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España: Más de 2.500 alumnos acceden a la Escuela Oficial de Idiomas

España/27 octubre 2016/Fuente: diariocordoba

La consolidación de la modalidad semipresencial, entre las novedades. Las matrículas pueden aumentar puesto que aún quedan plazas libres.

La Escuela Oficial de Idiomas Corduba, que cuenta con una plantilla docente de 25 profesores y profesoras, tiene en este momento un total de 2.521 matrículas oficiales, si bien este número puede aumentar a lo largo del primer trimestre puesto que aún existen plazas vacantes en algunos cursos.

En la actualidad, la oferta educativa del centro incluye alemán, árabe, francés, inglés e italiano. En el caso de alemán, francés e inglés, se imparten también cursos de actualización lingüística para profesorado, así como diversos cursos en modalidad semipresencial. En inglés existe además la opción de cursar la enseñanza a través del programa a distancia That’s English. Según Teresa Liñan, directora de la Escuela Oficial de Idiomas Corduba, «consta una alta demanda de otros idiomas, como chino o español para extranjeros, por lo que se espera que en el futuro sea posible ampliar esta oferta educativa para ajustarla a las demandas de la ciudadanía».

De los 2.125 alumnos y alumnas matriculados, un total de 1.854 corresponden a la modalidad presencial; de ellos, 130 matrículas corresponden a cursos de actualización lingüística para profesorado, ofertados en alemán, francés e inglés.

En cuanto a la modalidad semipresencial, también ofertada para alemán, francés e inglés, cuenta con 343 alumnos y alumnas este curso. Finalmente, las matrículas en la modalidad a distancia de inglés, a través del programa That’s English, ascienden a 324.

Entre las novedades que presenta la escuela este curso destaca la consolidación de la enseñanza semipresencial, la demanda creciente de nivel C1, que actualmente se imparte en francés e inglés, y el creciente prestigio de los certificados de EOI en el entorno académico y laboral.

Desde su creación en 1989, la Escuela Oficial de Idiomas de Córdoba ha sido un referente para la ciudadanía cordobesa en materia de enseñanza de idiomas. Al tratarse de un centro público, en el que se recibe enseñanza de gran calidad a un precio reducido, existe una gran demanda para acceder al centro.

A lo largo de los años, la escuela se ha consolidado y ha experimentado un notable crecimiento, con una demanda imparable, y con la autorización de nuevos idiomas y nuevas modalidades. Se ha realizado una importante inversión en equipamiento para posibilitar el uso en el aula de recursos tecnológicos aplicados a la enseñanza de lenguas.

Se ha logrado también una modernización de la gestión del centro, tanto en lo relativo a los trámites administrativos como en la organización de recursos y establecimiento de procedimientos.

Es de destacar la proyección pública de la EOI de Córdoba, que ha pasado de ser un centro desconocido para amplios sectores de la población a estar presente en la vida educativa y cultural de la ciudad, en los medios de comunicación y en los ambientes académicos. La Escuela Oficial de Idiomas Corduba colabora con distintas entidades y organismos, tanto públicos como privados, y mantiene una estrecha relación con diferentes centros de la ciudad relacionados con la difusión de las lenguas.

También se le otorga gran importancia al acercamiento de los aspectos culturales, «ya que el conocimiento de la sociedad y de la cultura de los lugares en los que se habla un idioma facilita y enriquece el acercamiento del alumnado a la lengua», afirma Liñán. Además de la docencia directa, el alumnado del centro tiene acceso a una gran variedad de actividades culturales organizadas por el mismo centro, ya que se considera esencial promover actividades e iniciativas que difundan el interés por otras lenguas y por otras culturas.

Fuente: http://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/mas-2-500-alumnos-acceden-escuela-oficial-idiomas_1091293.html

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Revolución pedagógica: Esade se apunta a la innovación en la enseñanza con las ‘flipped classroom’

Por Carina Farreras

La revolución pedagógica ha llegado a la universidad. En un anuncio sin precedentes en el ámbito de la educación superior, Esade declaró ayer que la innovación transformará las aulas de sus escuelas. Los profesores bajarán de la tarima desde donde imparten actualmente sus clases magistrales para enseñar de una forma distinta, mucho más práctica, colaborativa y digital.

Las clases se iniciarán en la casa del alumno, que recibirá digitalmente los contenidos teóricos de la materia (como artículos o audiovisuales) de los que se examinará con un sencillo test antes de acudir a la escuela. En el aula, realizará un proyecto práctico con otros alumnos basado en los conocimientos adquiridos. El profesor, que preparará el material previo a la clase, acompañará al alumno en su proceso de aprendizaje y evaluará en base a los resultados. Esta metodología, que se denomina clase invertida o flipped classroom, se está generalizando en las escuelas e institutos de pedagogía avanzada pero no había llegado aún a la universidad de forma generalizada.

La directora general de la institución, Eugenia Bieto, que anunció un plan a tres años con una inversión de 10 millones de euros para digitalización y formación del profesorado, argumentó que “el mundo ha cambiado y la educación superior plantea retos y cambios de paradigma que obligan a reinventar el modelo de aprendizaje adaptándolo a lo que nos piden las empresas y los propios alumnos”.

Recordó la capacidad visionaria de Esade, que hace sesenta años se constituyó gracias al impulso de un grupo de empresarios que trajeron la metodología de las universidades americanas, novedosas en nuestro país, aliándose con la Compañía de Jesús. “Dentro de cinco o diez años la sociedad va a pedir liderazgos distintos a los actuales –indicó la directora general– como personas capaces de comprender una realidad compleja por lo que tenemos que formar a los alumnos en otras competencias”. El plan, que se probó con éxito el año pasado con ocho profesores y un millar de alumnos, se iniciará este curso 2016/2017 con un tercio de los 140 docentes actuales, de todas las escuelas y en todas las etapas formativas. En los próximos dos cursos se sumará el resto del profesorado, casi un centenar de docentes que previamente habrán recibido formación en la nueva metodología y apoyo en la presentación digital de las clases. Asimismo, se invertirá también en la renovación de las aulas, que contendrán mobiliario móvil para adaptarse a las diferentes demandas de las clases y podrán transformarse en aulas de diferentes dimensiones según convenga.“Estamos invirtiendo mucho esfuerzo, dinero, ilusión y energía en este proyecto”, indicó Bieto.

