Lo que no nos importa

Por: Vásquez Araya Carolina

Acostumbrarse a vivir en un mundo incierto es una forma de supervivencia. 

Uno de los efectos más puntuales de los avances tecnológicos en comunicaciones, ha sido la manera como se nos manipula desde las instancias mediáticas, con el objetivo de crear en nuestro entorno una aséptica distancia emocional respecto de acciones agresivas de los Estados. Esta especie de concierto bien afinado, dirigido a grandes audiencias, pone un especial énfasis en dar carácter de inevitabilidad a la tragedia de comunidades humanas completamente indefensas, como aquellas encerradas en un entorno bélico o quienes migran para salvar su vida. Esta táctica induce al espectador a asumir esa realidad, plasmada en imágenes, como si esta perteneciera a un mundo remoto y ajeno.

Con una habilidad maquiavélica, el torrente informativo -y, sobre todo, desinformativo- va creando un universo paralelo, en donde la concentración de la riqueza y de poder en manos de entidades inalcanzables se asume como un logro y no como una aberración del sistema que nos rige. En esa misma tónica, el retroceso en cuestión de derechos civiles y protección de los sectores más vulnerables -mujeres, niñez, adultos mayores, pueblos originarios, personas en condiciones de discapacidad- se consolida por medio de medidas arbitrarias y abiertamente discriminatorias.

En una década ya avanzada del nuevo siglo, destaca la manera ofensiva y abiertamente patriarcal como se mantiene el cerco contra el derecho de las mujeres de administrar su vida reproductiva de acuerdo con su propio criterio, o el silencio en torno a las prácticas misóginas de Estados que las condenan a un estatus de indignidad y marginación. Para normalizar este trato echan mano a leyes contrarias a los acuerdos y convenciones internacionales de carácter obligatorio, como aquellos dirigidos a proteger los derechos humanos y combatir la discriminación. Algo similar sucede en relación a la niñez, a la cual se la continúa tratando como a un subproducto y no como a un sector de primerísima importancia.

El efecto de la manipulación mediática se traduce también en una abstracción de la realidad de los otros. Es decir, una perfecta anestesia para la conciencia cuando el golpe lo recibe otro pueblo, en una latitud aparentemente lejana. Ese devenir del “no nos importa” no solo incide en una mayor vulnerabilidad hacia acciones similares que nos afecten, sino en una pérdida de contacto con ese concepto de Humanidad, al cual sin embargo solemos recurrir cuando somos quienes recibimos los golpes.

El sistema imperante en nuestro hemisferio -neoliberal, capitalista, orientado a la concentración de la riqueza en pocas manos y a la pérdida de derechos individuales- tiene como característica específica la imposición de un modo de vida capaz de impedir o entorpecer toda acción colectiva, manteniendo a la ciudadanía enfocada en la supervivencia gracias a la incertidumbre con relación a su trabajo, a sus derechos, a sus posibilidades de progreso. El interés primordial de quienes poseen el control de la información y los medios para divulgarla, por ende, está centrado en el silencio y el conformismo, lo cual representa la base misma del sistema y garantiza su solidez. Eso les permite un espacio privilegiado para continuar con sus planes de expansión económico-corporativa, incidencia en la política global gracias a una hábil manipulación financiera y, desde esa plataforma, la decisión unilateral sobre las vidas ajenas.

El mundo es ancho y ajeno, según Ciro Alegría. Pero resultó más ajeno que ancho.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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La Covid-19 y la crisis del capital: la sostenibilidad de la vida y la soberanía de los pueblos como respuesta

Amigos De La Tierra, Marcha Mundial De Las Mujeres Y Red Latinoamericana Mujeres Transformando La Economía

– Imagen del 8º mercado agroecológico «Frutos de la Resistencia» en CaSanAT, Brasil. Por Douglas Freitas/Lia Gonçalves, abril de 2017.

La nueva publicación, titulada «Economía feminista y ambientalismo para una recuperación justa: Miradas del Sur», de Amigos de la Tierra Internacional (ATI), la  Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) y la  Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía (REMTE), es disponible en portugués, español e inglés.

