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Gandhi, el personaje del siglo XX

Por: Ignacio Mantilla

Por estos días, más exactamente el 30 de enero, se conmemoran 70 años de un hecho que conmovió al mundo como pocos: el asesinato de Mohandas Karamchad Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi, líder de la no violencia, quien consiguió la independencia de la India después de luchar pacíficamente durante décadas, usando como única arma la verdad y el amor a los demás.

Su asesinato trascendió a todos los continentes y lo convirtió en un mártir de la humanidad. Y no es para menos, pues fue incuestionable el impacto que causó su muerte, pocos meses después de la liberación de la India y a escasos tres años de haberse puesto fin a la Segunda Guerra Mundial.

En el momento de su asesinato, este ideólogo pacifista ya se erigía como líder ejemplar que se anteponía a los métodos violentos usados por otros poderosos líderes. Con la consigna “La verdad te hará libre” y sin derramar ni una gota de sangre, consiguió lo que parecía imposible, mientras otros líderes, tras baños de sangre, no lograron lo que creyeron posible.

Su multitudinario funeral se llevó a cabo al día siguiente de su muerte. Se dice que dos millones de personas se agolparon a lo largo de los ocho kilómetros que recorrió el cortejo fúnebre hasta el lugar donde, siguiendo la tradición india, su cuerpo fue incinerado.

De su muerte fue acusado Nathuram Godse, nacionalista de ultraderecha, quien, indignado ante la separación de Pakistán, planeó su asesinato. Godse fue ejecutado en noviembre de 1949.

Gandhi no sólo era el artífice de la independencia de la India; era también un líder religioso para la población de mayoría hindú, querido y admirado por personas de todas las religiones y castas.

India es hoy el segundo país más poblado del mundo, después de China. Supera los 1.300 millones de habitantes y se afirma que en pocos años ocupará el primer lugar, teniendo en cuenta la tasa de crecimiento actual. En el año de 1800, la India contaba con 150 millones de habitantes y en 1947, año de su independencia, tenía 500 millones de habitantes, sumando la población de entonces de Pakistán y Bangladés, que hoy no forman parte de la India y que son también países muy poblados. Pakistán tiene actualmente cerca de 200 millones de habitantes y Bangladés unos 30 millones menos.

Estoy seguro de que en cualquier clasificación que se realice sobre los grandes personajes del siglo XX, sin importar el criterio que se elija para hacerla, aparecerá Gandhi en los primeros lugares de la lista, aunque es también probable que la sola contabilidad de citaciones de su nombre, por ejemplo, nos dé insospechadas sorpresas y la cifra sea superada por citaciones de líderes condenables.

Lo cierto es que ahora, cuando se cumplen siete décadas de su muerte, su mensaje está más vivo que nunca. Sin duda aún sentimos admiración por su capacidad de resistencia pacífica ante el dominio inglés, así como los métodos pacifistas utilizados para denunciar la situación desigual e injusta que vivía la población india. Su asesinato marcó el fin de una época y el inicio de una nueva, en la que, gracias a su conquista, Nehru pudo conducir una India libre e independiente.

En Colombia, el año de 1948 también traería, dos meses después del asesinato de Gandhi, la fatídica noticia de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en el centro de Bogotá, avivando aún más la violencia que combatía Gandhi, la que él definía como el miedo a los ideales de los demás. Y en las últimas décadas nos hemos alimentado de noticias aterradoras de actos violentos que no deben repetirse.

Las enseñanzas de Gandhi son relevantes para nuestro país, para nuestro proceso de paz y en especial para la recomposición social y la reconciliación de los colombianos. Qué bueno fuera entonces que, aprovechando la conmemoración, realicemos en Colombia eventos que nos permitan conocer y reflexionar sobre la filosofía de la verdad y la no violencia, cultivada por Mahatma Gandhi.

La Embajada de la India y el Centro de Estudios sobre India de la Universidad Externado de Colombia han tomado ya esta iniciativa y anuncian un evento con la participación de reconocidos expertos.

