a sus espaldas, que llevan mucho tiempo acercando los principios de la nueva cultura del agua a una realidad que desde la emergencia climática reclama nuevas voces y nuevos diálogos.

El equipo de realización ha sido dirigido por Iván Castell y ha estado formado por Beltrán García y Daniel Haddadin (cámaras); Carlos Estella (sonido); Carlos Estella y Jesús Sampériz (producción ejecutiva).

La música ha sido compuesta para este documental por Borja Cortés, Rafael Rodríguez y Sergio Marqueta-Siibert.

El equipo de la película muestra su agradecimiento por el acompañamiento recibido en «la difícil tarea de distinguir las voces de los ecos».

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/cultura/2020/04/20/ecologistas-en-accion-lanza-el-documental-las-voces-del-agua

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Malala pide a las mujeres alzar la voz

28 de Enero 2018/Fuente: planoinformativo/Autor:Notimex
La activista paquistaní y Premio Nobel 2014 Malala Yousafzai pidió a los hombre respetar los derechos e igualdad de las mujeres y a ellas alzar la voz para exigir que sean respetadas, durante su intervención en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
Durante su alocución, titulada «Una visión, una idea con Malala Yousafzai», la joven paquistaní consideró necesario promover la educación de los hombres sobre el tema de los derechos de las mujeres, como un paso crucial para terminar con la desigualdad de género.
«Los hombres tienen un gran papel que jugar… Tenemos que enseñar a los niños pequeños a ser hombres. Para ser un hombre, debes reconocer que todas las mujeres y todos los que te rodean tienen los mismos derechos y que forman parte de este movimiento por la igualdad».
Malala, quien hace cinco años recibió un disparo en la cabeza por un militante taliban en su natal Pakistán por desafiar la prohibición de que las mujeres vayan a la escuela, dijo que cuando se habla sobre el feminismo y los derechos de las mujeres, en realidad “nos dirigimos a los hombres”.
Agregó que antes no estaba muy segura de lo que significaba la palabra feminismo, pero al investigar un poco sobre el tema, descubrió que la palabra simplemente significaba «igualdad».
La activista indicó que desde enero de 2009, cuando tenía solo 11 años, los taliban anunciaron que a ninguna niña se le permitiría ir a la escuela se dio cuenta de que la educación no es sólo leer libros y hacer tareas, sino que también es empoderar a las mujeres.
«La educación posibilita el empoderamiento de las mujeres, y los extremistas se dieron cuenta antes que nadie… En realidad estaban en contra de que las mujeres tuvieran poder y fueran iguales a los hombres, trabajaran, fueran independientes, tomaran sus propias decisiones. Reconocieron la importancia de que las mujeres reciban una educación, lo que lamentablemente muchos líderes no hacen”, señaló.
No me he encontrado con un solo primer ministro que no envíe a sus hijos a la escuela y la universidad. Pero cuando se trata del resto de los niños del mundo, tienen dificultades, “así que tienes que seguir recordándoles», agregó.
Indicó que era decepcionante ver a gente, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablando abiertamente en contra de las mujeres, ya que “simplemente no pueden aceptar que las mujeres sean iguales a ellos”.
Dijo que su modelo a seguir es su padre, quien ha desafiado a las imposiciones de su país, las normas y a la sociedad, al permitirle ir a la escuela, incluso cuando había muchas otras niñas sus padres ni siquiera les permitieron aprender a leer.
“Y si él no me lo hubiese permitido, yo no estaría aquí. Muchas chicas quieren hablar, pero sus padres las silencian», subrayó Malala ante celebridades, líderes políticos, empresarios y periodistas presentes en el Foro de Davos.
Admitió que ella sola no puede lograr que todas las niñas vayan a la escuela y se respeten sus derechos de igualad, por lo que existe la necesidad de una responsabilidad colectiva en la que todos, incluidos los líderes mundiales, tengan un papel que desempeñar.
A veces, agregó la joven, también es necesario enseñar a las niñas a ser mujeres y alzar la voz. “Es hora de que las mujeres alcen sus voces para propagar la educación femenina, el respeto y la igualdad de sus derechos.
Indicó que las campañas actuales por los derechos de las mujeres como #timesup o #Me too, están formando un gran movimiento, que ha permitido a las mujeres darse cuenta de que sus voces son necesarias para el cambio que quieren.
«Antes queríamos que los hombres hicieran algo por nosotros, pero ese momento ya pasó, ahora, no vamos a pedirles a los hombres que cambien el mundo, nosotras mismas vamos a hacerlo», subrayó Malala.
Fuente de la noticia: http://planoinformativo.com/570464/malala-pide-a-las-mujeres-lt-i-gt-alzar-la-voz-lt-i-gt-internacionales
Fuente de la imagen: http://planoinformativo.com/stock12/image/2018/Enero/27/malala
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Abrir el aula a otras voces