Dada la complejidad del programa, denominado Student First, se ha creado una unidad de innovación pedagógica que analizará el impacto del cambio en el profesorado y dirigirá la carrera de los docentes. “No es un proceso fácil ni barato”, reconoció el director general adjunto de Esade, Paco Longo, por lo que la escuela de negocios ha iniciado una campaña de financiación para este plan, calculado en 10 millones de euros, buscando la asociación con socios estratégicos que puedan acompañarles en este proyecto.

“Necesitamos una fuerte inversión en tecnología digital, así como laboratorios que permitan combinar la labor del alumno que quiere aprender, el profesor que quiere investigar y experimentar y las empresas que buscan utilidades nuevas”, señaló el directivo que también apuntó al cambio de política retributiva del profesorado: “Ahora, el trabajo será más intensivo fuera del aula” por lo que es lógico modificar la forma en que se calcula los pagos económicos. Entre los profesionales que se han sumado voluntariamente a este programa constan docentes veteranos como Javier Solana.

La directora general calificó los resultados del curso pasado como los mejores de los últimos seis años. La entidad, dependiente de la Universitat Ramon Llull, facturó 99 millones de euros, sin aumentar precios, lo que significa un 4,2% más que el año anterior. El 34,2% de los ingresos proceden de programas internacionales. Cuenta con 9.369 estudiantes de 101 países entre los campus de Madrid, Barcelona y Sant Cugat del Vallès y un total de 60.000 exalumnos.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20161026/411330930381/esade-innovacion-flipped-classroom.html

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España: Educación retoca la reválida y sienta sus bases sobre la selectividad

España / 26 de octubre de 2016 / Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/

Al igual que la antigua prueba, solo tendrían que presentarse los alumnos que quieran acceder a un título de Grado y no para obtener el título como preveía la LOMCE

El ministerio de Educación ha decidido darle una vuelta más a la reválida que establece la nueva  ley de Educación (LOMCE) y ha decidido tomar como base la antigua selectividad para modificar lo que se tenía previsto. La nueva reválida que establece la ley Wert proponía que todos los alumnos de Bachillerato y ESO debían examinarse para lograr su correspondiente título. Esto ya no será así. Esta prueba, al igual que la selectividad, solo tendrán que realizarla los alumnos de Bachillerato que quieran acceder a una enseñanza de Grado. Así se desprende de un borrador de la orden ministerial sobre las características de las reválidas de ESO y Bachillerato publicado este martes por el periódico Magisterio.

 El alumnado que finalice sus estudios de Bachillerato en el curso 2016-2017 deberá obtener una calificación igual o superior a 4 puntos en la evaluación final de Bachillerato para acceder a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado. Otra de las similitudes con la antigua selectividad es el porcentaje empleado para calcular la nota final. Según este borrador, la calificación final para el acceso a estudios universitarios de este alumnado se calcularía como hasta ahora, ponderando un 40 % el resultado de la evaluación final y un 60 % la nota media del expediente académico del alumno en Bachillerato.

«Se entenderá que se reúnen los requisitos de acceso cuando el resultado de esta ponderación sea igual o superior a 5 puntos», añade. El texto indica también que la evaluación de Bachillerato este curso «únicamente» se tendría en cuenta para el acceso a la Universidad, no para la obtención del título de la etapa, tal y como establece el calendario de implantación de la LOMCE. Tampoco la de 4º de la ESO tendría efectos académicos.

El texto es del 23 de septiembre, aunque un portavoz del Ministerio de Educación ha asegurado a Europa Press que no es el documento sobre el que este departamento está trabajando en la actualidad. El plazo límite para aprobar esta orden en Consejo de Ministros es el 30 de noviembre. El texto debe contar primero con el dictamen preceptivo del Consejo Escolar del Estado, pero este organismo está bloqueado por la falta de altos cargos y la imposibilidad del Gobierno en funciones de nombrarlos.

 El ministerio con esta orden fijaría el marco común de las pruebas, es decir, la duración, el diseño y su contenido y dejaría en manos de las comunidades autónomas la potestad para organizar las evaluaciones y fijar los tribunales, las fechas y las preguntas de los exámenes. Una decisión, esta última, que fue criticada por el Consejo Escolar del Estado, que advirtió de que «podría ahondar, aún más, en las diferencias existentes entre las 17 autonomías».

Cuatro días de exámenes

Las principales diferencias entre las nuevas evaluaciones y la Selectividad es que se emplearían cuatro días como máximo -cinco en las comunidades con lengua cooficial-, en lugar de tres -cuatro en CC.AA con lengua cooficial-, y los alumnos se examinarían de contenidos de los dos cursos de Bachillerato, no sólo de segundo.

El texto señala para ambas reválidas que se realizaría una prueba por cada una de las materias objeto de evaluación en la etapa correspondiente, constando cada una de ellas de un número mínimo de dos preguntas y un máximo de 15. El borrador indica que el tipo de preguntas podría ser tipo test de opción múltiple -una sola respuesta correcta inequívoca entre las opciones propuestas-; semiabiertas -respuesta correcta inequívoca y que exige construcción breve por parte del alumno; y abiertas -exigen construcción por parte del alumno y no tienen una sola respuesta inequívoca-.

El decreto aprobado a finales de julio por el Consejo de Ministros establece que los alumnos de 4º de la ESO se examinarán de siete materias: cuatro troncales, dos opcionales y una específica, a elección del alumno, que no sea Educación Física, Religión o Valores. La nota final constará en un 70% de la media de las calificaciones obtenidas en esa etapa y en un 30% la calificación en la evaluación final. Los de 2º de Bachillerato se examinarán de cinco asignaturas troncales, dos opcionales y una específica, a elección del alumno, que no sea Educación Física ni Religión.

Duración de las pruebas y fechas

Según el borrador de la orden, cada prueba final de ESO duraría 60 minutos, con un descanso entre pruebas consecutivas de, como mínimo, 15 minutos. La de Bachillerato, 90 minutos y con descansos de 20 minutos. Además, habría un descanso entre pruebas consecutivas de, como mínimo, 20 minutos.

El borrador también señala que las pruebas de evaluación final de ESO correspondientes al curso 2016-17 en convocatoria única deberían finalizar antes del 24 de junio y los resultados deberán ser publicados antes del 15 de julio. Las de Bachillerato, antes del 10 de junio y los resultados deberían publicarse antes del 24 de junio. También cabría una convocatoria extraordinaria anterior al 8 de julio cuyos resultados deben publicarse antes del 23 o, en el caso de hacerse en septiembre, antes del 9 y cuyos resultados se publicarían antes del 23.

