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«Rita» y «Merlí»: bullying, recortes y conflictos en la educación pública del Primer Mundo

España – Dinamarca/ Autor: Guillermo E. Pintos / Fuente: Infobae

Dos series de Netflix sobre carismáticos y transgresores docentes en Cataluña y Dinamarca, revelan que no todo lo que brilla es oro en la educación europea

Dos series sobre carismáticos y transgresores docentes en Cataluña y Dinamarca, revelan que no todo lo que brilla es oro en la educación pública del Primer Mundo. Como se suele creer en esta parte del mundo, vale decir. Televisión online global mediante, Merlí y Rita se convirtieron en pequeños sucesos
también en estas latitudes, porque plantean algunas complejidades comunes al sistema educativo occidental en la acelerada segunda década del siglo XXI.

Ciertos asuntos conflictivos de la escuela pública contemporánea, de aquí y de allá, emergen por peso propio dentro de historias protagonizadas por los profesores, sus alumnos y familias, y el
Estado, es decir la comunidad educativa. Recortes presupuestarios, acosos de toda clase, presiones de los padres, conflictos hogareños, consumo de drogas, sexo adolescente y cyberbullyng en redes sociales asoman a la superficie e incluso por encima de las vidas de Rita y Merlí. El tono general de comedia que tienen ambas series deja paso, en ocasiones, a numerosas situaciones dramáticas. Que están ahí pese a que se quiera mirar para otro lado.

En una perspectiva de resumen que elude, al menos aquí, brindar detalles argumentales de las varias temporadas de cada una de las series, la cosa es así. Rita da literatura en una escuela de Copenhague y luego vuelve a su ciudad natal; Merlí es profesor de filosofía en un bachillerato de Barcelona. Ambos son mejores docentes que padres, o al menos eso es lo que se va conociendo de sus historias personales y conflictos familiares. No siempre cuentan con la simpatía de sus colegas, la mayoría de las veces se enfrentan al poder establecido en cada escuela, actúan como «lobos solitarios» en la puesta en marcha de los planes académicos e inevitablemente terminan involucrados en las vidas de sus alumnos, con quienes
mantienen un dinámica permanente de amor-odio.

Rita, originalmente emitida por el canal público danés TV2, da un giro de 180 grados a lo que se ha visto sobre series «de escuela». Sus quehaceres diarios con los alumnos y cómo aborda su vida personal de mujer divorciada a los 42 años y con tres hijos, son apenas la punta de un iceberg. Interpretada por Mille Dinesen, muy conocida en su país por un papel muy parecido al de Reneé Zellweger en Bridget Jones, es una mujer desprejuiciada, que fuma en la puerta del colegio (y la sala de profesores con la ventana abierta: ¿desde cuándo no se veía fumar a un profesor en una serie?), que toma la iniciativa para relacionarse con el hombre que le gusta, y que se enfrenta a la autoridad —el director y la orientadora del colegio— si cree que se está cometiendo una injusticia con algún alumno. Y, además de eso, cuida (como puede) a su hijo más pequeño, el único que vive con ella.

Su autor Christian Torpe, pone el acento en la cuestión individual antes que en el contexto de la historia. «Rita es, primero, el retrato de una mujer no convencional. Después, cuando aborda temas como el sistema educativo, puede nacer un aspecto político. Pero no fue mi primer deseo. Rita no es una persona politizada. Ella siempre actúa de acuerdo a lo que parece correcto para ella». Su explosiva protagonista, Mille Dinesen, dice que «las escuelas danesas aprenden de Rita y en los episodios se destacan temas que son relevantes para padres, maestros y estudiantes. El enfoque de Rita se usa para resolver conflictos, por ejemplo».

Merlí, interpretado por Francesc Orella, es un atípico profesor de Filosofía. Amado y odiado acusado de machista y prepotente, casi no tiene amigos y lidia en casa con su hijo recién salido del closet, y una madre actriz de teatro de otro tiempo. Misántropo, un poco salvaje, lúcido y con la ironía a flor de labios, intenta transmitir el conocimiento frente a un alumnado poco interesado, a veces hostil, casi siempre «en otra», con ejemplos prácticos de cómo se aplica la filosofía a la vida cotidiana. Los chicos recurren a él para conversar de sus conflictos, sus dilemas amorosos, familiares, vitales. Cada capítulo está contextualizado por un filósofo –Nietzsche, Schopenhauer, Guy Debord– que de algún modo genera el marco teórico en el que rebotarán los asuntos de ese día.

