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Lo que las guerras le han causado a la naturaleza, según científico

Por: Tatiana Pardo Ibarra. 

El biólogo y conservacionista estadounidense, Thor Hanson, habló sobre el futuro de Colombia.

Cuando el doctor Thor Hanson, experto en biología de la conservación, fue voluntario del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, en Uganda, ayudó a establecer el programa de turismo de gorilas de montaña en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi. En medio de esa experiencia, dice, se dio cuenta de que “cualquier esfuerzo de conservación es tan estable y sostenible como el contexto político y social en el que tiene lugar”.

Hanson se volcó entonces a analizar la relación que existe entre la guerra y la biodiversidad, e hizo un llamado a una nueva subdisciplina: la ecología de la guerra. Él la define como un subcampo de la ecología en el que se estudian, de manera más profunda y amplia, las implicaciones ambientales de los conflictos armados en todas sus etapas: los preparativos, la guerra misma y las actividades de posguerra. “Los conflictos armados van más allá de erupciones esporádicas de violencia. Son dinámicos”, señala.

Vamos por el principio: ¿cuáles son las principales relaciones entre la biodiversidad y el conflicto armado?

¡Esta es una gran pregunta! El conflicto armado tiene implicaciones importantes y, a veces, sorprendentes para la biodiversidad. Los preparativos implican una contaminación significativa en la fabricación y prueba de armas, pero también en la degradación de grandes áreas de tierra para la capacitación y el entrenamiento militar. Las guerras erosionan el tejido social y político que protege la biodiversidad, pero también pueden conducir a la recuperación de algunos recursos mediante la reducción de la actividad humana en zonas de conflicto. También es común la extracción de recursos (por ejemplo, madera, diamantes, oro, vida silvestre) para financiar la guerra, el aumento de la caza y la deforestación, el desplazamiento de la población local y el aumento de la producción de narcóticos.

¿Y en la posguerra?

Las actividades de posguerra incluyen, por ejemplo, la restauración, reconstrucción y repatriación, todas las cuales tienen implicaciones para la biodiversidad. Es complicado, pero una cosa está clara: la guerra es extremadamente frecuente en los puntos calientes de biodiversidad (los hotspots deben cumplir con dos condiciones: tener al menos 1.500 plantas vasculares endémicas y haber perdido al menos un 70 por ciento de su superficie original).

De los 40 conflictos activos en 2014, el año más reciente con un resumen revisado por expertos, 34
(85 por ciento) ocurrieron en países que tienen ‘hotspots’ de biodiversidad

Colombia es uno de los países más biodiversos del planeta, ¿cuáles deberían ser las prioridades ambientales tras la firma del acuerdo de paz con las Farc-ep?

Existen increíbles oportunidades para la conservación de la biodiversidad en Colombia, pero también grandes riesgos en la prisa por volver a hacer presencia y desarrollar áreas boscosas que en algún momento estuvieron en poder de las Farc. Además del rol de los profesionales de la ciencia y la conservación –asesorando en políticas y planificación–, señalaré una prioridad importante que a menudo se pasa por alto: es esencial establecer un proceso legal claro y rápido para determinar la tenencia de la tierra en áreas de posguerra.

Hay muchas formas posibles de promover la conservación de la biodiversidad a través de áreas protegidas y la gestión sostenible de tierras públicas y privadas, así como el ecoturismo o las compensaciones por captura de carbono; sin embargo, para que cualquiera de estas ideas sea implementada, los reclamos sobre la tierra deben resolverse de manera clara y permanente. ¡Una de las primeras prioridades de conservación en paisajes de posguerra es el proceso legal!

Thor Hanson

Thor Hanson, biólogo experto en ecología de la guerra.

¿Qué aspectos positivos u oportunidades rescataría?

Las consecuencias ambientales de la guerra son abrumadoramente negativas, y el primer papel para la conservación de la biodiversidad es demostrar que la sostenibilidad puede ayudar a evitar o mitigar el riesgo de conflicto. Cuando ocurren guerras, ciertas oportunidades de conservación pueden surgir de la disminución de las actividades humanas en zonas de conflicto (por ejemplo, la suspensión de la extracción de recursos). En estos casos, la comunidad científica puede ayudar apoyando a la población local y al personal en zonas de conflicto para hacer de la biodiversidad una prioridad junto con otros objetivos de recuperación. Y luego, mantener activa esa ayuda en el periodo de posguerra.

¿Por qué el medioambiente debe ser transversal a la construcción de paz?