Difusión de los resultados

Ambas evaluaciones irían acompañadas de cuestionarios de contexto, como la de Primaria, para conocer la situación socioeconómica y sociocultural de las familias de los alumnos, según el borrador de la orden.

También señala sobre los resultados de las evaluaciones que las administraciones educativas pondrían en conocimiento de la comunidad educativa los resultados de las evaluaciones finales que realicen en su ámbito de gestión, «mediante indicadores comunes» para todos los centros docentes establecidos por el Ministerio de Educación «sin identificación de datos de carácter personal y siempre garantizando el anonimato de los alumnos y sus padres».

Los que repiten 2ª de Bachillerato no están obligados

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha remitido una circular a los centros educativos para especificar que los alumnos de 2º de Bachillerato matriculados el curso pasado en asignaturas pendientes no tendrán que hacer la evaluación final para obtener el título. Medidas similares se van a tomar en el resto de las comunidades.

Según la resolución, estos alumnos no tendrán que hacer la reválida, obteniendo así el título de Bachillerato. No obstante, se da la opción voluntaria de poder hacer la evaluación final a los alumnos que así lo consideren si pretenden mejorar la nota media. «Sólo necesitarán matricularse de las asignaturas pendientes, que recuperan, según el currículo LOE. La superación de todas esas materias al término del curso 2016/17 será suficiente para ser propuestos por el título de Bachiller que, sin embargo, será el correspondiente el correspondiente al sistema LOMCE», expone la circular.

Fuente noticia: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2016/10/25/educacion-retoca-revalida-sienta-bases-sobre-selectividad/00031477402857442741347.htm

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España: La Asamblea ordena que Educación revise el modelo de bilingüismo escolar.

El PP acepta la petición de Ciudadanos de dar más medios y formación continua a los docentes que imparten clases en idiomas extranjeros.

Europa/España/25.10.2016/Autor y Fuente:http://www.laverdad.es/

Cuatro meses después de dictar la orden que regula el sistema de enseñanza de lenguas extranjeras en los colegios murcianos, la Consejería de Educación y Universidades tendrá que reconsiderarla a instancias de la Asamblea Regional, cuyos diputados la consideran «poco realista» y «excluyente». La instrucción, publicada el pasado 10 de junio en el Boletín Oficial de la Región de Murcia, fue cuestionada por Ciudadanos, que pretendía derogarla en el Pleno de ayer y fue convencido finalmente por el PP -el partido en el Gobierno- para someterla a revisión por parte de una comisión técnica.

El diputado del partido naranja Juan José Molina aseguró que esa orden de la Consejería para regular el modelo de bilingüismo es «loable», aunque también «poco realista y de enorme complejidad». Recordó al Pleno que la Región de Murcia ocupa los primeros puestos en los informes nacionales de fracaso y abandono escolar, por lo que es necesaria, cuando menos, una revisión de lo que se está haciendo actualmente. Molina, que es profesor de Secundaria, reclamó más medios para docentes y centros, con el fin de que dicho modelo sea «inclusivo». Además, hizo hincapié en la necesidad de asegurar a los docentes la formación adecuada, «específica, sistemática y constante» para garantizar mayores éxitos.

Durante el debate, sacó a colación los frecuentes casos de maestros y profesores que logran la certificación de su nivel de idiomas por medios propios, pagando academias y asistiendo a las escuelas oficiales. También puso en duda que ahora la Comunidad destine más recursos que hace unos años a la formación en idiomas de esos docentes.

 El diputado del Grupo Popular Víctor Martínez-Carrasco admitió que el sistema es «mejorable» y aceptó la propuesta de Ciudadanos para revisarlo. De ello deberá encargarse una comisión específica.

Menor aprendizaje

PSOE y Podemos se abstuvieron en la votación. La diputada socialista Choni Ludeña aseguró que el actual sistema de bilingüismo es «erróneo, porque no consigue mejorar el aprendizaje». Además, destacó que los informes que analizan su implantación en diferentes regiones constatan que los conocimientos de los alumnos en las diferentes materias impartidas en inglés han bajado en los últimos cursos porque no dominan ese idioma y denunció que en la Región existan tres modelos distintos de bilingüismo.

El portavoz de Podemos, Óscar Urralburu, reclamó la derogación de la orden de la Consejería porque el actual modelo es «segregador» de alumnos y carece del suficiente apoyo de la comunidad educativa.

Fuente: http://www.laverdad.es/murcia/201610/21/asamblea-ordena-educacion-revise-20161021013717-v.html

Imagen: http://www.laverdad.es/noticias/201610/21/media/104377633.jpg

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Cuidado con el Aprendizaje basado en el Cerebro.

El anuncio de la contratación de la fundación de neurociencias Ineco, dirigida por Facundo Manes, para asesorar al gobierno en educación despertó el debate sobre su injerencia. Como contribución al mismo, en esta nota el neurobiólogo inglés Steven Rose alerta sobre la mirada reduccionista de la “neuroeducación”.

Por:  Steven Rose.

Los neurocientíficos y la neurociencia están de racha. A principios de 2013, la Unión Europea anunció su Human Brain Proyect (Proyecto Cerebro Humano) con un presupuesto estimado de 1,2 mil millones de euros.

El proyecto es uno de los dos ganadores del concurso “gran desafío”, otorgado en virtud del programa insignia de la UE para Tecnologías Futuras y Emergentes. El objetivo, según el sitio web del proyecto, es “construir una infraestructura completamente nueva de tecnología de computación de información para la neurociencia y la investigación en medicina e informática relacionadas con el cerebro, catalizando un esfuerzo de colaboración global para comprender el cerebro humano y sus enfermedades y, finalmente, para emular sus capacidades computacionales”.

Poco después, el presidente estadounidense Barack Obama anunció un mega proyecto cerebral paralelo, el Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies (Investigación Cerebral mediante Neurotecnologías Innovativas Avanzadas), presupuestado en 3 mil millones de dólares durante 10 años y destinado a generar un mapa dinámico de la conectividad de los 100 mil millones de neuronas en la corteza cerebral humana –o inicialmente más modestamente, de unas pocas decenas de miles en el cerebro del ratón.