Ojalá este 2018, año de grandes decisiones políticas en Colombia, sirva para consolidar la paz, retomando el mensaje de Gandhi: “No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/gandhi-el-personaje-del-siglo-xx-columna-735677

Imagen: https://ciudades30.com/historia/quien-fue-mahatma-gandhi/

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YPFB, cuidar la energía vital de Bolivia

Por: Eduardo Paz Rada

Después de doce años del gobierno de Evo Morales Ayma, la nacionalización de los hidrocarburos del primero de mayo de 2006 es, indudablemente, la medida económica más importante de la gestión porque se ha convertido en la fuente principal de los recursos necesarios para llevar adelante las políticas públicas con la distribución de fondos entre las alcaldías, gobernaciones y universidades, para la redistribución de los excedentes al conjunto de la población y para desarrollar inversiones en salud, educación, deporte, servicios básicos e infraestructuras diversas.

Junto a la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la industrialización del gas, fueron los mandatos de la agenda de octubre de 2003 determinada por la insurrección popular que expulsó a Gonzalo Sanchez de Lozada y a los partidos neoliberales que manejaron irresponsablemente el país durante veinte años. Dos de estas decisiones se han cumplido y la tercera está en proceso de ejecución, junto a la que se implementa la expansión masiva del uso del gas barato en todo el territorio nacional y para toda la población.

La empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha recuperado la importancia que tenía antes de su entrega a las transnacionales y de su despedazamiento e, inclusive, ha desarrollado mayores potencialidades como empresa corporativa que integra verticalmente la industria petrolera, sin embargo es también una empresa muy sensible a la burocratización, la tecnocracia y autonomía de gestión, a una administración inadecuada y al surgimiento de hechos de corrupción, como se ha podido advertir con las renuncias o destitución de varios de sus presidentes y de otros funcionarios.

Asimismo, las recuperadas empresas YPFB Andina y YPFB Chaco, que realizan operaciones con otras empresas transnacionales del sector y que se administran bajo la conducción de un Directorio y de Gerencias responsables de sus actividades, tienen bajo su responsabilidad las decisiones estratégicas del sector que pueden definir el destino de la energía vital del país. Igualmente la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) es responsable de la fiscalización del sector.

Por estas razones corresponde cuidarlas y preservarlas desarrollando políticas y decisiones muy claras desde el gobierno. Esto significa asegurar la información más amplia y detallada sobre su manejo, establecer procedimientos de administración transparente para el conocimiento de toda la población y crear mecanismos de control social e institucional, los mismos que deberán ser totalmente independientes de cualquier vinculación con la propia empresa para evitar compromisos y complicidades que pongan en riesgo su independencia.

Por otra parte, los miembros de los directorios de YPFB, de YPFB Andina e YPFB Chaco, como representantes de la sociedad y el Estado, de los cuales no se conoce prácticamente nada, deberán informar y rendir cuentas regulares y periódicas para que el pueblo boliviano conozca cómo está su empresa emblemática, De la misma manera se deberá conocer el manejo de las actividades de Transporte, Refinación, Industrialización (fertilizantes y urea y separación de líquidos), Distribución y Comercialización, así como de la ANH para no tener sorpresas negativas o de frustración para Bolivia.

Eduardo Paz Rada, Sociólogo y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

*Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=234401

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Venezuela, vanguardia educativa

Por: Elias Jaua Milano

La Organización de Naciones Unidas ha planteado un conjunto de objetivos para la erradicación de la pobreza de aquí al año 2030. En ese marco la organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) en función de garantizar uno de esos objetivos, como lo es el acceso a la educación, recomienda a los países adoptar políticas y leyes que garanticen 12 años de educación primaria y secundaria gratuita, financiada con fondos públicos.

Hoy, en Venezuela, el Estado Democrático, Social, de Derecho y de Justicia garantiza hasta 24 años de Educación pública gratuita y obligatoria en la educación inicial, primaria, media general y media técnica hasta el pregrado universitario. La gratuidad se extiende hasta ciertas modalidades de postgrados en las áreas de salud y educación.

El sobrecumplimiento de ese objetivo, nos convierte en un país vanguardia en el desarrollo de la llamada agenda educativa 2030.