¡Esto es vital! El movimiento de consolidación de la paz ambiental busca oportunidades para utilizar intereses compartidos en los recursos naturales y la conservación, y así ayudar a construir la buena voluntad entre los adversarios y disminuir la tensión a través de las fronteras en disputa. La gestión de cuencas hidrográficas, la gestión de pesquerías, las áreas protegidas transfronterizas (parques de paz), la investigación cooperativa y los objetivos de conservación de la vida silvestre son algunos de los ejemplos en curso sobre la sinergia entre las prioridades ambientales compartidas y la consolidación de la paz.

En 2009, usted dijo que más del 90 % de los principales conflictos armados entre 1950 y 2000 ocurrieron en países que tienen hotspots de biodiversidad. ¿Esto ha cambiado en los últimos años? ¿Se ha actualizado?

No hemos realizado el análisis con los datos del siglo XXI, y no conozco a nadie que lo haya hecho. Pero, anecdóticamente, la tendencia parece continuar. De los 40 conflictos activos en 2014, el año más reciente con un resumen de conflictos revisado por expertos, 34 (85 %) ocurrieron en países que tienen hotspots, lo que es similar a nuestros resultados de 1950-2000. Se necesitaría profundizar más para obtener el número de cuántos combates actuales están ocurriendo en zonas altamente biodiversas y vulnerables, pero podría decirte que es similarmente alto.

¿Cómo podría usarse la ecología de los conflictos armados para la formulación de políticas, con visión a largo plazo?

Comprender las relaciones entre la guerra y la ecología fomenta una mejor formulación de políticas en todas las etapas, con resultados positivos tanto para las personas como para los recursos naturales. Existe una conexión clara entre los recursos naturales degradados, el sufrimiento humano y la frecuencia de los conflictos armados.

Las estrategias de guerra que reducen el daño ambiental también pueden reducir los costos y salvar vidas (por ejemplo, la eficiencia del combustible mejora la eficiencia de la cadena de suministro). Y las políticas de posguerra que mejoran la gestión de los recursos naturales (por ejemplo, los parques de paz en fronteras) pueden reducir las disputas sobre la tierra y el riesgo de futuros conflictos.

Durante el posconflicto, ¿en qué debería centrarse la investigación ecológica? ¿Qué tan difícil es medir los impactos de la guerra en la naturaleza?

Normalmente hay un vacío de datos muy grande. Lo primero es incluir una evaluación rápida para identificar las prioridades de conservación y las prioridades de restauración. Sin embargo, el esfuerzo debe ser multidisciplinario e incluir una evaluación de las expectativas en las ciencias sociales, las necesidades humanas.
Durante las guerras, la investigación está necesariamente limitada por razones de seguridad, pero las oportunidades se expanden de manera considerable y rápida en la posguerra. Este periodo hay que aprovecharlo.

Fuente de la reseña: https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/como-impacta-el-conflicto-armado-al-medioambiente-393618
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Escuelas bajo ataque: ¿son las niñas un arma de guerra?

Por: Concha López/El Confidencial

Los conflictos armados tienen efectos devastadores en el derecho a la educación de la infancia, especialmente para las niñas y las jóvenes. En estos contextos, la desigualdad de género se agrava y hace que las niñas sufran mayores vulneraciones de sus derechos, se enfrenten a una inseguridad constante y, además, sean uno de los grupos más invisibilizados. Hoy en los conflictos armados probablemente es más peligroso ser una mujer que ser un soldado. Todavía más ser una niña.

En los países en conflicto, las niñas tienen 2,5 probabilidades más que los niños de estar fuera de la educación. Muchas veces, las escuelas se convierten en campos de batalla y las niñas en arma de guerra. En este contexto, ir a la escuela supone un desafío diario para los millones de niñas que se enfrentan a ser reclutadas por grupos armados como esclavas o trabajadoras domésticas, a ser obligadas a casarse demasiado pronto, a ser madres cuando todavía no están preparadas para ello, a ser secuestradas, abusadas, violadas, utilizadas como niñas bomba.

También es más probable que ellas abandonen la escuela para acabar explotadas en diferentes formas de trabajo infantil, como consecuencia de la pobreza y la inseguridad económica de las familias. Según datos de Naciones Unidas, Sudán del Sur es el país donde un mayor número de niñas se ven obligadas a abandonar el colegio a consecuencia de los conflictos, un 76%, seguido de Afganistán, con un 55%, y Chad, con un 53%.

Escuelas, bajo fuego

A pesar de que las escuelas deben ser espacios seguros y de protección, más que nunca en los conflictos, para que los niños y niñas puedan aprender para la supervivencia y la construcción de sociedades de paz, los grupos armados continúan atacándolas deliberadamente y convirtiéndolas en lugares donde perpetrar actos de intimidación y violencia. Desde 2013 a 2018 se produjeron ataques a niñas y mujeres estudiantes y docentes en 18 países, según el informe “Educación bajo ataque 2018” elaborado por la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (GCPEA, por sus siglas en inglés).

