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Hablemos de los problemas de aprendizaje de los/as alumnos/as y la pedagogía cooperaria.

Por: Ana María Ramírez Zarza

“Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”. José Martí

“La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas”. Henry Giroux

 Luego de leer el artículo “Qué son las dificultades específicas de aprendizaje que están detrás de la mayor parte del fracaso escolar” en que habló la especialista de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Laura Sánchez, de mi parte, considero pertinente cotejar amigablemente desde mi especialización socioeducativa y pedagogía cooperaria en tan espinoso asunto.

 Afirma Sánchez que “las dificultades específicas del aprendizaje, recogidas en el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales’, son trastornos del neurodesarrollo que afectan a entre un 5% y un 10% de la población”.

Sánchez defiende la coexistencia de los dos modelos de educación: “Confío en la convivencia entre Educación Ordinaria con apoyos y profesorado especializado y la Educación Especial, siempre y cuando se respete la situación personal y de discapacidad de cada estudiante y la voluntad de la familia a la hora de hacer el dictamen para la escolarización del alumno”.

Sin embargo, la especialista no aludió, no refirió, al contexto socioeconómico negativo de los educandos, como la pobreza, la marginación, que son condicionantes muy fuertes en los estudiantes y su desempeño escolar.

Otro enfoque pedagógico.

La educación, para ser verdaderamente humanista, tiene que ser cooperativa, no puede: por lo tanto-a nuestro juicio-estar impregnada en el proceso enseñanza-aprendizaje de individualismo, porque el individualismo aparta, separa, enajena, a los educandos entre sí, impidiendo una verdadera relación de compañerismo y afirmación de la personalidad.

Una de nuestras preocupaciones, como especialistas socioeducativos, con el Prof. José Yorg es la de esclarecer  el condicionante del contexto socio-económico, basado en la desigualdad social, en que, en un juego perverso, los pobres siempre pierden y por tanto, las dificultades diversas que enfrentan los estudiantes por esa pobreza no es su culpa, aunque intentan cargas sobre sus hombros como culpas, son los condicionantes lo que provocan trabas a su desarrollo intelectual.

Las dificultades de aprendizaje sólo pueden ser resueltos con otro enfoque pedagógico que fomente el trabajo y el estudio de manera grupal, de tal manera se auto-responsabilizan de su proceso de aprendizaje y aportan. Cuando los alumnos trabajan cooperativamente aprenden a brindar y recibir ayuda, se escuchan, dialogan y comparten, aprenden a buscar y encontrar en la cooperación miles maneras de resolver problemas.

Fotografía: Raúl Rodríguez

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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España: Al ritmo actual harán falta 25 años para escolarizar a todos los niños de 0 a 3

Europa/España/15-07-2022/Autor: ALFONSO TORICES/Fuente: www.elcomercio.es

Para universalizar estas enseñanzas se necesitan diez veces más plazas públicas de las que se ha comprometido a crear Educación.

Si el Ministerio de Educación, las consejerías y los ayuntamientos mantienen el actual ritmo de inversión pública para el desarrollo de la Educación Infantil las familias españolas tendrán que esperar entre 25 y 30 años para ver como el Estado garantiza una plaza escolar gratuita a todos los niños de 0 a 3 años de este país.

Se trata de la principal conclusión de una estudio monográfico realizado por la federación de enseñanza de CC OO que considera «inasumible» que las administraciones públicas condenen a varias generaciones de españoles a prescindir de una etapa formativa clave para su futuro éxito educativo y personal, especialmente a los hijos de las familias que no pueden pagarse un centro privado.

Los expertos son unánimes al subrayar que la habilidades y destrezas que los chicos adquieren en las aulas de 0 a 3 años son una auténtica vacuna contra el fracaso escolar (mejora su rendimiento académico posterior), contra el riesgo de pobreza (el mayor beneficio se da en hijos de familias modestas) e, incluso, en la lucha por cerrar las distintas brechas de género. Es un instrumento fundamental para la igualdad de oportunidades y la puesta en marcha del ascensor social.

España tiene al 56% de sus pequeños fuera de las aulas del primer ciclo de Infantil, pese a registrar una alta tasa de matriculación en comparación de sus vecinos europeos.

La escasez de plazas públicas tampoco puede justificarse por la ausencia de demanda. Un estudio de la UNED desveló hace pocos meses que al menos un tercio de los padres de los 650.000 pequeños que no cursan en España el primer ciclo de Infantil sí que querrían llevar a sus hijos a estas aulas, pero no lo hacen porque no pueden. Por la gran escasez de plazas y ayudas públicas y por su incapacidad material para pagar los precios privados.

Pese a que la nueva ley del educación, la Lomloe, se marca como objetivo de los poderes públicos la universalización del primer ciclo de Infantil, en España, en la actualidad, solo acuden a esta etapa el 42% del más de un millón de niños menores de 3 años. No es una tasa baja, de hecho está entre las más altas de la UE, pero si se aspira a la universalidad hace falta crear más de 52.750 nuevas aulas para acoger a los 650.000 niños sin escolarizar (si se marca como ratio media razonable los 12 pequeños por docente). Para hacer realidad este objetivo, además de las inversiones en centros, habría que formar y crear plazas para algo más de 100.000 profesionales entre profesores de infantil y técnicos superiores.