Eso se explica en la sostenida inversión social en la educación en los años de revolución. Para 1990 el presupuesto educativo alcanzaba difícilmente un 3,15% del PIB, esta situación cambió favorablemente con la llegada de nuestro Comandante Hugo Chávez. A partir de 1999 se experimenta un crecimiento sostenido hasta hoy, donde el gobierno Bolivariano del Presidente Nicolás Maduro destina el 7,5% del PIB a la Educación, aún en medio de una contracción del 70% del ingreso nacional, producto de la caída de los precios petroleros y de las agresiones contra nuestra economía.

En cuanto al mejoramiento de la calidad, nuestro gobierno a través de la Misión Simón Rodríguez dirigida a la especialización de docentes y a la formación de profesionales de otras áreas que deseen ingresar a la docencia, ha alcanzado para el momento 60 mil docentes cursando estudios gratuitos, en 16 áreas de Especialización, Maestría y Doctorado, cerca del 10% de todos nuestros educadores y educadoras.

La calidad la concebimos como una integralidad. El acceso a las tecnologías de información; más de 6 millones de computadoras portátiles con contenidos pedagógicos han sido donados a los estudiantes de distintos niveles, el 90 % de los instituciones educativas tienen acceso a internet, a los recursos pedagógicos, más de 20 millones de textos escolares con contenidos producidos por pedagogos venezolanos son distribuidos gratuitamente, el 50% de nuestros estudiantes reciben útiles escolares gratuitos y uniformes subsidiados, bonos y becas sociales; en el 75 % de las instituciones educativas públicas se ofrece un programa de alimentación escolar, desayuno y almuerzo, para el 2018 cubriremos el 100% con una merienda nutricional.

En 2030, cuando se cumplan 200 años de la muerte de nuestro Libertador Simón Bolívar, quien nos dejó esta frase para la posteridad «Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades», Venezuela podrá decir ante las Naciones Unidas hemos cumplido con nuestros niños, niñas y jóvenes, hemos cumplido con la humanidad. Hemos formado una generación para lo grande, para lo hermoso, para la libertad, para la paz, para la igualdad social, para el reconocimiento a la diversidad cultural, para otro mundo posible. Dios mediante, así será.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a254818.html

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¿Cambiar las cosas para que cambie la gente o viceversa?

Por: Nestor del Prado

El eminente sociólogo brasileño Jose de Souza Silva, se pregunta si lo correcto es cambiar a la gente para que cambien las cosas o cambiar las cosas para que cambien la gente. Sabemos que las dicotomías casi siempre nos hacen caer en una trampa que lleva al reduccionismo; pero no cabe duda que nos obligan a pensar en la importancia, las peculiaridades y las interrelaciones de cada componente del sistema.

No pretenderé dar una mini clase sobre el cambio, sus etapas, sus barreras,…

Sobre esto hay mucho ya escrito. No obstante escribiré lo conceptualmente indispensable para estar en sintonía filosófica con el análisis de la pregunta.

  • Cambiar las cosas: conceptuado como el cambio de políticas, lineamientos, procedimientos, reglas de juego, roles,…
  • Cambiar la gente: sustituir, poner a otras personas sin estar viciadas en los quehaceres anteriores para que entren en la batalla con una nueva mentalidad, desprejuiciadas, que no debe confundirse con olvidar la memoria histórica.

Podemos caer en una paradoja. El cambio lo hace la gente, pero lleva implícito un cambio intrínseco que en muchas ocasiones ni se desea ni se sabe ni se puede hacer.

Hay cambios fatales, que no quiere decir indeseables o luctuosos, y sí quiere decir inevitables, inexorables, que por mucho que lo evitemos ocurrirán, y mientras más lo intentemos alejar podemos estar convirtiéndolos en más lacerantes.

Cuando se pretende cambiar las cosas o cambiar la manera de pensar y hacer, o cambiar a la gente, se supone que se haga para mejorar, aunque no siempre el resultado sea el esperado y desgraciadamente a veces ocurra lo peor.

Cambiando las cosas

El hombre piensa como vive, por tanto si cambiamos las cosas es de esperar que la gente cambie. Ampliemos sobre esta hipótesis.