Este proyecto una colaboración de varias agencias federales de Estados Unidos, incluyendo los Institutos Nacionales de Salud y la agencia militar DARPA (Agencia de Proyectos Avanzados de Defensa) también ha atraído elevada retórica. Será “transformador”, resolverá “el misterio de las tres libras de materia que se encuentra entre nuestros oídos”, y será un generador de riqueza. Se centrará en las nuevas tecnologías –optogenética, nanopartículas, neurosondas miniaturizados, computación de ADN– necesarios para comenzar a localizar y registrar las conexiones.

No importa que muchos neurocientíficos sean escépticos acerca tanto de las metas como de los métodos; pocos van a mirar con recelo a los caballos regalados. La posición por defecto será la de tomar el dinero y correr. Porque es cierto que este es un momento increíble para la investigación sobre el cerebro, con extraordinarias nuevas técnicas capaces de sondear el cerebro vivo en todos los niveles, desde el movimiento de iones a través de membranas sinápticas hasta la participación de conjuntos gigantes de las neuronas en la realización de tareas tales como el trazado la ruta de casa al trabajo o recordando la cara de un ser querido.

Pero con estos éxitos ha venido una cierta arrogancia. “Usted es su cerebro”, afirma un Premio Nobel. Otro dice: “Usted no es nada más que un montón de neuronas”. La mente, la conciencia y el “libre albedrío” colapsan; no son más que los epifenómenos de procesos cerebrales, una “ilusión de usuario”. Y así, la marcha hacia adelante de la neurociencia ofrece iluminar y transformar otros estudios sociales y culturales que anteriormente eran independientes.

Estamos entrando en el mundo híbrido de neurodisciplinas: neuroeconomía, neuromarketing, neuroestética, neuroética. Algunos de estos están quizás mejor vistos como meras burbujas intelectuales, memorablemente capturadas en el término de Raymond Tallis “neuromania”.

Sin embargo, algunos –sobre todo el de las neuroleyes (este campo, creciente en los EE.UU., explora el argumento de la responsabilidad disminuida por un crimen porque “mi cerebro me hizo hacerlo”) y la neuroeducación, el tema de esta crítica– deben tomarse más en serio, debido a que sus afirmaciones tienen consecuencias prácticas.

Es fácil ver por qué la perspectiva de la neuroeducación, o el aprendizaje basado en el cerebro, podría excitar a maestros deseosos de hacer lo mejor para sus estudiantes y para encontrar maneras de anclar su estrategias de enseñanza y aprendizaje en lo mejor de que la ciencia pueda ofrecer el aprendizaje.

La seducción de esas ubicuas imágenes en falso color del cerebro, mostrando las regiones que se “encienden” cuando se resuelve un problema de matemáticas o se aprende un nuevo idioma, no se puede negar. Parecen ofrecer una certeza que las meras percepciones psicológicas o educativas no pueden ofrecer. Por lo que no es sorprendente que la neuroeducación se esté convirtiendo en una industria en crecimiento (una búsqueda en Google registra 158.000 accesos para “neuroeducación” y 299.000 para el “aprendizaje basado en el cerebro” [5.910.000 para “brain-based learning”], con padres y profesores como objetivos por igual.

En Inglaterra, los anuncios de televisión lanzan himnos a los méritos de los gimnasios “cerebrales” y ofrecen ejercicios para activar los “botones cerebrales” para mejorar el flujo de sangre al cerebro. Por lo menos en el Reino Unido, al contrario que en los EEUU., los anuncios no incluyen todavía a los electrodos estimuladores de corriente directa (estimuladores transcraneales de corriente directa, TCDS) que, colocados a través del cráneo, se supone que mejoran el aprendizaje y la memoria.

No obstante, se pueden comprar en Internet, junto con “potenciadores cognitivos” fuera de indicación [off label, en inglés], tales como Ritalina, prescritos originalmente para el trastorno de hiperactividad con déficit de atención, pero ahora ampliamente utilizados por los estudiantes repasando para exámenes.

En cuanto a los maestros de escuela, Usha Goswami, director del Centro de Cambridge para la Neurociencia y Educación, ha descrito en la revista Nature Neuroscience cómo los maestros [en Inglaterra] reciben más de 70 envíos por correo al año instándolos a inscribirse a los cursos sobre el aprendizaje basado en el cerebro. Algunos ni siquiera se molestan con un curso.

Un director me contó cómo había reorganizado su horario de clases para enseñar en ráfagas rápidas como resultado de la lectura de un artículo en la revista Scientific American. Este informaba que si moscas de la fruta y ratones son entrenados intensivamente en tandas repetidas de 10 minutos separadas por períodos de descanso, muestran mejor memoria que si se les da la misma cantidad de entrenamiento espaciados de manera más uniforme.

Se proponen diferentes estrategias de enseñanza para estudiantes de “cerebro izquierdo” y “de cerebro derecho”, aquellos cuyo aprendizaje está más basado en el lenguaje en comparación con aquellos que son más visuales. Y he perdido la cuenta del número de veces que me han preguntado si es cierto que “usamos solo el 10 por ciento de nuestro cerebro”.

Los neurocientíficos son con razón crítico de muchas de estas afirmaciones; un informe de la Royal Society [Academia de Ciencias de Inglaterra] en 2011 (Brain Waves Module 2, Neuroscience: Implications for Education and Lifelong Learning) los describió como “neuromitos”. Cerebro izquierdo/derecho está mejor considerado como una metáfora, no una declaración acerca de la localización cerebral, mientras que nadie parece saber dónde está la figura 10 por ciento se originó. Tanto el ejercicio como el sueño pueden ayudar al aprendizaje y la memoria, pero los efectos de TCDS son evanescentes.

Tales pronunciamientos autorizados pueden ser vistos como un intento de las voces autorizadas de la neurociencia y la psicología cognitiva para vigilar las fronteras y lograr un cierto control sobre los excesos de los profesionales de los bordes. Pero si bien es importante cuestionar las afirmaciones de los “vendedores de aceite de serpiente” [charlatanes, NdelT], mi argumento es que las pretensiones de la corriente mainstream de la neuroeducación, también, se han exagerado.

Consideremos las recomendaciones con las cuales concluye el informe de la Royal Society sobre las implicaciones de la neurociencia para la educación y el aprendizaje permanente: un fuerte alegato a favor de la neurociencia para informar estrategias de enseñanza. (La revelación completa: Yo era un miembro del grupo directivo para el proyecto global Ondas Cerebrales de la Royal Society, aunque no involucrado en este módulo educativo).

