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EL ESTADO MUNDIAL DE LA INFANCIA 2019 Crecer bien en un mundo en transformación Niños, alimentos y nutrición

UNICEF 

UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN

Hace 20 años que el Estado Mundial de la Infancia examinó por última vez la nutrición infantil. Desde esa fecha han cambiado muchas cosas. Hemos cambiado el lugar donde vivimos: cada vez es mayor el número de familias que han abandonado las áreas rurales y se han trasladado a las ciudades. Hemos cambiado nuestras funciones: cada vez hay más mujeres que se incorporan a la fuerza laboral, conciliando las responsabilidades laborales con su función de cuidadoras primarias en el hogar, y a menudo con escaso apoyo de las familias, los empleadores o la sociedad en general. Las condiciones de vida en nuestro planeta han cambiado. La crisis del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los daños medioambientales suscitan ahora la preocupación de si será posible alimentar de manera sostenible a esta generación de niños, por no hablar de las generaciones venideras. Y también hemos cambiado lo que comemos. Estamos dejando atrás los tipos de alimentación tradicionales y autóctonos y adoptamos prácticas de alimentación modernas que con frecuencia son ricas en azúcares y grasas, y bajas en nutrientes esenciales. Este es el telón de fondo de la malnutrición infantil actual. Como tantas otras cosas, esta condición también está cambiando. La malnutrición, una palabra que antes estaba inextricablemente ligada a las imágenes del hambre y la hambruna, ahora debe utilizarse para describir a los niños con retraso en el crecimiento (cuya estatura es menor a la que corresponde a su edad); a los que padecen emaciación (cuyo peso es bajo en proporción a su altura); a los que presentan “hambre oculta” (es decir, deficiencias en vitaminas y minerales esenciales); y al creciente número de niños y jóvenes afectados por el sobrepeso o la obesidad. Estos son los niños que no están creciendo bien.

Las cifras son preocupantemente altas. En todo el mundo, uno de cada tres niños menores de 5 años presenta retraso en el crecimiento, emaciación, o sobrepeso y, en algunos casos, una combinación de dos de estas formas de malnutrición. En América Latina y el Caribe, la cifra es de uno de cada cinco. La triple carga de la malnutrición La desnutrición continúa afectando a miles de millones de niños. Su presencia es visible en el retraso en el crecimiento de los niños que no reciben una nutrición adecuada durante los primeros 1.000 días y a menudo después. Estos niños puede que soporten la carga del retraso en el crecimiento durante el resto de sus vidas y es posible que nunca alcancen el desarrollo pleno de sus capacidades físicas e intelectuales. La desnutrición también es evidente en la emaciación de los niños en cualquier etapa de sus vidas, cuando circunstancias como la escasez de alimentos, las malas prácticas de alimentación y las infecciones, a menudo agravadas por la pobreza, las crisis humanitarias y los conflictos, los privan de una nutrición adecuada y, en demasiados casos, provocan su muerte. En 2018, 149 millones de niños menores de 5 años sufrían de retraso en el crecimiento y casi 50 millones tenían emaciación. En América Latina y el Caribe, 4,8 millones de niños menores de 5 años sufren de retraso en el crecimiento y 0,7 millones de emaciación. Las carencias de vitaminas y minerales esenciales –lo que se conoce como el “hambre oculta”– privan a los niños de su vitalidad en todas las etapas de la vida y perjudican la salud y el bienestar de los niños, los jóvenes y las mujeres.

El número de niños y mujeres afectados por el hambre oculta es alarmante. Las estimaciones realizadas por UNICEF y sus aliados indican que existen al menos 340 millones de niños menores de 5 años (es decir, uno de cada dos) que padecen hambre oculta. El número de niños con obesidad de entre 5 y 19 años se ha multiplicado, aumentando entre 10 y 12 veces en todo el mundo. El sobrepeso y la obesidad, durante mucho tiempo consideradas trastornos de los ricos, afectan ahora cada vez más a los pobres, lo cual refleja la mayor disponibilidad en todos los países del mundo de “calorías baratas” procedentes de alimentos grasos y azucarados. Estos trastornos incrementan el riesgo de contraer enfermedades no contagiosas, como la diabetes tipo 2. Los análisis realizados como parte del estudio sobre Carga Mundial de Enfermedades sugieren que las prácticas de alimentación que carecen de una nutrición adecuada son actualmente la principal causa de muerte en todo el mundo. Sobrevivir sin prosperar Cada vez hay más niños y jóvenes que sobreviven, pero son muy pocos los que prosperan. Para comprender la malnutrición actual, es necesario centrarse en los alimentos y la alimentación en todas las etapas de la vida del niño. El panorama que surge es preocupante: Demasiados niños y jóvenes comen muy pocos alimentos saludables y demasiados alimentos poco saludables. Estos problemas comienzan temprano en la vida: en todo el mundo y en la región de América Latina y el Caribe, solo dos de cada cinco niños reciben exclusivamente leche materna en sus primeros seis meses de vida, lo que les priva de la mejor comida que un bebé puede obtener. En cuanto a los “primeros alimentos” que los lactantes deben empezar a consumir alrededor de los 6 meses de edad, estos también son, en demasiados casos, inapropiados para satisfacer las necesidades de los niños.

