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El futuro de la subjetividad humana

Por: Slavoj Zizek

“¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.”

La siguiente entrevista entre Slavoj Žižek y Leonardo Caffo fue publicada  en la revista italiana Sette —suplemento semanal del diario Corriere della Sera.  

Slavoj Žižek es uno de los pocos filósofos vivos cuyas ideas se han traducido a más de sesenta idiomas. Su pensamiento sigue siendo decisivamente importante para la filosofía contemporánea, trayendo consigo implicaciones que se extienden a lo largo y ancho del arte, la literatura, la ciencia y la política. Su fama mundial está respaldada por la longevidad de décadas de investigación.

En su relectura de Marx, Freud, Hegel y Lacan, Žižek ha construido una obra monumental. Se han publicado películas, obras musicales y documentales que, junto a su pensamiento, intentan delinear y esbozar lo que significa ser humano hoy, los mayores desafíos que se presentan en un futuro no muy lejano, cómo cuestionar el capital sin destruirlo. , o, como en su último libro Hegel in a Wired Brain [versión italiana: Hegel e il cervello postumano (Ponte alle Grazie)], la cuestión de qué sucede en caso de Singularidad humana, el momento en que (potencialmente) nuestros cerebros se vuelven interconectados digitalmente.

Leonardo Caffo [LC]: En tu opinión, ¿qué tan sana es la filosofía contemporánea y en qué estado se encuentra?

Slavoj ŽižeK [SZ]: Digamos que la filosofía se disputa entre dos versiones muy clásicas de “el fin de la filosofía”. Uno, siendo el más obvio, es el que tiende a resolver sus mayores cuestiones de significado con una especie de cientificismo extremo: las ciencias cognitivas, las neurofilosofías y una mecánica cuántica que ni siquiera se comprende completamente pero que se utiliza para resolver todos los dilemas. del espíritu. Y luego, del otro lado, encontramos un historicismo que tiende a secularizar todas las cuestiones conceptuales. En parte, la insalubridad de la filosofía también está relacionada con las luchas internas en la academia, la división falsa y sin sentido entre la filosofía continental y la filosofía analítica (cuando en realidad solo hay una filosofía buena o mala), y una dificultad más amplia para hacer que las personas vean cómo las preguntas más importantes de la filosofía se resuelven.  Es un momento paradójicamente interesante para la filosofía. “El fin de la filosofía” siempre se ha dicho de boquilla y, sin embargo, es precisamente hoy que deberíamos ser mucho más capaces de señalar los nudos filosóficos que se entrelazan de manera crucial con lo que está sucediendo hoy.

LC: Esto es también lo que haces con tu último libro sobre Hegel, donde nos dices algo sobre el futuro de la subjetividad humana después de la supuesta interconexión de nuestros cerebros con implantes tecnológicos cada vez más omnipresentes.

SZ: Sí, pero el punto es que ni siquiera importa si todas estas grandes profecías sobre nuestros cerebros interconectados realmente suceden. Lo que me interesa es lo que habría de pasar si pasa. ¿Cómo cambiaría nuestra concepción del inconsciente si, por ejemplo, realmente pudiéramos comunicarnos con los demás directamente a través de nuestra mente? O, ¿qué quedaría del sexo tal como lo conocemos si pudiéramos interconectar directamente nuestro disfrute sin esfuerzo físico? De hecho, estos son escenarios posthumanos, pero no se refieren a las características técnicas de cómo se verá ser posthumano, bueno, no como tal. Simplemente me pregunto: ¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.

LC: ¿Te refieres a filósofos como Graham Harman o Markus Gabriel (con los que también he hablado en este periódico)?

SZ: Sí, por supuesto. Tanto Harman como Gabriel hacen un gran trabajo con esas preguntas generales que conciernen a la filosofía. Sin embargo, si estas preguntas —qué significa la realidad, qué significa la libertad, qué significa la objetividad— no se sumergen en la urgencia de un mundo retrocedido por un virus y la digitalización, entonces existe un riesgo real de dejar el terreno filosófico abierto a diversas formas de escepticismo. Creo que sería un error bastante grave que se puede evitar fácilmente. En Italia tienes grandes filósofos que son célebres en todo el mundo; Pienso en Giorgio Agamben, con quien, sin embargo, no he compartido su enfoque de Covid, ya que se acerca demasiado a esas teorías de conspiración reaccionarias fáciles (como: «el pase verde limita nuestra libertad…» como si morir de Covid no hubiera lo limitó mucho más), o Gianni Vattimo,

LC: ¿Pero Agamben no ha sumergido también su filosofía en nuestra situación actual, usándola para resolver tales asuntos de la misma manera que acabas de sugerir antes?

SZ: Por supuesto, pero buscar usar esas herramientas teóricas que le gustan (en su caso, usar la biopolítica de Michel Foucault) es una forma torpe de lanzar la filosofía al presente, ya que estas herramientas específicas no resuelven cuestiones más nuevas y complejas. Obviamente, está claro que, cuando se hace abstracción, limitar la libertad de una población a través de normas sanitarias prohibitivas es algo serio con lo que lidiar, pero, en la práctica, dado que el mundo que ha producido este virus se ha formado en primer lugar a partir de mucho más atrocidades graves, ¿qué se supone que debemos hacer? Agamben solo ha razonado con las consecuencias del Covid. Creo que la filosofía debe preocuparse principalmente por sus raíces.

LC: ¿Qué decir entonces del antropocentrismo, aunque sea, quizás, un término reduccionista?

