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Entrevista a Maurizio Coppola, de la Asamblea Internacional de los Pueblos «Reinventar la esperanza colectiva»

Por Sergio Ferrari 

Movimientos sociales de todos los continentes se dan cita en Sudáfrica

En un clima mundial particularmente enrarecido, movimientos populares de diversos continentes se autoconvocan para reflexionar opciones y definir pasos comunes. Entre el 14 y el 18 de octubre más de 500 representantes de importantes movimientos sociales de América Latina, Asia, África y Europa se dan cita en Johannesburg, Sudáfrica, para un encuentro internacional convocado por Dilemas de la Humanidad (https://dilemmasofhumanity.org/es).

Será la 3.ª Conferencia Internacional de esta iniciativa que se propone “debatir y crear consensos que lleven a una plataforma común de reflexión y acción” de los movimientos sociales a escala global. Consensos no solo sobre el diagnóstico de la situación planetaria, sino también sobre las opciones alternativas sistémicas.

Uno de los promotores del encuentro de Sudáfrica es el militante suizo-italiano Maurizio Coppola, sociólogo de formación, periodista independiente, traductor e intérprete. Desde fines de 2017, Coppola reside en Nápoles, Italia, donde participó en la fundación del movimiento Potere al Popolo (https://poterealpopolo.org/). Además, representa a su organización en la Asamblea Internacional de los Pueblos (AIP) y en su secretaría europea. La AIP es la red internacional de organizaciones políticas, sociales y sindicales progresistas que organiza Dilemas de la Humanidad (https://ipa-aip.org/es/). Entrevista exclusiva con Maurizio Coppola*.

P: ¿Puede explicarnos en pocas palabras en qué consiste Dilemas de la Humanidad?

MC: Es un proceso de encuentro de movimientos y organizaciones populares, partidos políticos e intelectuales para debatir sobre los retos que enfrentamos internacionalmente y elaborar propuestas concretas para superar el capitalismo. Las dos primeras conferencias, en Río de Janeiro en 2014 y en San Pablo en 2015, fueron organizadas por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil. En ese segundo encuentro de 2015 nació la Asamblea Internacional de los Pueblos. Dilemas de la Humanidad es un espacio de reflexión colectiva que busca avanzar en la elaboración analítica y teórica y en la coordinación de acciones comunes, con la visión compartida de caminar hacia alternativas socialistas.

Hijos “rebeldes” del Foro Social Mundial

P: En cierta forma parecería que este “espacio-proceso” tiene coincidencias con lo que en su momento fue el Foro Social Mundial (FSM), nacido en 2001 en Porto Alegre, Brasil. 

MC: El Foro Social Mundial tuvo una importancia fundamental en la politización de toda una generación de activistas en todo el mundo. Yo mismo soy hijo de esa oleada de protestas y movilizaciones contra la globalización neoliberal liderada por instituciones e iniciativas internacionales, como la Organización Mundial del Comercio y el Foro Económico de Davos. El FSM, como expresión del movimiento altermundialista, cumplió su papel en los primeros años de su existencia.

Sin embargo, su incapacidad para plantear la ruptura revolucionaria con el sistema hegemónico y el papel predominante que asumieron las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en el mismo Foro, le hicieron perder trascendencia. En los Foros se podía encontrar análisis interesantes sobre el estado de la globalización y las campañas contra las consecuencias nefastas del sistema dominante, pero carecían de una orientación efectiva sobre un proyecto alternativo y no se entró, realmente, en la temática de la disputa del poder. Resumiendo: no basta con ser un grupo de presión de los pueblos oprimidos para cambiar el mundo. Necesitamos organizarnos con objetivos que nos ubiquen en posición de decidir cómo debe girar el mundo, con otra visión alternativa. En este sentido, Dilemas de la Humanidad nació, precisamente, aprendiendo de estas contradicciones y *fracasos organizativos*.

Tras la segunda conferencia, en 2015 en San Pablo, se conformaron los tres pilares fundamentales de la Asamblea Internacional de los Pueblos: el Centro de Investigación Tricontinental, con sus sedes en Brasil, Argentina, India y el continente africano; una coordinación de proyectos mediáticos que interpretan el mundo desde el punto de vista de los movimientos y las luchas populares y la coordinación de las escuelas de formación política en diversos continentes a partir, precisamente, de la experiencia pionera de la Escuela Nacional Florestan Fernandes del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra en Brasil. Estas son las herramientas comunes de nuestra articulación internacional.