Nuestra serie de informes “Adolescentes en emergencias: voces desde Sudán del Sur, desde el Lago Chad y desde la crisis rohingya” nos ha permitido conocer las experiencias de chicas en crisis cronificadas, complejas y a veces olvidadas. Todas señalan el acceso a la educación como una de sus principales áreas de seguridad, un mecanismo de protección y de supervivencia. Ellas quieren estudiar: saben que la educación mejora sus oportunidades de futuro. Por eso, para proteger su derecho, es necesario recoger datos y evidencias para el monitoreo y la investigación de los ataques a la educación y las infraestructuras educativas, desagregados por sexo y edad, con especial atención a las experiencias específicas de las niñas y adolescentes.

“Estoy orgullosa de ir a la escuela aquí en Kaleri, es una de las cosas de las que más orgullosa estoy”, decía una chica entrevistada en Nigeria. “Mi mayor logro es que lo estoy haciendo bien en el colegio y que voy a sacar mejores notas”, explicaba otra joven en Bablin, Camerún.

La educación es un derecho humano fundamental y, en épocas de conflicto, garantizarlo es una necesidad imperante para luchar contra la discriminación y la violencia que viven miles de niñas en todo el mundo. La educación no solo aumenta la capacidad de recuperación de los niños y las niñas, sino que promueve su libertad y autonomía personaly les protege frente a la explotación y el reclutamiento por parte de grupos armados.

Educación transformadora

En las últimas décadas, la comunidad internacional ha aumentado el reconocimiento del papel de la educación como agente transformador en épocas de conflicto, lo cual queda patente en acuerdos y tratados internacionales como la Declaración de Escuelas Seguras, respaldada hasta el momento por 87 países, que subraya la necesidad de proteger los colegios y las universidades en los conflictos armados. A través de ella, los Estados se comprometen a tomar medidas concretas para proteger la educación durante las guerras.

Coincidiendo con el 30º aniversario de la aprobación de la histórica Convención sobre los Derechos del Niño y los 70 años de la firma de los Convenios de Ginebra, España se convierte, del 27 al 29 de mayo, en el país anfitrión de la III Conferencia Internacional de Escuelas Seguras, una iniciativa en la que se discutirá precisamente sobre la necesidad de impulsar la Declaración sobre Escuelas Seguras como instrumento político para proteger al alumnado, profesorado e instituciones educativas en tiempos de conflicto armado.

Sin la protección de la educación en estos contextos será imposible conseguir los Objetivos de Desarrollos Sostenible 4, educación de calidad universal y equitativa para 2030, que incluye un indicador específico que mide el número de ataques a estudiantes, personal e instituciones educativas, reconociendo también la necesidad de proteger la educación durante los conflictos bélicos, y 5, que busca eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas.

Además, es un deber y una garantía de desarrollo porque es innegable que el papel fundamental de la educación en la construcción y mantenimiento de la paz. Es imprescindible que ellas no se queden atrás: la participación de las niñas en los procesos de paz ayuda a impulsar cambios culturales a largo plazo que, a su vez, inspiran a jóvenes de la comunidad a conquistar sus derechos. De esta manera,las niñas se convierten en líderes de sus comunidades, transformándolas en lugares pacíficos e inclusivos.

No podemos esperar para actuar, porque están en juego sus vidas y el futuro que queremos para el mundo. Como dice el doctor Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz 2018 junto con Nadia Murad por su trabajo con víctimas de violencia sexual en conflictos, la justicia es cosa de todos y todas. Debemos trabajar para que las escuelas sean lugares seguros, y las niñas puedan ser simplemente niñas, y lleguen a convertirse en las mujeres que construyan las sociedades de paz e igualdad de mañana.

Fuente: https://blogs.elconfidencial.com/mundo/tribuna-internacional/2019-05-27/educacion-bajo-ataque-ninas-arma-guerra_2037838/

 

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Nueva York: Estudio demuestra el agravamiento de los ataques contra la educación en todo el mundo

Nueva York/12 de Mayo de 2018/HRW

 Los ataques deliberados e indiscriminados contra escuelas y universidades y sus alumnos y personal se han vuelto más comunes en los últimos cinco años, manifestó la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (Global Coalition to Protect Education from Attack, GCPEA) en la edición de 2018 de su informe insignia, presentado hoy. El informe de 300 páginas, Ataques a la educación 2018identifica más de 12.700 ataques ocurridos entre 2013 y 2017 que afectaron a más de 21.000 alumnos y educadores.