Esa es la necesidad, pero la realidad es que el actual compromiso de las autoridades educativas es crear hasta finales de 2023 aulas públicas para añadir a esta etapa a 65.382 niños, lo que elevaría la tasa de escolarización al 56%. Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO, recuerda que para llegar a la universalidad hacen falta diez veces más plazas nuevas de las que van a crear ministerio y consejerías, lo que, a este ritmo, significa casi tres décadas más de espera para que todos los niños tengan garantizado un puesto preescolar público.

García entiende que la inversión actual es «manifiestamente insuficiente» y que hace falta «un esfuerzo de país por parte de Gobierno, municipios y autonomías» para acelerar la implantación general de la etapa y porque los fondos con los que se crearán las 65.000 nuevas plazas proceden de la Unión Europea, lo que no garantiza su continuidad.

Dos escenarios posibles

CC OO reclama que el esfuerzo de país si no puede ser el deseable, el que llevaría a rozar en pocos años la universalización del ciclo, sea al menos el mínimo exigible para asegurar desde la red pública una plaza de 0 a 3 años a los hijos de las familias más modestas.

El primer escenario, el deseable, contemplaría alcanzar en el medio plazo una tasa de escolarización del 92%, con la creación de 325.196 nuevas plazas públicas, cinco veces más de las previstas hoy. El coste adicional anual al final del proceso sería de unos 3.315 millones de euros. Su exigencia más posibilista, la que estima como el mínimo necesario, significa escalar hasta una escolarización que roce el 70%. Supondría la incorporación de 175.606 chicos de meses, 1 y 2 años a la Educación Infantil, con un coste adicional aproximado para las arcas públicas de 1.790 millones de euros.

Una inversión rentable

El desembolso público que exigiría la universalización es importante, pero el mismo estudio monográfico de los expertos de la UNED citado indica que no solo sería socialmente beneficioso, sobre todo para el aumento de la equidad, sino incluso rentable. La cobertura universal y gratuita de 0 a 3 años generaría unos 3.900 millones de euros de beneficios directos anuales para el país, calcula el trabajo de estas investigadoras. La mayor parte por nuevos empleos y el resto por una mayor disponibilidad de gasto de las familias.

Pero es que, además, el estudio estima entre 1.800 y 6.200 millones más la generación de recursos por universalizar la etapa educativa infantil gracias a la mayor participación de las mujeres en el mercado de trabajo que permitiría, pues quedarían liberadas de unos cuidados que ellas asumen en la mayoría de casos en una sociedad española todavía muy patriarcal.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/ritmo-actual-haran-20220707125804-ntrc.html

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¿Por qué se prohíbe en Uruguay la educación formal en los hogares?

Expertos señalan que la obligatoriedad va unida a concurrir a un centro.

La escolarización en el hogar o homeschooling es un proceso de formación educativa que es legal en varios países del mundo como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y Australia. Debido a la pandemia del covid-19, que provocó el uso extendido de la tecnología y la permanencia en el hogar, el número de padres que optan por esta corriente educativa para sus hijos aumentó significativamente.

En Estados Unidos, por ejemplo, los niños escolarizados en su casa aumentaron del 5.4% en 2020 a 11.1% en 2021, según datos oficiales. El homeschooling también aumentó un 34% en Reino Unido de 2020 a 2022, tal como reportó la BBC y The Guardian.

Si bien este método alternativo tiene menos exigencias formales que la educación tradicional en una institución educativa, en varios países se exige que los padres cumplan con un plan de estudios (incluso un plan específico de escolarización en el hogar), se les hacen pruebas anuales a los niños o adolescentes y, por ejemplo, en Reino Unido se llevan a cabo inspecciones del Estado. La tendencia del homeschooling, así, se ve como una posibilidad de una educación adaptada a las necesidades particulares del niño.

¿Entonces por qué no es legal en Uruguay? La Ley General de Educación del 2009 establece la obligatoriedad de la educación inicial, educación primaria y la educación media básica y, asimismo, indica que “los padres, madres, o responsables legales de niños, niñas y adolescentes, tienen la obligación de inscribirlos en un centro de enseñanza y observar su asistencia y aprendizaje”.

Con la Ley de Urgente Consideración (LUC), este artículo fue modificado y sustituido por el siguiente: “Es obligatoria la educación
inicial a partir de los cuatro años de edad, la educación primaria y la educación media. Los padres, madres, o responsables legales de
niños, niñas y adolescentes, así como los educandos mayores de edad, tienen el deber de contribuir al cumplimiento de esta obligación, conforme a lo dispuesto por el inciso primero del artículo 70 de laConstitución de la República y las previsiones de la presente ley”.

Robert Silva, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), expresó: “En Uruguay la obligatoriedad va unida a la asistencia al centro”. Y hace luego referencia al artículo 16 del Código de la Niñez y la Adolescencia, en el que se señala que los padres tienen el deber de “velar por la asistencia regular a los centros de estudio y participar en el proceso educativo”.

Gonzalo Baroni, director nacional de Educación, se adhiere a las expresiones de Silva y añade a El País que “Uruguay no tiene posibilidad de llevar adelante el homeschooling aunque la Constitución lo posibilite, ya que no existe mecanismo de validación de saberes sin haber pasado por una institución formal en educación obligatoria”. Y sostiene: “Es una posibilidad de educación ajena al concepto educativo del Uruguay actual”.