Hablar el lenguaje de la gente

P: ¿Cuál es el principal desafío de esta conferencia que se realiza en Sudáfrica en una coyuntura internacional tan compleja, enmarcada por la grave crisis climática, las guerras y el aumento del hambre en el mundo?* 

MC: Todos estos dilemas figuran en el centro y en la agenda misma de la conferencia de Sudáfrica. Intentamos que la reflexión no quede en el mero análisis de las contradicciones y las crisis en las que nos encontramos globalmente. Quedan pendientes dos cuestiones fundamentales. La primera, la organización de la clase obrera. La transformación constante de nuestra sociedad nos obliga a elaborar permanentemente nuevas formas de organización, convencidos como estamos de que sin una clase y un pueblo organizados no podemos avanzar.

Hoy, por ejemplo, la cuestión que vincula la explotación laboral con la imposibilidad de acceder a la vivienda se ha vuelto central. Cada vez más personas trabajan en el sector informal y son pobres (los llamados trabajadores pobres), lo que limita drásticamente el acceso a una vivienda digna. Por ello, la participación de los movimientos que se organizan en torno a la cuestión de la vivienda es crucial: pienso en Abahlali baseMjondolo, el movimiento sudafricano de personas que viven en asentamientos informales y que luchan por la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los pobres; el movimiento brasileño de Trabajadores sin Techo, fundado en 1997, y que hoy organiza a más de 55.000 familias en luchas urbanas en 14 Estados del país; o la Unión de Vecinos, el movimiento de inquilinos de Los Ángeles, en Estados Unidos, donde resulta prácticamente imposible para un trabajador o una trabajadora que gana el salario mínimo encontrar una vivienda asequible.

Este encuentro internacional de experiencias de luchas por la vivienda no sólo tiene un significado simbólico; también representa la convicción de que las dinámicas que excluyen a las personas de los derechos sociales básicos son las mismas en todo el mundo y que, por lo tanto, el aprendizaje mutuo se convierte en un elemento central para el avance organizativo y político.

La misma convergencia de análisis y movimientos de lucha se dará en otros temas, como el derecho a la salud pública, la soberanía alimentaria, la libre circulación de los migrantes, los derechos de las mujeres, la planificación ecológica, etc.

La segunda cuestión es la construcción de la utopía socialista. Cada país debe construir su propio camino para acumular fuerzas para la transformación social, la superación del actual sistema hegemónico y la construcción del socialismo. La presencia en Sudáfrica de representantes de las experiencias cubana y venezolana es obviamente importante.

P: Según su percepción, ¿qué debería aportar en concreto el encuentro de Sudáfrica?   

MC: En Johannesburgo se reunirán 250 delegados y delegadas de todo el mundo y otros 250 representantes de movimientos, sindicatos y organizaciones de Sudáfrica. El hecho de que se celebre en el continente africano es un logro en sí mismo, porque valoriza a un continente que, en los debates políticos, incluso los de «izquierda», suele quedar al margen a pesar de su importante historia de luchas de liberación nacional durante el siglo XX. Y son precisamente los recientes golpes de Estado que han tenido lugar en varios países de África Occidental (Burkina Faso, Malí, Guinea, Níger, Gabón, sin olvidar Sudán) los que demuestran que la llama anticolonial no se ha apagado en absoluto y que la voluntad de liberación de los pueblos africanos continúa siendo grande. Aunque el camino que seguirán estos países sigue abierto porque la salida de las potencias colonizadoras (en primer lugar, Francia) no significa, automáticamente, un desarrollo en la dirección del socialismo.

Hasta ahora sólo he hablado de aquellas regiones del mundo donde los movimientos populares son históricamente fuertes y han crecido en los últimos años, pero no he hablado de “mi” continente, Europa. La articulación política de la Asamblea Internacional de los Pueblos en Europa tiene más dificultades para arraigarse entre los movimientos sociales europeos y las organizaciones políticas y es, en este sentido, también más joven.