SZ: No comparto el tipo de mentalidad de víctima extrema representada por algunas filosofías ecológicas: «Todos somos iguales a todos los demás seres vivos, todos debemos dejar de operar de una manera antropocéntrica». Lo que se requiere de nosotros en este momento es, paradójicamente, una especie de superantropocentrismo: debemos controlar la naturaleza, controlar nuestro entorno; debemos permitir que exista una relación recíproca entre el campo y las ciudades; debemos usar la tecnología para detener la desertificación o la contaminación de los mares. Somos, una vez más, los responsables de lo que está pasando, por lo que también somos la solución. El tema que subyace en mi libro sobre Hegel es que la filosofía contemporánea debe tener una actitud hegeliana adecuada cuando se enfrenta a cuestiones como el trabajo con la dialéctica. Estamos llamados a no proponer soluciones simples, a no hacernos la víctima,

LC: También tomas esta posición compleja hacia temas como el racismo, el sexismo, la corrección política. . .

SZ: Obviamente. Pensar que las cosas se pueden resolver con “todos somos iguales, todos somos amigos, hermanos, hermanas; usemos un buen lenguaje neutral” no tiene sentido. Al final, causa más daño que bien. El tema de género no puede ser solo un tema de ética, también el tema del racismo. El punto no es la tarea banal de respetarse unos a otros de una manera abstracta. Por el contrario, se trata de cómo deberíamos unir las diferentes moralidades y culturas y esas monstruosidades inquietantes que encontramos en nosotros mismos en el encuentro con un extraño, y también es la cuestión de por qué podemos criticar tanto a Europa como queramos con la bandera del anticolonialismo, ya que Europa es la única construcción filosófica en la que hay posibilidades para una ética avanzada o un pensamiento crítico, que se les dio vida hace un milenio con Tales. La corrección política que reacciona ante las cosas anulándolas empobrecerá un tipo de pensamiento que pasa necesariamente por contradicciones y salta a ideas muchas veces podridas y políticamente incorrectas. ¿Qué pasaría con mis anécdotas políticamente incorrectas del cine europeo o americano (y de aquellos lectores que están acostumbrados a ellas)?

LC: ¿Las universidades y la academia en general ayudan a concebir la filosofía como aquello que puede sumergirse en los problemas apremiantes de la actualidad, y quizás resolverlos?

SZ: No. Sobre todo en el sur de Europa, que creo que conoces demasiado bien, las universidades tienen la predisposición de defender una especie de partición de posiciones, de mantener el poder, de dar posiciones a sus estudiantes a menudo de mala calidad y, en al final, sin querer generar un tipo de filosofía que pueda ser percibida como profunda e intervencionista. No hay diferencia entre la investigación filosófica y la intervención filosófica, excepto para aquellos que hacen la primera sin saber cómo hacer la segunda, quienes luego brindan excusas académicas tontas e infundadas.

LC: El riesgo, entonces, de que una visión científica sustituya nuestra capacidad conceptual es concreto, como afirmas en tu libro.

SZ: El riesgo es concreto, actual, pero está listo para ser eludido tratando de explicar por qué, por ejemplo, en vista de nuestros cerebros potencialmente interconectados (el tema que enfrento en este trabajo mío más reciente) la cuestión de su probable tecnología. la potencialidad se ve eclipsada por la cuestión de cómo cambiará nuestra especie. Por lo tanto, de alguna manera, también es una cuestión que involucra una tragedia potencial (nuevamente, con respecto a ti y tu trabajo sobre lo posthumano, soy mucho más crítico con lo que esto significará para la subjetividad humana). Necesitamos restaurar horizontes hermenéuticos robustos, para demostrar cómo la mayoría de las cosas en el futuro no dependerán únicamente de la aceptación de datos y descubrimientos científicos, sino de nuestra propia capacidad para saber interpretar y manejar sus efectos, buscando comprender lo que realmente es. en juego. Somos libres de hacer todas las proclamas que queramos sobre el retorno a lo real de la filosofía, pero si luego no nos enfrentamos a las condiciones actuales estamos condenando a la filosofía a su propia desaparición, lo que no será agradable para nadie. Existe una necesidad estrictamente concreta de un tipo de pensamiento que pueda pensar tanto trascendentalmente como traducirse rápidamente en visiones políticas, artísticas y técnicas reales.

LC: ¿Hay espacio para una filosofía como esta?

SZ: Hay mucho espacio. Pero debemos defender, y al repetir esto, probablemente estoy decepcionando a muchos de mis seguidores que están del lado de la izquierda radical, esos bastiones del pensamiento crítico como Europa, reformar profundamente las universidades y supervisar hermenéuticamente muchas de las conquistas incuestionables de la ciencia contemporánea.

Hacerlo requiere que no reavivemos el fuego de las teorías de conspiración, ocultando su poder junto a viejos conceptos filosóficos. La tarea de la filosofía, entonces, es centrarse en el “cómo” de las cosas. Tener un enfoque así es complejo. Es uno que no quiere proponer soluciones rápidamente, donde “blanco” se puede distinguir fácilmente de “negro”. ¿Es el futuro digital? No del todo, no si la digitalización no es compatible con la ecología. ¿Es necesario el feminismo? Por supuesto, pero si se construye siendo políticamente correcto entonces implosionará. ¿Somos verdaderamente antirracistas? En teoría sí, pero cuando nos encontramos pasando por debajo de casas en un barrio donde hay diferentes culturas y diferentes brújulas morales, corremos el riesgo de que toda certeza se derrumbe. ¿Está mal el antropocentrismo? No del todo, dado que, como dije antes, ahora estamos obligados a adherirnos a un superantropocentrismo si queremos salvar la existencia de la humanidad en el planeta Tierra.