La repercusión pública de la serie en Argentina se refleja entre otras cosas, en el reciente raid mediático de su protagonista Francesc Orella. Allí habló de todo, incluso de la situación del gremio docente. Y fue más bien explícito: «Adelante compañeros con la lucha de los docentes y de los alumnos también. Todos juntos es la misma lucha. Adelante, todos por la filosofía, por los derechos de los profesores y por salarios justos. Estoy absolutamente con vosotros en esta lucha», fue su mensaje en una entrevista concedida a una radio marplatense.

Declamaciones del tipo «Macri-oligarquía» que sembraron titulares al margen a partir de las palabras del actor, el autor Héctor Lozano fue más sutil con respecto a la relación ficción-realidad de la serie. «La semana pasada fui al teatro y precisamente una señora me felicitó y me dio las gracias. Era maestra y estaba entusiasmada. A Francesc Orella le comentaron, por ejemplo, que hay alumnos que ahora quieren tener conversaciones con los profesores en la cocina del colegio. Pero también sé que los hay que critican que no es realista. Pero esto es una serie y las series no son igual que la realidad: siempre son mejores. No puedes tomarte Merlí como si fuera un documental sobre la educación pública».

Más allá de las particularidades que rodean a los educadores (y sus mundos privados), la escenografía es más o menos la misma. Un instituto público donde resuenan los conflictos sociales tanto subjetivos como familiares: el presente se cuela por la puerta del aula y es integrado por el profesor/a. En eso no difieren, aún dentro de la idealizada construcción socialigualitaria de los países escandinavos o la agitada realidad política catalana. En ese punto surge la inevitable comparación con la realidad de la comunidad educativa regional y, variables idiosincráticas al margen, afloran las mismas cuestiones. Ese es el punto desde donde disfrutar (y pensar) ambas series.

Fuente de la Reseña:

https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/03/21/rita-y-merli-bullying-recortes-y-conflictos-en-la-educacion-publica-del-primer-mundo/

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El exitoso modelo Danés: una educación preescolar y básica de calidad

Dinamarca – Chile / 25 de marzo de 2018 / Autor: Dr. Franco Lotito C. / Fuente: Gran Valparaíso

“Niños chilenos de entre 12 y 14 años que llegan a octavo básico no saben leer ni escribir… ¿mala educación, malas políticas estatales o falta de ética profesional? ¿O todas las anteriores?” (Publicado en diversos canales de televisión y diarios de circulación nacional el día miércoles 7 de marzo de 2018).

Esta fue la reveladora noticia que fue entregada a la opinión pública, una noticia, que no sólo es desastrosa, sino que es, simplemente, repudiable e inaceptable: niños de varias escuelas públicas de diversas comunas de Chile que han llegado a octavo básico NO SABEN LEER NI ESCRIBIR.  Es decir, jóvenes de 13, 14 y 15 años son simples analfabetos. Esto en plena democracia y en pleno siglo XXI. Es por esta razón, que deseo comparar el modelo danés de educación  con nuestro sistema educacional, en función de lo cual, más adelante presentaré las bases de dicho modelo educativo.

No puedo comenzar este escrito, sin poner sobre el tapete de la discusión el drama –y la vergüenza personal– que les tocará vivir en carne propia a los miles de jóvenes analfabetos chilenos, quienes representan un claro ejemplo de la total ineptitud, indolencia e impudicia con la cual las autoridades del gobierno de la ex presidenta Bachelet “administraron” el tema de la educación. Pero esto no es todo. El Ministerio de Educación debió reconocer hace muy poco que “más de 400 mil personas adultas no saben leer ni escribir en nuestro país”. Directo, claro y… catastrófico.

Como todos saben, parece un desperdicio de tiempo intentar hablar acerca de la “calidad” de la educación en nuestro país, sea que hablemos de la  “calidad” en educación básica, media o universitaria. La razón es muy simple: lo único que, al parecer, les interesaba a las autoridades responsables, era que los niños y jóvenes “pasaran de curso”, no importaba cómo. Tampoco les importaba si salían ignorantes y analfabetos de algunas de las instituciones de educación, sea que hablemos de Básica o Media, e incluso universitaria.