Se ha dicho que el hombre es un animal de costumbre. Por tanto el cambio de las cosas debe tener una fuerza motriz suficiente para llevar a que la persona se vea en la obligación de cambiar su comportamiento, aunque en una primera etapa lo haga en contra de su voluntad. Me estoy refiriendo a cambios humanamente aceptables, en que exista una suerte de consenso en su justeza y su necesidad. Hacer las cosas bien desde la primera vez es un objetivo loable, pero si dejamos que las cosas se hagan mal y no educamos o castigamos si fuese necesario, entonces se estará creando un camino a la chapucería, a la mediocridad.

Cuando las cosas cambian producto de caprichos del facultado a dictar esos cambios, suele producirse la confusión y la disfuncionalidad de lo nuevo que se implanta. Cuando los cambios tienen el consenso de la mayoría es más probable que se mejore y se produzcan cambios duraderos en el comportamiento de las personas y los grupos de personas.

El rol que se asigne a cada persona también es de importancia en el comportamiento. Los roles pueden cambiar por diversas razones, no siempre acorde con lo que se prefiere; pero evidentemente cada rol tiene implícita una cuota de compromiso, responsabilidad, conocimiento. El cambio de roles puede llevar a cambios de actitud; por ejemplo un jefe muy exigente que al dejar de ser jefe se torna en un trabajador simple que rechaza la exigencia de sus jefes.

Cambiar a la gente

En muchas ocasiones se afirma que mientras no cambies a la gente las cosas que andan mal seguirán igual o peor. Existen situaciones en que el cambio de la gente es algo evidentemente necesario, ya sea por falta de dominio de la tarea asignada o por falta de responsabilidad, por negligencia manifiesta, por acomodamiento, entre otras causales. El problema se complica cuando estamos frente a un ser humano o varios seres humanos con conocimientos y deseos de obtener mejores resultados y no lo logran. En este caso es muy perjudicial buscar en el cambio de la gente la solución, sin analizar a fondo por qué no tienen el éxito que todos esperaban.

En el necesario cambio de la gente es importante profundizar en la correspondencia entre las características integrales de la persona y los requerimientos del cargo o la tarea asignada. En nuestra sociedad tenemos múltiples ejemplos de cuadros que han tenido buenos resultados en un tipo de cargo, y cuando lo pasamos a otro tipo de cargo fracasan. Un buen director de Empresa o un buen asesor estatal no necesariamente será un buen Ministro.

Por otra parte podemos poner al cuadro o especialista que todos consideramos más preparado para asumir un cargo y vuelve a producirse un resultado decepcionante. En este caso lo que sucede es que se limita injustificadamente la capacidad innovadora, la creatividad y los cambios en forma y contenido que esa persona quiere llevar a la práctica.

Es interesante responder a la pregunta si lo fundamental es cambiar al dirigente principal de la organización o si lo más efectivo es cambiar parcial o totalmente al equipo de dirección. No hay recetas ni debe haberlas; hay que analizar casuísticamente; el nuevo jefe debe profundizar o enterarse de las características de cada miembro del equipo para tomar las mejores decisiones.

¿Entonces cuál es la respuesta a la pregunta?

Cada cual tendrá su propia respuesta que me gustaría mucho conocer de los cubadebatientes.

Me arriesgaré a compartir anticipadamente con ustedes la mía; y así minimizar esos comentarios del tipo: “muy bien todo, pero entonces ¿qué hacer?”.

Sin traicionar el análisis sistémico del problema que entraña la pregunta, yo pienso que lo esencial radica en cambiar las cosas.

 Pero cambiar las cosas siguiendo al menos los siguientes principios:

  • Los cambios deben producirse con una consecuente democracia participativa
  • Los cambios deben analizarse profundamente, valorando todo los factores y sus consecuencias y secuelas para reducir sus riesgos
  • Los cambios deben tener alta sintonía entre el pensar y el hacer. Cambiar en el pensar sin la acción que les de vida no vale la pena como diría mi amigo Manuel Calviño
  • El impacto de los cambios debe ser analizados en el tiempo prudencial acordado, para aplicar la mejora continua, para evitar las estrellas fugaces
  • Los cambios no deben ser jamás festinados, ni tampoco tan demorados que lleguen a la construcción del sombrero ideal cuando ya no haya cabeza en que ponerlo.