Juan Pedro Mir, director de Educación en el último gobierno del Frente Amplio, presidente de Eduy21 y director del Colegio José Pedro Varela, también tiene una visión crítica con este modelo de educación. “El homeschooling lo que hace es reforzar los circuitos de fragmentación de las experiencias educativas de los niños y adolescentes en cualquier sociedad, pero particularmente en la nuestra”, la que él ya considera como “fragmentada”.

Argumenta que la educación tiene dos patas: la formación del niño y la formación del ciudadano, y “un ciudadano debe integrar la sociedad para el beneficio común”. Dice además que Uruguay tiene una “visión vareliana de la escuela como un espacio de encuentro público” y sacar al alumno de este espacio supone privarlo de herramientas y habilidades para insertarse en el mundo laboral y político. Por último, agrega: “Detrás del homeschooling se puede asociar que hay una revisión de la Convención sobre los Derechos del Niño porque no se termina de aceptar que es un sujeto de derecho y no es propiedad de la familia”.

Por otro lado, Rocio Schiappapietra, directiva de la Asociación Uruguaya de Psicopedagogía y docente en la Universidad Católica del Uruguay, dice a El País que “todas las personas tienen necesidades educativas diferentes” y por eso “hay que estar abiertos a estas propuestas porque no hay una respuesta única”. La secretaria de la directiva de Eduy21 puntualiza que este tema “invita a pensar en el rol de la familia en la participación educativa de los aprendizajes formales”. Sin embargo, esta especialista jamás lo ha pensado para Uruguay.

Un grupo de padres uruguayos eligieron la escolarización en casa para sus hijos -pese a que después fueron intimados por la Justicia- y conformaron un proyecto llamado “Amanecer”: acomodaron una de sus casas en Valizas (Rocha) para que sus hijos fueran educados allí. “Es un espacio libre en donde se da un aprendizaje integral, vivencial y práctico. Les damos la posibilidad de elegir qué quieren aprender y así nosotres poder observar y conocer sus gustos”, se expresa en un video grabado por estos padres.

https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/prohibe-uruguay-educacion-formal-hogares.html

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Argentina: hay más de un millón de chicos que aún no volvieron a las clases presenciales

Por: Micaela Urdinez

Si bien la mayoría de los chicos está volviendo a sus escuelas, más de un millón de estudiantes no pudieron regresar a las aulas desde el inicio de este ciclo lectivo, según se lee en el informe “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes”, que elaboró Unicef. El número representa al 9% de las viviendas con niños y adolescentes que no tuvieron clases presenciales. Las cifras se enmarcan en la cuarta encuesta del organismo en hogares con chicos de todo el país, hecha entre el 24 abril y 12 mayo pasados.

“La escolarización de los chicos se está desarrollando en 2021 de manera dispar. La mayoría asiste en modelos de escolarización mixtos, con instancias presenciales y no presenciales. Si consideramos que solo uno de cada dos hogares cuenta con computadora para hacer las tareas, cuando hablamos de educación virtual, sabemos que ello se circunscribe a aquellos chicos y chicas que cuentan con estos recursos”, señala Cora Steinberg, especialista en Educación de Unicef.

Para Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación, el estudio demuestra todo el compromiso del sistema educativo argentino para garantizar el derecho a la educación en el marco de la excepcionalidad que fue la pandemia. “Pero también visibiliza la responsabilidad que tienen los estados de generar las instancias para buscar a todos los chicos y chicas que no han tenido continuidad educativa. Eso es lo que vendría a ser la columna de lo que hay que seguir trabajando”, señala.

Tiziano Alfaro es un adolescente de 16 años que vive en Pichi Neuquén, un paraje del norte neuquino. El joven no tiene señal de teléfono, ni dispositivo ni computadora. La escuela secundaria en la que está cursa 3° año queda a 17 kilómetros de su hogar. La única manera de poder sostener la virtualidad es caminar a una escuela primaria que queda a media hora de su casa, y para la que debe cruzar un río. Allí logra conectarse a una señal de internet intermitente. “Cuando nevaba o el río estaba muy alto era imposible cruzar y tuve varias materias previas en el año. Ahora me pude acomodar más o menos, algunas las saqué adelante y otras me faltan”, explica.

En cuanto a la conectividad de los alumnos, Trotta anuncia la continuidad del plan Juana Manso que planea distribuir computadoras entre las poblaciones más desfavorecidas. “En la próxima semana, las ocho empresas que están fabricando computadoras en la Argentina, con una inversión de más 20.000 millones de pesos, nos entregan las 80.000 primeras y ahí empezamos un proceso de entrega de entre 100.000 y 120.000 por mes. La priorización de distribución va a ser dar una respuesta universal en las escuelas interculturales bilingües secundarias, al primer ciclo de las escuelas secundarias rurales y al primer año de las escuelas secundarias de gestión estatal de la Argentina”, señala. También planean avanzar en conectar a todas las escuelas del país en los próximos dos años, ya que actualmente solo el 45% tiene conexión a internet.

La escolarización adoptó distintas modalidades. En la mayor parte de las jurisdicciones se implementaron modelos mixtos, que combinan presencialidad y clases remotas; otras priorizaron la presencialidad completa, mediante jornadas reducidas y organización de grupos. En tanto, un tercer grupo solo sostuvo la escolaridad remota.