Fuente e Imagen: https://insurgenciamagisterial.com/el-futuro-de-la-subjetividad-humana/

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Joan Subirats: “Madrid y Catalunya son las comunidades que menos invierten en universidades, y se nota”

Por:

Respecto a las últimas polémicas por la calidad de algunas tesis, el ministro aclara que “su calidad la valora y controla cada universidad”, pero avanza: “Estamos preparando un decreto en el que vamos a poner unas condiciones”

Esta entrevista ha sido publicada por elDiario.es

El no tan nuevo ministro de Universidades, Joan Subirats (Barcelona, 1951), recibe a elDiario.es en su despacho, pero evita parapetarse tras la mesa en la que trabaja. Relajado, reclinado hacia atrás en la silla, Subirats responde con tranquilidad, se deja interrumpir y mira a su jefa de gabinete cuando duda de algún tecnicismo de la ley o dato concreto.

Con una trayectoria que combina el trabajo en la Universidad y la labor política, aunque su bagaje previo es municipalista, Subirats ha sido la persona elegida por Pedro Sánchez (bajo recomendación de los comunes de Ada Colau) para sustituir a Manuel Castells y acabar de aprobar la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) que su predecesor redactó. El ministro ha dedicado estos seis meses a hacer un poco suya la ley, según explicó él mismo, y pretende que el Consejo de Ministros la apruebe en una de las dos sesiones que le quedan antes del verano para que esté lista en el primer semestre de 2023, tal y como se ha comprometido.

Antes de empezar propiamente con la entrevista, Subirats desgrana todo el trabajo previo a esta ley que ha realizado el Ministerio (“Se habían hecho unos decretos importantes: el de tasas, el de creación de universidades, el de estudios, el de becas, se crearon tres programas especiales”) y sostiene que cuenta con los apoyos necesarios para sacarla adelante en el Congreso porque “la ley es bien valorada en relación a la alternativa, que es mantener la anterior”.

En los 52 minutos de conversación el ministro detalla todas las medidas que van a implementar para acabar con la precariedad de buena parte del profesorado universitario, se muestra convencido de que las comunidades harán por cumplir el límite de temporalidad que impone la LOSU –aunque no explica bien cómo– y señala a algunas comunidades por invertir poco en Universidades. También adelanta que el Gobierno está preparando un decreto para actualizar las exigencias a las tesis, en la picota últimamente por algunos trabajos de dudosa calidad, y califica de “fraude” que haya universidades que no cumplan los requisitos que les exige la normativa.

Hablemos de financiación. La ley fija que habrá de dedicarse el 1% del PIB a la Universidad (estamos en el 0,7%), pero todavía hay que aprobarla y luego da un plazo de un año para negociarlo con las comunidades. ¿Existe algún mecanismo para que mientras tanto las comunidades incrementen su financiación?

La financiación de las universidades corresponde en un 77% a las comunidades autónomas, en un 6% al Estado y el resto son ingresos propios. Las transferencias del Estado a las comunidades no son finalistas, cada comunidad decide. Si miras la distribución de inversión pública para universidades, varía mucho entre comunidades. Las hay que ya están en el 1% y hay otras en el 0,5%. Esto se nota en el funcionamiento de las universidades. Donde hay menos inversión hay más dificultades de todo tipo. Las dos comunidades que menos invierten en porcentaje de PIB ahora mismo son Madrid y Catalunya, mientras Navarra, La Rioja, Comunitat Valenciana o Galicia están muy cerca del 1%.

Últimamente han salido casos de tesis plagiadas, se habla de cierta falta de control en la calidad de los trabajos en algunas universidades o de ciertos perfiles de personas… ¿Le preocupa? ¿Cómo se puede controlar esto?

Los que valoran y controlan la calidad de las tesis son las comisiones de investigación y doctorado de cada universidad y luego los comités que se crean para valorar esas tesis. Es una cuestión interna de las universidades. Sin embargo, estamos preparando un decreto de doctorado, vamos a poner unas condiciones. El texto estará aprobado en unos tres o cuatro meses.

Menciona el gobierno de las universidades. ¿Definitivamente se queda el mandato de los rectores en seis años sin la exigencia de ser catedrático?

Han de ser funcionarios. Pero la ley lo deja en manos de los estatutos de las universidades, que podrán definir qué características habrá de cumplir el candidato a rector. No obliga a que sean catedráticos, pero no lo impide tampoco.

¿No es un poco lío que cada universidad tenga unas reglas?

No. Debemos ser conscientes de que estamos en un sistema complejo de gobierno. La ley quiere proteger una cierta igualdad del sistema, pero sin confundirla con homogeneidad.

Dice su borrador que corresponde al rector “definir las directrices fundamentales de la planificación estratégica de la universidad”. Esta competencia en la LRU de 1983 era del claustro, pasó al Consejo de Gobierno en la LOU en 2001 y ahora es decisión del rector. ¿No es esto ir para atrás?

No es solo del rector. El Consejo Social aprobará un programa trianual de objetivos estratégicos de la universidad. No estará solo en manos del rector.

No estamos quitando democracia interna, entonces.

Creo que no, porque al rector se le elige democráticamente. Luego tiene que pasar por el Consejo de Gobierno, que deberá aprobar las directrices. El Consejo Social tiene su programa trianual, cada año tiene que aprobar los presupuestos… Está muy fragmentada la capacidad decisoria. Lo que hemos hecho con los seis años es que tenga una estrategia más larga y pueda desplegarla sin estar preocupado por la reelección. Tiene más recorrido, y al no poder presentarse no está pendiente de hacer los favores necesarios para volver a ser elegido. Creo que eso le da una mayor fuerza, pero siempre limitado por los contrapesos del Consejo de Gobierno o del claustro.

Los estudiantes han protestado por su parte de representatividad.