En los últimos cinco años, 41 países sufrieron al menos cinco ataques a la educación, incluido como mínimo uno con carácter deliberado o consecuencias letales. Esto supone un drástico incremento respecto de la edición 2014 del informe, cuando GCPEA documentó que 30 países sufrieron este nivel de ataques a la educación entre 2009-2013.

“Enseñar y aprender es cada vez más peligroso, y a menudo están en riesgo las vidas de estudiantes, docentes y académicos”, explicó Diya Nijhowne, directora ejecutiva de GCPEA. “Aunque las escuelas y universidades deberían ser espacios seguros y de protección, sigue ocurriendo que fuerzas y grupos armados las conviertan en ámbitos de intimidación y violencia”.

Este informe incluye perfiles de 28 países que sufrieron al menos 20 ataques a la educación entre 2013 y 2017. GCPEA concluyó que nueve países sufrieron más de 1.000 ataques a la educación o agresiones en las que se perjudicó a más de 1.000 estudiantes, docentes, profesores u otro personal educativo. Entre estos países se incluyen la República Democrática del Congo (RDC), Israel/Palestina, Nigeria, Filipinas, Sudán del Sur, Siria y Yemen.

Por ejemplo, más de 1.500 escuelas y universidades en Yemen resultaron dañadas o destruidas por ataques aéreos o combates, o se usaron para fines militares. GCPEA identificó señalamientos de al menos 650 incidentes de ataques a la educación o uso militar de escuelas en Siria. En Filipinas, grupos armados habrían hostigado o intimidado al menos a 1.000 alumnos y enseñantes.

En 18 de los países relevados, los ataques a la educación estuvieron dirigidos deliberadamente a alumnas o mujeres docentes. Algunos grupos extremistas atacaron con explosivos o incendiaron escuelas de niñas, o bien mataron, hirieron o amenazaron a alumnas y profesoras. Por ejemplo, cerca del 25 % de los ataques que se habrían cometido contra escuelas en Afganistán estuvieron dirigidos a escuelas de niñas. En todo el mundo, partes armadas también abusaron o violaron sexualmente de mujeres y niñas en contextos escolares o en las proximidades de estos. En un ejemplo de 2017, milicias armadas de la RDC habrían secuestrado a ocho niñas de una escuela primaria para violarlas sexualmente durante un período de tres meses.

Entre 2013 y 2017, se usaron escuelas y universidades para fines militares en 29 países, por ejemplo, como bases, cuarteles, centros de detención o para otras tareas militares. Estos usos militares aumentan el riesgo de que las escuelas y universidades afectadas sean atacadas por fuerzas contrarias, que grupos armados recluten a niños y niñas o que se someta a violencia sexual a alumnos y docentes. Por ejemplo, una escuela en Ucrania usada por diversas fuerzas y grupos armados como depósito de armas fue alcanzada por lanzamientos de artillería en seis ocasiones en enero y febrero de 2015.

Fuerzas y grupos armados también han reclutado a niños soldados en escuelas en 16 de los 28 países analizados. En un incidente ocurrido en diciembre de 2013, cerca de 413 niños de escuelas de la localidad de Rubkona en Sudán del Sur fueron reclutados por la fuerza y enviados a combatir.

En 52 países de distintas regiones del mundo hubo ataques contra la educación superior, incluidos todos los países analizados. Los ataques incluyeron, entre otros hechos, la represión violenta de protestas vinculadas con la educación en las cuales se hirió a estudiantes o personal educativo, o abusos físicos o amenazas debido al contenido del programa académico. En 20 de los países analizados se produjeron ataques a edificios de educación superior. Uno de estos ataques ocurrió en Kenia, donde hombres armados mataron al menos a 142 alumnos e hirieron a otros 79 el 2 de abril de 2015, durante un ataque perpetrado en la Universidad de Garissa.

“Fueron varias las tendencias que contribuyeron a los abusos que se describen en el informe”, apuntó Amy Kapit, directora de Investigación de GCPEA. “Se pueden mencionar los ataques de grupos armados extremistas, como ‘Estado Islámico’, el uso de bombardeos aéreos para combatir a grupos armados y la violencia contra estudiantes durante protestas en escuelas o universidades”.