Jorge Rivera Pizarro

Este comienzo de año, Twitter ha puesto a mi alcance algunas propuestas educativas hechas aquí y acullá, entre las cuales hay una que -espero- el lector encuentre tan llamativa, como la hallé yo. La propuesta está en línea con el llamado que hice a los educadores en columna anterior, para que dejemos de charlar solamente entre nosotros, miembros del pequeño mundo de iniciados, los profesionales de la enseñanza.

En eso pensé cuando leí: “abrir el aula a otras voces”, una de las diez propuestas del bloguista español Salvador Rodríguez Ojaos para cambiar la educación. Pero creo que no habrá manera de abrir nuestras aulas a otras voces mientras los maestros y maestras, en su formación inicial, no las escuchen, también… El Artículo 68 del Reglamento General de las Escuelas Superiores de Formación de Maestras y Maestros (ESFM) prescribe que para enseñar en ellas, el requisito es ser profesional docente.

Sería tan bueno, por ejemplo, que los futuros promotores del modelo educativo sociocomunitario productivo recibieran lecciones de calificados productores comunitarios, como profesores de las asignaturas programáticas pertinentes.  Qué valioso sería, también, que contaran con profesionales experimentados en economía popular y solidaria. Aunque no tuvieran título docente. Se escucharían otras voces en el aula… La verdad es que no veo forma diferente de lograr un maestro “con conciencia productiva y capacidad de articular la educación al trabajo”, plausible buen propósito para los docentes de la nueva educación boliviana.

Por supuesto que en el tema de abrir el aula a otras voces ese no es el único asunto, pero ilustra bien lo que comento. Para tener maestros nuevos “con habilidad y destreza para incorporar las tecnologías de información y comunicación en los procesos formativos” hay que contar con especialistas en tic. Eso sí, no cualquier tecnólogo. El Washington Post de diciembre último -para orientar a los estudiantes que buscan profesión- publica los hallazgos del gigante Google sobre su personal. Al organizar esta empresa, sus fundadores creyeron que sólo los tecnólogos podían entender la tecnología (que parecido a eso de que solo los educadores podrían entender la educación…). Escogieron su personal entre los graduados en ciencias y matemáticas de afamadas universidades. Cuando estudiaron toda la información que habían recogido sobre sus empleados, quedaron perplejos. Entre las 8 más importantes cualidades de los mejores trabajadores de Google, ser expertos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas ocupaba el último lugar. ¿Cuáles eran las siete primeras? Juzguen ustedes: “saber conducir a otros, saber comunicar y saber escuchar, saber comprender a los otros, poseer empatía y apoyar a los colegas, pensar de modo crítico, ser capaz de resolver problemas, ser capaz de hacer conexiones entre ideas complejas” (Strauss V., The Washington Post 20/12/2017).

Saber comunicar y saber escuchar. ¡Cuánto tiene esto que ver con abrir el aula a otras voces! Y ¡cuánto tiene que ver con lo que realmente importa hoy en educación! Esas que algunos  llaman habilidades blandas, en contraposición a la habilidad para endurecer los cerebros con datos y fechas dictadas y copiadas en los cuadernos (en el aula también hay malas prácticas profesionales…).