La neurociencia, se propone, debería ser utilizada como una herramienta en política educativa, informando la formación del profesorado y la tecnología del aprendizaje adaptativo. Y el prólogo de un libro reciente, Neurociencia para la Educación, editada por Denis Mareschal, Brian Butterworth y Andy Tolmie, imagina un futuro en el que los padres llevan a su hija de 10 meses de edad, a un chequeo de carácter educativo mediante la medición de la actividad eléctrica de su cerebro, y determinar si ella será capaz de aprender chino por imágenes de su respuesta a los fonemas mandarín, con un maestro robot para entrenarla.

La resonancia magnética funcional podría ser utilizada para ayudar a “cerrar la brecha en el rendimiento entre los niños asiáticos y occidentales” y decidir si un niño tiene TDAH, mientras que el estudio de los “mecanismos cerebrales de los expertos” puede determinar si un método de enseñanza que se imparte está estableciendo “habilidades auténticas”.

¿Son tales propuestas, por bien intencionadas que sean, realistas o incluso deseables? Esto no es negar que los estudiosos de la psicología cognitiva y desarrollo infantil tienen cosas útiles que decir acerca de las estrategias óptimas de aprendizaje y la secuencia normal en la que los niños desarrollan competencias en la cultura occidental contemporánea. Así como era la intención de Alfred Binet en el desarrollo de pruebas de CI [coeficiente de inteligencia] hace un siglo, este tipo de investigación puede ayudar a identificar a niños con dificultades específicas de aprendizaje, desde dislexia a discalculia, y diseñar estrategias para ayudarles a mejorar.

Pero a menos que está dictando biología, ¿es importante para un/a maestro/a a distinguir su hipocampo de su amígdala, ambas estructuras cerebrales implicadas en ciertas formas de aprendizaje? Las imágenes del cerebro aparentemente ha demostrado que la corteza prefrontal ventrolateral se ilumina cuando las niñas adolescentes experimentan exclusión social, pero ¿esto proporciona orientación sobre cómo podrían ser ayudadas estas jóvenes? ¿A menos que, por supuesto, como en el sueño del futurólogo, esto sea mediante intervención directa en el cerebro?

Los niños de familias más pobres (o como la literatura pone, más comedida, de nivel socioeconómico bajo) en general pueden tener un vocabulario más restringido que sus pares más ricos -aunque esto ha sido impugnado enérgicamente- pero someterlos a exploración de imágenes cerebrales o a la medición de sus potenciales eléctricos relacionados a eventos (“potenciales evocados”, o ERPs en inglés) para demostrar que esta diferencia puede estar reflejada en procesos cerebrales puede parecer añadir sal a la herida.

Y cuando los neurocientíficos cognitivos afirman que la pobreza impide la función cognitiva (el título de un artículo reciente en la revista Science) o que una manera de sacar a la gente de la pobreza es el uso de la terapia cognitivo conductual para mejorar su “capital mental” (“concebido metafóricamente”, según la psicóloga Cary Cooper, “como la cuenta bancaria de la mente, que se debita o acredita a lo largo del ciclo de vida, desde la infancia hasta la vejez”), muestra una cierta desconexión con las fuerzas económicas que actualmente conducen a la gente a la pobreza.

Hay otro problema aquí, una manifestación de la tendencia común entre los neurocientíficos a cometer lo que los filósofos llaman la falacia mereológica, que a grandes rasgos significa atribuir las propiedades del todo -en términos de neurociencia, el ser humano viviente y consciente- a una parte de ese todo, es decir, el cerebro. Así, una introducción accesible y ampliamente leída al cerebro y su estudio realizada por dos destacados investigadores, Sarah-Jayne Blakemore y Uta Frith, se titula El cerebro aprendiendo: Lecciones para la Educación (2005), e incluye entre sus capítulos títulos como “el cerebro matemático” y “el cerebro alfabetizado”.

Un uso común, pero como seguramente ambos autores estarán de acuerdo, no son los cerebros los que aprenden, son matemáticos o leen y escriben; son sus poseedores quienes utilizan sus cerebros para aprender, hacer matemáticas o lo que sea. (Sé que estoy poniendo mi propia cabeza en la guillotina aquí: hace muchos años, a principios de 1970, escribí un libro llamado, en mi certeza juvenil, El cerebro consciente. Pero me me reformado). Esto es, creo, más que una sutileza semántica, ya que estos títulos reflejan la forma en que los neurocientíficos tienden a pensar y animan a otros a pensar lo mismo.

Por otra parte, los énfasis que se desarrollan a partir de esta forma de pensar, en, por ejemplo, el reporte de la revistaBrain Waves [Ondas Cerebrales] sobre la “tecnología adaptativa de aprendizaje” o el prólogo de Educational Neuroscience [Neurociencia Educacional] a un “tutor robot”, corren el riesgo de confundir enseñanza con aprendizaje.

Al instrumentalizar los instrumentos de enseñanza, centrándose en el cerebro y no el niño o el estudiante, estos defensores parecen ignorar el hecho de que tanto la enseñanza como el aprendizaje no son actividades atemporales y aisladas, sino, en su misma esencia, embebidas socioculturalmente.

Para mí, como un neurocientífico, comprometido como yo con las tareas de investigación que implican tratar de entender cómo funciona el cerebro y qué relación puede tener ese funcionamiento con la mente y la conciencia, estudiar de lo que ocurre en el cerebro cuando alguien resuelve ecuaciones cuadráticas o aprende un poema es infinitamente fascinante.

Me preocupa, sin embargo, que algunos de los entusiastas de la neurociencia educativa pueden tomarlo de manera incorrecta. Para los neurocientíficos, la fenomenología de, por ejemplo, la discalculia o la dislexia, origina preguntas sobre los procesos cerebrales que pueden estar implicados, y en este sentido el informe de la Royal Society está es adecuado en fomentar el intercambio de conocimientos entre profesionales y científicos.

Pero yo sugeriría que esto es menos sobre lo que los educadores puedan aprender de nosotros, y más acerca de cómo su experiencia de la enseñanza puede ayudar a enmarcar las preguntas que los neurocientíficos hacen sobre el cerebro.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/cuidado-con-el-aprendizaje-basado-en-el-cerebro/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/timeshighereducation.jpg

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Una Escuela funciona cuando el maestro entiende que lo es de todo el centro,no de su clase.

Por: Pau Rodríguez.