Ante esta violencia, existe un consenso global cada vez mayor de que debe protegerse a las escuelas y universidades como espacios seguros en contextos de guerra. Más de un tercio de los Estados Miembros de la ONU, 74 países, han adheridos a la Declaración sobre Escuelas Seguras, un compromiso político impulsado por Noruega y Argentina. Al adherir a la Declaración, los Estados se comprometen a tomar medidas concretas para proteger la educación, entre otras cosas, implementando las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados. La cantidad de Estados que adhieren a la Declaración se ha duplicado en menos de tres años y el nuevo informe de GCPEA insta a todos los Estados a sumarse a la Declaración e implementarla como principal recomendación para proteger la educación en los conflictos armados.

Asimismo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, Educación de calidad —un compromiso global para alcanzar la educación de calidad universal y equitativa en 2030—, incluye un indicador que mide el Número de ataques a estudiantes, personal e instituciones, y reconoce así la importancia de preservar a la educación durante los conflictos armados. La serie de documentos Ataques la educación ha sido seleccionada como fuente para medir los avances hacia el logro de este indicador.
“Ataques a la educación 2018 pone de manifiesto el profundo sufrimiento humano infligido por estos ataques”, señaló Nijhowne. “Al adoptar e implementar la Declaración sobre Escuelas Seguras, entre otras medidas, llevando a cabo un seguimiento de los ataques a la educación para responder de manera más eficaz y posibilitar que haya rendición de cuentas, los países podrán empezar a garantizar la educación segura para todos”.
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La Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (Global Coalition to Protect Education from Attack, GCPEA) incluye a los siguientes miembros: copresidentes Human Rights Watch y Save the Children, el Council for At-Risk Academics (Cara), el Instituto de Educación Internacional (Institute of International Education, IIE), Education Above All Foundation (EAA) y organismos de la ONU. GCPEA es un proyecto de Tides Center, una organización sin fines de lucro constituida en virtud del apartado 501(c)(3).
El presente estudio se elaboró a partir de investigaciones independientes realizadas por GCPEA. Se llevó a cabo separadamente de las distintas organizaciones miembros que integran el Comité Directivo de GCPEA y no refleja necesariamente la opinión de estas. Para la preparación de este informe, GCPEA reunió datos de organismos de la ONU, organizaciones no gubernamentales, órganos gubernamentales; organizaciones de investigación, informes de medios y datos compartidos por expertos y grupos de trabajo nacionales. El estudio es el cuarto de la serie. Las ediciones anteriores de Ataques a la educación fueron publicadas en 2007 y 2010 por la UNESCO y en 2014 por GCPEA.
Education Above All Foundation, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega y un donante anónimo brindaron generosos aportes para la preparación de Ataques a la educación 2018. EAA trabaja en la prevención de ataques a la educación en alianza con GCPEA desde 2011. La Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia colaboró con investigaciones en áreas concretas. The NoVo Foundation también ha patrocinado el trabajo de GCPEA.
Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2018/05/10/estudio-demuestra-el-agravamiento-de-los-ataques-contra-la-educacion-en-todo-el
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Sin escuela dos millones de niños sirios, advierten autoridades.

Asia/Siria/05.09.2017/Autor y Fuente:http://www.prensa-latina.cu/
Más de dos millones de niños sirios, muchos de ellos refugiados en países vecinos, no van a la escuela, lo que constituye preocupación para el gobierno en medio del conflicto armado, afirmó hoy el viceministro de Educación Saed Kharsani.
De ese total, más de la mitad se encuentra en campamentos de refugiados en países como Turquía, El Líbano y Jordania, refirió la fuente.
Kharsani manifestó que para paliar en parte esa situación este año el Ejecutivo implementó una campaña de concientización de conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que persigue incrementar la cifra de niños captados por escuelas, difundió el diario Al Watan.
El programa incluye, entre otras acciones, ayuda alimentaria, estímulos materiales y suministro de útiles escolares a más de 800 mil estudiantes este año en el país, apuntó.
Insistió en que como consecuencia de la guerra terrorista impuesta a Siria por potencias occidentales desde hace más de seis años, el 32 por ciento de los niños sirios en edad escolar dejaron las aulas.
Recientemente el representante de la Unicef en Siria, Fran Equiza, denunció, tras una visita a los territorios de Raqqa y Deir Ezzor, que los años de conflicto armado en este país destruyeron la niñez de millones de menores ‘y les han causado un daño enorme’.
Tras llamar al mundo a lograr la paz en Siria, el representante del organismo de Naciones Unidas señaló que muchos niños sirios viven experiencias traumatizantes en zonas de conflicto, como violencia brutal y pérdida de amigos y familiares. Sin embargo -dijo- tienen esperanzas.
Fuente:http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=112629&SEO=sin-escuela-dos-millones-de-ninos-sirios-advierten-autoridades
Imagen:http://www.prensa-latina.cu/images/2017/septiembre/02/Siria-Ali-nino-escuela.jpg
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La falta de fondos amenaza la educación de millones de niños en zonas de conflicto, advierte unicef

UNICEF/08 Julio 2017/Fuente: Ecodiario

La escasez de fondos está amenazando la educación de millones de niños atrapados en zonas de conflicto o desastres, según señaló este viernes Unicef con motivo de la cumbre del G-20, que se celebra en Hamburgo.