Todo el mundo tiene derecho a protestar y a querer más, y es obvio que los estudiantes harían otra ley, los rectores también y los profesores también. Pero el aumento en derechos de los estudiantes es histórico. Se les reconoce el paro académico, que nunca les había sido reconocido, tienen el 25% reservado en el claustro y sí, piden más, pero no tenían esa garantía antes. Tienen el 10% en el Consejo de Gobierno, prioridad para matricularse en los cursos de formación permanente a lo largo de la vida, pueden gestionar servicios en la universidad, se les reconocen las mentorías, tutorías, orientación profesional, equilibrio emocional y psicológico… El listado de derechos creo que es impresionante.

Queremos transparentar el proceso de contratación, más del 70% de los profesores han hecho el doctorado en la misma universidad en la que están

Acaban de comunicar que modifican el borrador para limitar la temporalidad docente a un 8%, en línea con otros sectores del Estado. ¿Cómo pretenden hacerlo?

La LOU define la temporalidad máxima en el 40%, pero estamos por encima de ese porcentaje. ¿Por qué? A nivel de financiación pública aún no hemos recuperado los niveles de 2009. Durante todos estos años, con tasas de reposición del 0%, las universidades han tenido que abordar el incremento de estudiantes y el aumento de títulos sin poder contratar profesores permanentes, sino sobre la base de aumentar la precariedad y la temporalidad sobre todo con la figura del asociado o el falso asociado. Hay universidades muy por encima del 40%.

Lo que hemos querido es buscar una fórmula para reducir esa temporalidad. De esa gran masa de 25.000 profesores asociados, un 40% son doctores, por lo que tienen la base para que los que quieran puedan seguir la carrera docente. Los hay hasta acreditados, que podrían concursar a posiciones permanentes. Vimos que había una posibilidad notable de cambiar esa situación sobre la base de considerar a los asociados –que van renovando cada año– indefinidos. Esto mejora rápidamente el índice de temporalidad, pero además permite reconocer por ejemplo la antigüedad, incorporar criterios económicos como los quinquenios, aumentar la lógica de seguridad y de los derechos. Es un win-win. No es solo un cambio de etiqueta, de temporales a indefinidos. Les reconocemos derechos, pueden promocionar.

Pero el problema de los asociados no es solo de temporalidad, aunque ese sea importante.

Hay un problema de carácter salarial que también hay que tener en cuenta, pero esto no forma parte del debate de la LOSU, sino del estatuto del Personal Docente Investigador que vamos a empezar a negociar a finales de este mes con los sindicatos. Ahí hablaremos de horarios, de salarios, de condiciones de trabajo.

Luego hemos establecido elementos de promoción, que siendo asociados rasos no tenían y ahora como profesores permanentes sí. Los que sean doctores podrán, por ejemplo, entrar en la convocatoria de ayudantes doctores (uno de los tres grandes momentos que hemos establecido para estabilizar la carrera) y los que estén acreditados podrán hacerlo en lógicas de promoción a posiciones permanentes laborales.

Fijar porcentajes está muy bien, pero si nadie los cumple como ahora… ¿Por qué cree que las comunidades sí van a cumplir la ley ahora?

Cuando la ley entre en vigor, ya no se podrá hacer contratos temporales a los asociados y tendrán que ser indefinidos.

Pero ¿y en general? ¿Cómo se va a asegurar el Gobierno de que se cumpla la ley?

Si son indefinidos, no serán temporales.

¿No va a haber temporales?

Sustitutos, visitantes, los profesores distinguidos… Para estos es el límite.

¿Y cómo se asegura que se cumpla?

Como todas las leyes se aseguran… Ya ha pasado esto. Ha habido asociados que se han ido a los tribunales. La base de los asociados es que estaban ocupando una posición no estructural, y se han ido a los tribunales a decir que sí lo estaban haciendo y el tribunal les ha dado la razón.

Si una universidad no cumple las condiciones para serlo, sus títulos no tienen validez legal, es un fraude

Pero esa solución es dejar a la persona que se busque la vida.

Cada categoría que he nombrado tiene su condición. Si eres sustituto, estás sustituyendo a alguien y durará lo que dure. Si eres visitante, durará lo que dure. El distinguido tendrá un tiempo también.

Ahora la ley también fija que un profesor visitante tiene que ser una figura de reconocido prestigio en su campo y luego te encuentras que la URJC contrata como visitante a la hermana de Cristina Cifuentes, que era administrativa en esa misma universidad.

Esto es otro problema, cómo las universidades utilizan de manera perversa estas cosas. Puede darse que de aquí a unos años nos encontremos situaciones, pero pueden pasar cosas entre medias importantes. El 53% de los profesores permanentes va a jubilarse en ocho años. Las universidades van a necesitar reclutar gente. Tenemos una tasa de reposición del 120% y las vías de acceso con los ayudantes doctores. Hemos ido incorporando elementos en la ley que permitan que las universidades puedan utilizar diferentes elementos sin pervertir esas figuras. Trabajamos con esa hipótesis. Pero si en diez años llegamos a la conclusión de que está pasando esto (y tenemos datos constantes de las universidades), se tomarán medidas.

Hace un año se aprobó un Real Decreto que eleva las exigencias de lo que debe ser una universidad y da cinco años para adaptarse a las que no cumplan (que son casi todas) si no quieren verse cerradas. ¿De verdad se van a cerrar universidades en cuatro años? Porque hay algunas, sobre todo privadas, que lo tienen muy difícil.

El decreto puede permitir que se genere una acción judicial porque se incumple la ley y hay personas que pueden estar afectadas por esto. Si alguien se matricula en una universidad que no cumple las condiciones, aquí hay un fraude.

Pero esto es como la temporalidad, también hay ya una ley que actualmente no se cumple. Había un decreto de mínimos de universidades más laxo que tampoco se cumple.

