Page 1 of 2
1 2

Los grandes desafíos en Educación

Por: Elías Jaua Milano

Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.

El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.

La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.

Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.

En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.

La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.

El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.

De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.

En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.

En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.

El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.

Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a269629.html

 

 

Comparte este contenido:

Los grandes desafíos en Educación

Por Elías Jaua Milano

Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.

El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.

La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.

Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.

En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.

La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.

El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.

De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.

En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.

En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.

El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.

Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.

Fuente del artículo: https://www.aporrea.org/educacion/a269629.html

Comparte este contenido:

Venezuela, vanguardia educativa

Por: Elias Jaua Milano

La Organización de Naciones Unidas ha planteado un conjunto de objetivos para la erradicación de la pobreza de aquí al año 2030. En ese marco la organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) en función de garantizar uno de esos objetivos, como lo es el acceso a la educación, recomienda a los países adoptar políticas y leyes que garanticen 12 años de educación primaria y secundaria gratuita, financiada con fondos públicos.

Hoy, en Venezuela, el Estado Democrático, Social, de Derecho y de Justicia garantiza hasta 24 años de Educación pública gratuita y obligatoria en la educación inicial, primaria, media general y media técnica hasta el pregrado universitario. La gratuidad se extiende hasta ciertas modalidades de postgrados en las áreas de salud y educación.

El sobrecumplimiento de ese objetivo, nos convierte en un país vanguardia en el desarrollo de la llamada agenda educativa 2030.

Eso se explica en la sostenida inversión social en la educación en los años de revolución. Para 1990 el presupuesto educativo alcanzaba difícilmente un 3,15% del PIB, esta situación cambió favorablemente con la llegada de nuestro Comandante Hugo Chávez. A partir de 1999 se experimenta un crecimiento sostenido hasta hoy, donde el gobierno Bolivariano del Presidente Nicolás Maduro destina el 7,5% del PIB a la Educación, aún en medio de una contracción del 70% del ingreso nacional, producto de la caída de los precios petroleros y de las agresiones contra nuestra economía.

En cuanto al mejoramiento de la calidad, nuestro gobierno a través de la Misión Simón Rodríguez dirigida a la especialización de docentes y a la formación de profesionales de otras áreas que deseen ingresar a la docencia, ha alcanzado para el momento 60 mil docentes cursando estudios gratuitos, en 16 áreas de Especialización, Maestría y Doctorado, cerca del 10% de todos nuestros educadores y educadoras.

La calidad la concebimos como una integralidad. El acceso a las tecnologías de información; más de 6 millones de computadoras portátiles con contenidos pedagógicos han sido donados a los estudiantes de distintos niveles, el 90 % de los instituciones educativas tienen acceso a internet, a los recursos pedagógicos, más de 20 millones de textos escolares con contenidos producidos por pedagogos venezolanos son distribuidos gratuitamente, el 50% de nuestros estudiantes reciben útiles escolares gratuitos y uniformes subsidiados, bonos y becas sociales; en el 75 % de las instituciones educativas públicas se ofrece un programa de alimentación escolar, desayuno y almuerzo, para el 2018 cubriremos el 100% con una merienda nutricional.

En 2030, cuando se cumplan 200 años de la muerte de nuestro Libertador Simón Bolívar, quien nos dejó esta frase para la posteridad «Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades», Venezuela podrá decir ante las Naciones Unidas hemos cumplido con nuestros niños, niñas y jóvenes, hemos cumplido con la humanidad. Hemos formado una generación para lo grande, para lo hermoso, para la libertad, para la paz, para la igualdad social, para el reconocimiento a la diversidad cultural, para otro mundo posible. Dios mediante, así será.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a254818.html

Comparte este contenido:

Lecciones de la historia

Por: Elías Jaua

Hace cien años en Rusia, tras cerca de 500 años de régimen feudal del Zarismo, en marzo de 1917 una rebelión obrera, de soldados, campesinos y la naciente burguesía derroca al último de los zares.

Se instala un gobierno provisional, una alianza liberal socialista, con un programa mínimo: convocar a elecciones para una Asamblea Constituyente; retirar las tropas rusas de la Primera Guerra Mundial; distribuir las tierras del zarismo entre los campesinos y darles participación a los trabajadores en las nacientes fábricas industriales.

Transcurrieron los meses y el gobierno provisional ratificó su participación en la guerra, aliados con Francia e Inglaterra contra los alemanes; postergó la entrega de tierras; reprimió a los trabajadores; permitió que el naciente capitalismo estructurara un modelo de economía especulativa y expoliadora, bajo el pretexto de preservar la alianza con la burguesía.