«Sin educación, los niños crecen sin el conocimiento y las habilidades necesarias para contribuir a la paz y el desarrollo de sus países y economías, agravando una situación que ya es desesperada para millones de niños», indicó la más joven Embajadora de Buena Voluntad de Unicef, Muzoon Almellehan, representante de la organización en la cumbre del G-20.

«Para los millones de niños que están creciendo en zonas de guerra, estas amenazas son aún más sobrecogedoras: al no ir a la escuela los niños son más vulnerables ante el matrimonio y el trabajo infantil, y frente al reclutamiento por parte de grupos armados», agregó.

Unicef necesita este año para sus programas de educación en países en situación de emergencia 932 millones de dólares (818 millones de euros), de los cuales hasta ahora solo ha recibido menos de 115 millones de dólares (101 millones de euros) gracias a aportaciones voluntarias. Esta financiación es necesaria para proporcionar acceso a educación formal y no formal a 9,2 millones de niños afectados por crisis humanitarias.

El déficit de fondos para los programas de educación de Unicef en algunos lugares de conflicto del mundo varía desde el 36% en Irak hasta el 64% en Siria, 74% en Yemen y 78% en República Centroafricana.

EDUCACIÓN VITAL

Para los niños que han experimentado el trauma de una guerra y el desplazamiento, la educación es vital, indica la organización. «Cuando yo escapé de Siria en 2013, me aterraba pensar que nunca podría volver a la escuela. Pero cuando llegué a Jordania y me di cuenta de que había una escuela en el campo de refugiados me sentí aliviada y esperanzada», afirmó Muzoon. «La escuela ofrece a niños como yo esperanza y la oportunidad de un futuro positivo y en paz».

Según Unicef, la búsqueda de oportunidades de educación es una de las razones que impulsan a las familias y niños a huir de sus hogares, muchas veces arriesgando sus vidas. Una encuesta realizada a refugiados y migrantes en Italia revela que el 38% de ellos se dirigió a Europa para acceder a oportunidades de formación; otro estudio similar en Grecia mostró que uno de cada tres padres o cuidadores mencionaba la búsqueda de educación para sus hijos como el motivo principal por el que habían dejado sus países para ir a Europa.

Como activista para la educación y refugiada siria, Muzoon se une a Unicef para hablar en nombre de los millones de niños y niñas que están desarraigados debido a conflictos y que no pueden ir a la escuela.

«Insto a los líderes del mundo a que inviertan en el futuro de los niños que viven en situaciones de emergencia. Al hacerlo estarán invirtiendo en el futuro de nuestro mundo», afirmó.

PLAN DE ACCIÓN

Unicef continúa instando a todos los gobiernos a adoptar el plan de acción para proteger a los niños refugiados y migrantes, uno de cuyos seis puntos es la educación.

Según la organización, más de 25 millones de niños de entre 6 y 15 años, el 22% del total de niños en esas edades, están fuera de la escuela en zonas de conflicto de 22 países.

En todo el mundo, cerca de 50 millones de niños están desarraigados, 28 millones se han visto obligados a abandonar sus hogares por conflictos de los que no son responsables y otros tantos millones han migrado con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura.

En 2016 solo se destinaron a educación el 3,6% de los fondos humanitarios. Cada año se necesitan 8.500 millones de dólares (7.464 millones de euros) para subsanar este déficit, indica Unicef, que proporcionó apoyo educativo a 11,7 millones de niños en crisis humanitarias durante 2016.

Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/sociedad/noticias/8482174/07/17/La-falta-de-fondos-amenaza-la-educacion-de-millones-de-ninos-en-zonas-de-conflicto-advierte-unicef.html

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25 million children out of school in conflict zones – UNICEF

Chad/Dakar/New York/ 26 de abril de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org

Syrian education activist and refugee Muzoon sees impact of conflict on education during trip to Chad

More than 25 million children between 6 and 15 years old, or 22 per cent of children in that age group, are missing out on school in conflict zones across 22 countries, UNICEF said today.

“At no time is education more important than in times of war,” said UNICEF Chief of Education Josephine Bourne. “Without education, how will children reach their full potential and contribute to the future and stability of their families, communities and economies?”