Queremos lograr en Johannesburgo un acuerdo que incluya un mayor esfuerzo de coordinación de campañas políticas y sociales concretas a escala continental. La presencia de varias organizaciones políticas de Italia, Bélgica, Irlanda, Hungría y Alemania es un buen punto de partida. Los retos que enfrentarán los movimientos progresistas europeos en los próximos meses son inmensos: la reintroducción del Pacto de Estabilidad, que conllevará recortes masivos del gasto público; el ascenso y fortalecimiento de las fuerzas ultraconservadoras y la militarización de nuestro continente exigen una respuesta coordinada, también de cara a las elecciones europeas de mediados de 2024. Si volvemos de Sudáfrica con un plan mínimo consensuado entre las diferentes fuerzas políticas del continente, estaremos en buen camino.

No hay una receta única para encontrar alternativas

P: Un convocante clave para asegurar este encuentro en Sudáfrica es la Asamblea Internacional de los Pueblos, estructura que, sin embargo, no es muy conocida, incluso en los propios sectores progresistas…

MC: La construcción de una articulación política a escala internacional en el siglo XXI dista mucho de tener una receta única. La Asamblea Internacional de los Pueblos se ve a sí misma en continuidad con la tradición de las internacionales que surgieron con el auge del movimiento obrero socialista y comunista mundial, pero también es consciente de que los errores del pasado no pueden repetirse. Debemos entender hoy cómo se puede articular objetivos comunes teniendo en cuenta las condiciones y las tradiciones de los distintos países y regiones.

Por lo tanto, si hoy encontramos unidad y acuerdo en situar el antiimperialismo, el anticapitalismo y la solidaridad internacional en el centro de la acción de esta Asamblea, las formas y los medios concretos de las campañas que siguen no pueden ser idénticos en todas las regiones.
La guerra de Ucrania es un buen ejemplo: hasta el día de la invasión rusa de Ucrania, la existencia de la OTAN no tenía ninguna legitimidad. En 2019, incluso el presidente francés Emanuel Macron había calificado a la OTAN como «obsoleta». Pero el estallido de la guerra ha cambiado, desgraciadamente, el ‘sentido común’, y construir campañas contra la OTAN y contra la guerra requiere hoy una articulación más sofisticada, vinculada con las preocupaciones inmediatas de las clases populares (trabajo, costo de vida, inflación, etc.). La situación en el continente africano, donde las potencias de la OTAN son uno de los principales factores que impiden la soberanía nacional, y en América Latina, donde la Doctrina Monroe lleva 200 años intentando bloquear todo avance social, económico y político, son obviamente muy diferentes.

El mayor reto es, por lo tanto, construir la unidad internacional reconociendo la diversidad nacional y regional.

Reinventar la esperanza

P: Una reflexión final: en muchos lugares del planeta se consolidan opciones reaccionarias y negacionistas que llegan, incluso, al gobierno, como Giorgia Meloni en Italia; o bien, que tienen posibilidades de disputar cuotas importantes de poder, como Javier Milei en Argentina. ¿Cómo lo explica? ¿En qué están fallando las fuerzas populares para que estos procesos recesivos puedan tomar tanto protagonismo? 

MC: Es la cuestión crucial de nuestro tiempo, y cualquier respuesta, por supuesto, será parcial. Pienso que nos encontramos en medio de una crisis sistémica mundial, de civilización, que integra diferentes facetas: la económica y la financiera, pero también la social, la política y, sobre todo, la cultural. La respuesta neoliberal a esta realidad es ahora insuficiente, y nuestras propuestas, las del sector progresista, siguen siendo marginales.
En este vacío creado en los últimos 15 años se insertan fuerzas ultraconservadoras, reaccionarias y, en parte, neofascistas, con agendas políticas que “atentan contra la vida misma de los pueblos”, como suele decir el presidente colombiano Gustavo Petro. Esto sucede tanto a nivel de los Estados-Nación –siendo la carrera armamentista la expresión más evidente de esta concepción política– como a nivel de los propios pueblos, con el debilitamiento de los lazos de solidaridad y el repliegue individual a la vida privada.

Por eso nuestras iniciativas políticas y sociales deben ser, al mismo tiempo, culturales. En nuestras prácticas cotidianas tenemos que volver a los lugares de vida y de trabajo, construir estructuras autoorganizadas para intentar responder a las necesidades cotidianas de la gente. Nuestras Casas del Pueblo en Italia, por ejemplo, tienen exactamente este propósito: promotores sociales para asegurar la vivienda y el trabajo; clínicas populares; actividades deportivas, recreativa y culturales; distribución de alimentos para familias pobres, etc., son hoy algunas de nuestras herramientas para volver a conectar con la gente en el terreno. La lucha material por la mejora de las condiciones de vida debe ir acompañada de una batalla de ideas en la que nos centremos en la importancia de las nuevas relaciones y estructuras sociales, promoviendo también nuevas relaciones humanas y un mensaje propositivo de esperanza.