Los viejos y cuestionados modelos de desarrollo han caído en cuenta de ello. Lección aprendida para los modelos alternativos que queremos construir. No hay diferencia en eso, al replantear la educación, tarea en la que todos coincidimos. Así como al replantear la formación inicial de los docentes. Esas cualidades, que parecen tan simples, no están expresamente contempladas en el perfil del maestro que nuestra normativa establece. La próxima versión debiera incluirlas. Por el momento, las debemos leer entre líneas, en las orientaciones para la Excelencia Académica de las ESFM

Fuente del articulo: http://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20180118/columna/abrir-aula-otras-voces

Fuente de la imagen: http://www.xarxatic.com/wp-content/uploads/2016/01/grandescambiosval.jp

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Bogotá 39: voces para contar Latinoamérica

21 Enero 2018/Fuente: El pais /Autor: FRANCESCO MANETTO

La lista de autores del continente menores de 40 años que promueve el Hay Festival de Cartagena de Indias propone una ventana a lo que une y distancia a esta generación

Gabriel García Márquez terminó de escribir Cien años de soledad a los 39. Esa es la edad de corte establecida para la selección de talentos literarios latinoamericanos promovida por el Hay Festival y que la semana que viene se presentará en Cartagena de Indias. Hablar de esta lista, Bogotá 39, implica una suerte de ejercicio de numerología. Se trata de 39 escritores de ficción que aún no han cumplido los 40. Provienen de 15 países. Sus nombres se dieron a conocer en mayo, 10 años después de la primera edición de esta iniciativa. Representan, de alguna manera, una generación. Algunas de las mejores mentes de su generación. 39 propuestas para seguir leyendo.

Entre ellos figuran el cubano Carlos Manuel Álvarez; los colombianos Felipe Restrepo Pombo (director de la revista Gatopardo), Giuseppe Caputo y Juan Cárdenas; los mexicanos Valeria Luiselli y Emiliano Monge; los argentinos Samanta Schweblin y Mauro Libertella; los peruanos María José Caro, Claudia Ulloa Donoso y Juan Manuel Robles; el dominicano Frank Báez; el ecuatoriano Mauro Javier Cárdenas; el chileno Gonzalo Eltesch. Los eligió un jurado formado por los escritores Leila Guerriero, Carmen Boullosa y Darío Jaramillo e integran una antología editada por Galaxia Gutenberg (a la venta el 31 de enero), que se propone “celebrar la buena literatura” y reflejar la diversidad de las letras latinoamericanas.

Cualquier selección de este tipo plantea preguntas e invita a formular hipótesis sobre sus hilos conductores y la naturaleza de los escogidos. Bogotá 39 no pretende ser un canon, algo que por definición solo puede existir a posteriori. Sugiere más bien una conversación generacional en la que destacan los lazos, los vínculos personales, el registro de la primera persona, la narración autobiográfica y la literatura de las pequeñas cosas, pero también la violencia, los entornos urbanos, la idea de frontera o la búsqueda de la representación política a través de códigos no convencionales.

El empeño no es nuevo. Hay una cierta historia de la literatura latino­americana contada a golpe de listas y generaciones. Del casi omnipresente boom de los sesenta a su reacción de McOndo, materializada en una antología publicada en Santiago de Chile en 1996. Lengua de Trapo lanzó en 1997 otra recopilación, Líneas aéreas, y Páginas de Espuma compila cuentos desde 2002 en su serie Pequeñas resistencias. Y si la revista Granta eligió en 2010 a los 22 narradores jóvenes en español, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) promovió el año siguiente el programa Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, y en 2016, Ochenteros, una aproximación estética delimitada por la década del nacimiento de los elegidos. En ese hilo crítico, Bogotá 39 pretende ser una hipótesis de futuro, como lo fue la primera selección, que acertó en bastantes de los nombres que osó aventurar.

“La lista es un poco una apuesta. Pero no creo que sea cerrada, definitiva. Si hubiera pensado que aspiraba a lista canónica, no hubiera podido poner un solo voto. De haber cambiado una sola persona del jurado hubiera sido distinta”, explica Guerriero. Jaramillo considera, con todo, que hay algunos nombres indiscutibles. Uno de ellos es Valeria Luiselli, mexicana, nacida en 1983 y radicada en Nueva York. “A pesar de que hace unos años habría dicho que no hay tal cosa como una nueva generación, a medida que van pasando los años, sí es verdad que hay una conversación muy viva de autores que escriben en una misma lengua. La tengo en modo constante y profundo con gente de mi edad”, continúa. “Algunas de esas personas [de la lista] nunca las he visto, pero sí las he leído”. Y esta forma de comunicar genera un diálogo, aunque no sea literal en algunos casos, sobre la diversidad poética, de las formas, el interés por cómo abordar la actualidad, incluso las reflexiones sobre la circulación de los libros en español entre las dos orillas del Atlántico.