At the primary school level, South Sudan has the highest rate of out-of-school children with close to 72 per cent of children missing out on education. It is followed by Chad (50 per cent) and Afghanistan (46 per cent). The three countries also have the highest rate of girls who are out of school, at 76 per cent for South Sudan, 55 per cent for Afghanistan, and 53 per cent for Chad.

At the lower-secondary school level, the highest rates of out-of-school children are found in Niger (68 per cent), South Sudan (60 per cent) and the Central African Republic (55 per cent). Out-of-school rates for girls spike for this age group, with nearly three quarters of girls in Niger and two in three in both Afghanistan and the Central African Republic not in school.

To help drive an increased understanding of the challenges children affected and uprooted by conflict face in accessing school, 19-year-old Syrian refugee and education activist Muzoon Almellehan, dubbed ‘the Malala of Syria’, travelled to Chad, a country where nearly three times as many girls as boys of primary-age in conflict areas are missing out on education.

Muzoon met a 16-year-old girl who was abducted by Boko Haram outside her school in Nigeria at the age of 13 and was drugged, exploited and abused for three years before fleeing to Chad. Muzoon also met children who are able to get an education for the first time, and community members who, like her once, are risking it all to get children into school.

“Conflict can take away your friends, your family, your livelihood, your home. It can try to strip you of your dignity, identity, pride and hope. But it can never take away your knowledge,” said Muzoon. “Meeting children in Chad who had fled Boko Haram reminded me of my own experiences in Syria. Education gave me the strength to carry on. I wouldn’t be here without it.”

When Muzoon was forced to flee unspeakable violence in Syria four years ago, her school books were the only belongings she took with her. She spent nearly three years in Jordan, including 18 months in Za’atari refugee camp, where she made it her personal miss ion to get more girls into education. She went from tent to tent talking to parents to encourage them to get their children into school and learning. She’s now resettled in the UK.

Like Muzoon, who fled violence in Syria to Jordan, 4,400 children have fled Boko Haram violence in northeast Nigeria to Chad. Unlike her, many of them remain out of school – and therefore risk abuse, exploitation and recruitment by armed forces and groups. Around 90 per cent of children arriving into Chad from Nigeria have never been to school.

UNICEF works in conflict-affected countries to get children back to learning, by providing catch-up education and informal learning opportunities, training teachers, rehabilitating schools and distributing school furniture and supplies.

In response to the education crisis in Chad, UNICEF has so far this year provided school supplies to more than 58,000 students, distributed teaching materials to more than 760 teachers, and built 151 classrooms, 101 temporary learning spaces, 52 latrines and 7 sports fields. UNICEF Chad also supported the salaries of 327 teachers for the 2016-2017 school year.

A USD $10 million allocation from Education Cannot Wait, a fund launched during the World Humanitarian Summit held in May 2016, will provide quality education for children who have been displaced and those living in host communities in Chad.

Despite these efforts, funding shortfalls are affecting children’s access to school in the conflict-affected areas of Chad. Currently, 40 per cent of UNICEF’s 2017 education funding needs in the country have been met.

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Fuente noticia: https://www.unicef.org/media/media_95861.html

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ACNUR se prepara para una gran situación de desplazamiento interno en Mosul, Irak

Asia/Irak/28 de agosto de 2016/Fuente: ACNUR

A medida que la acción militar se dirige a retomar la segunda ciudad más grande del país, la Agencia de la ONU para los Refugiados está mejorando los esfuerzos para asistir a cientos de miles de personas más.

 – El desplazamiento en Irak podría empeorar dramáticamente con el enfoque de la acción militar dirigiéndose a retomar Mosul, la segunda ciudad del país, dijo hoy el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

La ciudad al norte de Irak fue capturada por militares en junio de 2014, un momento en el que tenía una población estimada de 2,5 millones de personas. Las fuerzas gubernamentales de Irak han puesto su atención en la ciudad, desde retomar Faluya a finales de mayo.

“Mosul es la segunda ciudad más grande en Irak, y se espera que el impacto humanitario de la ofensiva militar allí sea enorme. Más de 1,2 millones de personas podrían verse afectadas”, dijo Adrian Edwards el martes en una nota en Ginebra.

Ya en meses recientes, cerca de 213.000 personas han huido de sus hogares en diferentes partes de Irak. Esto incluye 48.000 personas del área de Mosul, 87.000 de Faluya y 78.000 de Shirqat, Qayyara y alrededores.

“Mosul es la segunda ciudad más grande en Irak, y se espera que el impacto humanitario de la ofensiva militar allí sea enorme”.