Como de costumbre tienen ustedes el derecho de opinar, de concordar, de disentir, de preguntar, de proponer; siempre aplicando la savia martiana y fidelista de: “con todos y para el bien de todos” y de “cambiar todo lo que deba ser cambiado”.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/10/17/cambiar-las-cosas-para-que-cambie-la-gente-o-viceversa/#.WelYG4_Wy00

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Es necesario plantear un Nuevo Modelo educativo en la ANC

Por: Marcel Doubront

Aunque ya faltan muy pocos días para la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, muchos son los postulados, desde el empresario hasta el obrero, muchos son los planteamientos, desde modernizar el sistema económico hasta un nuevo sistema de justicia, no obstante muy pocas han sido las propuestas en materia educativa en el marco constituyente ignorando o seguramente no midiendo como este aspecto pudiera transversalizar en relación a los 9 puntos propuestos por el presidente Nicolás Maduro, bien preguntaba el maestro Simón Rodríguez como al mismo tiempo respondía “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original. Original han de ser sus instituciones y su Gobierno y originales de fundar unas y otro. O inventamos o erramos”, si realmente queremos lograr la Paz hay que buscar una radical alternativa a la actual educación de competencia del cual estamos inmersos donde enseña a competir y no a compartir ni mucho menos a discernir en ese sentido Agobian (2007) muy claramente lo refiere “Hoy no se sabe simplemente para formarse, hoy se sabe para dominar y producir. Antes se decía que había que formarse para servir al estado, hoy se forma para servir al mercado. Esta conflictiva tesis enfila a la educación hacia una teoría de la calidad total, hacia las escuelas eficaces, pero hay que preguntarse ¿acaso la educación tendrá que entregarse en manos de una lógica del mercado?” revisemos si realmente el cumplimiento de esa frase “Estudia para ser alguien en la vida” brindo reciprocidad entre el profesional y su comunidad o fortaleció lo que definiera Edgar Morín como “las cegueras del conocimiento”.

Hoy hablamos de tener más del 30% de la población en las aulas entre ellas nos convertirnos en el segundo país en Latinoamérica con mayor matrícula universitaria, pero lamentablemente callamos que seguimos instruyendo mas no educando o como bien refiriera el Maestro Simón Rodríguez “enseñamos para tener quien sepa, pero no educamos para tener quien haga” algo que guarda congruencia con “el hacer una revolución socialista con métodos capitalistas” antes de escribir este articulo veía por twitter una etiqueta promocionada por el ciudadano Ministro para el Poder Popular para la Educación Universitaria #SNIPuebloUniversitario aunque es innegable los logros para los más humildes del Sistema Nacional de Ingreso, hay ideas y planes que deben adecuarse al momento histórico, hoy no es suficiente hablar de cantidad sino revisamos la calidad, si bien nuestra carta magna en su Artículo 102. Concibe a “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad (….).” los presentes tiempos nos dicen que si bien es importante la inclusión no es suficiente si esta no viene acompañado de una formación humanista, Bolivariana pero sobre todo Productiva, ya que no estaríamos haciendo ningún bien si formamos a compatriotas para el mercado laboral en plena guerra económica y con insuficientes medios de producción, en ese sentido guarda coherencia una frase del Profesor Miguel Martínez Miguélez “habiendo ya entrado ya en el siglo XXI, muchos sectores de nuestra ciencia todavía no han entrado siquiera en el siglo XX” si bien esta cita puede ser interpretada de diversas maneras o intereses, también es cierto que el ente educativo durante mucho tiempo se encuentra muchas veces incompatible a la realidad social ignorando como parafraseando a Ezequiel Andder que este no solo es el reflejo de la sociedad sino que puede influir en ella.