Estos lodos se convirtieron en una avalancha y el 7 de noviembre de 1917, 25 de octubre en el calendario Juliano, una segunda rebelión de soldados, campesinos y obreros, organizados en Soviets, Consejos, y bajo la conducción del Partido Bolchevique, dirigido por Vladimir Lenin y León Trotski, toman el poder y protagonizan el inicio de la primera revolución socialista triunfante del mundo.

Entre 1917 y 1918 se dan las más inéditas experiencias de gobierno directo desde las bases, todo el poder fue transferido a los Soviets; se dan eficientes experiencias de control y distribución de la producción; se demuestra que todos los seres humanos podían tener derechos sociales, a la educación, la salud, la vivienda, la propiedad, a la tierra.

Sin embargo, el haber cumplido la promesa de salirse de la guerra, firmando un pacto de paz con Alemania en condiciones muy desfavorables que conllevó a la perdida de amplias extensiones territoriales por parte Rusia, dividió al movimiento socialista y potenció las fuerzas contrarrevolucionarias generando las condiciones para una guerra civil, que tuvo como correlato el desarrollo de una estructura fuerte, punitiva del naciente Estado Soviético y del partido, así como la profundización de la caotización de la economía.

En 1922, Lenin que había sufrido un atentado con balas en 1918, comienza un proceso de degeneración de su salud que lo va alejando del ejercicio del poder real y ese es el contexto en el cual comienza a insurgir como hombre fuerte José Stalin, ya para ese momento Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Entre diciembre de 1922 y marzo de 1923, Lenin escribe un conjunto de artículos no publicados, que se denominan Notas de Lenin, consideradas su testamento político. Allí expresa, entre otras cosas, su preocupación por la sustitución del poder de los soviets, Consejos de trabajadores, campesinos y soldados, por una pequeña dirección del partido dirigida por Stalin, de quien dejó dicho por escrito que había alcanzado una ¨autoridad ilimitada concentrada en sus manos, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizarla con la suficiente prudencia¨.

Lenin envía parte de estas notas, en carta secreta al XII Congreso del Partido celebrado en abril de 1923. Esta carta sólo fue publicada tras la muerte de Stalin, en 1953. Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, muere en enero de 1924. Lo demás es historia conocida.

Hoy quiero revindicar la primera experiencia de poder popular real, de auténtica democracia revolucionaria, que dejó como uno de sus legados más importantes la noción de que todos los seres humanos tenemos derechos sociales, políticos y económicos y también es justo reconocer que el Estado y la organización popular que surgió de la llamada Revolución de Octubre, La Unión Soviética, salvó a la humanidad del nazi fascismo, hizo invalorables aportes al desarrollo científico y tecnológico para la humanidad, apoyó y financió la liberación nacional y la independencia en África, Asia y en nuestra América Latina.

Tomando en cuenta las causas conocidas del fin de esta extraordinaria experiencia, en 1991, rescato como lección para los revolucionarios y revolucionarias que luchamos por el socialismo, que tengamos conciencia que el pueblo no puede ser sustituido por un partido, y que el partido revolucionario no puede ser sustituido por una cúpula.

También queda como lección, que siempre nos recordaba nuestro Comandante Chávez, que el Capitalismo es una gigantesca amiba que siempre esta presta a devorar las experiencias no capitalistas, sino hay firmeza en lo moral y claridad en lo ideológico.

Con el escritor Uruguayo Eduardo Galeano, quien escribió un brillante artículo en 1990 que recomiendo, denominado el Niño Perdido en la Intemperie, me niego a creer que la condición humana esté condenada al egoísmo y a la acumulación de riquezas a costa de las miserias de millones.

Sigamos perseverando por el camino de la revolución democrática y no por otro hacia el porvenir de una sociedad auténticamente humana.

Fuente: http://vtv.gob.ve/opinionlecciones-de-la-historia-por-elias-jaua/

Comparte este contenido:

El pensar de Zamora (Opinión)

Por Elias Jaua Milano

A Ezequiel Zamora los intelectuales de las oligarquías, generación tras generación, lo convirtieron en sinónimo de bandolero, asesino, demonio, sanguinario, entre otros epítetos. Desde el pensamiento crítico, apenas se le reconocía su liderazgo y valentía, pero se le negaba su carácter de ideólogo revolucionario, hasta que el Comandante Chávez lo reconoció como el primer reivindicador de las ideas de Simón Bolívar y en consecuencia como raíz ideológica de nuestra Revolución Bolivariana.