*Entrevista realizada justo antes que estallara la nueva crisis en Medio Oriente

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ONU: Los conflictos nunca deben ser escenarios de violación de los derechos de los niños

El Secretario General de las Naciones Unidas afirmó este lunes que la forma en que se violan los derechos de los niños durante los conflictos es alarmante y dolorosa e instó a las partes de todos los escenarios de guerra a respetar y proteger esas garantías todo el tiempo.

António Guterres presentó su más reciente informe sobre niños y conflictos armados durante un debate de alto nivel del Consejo de Seguridad sobre el tema.

Según ese reporte, el año pasado se violaron gravemente los derechos de unos 19.300 jóvenes afectados por combates en países como Afganistán, Siria y la República Democrática del Congo.

“No hay lugar para los niños en los conflictos y no debemos permitir que éstos pisoteen los derechos de los niños”, recalcó Guterres.

Explicó que el reclutamiento y el uso de los menores en hostilidades continúan siendo las principales violaciones, seguidas de asesinatos, mutilaciones y denegación del acceso humanitario.

“Además, surgieron tendencias nuevas y profundamente preocupantes, entre ellas el aumento exponencial del número de niños secuestrados y de la violencia sexual contra niños y niñas”, dijo.

Guterres citó también los ataques y saqueos constantes a escuelas y hospitales, así como la destrucción o uso con fines militares de estas instalaciones.

Niños Iraquíes reciben ayuda humanitaria al este de Mosul. Foto: UNICEF/Khuzaie
Niños Iraquíes reciben ayuda humanitaria al este de Mosul. Foto: UNICEF/Khuzaie

La pandemia dificulta el trabajo humanitario

En el debate participó también la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), quien destacó el deterioro de las condiciones en que viven las personas en las zonas de conflicto debido a la pandemia de COVID-19.

“Esperábamos que las partes en conflicto desviaran su atención de la lucha entre ellos a la lucha contra el virus, como lo pidió el Secretario General de la ONU pero, como muestra este informe, el llamado no tuvo respuesta”, lamentó Henrietta Fore.

Añadió que, en vez de deponer las armas, las partes en conflicto siguen luchando, lo que dificulta que el acceso de los organismos humanitarios a los niños que viven en esas zonas.

“Los confinamientos y las limitaciones de viaje hicieron más difícil la de por sí desafiante tares de apoyar a estos niños, afectando nuestra capacidad para llegar a ellos apoyo vital”, acotó.

Del mismo modo, esas restricciones coartaron la labor de liberar a los niños de las filas de los grupos armados y desaceleraron el trabajo de localización y reunión de los niños con sus familias para empezar su reintegración a las comunidades.

Un niño soldado en la República Centroafricana. UNICEF/ Pierre Holtz
Un niño soldado en la República Centroafricana. UNICEF/ Pierre Holtz

Impacto invisible y duradero

El actor Forest Whitaker, activista de los derechos de los niños, fue otro de los oradores de la sesión, en la que afirmó que las violaciones que estos jóvenes han sufrido acarrean «impactos invisibles» duraderos, que incluyen meses o años de educación perdida.

“Esas brechas se convertirán en oportunidades reducidas”, recaló y añadió que, en muchos casos, serán limitados por el estigma social.

Whitaker es fundador de una iniciativa de paz y desarrollo que busca restaurar el vínculo entre los niños afectados por el conflicto y sus comunidades en Sudán del Sur, Uganda y otros países.

En su turno al micrófono, el ganador de un Oscar y enviado especial de la UNESCO para la Paz y la Reconciliación, relató que un ex niño soldado llamado Benson Lugwar se ha convertido en una figura respetada en su comunidad en el norte de Uganda.

Los jóvenes como él tienen un mensaje de esperanza y resistencia, subrayó.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/06/1493822

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La fotografía como regalo lleno de vida

Por: Miriam Grau

La amistad llevó a Miriam a la fotografía. Su interés comenzó como una forma de suprimir la distancia que le separaba de su mejor amigo: entre ambos compartían fotos de los lugares en los que vivían y así, además de sentirse más cercanos el uno del otro, se descubrían mutuamente el mundo.