Trotta afirma que todas las provincias han regresado a algún tipo de presencialidad. “Ha sido un primer semestre con una presencialidad muy intensa hasta la segunda ola que logramos recuperar y superar, proyectamos una segunda parte del año con mayor presencialidad a partir del proceso de consolidación del plan de vacunación. En el 80% de las escuelas se volvió a la presencialidad antes del receso invernal. Ahora Formosa, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero no estaban con presencialidad por sus indicadores sanitarios epidemiológicos“, agrega.

Los datos muestran que más allá de los esfuerzos de las diferentes provincias, en el noroeste y en la Patagonia, por ejemplo, la proporción de hogares donde ninguno de los estudiantes tuvo presencialidad durante el año asciende al 21% y 23%, respectivamente.

Deserción escolar

Otro dato preocupante es el de los chicos que por la pandemia se desvincularon de la escuela y nunca volvieron: del 6% de los hogares que tuvieron algún chico que abandonó en 2020, el 81% regresó este año y el 19% nunca lo hizo. En el noroeste y en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), estos valores ascienden a 29% y 26%, respectivamente. “Sabemos que el 75% de estos chicos dejó porque su escuela estaba cerrada y el otro 25% porque sus padres no querían mandarlos. Y también sabemos que de los que no volvieron, un 25% no tiene conectividad”, explica Steinberg. En el caso de los adolescentes, son 27.000 los que no volvieron a clases este año.

La pandemia también puso a prueba la calidad de los contenidos que recibieron los alumnos en las distintas modalidades. Si bien el estudio de Unicef no indagó en este punto, Steinberg señala: “Efectivamente, los datos del año pasado han mostrado que los chicos que están en condiciones de no poder sostener un intercambio de actividades escolares ni hábitos tecnológicos, han recibido un trabajo de menor intensidad. Por otro lado, un porcentaje muy alto de docentes confesó que no estaba preparado para trabajar con el ámbito tecnológico. Es urgente mejorar el equipamiento y brindar los recursos necesarios para que ese tiempo a distancia asegure la continuidad pedagógica”.

Los especialistas coinciden en que la pandemia profundizó la brecha educativa ya existente porque los chicos de familias de escasos recursos son los menos preparados para enfrentar la enseñanza a distancia. “Los grupos que van quedando en situación de mayor vulnerabilidad son los que tienen peores condiciones y los que necesitan más presencialidad. Hay muy pocos hogares de chicos que solo van a modalidad presencial y eso sucede en ámbitos privados, en donde el tamaño y la infraestructura de la escuela permite que tengan protocolos para volver a la doble jornada hace que todos puedan ir en diferentes turnos. Estas aristas hacen que se generen condiciones dispares en las condiciones de aprendizaje”, dice Steinberg.

Como punto positivo para reducir esta brecha, la especialista aporta que muchas provincias están buscando extender el ciclo lectivo y sumar espacios para acompañar a los alumnos que están más rezagados: “Quizás, el fin de semana o por fuera del espacio escolar. Hay una intención fuerte de acompañar a los chicos en sus dificultades. Sobre todo, esos que estaban empezando a atravesar la transición de los ciclos. Alfabetizar a los chicos requiere de un expertise específico. Los chicos que atravesaron el pasaje de la primaria a la secundaria han sido los más afectados”.

Según el informe, el trabajo entre estudiantes y docentes tuvo muchos impactos positivos: 9 de cada 10 familias destacaron que el regreso a las aulas había mejorado el estado de ánimo de los niños. En la misma proporción, los adolescentes afirmaron que se sintieron contentos al volver a la escuela y de encontrarse con sus pares. Se destaca también, entre los adolescentes, mayor motivación con el estudio y la realización de tareas.

Obstáculos

La pandemia dejó sin trabajo a muchos sostenes de familia, en especial a los que tenían trabajos precarios. En algunos casos, esta situación de emergencia hizo que muchos adolescentes tuvieran que sumarse a conseguir el sustento familiar. Según el relevamiento, el 23% de los adolescentes (464.000) hizo alguna actividad para ganar dinero, ayudó a un familiar o a un amigo en su negocio o trabajo, hizo alguna “changa” o fabricó algo para vender. El dato más revelador es que el 47% lo hizo a partir de la pandemia.

A su vez, también se vislumbra un aumento sostenido en el porcentaje de adolescentes que realiza tareas domésticas y de cuidado de otros familiares en el hogar, lo que pone en jaque su continuidad educativa. “Nosotros lo nombramos como barreras para la escolarización que son la antesala de la interrupción de la escolaridad. Cuando se carga la cotidianeidad de los chicos con estas actividades, hay mayor posibilidad de que dejen la escuela”, sostiene Steinberg.

Sobre sus planes para el próximo semestre, Trotta señala: “El indicador que más queremos resolver es la desigualdad social y sus distintas dimensiones. Primero, creemos que hay que seguir fortaleciendo las trayectorias educativas, robustecer la presencialidad y garantizar los aprendizajes en el marco de la escuela sino también en los espacios extraescolares para poder absorber el impacto educativo que ha implicado la pandemia”, concluye.

Fuente de la información e imagen:  https://es-us.noticias.yahoo.com

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Trabajo infantil: una realidad que vemos y consumimos todos los días en México

En México, hay niñas y niños laborando en los campos agrícolas donde se cultivan los alimentos que llegan a nuestras mesas; trabajando en fábricas y talleres donde se maquila la ropa que vestimos; realizando servicio doméstico o tareas de cuidados de otras personas, y siendo cooptados por el crimen organizado para realizar actividades ilícitas, trata y explotación laboral y sexual.