Bogotá 39 se publicará en colaboración con 14 editoriales independientes. Y es precisamente el papel que han desempeñado algunos pequeños sellos lo que está empezando a agitar el sector. Esta lista coincide, señala José Hamad, “con algo muy importante que revela un cambio de paradigma”. El trabajo de editoriales como la mexicana Sexto Piso —a la que Hamad se acaba de incorporar como editor tras años de trabajo como cazatalentos literario—, la argentina Eterna Cadencia o la chilena Laurel está contribuyendo a una suerte de emancipación de los narradores latinoamericanos. “Tradicionalmente, había que pasar por Barcelona o Madrid para obtener una legitimación”, continúa Hamad. Ahora “solo hay cinco autores que se publican originalmente en España en esa lista”. Solo la mitad, además, se podían encontrar hasta ahora en las librerías españolas. Las editoriales independientes han dado el primer paso para competir en sus territorios con los grandes grupos. Un fenómeno que abre la puerta a la descentralización y que supone un giro con respecto al pasado reciente.

“Un número significativo salió de escuelas universitarias de creación literaria”, continúa Jaramillo. Se dedican al oficio de escribir en distintos terrenos, del periodismo a la edición, pasando por la producción audiovisual o el teatro. Varios de ellos ya han publicado sus trabajos auspiciados por grandes grupos. Random House tiene ocho autores en la lista, aunque solo dos publicaron su primer libro con esa editorial. Y hay 13 mujeres. El jurado rechazó las cuotas preestablecidas. “Nunca pensamos cuántos hombres y cuántas mujeres teníamos que meter”, asegura Jaramillo, aunque la proporción femenina en el elenco final es más alta que la inicial. En definitiva, incide Guerriero, prevaleció la “libertad de los criterios de cada uno”.

“Creo que nuestra generación recuperó dos cosas que habían perdido prestigio y se veían con desconfianza en las anteriores: el interés por las vanguardias históricas o por las zonas poco exploradas de la tradición y la toma de posición política”, razona Juan Cárdenas. “Lo llamativo es que eso no ha significado que se nos pueda encasillar en un espacio ideológico cerrado ni en una estética precisa. Basta comparar a Emiliano Monge con Eduardo Rabasa y a estos dos con Giuseppe Caputo para ver que estamos en el mismo territorio, pero haciendo cosas muy distintas”. Este último habla de violencia en un país como Colombia, azotado por más de medio siglo de conflicto armado, desvinculándola del imaginario colectivo y planteando un dilema ético y estético: “¿Cómo podemos estar cerca de la representación de la violencia sin crear más violencia?”, se pregunta.

“Los 39 que quedamos podrían ser perfectamente otros 39, y eso habla de una calidad muy grande de lo que se escribe en el continente”, apunta Felipe Restrepo Pombo. “Los del boomtenían vínculos, fueron unidos por Carmen Balcells, fue un proyecto editorial y literario. Aquí vivimos en diferentes países, vivimos muy lejos y creo que tenemos preocupaciones diferentes. Juan Gabriel Vásquez, que formó parte de la primera selección de Bogotá 39 junto a Daniel Alarcón, Guadalupe Nettel o Junot Díaz, describe de forma gráfica esta brecha generacional, aunque lo hace con la advertencia de que se trata de una aproximación. “Una de las maneras de explicar la distancia del boom con nosotros es el cambio del gran angular al microscopio. La presa mayor del boom eran esas novelas que eran un gran fresco de una situación”. Con el paso del tiempo, muchos empezaron a echar mano de la primera persona, del punto de vista. Para Vásquez, entrar en la lista supuso comenzar una conversación con otros autores. “Lo fantástico en el descubrimiento es cuánto nos unen las diferencias, cuánto nos une la atomización de los gustos, la diferencia de intereses”.

Otro de los narradores incluidos en 2007, Ricardo Silva, considera que algo ha cambiado en la década que media entre una y otra lista: la revolución de las redes sociales, que supone un cambio de paradigma para la comunicación y, al mismo tiempo, curte a quien escribe ante el juicio, a menudo gregario, del público. “Vivimos y escribimos en una época de la inmediatez”, agrega Restrepo Pombo sobre ese feedback instantáneo que ofrecen las redes.