En ese orden de ideas la UNESCO en Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro, nos habla sobre los principios de un conocimiento pertinente el cual ante la mencionada necesidad expresa “existe un problema capital aún desconocido, cual es el de la necesidad de promover un conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los conocimientos parciales y locales (….) es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias reciprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo” en el marco de la actualidad económica es importante recordar que fue la comunidad la que salvo al pueblo haciendo los alimentos que la empresa privada se negó a producir bajo el pretexto de carencia de dólares y materia prima, sin embargo la universidad se quedó enclaustrada en la reproducción de sus tesis obsoletas y no en el desarrollo un plan comunitario para la creación de empresas de producción social en las comunidades en aras de fortalecer los medios y relaciones de producción necesario ante los mencionados desafíos.

hoy a pocos días de la instalación de una Asamblea Nacional Constituyentes sería imperdonable no discutir que teniendo una inmensa riqueza en biodiversidad no tengamos escuelas técnicas en farmacia y dependamos de laboratorios capitalistas y de la importación, de igual forma teniendo el arco minero no tengamos una escuela técnica para la geología en aras de desarrollar no solo mejores ingenieros geólogos a futuro sino el desarrollo sostenible, en el caso de la universidades no podemos seguir haciendo recurrente la torpeza de seguir graduando para el mercado laboral cuando el modelo capitalista está en decadencia, la formación en nuestras universidades debe ser en el marco de una economía emprendedora que sea coadyuvante de un nuevo orden económico comunal porque las verdaderas transformaciones vienen desde los cimientos y no desde las alturas, de igual forma la formación para el emprendimiento permitiría deslastrarnos de la educación tradicional en cual de acuerdo a Miguel Martínez M. “sacrifica la imaginación creadora del estudiante en aras de un dogmatismo metodológico” por ello una educación Liberadora permita crear un nuevo perfil de egreso del Profesional Universitario en concordancia Domínguez deduce (2007) “la educación tradicional se centra en contenidos y lo importante es depositar contenidos, por eso Freire la llamo Bancaria. La educación Liberadora, en cambio, se basa en procesos y por esa razón es una educación para hacer emerger no para depositar contenidos por eso se trata de otra lógica y de otros métodos”

No culpo quien realmente no esté de acuerdo con estas reflexiones por considerar que el problema es únicamente económico y el cual se soluciona mediante lo económico (para no hablar de los que aplican como modo de lucha el autosecuestro y la quema de otros seres humanos), como exprese al inicio de este párrafo no lo culpo porque fuimos formados admirando la libertad que defiende Súper Man y muy poco conocimos de nuestros libertadores, nos hicieron creer que el prototipo de buen ciudadano era el protagonista de la novela haciéndonos sentir culpables por nuestro color de piel y estatus social, nos enseñaron a consumir para ser feliz y no a producir para ser libres, por lo cual guarda pertinencia la frase del Libertador “Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría” por lo cual este momento histórico llama la masificación de involucrados y comprometidos como punto de partida para la concreción de un verdadero proceso de liberación nacional, en ese orden de ideas Humberto Maturana al buscar un concepto de Libertad la definió como “encontrarnos en la diversidad y construir un mundo juntos” es por ello que para sostener el estado no es suficiente un hombre sino un conjunto de voluntades y que la consecución de la libertad pasa por encontrarnos en la diversidad es pertinente un nuevo modelo educativo que forme paro que también transforme, que como dijera Freire “una educación que enseñe a pensar y no a obedecer” porque “La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación”

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a249824.html

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Breve mirada ante la sociedad innovadora

Por: Rosalía Nalleli Pérez-Estrada

“Todas las sociedades avanzadas se enfrentan, en mayor o en menor grado de profundidad, al reto de reinventarse” dice Innerarity (2017) en su libro titulado ¿Cómo es una sociedad innovadora?.

 En él, establece que el reto mayor de las sociedades radica en reinventarse, teniendo a la innovación como eje central de la competitividad y sostenibilidad, sin dejar de poner acento en las personas, quienes requieren construir redes de colaboración y potenciar la educación para lograr una mejor cohesión social, múltiple.

Su propuesta es interesante sobre todo cuando establece que para lograrlo, la ciudadanía en su totalidad debe de ser implicada pero siendo coherente con sus valores asociados, así como el comportamiento y las actitudes. La lectura del libro se vuelve necesaria y lleva a la reflexión de cuánto hace falta el rescate de valores  mientras que al leerlo, se contempla desesperanzadamente cómo la convivencia familiar se va difuminando  con tanta modernidad. La nueva tecnología facilita la unión de las sociedades del conocimiento pero al mismo tiempo ayuda a diferir  la comunicación directa.