“Hay que pensar cómo se puede organizar la economía en función de un proyecto político popular desde una perspectiva local, pero que vaya más allá del territorio y que integre a los movimientos, con una mirada internacionalista, de clase, antirracista y antipatriarcal”, expresa el capítulo 3 del nuevo trabajo bajo el título “La crisis de la Covid-19 y los desafíos para los movimientos del Sur global: tejiendo intercambios”.

La publicación es una transcripción editada del seminario web celebrado el 30 de junio por parte de ATI, la MMM Brasil y la REMTE. La actividad formó parte del Foro Social Mundial de las Economías Transformadoras y tuvo dos oradoras principales. Abrió con una exposición de la feminista Nalu Faria, de la REMTE y del Comité Internacional de la MMM. Faria aparece entonces ahora como autora del capítulo 1: “Economía Feminista: La sostenibilidad de la vida como eje central frente a la crisis de la Covid-19”.

La segunda oradora fue la ambientalista Karin Nansen, presidenta de ATI, y autora del segundo capítulo: ”Más allá de la Covid-19: crisis de acumulación capitalista y salidas del Sur”.

Además de que se puede leer esta publicación en español, portugués e inglés de forma gratuita, también se puede ver la  grabación completa del seminario en los idiomas originales en el YouTube de la MMM de Brasil.

“La recuperación justa pasa por una ruptura total con este modelo heteropatriarcal, capitalista, racista, colonialista y destructor de la naturaleza. Por lo tanto, nuestra respuesta también tiene que ser integral, al plantear una ruptura de la lógica del capital y la construcción de otro modelo. En la economía feminista planteamos la necesidad de poner en el centro la sostenibilidad de la vida. […] Tenemos que pensar lo que vamos a producir, cómo y para quién, para responder a nuestras necesidades, pero teniendo presente también la reproducción, que es tan importante a partir del trabajo doméstico y de cuidados”, dice Nalu Faria.

Más de 100 personas de al menos 17 nacionalidades participaron en vivo del debate del 30 de junio, y muchas hicieron uso de la palabra para profundizar las reflexiones y aportar posibles caminos que nos llevarían a una  recuperación justa. Algunas de esas salidas posibles a las crisis indicadas por los movimientos sociales presentes en el seminario se encuentran ahora en esta nueva publicación. La convergencia de los movimientos sociales, la solidaridad internacionalista y la construcción de la soberanía alimentaria a través de la agroecología son algunos de los caminos discutidos.

«La recuperación no puede ser una vuelta a lo que se consideraba la normalidad, porque justamente ese es el origen de la crisis. […] Necesitamos revertir eso y avanzar hacia la justicia en todas sus dimensiones —justicia ambiental, social, de género, económica— y también hacia la construcción y el fortalecimiento de la soberanía de nuestros pueblos y del poder popular”, dice Karin Nansen.

– Para descargar el informe (PDF), haga clic en el siguiente enlace:Economía feminista y ambien…(13,39 MB)

Fuente e imagen: Amigos de la Tierra Internacional

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Entrevista a Alejandro Horowicz: La pregunta es qué se hace con el virus del capitalismo

Por: Eliezer Budasoff

El sociólogo argentino Alejandro Horowicz, profesor de Los cambios en el sistema político mundial, explica por qué las crisis de los mercados han superado los límites de lo real

A comienzos de este año, cuando Alejandro Horowicz volvió a Buenos Aires después de celebrar su cumpleaños 70 en Nueva York, el nuevo coronavirus era apenas una “misteriosa neumonía china” y el adjetivo “histórico” recién empezaba a saltar de los titulares sobre los incendios en Australia a las noticias sobre la decisión del príncipe Harry y Meghan Markle de ser normales. En febrero estalló el contagio en Europa, pero las noticias sobre el virus tardaron casi un mes en volverse algo “histórico”: el 28 de febrero, después de siete días en picada, los mercados bursátiles de todo el mundo informaron sus mayores caídas en una semana desde la crisis financiera de 2008. Una caída histórica, la primera de varias en la carrera descendente de los mercados, seguida por otro récord histórico en Estados Unidos, en este caso ascendente: el de los números de desempleo.

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