Gabo, en cambio, tuvo que esperar casi un año para que la editorial Sudamericana publicara en Buenos Aires las historias de los Buendía. Fue en junio de 1967. Pero entonces el premio Nobel ya había cumplido 40 años.

Hay Festival Cartagena de Indias (Colombia). Del 25 al 28 de enero.

BOGOTÁ 39 / 2017

Carlos Manuel Álvarez (Cuba)

Frank Báez (República Dominicana)

Natalia Borges Polesso (Brasil)

Giuseppe Caputo (Colombia)

Juan Cárdenas (Colombia)

Mauro Javier Cárdenas (Ecuador)

María José Caro (Perú)

Martín Felipe Castagnet (Argentina)

Liliana Colanzi (Bolivia)

Juan Esteban Constaín (Colombia)

Lola Copacabana (Argentina)

Gonzalo Eltesch (Chile)

Diego Erlan (Argentina)

Daniel Ferreira (Colombia)

Carlos Fonseca (Costa Rica)

Damián González Bertolino (Uruguay)

Sergio Gutiérrez Negrón (Puerto Rico)

Gabriela Jauregui (México)

Laia Jufresa (México)

Mauro Libertella (Argentina)

Brenda Lozano (México)

Valeria Luiselli (México)

Alan Mills (Guatemala)

Emiliano Monge (México)

Mónica Ojeda (Ecuador)

Eduardo Plaza (Chile)

Eduardo Rabasa (México)

Felipe Restrepo Pombo (Colombia)

Juan Manuel Robles (Perú)

Cristian Romero (Colombia)

Juan Pablo Ronconce (Chile)

Daniel Saldaña París (México)

Samanta Schweblin (Argentina)

Jesús Miguel Soto (Venezuela)

Luciana Sousa (Argentina)

Mariana Torres (Brasil)

Valentín Trujillo (Uruguay)

Claudia Ulloa Donoso (Perú)

Diego Zúñiga (Chile)

 

Fuente de la noticia: https://elpais.com/cultura/2018/01/19/babelia/1516376790_462513.html

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Voces para una Educación de excelencia para el campo

29 de noviembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Mary Simpson

Un resumen de las voces que se han estado exponiendo y construyendo en diversos eventos o hitos en Colombia.

Son muchas las voces que se están escuchando, y cuyo eco debemos reforzar, acerca de la importancia de una educación de excelencia para la PAZ, para la cual, una educación de excelencia para el campo es la prioridad. Estas voces se han estado exponiendo y construyendo en diversos eventos o hitos como:

  1. El foro ‘Construcción de PAZ: retos de la educación’, realizado el pasado 22 a 24 de septiembre, iniciativa de la Fundación Compartir y Espiral Asociados, ejemplo de un trabajo en alianza público privada, al integrarse la Secretaría de Educación del Distrito, el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación del Distrito Capital.
  2. El foro distrital ‘Ambientes de aprendizaje para el reencuentro, la reconciliación y la paz’ realizado el 5 y 6 de octubre por la Secretaría de Educación del Distrito Capital.
  3. Seminario ‘Preparándonos para la PAZ: la educación como motor de la construcción de PAZ’ realizado el 26 de octubre por la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de Los Andes.
  4. La semana pasada, durante los días 10 y 11 de noviembre, el ‘III Congreso Internacional de Escuelas Nuevas. Presente y futuro de las escuelas nuevas: Construyendo redes y transformando la educación’ organizado por la Fundación Escuela Nueva. Volvamos a la Gente, congreso que mantiene viva la conversación acerca de la importancia de escuela activa como modelo innovador con capacidad para seguir innovando a partir de sus principios.
  5. Los días 16, 17 y 18 de noviembre el “I Congreso Internacional de Educación y Sociedad: El papel de la educación en la Construcción de PAZ” organizado por la Universidad de La Salle.
  6. Y durante los próximos 21 al 23 de noviembre, el ‘IV Congreso Nacional de Educación Rural: Por la construcción de una Política Pública” organizado por Coreducar[1] y, con el patrocinio de EDUCAPAZ, las Universidades Pedagógica, Javeriana y Católica de Oriente, el Ministerio de Educación Nacional, Programa por la PAZ del CINEP, la Conferencia Epicospal.
  7. Mesa de Política: un grupo de organizaciones han constituido hace un par de meses la Mesa de Política Pública Educación y PAZ[2], entre cuyos objetivos está contribuir a construcción de política de educación rural, para lo cual se encuentra entregando insumos alel Ministerio de Educación Nacional se encuentra en un proceso de consulta territorial de un plan de educación rural y.