El ACNUR brinda ayuda humanitaria, incluyendo albergue, paquetes con materiales de primera necesidad y servicios de protección, tales como la ayuda legal para las familias desplazadas. Ante la inminente situación en Mosul, la Agencia de la ONU para los refugiados está redoblando sus esfuerzos para poder asistir a cientos de miles de personas más.

“ACNUR está haciendo lo que puede con respecto a grandes desafíos para construir más campamentos para alojar personas y mitigar su sufrimiento, pero aún se necesitan terrenos adicionales para campamentos y fondos”, dijo Edwards.

Él recalcó que los planes de contingencia se han diseñado para proporcionar asistencia en materia de alojamiento para hasta 120.000 personas que huyen del conflicto en Mosul y sus alrededores, como parte de una respuesta interagencial a la crisis. Además, en toda la región se están ampliando o creando una serie de campamentos, al tiempo que se preparan otras opciones de albergue.

En total, ACNUR quiere establecer campamentos en hasta seis lugares en el norte de Irak, aunque el progreso depende tanto de la disponibilidad de terrenos como de la financiación. De la petición de 584 millones de dólares del ACNUR para ofrecer asistencia a las personas desplazadas, incluidos los refugiados iraquíes en la región, para el 2 de agosto apenas se había recibido un 38 por ciento.

“Debería hacerse todo lo posible para garantizar la seguridad y dignidad de las personas afectadas”.

ACNUR sigue abogando, en un contexto de conflicto volátil, complejo y de rápida evolución, por la libertad de movimiento de la población civil. Edwards declaró que esto “resulta especialmente crítico cuando se trata de personas que huyen de zonas de combate. Debería hacerse todo lo posible para garantizar la seguridad y la dignidad de las personas afectadas”.

En Debaga, en la gobernación de Erbil, durante los meses de julio y agosto se finalizó la construcción de dos campamentos que acogerán a desplazados iraquíes que han huido de pueblos situados al este del río Tigris. Debido al número de llegadas diarias, ACNUR quiere construir un nuevo campo, aunque está a la espera de que las autoridades locales faciliten un terreno.

Debaga ha multiplicado por diez su tamaño en apenas unos meses: de ser un campamento que acogía a 3.500 personas desplazadas en marzo, ha pasado a contar con varios emplazamientos que hoy acogen a más de 34.000 personas.

En el norte de Mosul, casi han finalizado los trabajos en el campo de Zelekan, en el distrito de Sheikhan, que cuenta con una capacidad de 1.200 tiendas de campaña. En el recinto de Amalla, en el distrito de Telafar, al noroeste de Mosul, también prosiguen los preparativos para la construcción de un campamento con capacidad para 3.000 tiendas.

En Kirkuk, ACNUR está construyendo en el distrito de Daquq un nuevo campamento con una capacidad para 1.000 tiendas y ampliando los campamentos de Nazrawa y Laylan, que ya están llenos.

 Edwards aseguró que prosiguen los trabajos en Salah al-Din para la construcción de un campamento en Tal al-Seebat para 1.000 tiendas, mientras que el ACNUR también está valorando e identificando otros lugares en diferentes puntos del norte de Irak, en estrecha colaboración con las autoridades.

Según Edwards, encontrar terreno disponible para los nuevos campamentos se ha convertido en un aspecto crucial. Las autoridades locales identifican y proporcionan los terrenos y ACNUR, otras agencias de la ONU y colaboradores humanitarios evalúan su idoneidad. Aun así, esta cuestión está plagada de problemas.

“Muchos propietarios no quieren arrendar sus tierras; mientras que otros terrenos pueden no ser apropiados debido a su topografía, su proximidad a la primera línea de combates o a operaciones militares y el riesgo de contaminación por minas terrestres y artefactos sin explotar (UXO, por sus siglas en inglés), o puede encontrarse en un área en el que la llegada de desplazados iraquíes puede avivar tensiones étnicas, sectoriales, religiosas o tribales”, dijo.

No todas las personas que se desplacen de Mosul encontrarán albergue en campamentos formales, y el ACNUR y sus socios también están pre posicionando paquetes para albergues de emergencia, como por ejemplo palos, herramientas, plásticos, para distribuir a medida que las necesidades crecen.

El ACNUR lidera la coordinación de protección, albergue, y bienes no alimentarios, así como manejo de respuesta. La Agencia cuenta actualmente con reservas de emergencia de tiendas de campaña y otros artículos de primera necesidad para 20.000 familias en todo el país.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-se-prepara-para-una-gran-situacion-de-desplazamiento-interno-en-mosul-irak/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_08.2016.23_Desplazamiento_Irak_73df62c849.jpg

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