Pero no fue hasta más tarde, hasta su viaje a Egipto, cuando empezó a descubrir en la fotografía algo más que un entretenimiento. Al preparar la maleta decidió llevarse una vieja cámara analógica de su abuelo. Desde entonces esa cámara, una Minolta analógica, que llevaba veinte años reposando en un cajón, la ha acompañado a todas partes. En palabras de Miriam, “nunca más esa cámara ha vuelto a su cajón. Es un regalo lleno de vida”. El 30 de marzo de 2018 nació su primera fotografía analógica. Desde aquella fecha que quedó grabada, juega con diferentes enfoques: paisajes, tejidos urbanos, retratos personales. La transparencia de lo íntimo y la libertad salvaje de la naturaleza son los principios que guían el interés de Miriam por la fotografía.

En este sentido tampoco se especializa en una técnica particular; sin más formación técnica que su entusiasmo fotográfico, ha ido aprendiendo a medida que era necesario: en la India cambió un carrete por primera vez. Eso sí, la fotografía no es para ella solo una afición, sino la forma que ha encontrado más útil de comunicación artística, afectiva y también política.

Las fotos que acompañan el texto, durante un viaje a China, muestran la sencillez de la vida cotidiana, la calidez del día a día. Una calidez que contrasta con el ritmo salvaje de las grandes ciudades. En una de las imágenes, un trabajador espera la llegada de clientes en una pequeña tienda improvisada sobre un camión. Otra de las fotos muestra los vaivenes en un mercado de alimentos de la ciudad. En este mismo mercado, una niña pequeña juega en el puesto que regentan sus padres. Un grupo de hombres se encuentran absortos por un juego de mesa tradicional, mientras un hombre navega solitario por un pequeño canal entre casas de madera destartaladas. El poder de compartir, por ejemplo, estas imágenes de paisajes lejanos es quizás la mayor fuerza que tiene la fotografía.

Mariña Testas

Beijing 2019

 

Xian 2019

 

Shangai 2019

Xian 2019 b

 

Fenghuang 2019

 

Barrio musulman de Xian 2019

*Fuente: https://vientosur.info/la-fotografia-como-regalo-lleno-de-vida/

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Noche sin estrellas

Por: Luis Hernández Navarro

Cuando los xiñá (sabios y sabias) de la Montaña de Guerrero divisaron los relámpagos en el norte, supieron que 2020 sería funesto, cuenta el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan. No sólo visualizaron en el horizonte el incremento de la violencia, sino la fuerza irascible del hambre, acompañada de una nube grisácea, que de momento no pudieron interpretar, pero que, al final de cuentas, resultó ser el anuncio de una enfermedad desconocida.

Sus rezos –explica Tlachi– se intensificaron entonces para calmar a las potencias sagradas y contener los malos vientos, que traen la enfermedad y la guerra. En la cima de los cerros quemaron vela.

Como toda persona asceta –describe el Centro de Derechos Humanos de la Montaña en su 26 Informe de actividades– guardaron para sí estos mensajes y los transmitieron a los mayores y mayoras, y a las autoridades que están en la mesa. Su objetivo fue asirse a su costumbre, como el ancla más segura para las comunidades que se encuentran en extrema vulnerabilidad, ante el olvido gubernamental y el empoderamiento de las fuerzas oscuras del crimen organizado, pudieran enfrentar las adversidades.

Como una noche sin estrellas se llama el informe de Tlachinollan. Su título evoca, como lo dice el poema que lo acompaña, el eclipse del sol de justicia y la forma en que la milpa comunitaria se marchitó en la región. En él, se documenta tanto la etapa de sorda oscuridad que la región y Guerrero vivieron durante el último año, como la capacidad para hacer frente y salir adelante en la adversidad, de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y campesinas en el estado.

La obra es una formidable y vasta (396 páginas) narración, similar a las que los grandes novelistas sociales del siglo XIX (Balzac, Zola, Dickens) produjeron. En ella, la pluma de Tlachinollan traza una visión panorámica de la política, la sociedad y las luchas sociales de la Montaña y el Guerrero de abajo, al tiempo que describe los personajes colectivos que hacen la historia regional: comunidades indígenas, movimientos populares, buscadoras de sus desaparecidos, nuevos defensores de derechos humanos, migrantes.