Hemos aprendido de las voces de los territorios colombianos, desde su práctica, que desde hace muchos años trabajan para construir la PAZ, en medio de la guerra, y que lo que requieren es condiciones y oportunidades para continuar mejorando y construyendo a partir de sus propias capacidades. Hemos aprendido también que la memoria es una aliada para la PAZ porque el olvido nos ha conducido a la repetición y porque la memoria no es un relato hegemónico sino un ejercicio crítico, una acumulación de memorias diversas en diálogo y en tensión,[3] que desde la escuela debemos conocer y construir.

Hemos aprendido que, sin duda la institución educativa es el lugar por excelencia de construcción del conocimiento. Y es cuando se da el trabajo colaborativo entre docentes, entre docentes y estudiantes y entre los mismos estudiantes, cuando se construye conocimiento significativo, y se educa para la democracia. ¿Cómo podría educarse para la PAZ en una democracia sino es viviendo los valores de ésta desde la misma escuela, desde cada aula? Y acá surgen los valores que tendrían que ser los principios que orienten la educación de excelencia para el campo: trabajo colaborativo y cooperativo, que promueve una educación personalizada, y la creación de vínculos fuertes entre escuela y comunidad, principios de la escuela activa, propuesta de enfoque pedagógico creado en Colombia en la década de los 70.

Algunas voces internacionales han estado presentes para ayudar a reconocernos, a ver oportunidades a partir de lo que ya tenemos en el territorio, a abrir la mente y el espíritu a la esperanza de que se puede y debemos vivir mejor.

Los invitamos, entonces, al “IV Congreso Nacional de Educación Rural” a realizarse entre el 21 y al 23 de noviembre organizado por Coreducar donde nos daremos cita un amplio grupo de actores para “contribuir al desarrollo rural de Colombia a través de la consolidación de una propuesta de política pública educativa pertinente para el medio rural, que recoja los aportes de los diferentes actores y sectores institucionales y comunitarios, así como las orientaciones que sobre el tema se han formulado en el actual contexto social y de construcción de paz del país.»

Es así pues como la consolidación de este conjunto de voces, como en un proceso de creación de conocimiento que no es lineal, sino cíclico e iterativo[4], estamos poniendo a interactuar conocimientos tácitos[5] y explícitos[6], conduciéndonos a un nuevo conocimiento, al convertirse en nosotros en nuevas capacidades de observación y análisis; y, haciendo eco de manera explícita en las memorias que estaremos compartiendo de los diversos encuentros como en el documento de política de educación rural que se está construyendo.


[1] Corporación Nacional para la Educación Rural, organización fundada en el año 1999 que agrupa a varias entidades que desarrollan programas de educación rural en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Casanare, Cauca, Cundinamarca, Risaralda, Norte de Santander, Santander, Tolima y Valle del Cauca.

[2] Mesa que surgió como una iniciativa de la Alta Consejería para el Posconflicto, la Coordinación del Programa Nacional de Educación para la Paz – EducaPaz y la Oficina de Cooperación de la Embajada de Canadá, en la que participan 15 organizaciones entre las cuales está la Fundación Compartir.

[3] Apartes del decálogo del Centro Nacional de Memoria Histórica.

[4] Conceptos desarrollados por los autores Nonaka & Takeuchi, en relación con la teoría de creación de conocimiento.

[5] Por conocimiento tácito se entiende aquel que es difícil de medir, y que como lo define Polanyi es aquel que no somos a veces capaces de expresar pero en cambio sí nos proporciona capacidades de observación, de análisis: «sabemos más de lo que somos capaces de expresar». Encontramos por ejemplo, la intuición, visiones subjetivas, sensaciones.

[6] Por conocimiento explícito se entiende aquel que es “formal y sistemático”, tales como fórmulas científicas, programas de un ordenador, especificaciones de un producto, proceso o metodología, clasificaciones.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/blog/voces-para-una-educacion-de-excelencia-para-el-campo

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