Desde que la escuela Fructuoso Gelabert nació, en 2004, muchos han considerado esta escuela barcelonesa, que dirigía Joan Domènech, una rara avis. Mucha participación del alumnado, pocos libros de texto -y menos para encargar deberes-, exámenes contados… Una serie de planteamientos educativos revolucionarios que, ahora, abarcan cada vez más escuelas, pero que, según Domènech, aún debe superar escollos como el control “excesivo” de la Administración o el individualismo de los docentes y las escuelas. Por eso él reivindica la red. Redes de maestros, de centros. No es casualidad que su escuela haya sido activa en las principales iniciativas de cambio educativo de las últimas décadas, desde los movimientos de renovación pedagógica (que presidió durante siete años) hasta la Red de Escuelas insumisa a la LOMCE, pasando por la coordinadora de escuelas 0-12 o la más reciente iniciativa Escuela Nueva 21.

¿Compartes, tal como se repite cada vez más, que estamos viviendo una ola de transformación en escuelas e institutos? ¿Se trata de una nueva primavera pedagógica, como decía Jaume Carbonell?
Es un momento muy interesante, y no solo en Cataluña. En los años 80 ya se vivió un gran cambio con el paso de la escuela selectiva en la comprensiva, con voluntad de escolarizar a todos hasta los 16 años, con un currículo avanzado… Pero esto ha quedado trastornado con la llegada de la sociedad del conocimiento, que ha cambiado las reglas del juego.Hay una necesidad imprescindible de cambiar el modelo de escuela y, las que hace años que trabajamos en este sentido, nos encontramos en condiciones óptimas. Hace 13 años, en Fructuoso Gelabert nos veían como una rara avis;ahora nadie nos discute la propuesta. En este sentido, puede volver a haber una nueva primavera pedagógica, sí, porque hay inquietud y se dan condiciones externas.


¿Cuáles son estas condiciones? ¿Una mayor exigencia de las familias? ¿Las nuevas necesidades del mercado laboral?
Hay condiciones macro y micro. Muchas familias han visto que el modelo de escuela que vivieron ya no les sirve: se han incorporado al mercado de trabajo, o en la vida en general, y pocas cosas de su escuela les han sido útiles. Esto hace 40 años no ocurría. Pero hay condiciones más macro: los grandes propósitos de la educación -acceso al conocimiento, justicia y equidad, emancipación- han entrado en crisis. El conocimiento que antes se transmitía a la escuela ¿ahora dónde está? En todas partes. Es poliédrico, polivalente.

¿La pérdida del monopolio del conocimiento sitúa la escuela en una posición más débil?
Más compleja. Te obliga a convivir con la incertidumbre. Es un trabajo muy personal que deben hacer los maestros, el de aceptar que esta es la cultura en la que les ha tocado vivir, y que los objetivos de hoy habrán cambiado mañana. Esto implica que los currículos rígidos y encorsetados actuales no sirven. El maestro debe estar atento a lo que pasa, y mantener un diálogo constante entre lo que los niños quieren saber y lo que él cree que deben aprender.


En tu libro Elogio de la educación lenta destacas que también en el ámbito educativo hay que distinguir entre lo urgente y lo importante. Ahora que la escuela parece que está dispuesta a replanteárselo todo, ¿qué es lo realmente importante que hay que cambiar?
Lo más importante es el debate sobre los propósitos. ¿Por qué educamos? Se lo debe preguntar la sociedad, la Administración, los maestros… Los problemas urgentes se pueden resolver con recursos, recetas, formación, equipos.Pero hay un debate en profundidad que da sentido a la profesión. Y este ha sido uno de los déficits de la Administración de los últimos 30 años. La LOGSE lo apuntó, pero desde entonces no se ha avanzado. Y en cualquier caso aquel debate ya no sirve.

Es decir ¿por qué educamos?
Martha Nussbaum decía que educamos para saber qué debemos hacer de nuestras vidas. Me parece una definición fantástica. Adorno dice que educamos para que no se repita Auschwitz. Kant dice que para ser personas libres y capaces de pensar por sí mismas. Lo que han dicho estos pensadores sigue siendo válido, aunque lo que tenemos que hacer es interpretarlo en nuestra situación.

Vuestra escuela ha tenido este debate y ha avanzado con algunas propuestas, pero me decías que a menudo se le ha tachado de bicho raro.¿Qué es lo que más os ha frenado durante este 14 años de vida del centro?
Hay dos cosas en el sistema que ponen palos en las ruedas al proceso de cambio. Una es la política de control de la Administración, esta idea de que decirte constantemente qué hacer, con los mecanismos de control correspondientes para ver que lo haces. Nosotros hemos dicho ‘no’ a hacer una parrilla determinada, o una evaluación concreta, razonando bien, y hemos ido tirando excepto en algunos casos que nos han hecho acatar. Hay que decir que a menudo encontramos comprensión y tolerancia por parte de la Administración, pero lo que no encontramos son estímulos. El otro gran problema es el individualismo profesional. Una escuela funciona cuando los maestros entienden que lo son de todo el centro, y no de su clase. Y lo mismo con una escuela: debe tener conciencia de barrio, de red con otras escuelas.Debe colaborar con su entorno, trasvasar conocimiento. Pero esto no suele pasar. Los directores lo son de su escuela, y los maestros, de su clase. Falta mucho trabajo en equipo.


El informe TALIS lo constata. El 87% de los maestros no han entrado nunca en la clase de un compañero. Casi el doble que la media de la OCDE.¿Por qué ocurre esto?
Mi percepción es que es un tic del sistema educativo franquista. No nos hemos acabado de desembarazarse del individualismo, como tampoco del control de la Administración. Las reformas educativas, desde los años 80, lo han reformado todo menos la Administración.


Su escuela ha sido una de las insumisas en la LOMCE. ¿Ha percibido control en casos como el de las pruebas externas? ¿Cómo lo ha vivido?
Este tema generó mucho debate en la escuela. Son pruebas que van en contra de nuestro sistema de evaluación, sobre el que estamos reflexionando profundamente. La percepción, como
escuela, es que estas pruebas no nos ayudan en el trabajo que hacemos. Y es un punto de conflicto porque, además, existe la polémica de que son obligatorias, de si le puede caer un puro al director si no se hacen. Por eso hemos tenido suerte con que las familias, que están muy integradas en el proyecto de la escuela, lo han entendido y han tomado la iniciativa de no llevar a los niños a clase esos días. Ha sido una solución que ha evitado poner en un compromiso a los maestros.