Es más. A partir de 2019 entrará en vigor un decreto del Gobierno de Bachelet que elimina la repitencia automática de los alumnos, aún cuando no cumplan con los requisitos de asistencia a clases y/o de notas. Este nuevo decreto, de acuerdo con diversos expertos, no hará otra cosa que aumentar significativamente el número de niñas y niños que no sabrán leer ni escribir en nuestro país, es decir, tendremos abundancia de gente analfabeta que, en estricto rigor, representarán “mano de obra barata e ignorante” para las élites gobernantes y económicas de este país.

Pregunta… ¿qué diablos van a hacer estos niños cuando salgan de cuarto medio –si es que egresan alguna vez– y quieran ingresar a la Universidad, si  ni siquiera saben leer de corrido y menos aún escribir correctamente? Y hoy estamos hablando de educación gratis universitaria para el 60% de la población más vulnerable del país. Más bien, parece una burla a los jóvenes analfabetos.

Esto es lo que sucede cuando las cosas se hacen mal. Muy mal. Dando lo mismo, si el gobierno de turno es  de “izquierda” o de “derecha”.

Veamos ahora qué sucede cuando las cosas se hacen bien, con compromiso, con responsabilidad, con seriedad, usando la cabeza,  en lugar de usar las “patas” –perdonando la expresión– y otras partes del cuerpo humano que no corresponden al cerebro, precisamente. Es el caso del “Modelo danés de Educación”.

Dinamarca se ha convertido en uno de los países símbolos en el mundo –junto a Finlandia, Singapur, Noruega y Suecia–, que gracias a una fuerte política de inversión económica en educación preescolar y básica, logró disminuir totalmente la brecha educacional y social entre los niños de menores y de mayores recursos.

Tanto es así, que el modelo danés se convirtió en el ejemplo más exitoso de intervención social del mundo, por cuanto, el gobierno de este país decidió trabajar EN FAVOR de TODOS sus ciudadanos, volcando sus esfuerzos en mejorar la calidad de la educación, es decir, la mejor fórmula jamás “inventada” para sacar a la gente de la pobreza, del desamparo, la ignorancia y del subdesarrollo.

El modelo danés se basa en dos principios fundamentales: 1. Conseguir cobertura para todos los niños y, 2. Excelente calidad de la educación por IGUAL PARA TODOS. Sin importar, si los colegios se encuentran en la capital de Dinamarca o están ubicados en algún pueblo remoto y perdido en las montañas nevadas. Dinamarca invierte entre el 4 y el 7% de su Producto Interno Bruto en temas que para el gobierno de este país son relevantes: educación, capacitación, investigación y desarrollo.

Probablemente esta cifra podrá parecer “exorbitante” para nuestra clase política y gobernante, sin embargo la alta rentabilidad que esto tiene para el país, es simplemente EXTRAORDINARIA, puesto que los futuros profesionales que surgen de esta inversión en educación devuelven –cuando mayores– con creces el dinero invertido en los niños de prebásica y básica a través de los altos impuestos que pagan las personas en este país, con lo cual, se reduce la pobreza, disminuye la inequidad, así como el reparto desigual de la riqueza de una nación, al tener profesionales altamente calificados. Y no sólo esto: también se reduce la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción y, lo que no deja de ser importante, el RESENTIMIENTO de los pobres en contra de la élite privilegiada.

Y… ¿cómo se garantiza la calidad de la educación? Pues bien, el gobierno danés decidió imponer normas muy exigentes en su sistema educacional. Mientras que en los países de la OCDE se pide, por ejemplo, una parvularia cada 8 niños, en Dinamarca se exige UNA POR CADA TRES NIÑOS. ¿No le parece una maravillosa forma de exigir calidad en la educación?

Por otra parte, la fórmula exigida para estudiantes de básica y media es que los profesores no se hagan cargo, más allá de 15 a 20 estudiantes por curso, de modo tal, que los docentes puedan preparar sus clases en forma óptima y puedan seguir formándose de manera continuada. Un profesor danés (sueco, finlandés, noruego, etc.) gana tanto como un ingeniero o un médico, y está obligado a seguir capacitándose y formándose, lo que significa, que a lo menos, debe tener el grado académico de magíster si es que quiere ser maestro y, a lo menos un grado de doctor, investigaciones y publicaciones a su haber, si es un académico o docente universitario. ¿No le parece una excelente manera de lograr calidad en la educación?

El Dr. Gosta Esping-Andersen –sociólogo danés y asesor de diversos gobiernos europeos– ha demostrado con sus estudios, análisis e investigaciones que el “modelo danés permitió dar iguales oportunidades a todos los niños en una etapa crucial de su desarrollo”, donde se estimulan por igual las capacidades cognitivas de los menores, así como también sus habilidades socioemocionales.