Esto ya sí que no lo controlo. Pero puede darse esta situación. Si tú te estás matriculando en un sitio que te dicen que es una universidad, pero no cumple las condiciones, ese título no tiene la validez legal que debería tener, por lo tanto esto genera una situación irregular desde el punto de vista jurídico.

La (alta) endogamia es otro de los lastres de la Universidad. ¿Esta ley la va a corregir?

Hemos incorporado en la ley que en las comisiones de acceso en la contratación haya transparencia, que se publiquen las plazas. Que en la comisión que ha de valorar ese concurso la mayoría sean externos (si son cinco tiene que haber tres externos, si son tres, dos) y que se elijan los integrantes por sorteo, que no puedan ser designados por la universidad. También que haya paridad entre hombres y mujeres. Y luego que la universidad tenga un sistema para que se pueda presentar un recurso en primera instancia sin que esto evite que pueda ir a los tribunales.

El 53% de los profesores permanentes va a jubilarse en ocho años. Las universidades van a necesitar reclutar gente

Nos preocupa que si miras las cifras solo hay un 6% de profesores extranjeros en todo el sistema o que más del 70% de los profesores de las universidades han hecho el doctorado en la universidad en la que están. Nos interesa que haya un poco de equilibrio y la internacionalización es un elemento muy importante. Los títulos europeos están al caer, va a haber un carné de estudiante europeo… La lógica europea está avanzando y ahí es donde la movilidad de estudiantes, de egresados, va a ser muy importante. Hemos incorporado que las personas extranjeras que vayan a venir a España puedan tener un permiso de residencia que dure lo que su estancia, no como ahora, que hay que renovarlo cada año. Y al acabar podrán pedir una prórroga de un año por si quieren buscar trabajo aquí o seguir estudiando.

¿Qué porcentaje de profesores extranjeros le parece razonable?

Si llegáramos a tener un 20% de profesores extranjeros no estaría mal, sería una forma de mantener el acceso a posiciones docentes para la gente de aquí y también favorecer la contratación de extranjeros.

Otro de los cambios que quieren impulsar es que la Universidad se abra a más gente que los estudiantes de grado y que tenga un papel en la formación continua para toda la vida. ¿Cómo pretenden hacerlo?

Tenemos solo un 5-6% de estudiantes de grado de más de 30 años. Tenemos que ampliarlo, porque además el porcentaje de estudiantes de 18 a 25 va a bajar un 20% por razones demográficas, mientras en África o América Latina es al revés, va a duplicarse la cifra de potenciales estudiantes de esas edades. Igual que se dice que necesitamos que vengan personas a trabajar, necesitamos también ser un sitio de recepción de estudiantes. Tenemos un sistema muy rígido de grados y posgrados y necesitamos fórmulas más flexibles. Las microcredenciales, programas de corta duración de actualización de conocimientos que relacionen más a universidades y empresas. Es una demanda de Europa, que está en esa línea totalmente.

Hablando de atraer estudiantes extranjeros, Reino Unido ha creado una visa para egresados de las 50 mejores universidades del mundo y, dado como se hacen esos rankings, España nunca va a tener una ahí. ¿Le preocupa que en un momento histórico de aumento de las desigualdades en tantos campos esto ocurra con la educación superior y España se quede un poco en terreno de nadie?

Creo que tenemos un buen nivel. Siempre hablamos de Yale, Stanford o Harvard, pero EEUU tiene miles de universidades. Las nuestras están todas entre las 1.000 primeras del mundo. Estamos viendo ahora que hay una voluntad muy importante de invertir aquí y atraer talento. Hoy [por el martes] se ha presentado un plan de atracción de talento en el Consejo de Ministros con 3.000 millones de euros y que puede reclutar 700 investigadores cada año. Hay universidades que ya lo están haciendo: las Ikerbasque, las ICREAS, todas estas figuras de atracción de talento son importantes. La creación del espacio iberoamericano de educación superior también, si somos capaces de generar redes de universidades con los países hispanohablantes de América Latina.

Una de las primeras medidas que anunció que incluiría en la ley es un curso de formación docente obligatorio para los nuevos profesores. ¿Han elaborado más la propuesta?

La ley dirá que en el primer curso de acceso los ayudantes doctor tendrán que hacer ese curso, pero será cada universidad la que determine cómo. Era meternos en un lío definirlo, cuando además sabemos que cada universidad tiene sus sistemas de innovación docente. Lo que queríamos evitar era que algunas lo hicieran y otras no, y la ley establece que el primer año tendrá que producirse ese curso.

Pero solo los nuevos profesores.

Sí. Los estudiantes también nos lo habían pedido.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/06/20/joan-subirats-madrid-y-catalunya-son-las-comunidades-que-menos-invierten-en-universidades-y-se-nota/

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Libro(PDF): La privatización de la universidad en América Latina y El Caribe

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Desde la década del noventa hasta la actualidad, se han desarrollado en el ámbito educativo formas de privatización cada vez más complejas y amplias, que han llegado incluso al extremo de considerar a la educación como un servicio comercial en diversos tratados de libre comercio y en la Organización Mundial de Comercio. Estos procesos han provocado que el mercado y el sector económico tengan cada vez más injerencia en el sistema educativo en general, y en el superior universitario en particular. América Latina y el Caribe constituyen una de las dos regiones del mundo donde la educación superior se encuentra más privatizada: dos de cada tres universidades son privadas y, desde hace una década, la cantidad de estudiantes que se gradúan en el sector privado supera a la del público. Este libro desarrolla y analiza algunas tendencias y dimensiones de los procesos de privatización en el sistema universitario de la región.