Yo reafirmo que Zamora fue un gran líder popular porque, al igual que Chávez, supo interpretar que en el alma, en la conciencia, en el corazón de nuestro pueblo las ideas de Bolívar quedaron sembradas para siempre. Rescato el pensamiento de Zamora, como continuidad histórica del traicionado proyecto social de la Independencia. Así lo expresa él, en 1846, en El Pao de Zarate:

“… cueste lo que costare, lleguemos por fin a conseguir las grandes conquistas que fueron el lema de Independencia”.

Esa consecuencia con el proyecto independentista, lo reafirma el 7 de marzo de 1859, en Coro:

“No más sombras siniestras en el horizonte de la Patria, enarbolemos el estandarte de nuestros padres, de los patriotas de 1811”.

Igualmente, es claro identificar en Zamora un anclaje, de su pensamiento, en los valores del socialismo utópico, y esto no es especulación ya que él tenía amigos socialistas y tuvo acceso a literatura de los pensadores europeos que defendían esta ideología, así queda plasmado en la proclama tras la toma de Yaracuy, en 1859:

“… proclamad el Evangelio de los principios políticos, la igualdad entre los venezolanos, el imperio de la mayoría, la verdadera República”.

O de manera hermosa cuando prefigura la sociedad futura, el 12 de diciembre de 1859, después de la victoria en la batalla de Santa Inés de Barinas:

“No habrá pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se traten bis a bis, de quien a quien”.

En el pensamiento de Ezequiel Zamora, también encontramos un claro rechazo al despotismo y una apuesta al poder liberador del pueblo, así lo expresa en la proclama emitida tras la ocupación de la ciudad de Barinas, en mayo de 1859:

“Se acerca el deseado momento de fundar el Gobierno Federal que da al pueblo la dirección y manejo de sus propios intereses, sin sujeción a ningún otro poder y se asegura un porvenir de gloria y bienandanza a todos los venezolanos”.

En esa misma proclama expresa:

“Habéis probado con vuestra abnegación que solo el pueblo quiere su bien y es dueño de sus suerte y que de hoy más, Venezuela no será patrimonio de ninguna familia ni persona”.

Es claro pues que el General del Pueblo Soberano, además del gran guerrero que fue, dejó elementos teóricos para la soberanía, para la construcción de una sociedad de iguales, para el ejercicio del poder popular y su pensamiento fue y sigue siendo una lanza contra quienes traicionan los ideales de justicia y dignidad por la que hemos luchado, como pueblo, sean estos quienes sean y reclamen la glorias pasadas que reclamen para justificar sus odiosos privilegios. Así se lo dice al pueblo apureño en una comunicación, fechada en Barinas, en mayo de 1859:

“Son insensatos los que olvidando el credo político de la democracia de la América, símbolo formado por su Libertador se imbuyeron en las doctrinas del absolutismo escrito sobre la tumba del héroe por los enemigos de la Independencia y enseñadas por el salvaje José Antonio Páez, que verdugo de sí mismo y asesino de la Patria, lleva desde entonces el Arca Santa de nuestros derechos navegando por entre lagos de sangre hermana”.

Este grave reclamo a la ignominia estremece el alma patriótica y nos demanda a quienes asumimos la dirección de la Revolución Bolivariana, como no los exigió nuestro Comandante Chávez mil veces, a no terminar así.

Finalmente, reivindicó la lealtad de Zamora a sus propios principios, que tal como Fabricio Ojeda, honró con su propia vida y al igual que éste renunció a acomodarse en el poder y escogió el sendero del sacrificio, como lo dejó escrito en su carta de renuncia al cargo de Gobernador de Barinas, dirigida al Presidente Monagas, en Abril de 1853:

“Quiero defender los fueros populares en los campos de batallas (…) El juramento que tengo prestado me obliga a cambiar mi vida por la libertad de mi Patria”.

En el bicentenario de su nacimiento, juramentémonos de nuevo con las ideas y la vida de Zamora. Logremos en este tiempo que la lealtad, la honestidad y el compromiso auténtico con la causa popular no terminen otra vez en el camino de la traición de los negociantes de todos los tiempos o en el del martirio de los honestos y las honestas.

Es tiempo ya, que la victoria de las ideas justas sea irreversible para el pueblo sabio y libre de Venezuela. ¡Zamora vive, la lucha aún sigue!

Comparte este contenido:

Maestras y maestros

Por: Elías Jaua Milano

Maestro: el que tiene la experticia, el que enseña, el principal en un oficio, el grado mayor en filosofía, el que tiene méritos relevantes, son algunas de las definiciones de esa hermosa palabra. Sin duda, es un mérito relevante acompañar en su proceso educativo a los niños, niñas y jóvenes de nuestra Patria. Eso hace a las mujeres y a los hombres que ejercen la docencia sujetos protagónicos de la sociedad

Ellas y ellos no solo enseñan, ellas y ellos también son madres y padres de nuestros hijos e hijas. Infinidad de veces las y los hemos visto consolar el llanto de un niño, de una niña, compartir el pan con un estudiante, hacerse amiga o amigo del joven para encausar su rebeldía hacia lo grande, hacia lo hermoso, como decía nuestro padre Bolívar.