Como sociedad hemos normalizado ver a niñas y niños trabajando. No nos extraña que estén en las calles vendiendo chicles, limpiando los parabrisas de los coches o recogiendo basura.

Pero el trabajo infantil es mucho más complejo y grande de lo que nuestros ojos alcanzar a mirar. En México, hay niñas y niños laborando en los campos agrícolas donde se cultivan los alimentos que llegan a nuestras mesas; trabajando en fábricas y talleres donde se maquila la ropa que vestimos; realizando servicio doméstico o tareas de cuidados de otras personas; y siendo cooptados por el crimen organizado para realizar actividades ilícitas, trata y explotación laboral y sexual.

Actualmente, se estima que en México trabajan 3.3 millones de niñas y niños, quienes pierden su niñez al tener que involucrarse en trabajos que obstaculizan sus derechos a la educación, descanso, juego, esparcimiento, y que incluso ponen en peligro su integridad, dignidad, así como su propia vida por la exposición constante que tienen a los accidentes, lesiones, condiciones climáticas adversas, químicos, pesticidas, maltrato y abuso sexual.

El trabajo infantil es un problema originado por múltiples factores

En todos los países se observa que ocurre sobre todo en los hogares más pobres.1 En todos los países, se observa que ocurre sobre todo en los hogares más pobres.2 En el contexto de la pandemia por covid-19, se estima que un incremento de la pobreza del 1% propiciará un incremento mínimo del 0.7% en el trabajo infantil, esto es, en menos de 1 año, en México más de 180 mil niñas, niños y adolescentes se sumarán a las filas del trabajo infantil.3

Los bajos salarios que perciben las personas adultas y jóvenes, o la carencia de protección social que impide a las familias hacer frente a situaciones imprevistas que provocan pérdidas de ingresos económicos, también son factores de riesgo. Asimismo, la falta de accesibilidad y calidad de la educación provoca que las niñas y niños abandonen la escuela y se incorporen al trabajo infantil.

Además, culturalmente, el trabajo infantil continúa siendo aceptado en muchos entornos como una forma de desarrollar habilidades en las niñas y los niños, pero se olvida que hay una diferencia entre apoyar actividades que favorecen su desarrollo y el trabajo infantil, ya que este último tiene un impacto negativo al poner en riesgo su bienestar, sus necesidades presentes y sus oportunidades futuras.

La falta de accesibilidad y calidad de la educación de igual manera provoca que niñas y niños abandonen la escuela y se incorporen al trabajo infantil. Existe evidencia suficiente para afirmar que la niñez que trabaja tiene problemas de rendimiento escolar, un retraso educativo aproximado de dos años,4 y sólo 1 de cada 4 concluye la educación básica 5. Esto, a su vez, impide eliminar la pobreza y las desigualdades, porque el nivel de escolaridad afecta proporcionalmente el ingreso de una persona en su vida adulta,6 así que al no acceder a educación o no lograr el rendimiento esperado, solo podrán aspirar a tener ocupaciones menos calificadas y, por tanto, con baja remuneración.

Lamentablemente, la inseguridad que sufre el país también es un factor de riesgo, pues la muerte o desaparición forzada de padres y madres puede orillar a niñas y niños a integrarse a una actividad productiva para cubrir sus necesidades.

¿Qué podemos hacer?

El trabajo infantil es un problema público que debe ser abordado desde una visión sistémica que involucre la participación de todos los sectores sociales (gobierno, sector privado, sociedad) mediante acciones articuladas.

Uno de los grandes desafíos actuales es que México no cuenta con una Estrategia Nacional para Prevenir, Atender y Erradicar el Trabajo Infantil, lo que obstaculiza que las instituciones, órdenes de gobierno y sectores involucrados actúen de forma coordinada para atender las causas estructurales que originan este problema, y para restituir los derechos de las niñas y niños que ya son o están en riesgo de ser víctimas del trabajo infantil.

Cabe señalar que si bien existe la Comisión Intersecretarial en materia de Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI), aún es necesario fortalecerla para que sus decisiones sean vinculantes para los actores participantes, y asignarle presupuesto público suficiente con el objetivo de que logre coordinar una estrategia integral.

Del mismo modo, se requiere fortalecer los mecanismos del Estado para hacer cumplir la ley. En este sentido, debe invertirse más en la inspección laboral por ser esta una de las mejores herramientas para detectar, atender y prevenir el trabajo infantil.

En el año 2020 se contabilizaron 468 personas inspectoras laborales en las 32 entidades federativas,7 y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social estima que se realizan 136 mil inspecciones en general cada año, mientras que en el país hay más de 6 millones de establecimientos productores, comercializadores o prestadores de servicios8. Claramente el número de inspecciones realizadas con relación al número de establecimientos es insuficiente; además, entre 2015 y 2020 el número de inspectores ha tenido una disminución del 41.8% 9.

El sector privado también tiene una gran responsabilidad en la prevención y erradicación del trabajo infantil. En principio, porque la mejor manera de prevenirlo es garantizando salarios justos, pero también tiene la responsabilidad de asegurar que toda su cadena de valor (desde la materia prima hasta la comercialización) esté libre de trabajo infantil, y debe llevar a cabo acciones de remediación para que cuando detecte su existencia, las niñas y niños puedan regresar a la escuela y cubrir sus necesidades básicas, ya que si solo se les retira de los trabajos actuales estarán en riesgo de realizar trabajos aún más peligrosos.