Al hacerlo, retrata a figuras excepcionales que expresan a los sujetos colectivos y que parecen extraídos de una novela de Gorki, como el dirigente del Frente Popular de la Montaña Arnulfo Cerón Soriano y el líder campesino Ranferí Hernández. Ambos fueron asesinados por su participación política en momentos distintos. O a la migrante doña Amelia, quien en 1980 salió de Ixcateopan, en un viaje sin retorno, a Nueva York, a buscar a su hijo, y a quien ya no le alcanzaron las fuerzas para vencer al coronavirus.

Como si fuera un textil elaborado con los más diversos hilos, el informe de Tlachi entreteje la historia de grupos criminales imbricados con políticos y fuerzas de seguridad, que se dedican a labores de contrainsurgencia; la descomposición de la vida urbana en la ciudad de Tlapa; el avance incontenible del Covid-19; las penurias y el heroísmo de los montañeros migrantes en Tlapayork; el surgimiento de un grupo de buscadores de desaparecidos, la continuidad de la lucha de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y muchos acontecimientos más.

Las historias se suceden vertiginosamente unas a otras. El Covid-19 no ha pegado igual a todos. Se ha cebado especialmente con los más pobres, que ya de por sí padecían hambre, marginación y violencia ancestrales. Sin médicos ni medicinas, ni centros de salud en las comunidades, la llegada de la pandemia a la Montaña resultó aciago. Los pueblos han improvisado el cuidado de sí mismos. Como recomendaron los xiñá, echaron mano de la tradición y alrededor de ella se unieron para enfrentar la adversidad.

Guerrero es un enorme camposanto clandestino. Como si vivieran en un país aparte, en los terrenos de los negocios inmobiliarios con los que el narco lava sus ganancias ilícitas, han instalado casas de seguridad y depósitos de restos humanos.

Antes que hospitalizarse, por temor a la migra y las deportaciones, cuando enfermaron los montañeros que partieron a Nueva York a buscar el sueño americano, los que mandaban a los suyos 300 dólares al mes como bálsamo para la penuria familiar, se encerraron hacinados en sus viviendas. Para muchos, contagiarse lejos de la casa resultó más doloroso que la sola afección. Como fue mayor el calvario de los familiares de quienes fallecieron por el mal, que debieron pagar pequeñas fortunas para incinerar los cuerpos y trasladar las cenizas de sus deudos a México, sin ni siquiera poder despedirlos como se debe.

Sin ingresos y sin trabajo, las familias rurales tuvieron que salir a buscarlos en los campos agrícolas del norte. Carentes de la higiene adecuada, en transportes en los que viajan hacinados, se han convertido (más de lo que ya eran) en fácil presa del coronavirus.

Decía Vaclav Havel que a veces se necesita tocar el fondo de la miseria para poder entender la verdad, igual que hay que lanzarse hasta el fondo del pozo para llegar a ver las estrellas. En un mundo sordo, en medio de un mar de dolor, muy cerca de lo más profundo del pozo, en Como una noche sin estrellas se atisban los astros de la esperanza comunitaria que permiten comprender la verdad de los de abajo.

Twitter: @lhan55

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/12/08/opinion/019a2pol

Imagen: https://www.flickr.com/photos/chou2006/649796088/in/photolist-2jwgbFN-2hHAVRp-2jJ5BBK-EUT4Jb-9izMzv-dcxjxb-AptyuM-pFq3CF-eEWdZG-2gSkAT1-69PaC7-ZqnJQ-8U16WL-7ivhYx-6tS5a8-6tWdAs-6tS6r4-6tWebj-6tWdTU-21WgsFi-3VYi4f-bSQiA2-8wkaZF-bfQ88V-cKigmJ

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México: Serie radiofónica: Voces de mujeres, desde la resistencia y esperanza

La Minuta

En el marco de la Jornada Mujeres en Defensa del Territorio y de la Vida, presentamos la serie radiofónica Voces de mujeres, desde la resistencia y esperanza, por medio de cinco cápsulas recupera la palabra de mujeres defensoras de los territorios y de los bienes naturales en Oaxaca, desde la Agroecología, Partería, Medicina Tradicional, Autonomía y Gobierno local y Comunicación comunitaria en medio de un contexto de pandemia por COVID-19.

