Por: Luis Carlos Muñoz Sarmiento
Es posible, en estos tiempos convulsionados, de inquietante inquietud, el nombre Martin Luther King Jr. (MLK) les diga poco a los jóvenes e incluso a quienes tienen hoy entre 40 y 60 años. Mirada a la distancia su vida parece seguir siendo la del niño negro de actitud reservada, estirada e indiferente; la del joven digno de bajo perfil más que de baja estatura; la del pulcro y regordete religioso oficiador de misas algo intrascendente; aunque también, por contraste, la del hombre que resistiendo llegó a ser portada de Time en 1963, lo que no habla bien de la revista sino del héroe que la historia oficial gringa convirtió en anti-héroe; la de quien proponiendo alternativas al racismo, a la discriminación, a la injusticia y, claro, a la xenofobia, terminó por recibir un justo Nobel de Paz, no de Guerra, como el que ahora se da (1); en fin, la del político “blando” frente al Stablishment y, por ello, en teoría, ubicado en las antípodas del radical Malcolm X (2). De cuya ruta se ha dicho si es un sueño inacabado o una labor cumplida: aquí se hablará de ambos pues no es posible hablar de uno sin la otra. Ningún viaje lleva a un destino concreto, sino a nuevas formas de ver el mundo.
También a menudo se olvida que su vida constituye uno de los más tenaces ejemplos de lucha por su pueblo y que su muerte fue el resultado, aparte de una conspiración (3), de una sucia/deshonesta/antiética cacería oficial liderada por el eterno director del FBI, John Edgar Hoover, cuya vida se redujo a perseguir a quien pudiera constituir un peligro potencial, no necesariamente real, para el Establecimiento, desde dos ópticas: la del color de la piel, siempre que se tratara de negros, obvio; la de su posición política, sobre todo si tenía que ver con comunistas. También se olvida que MLK no es sólo uno de los cabecillas del movimiento por los derechos civiles e importante valor de la resistencia no violenta ante la injusticia y la discriminación, sino una figura carismática de la escena gringa que sirvió de inspiración a otros artistas, en particular del jazz, que le dedicaron a su vida y a su obra algunos de sus mejores trabajos: por razones de tiempo sólo se escucharán algunos de ellos.
Libro en pdf: Martin Luther King
Fuente: http://www.rebelion.org/docs/240588.pdf
Muchas gracias, señores de Otras Voces, por haber tomado m ensayo. Solo les pido corregir donde dice «Por: Rebelión/ Luis Carlos Muñoz Sarmiento», porque lo correcto es Por: Luis Carlos Muñoz Sarmiento, para el Portal Rebelión, si no queda la duda sobre la auténtica autoría.