Todas y todos, como sociedad, también tenemos un papel clave. La denuncia ciudadana de los casos de trabajo infantil es más que necesaria porque las inspecciones laborales para detectar y atender los casos se realizan principalmente cuando existe una denuncia y, a partir de eso, las instituciones del Estado mexicano están obligadas a restituirles sus derechos, es decir, proporcionarles medidas de protección social, salud, educación y alimentación.

Asimismo, podemos contribuir mediante un consumo más responsable, tratando de identificar de dónde provienen los productos, bienes y servicios que adquirimos; y exigir que las empresas cuenten con distintivos que aseguren que están libres de trabajo infantil en toda su cadena de valor.

El Día Mundial contra el Trabajo Infantil es una oportunidad para recordar que la erradicación de este problema debe ser una prioridad en la agenda pública de todos los gobiernos porque se trata del bienestar de las niñas y niños y del desarrollo social de las naciones. Todas y todos tenemos una responsabilidad que asumir, desde la exigencia y la acción.

En el marco de este Día desde Save the Children presentamos la exposición #NiñezLibreDeTrabajo la cual estará montada en las rejas del Senado de la República sobre avenida Paseo de la Reforma hasta el 30 de junio de 2021 y también está disponible de forma virtual en este enlace.

* Save the Children (@SaveChildrenMx) es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países, atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Apoya a los niños y niñas a tener una infancia saludable y segura. En México, trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición, educación, protección y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas. Visita nuestra página web y nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.

1 OIT. “Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil: Estimaciones y tendencias mundiales entre 2000 y 2012”, pág. VIII.

2 OIT. “Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil: Estimaciones y tendencias mundiales entre 2000 y 2012”, pág. VIII.

3 OIT y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, La COVID-19 y el trabajo infantil: Un periodo de crisis, una oportunidad para actuar, 2020, p. 8.

4 STPS, El trabajo infantil en México Avances y Desafíos, 2014, p. 64.

5 Ídem.

6 INEE, Salario relativo por hora de los trabajadores.

7 Secretaria de Trabajo y Previsión Social, Oficio No. 510/DPSRLDH/1016/2020, de fecha 17 de noviembre de 2020, signado por el C. Ulises Hernández Colín, director de Prestaciones Sociales, Relaciones Laborales y Desarrollo Humano.

8 INEGI, Establecimientos y Personal ocupado total según año de inicio de operaciones, método de captación y tipo de propiedad.

9 STPS, Oficio No. 510/DPSRLDH/1016/2020, de fecha 17 de noviembre de 2020, signado por el C. Ulises Hernández Colín, director de Prestaciones Sociales, Relaciones Laborales y Desarrollo Humano.

Fuente: https://www.animalpolitico.com/blog-invitado/trabajo-infantil-una-realidad-que-vemos-y-consumimos-todos-los-dias/

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La larga marcha de las niñas afganas para seguir estudiando

El reciente atentado contra una escuela en Kabul forma parte de una avanzada de los sectores talibanes contra la educación femenina, en particular de las adolescentes.

La orden de cerrar las escuelas de niñas fue comunicada en la mezquita, durante una reunión con el consejo de ancianos. La noticia se filtró por los docentes y llegó a los hogares de los alumnos. O llegó en forma de carta tajante a las autoridades escolares locales.

Cualquier reclamo, tratativa o intento de razonar con los talibanes era inútil, ya lo sabían. Así que hace tres años, las chicas mayores de 12 años tuvieron que dejar de ir al colegio en dos distritos rurales del sur de Šibarġan, una remota capital provincial del norte de AfganistánHasta 6000 chicas se quedaron sin clases de la noche a la mañana. Los docentes varones fueron despedidos abruptamente: lo que habían hecho, dar educación a esas niñas, iba en contra del islam, decían los talibanes.

En todo Afganistán llegaron órdenes similares a esas impartidas a apenas 100 kilómetros al sur de Šibarġan, capital de la provincia de Yauzyán. En los distritos controlados por el movimiento talibán, se acababa la escuela para todas las niñas, excepto las más pequeñas, salvo poquísimas excepciones. El mensaje talibán era claro: las adolescentes debían estar en casa ayudando a sus madres.

“No pude pisar el colegio durante 2 años”, dice Farida, que ahora tiene 16 años. Farida se quedó sin escuela en el distrito de Darzab cuando tenía 12 y llegó aquí, a la capital provincial a los 14, en condición de refugiada. “Fue mi hermana la que me dijo que se acababa la escuela. Ella es maestra”, dice Farida. “Así que me quedaba ayudando a mamá con las cosas de la casa.”

En todas las escuelas de Šibarġan hay unas cuantas adolescentes refugiadas que viajaron al norte desde zonas controladas por el talibán y ahora viven en la capital provincial con algún pariente.

En todas las escuelas de Šibarġan hay unas cuantas adolescentes refugiadas que viajaron al norte desde zonas controladas por el talibán y ahora viven en la capital provincial con algún pariente.

“Le dije a mi familia que tenía muchas, pero muchas ganas de estudiar”, dice Nabila, de 16 años, que llegó a Šibarġan junto a su madre hace dos años, procedentes del distrito de Darzab. “Tal vez les tengan miedo a las mujeres.”