Maestras y maestros (en este hermoso concepto incluyó a todas y todos los que ejercen el arte de educar) son forjadores de la personalidad, de la identidad de clase, de la identidad nacional, del espíritu humanista de generaciones enteras. No solo depende de ellas y ellos, pero en lo esencial nosotros somos hechura de la madre, el padre, la maestra o el maestro que tuvimos o no tuvimos.

Hoy en el día en que se les honra en Venezuela -en homenaje al valiente grupo de maestros que un 15 de enero de 1932, en medio de la oscurana que representaba la brutal y pro imperialista dictadura de Gómez, se organizó para luchar por una educación que iluminara la Patria- queremos reiterar el compromiso de la Revolución Bolivariana con quienes están, como decía el Comandante Chávez, llamados y llamadas a mantener encendido en nuestros niños, niñas y jóvenes el fuego sagrado de la Patria.

El futuro de Venezuela y de la sociedad humana dependerá, en mucho, de los educadores y educadoras que tenemos y que tendremos. Por ello merecen, rescatando la frase bolivariana de Angostura, «el amor maternal» del Estado y más allá de toda la población.

Es indispensable para una sociedad valorar, cuidar y proteger a los hombres y mujeres que de manera amorosa enseñan y aprenden junto a nuestros muchachos y nuestras muchachas. Duele mucho cualquier agresión, de cualquier tipo, contra una maestra o un maestro.

Como hijo de maestra, como alumno de buenas maestras y buenos maestros a lo largo de mi vida, tengo plena conciencia de la tarea que he asumido. Vaya responsabilidad. Que Dios nos ilumine.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a240050.html

Imagen de archivo

 

Comparte este contenido:

Educación para el porvenir

Por: Elías Jaua Milano

En estos días me involucre de manera especial, como padre y como dirigente revolucionario, en el inicio del año escolar. Hay que celebrar lo mucho que hemos avanzado en los niveles de escolaridad; la infraestructura educativa; la dotación de textos y tecnologías; el programa de alimentación; la reivindicación de las culturas locales y la mística de los docentes. Sin embargo, quedan tareas pendientes como la seguridad y mantenimiento de las infraestructuras; mejor calidad y pertinencia; superar el déficit docente en las áreas de las ciencias; la lucha contra la deserción escolar; el logro de la convivencia escolar y comunal.

Sobre estos temas, hay importantes recomendaciones emanadas de la consulta educativa realizada entre los años 2014 y 2015, se trata de aplicarlas y aprovechar estos años de aquí al 2020 para avanzar en esas tareas pendientes y consolidar un nuevo modelo educativo en nuestra Patria.

El profesor Aristóbulo Isturiz, nuestro Vicepresidente Ejecutivo, en una extraordinaria conferencia, sobre estos temas, dictada en días pasados expresaba que nuestro modelo educativo debe formar a los republicanos y republicanas para la sociedad que queremos, esa sociedad que está plasmada y acordada por el voto de la mayoría en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Se trata entonces de formar para el porvenir a una generación de jóvenes, a partir de los valores de la solidaridad, el reconocimiento tolerante de nuestra diversidad física, de género, étnica cultural y política ideológica, pero a la vez orgullosamente identificada con la hermosa y común historia que nos pertenece, ser un pueblo hijo de libertadores y libertadoras.

Una generación de jóvenes instruida en el saber hacer para la vida cotidiana, que sepa usar la mente y las manos frente a los pequeños y grandes retos de la cotidianidad. Una generación que cultive su espíritu y su salud a través del arte y el deporte.

Si queremos porvenir, necesitamos formar una generación de venezolanos y venezolanas, que tenga conciencia de los grandes desafíos que como especie humana nos toca enfrentar en el presente y que serán más complejos en el futuro inmediato y en consecuencia oriente su formación técnico profesional para la producción de alimentos y otros bienes esenciales para la vida; para el desarrollo de nuevas fuentes y el uso racional de la energía y el agua; para la innovación científica aplicada a preservar la salud humana y el ecosistema; para la innovación y uso de las tecnologías de la comunicación como instrumentos de una política de promoción de la pluralidad cultural, la paz, la vida y la convivencia en nuestro mundo.

Creemos profundamente que esa formación solo se puede lograr desde los valores del humanismo, desde los valores del socialismo. Despejemos el horizonte y ganemos el porvenir.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a236718.html

Foto de archivo

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2