Menos de uno de cada tres niños entre los 6 y los 23 meses está consumiendo una alimentación lo suficientemente diversificada para sustentar sus cuerpos y cerebros en rápido crecimiento. En el caso de los niños más pobres, la proporción se reduce a sólo uno de cada cinco. Lograr que los sistemas alimentarios beneficien a los niños Si se mantienen las tendencias actuales, los efectos de la producción de alimentos en el medio ambiente no harán si no agravarse, mientras que la demanda de alimentos aumentará por lo menos en un 50% para mediados de siglo. Esta demanda tendrá que resolverse en el contexto de un mundo que, tras décadas de reducción, experimenta un lento aumento del hambre, con 820 millones de personas subalimentadas en 2018. Comprender cómo funcionan los sistemas alimentarios es fundamental para mejorar nuestras alimentación. Pero, con demasiada frecuencia, hay un grupo muy importante cuyos intereses quedan fuera del análisis de los sistemas alimentarios: los niños. Esta es una omisión peligrosa. Los niños son un grupo único. La mala alimentación tiene consecuencias de por vida en su crecimiento físico y en su desarrollo cerebral. Por eso deben ocupar un lugar central cuando se habla de sistemas alimentarios. Si los sistemas alimentarios benefician a los niños, también nos benefician a todos nosotros. Una buena nutrición puede romper el círculo vicioso intergeneracional a través del cual la malnutrición perpetúa la pobreza, y la pobreza perpetúa la malnutrición. Los niños que están bien alimentados disponen de una base sólida a partir de la cual pueden lograr el pleno desarrollo de sus capacidades. Y cuando los niños consiguen esto, las sociedades y las economías también se desarrollan mejor. Nuestro objetivo debe ser proporcionar a los niños una alimentación nutritiva, segura, saludable, asequible y sostenible.

Pueden descargar el Informe completo en este enlace:

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OIM:World Migration Report 2020

OIM / 30-12-2019

IOM’s responsibility to provide an objective and balanced account of migration globally has never been more important. Not only is the political salience of migration high, and frequently fevered, but the capacity for rapidly disseminating disinformation to influence the public discourse has expanded. Twenty years ago, IOM published the first World Migration Report with the stated aim of providing an authoritative account of migration trends and issues worldwide. With the initial report published in 2000, the series has quickly become established as IOM’s flagship publication. The early World Migration Reports were framed around specific themes. They provided deep dives into topics such as labour mobility, migrant well-being and communication on migration. But, with time, there was a sense that the broader landscape and complexity of migration issues was being neglected. Times have changed, dramatically so. Migration is now a top-tier political issue interconnected to human rights, development, and geopolitics at national, regional and international levels. Accordingly, IOM has enhanced the flagship series to ensure that the World Migration Report is, in fact, a world migration report. We have revamped the series to offer a more strategic contribution to the public debate. We have strengthened our collaborative partnerships with scholars and applied researchers in order to benefit from their diverse expertise and knowledge. We have made content and structural changes to increase the World Migration Report’s utility to the evidence base on migration globally, in line with IOM’s growing role in data collection and analysis. The World Migration Report 2018 is the most downloaded of all IOM publications. It is clearly fulfilling the need to provide a balanced understanding of migration’s complexities, present the latest global data and information in an accessible way, and explore and explain complex and emerging migration issues. As the United Nations’ migration agency, IOM has an obligation to demystify the complexity and diversity of human mobility. The report also acknowledges IOM’s continuing emphasis on fundamental rights and its mission to support those migrants who are most in need. This is particularly relevant in the areas in which IOM works to provide humanitarian assistance to people who have been displaced, including by weather events, conflict and persecution, or to those who have become stranded during crises. Likewise, IOM remains committed to supporting Member States as they draw upon various forms of data, research and analysis during policy formulation and review processes. Indeed, this is reflected in IOM’s Constitution where the need for migration research is highlighted as an integral part of the Organization’s functions. The World Migration Report is a central component of this important function. In this era of heightened interest and activity towards migration and migrants, we hope this 2020 edition of the World Migration Report becomes a key reference point for you. We hope it helps you to navigate this high-profile and dynamic topic during periods of uncertainty, and that it prompts reflection during quieter moments. But most importantly, we hope that you learn something new from the report that can inform your own work, be it in studies, research and analysis, policymaking, communication, or migration practice.