La colección Que se pinte de pueblo es una serie de libros breves que nos invita a repensar y cuestionar a la Universidad latinoamericana inmersa dentro del contexto histórico-social actual.

Autoras:  Fernanda Saforcada. Daniela Atairo. Lucía Trotta.

Editorial/Edición: CLACSO. IEC-CONADU.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-217-4

Idioma: Español

Descarga: La privatización de la universidad en América Latina y El Caribe

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2501&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1648

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Venezuela: Jesús Mendoza denuncia intento de vulnerar las elecciones en la UCV

América del Sur/Venezuela/24-06-2022/Autor(a) y Fuente: www.elnacional.com

El líder estudiantil afirmó que miembros de Viva La U introdujeron un recurso ante el TSJ para “vulnerar el derecho de los estudiantes”.

El líder estudiantil Jesús Mendoza denunció este martes un intento de vulnerar las elecciones universitarias realizadas el pasado 25 de mayo, que lo dieron a él como ganador de la presidencia de la FCU-UCV y a Yonathan Carrillo como presidente adjunto.

Según explicó en declaraciones a medios, a la Comisión Electoral llegó información de que gente de su plancha rival, Vive La U, introdujo un recurso ante el TSJ para “vulnerar el derecho de los estudiantes”.

“Los estudiantes votaron el 25 de mayo. No es necesario ni permitiremos que se repita una elección si ya los estudiantes depositaron su voto y su confianza. Queremos que se respete el derecho de los ucevistas, que se respete el derecho al voto”, expresó Mendoza, que pertenece a la plancha La U Que Soñamos.

Advirtió que el proceso en el TSJ podría poner en riesgo la renovación universitaria, así como “la elección de los egresados, de autoridades y la alternabilidad y la democracia en la UCV”.

“No podemos buscar agentes externos que decidan en la universidad. Somos los ucevistas los que ya decidimos y votamos”, concluyó.

El 30 de mayo, resultados parciales de las elecciones estudiantiles dieron como ganadores a Mendoza y a Carrillo.

La Comisión Electoral de la UCV detalló que La U Que Soñamos obtuvo 2.988 votos frente a 2.902 de Vive La U, plancha de Sebastian Horesok y José Romero.

El ente denunció que las actuaciones del representante estudiantil ante la Comisión Electoral, Roangel Ojeda, perjudicaron notablemente el proceso, pues puso “en duda el desempeño de las subcomisiones y el de la propia Comisión Electoral y su personal”.

Por ello, “ante la inusitada actuación de Roangel Ojeda, publicando un boletín parcial con cifras distintas y los señalamientos que hace públicamente sobre la base de suposiciones, procedemos a publicar los resultados que se encuentran en el boletín entregado a Roangel Ojeda el viernes 27 de mayo”.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/venezuela/jesus-mendoza-denuncia-intento-de-vulnerar-las-elecciones-en-la-ucv/

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Las universidades frente a la crisis ambiental

Por: Miguel Ángel Casillas

La Declaración universitaria frente a la crisis climática que resultó de la 5ª Jornada de innovación en educación superior, realizada en Xalapa los días 24 y 25 de mayo es un planteamiento programático para el cambio institucional, para la reforma de las universidades y el sentido de su contribución frente a la crisis ambiental.

La Declaración resulta del conocimiento experto de biólogos, meteorólogos, ecólogos, expertos en cambio climático, e investigadores de la educación superior, profesores y estudiantes preocupados por la gravedad de la crisis que vivimos y que se revela por todas partes. Quienes la suscribimos consideramos que “Toda la evidencia científica indica la gravedad de la crisis ambiental que vivimos y que pone en riesgo las condiciones de la vida (de todos los seres vivos) en el planeta. La crisis ha sido provocada por la industrialización, el hiperconsumo, por priorizar los beneficios económicos por sobre los riesgos ambientales; la crisis afecta de modo diferenciado a los grupos humanos, aumentando la desigualdad y la marginalidad social. La crisis es inminente, pareciera irreversible, progresiva y urge de una acción mundial concertada para detenerla, como ha expresado la ONU.

Las universidades han contribuido en la producción de conocimiento que nos permite hacer observables múltiples dimensiones de la crisis ambiental y sus efectos sobre las sociedades humanas y sobre los ecosistemas. También han creado programas académicos para formar científicos y profesionistas orientados a la salvaguarda y protección medioambiental. Muchos universitarios participan de actividades de reforestación, reciclaje, cuidado y restauración medioambiental. En muchas instituciones se cuenta con programas institucionales que promueven la reducción de su huella ecológica y promueven buenas prácticas en el consumo de materiales, en el ahorro de energía, en reciclaje, en producción de compostas. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, ni para lograr una transformación profunda de la universidad, de sus objetivos y funciones, ni para tener un impacto suficientemente efectivo en la sociedad como para coadyuvar a su transformación cultural.

Las universidades deben continuar impulsando sus programas institucionales relativos al campus verde, pero deben transformarse de un modo acelerado y profundo, urge:

En el orden de su misión, sus objetivos y metas institucionales: 1) Adoptar claramente una postura institucional hacia un cambio civilizatorio. 2) Asumir los compromisos para el desarrollo sostenible (Agenda 2030 de la ONU). 3) Determinar los perfiles universitarios regionales con el propósito de realizar contribuciones específicas desde y para sus territorios, aportando soluciones y adaptaciones a los efectos diferenciados de la crisis ambiental.