La aceptación a regañadientes de los pobladores locales permite entrever en qué se convertiría la vida de todos los afganos si continúa el lento desplome de las fuerzas militares del gobierno. Y no pasa un día sin que lleguen malas noticias sobre el auge de insurgencia talibán: más bases tomadas por asalto, más distritos capturados, puestos de avanzada que se rinden, y funcionarios y periodistas asesinados.

Desde el 1° de mayo, cuando Estados Unidos inició formalmente su retirada de Afganistán, los talibanes han conquistado territorios en prácticamente todas las regiones del país.

El 8 de este mes, el cruento atentado contra una escuela de Kabul, capital de Afganistán, dejó un tendal de niñas muertas. Aunque el talibán negó ser responsable del hecho, el mensaje del responsable era muy claro: la educación de las niñas no será tolerada.

El talibán controla los distritos de Qosh Tepa y Darzab —una región agrícola pobre, de tierra poco productiva y golpeada por la sequía, donde viven 70.000 personas— y las 21 escuelas de esos distritos. Tomaron el control en 2018, después de feroces enfrentamientos con fuerzas del gobierno y con los talibanes renegados locales, que habían proclamado su alianza con Estado Islámico.

Dos gobiernos

Aunque el control lo tienen los talibanes, todos los meses los docentes de esos distritos peregrinan hasta Šibarġan, la capital provincial, para cobrar sus salarios, una de las muchas anomalías de un país que en los hechos ya tiene dos gobiernos. La ciudad, polvorienta y bulliciosa, sigue en manos del gobierno central, pero como otras capitales de provincia, es una isla y está rodeada: los talibanes dominan las rutas de entrada y salida.

El gobierno provincial todavía tiene inspectores escolares para los distritos capturados, pero esos funcionarios de educación locales deben observar con impotencia cómo los insurgentes islamistas introducen grandes dosis de religión en el programa de estudios, recortan las horas de historia, y excluyen de las aulas a las niñas.

Las docentes mujeres han sido despedidas. Los talibanes usan los libros de texto gratuitos que entrega el gobierno, pero controlan estrictamente su contenido y se aseguran de que se trabajen intensamente los libros de instrucción islámica. También castigan a los profesores que no se presentan a trabajar, recortándoles el sueldo, y sacándoles días libres. Varios docentes de esos distritos han sido acusados por los talibanes de espionaje y de afeitarse la barba.

Los talibanes usan los libros de texto gratuitos que entrega el

gobierno, pero controlan estrictamente su contenido y se aseguran de que se trabajen intensamente los libros de instrucción islámica.

“Si no obedecemos, nos castigan”, recuerda haber escuchado de boca de los maestros el director de educación de Yauzyán, Abdul Rahim Salar.

Las niñas que huyen a Šibarġan para poder continuar con su educación tienen la sensación de haber escapado por un pelo de un destino desconocido que les imponían los talibanes. Nilofar Amini, de 17 años, dice que extrañaba la escuela a la que le prohibieron ir hace tres años. Llegó a la capital provincial hace apenas unos días.

“Quiero recibir educación”, dice Nilofar.

La política del talibán en relación con la educación de las niñas puede variar ligeramente, porque las decisiones las toman los comandantes locales, fiel reflejo de la descentralización de un movimiento que varios expertos, como Antonio Giustozzi, han descrito como una “red de redes”. En un informe difundido el año pasado, la organización Human Rights Watch señaló que si bien los comandantes talibanes suelen permitir la escolarización de las niñas de hasta 12 años, en general lo prohíben a partir de esa edad. De todos modos, en algunas zonas “la presión de la comunidad convenció a los comandantes de permitir un mayor acceso a la educación para las niñas”, dice el informe. Pero no son muchos. Y menos en esta parte de Afganistán.

Las niñas que huyen a Šibarġan para poder continuar con su educación tienen la sensación de haber escapado por un pelo de un destino desconocido que les imponían los talibanes.

Un docente del distrito cuyas tres hijas adolescentes ya no pueden ir a la escuela señala: “La situación es mala y me duele mucho por ellas. No tienen nada que hacer”. El hombre agrega que sus hijas se dedican a ayudar a su madre con las tareas de la casa.

Nadie puede desobedecer

Frente a la sede escolar provincial de Šibarġan, donde fue a cobrar su sueldo, el docente prefiere no revelar su nombre por temor a las represalias de los talibanes, y dice que sus hijas le siguen preguntando cuándo podrán volver a la escuela.

“No nos dejaron seguir estudiando”, dice Fatima Qaisari, de 15 años, alojada en un ruinoso campamento de refugiados de la vecina provincia de Faryab, y agrega que cuando cerraron su escuela tenía 12 años.

Los funcionarios de educación de la capital provincial hablan de un clima de represión en el que los residentes, padres y maestros no tienen voz ni voto en las duras y estrictas políticas impuestas por los talibanes.

“Hemos entrado en contacto con los miembros de esas comunidades educativas muchas veces, pero sin ningún resultado”, dice Abdel Majid, director de escuelas en Darzab. “Nos dicen que su gobierno no quiere que las niñas reciban educación y que nadie puede desobedecer”. La facción talibán que apoyaba a Estado Islámico destruyó algunas de sus escuelas; otras no tienen ventanas.