Since 2000, IOM has been producing world migration reports. The World Migration Report 2020, the tenth in the world migration report series, has been produced to contribute to increased understanding of migration throughout the world. This new edition presents key data and information on migration as well as thematic chapters on highly topical migration issues, and is structured to focus on two key contributions for readers: Part I: key information on migration and migrants (including migration-related statistics); and Part II: balanced, evidence-based analysis of complex and emerging migration issues.

This flagship World Migration Report has been produced in line with IOM’s Environment Policy and is available online only. Printed hard copies have not been made in order to reduce paper, printing and transportation impacts.

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La cuarta revolución industrial y los retos educativos

360radio.com.co / 30-12-2019

 A propósito de la publicación de mi más reciente libro: “¿Industria 4.0: Transformación digital o cuarta revolución industrial? Mito, realidad o crisis del concepto” quisiera compartir algunas reflexiones generales que resumen la intención del mismo en clave de lo educativo.

Por: Javier Darío Fernández

La cuarta revolución industrial como mito o realidad pasa por lo que Heráclito en su momento sentenciaba: “Todo cambia, nada es” y es que todo cambio deberá materializarse y situarse en un contexto, si se quiere, y ese contexto para que sea transformador, deberá ser lo educativo, que atraviesa lo que Marcuse denominaba “la realización humana libre” y que se da por sustitución y no por verificación y falsación como lo plantea Kuhn.

Es decir, es revolución en tanto en cuanto, transforma no solo lo tecnológico, sino también lo social, lo económico, lo educativo y lo humano, transforma el modo de vida de las sociedades, si se quiere, aquí y ahora.

La cuarta revolución industrial ha permitido que la humanidad cambie en los últimos 20 años, tanto o más que lo que había cambiado en los 300 años anteriores y no solamente y exclusivamente por los grandes, veloces y variados volúmenes de información que hoy nos cohabitan sino por las grandes transformaciones en términos de interrelaciones que hoy nos permiten definirnos como sociedad.

Medellín ha hecho una gran apuesta como Centro de la Cuarta Revolución Industrial, pionera en la región, sin embargo, la pregunta que subyace necesariamente es ¿para dónde vamos y qué queremos? Y es una apuesta a futuro por reinventar el modelo de sociedad que nos es posible y permisible pensarnos y construirnos.

Y es en ese mundo de lo tecnológico donde han gravitado los imaginarios de sociedad, bien sea en modo de digitalización de la cadena de valor de la producción o en modo de la digitalización de los modelos de negocios que hoy emergen, subyacen entonces dos categorías fundamentales para explicar el concepto de la cuarta revolución industrial: la conectividad y la digitalización.

En esto aún hay retos y brechas por cerrar no solo en términos de infraestructura sino de modelo, el modelo de conectividad para la ciudad, para la región y para el país y el modelo de digitalización que explique la relación con la materialización de lo que hacemos.

En este orden de ideas, la transformación digital o cuarta revolución industrial como la aplicación de tecnologías digitales a todos los eslabones no solo productivos sino también en el contexto de las relaciones sociales implica la interconexión de manera transversal de todo con todo y de todos con todos.

Internet de la cosas, sistemas ciberfísicos, bigdata, blockchain, tecnologías avanzadas para el almacenamiento energético, micro satélites, neurotecnologías, impresión aditiva o 3D, biología sintética o nano materiales, emergen como categorías tecnológicas para explicar el nivel de desarrollo de la cuarta revolución industrial, que de la mano de las tres revoluciones industriales previas ha enmarcado un proceso histórico de desarrollo de las complejidades, desde la máquina de vapor, pasando por la electricidad y luego por la electrónica y los sistemas de cómputo hasta los sistemas que relacionan el mundo físico con el virtual.

Ahora bien, este contexto de transformación digital o cuarta revolución industrial nos debe de llevar a pensar cómo los nuevos campos de la ciencia y la sociedad vienen tratando de explicar el mundo de hoy a partir de los comportamientos micro e individuales, de lo nano y lo local, de lo unipersonal y lo simple, es decir, nos aboca a pensar en una nueva era científica que emana tanto de la cotidianidad como de las formas simples de un universo en constante crecimiento y expansión y es allí donde lo educativo emerge bien como pregunta o bien como propuesta.