De eso se trata, justamente, de hacer las cosas bien, con el fin de evitar “ensillar el caballo al revés”, tal como se ha hecho en Chile. De poco –o nada– sirve tener una “educación universitaria gratis”, si el futuro estudiante ni siquiera es capaz de entender lo que lee y, lo que es peor, apenas puede leer “de corrido”… si es que aprendió a leer.

En función de lo anterior… ¿cómo se le pide perdón a los miles  y miles de niños y adolescentes chilenos que irán por la vida –en pleno siglo XXI– como simples analfabetos, siendo incapaces de escribir ni siquiera su propio  nombre?

Fuente del Artículo:

 

http://www.granvalparaiso.cl/sociedad/el-exitoso-modelo-danes-una-educacion-preescolar-y-basica-de-calidad/

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Perú: Los países que promueven el trabajo en equipo dentro del aula

Perú / 2 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: RPP

En un mundo cada vez más interconectado, es imprescindible que los estudiantes aprendan a temprana edad que la colaboración los ayudará a alcanzar sus objetivos.

El trabajo en equipo en el aula trae numerosas ventajas para los alumnos. Según el portal Habilitas Educación, especializado en introducir nuevas tecnologías en la educación, la primera ventaja es que genera relaciones positivas. Los miembros del grupo se apoyan entre sí para alcanzar un objetivo en común.

Además, mejora las relaciones sociales ya que la interacción ayuda a que uno pueda ponerse en el lugar del otro y ser más empático. De este modo, se aprende a entender mejor a las personas y así tener más capacidad para resolver situaciones.

El trabajo en grupo también es beneficioso para el aprendizaje, ya que no solo se aprende recibiendo información, sino cuando se utiliza lo que se sabe con el resto de compañeros. Así, es posible que las personas construyan su propio conocimiento a través de la interacción.

Por último, aumenta la autoestima del estudiante ya que los trabajos en grupo fomentan  la responsabilidad por cumplir con la tarea encomendada. El hacerse responsable del éxito o fracaso de su parte en el trabajo grupal, le da más autonomía al estudiante.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) es conocido por medir las habilidades de estudiantes en lectura, matemáticas y ciencia. En el 2017 evaluó por primera vez las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa.

EL programa PISA evaluó en 2017 y por primera vez, las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa.
EL programa PISA evaluó en 2017 y por primera vez, las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa. | Fuente: Shutterstock

El resultado fue que los alumnos sobresalientes en las pruebas académicas también son mejores en la solución de dificultades en colaboración con otros.  Los cinco países que mejor resuelven problemas en conjunto son: Singapur, Japón, Hong Kong, Corea del Sur y Canadá. Los siguen de cerca Estonia, Finlandia, Macao, Nueva Zelanda, Australia, Taiwán, Alemania, Estados Unidos, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suecia, Austria, Noruega y Eslovenia.

Según esta prueba, las niñas tienden a interesarse más en las opiniones de los demás y quieren que los otros tengan éxito. Los niños, por su parte, son más propensos a ver que la colaboración puede ayudarles a trabajar de forma más efectiva y eficiente.

Incluso los estudiantes con menos ventajas académicas valoran el trabajo en equipo porque sienten que se toman mejores decisiones que de manera individual.

En consecuencia, el  trabajo en grupo no solo se trata de la distribución de tareas en partes iguales, sino que involucra el compromiso de todos sus miembros para resolver una tarea en común. Ser parte de un equipo ayuda a que los estudiantes  asimilen mejor normas y valores intrínsecos al trabajo grupal, lo que resulta una lección para toda la vida.

Fuente de la Noticia:

http://rpp.pe/campanas/branded-content/los-paises-que-promueven-el-trabajo-en-equipo-dentro-del-aula-noticia-1096856

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El lado oscuro de la educación danesa, una de las mejores de Europa

Dinamarca / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Miguel Sola / Fuente: El Confidencial

Las subvenciones son motivo de gran controversia en el país. El gobierno está decidido a acabar con la tendencia de los alumnos que alargan sus carreras hasta pasados los 30

En Dinamarca estudiar es un trabajo. El modelo danés no solo permite ir a la universidad sin gastar un euro del bolsillo, sino que el Estado da un considerable sostén económico al alumno: de 400 a 800 euros al mes, según las necesidades. Las becas otorgan una enorme libertad, lejos del coste, la presión y la deuda universitaria de sociedades como la estadounidense, y en menor medida, la española. Sea como fuere, desde fuera suele verse como una utopía académica envidiable.