En la dimensión curricular: 1) Reformar todos los planes y programas de estudio de la Universidad para redefinir su perfil de egreso e incorporar contenidos, prácticas, ejercicios, actividades, bibliografías y referencias relativas a la crisis ambiental; fomentar una perspectiva compleja e integral, una nueva educación ambiental que coloque a la Tierra en el centro de la atención, que valore el cuidado y la restauración de los ecosistemas, que sea práctica e interdisciplinaria. 2) Transformar el contenido de los planes de estudio que promuevan el uso de tecnologías sucias, el extractivismo y la destrucción ambiental como vía del desarrollo, el hiperconsumo y la sobrevaloración del dinero. 3) Reformar las prácticas educativas de todas las asignaturas, para favorecer una educación basada en la solución de problemas locales, territoriales, comunitarios, que favorezcan su conocimiento interdisciplinario. 4) Reformar el sentido general de la formación, para orientar hacia el egreso de ciudadanos comprometidos en la lucha contra la crisis ambiental, con la transformación de las prácticas profesionales, con una conciencia crítica sobre el hiperconsumo, el dispendio y los modos de vida individualistas. 5) Hacer partícipes a los estudiantes del diseño de las políticas institucionales y de su implementación.

En investigación: 1) Orientar la investigación para una mayor contribución específica en relación con los efectos regionales de la crisis ambiental. 2) Promover la investigación interdisciplinaria, ligada a los problemas territoriales regionales. 3) Ampliar la comunicación y la divulgación científica sobre la crisis ambiental (biodiversidad, recursos naturales, servicios ambientales y bienestar humano). 4) Generar programas de capacitación para los profesores universitarios en relación con la crisis ambiental y sus soluciones.

En relación con sus prácticas: 1) Generalizar el uso de tecnologías limpias y de procesos que privilegien el ahorro y el reciclaje. Medir y reducir la huella ecológica. Trazar y recorrer una hoja de ruta hacia la sostenibilidad institucional. 2) Jugar un papel activo en las luchas medioambientales, en la defensa de los territorios y en la promoción de procesos limpios en las empresas y en la economía. 3) Contribuir a la generación de una nueva conciencia social que propicie un cambio civilizatorio en el que logremos reformular nuestro papel como humanos en los ecosistemas naturales”.

Estos 15 puntos sintetizan una preocupación mayor, la que nos exige hacernos cargo del presente y de la responsabilidad que tienen las universidades, en tanto instituciones culturales, para fomentar un cambio civilizatorio que posibilite la continuidad de la vida en el planeta.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/las-universidades-frente-a-la-crisis-ambiental/

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Venezuela: Más de 87% de las bibliotecas universitarias venezolanas están inoperativas

América del Sur/Venezuela/03-06-2022/Autor(a) y Fuente: www.elnacional.com

Las principales instituciones afectadas son la Universidad de Los Andes, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Oriente y la Universidad del Zulia. La organización no gubernamental Aula Abierta afirmó que las deficiencias responden a la falta de mantenimiento de los espacios, el vandalismo, el deterioro de equipos y la falta de personal.

Un total de 114 bibliotecas universitarias en Venezuela (87,4%) están inoperativas, reveló un informe desarrollado por la organización no gubernamental Aula Abierta correspondiente a los últimos cuatro años. Las instituciones afectadas son la Universidad de Los Andes, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Oriente y la Universidad del Zulia.

Señaló que debido a la llegada de la pandemia de covid-19 los problemas se agravaron y que actualmente no existe accesibilidad integral a los contenidos por parte de los usuarios. Esta situación, afirmó la organización, sucede con el ingreso de forma remota en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), la UDO y LUZ.

“El Estado venezolano en los últimos años no ha garantizado el derecho al acceso a la educación de calidad y a la libertad de información, a través de diversas acciones u omisiones que repercuten negativamente en la prestación de servicios por parte de las bibliotecas universitarias del país”, denunció.

Crisis en ULA, LUZ y UDO

Aula Abierta indicó además que en la Universidad de Los Andes 20 bibliotecas están medianamente operativas. Entre ellas, 6 de ciencias y tecnología, 8 de ciencias sociales y 6 de ciencias de la salud.

Agregó que las bibliotecas del Plan Operativo Anual de los Servicios Bibliotecarios de la ULA cerraron sus puertas durante la pandemia. Funcionaron solo mediante consultas electrónicas de material digitalizado y reiniciaron actividades presenciales en marzo de 2021, con atención a usuarios solo tres días a la semana.

La Biblioteca Integrada de Arquitectura, Ciencias e Ingeniería de esa institución, indicó Aula Abierta, pasó los años 2020 y 2021 sin servicio de Internet debido al robo de cable de fibra óptica y problemas de electricidad. Asimismo, la biblioteca del Núcleo Alberto Adriani, en El Vigía, la cerraron por la invasión en la Hacienda Judibana y por falta de personal.

Se documentó que en la Universidad del Zulia se documentó que de las 14 bibliotecas ubicadas en las facultades de Humanidades y Educación (2), Ingeniería (6) y Ciencias Jurídicas y Políticas (6), al menos 12 no están operando. Esto representa 85,71% de las bibliotecas estudiadas.

La Universidad de Oriente, conformada por cinco núcleos en el oriente del país, tiene 23 bibliotecas y 16 de ellas se encuentran totalmente fuera de servicio. Representa 69,5% de inoperatividad.

Alto grato de inoperatividad en la UCV

La ONG indicó que en la Universidad Central de Venezuela se evaluaron 86 bibliotecas y se comprobó un alto grado de inoperatividad en todas ellas.