Como pregunta porque nos ayuda a entender y comprender una nueva realidad mediada por: las posibilidades científicas y tecnológicas emergentes, la construcción de un orden económico y político mundial diferente y la convergencia tecnológica y la descentralización de los medios de producción como factores dinamizadores del desarrollo, que se caracteriza entre otras por el ascenso de configuraciones en red, las crecientes catástrofes “sociales” y “naturales”, la formación de bloques económicos regionales y sub-regionales, la lucha por el desarrollo sostenible y el surgimiento de iniciativas y dinámicas que privilegian el desarrollo local.

Pero también en lo científico porque trata de explicar la reestructuración de las actividades productivas y las reconfiguraciones de los sistemas de ciencia y tecnología, las cada vez más crecientes revoluciones tecnológicas emergentes en la agricultura y la industria, pero también la disminución de las inversiones públicas para el desarrollo científico y tecnológico y el aumento de la importancia del sector privado en la financiación de la investigación y la preocupación manifiesta por armonizar la productividad y la competitividad con la sostenibilidad ambiental, la equidad, la soberanía alimentaria, y la reducción de la pobreza. Sin embargo, y pese a que se habla de cómo la nueva riqueza de las naciones está en el conocimiento, sigue existiendo una ignorancia científica ante los embates modernos.

Y en lo tecnológico en tanto, asistimos a un contexto donde estamos globalmente interconectados, pero localmente fragmentados y disímiles, con una cada vez más clara separación entre la ciencia y la técnica y con nuevas formas de Producción-Circulación-Consumo: Desarrollo-Manufactura-Comercialización.

Lo educativo emerge entonces en este contexto de lo social, lo científico y lo tecnológico en medio de un nuevo contexto evolutivo de las relaciones sociales, un nuevo aparataje administrativo, jurídico y organizacional y un nuevo contexto en la praxis de las relaciones en el aula.

No obstante, el reto para lo educativo sigue siendo: el pensar e imaginar nuevos entornos de formación, es decir, una apuesta por los aprendizajes por fuera del aula, en un contexto donde hoy existen más usuarios conectados a las plataformas virtuales de aprendizaje que todo el universo presencial de las instituciones formales, con más de 30 millones de usuarios en más de 250 plataformas tipo Open edX.

Nuevos imaginarios en la relación titulaciones vs empleabilidad, que se explican ante la emergencia de emprendimientos disruptivos como base de la economía digital, con apuestas que van de la idea al negocio y con la Hiperdigitalización y la Hiperconectividad como motores del desarrollo y finalmente, el desarrollo de nuevos modelos de investigación e innovación en función de una nueva economía, donde emergen focos como: las personas y el Internet: “Presencia Digital”, la computación, las comunicaciones y el almacenamiento en cualquier lugar, el internet de las cosas, la inteligencia artificial (AI) y el Big data, la economía compartida y distribuida y la digitalización de la materia: Impresión 3D, según lo plantea el Foro Económico Mundial.

Medellín tiene hoy un gran reto en asumir el liderazgo de otrora para definir y llevar a cabo las transformaciones estructurales que se requieren, empezando por una transformación educativa que parta de pensarnos entre todos los actores el Modelo educativo que queremos y podemos, de cara a una sociedad y una economía del conocimiento donde la calidad de la educación desde la primera infancia y todo el ciclo de la básica y la media técnica articulada a la Educación superior, fortalezcan el concepto de educación como derecho asegurando el acceso de todos al sistema educativo; hoy los esfuerzos institucionales en Colombia y en Medellín se han centrado en garantizar cobertura en detrimento de la calidad, esta realidad se acaba de evidenciar con los resultados de las pruebas PISA, en los que Colombia queda rankeado en el puesto 58 de 76 países, mostrando pobres resultados en ciencias, matemáticas y comprensión lectora.

En el caso particular de Medellín las pruebas saber 11 muestran un descenso en el nivel de los estudiantes de las instituciones educativas oficiales, urge entonces dar un viraje al foco más en clave de calidad sin perder lo logrado hasta ahora en cobertura, que aún resulta insuficiente; pero también en cerrar la brecha entre la educación pública y la privada, en mejorar las condiciones materiales para la práctica pedagógica del maestro como centro articulador de la práctica educativa y de las transformaciones en el aula con mediaciones activas, que nos permitan mejorar en los resultados en pruebas nacionales e internacionales pero sobretodo en los procesos, que dinamice las interrelaciones entre los niveles educativos y sobretodo que genere un proyecto de vida para los jóvenes que hoy no tienen opciones de futuro cuando deben de pasar de la media a la educación superior; y el cierre de brechas implica no solamente lo sectorial, sino entre niveles y sobretodo entre generaciones a las que hoy hay que brindarles oportunidades para cerrar las brechas de futuro.