Sin embargo, al proyecto no le faltan opositores y las subvenciones son motivo de gran controversia política en el país. Obviamente, todo esto es posible gracias a una de las tasas impositivas más altas del mundo. Digamos que sigue la lógica de que lo que te presta el Estado lo pagarás más tarde a través de tus impuestos. Además, una parte significativa de los daneses, en especial los ciudadanos que ya forman parte de la población activa, critican que esta libertad adicional elimina de raíz la urgencia de los jóvenes por convertirse en adultos, lo que da lugar al fenómeno de los estudiantes eternos.

 diferencia de otros subsidios, este no requiere que escojan una carrera determinada ni que sean excelentes. El sistema danés incluso permite que un estudiante abandone su carrera y no por eso quedará endeudado con el Estado. Aun así, cada vez es más evidente que algo huele a podrido en las universidades danesas. Tanto es así que hasta han introducido una palabra en el vocabulario habitual para nombrar a la tendencia de los alumnos que alargan sus carreras: ‘evighedsstuderende’.

Dinamarca otorgó más poder a las universidades para que metiesen prisa a los alumnos. Si no lo hacen, se arriesgan a perder la financiación

El 90% de los estudiantes termina la dupla grado y máster, y lo hacen en una media de seis años. Por su parte, el gobierno quiere rebajarla a cinco y asegura que muchos siguen beneficiándose de las becas durante el ‘fjumrear’ o año sabático, en el se toman un descanso cogiendo menos asignaturas de lo normal. “El país no puede permitirse esto por más tiempo”, resume Soren Nedergaard, del Ministerio de Educación Superior y Ciencia, a ‘The Atlantic‘, quien asegura que era o recortar las ayudas o reducir el tiempo de estudio. Se decantaron por el segundo objetivo.

Cafetería en la zona de la Universidad de Copenhague en la capital danesa. (Reuters)
Cafetería en la zona de la Universidad de Copenhague en la capital danesa. (Reuters)

“El problema se ha agrandado a lo largo de los años. En el momento en el que se decidió la reforma los jóvenes estaban estudiando un año y medio más de lo que debían”, asegura Nedergaard, cuyo gobierno se ha comprometido a endurecer las condiciones para percibir el subsidio. Cuando habla de reformas se refiere a las propuestas en 2015 con las que el Estado ha otorgado más poder a las universidades con el fin de que “metan prisa” a los alumnos. Si no lo hacen, se arriesgan a perder la financiación pública.

En los últimos años se ha popularizado el uso de la palabra ‘evighedsstuderende’, que hace referencia a los estudiantes que alargan su etapa universitaria

Al parecer, las medidas no solo responden al ahorro de dinero a corto plazo. Lauritz Holm-Nielsen, exdirector de la Universidad de Aarhus, la más grande del país, asegura que “visto desde el punto de vista de la sociedad, si los graduados ingresan en el mercado laboral antes, contribuirán a la economía durante más tiempo”. Sea cual sea la razón principal, estos cambios en el modelo educativo se han encontrado con mucho rechazo por parte de la comunidad estudiantil. Sin embargo, las protestas en la calle no parecen haber tenido el efecto deseado. Aunque sigue siendo uno de los principales problemas educativos y económicos que el gobierno asegura que tiene que hacer frente, la tendencia es (tímidamente) decreciente. Cada vez hay menos estudiantes de más de 30 alargando sus años de universidad.

Daniel Borup Jakobsen, un graduado de 24 años, lo confirma en ‘Business Insider‘. En cualquier caso, el joven rechaza la idea de que la matrícula gratuita cree ese efecto secundario y asegura que es algo por lo que merece la pena luchar: “La motivación para tener éxito en los estudios no está de ninguna manera vinculada con el hecho de pagar o no pagar”. Sin embargo, este debate, que en Dinamarca se considera una crisis educativa, en España, donde el precio ha aumentado hasta los 1.100 euros al año de media (según datos de Eurydice), adquiere otro matiz. Los estudiantes españoles se pasan nueve años de media en la universidad. Entran a los 18 y salen con 27 con un título de grado bajo el brazo. Y uno de cada cinco termina la carrera con 31 años, según un informe de la OCDE que utiliza cifras de 2012. Las comparaciones, al parecer, son odiosas.

Fuente de la Noticia:

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-11-17/educacion-universidad-dinamarca-estudiantes-eternos_1477400/

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