¿Pero Enseñanza aseguró que las pruebas no son las mismas que las de la LOMCE, sino que son las de competencias básicas que hacen desde hace años. ¿Esto le convence?
Sí, pero la lectura que llega a la escuela es: ¿necesita pruebas externas para saber cómo están los alumnos? ¿No confía en nosotros? ¿En nuestro proyecto de evaluación? ¿En nuestro seguimiento? Están devaluando el trabajo que hacemos.En la escuela hemos iniciado un proyecto de tres años para reflexionar y profundizar en temas de evaluación, y es esto lo que nos ayuda a crecer en la escuela y los alumnos. Esta idea de rigidez, de que todos tenemos que pasar por el aro …

Es una idea muy de la LOMCE. Curriculum, pruebas, modelo lingüístico… Todo centralizado e igual para todos.
Hay excesiva normativa e injerencia. Hay que dejar a las escuelas y los maestros trabajar, si no nunca serán autónomos.Serán autómatas. Es como lo que les pasa algunas familias, la pescadilla que se muerde la cola: si sobreproteges a tu hijo nunca será autónomo. Si constantemente le dices a la escuela qué tiene que hacer para mejorar, para innovar, nunca conseguirás que pueda hacer este proceso de forma autónoma. Tenemos que pasar de una Administración reglamentista y burocrática a una que crea las condiciones para que cualquiera pueda cambiar.

Este es uno de los grandes debates, a menudo cerrado en falso, del sistema educativo: la autonomía de los centros, un concepto recogido en la legislación pero que pocos centros perciben como real.
Se han hecho críticas al concepto de autonomía de los centros como, por ejemplo, que pueden dar lugar al amiguismo o favorecer las desigualdades. Dos críticas que los que trabajamos en las escuelas creemos que se pueden neutralizar fácilmente. Ante el amiguismo, equipos democráticos y transparentes. Ante las desigualdades, redes sólidas de escuelas. La autonomía no debe comportar competitividad entre centros, al contrario, debemos crear redes con cultura de interdependencia. Que a una escuela no le dé igual si la del lado se está quedando sin matrícula, por ejemplo.

Asignaturas, exámenes, arquitectura… El debate sobre la transformación educativa ha puesto el foco en muchos elementos escolares, pero quizás no tanto sobre el tiempo, un elemento que tú has estudiado a fondo.¿Los tiempos escolares son demasiado rígidos?
Ahora estamos entendiendo que todo es educación, que las separaciones se difuminan… Pero seguimos teniendo un tiempo escolar fragmentado. No tiene ningún sentido. Para aprender hay tiempo para hacer, para conversar, para aplicar, para curiosear… ¿Y cómo tenemos que hacerlo con un currículo que lo único que quiere es saber las horas que haces de cada asignatura? Pues rompiendo las estructuras que no sirven para aprender.

La disposición del tiempo no responde a lo que decías que era el más importante de los cambios educativos: el propósito.
Exacto. ¿Cuántas horas tenemos que hacer de catalán? Pues depende. Lo importante es quée quieres hacer, crear entornos de aprendizaje donde el tiempo sea lo que necesitan los alumnos para aprender. El tiempo no debe limitar o definir qué aprendes, debe ser al revés. Este es el cambio de mirada. Los árboles no crecen tirando de las hojas, era el título del libro de un psicólogo argentino, J. Miguel Hoffmann. Nos hemos creído que los procesos se pueden acelerar, que se puede aprender más deprisa y antes, pero no. La capacidad que tenemos los humanos de aprender ha variado poco. Y luego hay otro elemento: el tiempo que tú necesitas para aprender es diferente del que necesita otro.


Esto nos lleva a la personalización de la educación. ¿Es posible?
Lo debe ser. De eso trata la atención a la diversidad, y la inclusión. Tenemos que pensar que las evaluaciones no pueden ser iguales para todos. Dice Jaume Trilla que la atención a la diversidad nos hace más iguales y más diferentes. Iguales porque compartes con los compañeros una cultura, valores, formas de aprender, y diferentes porque en este proceso cada alumno encuentra lo que más le interesa, en lo que tiene más facilidad. La no personalización de la educación significa el fracaso.

Has sido 7 años presidente de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FMRPC). Tu centro ha participado en iniciativas pedagógicas diversas, como la coordinadora de escuelas 0-12 y ahora Escuela Nueva 21. ¿Crees que los motores de renovación en las escuelas se han diversificado?
Este cambio viene de diez o quince años atrás. Los Movimientos de Renovación Pedagógica tienen su gran momento entre los años 80 y 90, pero después aparecen muchas más iniciativas. Este análisis ya lo hizo la renovación pedagógica, que ahora tiene un carácter mucho más extendido, difuso… Esto es una realidad. Hay redes de escuelas sistémicas, libres, Waldorf, cristianas, de todo tipo. Y eso es un avance. Para que la cultura profesional se multiplique, se debe circular; las redes son una lucha contra el individualismo. La coordinadora de escuelas 0-12 funciona desde 1999, aunque con los últimos años de recortes ha perdido peso. Y Escuela Nueva 21 ha supuesto un intento de sacudida del sistema con más recursos, con instituciones con mayor capacidad como la Fundación Jaume Bofill o la UNESCO. Tienen claro que el cambio debe ser sistémico. Pero para mí, aquí, la debilidad es el papel de la escuela pública.

¿En qué sentido?
Temo que las escuelas públicas participen con la idea de “voy a mejorar mi centro”. Tenemos que conseguir que no participen solo a título individual. Que entiendan que están jugando un papel de revolución del sistema, porque es la pública la que debe conseguir el cambio sistémico a la Administración. ¿Cómo participan las privadas? Con algún centro, pero con voluntad de transformar toda su red. Pues las públicas deben hacerlo también al máximo como una red. Que el efecto sea multiplicador.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/joan-domenech-una-escuela-funciona-cuando-el-maestro-entiende-que-lo-es-de-todo-el-centro-no-de-su-clase/

Imagen:

http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2016/09/Joan-Domenech.jpg

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Aprender sin profe.

Por:  Pablo Gutiérrez del Álamo.

Cuatro o cinco niños, un ordenador conectado a Internet y una buena pregunta. Esto es todo lo que hace falta para que el aprendizaje se dé. Autorganización y aprendizaje. Algo interesante y relevante que investigar.