 

El enlace original de esta información es el siguiente: https://360radio.com.co/la-cuarta-revolucion-industrial-y-los-retos-educativos/

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OIT: Mujeres en el mundo del trabajo: Retos pendientes hacia una efectiva equidad en América Latina y el Caribe

OIT / 30-12-2019

Los mercados laborales en América Latina y el Caribe muestran notorias disparidades entre hombres y mujeres. Pese a los avances de las últimas décadas, todavía hay esferas de la vida pública y privada donde las mujeres están en inferioridad de condiciones. Aunque ya se advierten algunos progresos femeninos en el ámbito laboral, el camino por delante aún se ve largo y, en ocasiones, empinado.

A continuación el texto completo del informe

Mujeres en el mundo del trabajo- Retos pendientes hacia una efectiva equidad en América Latina y el Caribe

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Fundación Save the Children: INFORME MUNDIAL SOBRE LA INFANCIA 2019

FSCh / 30-12-2019

En términos generales, hay que destacar que desde el año 2000 por lo menos 280 millones de niños y niñas tienen una mejor situación hoy de la que habrían tenido hace dos décadas. Los niños y las niñas tienen más probabilidades de crecer sanos, recibir educación y estar protegidos.

Nuestro informe evalúa la situación de la infancia en 176 países en lo referido al acceso a la atención de la salud, la educación, la nutrición y la protección.

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EL ÍNDICE DE PELIGROSIDAD PARA LA INFANCIA 2019

Según nuestro indicador del nivel de peligrosidaddesde el año 2000 las circunstancias para la infancia han mejorado en 173 de los 176 países analizados. Singapur es el país que ocupa el primer lugar de la clasificación por ser el que mejor protege y asiste a la infancia. Entre los diez primeros lugares también se incluyen ocho países europeos y Corea del Sur. España ocupa el puesto número trece.

De los ocho peligros para la infancia, el desplazamiento debido a conflictos es el único que ha aumentado en los últimos 20 años. Ahora hay 30,5 millones de personas más que han debido desplazarse por la fuerza de las que había en el año 2000, hecho que se traduce en un aumento del 80%.

Los tres países donde la infancia sufre las mayores amenazas son Chad, Níger (a pesar de los progresos) y la República Centroafricana, que ocupa el último lugar.

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Los países afectados por conflictos armados tienen las tasas de mortalidad infantil más altas, una proporción demasiado elevada de niños y niñas con retraso del crecimiento y una proporción creciente de la tasa mundial de niños y niñas sin escolarizar.

Por nuestra experiencia sabemos que recopilar datos durante los períodos de conflictos es difícil y peligroso. Los últimos datos disponibles sobre países en guerra suelen ser anteriores a la escalada de violencia y no reflejan las duras realidades para la infancia en estos entornos.

Puede descargar el resumen ejecutivo y el informe completo en los siguientes enlaces:

construyendo_una_vida_mejor (resúmen ejecutivo)

infanciasrobadas2019_es (informe completo)

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24 de enero 2020:Día Internacional de la Educación

UNESCO/ 30-12-2020

La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación(link is external), en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.

Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.

En la actualidad, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados, 617 millones de niños y adolescentes no pueden leer ni manejan los rudimentos del cálculo; menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja y unos 4 millones de niños y jóvenes refugiados no pueden asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve afectado y eso es inaceptable.

CELEBRACIONES 2019

La celebración de 2020 colocará a la educación y al aprendizaje que emana de esta como mejor recurso renovable de la humanidad y reafirmará el papel de la educación como derecho humano fundamental y bien público. Pondrá en relieve los numerosos medios por los que el aprendizaje conduce al empoderamiento de los pueblos, a la preservación del planeta, a construir la prosperidad y a promover la paz.

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¿Transhumanismo para qué?

lavanguardia.com / 28-12-2019

Filósofos y tecnólogos abren un diálogo sobre los retos de la inteligencia artificial

Una demostración simple de cómo a veces fracasamos a pesar de toda la tecnología a nuestra alcance. Acudimos con prisas a las Jornadas de Filosofía e Inteligencia Artificial , en la Facultat de Filosofia de Catalunya, y tanto la pantalla luminosa de la parada del autobús como la app que tenemos en el móvil nos indican que la llegada de nuestro transporte es “inminente”. En efecto, un autobús aparece y lo abordamos. No es el nuestro, sin embargo: se trata de otro autobús que tendría que haber llegado unos minutos después. Pero ¡estábamos seguros de haber visto el número correspondiente en el frontal del vehículo!