Su uso se vuelve indispensable en el siglo XXI y ayuda a la competitividad pero a la vez se vuelve una limitante para la comunicación que se genera cara a cara, cuando se usa de manera indiscriminada y sin una educación adecuada. Las limitantes, llamadas pantalla, distancia, teclado y redes,  más la carencia del calor humano o del timbre de voz hacen que la distancia sea más certera pero, al mismo tiempo, que se vuelva absorbente para los usuario y que a la vez  impide, por ejemplo,  a unos padres de familia en una fiesta familiar, perder de vista a sus 4 hijos de aproximadamente 11 y 12 años de edad, todos ellos  besándose en la boca entre todos y a la vez, más una chica de aproximadamente 16 años tomándole fotos y que a la vez haya gente observando y que no se sienten con la autoridad moral o social, para explicarles que esas manifestaciones de amor son interesantes, pero que ya en  triejas o cuatriejas suelen ser ligeramente incómodas para quienes no están acostumbrados ante tanta modernidad o nuevos comportamientos.

Todos (los cuatro chicos) riendo y bebiendo, festejan a su modo,  mientras la gente que los observa mira atónita su desparpajo y su rebeldía al ser echados a un lado, por la tecnología que está en las manos de sus padres. Los padres, -8 personas diferentes-, sentados a escasos 30 metros y tomando cerveza también sin hacerles caso, ensimismados en sus móviles de  vez en cuando, ven a uno y a otro hijo acercarse a ellos, como diciendo, “no se preocupen estoy bien”. Los padres, sin percatarse de la situación, continúan en su fiesta.

Para los que observan,  la invasión del sentimiento de tristeza y de coraje inunda sus corazones sin saber exactamente qué hacer ante tal panorama. Una rabia infinita los invade porque al igual que el autor del libro que habla de una sociedad innovadora, saben que hace falta generar cambios que lleven a la innovación social, pero que ante todo, hace falta revisar la crisis global a la que hace referencia el autor, cuando también sugiere que se refuercen los valores, tales como la educación, la formación, la igualdad de género, el respeto a la diversidad pero sobre todo observar lo que se quiere cambiar.

Indudablemente la sociedad está cambiando. Las tecnologías inundan los mercados  y la competencia y los egos generan el deseo de acceder a todos para estar a la altura de las exigencias sociales. Sin embargo,  la búsqueda de  la innovación  no debería  de perdernos, como dice el autor “nos está tocando vivir la paradoja de una sociedad que presume de conocimiento (así nos autodenominamos) y al mismo tiempo vive sumergida en una permanente y profunda incertidumbre, impotente ante los ritmos en que se producen los cambios”. Estos cambios requieren ser también considerados en la educación formal, para saber cómo guiar a aquellos que son huérfanos a causa de la tecnología y que están creciendo y buscan experimentar nuevas sensaciones.

Nuestra responsabilidad al estar inmersos en estas nuevas sociedades empieza cuando debemos de saber qué decir o qué hacer ante estos cambios sociales, sin caer en el rechazo ni en la crítica, y sí poder apoyar a quien a gritos pide la atención de un adulto.

Daniel Innerarity (2017) ¿Cómo es una sociedad innovadora? E-book.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/breve-mirada-ante-la-sociedad-innovadora/

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Estado, universidad, humanidades y ciencias sociales

Por: Humberto Muñoz García

El sistema mundo no va bien y está lleno de incertidumbre: la crisis de septiembre 11, la primavera árabe, el terrorismo,  la crisis del 2008-09, el consumo de drogas, la guerra en  Siria, el ascenso de la ultraderecha en algunos países centrales y periféricos, Brexit, las desigualdades internacionales, la poca eficacia y el vasallaje de los Estados,  el descrédito de la democracia y los partidos políticos, las nuevas formas de la dependencia, la dominación que ejerce el sistema financiero, los movimientos juveniles, étnicos, las manifestaciones feministas, de los indignados, la falta de valores y creencias nacionales, de tolerancia y de razonabilidad política, la destrucción del medio ambiente y una masa de seres humanos con vidas desperdiciadas (Bauman, 2005), carencia de identidades, la influencia de las redes sociales opuestas al establishment, etc. Y faltan ideas fuerza que orienten la salida de la crisis.