Estas son las premisas con las que desde hace casi 18 años se está desarrollando el proyecto de investigación y educación SOLE (self-organised learning enviroments ambiente autoorganizado de aprendizaje en sus siglas inglés). Su creador, Sugata Mitra, visitó España hace unos días para presentar el primer proyecto que se hará en España: SOLE Spain.

En España, estará liderado por Javier Bronchalo, maestro e investigador. Javier, que ha bebido de la tradición de la escuela democrática y de Summerhill, hace algunos años dejó su trabajo como maestro de Plástica y como encargado de nuevas tecnologías. Y “descubrió”, afirma, el e-learning, a donde ha trasladado también la tradición del aprendizaje democrático, autodirigido, autoorganizado.

En la plataforma online también ha venido trabajando por proyectos y con algo que finalmente le condujo a SOLE, las preguntas.

Para Sugata Mitra, las big questions (grandes preguntas) son una de las claves del proyecto y del propio aprendizaje. Son preguntas que se lanzan en el aula, que deben arrancar en niñas y niños (en cualquier persona en realidad) el interés, la curiosidad, deben ser preguntas motivadoras que conduzcan al alumnado hacia la investigación y, de ahí, al aprendizaje.

SOLE

Sugata Mitra es un ingeniero e investigador que hace 18 años se planteó un reto a lo que llamó “Hole in the wall”. La idea es sencilla: en un barrio pobre de Nueva Delhi, en un muro, empotró un ordenador con una conexión a Internet. Solo hacían falta un grupo de chavales y tiempo. Se trataba de niños y niñas que no habían visto un ordenador nunca, ni sabían lo que era la Red, pero ocho horas después ya sabían jugar con todo ello. Nueve meses después, tenían los mismos conocimientos de ofimática que una secretaria. Al menos, es lo que asegura Sugata. Desde entonces, ha replicado el experimento, que ha ido evolucionando en su forma y contenido.

Tras ver cómo se manejaban los chavales, entraron las big questions. La idea es encender la espita de la curiosidad. Después de todos estos años, Mitra ha comprobado cómo niñas y niños, en grupos, adquieren conocimientos más rápidamente y superiores a lo esperado para su edad, se ayudan y enseñan unos a otros y se autoorganizan. Mejora su autoestima y tienen interés por aprender.

Desde entonces se han desarrollado muchos proyectos SOLE por el mundo, entre los que Bronchalo destaca algunos como el de Colombia, en el que han trabajado facetas muy diferentes como la educación de adultos o en comunidades indígenas. También el de Argentina por su potente línea de investigación.

En España una de las características del proyecto es que investigará con alumnado con diversidad funcional intelectual. En otros proyectos ya se habían hecho algunas acciones con alumnado con Asperger o sordo. De hecho, el colegio en el que estuvo haciendo la presentación  Sugata es un centro para jóvenes con diversidad funcional intelectual.

Abuelas y big questions

El proyecto no ha parado de evolucionar en estos años y después de que la Universidad de New Casttle contratara a Sugata Mitra para llevar su trabajo a Inglaterra, se han ido sumando nuevas actuaciones.

La idea es que el conocimiento, todo aquello que se puede saber, aprender, está en Internet y que hay que trabajar con esta premisa, más allá de colegios, docentes o libros de textos. Por eso, con el tiempo, el proyecto ha evolucionado hasta la School in the Cloud (Escuela en la Nube), una plataforma en la que se contienen el resto de elementos que se han ido generando con el tiempo.

La base, las grandes preguntas que se van poniendo en común y que, como veíamos, pueden ser algo como ¿qué hace la pasta en tu cuerpo? O, como comentaba Brochalo en la presentación, cosas como si los árboles se comunican o cuál es el origen de la lengua que estás utilizando.

Desde hace algún tiempo, Mitra comenzó una nueva línea de investigación que sumó al proyecto y que dio en llamar la Granny Cloud (algo así como la nube abuela). La idea fue sencilla: puso un anuncio en el periódico para encontrar abuelas y abuelos con conexión a Internet, Skype y dispuestos a regalarle una hora semanal.

Como bromea, “soy la persona que conoce más abuelas británicas del mundo”. Este nutrido grupo de abuelas (fundamentalmente) se comunican, cada una desde su casa, con algunas aulas situadas, de momento, en India para que hablen con niñas y niños de allí. Charlan de todo un poco, pero la abuela tiene, entre sus cometidos, lanzar retos, preguntas, para que niñas y niños investiguen.

Con esto consiguen algunas cosas importantes: mejora la autoestima de los chavales (las abuelas siempre se interesan por lo que hacen), mejoran sus habilidades comunicativas (han de explicarle a esa personas los resultados de su investigación) y, como se hace con abuelas inglesas, mejora drásticamente el uso del inglés (los niños se esfuerzan más para hacerse entender mejor).

Todo este sistema, que es a la vez un proyecto de investigación alrededor del mundo, pretende un auténtico vuelco al sistema educativo. No solo por la organización espacial y personal: aulas abiertas, organizadas alrededor de ordenadores que se reparten entre grupos de cuatro o cinco críos; un docente que ha de preparar esas preguntas relevantes, que ha de estar dispuesto a no conocer las respuestas y a aprender con/de sus alumnos; y, tal vez lo más impactante, lo relativo al currículo y a la evaluación del aprendizaje.

Para Sugata Mitra los sistemas de evaluación que se utilizan no tienen sentido. Preguntarle a los niños cosas y obligarles a responder sin contar con asistencia tiene mucho que ver con lo que se necesitaba a princpios del siglo XX en el mercado laboral: oficinistas que supieran escribir a mano, leer rápido y hacer cálculo mental. Ahora, la asistencia que brindan las TIC hace innecesario pedir a los alumnos las mismas capacidades de hace 100 años.

Desde luego, no es nuevo el hecho de que niñas y niños aprenden más y mejor cuando se hacen aprendizajes entre iguales. Es algo que también sostienen otros investigadores como Ramón Flecha desde sus comunidades de aprendizaje.

Tampoco es novedad el que Internet va a tener, cada vez más, un peso fundamental en el aprendizaje. Ya lo tiene. Y es cierto que es muy necesario que el alumnado consiga durante su escolaridad adquirir las competencias necesarias para utilizar la Red.

Como dice Javier Bronchalo, “la educación está cambiando”, a pesar de que los sistemas educativos, tal vez por lo inmovilista de la institución escolar, se aferren a los mismos esquemas de funcionamiento que los vieron nacer.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/aprender-sin-profe-espana/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/eldiariodelaeducacion.jpg

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