Llegamos tarde. Y en el aula magna (repleta de público) de la facultad, el profesor Joan Albert Vicens recuerda cómo un conductor de autobús que se guiaba únicamente por su GPS chocó con un puente en Seattle en el 2008. También sugiere que la experiencia e intuición de los pilotos debería imponerse a la superautomatización de los aviones, recordando lo ocurrido en los dos accidentes del modelo Boeing 737 Max 8 que costaron la vida a 346 personas. “La inteligencia artificial nos desposee de capacidades en algún sentido”, es la conclusión de Vicens al respecto.

En el caso de nuestro autobús, el fallo se dio por partida doble: en el sistema que nos hace de muleta para movernos por la ciudad y en nuestra propia mente, que creyó ver el número que esperábamos. Posiblemente, un transhumanista resolvería un problema tan tonto de percepción abogando por la unión del pobre humano que se equivoca con un software que no lo hace. O quizás con el propio hardware. El teléfono móvil es solo un apéndice: quizás sería mejor la unión con la máquina

Siguiendo en la escala de la anécdota, los llamados biohackers son la expresión radical del transhumanismo.Surgen de la siempre productiva cultura de garaje de Estados Unidos y son capaces de experimentar insertándose bajo la piel chips y sensores biométricos, o la llave electrónica del coche. Lo que hacen no tiene gran utilidad práctica realmente, pero lo importante es su convicción de que es mejor convertirse en ciborg.

Tim Cannon, de Pittsburgh (Estados Unidos), se ha implantado un dispositivo llamado Northstar bajo la piel de la mano que puede usarse para proporcionar diversos estímulos sensoriales, com la geolocalitzación.

Tim Cannon, de Pittsburgh (Estados Unidos), se ha implantado un dispositivo llamado Northstar bajo la piel de la mano que puede usarse para proporcionar diversos estímulos sensoriales, com la geolocalitzación. (Media3.14/Yuzu Productions)
 

 

El transhumanismo –y su derivado extremo, el posthumanismo– consideran que la evolución darwiniana ha tocado techo y que el desarrollo exponencial de la inteligencia artificial –IA, a partir de ahora– no nos deja otra salida que integrarnos en la tecnología. “Es la convicción de que el ser humano está en el soporte inadecuado”, dice Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga. “Aristóteles se reiría de esto…”, añade. Diéguez es autor de Transhumanismo: la búsqueda tecnológica del mejoramiento humano (Herder, 2017), y sostiene que esta doctrina “tiene más base en la biotecnología que en la IA y en la robótica. Soy bastante escéptico, pero hay filósofos importante que se lo toman en serio”.

Muy probablemente no se hablaría en un aula magna universitaria de biohackers, de ciborgs o de cerebros volcados en un avatar digital después de la muerte si no fuera porque todo esto tiene un componente escatológico importante, no en el sentido excremental del término (aunque algo podría haber) sino en el filosófico. Se trata de la trascendencia.

El transhumanismo quizás no habría salido de un ámbito ciberpunk si no fuera porque su gran apologeta es Ray Kurzweil, director de ingeniería de Google

 

“El transhumanismo es la nueva utopía del siglo XXI; viene a decir: vamos a cambiar la evolución”, dice un estudioso del tema, el urbanista Albert Cortina. Y observa que todo esto tiene detrás a las grandes corporaciones de Silicon Valley. En efecto, es muy posible que estas ideas no hubieran salido nunca de un ámbito ciberpunk si no fuera porque su gran apologeta es nada menos que el director de ingeniería de Google, Raymond Kurzweil, por más señas inventor (diseñó, siendo muy joven, una máquina lectora para ciegos), teórico visionario, un hombre empeñado en la prolongación de la vida, especialmente la suya propia.