Eva Castellanos Mendoza, “lo que más me significa en la comunidad es el Rio Verde, aquí jugué de niña, aquí crecí, aún me sigue alimentando, sin el Rio para nosotras y nosotros no habría existencia”. Leonor Díaz Santos “Defiendo el Rio Verde que viene a darle vida a las tierras fértiles”. Ambas participan en el Consejo de Pueblos en Defensa del Rio Verde (COPUDEVER). Teresa López López, Comisariado de Bienes Ejidales del San Nicolás Yaxe, integrantes del Frente no a la Mineria por un Futuro de Todas y Todos: “Defiendo el territorio para no tener contaminación de la minería y no nos traiga enfermedades y muerte para nosotros y los animales, árboles y contaminación del agua”. Esperanza González, de la Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca. “La fuerza que tienen las mujeres para defender el territorio, pero también para denunciar las violencias que las atraviesan”. Sofía Estelí Montoya, Partera. “La defensa del cuerpo, encontrar todas las potencialidades del cuerpo, que permita en un momento de crisis salir adelante, hoy sé que el dolor y los síntomas son señales para avanzar” Silvia Hernández Salinas, Medico Tradicional.

Defender la vida de la comunidad, el tejido social, la forma asamblearia de construir comunidad, de construir fiesta. Estar aquí en constantes momentos de necesidad, cuando alguien muere o nace. Reproducir los saberes comunitarios ancestrales que tiene que ver con defender la vida, pero también con reproducir la vida.

Les invitamos a seguir la Jornada, descargar y compartir los audios.

Voces de Mujeres 1 Agroecología

Voces de Mujeres 2 Agroecología

Voces de Mujeres 3 Autonomía

Voces de Mujeres 4 Comunicación comunitaria

Voces de Mujeres 5 Espiritualidad

Voces de Mujeres 6 Medicina tradicional

Jornada Mujeres En Defensa Del Territorio Y De La Vida

Fuente e imagen:  La Minuta

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Chile y La Esperanza Renovada

Por: Cristóbal León Campos

La voluntad del pueblo chileno se ha expresado en las calles cubiertas de dignidad y conciencia arrebatando a la historia su lugar usurado, el voto por una nueva Constitución es apenas el inicio de un camino largo que corona y significa en cierta forma el fin de otro oscuro sendero atravesado, Chile ha dado el gran paso para finalizar con los resabios legales de la dictadura de Augusto Pinochet sustentados en la vigente Constitución de 1980, y que sin importar cuantas reformas haya tenido, sigue representando a la estructura económica-social del capitalismo neoliberal. La demostración del poder popular que hemos presenciado con la Rebelión de Octubre iniciada en 2019 es en realidad continuación de la resistencia a la opresión cuyo saldo registra miles de vidas arrancadas por la represión, la pobreza y la desaparición forzada, el voto emitido significa cuestiones profundas que no se resumen con simplicidad pero que explican el anhelo y la esperanza renovada de una mejor sociedad.

Un fragmento del último discurso de Salvador Allende a su pueblo resume con poética revelación lo acontecido: “mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”. Las alamedas se abrieron y dieron paso a las nuevas generaciones de la primera línea, vanguardia en las horas calcinantes del reclamo popular, acompañadas por la voz de Allende que retumba en el sentir proletario-popular y en la celebración de millones de chilenos, latinoamericanos y pobladores del mundo que hoy desde nuestros humildes rincones nos emocionamos y congratulamos por tan grande demostración de razón y humanidad.

El gran paso comienza a consumarse sin importar la obstinada vocación de Sebastián Piñera por perpetuar la opresión, la represión que su gobierno ha ejercido sirve al final para refrendar la necesidad de un nuevo orden con una lógica diametralmente opuesta a la que el imperialismo y la oligarquía-burguesía quieren sostener, la ruptura propiciada por una nueva Constitución será la alameda por donde pase el pacto de vocación social. El pueblo chileno ha sorteado todo tipo de adversidad y tendrá que seguir asiéndolo pues este es apenas el paso del reinicio, pero tal y como tantas veces cantó Víctor Jara, hoy reproducido en las protestas de su pueblo; “No me asusta la amenaza/patrones de la miseria/la estrella de la esperanza/continuará siendo nuestra”.