En México, todos los días, algo indica que el país no va por el rumbo correcto. El modelo de desarrollo auspiciado desde los centros de poder, internos y externos, ha permitido un magro crecimiento de la economía, que no alcanza para corregir la desigualdad y la pobreza. Estamos frente a un Estado fracasado (Ghani y Lockhart, 2009), incapaz de regular el sistema social y la economía, en una crisis de valores, anomia y pérdida de legitimidad de la clase política. Las viejas estructuras políticas colapsaron. Así, se requiere una reforma del Estado. Para hacerla, hay que convocar a un esfuerzo colectivo, donde intervengan las universidades públicas, en unión con la sociedad civil y los actores favorables al cambio.

Entre la crisis y la apatía social se ha desatado una fuerte disputa por la nación. En este medio, México necesita  a sus universidades públicas. En ellas se han desarrollado las humanidades y las ciencias sociales, que son las disciplinas que coadyuvan a generar cohesión, recomponer el tejido social y estimular programas que redunden en beneficio de los más precarizados. Su conocimiento incluye mecanismos para impulsar la movilidad social y la legitimidad de los órganos del gobierno, por medio de una nueva agenda de políticas públicas.

En el marco de los problemas nacionales e internacionales, éstas disciplinas son de primera importancia. Así, se han creado fuerzas internas, en varias universidades públicas, para ganar poder y beneficios a sus intereses particulares. Buscan tomar el control de la investigación humanística y social, que tiene un papel protagónico en los cambios políticos por venir, y frenar la crítica. Han desencadenado una confrontación estéril contra el orden académico, cuando la energía institucional debe estar canalizada a abrir oportunidades de estudio a los jóvenes, nuevas investigaciones y a conectarse de manera más estrecha con la sociedad. Ante esta situación, los académicos de las humanidades y las ciencias sociales debemos cerrar filas para evitar que nos dividan y nos debiliten.

Los investigadores debemos organizarnos para demandar que el Plan de Desarrollo de cada universidad dé cabida a un plan apropiado a las Humanidades y las Ciencias Sociales, que contenga y aplique las medidas que desarrollen, fortalezcan y consoliden el sistema de investigación en estas disciplinas.

Un proyecto institucional específico, que abra espacios, fomente la creación de equipos de investigación y condiciones para generar conocimiento, de manera libre y rigurosa. Que el sistema de investigación pueda expandirse mediante la lógica de la diversificación, y que los resultados sean pertinentes, orienten y den sentido a los cambios en la sociedad, contribuyan al avance teórico, metodológico, y a la formación de nuevos investigadores. Es imperativo que en este plan disciplinario se formulen las reglas generales de evaluación apropiadas a estos campos  del conocimiento.

Desde hace tiempo, en el mundo académico se habla de la apertura de las ciencias sociales y las humanidades, y de la ruptura de los límites disciplinarios. También, del modo de producción del conocimiento en su contexto de aplicación. Sobran ideas para señalar  que las humanidades y las ciencias sociales tienen que avanzar de forma inter y multidisciplinaria por la complejidad extrema que tiene la fenomenología social en países como México. Necesitamos, en las universidades públicas, estructuras organizativas flexibles, redes y proyectos colectivos, que eleven la capacidad de conocer.

Es fundamental, igualmente, que existan organismos que agrupen a los académicos de estas disciplinas a nivel nacional, que en su dinámica nos reúnan periódicamente en congresos, formulen agendas indicativas de lo que es emergente y urgente de conocer, y que refuercen los valores comunitarios que nos cohesionan en nuestras diferencias, que son muchas y de muchos tipos.

También,  es menester que la dirección de las humanidades y las ciencias sociales la hagan académicos de trayectoria, con prestigio y reconocimiento de su comunidad, con capacidad de convocatoria, diálogo, comunicación externa  y sensibilidad política. Que garanticen un clima intelectual que resalte el papel estratégico de la universidad, dentro del actual contexto nacional, como una institución que, en serio, crea futuro.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=6966:estado-universidad-humanidades-y-ciencias-sociales&Itemid=140

 

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