Ray Kurzweil, durante una conferencia en Nueva Delhi, en marzo del 2012

Ray Kurzweil, durante una conferencia en Nueva Delhi, en marzo del 2012 (Mail Today / India Today Group/Getty Images)
 

Kurzweil, en La Singularidad está cerca: cuando los humanos trascienden la biología (Lola Books, 2012), publicado originalmente en el 2005, va un paso más allá del transhumanismo moderno formulado quince años antes por el filósofo futurista Max More (seudónimo del irlandés Max O’Connor que se traduce por Max Más), al afirmar que el desarrollo exponencial de la IA hará que para el año 2100 se alcance la “superinteligenc ia : cada nuevo cerebro artificial será capaz de diseñar otro aún más potente; éste hará lo mismo que el anterior, y así sucesivamente…

 

Algunos de los teóricos del transhumanismo, antiguos desarrolladores de IA hoy seriamente preocupados por su impacto, así como los a veces inefables biohackers de California exponen sus ideas en un libro de muy reciente publicación: Cómo ser una máquina, de Mark O’Connell (Capitán Swing, 2019). Incluido Max More, que parece hoy más interesado en la “extensión de la vida” (como Kurzweil) mediante la criogenización de cadáveres o de sus cabezas metidas en un tarro en espera de ser un día insertadas en un cuerpo artificial.

James Bedford, el primer hombre en ser criogenizado, después de muerto, en 1967, fue trasladado en 1982 a la Fundación Alcor, cuyo consejero delegado es Max More desde el 2011

James Bedford, el primer hombre en ser criogenizado, después de muerto, en 1967, fue trasladado en 1982 a la Fundación Alcor, cuyo consejero delegado es Max More desde el 2011 (Alcor Foundation)
 

Los expertos le han dado vueltas a la idea de la Singularidad y han presentado todo tipo de hipótesis, algunas de ellas apocalípticas al mejor estilo de Terminator: esa “explosión de inteligencia” hará que los humanos acabemos siendo prescindibles; una IA fuerte hasta puede llegar a asesinarnos… ¿Exageran? Podría ser. Pero cuando tales vaticinios vienen de Steve Hawking –”El desarrollo de una inteligencia artificial completa podría significar el fin de la raza humana”, dijo en el 2014, cuatro años antes de fallecer– o de Elon Musk, una de las grandes personalidades del momento, es como para pensarlo. Musk no ha dejado de reiterar esa advertencia, pero apuesta porque el ser humano se imponga a las computadoras.

 

 

Sophia, en la Feria IoT (Internet of Things ), en L'Hospitalet de Llobregat, el 4 de octubre del 2017. Sophia es la primera máquina en obtener un estatuto de ciudadanía: la de Arabia Saudí, en el 2017. Todavía se comenta el hecho que este robot de aspecto humanoide tenga 'derechos'. Esto es muy relativo pero probablemente Sophia ha sido más escuchada que cualquier mujer en la represiva sociedad saudí.
Sophia, en la Feria IoT (Internet of Things ), en L’Hospitalet de Llobregat, el 4 de octubre del 2017. Sophia es la primera máquina en obtener un estatuto de ciudadanía: la de Arabia Saudí, en el 2017. Todavía se comenta el hecho que este robot de aspecto humanoide tenga ‘derechos’. Esto es muy relativo pero probablemente Sophia ha sido más escuchada que cualquier mujer en la represiva sociedad saudí. (Llibert Teixidó)
 

Si nos ponemos en el mejor de los mundos posibles, una comunión con la máquina, lo que tenemos delante por el momento es, en palabras de Albert Cortina, “un nuevo mesianismo, una pseudoreligión”, que vende una nueva forma de inmortalidad.

No hay que extrañarse entonces de que la teología cristiana lleve “años atenta a la inteligencia artificial”, según afirma el doctor en la materia, profesor de bioética en la Universitat Blanquerna e ingeniero químico además de sacerdote Juan Ramón La Parra. “Los trabajos en IA han contribuido al conócete a tí mismo” socrático, dice, pero “una IA fuerte –la Singularidad– y el transhumanismo corren el riesgo de rebajar al hombre. Los defensores de una IA fuerte parten de una base religiosa secularizada, apocalíptica. Pero ¿qué relato de salvación ofrece la IA en un escenario apocalíptico?”

Todo esto propicia un interesante debate intelectual, y científico también. Por ejemplo, en opinión de Javier Montserrat,profesor de psicología en la Universad Autónoma de Madrid, “nos podemos plantear si es posible hablar de identidad ontológica y funcional entre ordenador y ser vivo. En mi opinión, no es posible. Uno y otro funcionan de diferente manera”. Así, “entre el teléfono móvil y yo intercambiamos datos, pero nada más”.