“Las deficiencias en la operatividad de las bibliotecas universitarias responden a la falta de mantenimiento de los espacios, los hechos vandálicos, el deterioro de equipos, la falta de personal suficiente para la atención de los usuarios, entre otros factores que limitan la prestación de los servicios, impidiendo la obtención del material didáctico necesario para impartir las cátedras y dar curso a la investigación científica”, afirmó.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/venezuela/874-de-las-bibliotecas-universitarias-estan-inoperativas-en-venezuela/

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Chile: Verónica Figueroa Huencho “Nuestro programa de educación superior está atravesado por la plurinacionalidad”

Por: Antonia Laborde/El País

La primera mujer mapuche en llegar a la subsecretaría de Educación plantea que las aulas deben reflejar “los conocimientos de las distintas naciones que conviven en Chile”

Cuando Verónica Figueroa Huencho (47 años) era una niña, suplicaba en su interior que la profesora no mencionara su segundo apellido, de origen mapuche. Acostumbrada a que lo pronunciara mal, la pequeña se preguntaba por qué no podía apellidarse Martínez mientras sus compañeros se burlaban de ella. La segunda de seis hermanos nunca escuchó a sus padres -un obrero metalúrgico y una ama de casa-, hablar en profundidad sobre su identidad indígena. Como miembro de la tercera generación que emigró de la comunidad de Curacautín (Araucanía), el vínculo con las raíces estaba prácticamente roto. El descubrimiento personal le llegó como alumna de la universidad pública. Ahora, la única de sus hermanos con un título, es la primera mapuche en ejercer como subsecretaría de educación superior y no perdona que la nombren sin en el Huencho.

“Dado que todo el sistema educativo siempre ha estado diseñado para la homogeneización de la visión occdiental, para muchas y muchos de los que pertenecemos a pueblos indígenas, el proceso educativo puede ser un poco doloroso. Tiene que ver con las aproximaciones, con los ejemplos que se plantean, con las ridiculizaciones de los compañeros: ‘el indio’, ‘la india’, ‘lo salvaje’, siempre asociar la premodernidad a los pueblos indígenas… Eso puede provocar la invisibilización”, explica Figueroa Huencho, luciendo un trapelacucha de plata en su despacho en la cuarta planta del Ministerio de Educación, decorado con telares y artesanía mapuche.

A pesar de que celebra cómo se le abrió la cabeza a “la problemática” del pueblo mapuche y al feminismo cuando era estudiante de administración pública de la Universidad de Chile, la principal institución del Estado en educación superior pública, también tiene sus reparos: “Llevamos más de 200 años con un Estado que ha sido para una sola nación y las universidades han servido a ese proyecto”. Antes de incorporarse al gobierno de Gabriel Boric, llevaba dos décadas como académica en su casa estudio. Fue “complejo”, reconoce, porque siempre tuvo que disputar los espacios “a un conocimiento occidental, homogéneo, a una forma de relaciones jerárquicas, y muy patriarcal. El mundo de la universidades, en general, sigue anclado en lógicas machistas, que segregan otras formas de pensamientos que no sean las que están en el mainstream”, lamenta.

Figueroa Huencho es doctora en Ciencias Administrativas de la universidad ESADE-Ramón Lull y postdoctorada del Centro de Estudios Latinoamericano de la Universidad de Stanford. Dejó su cargo de académica para sumarse al proyecto de Boric. “Nuestro programa plantea la reconstrucción de la educación superior con énfasis en el fortalecimiento de la educación pública, gratuita y de calidad, de la formación técnico profesional, nuevas políticas de acceso y de permanencia en el sistema educativo. Todo eso está atravesado por la plurinacionalidad, no solamente por el género”, apunta.

De sonrisa fácil, la exacadémica no disimula la ilusión que le produce haber llegado al ministerio de Educación. Para cimentar las bases de la transformación durante el Gobierno, plantea, por ejemplo, revisar los programas educativos. “Que se lean autores indígenas, que cuestionemos la historia desde lo indígena. Pero por sobre todo tenemos que avanzar hacia la interculturalidad. Si queremos romper las lógicas coloniales es necesario que el trabajo en el aula refleje que los conocimientos de las distintas naciones que conviven en Chile dialogan en igualdad de condiciones”, afirma“.

La subsecretaría de educación superior ha llegado al cargo en un momento complejo: alumnos afectados psicológicamente tras dos años de encierro debido a la pandemia, marchas estudiantiles marcadas por episodios violentos y un contexto económico complejo para llevar adelante “la reforma del sistema”. “Cada una de las medidas que estamos tomando en educación superior las analizamos en su contexto, pero no estamos poniendo en juego nuestros compromisos de Gobierno”, aclara. “Estamos repensando cómo podemos alcanzarlos de la manera más responsable, con la austeridad que corresponde, pero siempre escuchando a la ciudadanía”, agrega.

Uno de los compromisos de campaña de Boric fue condonar las deudas a los estudiantes que se han endeudado de por vida con la banca para pagar sus carreras. “La condonación es parte de un rediseño del sistema de financiamiento de la educación superior. Eso se tiene que hacer con ciertos criterios de justicia y progresión, ya que los deudores tienen realidades distintas”, apunta Figueroa Huencho. “Estamos en un contexto de austeridad fiscal. Debemos planificar muy bien cómo vamos a asumir, con responsabilidad, esa condonación. En ese diseño estamos trabajando”.

La coautora del libro Wallmapu. Ensayos sobre plurinacionalidad y nueva Constitución (Pehuén, 2020) no quiere referirse a si los contenidos que se están discutiendo en la Convención Constituyente avanzan en la dirección que propone, pero destaca la importancia de los 17 escaños reservados a los representantes de los pueblos originarios [de un total de 155; el 13% de la población se declara indígena], lo que ha permitido que expongan sus “principios, derechos, miradas”. “Eso es tremendamente esperanzador para los pueblos que hemos estado permanentemente negados a esos espacios”, describe.

https://elpais.com/chile/2022-05-31/veronica-figueroa-huencho-nuestro-programa-de-educacion-superior-esta-atravesado-por-la-plurinacionalidad.html

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