El fin de los resabios de la dictadura es un tránsito complejo que el pueblo chileno deberá asumir para constituir una verdadera Asamblea Constituyente, y para ello, requiere garantizar que sea justamente la representación proletaria-popular los sujetos primordiales en la toma de las decisiones y la guía hacia el definitivo adiós a la dictadura, sus leyes y su sistema económico-social. Nuevamente el socialismo se advierte como el camino de esperanza para andar en la búsqueda de concretar un Chile mejor. El reto sigue siendo grande, hacer del triunfo por la constituyente una realidad necesita no suspender las movilizaciones y sí incrementar la batalla de ideas, la voz de los pueblos latinoamericanos y del mundo acompaña y aprende de la fuerza proletaria-popular chilena que hoy tiene mucho para celebrar, pues como Pablo Neruda dijera en su Canto general: “Está mi corazón en esta lucha/Mi pueblo vencerá/Todos los pueblos vencerán[…]Aquí está mi ternura para entonces/La conocéis, no tengo otra bandera”.

¡Viva el pueblo chileno!

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Horizonte común

Por: Manuel Gil Antón

Y, sin embargo, la educación se mueve. Dejemos a un lado consideraciones críticas. Más allá de cualquier debate, en todas las circunstancias imaginables de la diversidad inmensa del país, el primer día de clase millones de personas inauguraron, otra vez, un sendero al horizonte compartido: el camino a la escuela como condición y expectativa de un futuro mejor. Ha de hacerse, es lo esperado, natural y recurrente: iniciar el nuevo año escolar.

Con independencia de las consideraciones en torno a la idoneidad de lo propuesto por la SEP, miles de miles de niñas, niños y adolescentes retornaron al intento de aprender. Cientos de miles de maestras y maestros al proceso posible para conseguirlo, y millones de madres y padres, abuelos, tías y vecinas, en algún lugar de la casa, tomaron la cazuela por el mango sin saber cómo se hace esa extraña sopa de letras, dispuestas, eso sí, a acompañar a las criaturas lo más y mejor posible. De muchos modos: disfrazada la sala de salón, o un rincón de la recámara como remedo del aula; la parte más alta del ropero con los cuadernos recargados en el burro de planchar, sin olvidar la mesa chaparrita al lado del puesto en el mercado donde varias personas, menores en talla al metro y veinte, miran una pantalla compartida mientras la madre de una despacha.

Una proporción enorme de la sociedad se dispuso a iniciar, otra vez, senda a la escuela, a esa extraña manera de decir presente desde la casa, sin poder evitar salir algunos pues la necesidad aprieta y otros en un galerón abierto.

Visto así, como un movimiento social cuyo caudal es enorme, apreciamos la importancia de la educación para nosotros, sea como sea la manera de ocurrir y suceder. Conmueve la cuota de esperanza invertida en su posibilidad aún en las peores condiciones. Una cubeta volteada sostiene un pedazo de madera y ya está el pupitre listo, pues un banquito de ordeñar de altura baja lo completa.

¿Ya me toca a mí? Chispas, creo le puse la clase de tercero al de primero y no anotó nada. No le hace, algo se les pegará. La cosa es atinarle a sus preguntas. Si no acabalé hasta sexto, cómo le hago si me pide ayuda con eso del núcleo del sujeto. Pues ya veremos, el chiste es que no dejen de estudiar para ser alguien en la vida.

Pese a todo, siguió viva la convicción: es mi herencia, no te puedo dar otra cosa. Será tu haber mientras hoy es mi deber sentarte frente a la tele. Y muchísimas maestras, junto a montones de profesores se las ingenian para no perder contacto con “sus niños”: ¿cuántas vimos que descolgaron la Última Cena para poner, en esa pared, la más grande, con letras coloreadas a manera de fondo del salón, el maravilloso mensaje de bienvenido 6º. A. Y el profe que da asesoría a media noche a madres angustiadas. También esos mensajes: “maestra, luego le mando la tarea, cuando junte los centavos para hacer una recarga. Sí la hice, de veras, pero no tenía ya datos”.

Alguien presta la cochera donde llega su internet para quien ocupe. Van el lunes en “la pasajera” cartas de docentes para entregar en las casas con algunos ejercicios y actividades. Y en papel mal doblado a veces, regresan el jueves.

Un país con esperanza. Una tierra confiada en el vínculo, cual sea, proveedor de aprendizajes o al menos de algo parecido para no dejar caer esa tozuda confianza en el estudio. ¿Tendrá éxito la estrategia del gobierno? ¿Las inventadas por los colectivos docentes en su contexto? No sabemos. Tratar de hacerlo es lo más educativo en estos días.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/horizonte-comun/

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