En la Escuela Mariscal Dostum —que lleva el nombre del militar Abdul Rashid Dostum, exvicepresidente del país y héroe local, cuyo retrato está por todas partes en la ciudad—, un puñado de niñas escapadas de los distritos controlados por el talibán tratan de ponerse al día con los estudios y recuperar el tiempo perdido. Varias dicen querer ser maestras, y una de ellas tiene la esperanza de estudiar ingeniería.

En la oficina del director, algunas de las refugiadas de Darzab y Qosh Tepa siguen sin entender la absurda decisión de los talibanes de prohibirles ir a la escuela.

“Es una decisión sin sentido”, dice Farida, de 16 años, y mueve la cabeza de un lado a otro con incredulidad. “Nunca tuvo la menor lógica”.

Fuente Original:  Jaime ARRAMBIDE (TRADUCTOR) 

Fuente: https://kaosenlared.net/la-larga-marcha-de-las-ninas-afganas-para-seguir-estudiando/

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España: La falta de escolarización y las consecuencias de la covid-19 centran una jornada parlamentaria sobre educación

Por: 20minutos.es
La falta de escolarización y las consecuencias de la pandemia de coronavirus han centrado una jornada sobre educación en la que han participado representantes parlamentarios, estudiantes de tres centros gallegos y activistas por el derecho a la educación.

Convocada por la coalición gallega de la Campaña Mundial por la Educación, la jornada se ha celebrado este martes en el Parlamento gallego, con participación telemática y presencial.

El presidente de la Cámara autonómica, Miguel Ángel Santalices, ha presidido el encuentro, que ha servido para reflexionar sobre la importancia del derecho a la educación y para concienciar a la sociedad en relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 -la educación de calidad-, dentro de la agenda 2030.

En su intervención, Santalices ha afirmado que Galicia cuenta con un sistema educativo «avanzado y de calidad». En cualquier caso, ha advertido de que sería un «error» limitar la visión al mundo occidental, ya que, según datos de la Unesco de 2018, «alrededor de 260 millones de niños estaban sin escolarizar», una situación que podría complicarse con el cierre de centros educativos por la pandemia de covid-19.

Por su parte, la portavoz de la coalición gallega de la Campaña Mundial por la Educación, Mónica Viqueira, ha llamado la atención sobre lo interesante de «compartir» visiones sobre la educación en una iniciativa como la de este martes.

Sobre estas cuestiones han reflexionado también, de forma telemática, estudiantes del IES Salvador de Madariaga en A Coruña, Colegio Compañía de María en Santiago de Compostela, Santa María del Mar en A Coruña, además de la jefa del Servicio de Formación y Coordinación Institucional de la Cooperación al Desarrollo de la Xunta, María del Mar Vega, y tres activistas por el derecho a la educación.

Presencialmente han asistido al hemiciclo los diputados del PSdeG Luís Álvarez, del BNG Daniel Castro y del PPdeG Ovidio Rodeiro.

«RESPETAR, PROTEGER Y GARANTIZAR»

El foco se ha puesto, entre otras cuestiones, en la falta de escolarización que sigue existiendo a nivel mundial. Al respecto, María del Mar Vega ha asegurado que la educación constituye «un elemento de protección contra la pobreza» y que «aún existen muchas dificultades» para garantizar este derecho.

La activista por el derecho a la educación Iris Trigo ha destacado que, a principios de 2020, «había 258 millones de niños y niñas sin escolarizar en todo el mundo».

Las consecuencias de la covid en el sistema educativo también han sido analizadas y, así, alumnos del colegio Compañía de María han avisado de los efectos negativos de la crisis sanitaria para este derecho y han reclamado que se debe «respetar, proteger y garantizar».

Estudiantes del IES Salvador de Madariaga han hecho alusión a la brecha digital, «agrandada» por las medidas de confinamiento y han afirmado que se adherían a la campaña #MilMillonesdeVoces, por una educación equitativa, inclusiva y de calidad.

Alumnado del centro de Santa María del Mar considera que se deben «realizar inversiones a largo plazo», que son «necesarias» para mejorar la educación.

En este sentido, la Campaña Mundial por la Educación ha propuesto que la presencia de la educación en el PIB suba del 4% al 6% y que se cancele la deuda en los países menos desarrollados, entre otras.

El portavoz del PSdeG ha destacado la educación como «bien público» y ha aludido a que «es una de las banderas de la democracia», por lo que se debe seguir «trabajando por una escolarización completa».

Por parte del Bloque, Daniel Castro ha recalcado que la ausencia de alfabetización «no por ser una realidad lejana, es menos grave» y que no se debe permitir «que se comercialice» la educación. También ha hecho referencia al papel de la implicación de la juventud para «hacer frente a las injusticias».

A este respecto, el popular Ovidio Rodeiro se ha dirigido a los estudiantes gallegos a los que ha presentado como «la segunda comunidad en competencia global con respecto a personas de otras culturas» y como la «primera comunidad en concienciación de igualdad entre hombres y mujeres». Así, ha afirmado que «el gran reto» es conservar la educación actual y ha acentuado la relevancia de la participación.

Miguel Ángel Santalices ha finalizado dirigiéndose, de nuevo, al alumnado, que «tiene la obligación de esforzarse cada día para sacar el mejor provecho de los recursos educativos que la sociedad pone a su disposición».

https://www.20minutos.es/noticia/4715243/0/la-falta-de-escolarizacion-y-las-consecuencias-de-la-covid-19-centran-una-jornada-parlamentaria-sobre-educacion/

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