Se rechaza lo físico por lo virtual, se reduce nuestra historia a datos, y esto es algo parecido a una condena

Los problemas que afronta ahora mismo la relación entre los humanos y la inteligencia artificial son otros, más palpables y urgentes. “Es muy probable que nos estén distrayendo con historias de ciencia ficción”, advierte Antonio Diéguez. En la mente de todos está el “enorme poder”, señala, que se ha concentrado en manos de empresas como Google y Facebook, y que implican lo que todos coinciden en calificar de una reducción del ser humano a datos, el llamado big data. Por supuesto, con intereses comerciales. Así, Montserrat Esquerda, directora del Instituto Borja de Bioética, recuerda cómo Google ha adquirido los datos médicos de millones de pacientes en Estados Unidos, con la promesa (¿creíble?) de no ponerlos a la venta.

Pero la crítica por parte de los humanistas va más allá de estos efectos ya de por sí preocupantes, y obliga a buscar un punto de encuentro con los tecnólogos.

“Se rechaza lo físico por lo virtual, se reduce nuestra historia a datos, y esto es algo parecido a una condena”, sentencia el teólogo La Parra. Vicens apunta que, “siguiendo a Xavier Zubiri, la inteligencia humana aprende realidades, y la realidad no se reduce a datos que nos llegan por sistemas automáticos, una realidad digitalizada, facilitada, que no plantea preguntas. Y, como dice Ortega y Gasset, nos damos cuenta de la realidad cuando nos plantea preguntas”.

No estamos tan locos, los desarrolladores nos planteamos una ética

Los datos constituyen el cambio de paradigma en la concepción de la IA. “Es insensato pensar que lo que programamos es neutro. Lo más honesto es explicar por qué estos criterios nos parecen nobles. Pero no son neutros, y en ocasiones están preñados de prejuicios o de tópicos. Es mejor explicarlos”, puntualiza Francesc Torralba, director de la cátedra Ethos de ética aplicada en la Univsersitat Ramon Llull.

La réplica de los programadores no puede ser otra: “No estamos tan locos, los desarrolladores nos planteamos una ética, y me atrevería a decir que la comunidad de IA es ética y responsable”, afirma Elisabet Golobardes, investigadora y catedrática de La Salle. “Estamos muy preocupados por hacer un mundo mejor, estamos apostando por una utopía; la clave está en la educación”.

Carme Torras, profesora del Instituto de Robótica (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universittat Politènica de Catalunya
Carme Torras, profesora del Instituto de Robótica (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universittat Politènica de Catalunya (Llibert Teixidó)
 

Del mismo modo, la experta Carme Torras, profesora en el Instituto de Robótica de la Universitat Politècnica de Catalunya e implicada en un proyecto europeo sobre ética y robótica, asegura que “es importante que las personas tengan el control”. Torras, que se dedica además a la divulgación pedagógica a través de la literatura de ciencia ficción, afirma que “la comunidad robótica está muy concienciada de la necesidad de diálogo” entre tecnólogos y humanistas, algo en lo que, por cierto, coincidían todos los ponentes de las Jornadas. “Todos hemos convergido en un punto de encuentro, hemos superado un poco el naufragio en comunicación”, concluía Elisabet Golobardes.

Hace dos años, otras jornadas, Inteligencia artificial: sueños, riesgos y realidad, concluyeron con una Declaración de Barcelona que reclamaba prudencia, transparencia y responsabilidad en el desarrollo de la IA. Ahora, la cita de tecnólogos y filósofos se hacía necesaria porque, según su promotor y coorganizador, el ingeniero Francisco Batlle, “la IA se está adentrando peligrosamente en conceptos que le son extraños: mente, humano, conciencia…, un terreno en el que la filosofía ha transitado mucho, y es ahora cuando, más que nunca, se impone que colaboren en una necesaria reflexión conjunta”.

La inteligencia artificial puede proveer soluciones a problemas complicados pero no a problemas complejos

Si, como decía Montserrat Esquerda, “en este momento, la IA puede proveer soluciones a problemas complicados pero no a problemas complejos”, aún estamos lejos de una IA fuerte que nos pinte un panorama apocalíptico. “La máquina, por exceso de datos, puede llegar a manipularte –reconocía Núria Agell, matemática de Esade–. Ya tenemos las máquinas que nos están superando en capacidad de cálculo, memoria y velocidad. Pero se está investigando en la interacción persona-IA, en introducir nuevas formas de razonamiento; se tiene que intentar trabajar con etiquetas lingüísticas valorativas, que sirvan para tomar decisiones con el razonamiento que nosotros los humanos utilizamos”.

De modo que la vieja cuestión planteada por Alan Turing en 1950, ¿puede pensar una máquina?, todavía sigue abierta.

 

El enlace original esta disponible en:  https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20191222/471947287537/transhumanismo-filosofos-tecnologos-dialogo-inteligencia-artificial-biohackers.html

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